sábado, 28 de junio de 2025

Lovaina, seis siglos de sabiduría

Si en España tenemos la de Salamanca, en Reino Unido las de Oxford y Cambridge, y en Italia la de Bolonia, en Bélgica el símbolo histórico del conocimiento es la Universidad de Lovaina. Su fundación en 1425 la acredita como una de las más antiguas de Europa, y este año celebra su sexto centenario con una amplia oferta cultural que invita a reservar cuanto antes un viaje a esta hermosa urbe flamenca.

Conocido como KU Leuven en la lengua neerlandesa local, este centro universitario es el mayor del país, con 60.000 estudiantes y más de 20.000 empleados -en una ciudad que apenas supera los 100.000 habitantes-. Gracias a su centro de investigación en microelectrónica Imec, la Universidad de Lovaina se considera toda una autoridad mundial en nanoelectrónica y tecnología digitales.

Este sexto centenario es momento propicio para admirar el monumental patrimonio cultural y arquitectónico de una ciudad tan vinculada a su universidad. Es el Castillo de Arenberg, espléndido palacio renacentista rodeado de un bello parque, todo ello propiedad de la KU Leuven. En esa zona verde se ubica una de las mayores atracciones de estos fastos, Wardering Garden ( El jardín errante), obra del dúo Gijs Van  Vaerenbergh, un laberinto verde formado por cientos de metros de rejillas de acero curvadas. El trabajo se completará con una colección de plantas  trepadoras que lo cubrirá por completo.

Otra joya de Lovaina  es su impresionante Biblioteca Universitaria nacida tras sufrir los embates de las dos guerras mundiales. El Museo M (M Leuven) es otra de las visitas imprescindibles, gracia a una colección en la el visitante encontrará obras desde la Edad Media a la Contemporánea. Sin olvidar a Koningscollege, el Colegio del rey, cuyo nombre se debe a Felipe II, soberano también de lo que fueron los Países Bajos españoles. Sus instalaciones alojan el Museo de Zoología, perteneciente a la universidad.

Pero estamos en el sexto centenario del KU Leuven, cuyo slogan es "El conocimiento no tiene fin", y una de  sus principales apuestas es la ruta de arte y ciencia denominada And So, Chang Comes in Waves (El cambio llega en oleadas), Este recorrido incluye ocho obras de distintos artistas  internacionales, combinadas con ocho poemas, para tratar así asuntos  como el cambio climático. la resiliencia, la inclusión, la salud o el acceso a la educación.

Diversas exposiciones y conferencias  completan las celebraciones  del sexto centenario de la Universidad de Lovaina. Unos festejos en los que no puede faltar el ocio. La plaza Oude Markt, llamada "el bar más largo de Europa" por su cantidad de establecimientos hosteleros, es el final perfecto para este viaje.

Manuel Vega, Especial Flandes. El cultural, 30-5-2025.

Con este especial sobre Flandes, Leer y tejer, inicia sus vacaciones hasta primeros de agosto. Feliz verano.

viernes, 27 de junio de 2025

Flandes: El círculo de los castillos

Castillo de Beersel

Flandes despliega un mosaico de castillos medievales, jardines románticos y rutas que invitan a descubrir el pasado noble de toda la región. Castillos como los de Lakebos, Ooidonk y Alden Bielsen hoy ofrecen una escapada cultural para los amantes del patrimonio histórico.  Un legado arquitectónico y natural que invita a una inmersión pausada en su historia.

Uno de los ejemplos más imponentes es el castillo de Beersel, con sus tres torres almenadas y su foso aún lleno de agua, que en su día protegió el ducado de Brabante, Construido entre 1300 y 1310 como bastión defensivo de Bruselas, su silueta de ladrillo rojo sigue dominando el paisaje, trasladando al visitante a la Edad Media. A solo unos minutos, la fábrica de cerveza Oud Beersel ofrece una experiencia local imprescindible: la degustación de cervezas lámbicas, elaboradas mediante fermentación espontánea, tradición viva de la región.

No muy lejos se encuentra el castillo de Gaasbeek, una fortaleza romántica reconstruida en el siglo XIX que alberga una notable colección de arte, mobiliario y tapices. Rodeado de jardines históricos, el lugar invita al paseo tranquilo y a la contemplación. Gaasbeeek está íntimamente ligada a la figura del conde de Lamoral de Egmont, símbolo de resistencia frente al poder español en el siglo XVI. Su nombre como el de Everaard t'Serclaes -cuya estatua adorna la Grande Place de Bruselas- resuena en la historia de los castillos flamencos.

