miércoles, 17 de septiembre de 2025

Claire Martin nos propone buscar nuestro lugar en el mundo

Chispea y hace frío en el inestable julio parisiense. Un lugar, sin embargo, claramente preferible en el tórrido verano europeo, para usar la terminología de la filósofa francesa Claire Martin (París 50 años) sobre los espacios más adecuados a nosotros. La cita con la pensadora es en su pequeño apartamento del distrito XIV de la capital francesa. Marin es autora de una decena de ensayos. El último es Estar en su lugar (Anagrama, 2024), donde desgrana la utilidad de encontrar nuestro recoveco en el mundo. Ya sea geográfico, identitario, cultural o sexual. También recorremos algunos de los elementos de sus obras, donde utiliza la filosofía y a los grandes maestros para explicar el sufrimiento o las virtudes ocultas en nuestros actos cotidianos. Empezar de nuevo, el contacto, la ruptura como motor necesario y doloroso del cambio. Qué gusto obtener respuestas sobre casi todo sin recurrir a la inteligencia artificial.

Pregunta.- Últimamente no ando muy bien con mi pareja, ¿me aconsejaría romper o darle una vuelta al asunto?

Respuesta.- Bueno, habría que ver por qué no estamos bien. A veces confundimos las razones del malestar, y el cónyuge es la primera superficie donde apoyarlo. El problema puede estar fuera y no ser responsabilidad de la relación. Además, la cuestión es ver que proyectos en común hay. los elementos que empujan a estar juntos. Pero romper siempre es muy doloroso como decisión... A veces romper con el otro es también romper con la persona que uno es con esa pareja. Sucede también  en las relaciones de amistad. Algunas se rompen brutalmente  porque ya no queremos estar en el lugar que esa amistad nos asigna. Lo mismo ocurre con la familia, con situaciones que nos infantilizan, o nos culpabilizan.

P.-¿Los cambios están sobrevalorados?

R.- Va con nuestra sociedad, obsesionada con lo nuevo. Y eso se ha acelerado. Da la impresión de que para mantener la intensidad hay que cambiar de imagen continuamente, es ese gesto del scroll. Con las parejas ocurre lo mismo. Es una ilusión, porque son cambios superficiales, relaciones muy breves sin impacto transformador. Son divertimentos, como series de televisión o ropa nueva. Pero lo otro requiere un compromiso, una inversión, algo de ti mismo.

P.- ¿El ascensor social francés se ha averiado?

R.- Sí, por razones políticas. Las decisiones políticas han destruido la malla social, educativa y cultural que era su sustento. Aquello que funcionaba en los setenta hoy funciona mal: todo se privatiza. Hay algo criminal en la destrucción de esa igualdad, que era un orgullo de Francia. Hay una regresión en el plano social, pero también moral.

P.-Usted habla en su libro la idea de estar en nuestro lugar. ¿Eso significa lo mismo que estar en el buen lugar?

R.-La pregunta es si el lugar que me asignan es en el que debo estar. ¿Como mujer tengo que asumir el rol de un machismo conservador? Se puede pensar que puedes fabricarte tu lugar, real o simbólico. A veces hay que forzar y proponer un modelo de representación que no existe.

P.-Hay una cierta angustia por no estar en el lugar en que deberíamos

R.- Es como nuestra incapacidad de ser felices, sí. Pero no hay que focalizarse en un lugar geográfico. El lugar es algo que se define por las relaciones y la actividad: qué hago, con quién lo hago, qué sentido tiene para mí y para los demás.

P.-¿Estamos más obsesionados con la sexualidad que antes?

R.- Había algo obsesivo en relacionar la sexualidad con el bienestar. Pero deberíamos preguntarnos si es tan importante. Hay épocas en que es central para construirse, pero no es lo mismo en todas. Puede haber voluntad de alargarla, pero también de retrasar el momento de entrar en la sexualidad, jóvenes que sin ser reaccionarios eligen eso. No debe acelerarse. Lo positivo son los discursos diversos con voces disonantes.

Daniel Verdú. El País, domingo10 de agosto de 2025.

martes, 16 de septiembre de 2025

El Museo del Louvre rompe sus cánones clásicos

Elías Crespin y su su obra "La onda del mediodía"
en el Museo del Louvre. (Foto:Antoine Mongodin)

El centro de arte más visitado del mundo acelera su programa para incorporar a autores vivos con obra permanente. De momento solo cinco han sido invitados a intervenir en su arquitectura. En la primavera de 2018, Elías Crespín (Caracas, 60 años) exponía una de sus obras en el Grand Palais de París, dentro de una muestra colectiva, cuando le dijeron que el entonces director del Louvre, había visto su creación y quería verle. "Quería encargarme una obra para el Louvre. Flipé, explica este venezolano afincado en París desde hace 17 años, el único artista hispánico  que tiene obra permanente en el museo más visitado del mundo.

El encargo no era para exponerlo de manera puntual, sino para quedarse en el templo del arte antiguo. Tenía que intervenir en un espacio, el que él quisiera, dentro de la arquitectura del museo. Este privilegio solo lo han tenido él y otros cuatro artistas contemporáneos más. Además de Crespin, el alemán Anselm Kiefer, el americano Cy Twombly, el francés François Morellet y el belga Tuc Tuymans. Solo tres están vivos: Kiefer, Crespin y Tuymans.

"Me dieron un pase permanente para que pudiera ir al museo cuando quisiera y explorar el espacio donde quería instalar mi obra. Parece idílico, pero es difícil porque el Louvre no es pequeño. Tenía que buscar un lugar apropiado para una obra que aún no sabía cuál era", relata Crespin. Entre los 73.000 metros cuadrados que tiene el templo parisino del arte, encontró el lugar y un año después creó La onda del mediodía: una estructura muy compleja a nivel técnico que podría resumirse en una especie de pentagrama que se va moviendo por los motores instalados en cada una de las cuerdas que están suspendidas de una bóveda. Se mueven  gracias a un algoritmo que las hace danzar. Se instaló en la escalera de Midi, una de las más emblemáticas del Museo. "El lugar me fascinó, dice el artista, cuya obra convive con clásicos  como La Gioconda o la Victoria de Samotracia.

Esta pieza forma parte de lo que el Louvre llama los "decorados perennes", los de los cinco artistas citados, que han creado piezas más propias de museos como la Tate Modern o el Centro Pompidou en París. Es un privilegio exclusivo, pues el director del museo el que los elige. El Louvre ha sido una de las instituciones  más influyentes en la definición del canon del arte occidental. Desde su apertura en 1973, heredero de las colecciones reales francesas y enriquecido por los botines artísticos de las campañas napoleónicas, se ha forjado como un templo del arte clásico con obras de las civilizaciones del Mediterráneo, la pintura europea del Renacimiento  y la escultura grecorromana. Las obras más antiguas tiene 9.000 años.

En las últimas décadas se han ido incorporando, de manera muy selectiva (cinco en 20 años), otras que dinamitan ese canon clásico y suponen una disrupción en el espacio. Este cambio no responde únicamente al afán de "modernizarse", sino a un reconocimiento de que el arte  es una red de diálogos y ecos entre épocas. Donatien Grau, consejero del programa contemporáneo del museo, explica que "en realidad esto forma parte de una tradición que tiene que ver con la identidad palaciega del Louvre, porque antes de ser museo fue palacio, pensado para ser decorado".

Antes de las intervenciones de Kiefer (2007), Twombly (2010) o Crespin (2020), el museo ya había iniciado diálogos  con creadores que desafiaban el antiguo esquema. Se remonta a Eugène Delacroix, que en 1850 recibió el encargo de pintar la composición central de la bóveda  de la galería de Apolo, y Georges Braque, que lo hizo sobre la cúpula  de la sala de Enrique II en 1953. "Hoy no son contemporáneos, pero si lo eran de esa época", recuerda Grau. (...)

Raquel Villaécija. París, el País, lunes 8 de septiembre de 2025.

lunes, 15 de septiembre de 2025

"El cuadro robado"

La base de la trama es verosímil. Por una de esas casualidades de la vida, un subastador de la prestigiosa casa parisina Scottie (nombre ficticio) recibe una carta en la que una abogada de provincias le comenta del hallazgo de una pintura, y por la que su nuevo propietario se muestra muy preocupado. Una vez realizada la inspección, resulta ser una obra desaparecida en la Alemania de 1938, en pleno expolio nazi. Es de Egon  Schiele (1890-1918 ), un grande del expresionismo austríaco. Pascal Bonitzer, reputado guionista (sobre todo colaborando con Rivette y Techiné, entre otros), filma su propio texto como una ficción  y un estudio de personajes. Esto no es más que una coartada para aflorar emociones  dispares hasta conformar un retrato humanista, que va desde el antipático experto en arte a la desconcertante becaria, pasando por la ex del primero y el accidental dueño del lienzo.

