martes, 10 de junio de 2025

En el atelier de alta joyería de Cartier en París

El sol entra tímidamente por las ventanas del atelier de alta joyería de Cartier en el centro de París. En el interior del majestuoso edificio, trabaja con mimo y con concentración un grupo de mujeres escultoras especializadas en la glíptica, el arte de grabar y esculpir piedras duras, finas o preciosas. Al frente del equipo está Emilie Marques, alumna aventajada de Philippe Nicolas, Maître d'art, un título único que concede el ministro de Cultura francés a los profesionales de artes y oficios que poseen una pericia poco común. Nicolas llevó el arte ancestral de la glíptica a Cartier en el año 2010. Trece años después antes de retirarse, se aseguró de que traspasaba sus conocimientos a Marques, que ahora hace lo mismo con el resto de escultoras que trabajan en crear piezas de alta joyería con esta técnica ancestral. La glíptica es otra apuesta de Cartier por la riqueza de los oficios manuales: poner la tradición al servicio de la innovación siempre ha sido la consigna de la casa, pero en tiempos de producción seriada e imitaciones la especialización cobra un sentido más especial que nunca.

"Ahora me toca a mí transmitir al resto del equipo todo lo aprendido. No solo sobre el arte de esculpir, también trato de inculcar la pericia para saber escoger una buena piedra. Viajamos a las grandes ferias anuales, una en Tueson (Arizona) y otra en Francia, y ahí compramos los materiales con los que vamos a trabajar. Además, estoy muy centrada en transmitir la responsabilidad de los códigos y los estándares de calidad de Cartier", explica Marques. Hoy en el taller se respira una mezcla de orgullo y nostalgia. Después de dos años trabajando en la pieza Hathiyon, compuesta de dos elefantes tallados sobre madera de magnolio petrificada, el collar parte para Singapur donde se  encontrará con su compradora. Se trata de una pieza realizada, en oro blanco, en la que los colmillos se tallaron en madera de cacahuete petrificada. La composición muestra dos cabezas de elefante rodeadas de cuentas de espinela y diamantes talla brillante. "La idea en la que me inspiré fue el vínculo entre dos elefantes que se convierten en uno. Con la madera petrificada he podido plasmar las arrugas típicas de la piel de este animal. Hay un poco de ilusión óptica con esta pieza. La primera vez que la ves piensas que se trata de un solo elefante, pero una vez que te acercas puedes ver que las dos trompas están unidas. Las espinelas que los rodean quieren expresar cómo los elefantes se pueden comunicar con una distancia de 100 kilómetros y a través de ellas se vuelven a encontrar", detalla Laurianne, una de las discípulas de Marques y la autora de este collar de alta joyería.

Detrás de cada pieza hay una idea y una historia que contar. Los animales, la flora y la naturaleza  más salvaje inspiran las joyas que salen de este atelier. "El arte de esculpir existe desde siempre en la humanidad. La particularidad de nuestro modo de trabajar es que partimos de la piedra. Es la materia la que nos transmite lo que podemos tallar en ella. Nos fijamos mucho en los colores, en su dureza, en cómo se refleja la luz. Todas las piedras son diferentes. Es importante tener muy clara la idea antes de ponerse a trabajar en ella porque ninguna piedra se comporta igual. El gran desafío al que nos enfrentamos es que una vez que empiezas a tallar ya no no hay vuelta atrás".

Las piedras preciosas siempre han sido las más deseadas. Pero tienen ciertas limitaciones a la hora de jugar con sus formas y tallados. Es por eso que en el taller de glíptica de Cartier valoran mucho lo que cada piedra es capaz de ofrecer como lienzo para esculpir. "En nuestro trabajo tenemos la oportunidad de testear la emoción que desprenden las piedras que han estado aquí desde hace millones de años y que permiten una talla excepcional. Sobre todo las petrificadas, que resultan de madera fósil que conserva su apariencia aunque hayan pasado cientos de años, son completamente únicas. Es el tiempo el que ha hecho que se petrifiquen así y no habrá nunca una igual", eplica Marques. Cartier ha sido la pionera en el uso de este material...

Beatriz García. Smoda. El País, 29 de mayo de 2025.

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