La ruta puede continuar hasta el castillo de Groot-Bijgaarden, famoso por albergar cada primavera la exposición floral Floralia Brussels, donde miles de tulipanes, narcisos y jacintos colorean sus jardines. O hacia el castillo de Bouchout,  dentro del Jardín Botánico Nacional de Meise, donde naturaleza y arquitectura dialogan con una armonía poco frecuente.

En esta geografía de torres, puentes levadizos y setos bien cuidados, se cruzan historia y vida contemporánea. Explorar los castillos que rodean Bruselas no es solo un viaje al pasado es también una forma d entender cómo el paisaje, las tradiciones y la memoria colectiva siguen modelando la identidad flamenca. Cada fortaleza, cada jardín, guarda una historia que espera ser redescubierta. 

Gabriel Lavao. El Cultural, 30-5-2025.

jueves, 26 de junio de 2025

Especial Flandes.3

Políptico La Adoración del Cordero Místico.
Maestros de Gante

Situada en el corazón de Flandes, aquí se funden el arte y la historia. El recorrido empieza en la Catedral de San Bavón donde nos encontramos cara a cara con La Adoración del Cordero Místico de los hermanos Van Eyck: la obra que dio un giro a la pintura occidental. Pero no es la única maravilla. Nada menos que Rubens pintó La Entrada de San Bavón, también conocida como La Conversión de San Bavón. A Van Dyck lo descubrimos en la Iglesia de San Miguel con su barroco Cristo en la Cruz. Y en San Salvador, la iglesia de los marineros, el pintor de Gante y director de la academia Théodore Canneel dibujó el cielo estrellado y el Cristo dando la bendición de 5 metros de altura.

La Iglesia de Santiago es un lugar único. Allí destaca el tríptico de la de Cristo para el que Michiel Coxcie, el "Rafael flamenco", realizó La Crucifixión, en 1579, y más tarde, Jan Van Cleef pintó las escenas frontales y laterales. Para terminar, Nuestra Señora Ter Hoyen, el beaterio anterior a la Revolución Francesa mejor conservado, alberga  el políptico de Lucas II Horenbout, de 1596, La Fuente de la Vida. 

Maestros de Cortrique

Iglesias medievales en pleno centro histórico, arquitectura contemporánea, arte moderno y diseño innovador. Cortrique combina lo mejor de ambos mundos. Erigida entre 1390 y 1466, la Iglesia de San Martín es uno de los principales monumentos. Llama la atención el famoso Tríptico del Espíritu Santo (1587), de Bernard de Rijckere, y la singular Torre del Sacramento, construida en 1585 por Hendrik Mauris. La iglesia de Nuestra Señora, construida en 1199 y 1211 por Balduino IX, conde de Flandes, es una joya medieval  y monumento de la ciudad. Junto al relicario del Sagrado Cabello, destacan obras de Van Dyck (Levantamiento de la cruz ), los cuadros  de Gaspar de Crayer y la estatua de Santa Catalina de André Beauneveu, famoso escultor  e iluminador de libros del XIV.

Y como novedad, el Abby Kortrijk, peculiar museo de artes visuales en el Parque del Beaterio, corazón histórico de Cortrique. Los mejores arquitectos han transformado la abadía de Groeninge en una joya  atemporal donde hay espacio para el arte, el encuentro y la imaginación.

Belén Mateos. El Cultural, 30-5-2025.

miércoles, 25 de junio de 2025

Especial Flandes. 2

La pesca milagrosa de Peter Paul Rubens.
Maestros de Malinas y más allá

A pesar de que muchas iglesias y monasterios de Malinas se destruyeron, sus habitantes recuperaron lo perdido con creces, y todos los altares, estatuas y pinturas  que se levantaron en su lugar eran obras maestras. Como los 97 metros de la torre de la Catedral de San Rumoldo (Mechelen). Allí está también el Cristo en la Cruz de Antoon van Dyck. Mientras la iglesia de Nuestra Señora de Over-de-Dijle se abre al mundo con una obra nuestra de Peter Paul Rubens: La pesca milagrosa.  Y del Rubens de la escultura, Lucas Faydherbe, son los impresionantes arcos en relieve bajo la cúpula de Nuestra Señora de Hanswijk. En la Iglesia de San Pedro y San Pablo, el púlpito de roble, del escultor Hendrik Frans Verbruggen, es una maravilla. Como los murales renacentistas de Jan van Roome del Museo Hof van Busleyden, donde Tomás Moro y Erasmo intercambiaron opiniones. 