Como fondo, los opacos  entresijos del lucrativo negocio galerista, dando siempre entrada  a la condición humana, con apuntes de diferencia de clase. Si la maestría de Bonitzer no admite reparto en la construcción  del entramado dramático, el acabado visual y la narrativa elegida se ajusta a la acostumbrada elegancia del drama a la francesa. Añadamos un inteligente sazonado en torno a la impostura. Acabaremos sabiendo que el protagonista asume un poder consciente de los juegos del poder, léase si no pisas, te pisan, o mejor todavía, vales lo que tu última subasta. Otro tanto la joven  con su halo de misterio y sus reacciones desconcertantes. En medio, un tipo honesto que prefiere la compañía de sus amigos del pueblo  y su trabajo en una empresa local. Hay algo de fábula, con una moraleja final en la que todos, desprovistos ya del corsé de las apariencias y falsos intereses, se convierten en gente normal. El cuadro robado es cine a la vieja usanza, de cuando las películas entretenían y al mismo tiempo, removían conciencias y cargaban pilas.

M.A. F. La Voz de Galicia, domingo 27 de julio de 2025.

domingo, 14 de septiembre de 2025

El traslado del tapiz de Bayeux al British Museum de Londres se complica

El tapiz en su sede de  Bayeux. AP

La obra según lo acordado,  iba a salir de Francia por primera vez  en casi mil años, pero su estado de conservación, extremadamente frágil, ha suscitado polémica y agita el debate sobre el uso diplomático del patrimonio nacional. En julio Macron anunció que iba a ceder el tapiz al British Museum para que se exponga a partir de septiembre  de 2026, mientras duran las obras de rehabilitación del museo normando. Es algo que ya había anticipado en 2028. El Elíseo validó el préstamo a condición de que fuera transportado en buen estado, pero varios informes encargados  a conservadores y expertos en patrimonio desaconsejan su traslado.

Tras el cierre del Museo, el bordado milenario debía moverse igualmente y este es uno de los argumentos del Elíseo para cederlo, que al menos pueda ser admirado y no esté almacenado en una sala. Pero los conservadores advierten de que debe ser aislado y restaurado antes de de embarcarlo en cualquier viaje. "Nos hemos dado cuenta al evaluarlo, de que el tapiz  es demasiado frágil para ser trasladado a gran distancia y que toda manipulación suplementaria es un riesgo para su estado de conservación", señala Cécile  Binet, una de las conservadoras de la Dirección Regional de Asuntos Culturales de Normandía.

Lo hace en un vídeo en el que han participado otros expertos y que fue publicado por la Prefectura de Calvados (a la que pertenece Bayeux) y difundido en redes sociales en enero. La grabación ha sido eliminada  hace unas semanas, tras la confirmación de Macron de que la obra iba a ser cedida temporalmente. 

Binet contradice, al igual que otros dos informes precedentes, lo que dijo hace dos semanas  Philippe Bélaval, consejero del Elíseo encargado de esta gestión. Él afirmó  disponer de otro estudio  reciente que niega  "que el tapiz no pueda ser transportado". La hipótesis es que se haga por camión" señaló a la agencia AFP. 

"Todos los informes públicos, y los que se han ocultado, realizados por decenas de conservadores que han evaluado la obra han señalado que no es posible su traslado sin que sufra ningún daño", explica a El País Didier Rykner, director de la revista La Tribune de l'art, que lleva meses investigando sobre el tema. Afirma haber hablado con varios de los restauradores que han participado en los informes y "todos están de acuerdo: ninguno cree que la tela  no vaya a resultar dañada si se ejecuta la operación", denuncia. Recuerda Rykner que no pueden hablar abiertamente "al haber realizado los trabajos para el Estado, pero su diagnóstico está en los documentos".

Un estudio encargado por la Dirección de Asuntos Culturales de Normandía, que vio la luz en 2020, señalaba: "Dada la fragilidad  y la excepcionalidad de la obra, creemos que es preferible manipularla lo más cerca posible del Museo de Bayeux. Por un lado, eso limitaría  los riesgos asociados a su transporte. Sabemos que el transporte de obras, incluso con una organización impecable, es un momento crítico para los objetos. Pueden ser expuestos a varias dinámicas, vibraciones y tensiones, lo que, en este caso particular, podría provocar pérdida de fibras, aumento de desgarros y roturas durante su manipulación. (...)

"Macron cree que el patrimonio nacional le pertenece y lo usa con fines diplomáticos, pero va a poner en riesgo la obra", dice Rykner. El periodista ha lanzado una petición  para pedir  el abandono del proyecto  de traslado y ya cuenta  con unas con unas 68.000 firmas.

En plena polémica, el responsable de conservación de los museos de Bayeux, Antoine Verney, gran conocedor del tapiz , defendía en Le Figaro el valor simbólico de la obra en las relaciones entre ambos países: "El tapiz ha sido concebido para ser trasladado y no nos pertenece. Es un patrimonio compartido con el Reino Unido.

Raquel Villaécija. París. El País, jueves  4 de septiembre de 2025.

sábado, 13 de septiembre de 2025

El rugido de Le Mans

En Le Mans. (Foto: James Rajjotte)

Son las once de la mañana en una  campa dentro del enorme circuito de Le Mans. Simon y Giles, dos septuagenarios ingleses repanchingados en sillas plegables se sirven un whisky solo en vaso de plástico. No es su primer trago de la mañana. Son cuñados y han llegado de Inglaterra para ver las carreras de automóviles históricos, conduciendo un Austin-Healey 300 de 1963, con puertas blancas y capó rojo, que tienen aparcado ante ellos con el maletero abierto. Dentro pueden verse una montaña de latas de cerveza de medio litro, botellas de whisky, todo tipo de piezas de repuesto y herramientas. "Vengo desde Poole con esta antigualla, uno tiene que saber repararla por lo que sea que puede pasar ", dice Simon. Junto a su vehículo hay aparcados decenas de Austin- Healey similares pero con matrícula francesa. "Nosotros nos concentramos con el club francés de Austin -Healey. Aunque digan lo contrario, te digo que son más simpáticos que los ingleses... De noche nos iremos con el club de Austin-Healey de Holanda, que son los que montan las mejores fiestas", asegura Simon. Mientras su cuñado Giles nos ofrece un whisky. Cuesta creer que vaya a llegar a la fiesta de los holandeses.

La campa donde se concentra el club francés de Austin-Healy está perimetrada por unas vallas, que las separan de las campas reservadas a otros clubs de automóviles clásicos y repletas a su vez de modelos icónicos de la historia del automóvil. Ahí están los plateados Porsche 356, los corpulentos de Tomaso Pantera con sus colores chillones. Lotus afilados y planos como cuchillos. Ferrari que parecen tener branquias de tiburón a los lados , Aston Martin de cuando James Bond era Sean Connery y tenía pelo y no podían faltar los Jaguar E-Type con sus morros infinitos y sus pequeñas cabinas, de los que parece que en cualquier momento saldrá algunos de los mitos eróticos a él asociados, como por ejemplo Don Draper.

Los asistentes pasean entre estos distintos modelos, se asoman por las ventanillas para ver el interior , preguntan todo tipo de asuntos técnicos a sus propietarios... Y sin embargo estos automóviles no son más que figurantes en este evento. Los verdaderos protagonistas son los más de 800 clásicos  que retornan del pasado para volver a competir en las 24 Horas de Le Mans, todos ellos agrupados en distintas categorías por periodos históricos  que van desde e1923  a 2005, representando así las distintas eras de esta prueba centenaria.(...)

Pese al peligro que entrañan estos viejos vehículos, el trabajo que dan y lo ruidosos que son , hay algo en ellos  que, como dice Celia Stevens, puede ser adictivo y que concita aquí a aficionados de todo tipo, coleccionistas, mecánicos, pilotos o meros espectadores que acampan dentro del propìo circuito, que se convierte durante estos días en una ciudad efímera e insomne dedicada al culto del automóvil. Quizás el que mejor supo definir ese algo que arrastra  a toda esta gente  fue Filippo Tommaso Marinetti, el poeta italiano que publicó en 1909 el Manifiesto futurista, cuyo cuarto artículo rezaba así: Afirmamos que el esplendor del mundo se ha enriquecido  con una belleza nueva: la belleza de la velocidad. Un coche de carreras con su capó adornado gon grandes tubos parecidos a serpientes de aliento explosivo... un automóvil rugiente que parece que corre sobre la metralla, es más bello que la Victoria de la Samotracia".

Jacobo Bergareche. El País Semanal, domingo 24 de agosto de 2025

viernes, 12 de septiembre de 2025

Las semillas de Dior

La villa Les Rhumbs en 2020. (Foto:  Musée Christian Dior)
Una muestra en el hogar de la infancia del modista Christian Dior, en Granville, explora la influencia en su obra de las flores que sembró su madre en el jardín. Él las transformó en siluetas de tulipanes, bordados de margaritas y fragancias que replican los aromas del campo francés.

Cuando en 1906 Madeleine Dior compró Les Rhumbs, una casa con una hectárea de terreno desértico que bordeaba el cementerio de Granville, en Bretaña, no podía imaginar que su elección cambiaría la manera de vestir de las mujeres de la segunda mitad del siglo. 

