![]() |
| Exposición sobre Carmen Martín Gaite en la Biblioteca Nacional. (Imagen: Juan Lázaro-ICAL) |
Estructurado en siete bloques, el repaso a la vida y obra de la autora comienza con las fotografías de su infancia, que incluyen un retrato de Miguel de Unamuno, amigo de la familia o el cuaderno en el que de niña anotaba sus impresiones de las películas o espectáculos que veía. Hay imágenes y documentos de su paso por un instituto público y más adelante en la Universidad de Salamanca, con Aldecoa o Agustín García Calvo. También su viaje como estudiante a Coimbra (Portugal) y a Cannes (Francia), de sus primeros años en Madrid en una taberna de Chueca con Alfonso Sastre, Mayra O`Wisiedo y Jesús Fernández Santos.
Hay una grabación de Martín Gaite recitando y se muestra el primer poema que publicó, 10 años antes de ganar el Premio Nadal por Entre visillos, cuyo manuscrito es uno de los muchos que incluye la exposición. Las fotografías familiares de su viaje de boda a Italia, de sus hijos -Miguel, fallecido a los pocos meses de nacer, y Marta que murió en los ochenta- se entrelazan con la historia de sus sucesivos trabajos no solo como escritora sino también como crítica y traductora. "A espaldas de los hombres y sus pretenciosos pedestales, la mujer ventanera siempre ha sabido observar por su cuenta, escaparse de lo interior a lo exterior y meter dentro lo de fuera, a su modo, sin ruido, sin alharacas", escribe en uno de sus cuadernos a propósito de Virginia Wolf, a quien tradujo.
El duelo por la muerte de su hija, sus estancias en Estados Unidos y los múltiples reconocimientos que recibió en la fase final de su vida marcan los siguiente bloques de la muestra. El retrato que le hizo la pintora María Antonia Dans y las muchas fotos con amigos y escritores dan cuenta de su estrecho vínculo que Martín Gaite mantuvo en un amplio círculo de colegas. 2Fue una escritora muy atenta a su generación y muy generosa con sus amigos escritores.
Muy generosa también con sus lectores. Y si hasta aquí he reproducido el texto publicado por El País, el viernes 19 de diciembre , estas últimas líneas las escribo como fiel lectora suya, a ella se las dedico por su también generosidad con sus lectores. Em este blog figura ya un texto inspirado en su libro Caperucita en Manhattan, titulado Una isla en forma de jamón, en el que cuento cómo la lectura de uno de sus libros Nubosidad Variable tuvo un influencia decisiva en uno de los momentos difíciles de mi vida y cómo la atención que me dedicó contribuyó a hacer de mí la mujer que hoy soy. Por ello me atrevo a irrumpir en un artículo ajeno, en agradecimiento a lo que le debo, y a transformar su cita con Aldecoa en La Biblioteca Nacional, en otra más, de una lectora agradecida, con la visita que haré a su exposición, en unos días, para cultivar y agrandar su recuerdo en mi corazón junto a mis seres más queridos.
Feliz Navidad y Feliz Año Nuevo. En la primera semana de enero, Leer y tejer os espera de nuevo.



