El barroco triunfa en la Iglesia de San Juan donde se haya La adoración de los Reyes Magos de Rubens. Y para finalizar este recorrido, la iglesia del Beaterio de Malinas, diseñada por Pieter Huyssens, Jacques Franckaert y Lucas Faydherbe es una joya del barroco, y no solo por fuera.

Peter Paul Rubens: el genio de Amberes

En la Rubenshuis de Amberes (están abiertos su jardín, el centro de visitantes y la biblioteca, a pesar de la remodelación que mantiene cerrada la casa). Aunque su arte se puede admirar en todo el mundo, solo aquí se puede sentir al maestro. Así como en la Iglesia de San Andrés, donde bautizó a sus dos hijos mayores.

Amigo del editor Balthasar Moretus, Rubens diseñó las portadas de los libros y pintó retratos de la familia que pueden verse en el Museo Plantin-Moretus. En la catedral gótica hay cuatro de sus obras maestras: El Levantamiento de la Cruz, El Descendimiento de la Cruz y la pintura sobre el el altar mayor, La Asunción de María, además del tríptico que representa la Resurrección de Cristo. Abrumadoras resultan la Iglesia de San Pablo, mezcla de gótico y barroco, con varias obras maestras, como La Flagelación de Cristo, y la de San Carlos Borromeo, que acoge El regreso de la Sagrada Familia. El pintor encontró su última morada en la Iglesia de Santiago: en el altar de su capilla funeraria se encuentra La Virgen con el niño Jesús y santos. 

Maestros de Brujas

Durante siglos, Brujas fue una de las ciudades más importantes de Europa. Y esta historia se refleja en muchas obras de artistas que la consideraban su hogar. Como Hans Memling, cuyas obras Relicario de Santa Úrsula y Tríptico de Juan Bautista y Juan Evangelista pueden verse en el Museo del Hospital de San Juan. O como el Dominio de Adornes y la capilla de Jerusalén, que alberga una obra maestra del arte borgoñón: el mausoleo de Anselmo y Margarita.

En el palacio medieval Hof Bladelin las vidrieras de Jules Dobbelaere o la pareja de ángeles de Laurent Delvaux hacen que la visita merezca la pena. El tríptico de la Pasión de Bernard van Orley y Marcus Gheeraerts, en la Iglesia de Nuestra Señora, es otra reconocida obra maestra flamenca; como el altar mayor de mármol de Jacob de Coster en la Iglesia y convento de las Carmelitas Descalzas. Y en el Historium, la exploración interactiva nos lleva a la Brujas del siglo XV.

Especial Flandes. El Cultural, 30-5-2025.

martes, 24 de junio de 2025

Flandes, fortaleza para el arte

Interior de la casa de James Ensor en Ostende. (Foto Toerisme Ooestende VZW
/James Ensorhuis/Nick Decombel)

El mar del Norte, el río Lys, las iglesias, hospitales y abadías, Brujas, Gante y Cortique. Recorremos exteriores e interiores para conocer a los grandes maestros flamencos en sus casas, en la intimidad de sus hogares donde pensaban a lo grande. Una región que respira arte por los cuatro costados y eso se nota en sus museos, nuevos como el Abby o renovados como el KBR. Y en sus universidades, como la de Lovaina, que cumple 600 años de sabiduría. Castillos, torres y jardines completan un viaje que va más allá.

Maestros in situ: cuando el arte está  en casa. En Flandes, los maestros antiguos y modernos se sienten como en casa. Aquí vivían y trabajaban. Aquí encontraron su inspiración. Y aquí se pueden ver muchas de sus obras, a veces en lugares únicos. De Van Eyck, de Rubens de los surrealistas y expresionistas flamencos. La iglesia, el castillo, el monasterio o el ayuntamiento se convierten en salas excepcionales  que ofrecen también el contexto donde se creó la obra. Estos recorridos por distintos pueblos son buena prueba de ello.