Madeleine Dior, que tuvo un hijo al que llamó Christian, dedicó muchos años de su vida a convertir  aquel espacio  con vistas al mar en un frondoso jardín. Sembró pinos, robles y cipreses que crecían "contra viento y marea", según le gustaba repetir a su hijo, el modista.

En el jardín de su madre el pequeño Christian pasó muchas horas observando y aprendiendo. "Para mis ojos de niño era como una selva virgen ", contó en sus diarios. Allí aprendí a anunciar las estaciones por el color de las hojas y la furia con la que el viento golpeaba  contra los árboles. Con su madre y los jardineros de la casa se convirtió en un experto en identificar la esencia de las flores y las bondades de la naturaleza.

En 1947 aquel jovencito cambió la historia de la moda con su primera colección, marcada por la línea Corolle con una silueta que recordaba a las flores invertidas en plena floración. Fue el hilo conductor  que dio vida a la femme  fleurs.,  Vestidas para agradar y recuperar la grandeza tras los años de austeridad de la II Guerra Mundial, esa silueta sería  bautizada como new look y simbolizaría el fin de las penurias y la vuelta de suntuosidad y el lujo.

Desde 1939, los jardines de aquella casa de la infancia de monsieur Dior son públicos y pueden visitarse. En 1997 la mansión Les Rhumbs se convirtió en el Museo Dior, que este verano ha inaugurado la exposición Dior, Enchanting Gardens y ha editado un libro  con el mismo nombre para trazar la línea que une ese jardín con las creaciones de la maison Dior.  Desde el primer desfile de 1947 hasta las creaciones de los directores creativos contemporáneos con John Galliano, Raf Simons y Maria Grazia Chiuri se puede apreciar la influencia de los jardines de Granville en la obra de la maison, explica la comisaria, Brigitte Richart, que destaca: "La línea central de la exposición que podrá visitarse  hasta el 2 de noviembre de 2025 es mostrar la continuidad de las flores y la naturaleza  como inspiración de la casa Dior".

Para la comisaria de la exposición, dos de las piezas icónicas por las que merece la pena hacer una parada en Granville son los vestidos Vilmorin y Andrieux creados por Christian Dior en 1952, un homenaje a la pasión de su madre por las flores silvestres sin pretensiones como las margaritas, y la suya propia por los catálogos coloreados de huerta y jardinería de Vilmorin-Andrieux&CIE. "Eran su lectura preferida por encima de cualquier novela, y, gracias a ellos, Dior aprendió el nombre de las semillas y los cuidados de las plantas", explica Richart. En homenaje a esos comerciantes de semillas, el modista creó dos vestidos de tarde cubiertos de flores amarillas bordadas por el couturier Rébé que fueron portada de la revista Elle en marzo de 1952, lucidos por la modelo Sylvie Hirsch y la actriz Brigitte Bardot... 

Karelia Vázquez. El País Semanal, 12 de agosto de 2025.

jueves, 11 de septiembre de 2025

En la noche oscura del amor: "El cielo abierto"

Una cita de Victor Hugo abre el nuevo libro de Nicolas Mathieu: "Pertenezco sin remedio a esa noche oscura que llaman amor". Ebrio de romanticismo, el autor francés, premio Goncourt en 2028 por Sus hijos después de ellos, inicia así El cielo abierto, su particular tratado sobre el deseo y la pasión. El volumen reúne una serie de textos cortos, originalmente concebidos para sus redes sociales, en los que el amor se presenta como una pasión trágica y devoradora, en la más pura tradición del amour fou teorizado por André Breton. El escritor surrrealista lo definía como un sentimiento irracional y arrebatado que escapaba a la convención social y provocaba una especie de iluminación. "Hacía calor y dolía como en una novela de Marguerite Duras", escribe Mathieu en las primeras páginas, fijando el tono lírico y febril que atravesará el resto de este pequeño libro breve y fulgurante como un incendio condenado a la ceniza.

El cielo abierto es un ejercicio de autoficción poética construido a partir de una larga serie de textos que Mathieu publicó en su cuenta de Instagram desde 2018, dirigidos a "una mujer que, al principio, no estaba libre". Durante cinco años, el escritor documentó esa historia de amor clandestina pero expuesta a la vista de todos, del ardor inicial al intento de construir una relación convencional. Y, desde ahí, a la inevitable ruptura. A partir de esta materia prima, compuesta a retazos, Mathieu compone una variante digital del amor cortés, esa concepción medieval del vínculo sentimental en la que el deseo nunca se acaba de consumar, sino que se mantiene en tensión, siempre sublimado. Aquí no hay trovadores ni castillos, pero sí la misma fe ciega  (y un poco ilusoria o incluso tóxica, que diríamos hoy) en el amor como una forma de elevación.

Este peculiar libro se inscribe en una la larga tradición nacional que concibe el amor como un absoluto, una aspiración que da sentido a la existencia de la misma Duras a Georges Bataille, de Truffaut a Lacan -autor de esta célebre máxima: "El amor es dar algo que no se tiene a alguien que no lo quiere"-, de Yves Saint-Laurent a Françoise Hardy. Es interesante analizar la especificidad cultural de esta forma de entender el sentimiento. Fogoso y enfático, Mathieu escribe con la convicción de que ese tipo de sentimiento es compartido por muchos, quizá incluso universal. "Soñé con que el lector o la lectora dijera: Sí, soy yo. Esta es mi pena y mi alegría, mi historia  y el problema común a todos", confiesa el autor. Pero esa aspiración choca con barreras culturales evidentes: lo que en Francia se entiende como algo natural puede parecer como algo remilgado o excesivo en otras latitudes. Mathieu bordea en varias ocasiones esa línea roja, sin que eso empañe  los numerosos aciertos y virtudes de su prosa, alejada de los lugares comunes y dotada de un fascinante punto de opacidad, una leve penumbra  que en lugar de oscurecer el sentido lo vuelve más sugerente y abierto  (aunque eso complique su traducción como aquí se evidencia).

Lo más interesante llega hacia el final. El amor se agota y, en plena travesía del desierto, el protagonista afronta otros duelos: la muerte inminente de un padre que agoniza, la crianza de un hijo a punto de entrar en la ingrata adolescencia . Y en ese tránsito emerge una nueva humanidad  más contenida y conmovedora, una madurez que asume, con un dolor más sereno, que todo termina. ¿Quién dijo que el amor sería una excepción?

Álex Vicente. Babelia. El País, sábado, 23 de agosto de 2025.

miércoles, 10 de septiembre de 2025

Angélique Kidjo, cantante beninesa, celebra 40 años de "música y activismo"

Angélique Kidjo en el festival Womad de Cáceres.
(Hara Amoros/Womad)

Todos consideran sin excepción a Angélique Kidjo como la cantante y la compositora  más importante de todo el continente africano, más aún desde que su gran mentora, la sudafricana  Miriam Makeba, falleciera en 2008 y dejase vacante el cetro de "Mamá África". Pero si existe algo más emocionante que escuchar  obras maestras del afro pop como Dijn, dijn (2007), Oyaya! (2004) o, sobre todo Lack Ivory Soul, de 2002,. es conocer de sus propios labios las motivaciones más íntimas que la llevan a seguir  recorriendo medio mundo con los mensajes de amor, respeto y tolerancia.

Aprovechando su reciente visita al Womad de Cáceres y su tenaz determinación  de "vencer el agotamiento de pasar media vida en los aeropuertos", la artista de Benin accedió  a explicar a este periódico por qué sus 65 años, cumplidos en julio, no serán en ningún caso sinónimo de jubilación. "Tengo la obligación de dejarle a mi hija, de 32 años, un mundo de concordia que se parezca mínimamente al que le prometí de pequeña. Nadie es inmune al odio que se está extendiendo por todas partes, así que, como artista, debo confrontar con el poder y decirle a todo el que quiera escucharme: es hora de que despertemos".

Tres cuartos de hora de charla dan para desbrozar  mínimamente el diario ético y estético de una mujer que presume  de ser la séptima  de diez hermanos. Y que hace girar sus más firmes creencias  en torno al "amor  al planeta  como el hermoso ser vivo que nos abraza a todos" y al papel de la familia  en el aprendizaje y la transmisión de valores. "Yo no sé por qué hago música", exclama. "Nunca pensé en convertirme en cantante: era un don que estaba ahí, y cualquier don debe servir para compartirlo y hacernos mejores como seres humanos. Mis padres estaban preocupados conmigo porque no construí mi primera frase hasta casi los cuatro años, pero antes de eso ya canturreaba sin parar"

- ¿Y pasó de no hablar a ser una niña charlatana?

-Desde el primer momento. Hablaba tan rápido que mi madre me decía: "Ojalá hubieras seguido cantando, porque ahora nos tienes agotados de tanto escucharte". No paraba de interesarme por todo, hasta el extremo de que los mayores de la familia se dispersaban en cuanto me veían aparecer para que no les hiciera preguntas. Y mi padre les reñía: "Os sentáis y le respondéis. ¿Cómo queréis que aprenda la niña, si escapáis de ella?"

