
Del musical Los Miserables, en la nueva producción del teatro
Apolo de Madrid.
Hay más de sesenta adaptaciones cinematográficas de la novela y, sobre todo, una al teatro: una versión musical que no ha bajado aún el telón desde su estreno en el Barbican de Londres en octubre de 1985, hace 40 años: una que, con más de 15.000 representaciones, es el musical más longevo del West End. En el resto del mundo, también es un gigante traducido a 22 idiomas en 57 países y visto por 150 millones de personas, cuyas canciones nunca acaban de desaparecer del todo. Desde esta noche se oirán en Madrid, en el teatro Apolo. Los miserables se representa por tercera vez en la capital en las últimas tres décadas, en una adaptación al español producida por ATG Etertainment.
Los miserables es la obra maestra de Cameron Mackintosh, productor teatral británico firmante de los mayores exitos de Londres desde los ochenta cuando ayudó a crear nada menos que Cats, El fantasna de la ópera o Miss Saigon. "Llevo 60 años en activo y creo que definitivamente soy un productor de autores de cada época", explica ahora Mackintosh (Londres, 79 años) durante una visita a Madrid en el mismo Apolo, poco antes de 24 horas antes del estreno. . .
El compositor pop francés Claude-Michel Schönberg había escrito, junto al dramaturgo Alain Boubill, un álbum de canciones basadas en la novela de Hugo. Se habían representado en Francia en 1980, más como una serie de viñetas para un público que conociera la historia que otra cosa: dos años después, aquel álbum había caído en manos de quien ya era uno de los productores más poderosos de Inglaterra. "Escuché las cuatro primeras canciones y me sonó diferente a todo lo que había oído" rememora. "Esa noche se lo llevé al único compositor que conozco que habla francés: Alan Jay, Lerner (autor de la música de My Fair Lady) quien me dijo: "Debes prometerme una cosa. Debes hacer esta obra. Va a ser espectacular".
En su versión literaria, Los Miserables ya cumple el primer requisito fundamental de Mackintonsh: una vocación universal. Por mucho que hable de gobiernos y derrocamientos, no es un panfleto con una ideología concreta. Lo mismo sucede con du autor. Víctor Hugo, que cambió de bando ideológico varas veces a lo largo de su vida. Más que progresista o conservador, Hugo era defensor de la empatía como fuente de poder. Incluso durante su breve trayectoria como político, su programa electoral defendía el fin de la pobreza y la pena de muerte, el sufragio universal y la enseñanza gratuita para niños.
"Para Víctor Hugo la novela no va de franceses en Francia sino de cosas que él veía con sus propios ojos", explica Mackintosh. "Por eso en cada esquina del mundo, cuando el público viene a ver el musical, entiende a los personajes y sus situaciones. Todo el mundo tiene amores no correspondidos, hay abusones en todas partes como los Thernandier. La genialidad de Hugo es que los cimientos de su obra funcionan igual de bien en todas partes".
La música también explica el éxito del montaje. Sorprendentemente, la gran épica social francesa suena muy poco a Francia. Sí, tiene la calidad melódica de la chanson de Aznavour y un poco de Bizet y de Offenbach; también el epinicio Do You The People Sing? anda a un tiro de piedra de La Marsellesa. Y sí, también bebe sonidos típicos europeos como armonías de himnos religiosos o Verdi, si nos ponemos en la canción de la tasca de Thenardier. Pero, para buscarle ele encanto adecuado, y entender el interés de Mackintosh en la obra, seguramente haya que salir de la Europa continental.
Los miserables comparte mucho de su ADN con Oliver Twist. Al fin, ¿qué hay más parecido a Charles Dickens que Víctor Hugo? Aquella versión primigenia (Londres, octubre de 1985, hace 40 años) cuando duraba cuatro horas no fue un éxito ni crítico ni comercial. Aquí entra el instinto de Mackintohs para cambiar la obra todo lo que el público demande. Aquella función se recortó y se refinó para cuando llegó a Broadwy en 1987, era un taquillazo que se hizo con nueve premiosTony(estuvo en Broadway hasta 2003). En septiembre de 1992 llegó a Madrid por primera vez. En 2010 se rediseño toda la producción con motivo de su 25 aniversario, ahí regresó a la capital española. Ahora vuelve de nuevo tras un diseño para rejuvenecerlo. "La fuerza de la novela nos permite seguir adaptándola al presente", explica Mackintosh, que sentencia:"Siempre habrá un mañana para Los miserables".
Tom C. Avendaño. Madrid. El País, viernes 28 de noviembre de 2025.


