Los maestros en el mar

Ya sea por el aire, las olas, o el color, el caso es que los artistas siempre se han sentido atraídos por el mar. La obra maestra de Delvaux, La Gare forestière,  es una de las joyas de su museo en Koksijde, donde una casa de pescadores del siglo XIX esconde un museo bajo tierra desde 1982. También Permeke vivió aquí, en Jabbeke. Y allí se encuentra  su  casa-taller que hoy preserva tanto sus obras como sus seres personales. El estudio  de Luc Peire en Knokke, es una parada única. Los efectos especiales y los haces de luz que caracterizan la obra del artista tienen su punto álgido en Environnement I. La huella del barroco Vigor Boucquet ha quedado impresa en dos iglesias: la de Nuestra Señora, en Nieuwpoort, con El juicio de Cambises, y la de Santa Walburga, en Veurne, con el lienzo Cristo lava con su  sangres las almas libres del Purgatorio.

En Ostende, donde James Ensor vivió y trabajó, se abrió su casa-museo en 1949. Una exposición de arte callejero, The Crystal Ship, para la que SozyOne se inspiró en Ensor, así como la última morada del artista, Nuestra Señora de las Dunas, completan su universo.

A lo largo del río Lys

Muy cerca de Gante, hay un mundo repleto de casas pintorescas, estudios de artistas e inspiradores museos accesibles en bicicleta, en barco o a pie. El taller de Martin Wallaert, en Zulte, es un buen ejemplo. La casa del único superviviente de la Escuela de Latem, Villa ter Ide, atesora obras de todos ellos ... Un ejemplo de las obras cumbre de este grupo y de esta período, El comedor de papilla,de Gustave van de Woestyn, puede verse en el Museo Gevaert-Minne, en Sint-Martems-Latem donde también hay obras de los pintores de Lys...Y la encantadora iglesia de San Martín.

Maestros de la imaginación: de paseo en Lovaina 

Las iglesias y abadías de Lovaina y alrededores albergan verdaderas joyas del arte religioso. Desde  la Abadía del parque, con su imponente techo de estuco del refectorio, de Jan Christiaan Hansche; la Iglesia de San Pedro del siglo XV, hogar de obras únicas, como las del virtuoso escultor Dieric Bouts; la Iglesia de Santa Gertrudis con la magnífica sillería del coro gótico tardío de Mathieu de Waeyer; la de san Juan Bautista, obra maestra de la arquitectura gótica primitiva; y la de San Quintín, con una imponente Última cena de Jan Willems, su único cuadro conservado.

Fuera de Lovaina, en la Capilla del Mensaje, destacan las vidrieras de Eugeen Yoors; en la Iglesia de San Amando, el pintor barroco Pieter-Jozef Verhag-hen ilustró la historia del edificio en dos cuadros de altar; y en la Iglesia de Santa Catalina, en Glabbeek, la Torre del Sacramento, con sus más de 7 metros de altura y más de 100 componentes arquitectónicos, es una obra única atribuida al célebre maestro renacentista Cornelis Floris II De Vriendt.

Theodoor Van Loon

Aunque su nombre no es tan conocido como el de Rubens o van Dyck, este pintor barroco mezcló de forma única la grandeza barroca italiana con refinados detalles. Bajo la influencia de Caravaggio, realizó impresionantes obras maestras. Sus huellas pueden vislumbrarse en la iglesia abacial de Averbode, que seguro visitó durante su estancia en Scherpenheuvel ya que albergaba el retablo de Jacob van Cothem, maestro de la época. En el mismo lugar, la basílica de Nuestra Señora de Scherpenheuvel alberga la obra más famosa de Van Loon, el Ciclo mariano, ocho pinturas monumentales que representan la vida de la Virgen. En Diest, la iglesia de Santa Catalina en el beaterio, la antigua ciudad de las mujeres, alberga Los cuatro evangelistas de Van Loon. Y el Museo municipal De Hofstadt, dos obras maestras del pintor flamenco: La Presentación en el Templo y La Adoración de los Reyes Magos.

 Especial Flandes. El Cultural, 30-5-2025.

lunes, 23 de junio de 2025

"Juliette en primavera". Retrato de mujeres en crisis.

Hay películas enfocadas a dejar buen cuerpo al espectador aun hablando de la vida y sus circunstancias, en blanco, negro y gris. Juliette en primavera es de esas. La realizadora Blandine Lenoir también coguionista, sabe lo que filma y se nota, aunque adapte una novela gráfica de Camille Jourdy -ilustradora, autora de cómics y aquí también guionista- inédita en España, para variar... Disfrutado el filme, uno no necesita ser un lince para entender que en la protagonista -una estupenda Izia Higelin, dueña absoluta del personaje principal- asomen trazos autobiográficos, confirmando una regla no escrita de que lo más auténtico es filmar y escribir sobre lo vivido.