La curiosidad ha sido, desde entonces, el carburante primordial en la vida de Kidjo, una de esas personas que no dejan de observar el mundo y empaparse con la sabiduría del prójimo. Lo comprendió desde muy pronto, gracias aun padre que debía ser tan insaciable como ella a la hora de aprender. "Papá no hablaba español, pero siendo yo todavía muy pequeña, el cogía su banjo y me cantaba Cucurrucucú Paloma. Me repetía que él no era lo bastante rico para enviarme de viaje por medio mundo, pero que podía traerme el mundo a casa  a través de la música. Esta enseñanza es hoy la mayor riqueza  que puedo entregarles  a quienes vengan después".

Si la figura paterna resultó decisiva, la de la madre es aún más imprescindible. "Mamá accedió a formar una familia numerosa, pero avisó de que nunca abandonaría su gran pasión, el teatro", revela. "Fundó y dirigió una compañía teatral y, justo antes de cada función, los animaba a todos con una frase a modo de amuleto: "Haced que volvamos bien a casa". Kidjo la perdió hace  cuatro años y ultima ahora un álbum  a modo de homenaje monográfico, pero en los momentos cotidianos de duda  o zozobra intenta rememorar sus consejos con su propia voz. "Cada vez que me dispongo a pisar el escenario", detalla, "sobre todo si estoy muy cansada, escucho como me insiste: "Tu cuerpo puede estar fatigado, pero el espíritu  ha de permanecer  desnudo y atento a cualquier estímulo".

El disco sobre el legado materno comparte prioridades en la mente de Kidjo con su reciente concierto en el Royal Albert Hall londinense para conmemorar  "40 años de música y activismo", que puede disfrutarse  bajo demanda  en la web de la artista  y representa  el más reciente  coqueteo de la beninesa -siempre omnívora a la hora de compartir experiencias  con otros músicos- con el mundo orquestal. (...)

¿Queda margen para la esperanza , pese a todo? Kidjo quiere pensar que sí. La mujer que atesora cinco Grammy, la embajadora de Unicef, la nieta de una curandera que la despertaba todas las mañanas  a las cinco para que la acompañara a recoger hierbas y a comprender  que cualquiera solo es "una pequeñísima parte de la naturaleza", dice contemplar muchos rostros jóvenes entre el público de festivales como el Womad.

Fernando Neira. Cáceres. El País, miércoles 20 de agosto de 2025.

martes, 9 de septiembre de 2025

El fantasma del cuadro de Courbet

En el Museo de Orsay llama la atención el misterioso cuadro de Gustave Courbet El taller del pintor, alegoría real de 1855 en la que el artista se autorretrata rodeado de modelos, clientes y amigos. Vemos al barbudo mecenas Alfred Bruyas, al anarquista Proudhon y, en el extremo derecho, como indicó el pintor en una carta, a "Baudelaire leyendo un libro gigante junto a una mujer negra que se mira coqueta en un espejo", una figura fantasmal que fue borrada por el propio pintor. Aún así, no ha podido con ella. La capa de pintura que pretendía mantenerla oculta se ha ido volviendo transparente y 170 años después Jeanne Duval se ha revelado y rebelado. La razón por la que Courbet borró del cuadro y de la historia a esa mujer  encuentra respuesta en el documental La femme sans nom, l'histoire de Jeanne et Baudelaire, dirigido por Régine Abadía (Filmin). Duval fue amiga y compañera del poeta que inauguró la modernidad, pero también objeto de desprecio  por parte de todos los biógrafos de Baudelaire. "Jeanne Duval no tenía nada especial, aparte de su color de piel, ni talento, ni belleza, ni ingenio ni corazón", escribió Eugène Crépet en 1887. "Jeanne tenía todos los defectos que se atribuían a la gente mestiza, solapada, deshonesta, lujuriosa, derrochadora, alcohólica y además, ignorante y estúpida..., más talentosa para la prostitución que para estar en compañía de artistas", opinaba Pascal Pia en 1952.

La rebelión silenciosa de Jeanne Duval desde el fondo de la tela de Courbet pone de manifiesto un bochornoso caso de racismo y, de paso. reivindica un ejemplo de feminismo en libertad. Fue ella quien condujo a Baudelaire a la noche e inspiró algunos de los mejores versos de Las flores del mal.

Baudelaire nació en 1821. Su padre murió cuando era muy joven y su madre se volvió a casar con el futuro general Aupick, quien, alérgico a la poesía, decidió mandar de viaje al futuro poeta amigo del lumpen porque, según dijo, "urge alejar a Charles de los resbaladizos adoquines de París y separarlo de las malas compañías". Así conoció Baudelaire isla Mauricio, lo que acrecentó su fascinación por el exotismo de la negritud. De vuelta a París, es probable  que fuera el fotógrafo Nadar quien le presentara a Jeanne Duval en 1842. El amigo de la pareja Édouard Manet retrató en 1862 a Jeanne Duval en la obra La amante de Baudelaire reclinada. Durante años planeó la duda de si Courbet la borró por indicación de Baudelaire tras una disputa con su amante, o si lo hizo el pintor tras discutir con el poeta. Hoy está claro que, en el clima conservador del Segundo Imperio, incluir a una mujer negra  nacida en Haití y amante de un poeta famoso, que sueña con ser actriz y ejerce de bailarina, era una provocación política y sexual, demasiado incluso para los círculos intelectuales y artísticos, en una época en la que aún no se había abolido el esclavismo. Y Courbet, aunque rebelde, era también pragmático.

Emmanuel Richon, biógrafo de Jeanne Duval, pasó diez años buscando su presencia en la correspondencia y en la obra de Baudelaire para devolver a la bailarina el lugar que le corresponde: "El racismo se retroalimenta, no necesita la presencia de la víctima: alguien habla mal de ella, viene otro y se lo cree a pies juntillas y añade sus nuevos matices y se repite el estribillo del odio hasta hoy.

Use Lahoz. El País Semanal, 18 de agosto de 2025

lunes, 8 de septiembre de 2025

"Mi querida ladrona"

En sus primeros compases, Mi querida ladrona adopta un delicioso tono fabulístico para presentarnos a María, su discreta protagonista: una asistenta del hogar que, para cumplir el sueño de ver a su nieto convertido en pianista, roba pequeñas sumas de dinero a las personas mayores a las que cuida con cariño y esmero. Robert Guédiguian (Marsella, 1953) -todo un emblema del drama social con conciencia proletaria- filma con trasparencia casi con delicadeza, los pequeños hurtos que comete María, casi como si se tratara de un filme de Robert Bresson. Sin embargo, el cineasta francés, que construye una nueva oda a la belleza sin oropel de su Marsella natal, se niega a juzgar de forma tajante a su imperfecta heroína, quien se mueve con sorprendente naturalidad entre el hedonismo individualista y la abnegación altruista. De este modo, lejos del maniqueísmo  que en ocasiones ha enturbiado su obra, Guédiguian se aferra a aquella máxima de Jean Renoir según la cual todos los personajes tienen sus razones.

Entregada al magnetismo de su protagonista, Mi querida ladrona -que toma su título original, La Pie voleuse, y su leitmotiv musical de la ópera La urraca ladrona de Gioachino Rossini- alcanza su cénit expresivo en un pasaje puramente observacional. Después de una ardua jornada de trabajo, María (interpretada con sentido y sensibilidad por Ariane Ascarine, la musa eterna  de Guédiguian ) se sienta en la terraza de su casa a comer un imponente plato de ostras mientras contempla, en la pantalla de su teléfono móvil, una grabación de Arthur  Rubinstein  interpretando el Liebes-traum  nº3 de Franz Listz. Así, más allá de las penurias económicas y la preocupación  por la afición al juego de su marido, María expresa su negativa a renunciar a la joie de vivre.

El personaje de María marca el buen rumbo de Mi querida ladrona, haciendo las veces de sosegada y contradictoria brújula moral del filme. Sin embargo, cuando los personajes secundarios protagonizan un giro rocambolesco relacionado con el deseo amoroso y el instinto de protección, la película se precipita peligrosamente hacia la estridencia dramática y el atropello narrativo. Las razones de este cambio de tono y de tempo  cabe buscarlas en el interés de Guédiguian por introducir en el relato un componente intergeneracional, que alude en su trasfondo al enquistamiento de las pulsiones capitalistas en la psique de la clase media. Por desgracia, esta reflexión sociológica llega acompañada de una escritura  un tanto esquemática. Un traspié que, en todo caso, no invalida la sugerente meditación que propone Mi querida ladrona sobre los claroscuros morales a los que debe hacer frente "la pobre gente", según la feliz expresión  acuñada por Victor Hugo en un poema que recita un personaje  en la recta final de la película.

