lunes, 16 de junio de 2025

Una ficción sobre ETA que choca con la realidad, 'La frontera'

La frontera, la serie de cinco capítulos escrita por David Zurdo y Luis Marías y dirigida por María Pulido y Yolanda Centeno que próximamente emitirá RTVE y que Prime Video estrena hoy, se presenta como una historia de acción, fidelidades y traiciones, llena de tensión, donde cada uno tendrá que demostrar en qué cree y cuáles son sus límites. Una historia, continúa su presentación, centrada en la búsqueda de un comando de ETA, casi sin pistas, casi  contra reloj, con unos héroes casi antagónicos. 

En la presentación de un thriller cuya trama, acción y actores -como  el francés Vincent Pérez-, y escenario -el atractivo entorno de la frontera hispano-francesa -por el paso de Irún-Hendaya- pueden enganchar, pero que al no renunciar a enmarcarla en un contexto político, provoca en quienes conocimos aquellos acontecimientos no tan lejanos desconcierto y falta de credibilidad.

La serie deja claro que la historia está situada en 1987, cuando gobernaban François Mitterrand en Francia y Felipe González  en España y ETA militar asesinaba con coches-bomba con el objetivo de forzar al Gobierno español a negociar el derecho de autodeterminación en Euskadi. Recoge explícitamente el atentado contra la casa cuartel  de la Guardia Civil de Zaragoza que asesinó a 11 personas, seis de las cuales eran menores.

Poco antes de 1987 había empezado la colaboración policial hispano-francesa que acosaba a una ETA que llevaba años utilizando, sin grandes problemas, el territorio francés como refugio para atentar en España. Una colaboración que el Gobierno español, cuya pretensión era que su policía pudiera actuar en Francia, le parecía insuficiente.

Esta tensión aparece reflejada en la serie. Como también el debate interno en ETA sobre cómo responder al incipiente acoso francés que se zanjó con la decisión  etarra de no atentar en su territorio y limitarse a una campaña irrelevante  de boicot a los productos franceses.

En medio de aquel contexto real, la serie da un salto y acaba centrando la trama en un hecho irreal: la organización por parte de un grupo disidente de ETA de un atentado terrorista espectacular en París. Para mayor inverosimilitud, un capitán de la Guardia Civil y un policía francés, con la ayuda de una militante de ETA contraria al atentado, se confabulan por su cuenta para evitarlo porque el Gobierno español no quiere notificar a su homólogo francés la preparación del atentado pues de consumarse, Francia se comprometería más en el combate contra los terroristas.

La mezcla de un contexto real con una trama, basada en hechos ficticios un tanto disparatados, perjudica a la serie. Le resta la emoción que, por ejemplo, provocaba Patria, ideada por Aitor Gabilondo y basada en la novela homónima de Fernando Aramburu, emitida en 2020. Aunque, también era una ficción, la trama de Patria era fiel a la época. La verosimilitud de la historia, su contundencia, su interpretación, trasladaba al público emoción. Y era una ficción. Algo que no sucede en La frontera, que dibuja las pautas del momento, pero de su fuga tan irreal emana una inevitable sensación de incredulidad e inconsistencia. Acaba convirtiéndose en un thriller sin más ...

El terrorismo etarra terminó hace 13 años. Su historia fue dramática y las heridas no están cerradas. Afortunadamente, hay películas -documentales y de ficción- que, desde distintas perspectivas, contribuyen a construir una memoria respetuosa con los hechos. No debe frivolizarse con un tema tan sensible con la excusa de la ficción que, finalmente, no lo es tanto.

Luis R. Aizpeolea. El País, 13 de junio de 2025.

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