Debe hacerse otro apunte al margen , pero muy a cuento: el cine francés desde la Nouvelle Vague se caracteriza por meter su cámara entre la gente sin que se note para trasladar al espectador una sensación única de verosimilitud tal que este se olvida de estar  frente a una recreación dramática (aun siéndolo). De todo eso mucho hay aquí.

Juliette es una creadora que vive una crisis emocional, que decide viajar a su lugar de origen y reencontrarse con su padre, un tipo singular al que su esposa abandonó años atrás. Bajo esa coartada asiste a una serie de escenas familiares en las que la mujer será el centro de la trama, a través de ella misma , pero por la vía de su hermana, casada, con dos hijos y agobiada.

De recurrir al chiste fácil estaríamos ante un retrato de mujeres al borde de un ataque de nervios. Pero en el fondo asomarán temas universales como la soledad, la depresión, la infidelidad, la inseguridad, en fin, un amplio catálogo temático bajo la mirada de una directora que conoce lo que narra. Y eso eleva el filme más allá de plegarse a la coyuntura facilona, esa según la cual hablar del universo femenino vende bien. Pue no. Nos cuenta la vida como es y donde ellas existen en un contexto muchas veces orientado a olvidarlas, cuando no  a minusvalorarlas.

Miguel Anxo Fernández. La Voz de Galicia, domingo 22 de junio de 2025.

domingo, 22 de junio de 2025

Más libros, menos lectura

Feria del libro de Madrid.
"En tanto que primer editor en Francia, el padre de Jonás mantenía la opinión de que, más que nunca, y por razón misma de la crisis de la cultura, el futuro estaba en el libro". Jonás es el protagonista  de "Jonás o el artista trabajando", uno de los últimos relatos escritos por Albert Camus, recogido en El exilio y el reino (1957).

Pero oigamos lo que dice su padre para justificar su opinión: "La historia demuestra que cuanto  menos se lee más libros se compran".

Vaya. ¿Será así? ¿Lo sería en los años cincuenta del siglo pasado? Lo es en la actualidad?

De un tiempo a esta parte, editores y libreros constatan con euforia el aumento de la ventas. Pero lo hacen desde el convencimiento de que los índices de lectura están en alza, cosa sobre la que albergo muchas dudas, al menos en lo que respecta a la lectura de libros.

Soy más bien de la opinión del padre de Jonás: tiendo a pensar que existe cierta correlación inversamente proporcional entre la lectura y las venta de libros.

Me encantaría que el padre de Jonás me proveyera de más argumentos de los que dispongo para sustentar esta convicción, pero como no puedo hacerlo me resigno a declararla intuitivamente. Lo cierto es que observo que la mayoría de la gente con la que me relaciono lee pocos libros, muy pocos, y entretanto proliferan los pequeños sellos editoriales, se inauguran librerías de todo tipo y las grandes multinacionales del libro no cesan de ampliar su mercado.

Mientras escribo estas líneas, se celebra en Madrid la Feria del Libro y se repiten , como cada año, las multitudes de visitantes, las colas para las firmas de libros y las compras en las casetas. A pesar de lo cual insisto en pensar - disculpen si resulto cenizo-que por muy halagüeñas que sean las estadísticas, se leen cada vez menos libros. Se compran, se hojean, se habla de ellos, pero apenas se leen unos pocos, casi siempre los mismos. 

Vuelvo al padre de Jonás. Partiendo de esa convicción de que "cuanto menos se lee más libros más se compran", se jactaba de leer raras veces "los manuscritos que le proponían, y solo se decidía publicarlos basándose en la personalidad del autor o en la actualidad del tema". Al hilo de estas palabras, se me ocurre pensar que la estructura de la relación entre los los lectores y los libros viene pareciéndose cada vez más a la que mantiene con la prensa periódica.

Tiempo hubo en que un ciudadano más o menos culto y deseoso de mantenerse bien informado compraba dos y hasta tres periódicos, de lo que no cabía desprender una ratio de lectura proporcional a la cantidad de letra impresa que simplemente inspeccionaba, tan impacientemente, por cierto, como en la actualidad las múltiples cabeceras digitales a que se asoma.

He leído con sorpresa el relato de Camus al que me vengo refiriendo. Jonás es un artista de talento que confía en su buena estrella y no tarda en hacerse un nombre en el mundillo del arte. Lo que  se nos cuenta de él, sin embargo, es cómo el medio en el que se introduce no tarda en parasitarlo y en desviarlo de su camino impotente como es para resistirse a los reclamos de todo tipo  que absorben sus energías creadoras.    