Manu Yáñez. El Cutural, 25-7-2025.


domingo, 7 de septiembre de 2025

El último vendedor ambulante de periódicos de París

Ali Akbar vendiendo periódicos en pleno distrito Saint Germain-des-Pres.
 (EFE/EPA Christophe Petit Tesson)

Un tipo bajito y enjuto, tocado con una gorra de béisbol y unas gafas gruesas de pasta marrón, apoya cuidadosamente su bicicleta contra una farola junto al café Hibou, en el Odéon parisino. Es un gesto suave, mete la mano dentro de una bolsa de plástico y saca un pequeño fajo de periódicos que se coloca bajo el brazo. Como si estuviese a punto de levantarse el telón, el tipo coge aire y lanza:"¿¡Ya está aquí Bayrou, ha solucionado los problemas de Francia. Estamos salvados. Compren Le Monde!". Comienza la función.

Ali Akbar, paquistaní de 72 años, es el último vendedor ambulante de periódicos de París, aunque el nombre en francés sea mucho más poético: crieur (gritador). Desde hace más de medio siglo recorre unos 15 kilómetros diarios entre las callejuelas del Barrio Latino de París -o de lo que queda de él- ofreciendo periódicos en plazas, restaurantes y locales nocturnos. Ali llega de Antony, en la banlieue sur de París, a mediodía. Empieza a la una cuando se publica Le Monde  (su edición es vespertina) y no se marcha a su casa hasta que venda el último ejemplar. Ya sean las ocho, las nueve, las diez de la noche. Desde el café Fleur a Les Éditeurs, pasando por la brasserie Lipp hasta la Facultad de Sciences Po donde, durante años, cuando llegaba a despachar  más de 250 periódicos diarios, encontró sus principales clientes  entre los estudiantes de Políticas impacientes por saber lo que ocurría en el mundo.

Akbar empezó hace medio siglo despachando el periódico satírico Charlie Hebdo y Libération. Más tarde, cuando empezaron a pedírselo los estudiantes, se pasó a Le Monde, en una ciudad unos 40 crieurs se repartían las esquinas de los principales barrios intentando no pissar el territorio del otro. Una profesión que pudo alcanzar su momento de esplendor  en el París de los años sesenta, cuando Jean Seberg serpenteaba entre los coches de los Campos Elíseos en el Al final de la escapada, de Jean Luc Godard, con varios periódicos  bajo el brazo gritando  New York Herald Tribune!" mientras la perseguía Jean-Paul Belmondo, frustrado porque no encontraba el horóscopo en ese periódico.

Los tiempos eran distintos, claro. Especialmente en el Barrio Latino, entonces  territorio aparte de intelectuales salidos  de la École Normale Supérieure, poetas, actores y noches en blanco. La vida de Akbar era una especie de termómetro de la salud cultural de la ciudad, pero también la montaña rusa de la industria del periodismo. "Este lugar ya no es como antes. Ahora está lleno de turistas. Antes era un barrio con alma. Las librerías son ahora tiendas de ropa o de lujo. Y mis clientes, o quienes deberían serlo, leen solo en su móvil, en digital", apunta.

Akbar se marchó de su Pakistán natal en barco, sin un centavo, y cruzó medio mundo antes de llegar a París. Aprendió francés por su cuenta, "con un libro comprado en Gibert Jeune y un diccionario", durmió mucho tiempo bajo los puentes. "Gracias a un argentino, pude empezar a vender periódicos en la calle", recuerda. Y todavía permanecen los recuerdos de los malos momentos, de la discriminación. Por eso, confiesa, sigue en el mismo barrio después de medio siglo. "Soy muy sensible, y al principio lo pasé mal. La calle es dura, y mucha gente  me trataba como un mendigo. Ahora aquí me conocen todos, me quieren. Y si me fuera a otro barrio tendría que volver a empezar".

Alí es una institución en el barrio. Todo el mundo lo conoce. Muchos le dejan un billete extra en el periódico o lo invitan a almorzar mientras charlan un rato con él. A las 17.00 del miércoles, se sube a la bicicleta y prosigue su recorrido, primero por el bulevar Saint Gremain y luego gira hasta la plaza de Saint Suplice, donde entra en el café de la Mairie. Muchos pasaron por aquí. Políticos, como Emmanuel Macron ("Cuando era estudiante en Sciences-Po, me invitaba a un café o una copa de vino tinto"), Édouard Philippe, Hubert Védrine o Jean-Louis Debré. Intelectuales como Jean-Paul Sartre, o artistas como Catherine Deneuve y Vincent Lindon.

Su periódico principal ahora es Le Monde, que compra en un quiosco por unos dos euros el ejemplar y vende por casi el doble. Gana alrededor de 70 euros en un día promedio, rara vez se toma un día libre. Leer el periódico continúa siendo una costumbre arraigada en Francia. Algunos amigos compran dos o tres ejemplares y le dan 10 euros. No tiene pensión, pero se las arregla...y su madre consiguió un jardín en Rawalpindi (Pakistán)...

El presidente Macron le otorgó recientemente la Légion d'Honneur, la más alta distinción de la República, que le será conferida en una ceremonia em el Elíseo en otoño."¡Quizás me ayude a conseguir mi pasaporte francés!", bromea Akbar.

Daniel Verdú. París.El País, domingo 27 de julio de 2025.

sábado, 6 de septiembre de 2025

El cambio climático amenaza los castillos del valle del Loira

Castillo de Chenonceau.

En el Valle del Loira, el imponente castillo de Chenonceau, una de las joyas del Renacimiento francés, se alza sobre el río Cher, afluente del Loira. Construido en el siglo XVI, sus cimientos siempre han estado sumergidos y debe ser así para evitar que la madera se pudra en contacto con el aire. En 2019 ya hubo que reflotarlo abriendo la presa más cercana, porque la sequía amenazaba  los pilares que sostienen sus puentes. En el castillo de Amboise hubo que hacer  en primavera trabajos urgentes de consolidación, porque debido a las fuertes lluvias, más de 6.000 toneladas de tierra amenazaban con derrumbarse en una de sus fachadas.

Uno de los encantos de los castillos del Loira es que los vertebra un río, aunque esto es también lo que hoy los hace más vulnerables al cambio climático. Los periodos de fuertes precipitaciones combinados con los de sequía extrema son cada vez más frecuentes en esta región y ponen en peligro las estructuras de estos monumentos, alerta la organización Reseau Action Climat (RAC).

En un informe sobre las consecuencias del cambio climático en el patrimonio nacional, advierten de que los castillos renacentistas son especialmente vulnerables "pues están más expuestos a las variaciones hídricas. Benjamin Crettenand, responsable de concienciación  sobre cambio climático de RAC, explica que "son terrenos que, por su composición, sufren  más los problemas de erosión provocados por la sequía y las lluvias intensas, que van en aumento y amenazan con generar  deslizamientos de tierra e incluso la destrucción  de infraestructuras". (...)

Karine Gloanec, consejera regional de turismo del valle del Loira, admite que en los últimos años "hay una creciente preocupación por los castillos". Las sequías frecuentes degradan el suelo y disminuyen su capacidad  de absorción de lluvia. Además, "están expuestas a las catástrofes climáticas, en caso de que el río se desborde", dice.

La amenaza ya es tangible. En febrero el riesgo de derrumbe  de la muralla sudeste del castillo de Amboise donde está enterrado Leonardo Da Vinci, obligó a desplazar a medio millón de personas y realizar trabajos de urgencia de consolidación de estructura por 2,5 millones de euros.

Según los cálculos de la consejería de turismo, al menos la mitad de los 150 castillos del Loira (no hay una lista oficial) están afectados por alguno de estos problemas vinculados al cambio climático. "Hay una reflexión conjunta, con otros países de la UE, sobre cómo podemos adaptarnos, incluso repensar el turismo", explica Goanec. Los 42 castillos más conocidos de la zona reciben unos cinco millones de visitantes al año.

La consejera explica que se ha creado un grupo de trabajo a nivel europeo con otras regiones turísticas y más afectadas que otras por el cambio climático, entre las que está Valencia, para abordar soluciones  y "estudiar fórmulas para proteger el patrimonio". "Se trata de compartir experiencias para afrontar este desafío y ver cómo financiarlo".

Raquel Villaécija. París. El País, lunes 25 de agosto de 2025.

viernes, 5 de septiembre de 2025

La cultura gallega vibra en el corazón de Europa

Galicia es un país emigrante, tanto por el drama de la marcha forzada como por los aventureros que van a ver lo que hay afuera. Bruxelas, como sede de la Unión Europea, es una de las ciudades donde más gallegos se establecen buscando oportunidades. La capital belga, de hecho, es un espacio muy cosmopolita. Según las estadísticas casi la mitad de su población es extranjera, de más de 180 países diferentes. Una cifra solo superada por Dubai. Eso hace de la vida cultural bruxelense un caldero vibrante y variado siempre hirviendo. Y como no podía ser de otro modo, la cultura gallega está bien metida en él, con un empuje que cada vez tiene más fuerza.

