Todo empezó, cuenta, cuando una mañana de 2022 escuchando la radio. "Oí a Vladimir Putin amenazarnos con un inverno nuclear. En 2022 nadie estaba preparado para eso. Yo tampoco. Y cuando tengo miedo, investigo. Quería comprender un siglo de relaciones entre Rusia y el resto del mundo, descubrir si el pasado podía darme las armas intelectuales para entender el mañana.
"En ese viaje por la historia, Norek se topó con un episodio casi mítico: la guerra que enfrentó a la Unión Soviética con Finlandia en 1930 y 1940. Me encontré con 105 días a menos de 51 grados, y con un ejército gigantesco que intentaba someter a un país diminuto... y fracasaba. Y en el centro, un hombre: Simo Häyä, un granjero de un metro cincuenta y dos, con rostro de ángel y puntería letal, que se convirtió en la pesadilla de Rusia. Un héroe improbable. Cuando uno se cruza con una historia así, sabe que tiene que contarla", asegura el novelista.
Simo Häyä, conocido como La Muerte blanca, es una figura tan legendaria como esquiva. Sus hazañas más de 500 bajas confirmadas con franco tiradores- lo convirtieron en un mito viviente, pero él jamás hablo de ello. "Simo era un hombre de pocas palabras", explica Norek. "Dio una sola entrevista a un periódico alemán. Así que decidí respetar su silencio: en mi novela no habla. Solo se le oye cuando describe su fusil. Todo lo demás lo contamos a través de los ojos que quienes lo rodean: sus compañeros, sus superiores, los soldados que lo temían. Esa fue mi manera de conservar el misterio", explica Norek.
En tiempos de exhibicionismo y ruido, ¿no resulta casi revolucionario un héroe silencioso?"Simo no quería ser un héroe. Era un campesino que solo quería cuidar su granja. Pero cuando le dijeron que Rusia iba a atacar su país, dejó su vida y tomó el rifle. Antes cazaba lobos; luego tuvo que enfrentarse a hombres. Y en esa transformación se sublimó. Es lo que buscamos los escritores en nuestros personajes: alguien que no estaba preparado, que no tiene las armas adecuadas, pero que se enfrenta a la misión porque su causa es justa. Uno no escoge ser un héroe, se convierte en uno a través de los ojos de los demás", responde... La justicia o la injusticia de una causa determina la fuerza interior de quienes la defienden. Cuando uno lucha por amor, por su tierra, por su gente, es casi indestructible...
Jorge Morla. Madrid. El País, lunes 10 de noviembre de 2025.



