Imposible no reconocer en Jonás una contrafigura paródica, a la vez cómica y patética, de las circunstancias en que se vio atrapado Camus en su madurez, y de sus desesperados intentos por sustraerse de ellas, a los que puso un  fin trágico  el accidente que acabó con su vida en 1960.

Ignacio Echevarría. El Cultural, 13-6-2025.

sábado, 21 de junio de 2025

Rostros de Compostela: Manuel Amenedo

Manuel Amenedo, (La Voz de Galicia)

"Mi pasión de niño fue el tren y hoy ayudo a hacerlo crecer en Francia".

Nada más llegar a su Santiago natal, cambia el francés en el que, admite, ya casi piensa, por el gallego. Una lengua  en la que, sonriendo, se reafirma  como un "compostelano de toda la vida". "Mis abuelos maternos tenían en los 80, en la calle Fray Rosendo Salvado, el bar L.Suso, conocido entre los estudiantes. Mi bisabuela paterna, después de que en el 36 asesinaran a su marido, maestro, viene a Santiago con cinco hijos y abre en la Azabachería una pensión y un ultramarinos. Por esa rama , mi abuelo montó en el Cantón de San Benito, en el local del actual pub Avante, un almacén de paquetería- Me recuerdo de niño jugando allí. Con los años fuimos a vivir a Pontecesures porque mi padre, al igual que ya lo fueran  ese bisabuelo y una abuela, era maestro", acentúa con orgullo Manuel Amenedo Otero, de 46 años. " Aún así, volvíamos Santiago constantemente, y siempre gracias al tren", subraya sobre un medio que marcó su vida.

Ingeniero de Caminos e ingeniero técnico de Obras Públicas, su trayectoria en los transportes comenzó en Santiago como becario en Tulsa, saltando con los años a una consultora en Madrid, en estudios de tráfico y movilidad, la firma adjudicataria del Ayuntamiento de A Coruña en el campo de la gestión de tráfico y a la Consellería de Política Territorial en Pontevedra. En  esta etapa colabora con la plataforma Salva el tren, que buscaba sensibilizar sobre la pérdida de los servicios ferroviarios regionales en Galicia y reivindicar el desenvolvimiento de una red de proximidad. "El cierre de la estación de Portas fue el acicate. Mobilizamos a la gente; nos entrevistamos con Fomento; abrimos debate... Creo que en parte por eso se repensó el futuro de alguna estación, como la de la Matanza, en Padrón. Aún hoy, creo en otro Eje Atlántico ferroviario que responda a las necesidades de más población", asiente.

"En el año 2012 y con el impulso de la Alianza Francesa de Santiago, busco perfeccionar el idioma en Francia. Estando allí, un estudio que había hecho Salva el tren -Un siglo de abandono del ferrocarril en Galicia-, me ayudo cuando pude optar a un puesto  en la SNCF, el administrador de las estructuras ferroviarias francés. Empecé como conductor de las operaciones en Rouen, en Normandía, donde desarrollé inversiones en estaciones -"en alguna obra incluso se encontraron vestigio de la II Guerra"-y trabajé en la mejora  de las relaciones de intermodalidad en la región. En un país tan centralizado como Francia, las competencias en transporte ferroviario están en la administración más próxima. Mi primer cometido fue abrir dos estaciones que estuvieran años cerradas al tráfico", contrapone sin dejar de pensar en Galicia. "En 2017 me trasladan , ya como director de Proyectos, a Lyon. Allí acometí la puesta en servicio de un puesto de gestión operacional en una estación tan central como la de Lyon-Part-Dieu. Recuerdo los aplausos en la noche de su puesta en marcha al ver que el primer TGV salía en hora. Antes tuve que hacer una prueba de megafonía. La hice yo, en gallego. Anunciaba un tren, ficticio , de Lyon a Santiago", evoca.

Desde 2023, y ya en Toulouse, preparo las inversiones para la llegada del plan de desarrollo metropolitano, tanto de alta velocidad en su último tramo, como del tren de proximidad. Hago allí lo que me gustaría ver aquí", realza. "Creo que la línea Santiago-Villagarcía, por sus características debería ser el germen de la primera experiencia  de proximidad en Galicia", prosigue con convicción. Vengo de un país en el que en las áreas metropolitanas se trabaja en la integración tarifaria, en horarios coordinados. Con un solo ticket coges un bus, un tren...