Distintas asociaciones y proyectos representan nuestra cultura a 2.000 kilómetros de casa, haciéndonos olvidar la distancia por unos momentos y juntarnos alrededor de la música, la literatura o el deporte. Es el caso de la asociación cultural Couto Mixto, nacida en el año 2006. El escritor Daniel Ugarte es uno de sus promotores desde el principio, del que también forman parte autores como Xavier Alcalá o Xavier Queipo. "El nombre representa lo que queríamos que fuera esto: un espacio de libertad", recuerda Ugarte. Igual que el micro estado Couto Mixto juntó a Galicia y Portugal, pues no sería posible sin la colaboración  de la desaparecida librería portuguesa y gallega Orfeu.

La Gente del Couto Mixto es responsable de eventos como proyecciones del Festival de Cans en Bélgica, paseos literarios, celebración del Día  de las Letras Gallegas o la presentación de libros en gallego como Mouros fora¡ (Rinoceronte), la primera traducción del esloveno al gallego.

Lingüísticamente, Daniel Ugarte destaca como, en el exterior, gente que hace tiempo no habla gallego o que incluso se crio en castellano emplea nuestra lengua. "Es un modo de normalizarla en cualquier contexto, incluso fuera".

En el terreno musical, los belgalegos tienen marcado en el calendario un evento principal: EmigraSON. Este festival nació en el año 2023 de la mano de unos amigos que se mudaron a Europa. "La base era tener un hueco para socializar tal y como hacíamos en casa, así como compartir nuestra pasión por la música con gallegos que trabajan aquí,", dice Karan Novo, uno de sus organizadores.

Una idea "un poco atrevida" al comienzo", como recuerda Novo, terminó siendo una fecha capital  para la comunidad gallega extendida por Europa. Parece que no le salió mal la inspiración a este equipo de seis personas ; dos años después de la primera edición se agotaron las entradas en la Madeleine, una de lasa salas de conciertos más icónicas de Bruxelas.

El EmigraSON sirve de entrada a la música  gallega para la gente extranjera que los gallegos, muy orgullosos de lo nuestro, vamos conociendo por el mundo. No es extraño ver a gente de Indonesia, Francia o México bailando al ritmo de The Rapants o participando en la clásica foliada del día anterior. 

El buen ambiente del EmigraSON fue uno de los detonantes de otro dinamizador de la comunidad gallega: la peña Europa Celta, un espacio en el que los celtistas y gallegos en general  se reúnen con el el fútbol como escusa. Pinto, uno de sus fundadores cree que la peña hace que los encuentros gallegos  pasen a ser más cotidianos. "Además, entre gol y gol  se va hablando de cosas  que se podrían hacer  con asociaciones como el Couto Mixto. Creo que la peña ayuda,  como dicen algunos a construir un país".

José G. Santalla. Lovaina. La Voz de Galicia, sábado , 26 de julio de 2025.

jueves, 4 de septiembre de 2025

Ratificada la condena al escritor Boualem Sansal

Boualem Sansal

El escritor francoargelino Boualem Sansal, detenido hace más de siete meses en el aeropuerto de Argel, vio ayer ratificada la condena a cinco años de cárcel que le fue impuesta en marzo por "atentar contra la integridad del Estado". Enfermo de cáncer  y con 75 años en el registro civil  (aunque su edad real puede rondar los 80), Sansal es uno de los escritores más importantes, traducidos y leídos  en lengua francesa. Su destino en prisión queda ahora en manos del presidente de Argelia, Abdelmayid Tebún, quien el sábado puede concederle el indulto  con ocasión de la fiesta de la Independencia por razones de edad y salud, como han solicitado las más altas autoridades de Francia, antigua potencia colonial, en un gesto de clemencia que sobrevuela la tensión diplomática entre Argel y París por el conflicto del Sáhara Occidental.

El Tribunal de Apelaciones de Argel se atuvo a la sentencia , sin atender  la petición  de la Fiscalía , que pretendía elevar la pena a 10 años de prisión . La voz crítica de Sansal contra el Gobierno de Argelia, en unas declaraciones  a un medio francés, condujo a su arresto y a la apertura de un proceso marcado por el secretismo y la incomunicación con sus abogados.

El narrador asistió a la lectura del fallo acompañado por el letrado Pierre Cornut-Gentille, enviado por Francia por su editor Antoine Gallimard. Su defensor aseguró a la prensa de Argel en que el escritor se encontraba en buen estado de salud y que iba a reunirse con él para evaluar la presentación de un eventual recurso de casación. Esta opción bloquearía la posibilidad  de una inmediata medida de gracia por parte del jefe del Estado.

El Gobierno francés reclama a Argelia "un gesto de clemencia" tras la ratificación de la condena del escritor . "Francia hace un llamamiento a las autoridades  argelinas  para que encuentren una solución rápida, humanitaria y digna ante la situación de nuestro compatriota, teniendo en cuenta su estado(...) para que pueda quedar en libertad y recibir tratamiento médico", reza un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores citado por la agencia  Efe, que califica la decisión  judicial de "incomprensible e injustificada". El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha solicitado reiteradamente su excarcelación. Durante su estancia en prisión  ha estado privado del derecho de asistencia consular como ciudadano francés.

Nacionalizado francés hace apenas un año ha sido utilizado como "rehén" y "cabeza de turco", según sus abogados, en el fuego cruzado del conflicto  diplomático  surgido tras el reconocimiento implícito de París de la soberanía marroquí sobre el Sahara Occidental, la antigua colonia española cuya autodeterminación  defiende Argel mediante su apoyo al independentista Frente Polisario.

Juan Carlos Sanz. Rabat. El País, miércoles 2 de julio de 2025

miércoles, 3 de septiembre de 2025

Laurence des Cars, directora del Louvre

Laurence des Cars

El Louvre va a afrontar su mayor renovación en décadas. Su directora, una de las pocas mujeres al frente de una pinacoteca, quiere actualizar el espacio y las exposiciones para atraer a los más jóvenes y reducir las aglomeraciones. Un desafío a la altura de su prestigio. Su nombramiento como primera mujer  para el puesto de directora del Louvre causó revuelo hace cuatro años. Ella misma dice que este puesto tiene dimensiones diplomáticas, casi geopolíticas. Ahora Laurence des Cars, de 58 años, busca modernizar el museo más grande del mundo con una reforma que costará 800 millones de euros y también hacerlo más accesible para quienes habitualmente están más alejados del mundo de la cultura. Es uno de los objetivos de la singular y muy exitosa exposición Louvre couture, que desde marzo muestra vestidos de diseñadores de moda como Alexander McQueen y John Galliano, junto con exposiciones de la Edad Media y el siglo XVIII. Des Cars no rehúye el riesgo y tiene la reputación de ser directa. Hablamos con ella en su enorme oficina con vistas al Sena.

XL. Semanal. Al asumir su cargo en 2021, prometió abrir de par en par las puertas del Louvre. ¿Qué quería decir con eso?

 Laurence des Cars. No quiero un museo reservado solo para una élite con cierta educación. El palacio real en el que estamos se convirtió en un museo solo gracias a la Revolución francesa. Los revolucionarios querían que todos los ciudadanos accedieran a las colecciones reales. Esta debe ser la casa de todos.

XL. El 77 por ciento de los visitantes del Louvre son extranjeros y todos quieren ver más que nada, la Mona Lisa. ¿Es una carga gestionar esta obra? 

L.C. Siempre diría que tener la Mona Lisa es un regalo. Pero debemos manejarlo con inteligencia. Quiero que visitar el Louvre vuelva a ser un placer y aún es un desafío físico: hay demasiada aglo meración  en la sala  de la Mona Lisa, aunque ya hemos limitado el número de visitantes a 30.000 por día. También quiero que vengan más jóvenes, gente para la que ir a un museo no es algo natural.

XL. El museo se encuentra hoy en muy mal estado. Llueve en las salas, el yeso de las paredes se desmorona. ¿Desde cuándo conocía esta situación?

L.C. Desde que acepté mi cargo. El edificio tenía problemas técnicos y estaba anticuado. Encargué un inventario preciso para hacerme una mejor idea.

XL. ¿Y eso ha tardado tanto?

L.C. Solo en espacios de exposición, sin oficinas ni depósitos, esta casa tiene más de 70.000 metros cuadrados. Quería un informe  completo, y  el diagnóstico  fue más preocupante de lo que había asumido.

XL. Emmanuel Macron aprobó en enero un programa  de modernización  de unos 800 millones de euros. El Louvre  es la próxima gran obra del presidente, tras Notre Dame. ¿Se asegura el museo su futuro? 

L.C. Creo que sí y estoy muy agradecida al presidente. En los próximos seis años podemos renovar toda la infraestructura técnica. Crearemos una segunda entrada  para dirigir mejor los flujos de los visitantes. Y estamos construyendo nuevas salas en el sótano. La Mona Lisa tendrá allí un espacio más grande para explicar a la vez la obra  de Leonardo de Vinci.

XL. ¿Y cómo se financiara todo eso después?

L.C. El Ministerio de Cultura contribuirá con diez millones de euros durante una década. El resto proviene  de los ingresos del acuerdo  de licencia  de la marca Louvre Abu Dabi, que hemos abierto allí. Y luego están los mecenas.

XL. Mantienen colaboraciones  con Uniqlo, Lancôme y L'Oréal. ¿Es compatible con la imagen del Louvre?

L.C. ¿Por qué no habría de selo? Prestamos mucha atención a con qué empresas nos asociamos. Uniqlo, por ejemplo ha sido partidaria del Louvre durante años. A través de esta cooperación llegamos a un público joven  que de otro modo no nos encontraría. Lo mismo ocurre con L'Oréal, con la que hemos diseñado un recorrido a través de nuestras colecciones en relación con la belleza.

XL. ¿Y por qué seguir agolpándose en el Louvre si se puede ver en Instagram?

L.C. O en nuestra web. Todas las obras del Louvre están, sí, en este móvil. Nos escapamos de lo digital, y estamos en las redes sociales, pero no vemos amenazas en ello. La gente seguirá viniendo al museo. 

XL. ¿Por qué está tan segura?

L.C. Ninguna aplicación puede reemplazar la confrontación física con una obra de arte. Recuerdo a quienes en pandemia profetizaron que no volveríamos a alcanzar el antiguo número de visitantes. Hoy vienen casi tantas personas como antes de la covid: nueve millones al año. Porque quieren  estar frente al original: eso desencadena emociones que ninguna reproducción produce.

XL. Somos bombardeados constantemente con imágenes. ¿Cambia eso algo  en la forma que diseña las exposiciones? 

L.C. Lo bueno de los museos es que permiten clasificar las cosas en otros periodos de tiempo, a largo plazo. Un museo puede ser un lugar acogedor para encontrarse a sí mismo. Pero también debemos utilizar medios más novedosos como la inteligencia artificial. No debemos temer lo nuevo...  

Britta Sandberg. XlSemanal, 17 de agosto de 2025.

martes, 2 de septiembre de 2025

"Crecer entre dos artistas. Homenaje a Claude Picasso"

Paloma Picasso en el Museo Picasso de Barcelona presenta la exposición 'Crecer
entre dos artistas',  homenaje a su hermano Claude. (EFE/EnricFontcuberta

Claude Picasso tenía 25 años cuando murió su padre, Pablo Picasso, a los 91 años en Mougins (Francia). Era el tercer hijo de los cuatro que tuvo el artista: Paulo, nacido de su matrimonio con la bailarina rusa Olga Khokhlova, fallecida en 1975; Maya, hija de la modelo Marie-Thérèse Walter y muerta en 2022; y Claude y Paloma, hijos de la pintora Françoise Gilot. Claude murió en 2023, con  76 años. Solo sobrevive su hermana Paloma, responsable máxima de la gestión del legado e impulsora  de la exposición Crecer entre dos artistas. Homenaje a Claude Picasso, que se puede visitar hasta el 26 de octubre en el Museo Picasso de Barcelona.

La mayor parte de las obras que se exponen, alrededor de un centenar de pinturas y dibujos proceden de las colecciones familiares y son inéditas para el público. Un peculiar autorretrato familiar en forma de sombras chinescas (1952) marca el poético arranque del recorrido de una exposición con la que se rinde homenaje a Claude, pero también se quiere destacar la importancia de la paternidad en la obra  y en la vida de Picasso. Con la técnica de las sombras, Picasso dibujaba los perfiles de cada integrante de la familia y con ellos hacían representaciones teatrales infantiles.

Emmanuel Guigon, director del museo, y Paloma Picasso han querido construir un viaje en el que se recorre lo que fue la vida de Claude y Paloma junto a sus padres en Vallauris, en el sur de Francia. Junto a las pinturas se exhiben cerámicas, juguetes y fotografías familiares. Y, de postre, se muestra por primera vez en España una docena de lienzos de Gilot, artista muy cotizada en EEUU, pero a la que la separación de Picasso le costó el aislamiento del mundo artístico francés.

El periodo que abarca la exposición se ajusta a la duración de la historia amorosa de Pablo Picasso y Françoise Gilot: de 1943 a 1953. Cuando empezaron ella tenía 21 años y él, 61. Seguía vinculado a Dora Maar y Khokhlova se negaba a concederle el divorcio. Claude y Paloma, al igual que Maya, fueron lo que entonces se llamaba hijos naturales por haber nacido fuera del matrimonio. En la víspera de la exposición, Paloma Picasso cuenta  que la vida cotidiana era muy sencilla, sin lujos, aunque tenía mucho de surrealista. "Le recuerdo muy cariñoso, estimulante y divertido. Ejercía mucho de padre el tiempo que pasaba con nosotros. Hasta los cinco años vivimos con él. Tras la separación, pasábamos con él las vacaciones". "En aquella época, papá centraba su mirada creativa  en los objetos abandonados que encontraba de camino a su estudio y que después transformaba para darles una nueva vida. Así fue como un coche robado entre los juguetes de Claude  acabó convertido  en una magnífica cara de chimpancé". La escultura de la que habla Paloma es La mona y su cría (1951) que forma parte de la colección permanente del MoMA. Una de sus tres versiones se puede ver en Barcelona.

Paloma Picasso, que compagina su trabajo de diseñadora  (en otoño presenta su nueva colección  para Tiffany & Co.) con sus responsabilidades como jefa de la Sucesión Picasso (conjunto de herederos  y la administración del legado artístico del creador), cuenta que en manos de sus padres, los utensilios más prosaicos de la vida cotidiana se convertían rápidamente  en objetos poéticos y mágicos. "A mi padre le encantaba divertirse con todo tipo de disfraces. Teníamos muchos a mano. Como prueba del amor por la transformación, uno de los cuadros más bellos de la exposición  muestra a Claude con traje tradicional polaco (1948) un óleo que nunca salió del taller del artista. El disfraz fue un regalo con el que volvió de Polonia, uno de los escasísimos viajes que hizo fuera de Francia.

El idílico ambiente que rememora Paloma se rompió con la separación de sus padres. Era 1953 y Gilot decidió marcharse con sus hijos. Pocos años después publicó un libro Vida con Picasso, que ni él ni su poderoso círculo de amigos le perdonó jamás...

Ángeles García. Barcelona. El País, viernes 25 de julio de 2025.

lunes, 1 de septiembre de 2025

"Diamante en bruto"

Diamante en bruto enfrenta al espectador al delirio  de una juventud que ha encontrado en el dinero y la fama sus referentes. Liane, la protagonista, es pobre y combate su miserable vida con un trágico sueño: ser como Kim Kardashian. La diosa de todas las influencers marca su estética y su destino: de las operaciones de cirugía cutres al horizonte de un zafio reality show. Como millones de adolescentes, Liane pasa sus emociones -y su cuerpo- por el filtro de las redes hasta reducir su autoestima a la nada.

El deseo de lujo obsceno, la hipersexualización del cuerpo, la adicción al selfie o los likes y la soledad digital muestran una vida esclavizada y deshumanizada de un joven que se cree libre. La fuerza de su protagonista, Malou Khebizi, es lo mejor del filme, que se estanca pronto y acaba resultando irregular por su incapacidad de ir más allá del descarnado retrato del personaje. Todo lo que rodea a la piel de la protagonista resulta extremo convincente, con momentos tan expresivos como la secuencia  de la sesión del contouring.

Riedinger se mueve entre el estilo realista de la escuela de los hermanos Dardenne y a  la vez incorpora imágenes más evocadoras que pueden recordar a la británica Andrea Arnold por su manera de detenerse en los destellos de un fetichismo de baratijas.

La disfunción familiar y la obsesión consumista, conforman la pesadilla que retrata la película, cuya bajada a los infiernos resulta ambigua y desorientada aunque sostenida por la potencia de un personaje que representa el desamparo de una generación capaz de inmolarse por el deseo de llegar a ser Kim Kardashian.

Elsa Fernández-Santos. El País, viernes 18 de julio de 2025.

domingo, 31 de agosto de 2025

Donar para reducir la deuda pública

Ministerio de Economía de Francia en Bercy, París.
El Ministerio de Economía, conocido popularmente como Bercy, por tener en esta calle su sede, ha recibido hace unos meses un cheque de 45 euros de parte de un contribuyente francés que quiere participar así en la financiación de la deuda pública.

La iniciativa puede parecer insólita, y no es habitual, pero el ministerio la toma en serio y ha publicado en el boletín oficial del pasado 19 de julio la orden  de acuso de recibo del donativo. Aunque en el fondo no es más que un grano de arena  en el desierto de los 3,3 billones de euros que, según el Insee Francia, debe hoy, y que distribuidos entre todos los franceses corresponde  a unos 50.000 euros por habitante.