"El tren  era mi pasión de niño y ayudo a hacerlo crecer en Francia. Sigo también, por la familia, otra vocación... Los jueves voy a un barrio de Toulouse  a dar clases de apoyo a niños", destaca. "Mucha gente me pregunta como se viene a Santiago y les aclaro que antes se podía con la conexión ferroviaria desde Hendaya, pero se suprimió", lamenta, admitiendo estar al tanto de todo lo que sucede aquí. "Del tren, sí", resalta riendo.

Olalla Sánchez. La Voz de Galicia, domingo, 18 de mayo de mayo de 2025.

viernes, 20 de junio de 2025

La transgresora "Carmen" de Bieito podrá verse en A Coruña

Palacio de la Ópera de A Coruña.
La 73ª edición de la Temporada Lírica de Amigos de la Ópera de A Coruña ofrecerá una treintena de actividades entre los meses de septiembre  y diciembre. Tres títulos operísticos y una gala lírica centran un festival  que tiene en palabras de su director artístico, Aquiles Machado, el propósito de ir hacia "una nueva etapa, pensando en la transversalidad y la integración  social que permite  la ópera como hecho comunitario". En el 150 aniversario de su estreno, Carmen, de Bizet (ausente da Coruña desde 2006), se verá en el Palacio de la ópera los días 5 y 7 de septiembre en el icónico montaje  de Calixto Bieito para el Gran Teatre del Liceu estrenado en Peralada en 1999.

Desde entonces el espectáculo gira por todo el mundo, dejando atrás su carácter transgresor  (la acción se sitúa entre legionarios ) para ser un clásico contemporáneo y el mayor éxito de Bieito. Llega a Coruña 26 años después de su estreno, con voces e A Coruñamergentes como Sofija Petrovic (Carmen). Brian Michael Moore (Don José) o Jean´Fernand Setti (Escamillo), junto al regreso a la ciudad de María Moreno como Micaëla. Gianluca Martinenghi dirigirá la Orquesta Sinfónica de Galicia (OSG) y los coros galos y Cantabile.

La finta semplice, una de las óperas de niñez más infrecuentes de Mozart, volverá a la ciudad (en 1999 la ópera de Cámara de Varsovia la interpretó con motivo del Festival Mozart, extinto hace diez años). Ahora el otrora legendario tenor Giuseppe Sabbatini estará a la batuta, con un reparto de nombres desconocidos de la OSG. Se presenta así una nueva producción  propia de Amigos de la ópera  que firma Gianmaria Aliverta. La cita será en el Teatro Colón  (los días 26 y 28 de septiembre...

El 5 de diciembre el Clón acogerá el estreno coruñés de Pelléas et Mélissande, de Caude Debussy. L agenial ópera, con libreto de Maurice Maeterlinck, se ofrece en una versión  semiescénica en que Jose Miguel Pérez-Sierra estará al frente de la OSG y el coro Gaos.

Un curso de perfeccionamiento vocal a cargo de Carlos Álvarez (con recital del alumnado fijado para el 4 de octubre , la iniciativa  Ópera Kids, proyecciones y conferencias completan la oferta  preparada por la asociación de Amigos de la Ópera de A Coruña.

Hugo Álvarez Domínguez. La Voz de Galicia, viernes 30 de mayo de 2025.

jueves, 19 de junio de 2025

David Foenkinos, el genio de las pequeñas historias

David Foenkinos.(Foto: Francesca Mantovani)

Fue un niño sin libros. Apenas había leído hasta la adolescencia. Como en una de esas películas que emiten los fines de semana después de comer, un ingreso hospitalario le cambió la vida. Tenía 16 años cuando lo operaron de urgencia  de una infección pleural y estuvo semanas hospitalizado. Allí empezó a devorar todo tipo de literatura, a tocar la guitarra e incluso a pintar . David Foenkinos (París, 1974) descubrió el arte. Se asomó a la belleza y a partir de ahí la puso siempre por delante, convirtiéndose  en uno de los escritores más prolíficos  de la literatura en francés. Pocos pueden presumir de llegar a los 50 con veinte novelas publicadas, varias adaptadas al cine  y traducidas  a treinta idiomas . Y, sobre todo, pocos pueden presumir de haber triunfado con un universo tan particular  y con historias tan pequeñas que casi lo más importante es cómo te las cuentan.