Stéphane Chaimallard no es el primero que ha tomado la iniciativa  de enviar un cheque al citado departamento del Gobierno francés para financiar la deuda. Estas donaciones al Estado son permitidas desde el 2006. El artículo LIII21-I del Código General de Bienes Públicos establece que "las donaciones y legados hechos al Estado son aceptados, en su nombre, por la autoridad competente, en las formas y condiciones fijadas  por decreto del Consejo de Estado". Una de las condiciones es que se publique un decreto de aceptación de la donación, y los contribuyentes deben saber que este gesto no da derecho a ninguna ventaja fiscal.

Este donativo no es el primero que recibe Bercy. Ha habido otros espontáneos, bastante más generosos, en cualquier caso con más medios, como el que en el 2021 envió un cheque de 40.000 euros para contribuir al reembolso de la deuda pública, tras oír que el Tribunal de Cuentas calculaba que correspondía "al equivalente de casi 40.000 euros por cada francés .

La deuda pública francesa ha crecido  en los últimos 44 años pasando de 100.000 millones de euros en 1981 a más de 3,3 billones en el 2024. En el 2025 ha seguido la misma tendencia, con un aumento de 40.400 millones en el primer trimestre, lo que supone el 114% del PIB, según las cifras publicadas  el 26 de junio por el Insee, y sitúa la deuda de Francia entre las más importantes de la UE, solo por detrás de Grecia e Italia. Esta enorme suma, alimentada por la crisis financiera, sanitaria e inflacionista, solo representaba el 57,8 % del PIB a finales de 1995.

En consonancia con ello, la carga de intereses sigue aumentando de 35.000 millones de euros en el 2018, ha pasado a 58.000 millones de euros en 2024.

Como dijo el primer ministro, François Bayrou, durante su discurso de política general, "esta deuda es una espada de Damocles sobre nuestro país y nuestro modelo social". El Gobierno quiere evitar una sanción de las agencias de notación  que le obligaría a endeudarse a tipos más altos, y prepara unos presupuestos que le permitan reducir el déficit a 4,6% del PIB, aunque dependen de la voluntad de la oposición  y sus amenazas de presentar una moción de censura.

Entre tanto, todo gesto ciudadano para reducir la deuda pública es bienvenido. Otro de los donantes, Bruno Alessi, ha decidido contribuir cada mes con 50 euros y Bercy le ha escrito proponiéndole que realice transferencias periódicas para simplificar el proceso y reducir los costes administrativos. Además, el ministerio ha tomado nota de la sugerencia de esta ciudadano de facilitar las donaciones y están estudiando su iniciativa.

Asunción Serena. París. La Voz de Galicia, domingo6 de julio de 2025.

sábado, 30 de agosto de 2025

París, de jungla de asfalto a selva

Pistas de Voleibol playa en la plaza del Ayuntamiento de Paris.
(Foto: Lucas de Sortiraparis)

Hace 30 años, un gendarme reprendió a dos mochileros que se tumbaron a descansar en el césped de los jardines de Luxemburgo, cerca de la universidad de la Sorbona. Los carteles prohibían pisar la hierba. El verde siempre fue una pieza secundaria en del decorado parisino, pero ahora es la estrella. La lucha contra el cambio climático y la huella de carbono ha convertido a la capital de Francia en la ciudad de los quince minutos donde circulan las bicis  a diestro y siniestro y donde el verde y las plantas están invadiendo las antaño plazas de grises adoquines. El centro de París está muy gentrificado, donde un piso familiar vale más de un millón de euros, y el nivel de vida se elevara más con la implantación masiva del carril bici y la nueva vegetación urbana que suavizarán la jungla del asfalto y mitigarán las olas de calor. Lo de los ciclistas es ya una locura, las escenas recuerdan a Dinamarca, cruzándose decenas de bicis en los semáforos.

Estos días, las fuentes de Trocadero, que ofrecían frescor a los visitantes de la Torre Eiffel, están precintadas  con vallas por obras. En esa zona, la alcaldesa Anne Hidalgo quiere crear más jardines y "vegetalizar" la gran avenida de los Campos Elíseos. Planea plantar más de 170.000 árboles  a finales de 2026 en los barrios y "reverdecer" 500 calles de la ciudad. La idea es que estos jardines funcionen como refugio climático. Otras capitales como la suiza Ginebra están instalando huertos urbanos, invernaderos y chiringuitos en sus tradicionales parques de césped inglés para llenarlos de vida: acuden aficionados al reciclaje y a los tomates, pero también paseantes a tomar café.

Para visualizar lo que significa "ajardinar" la ciudad de París hay que visitar estos días la plaza del Ayuntamiento, el Hôtel de Ville, situada  a escasos metros de Notre Dame. Está incluida en el programa Paris Plages. Aunque solía ajardinarse en Navidad, dicho espacio municipal cuenta ahora con numerosas zonas de ocio veraniego hasta el día 20. Los residentes locales muestran orgullosos al visitante  este exuberante verdor en pleno kilómetro cero de París.

Temporalmente, Anne Hidalgo ha sustituido el cemento y los adoquines de la plaza del Ayuntamiento por tres canchas  de arena para jugar al voleibol playa, gratis y sin reservar, y ha instalado dos food trucks o chiringuitos de gastronomía brasileña (un guiño a las Olimpiadas del 2024), palmeras, frondosos bosques de tilos y acacias de seis a ocho metros de altura y aparcamiento para bicicletas. Los peatones esquivan el calor por senderos bajo la sombra de los árboles recién colocados sobre las losetas.

La alcaldía también ha abierto al público  los arcos y patios municipales, antes muertos, y los ha llenado de vida al instalar grandes mesas en las que hacer pícnic, acudir a talleres de ocio o donde las pandillas charlen.

En la misma línea, el Ayuntamiento parisino ha abierto al público otro refugio climático en un jardín lateral del Hôtel de Ville que está dedicado a los combatientes españoles exiliados que liberaron París en la Segunda Guerra Mundial, en 1944. Una placa recuerda que acompañaban a la Segunda División de Blindados del Ejército de la Francia Libre. El pequeño rincón, libre de tabaco, está equipado con tumbonas ante el jardín con vistas al Sena, un corral, zonas de juego para niños y un invernadero con flores y nidos...

En los jardines de Luxemburgo sigue sin poder pisarse la hierba, pero hay cientos de sillas y tumbonas para que los paseantes se sienten a la sombra cuando aprieta el calor veraniego.

E.V. Pita. París. La Voz de Galicia, lunes 11 de agosto de 2025.

viernes, 29 de agosto de 2025

"Cuando escucho a Ravel soy un niño ante un truco de magia"

Hace tiempo que Thomas Adès divide los meses del calendario entre un céntrico apartamento de Londres, donde nació hace 54 años, y una casa modesta pero elegante de Hollywood Hills. "En Los Ángeles disfruto  de la naturaleza sin renunciar a las comodidades de la gran ciudad" cuenta el compositor y director británico al teléfono  desde su estudio. "Durante seis meses del año  vivo rodeado de coyotes, cuervos, mapaches y hasta serpientes de cascabel". En ese entorno "onírico  y casi irreal", los contrastes con la vieja Europa han encontrado nuevas formas de expresión. "Ese reverso oscuro de Hollywood no deja de sorprenderme".

El asombro que le provoca España es de igual intensidad, asegura, aunque de diferente naturaleza. "La primera ciudad extranjera que visité, con 12 años, fue Bilbao y desde entonces la cultura española ha estado muy presente en mi vida", confiesa Adès, en vísperas de su viaje a San Sebastián  para dirigir  la Orquesta Nacional de la Ópera de París y al pianista  Kirill Gerstein en el tramo final  de la 86ª edición de la Quincena Musical. La primera parte del concierto estará dedicada al 150º aniversario del nacimiento de Ravel. "Ningún otro compositor se ha atrevido a poner la exquisitez técnica de sus partituras  al servicio  de una emotividad  casi infantil", comenta a propósito de Le Tombeau de Couperin, el Concierto para mano izquierda y La Valse. "Cuando escucho estas piezas me siento como un niño ante un truco de magia". (...)

La dirección, dice, es otro cantar. "En el podio siento que tengo un objetivo que cumplir, aunque solo sea convencer amablemente a los músicos de que lo que he escrito no es tan difícil  de abordar como puede parecer a primera vista", bromea... No será la primera vez que dé forma con la batuta al sonido inconfundible  de la orquesta titular  de la Ópera de la Bastilla. Con ella ofició en febrero del año pasado el estreno parisiense de su ópera El ángel exterminador tras el éxito, la temporada anterior en el escenario del vecino Palais Garnier, de Dante, un ballet inspirado en La divina comedia. 

Hace dos años Adès recibió el Premio Fronteras del Conocimiento en la modalidad de Música y Ópera que otorga la Fundación BBVA. Cuando se hizo público el fallo del jurado nadie se podía explicar que su ópera El ángel exterminador, basada en la película de Buñuel, no hubiera elevado un solo telón en España, más allá de los conciertos que el mismo dirigió  en el Auditorio de Madrid.

Benjamín G. Rosado, El País 27-8-25