El escritor se ha reído tanto de su profesión y de sí mismo -llegó a publicar  en 2007 una novela titulada  ¿Quién se acuerda de David Foenkinos, em la que se mofaba  de su incapacidad para hacer una novela buena tras el pelotazo  de El potencial erótico de mi mujer- que incluso da pereza defender su estilo. Su literatura es sutil, irónica e ingeniosa. Amigo de capítulos cortos , de segundas y terceras partes, ha convertido las interrupciones con datos y frases aisladas en todo un filón. En la relectura de su obra  se autoedita  con notas llenas de sarcasmo en las que, como un lector más comparte sus pensamientos. Gracias a esas acotaciones a pie de página sabemos que una mujer llamada Alice nunca debería ser farmacéutica, que la belleza suiza es discreta y que muchos de sus diálogos se le hacen largos. Más allá de su peculiar humor, Foenkinos es capaz de recrear con todo lujo de detalles la frustración y las crisis existenciales de su generación. Disfruta poniendo la insatisfacción  como eje para construir historias. Es una de sus tres obsesiones recurrentes, tres elementos en los que incide sea cual sea la trama.

1.- LA BELLEZA. En su peor momento , un profesor de Arte huye de su ciudad y acepta un puesto de vigilante en el museo de Orsay. Esas horas sentado en un taburete ante los cuadros anestesian el dolor del protagonista de Hacia la belleza, una de sus mejores novelas...

2.- LOS CIMIENTOS DE UNA PAREJA. Lo primero es la fábula de cómo se conocieron. Los miembros de la pareja se retroaliementan  en un juego de dos que retuerce los recuerdos para convertirlos casi en guion de ficción. La delicadeza, su obra más vendida, es un claro ejemplo  de que esa construcción de algo en común  es su campo de batalla favorito...

3.- LA INSATISFACCIÓN. En la primersavid Suárez parte de Dos Hermanas, un sentimiento negativo empieza a aflorar en la ´página diez y en la mitad del libro la avalancha , esa culpa o esa incapacidad para ser feliz va creciendo. un sabor de boca agridulce porque del fondo del pozo  uno nunca sale impoluto.

David Suárez. La Voz de Galicia, viernes, 30 de mayo de 2025.

miércoles, 18 de junio de 2025

Y un silencio abrupto preservó sus palabras.

La autora de Suite francesa escribió espléndidos relatos y construyó una narrativa ética para buscar la libertad  y para escapar de las frustraciones familiares. Como a su coetáneo Nabokov, a Némirovsky le fue destinada una combinación de bienestar y de exilio. Y tuvo en ambos su infancia una relevancia crucial para la literatura que nos había de llegar. La de Vladimir, feliz con helados de vainilla; la de Irène, perjudicada por una madre  en cuyos planes no entraba la maternidad. Abandonada Rusia por la Revolución Bolchevique, los dos fueron trasterrados y políglotas, y abrazaron una lengua extranjera con la que conquistar la literatura. 

Irène veraneaba de niña en Biarritz o en la Costa Azul, dominaba el francés en el que escribió de una forma precoz con ayuda de una prolífica pluma de tinta azul y una insólita vocación devoró la obra de Wilde, leyó a Marcel Prévost, a cuyo personaje Maud de Rouvre cita en El baile (1930) como menciona el estilo de Paul Bourget en su espléndido relato Destinos -recogido junto a otras joyas publicadas por revistas como Domingo, Eco o Fraternidad, en Cuentos selectos (a propósito, ¿selectos por quién y aparecidos en primera instancia dónde?)-, fue biográfa de Chejov, salió al paso de una velada acusación de haber plagiado Ocaso de un corazón de Zweig, compartió catálogo con Proust chez Grasset y, como muchos más narradores en lengua inglesa de su época, aprendió el oficio con ese singular tratado de narratología avant la lettre titulado Aspectos de la novela  que pergueñó  E. M. Foster, aquel insigne miembro del grupo de Bloomsbury de la Woolf.

A los 28 años publica bajo el pseudónimo anagramático de Pierre Nérey La enemiga, un texto de naturaleza autobiográfica que precede a su mayor éxito David Golder (la historia de un rico advenedizo que devino el ambiguo retrato del judaísmo por el que la autora fue puesta en entredicho. Y después, la gloria del prestigio y las reediciones. Escribía y reescribía de una forma febril con frecuencia con letra ínfima apurando las páginas de cuadernos de notas como los que cita en su novela El baile, se expuso al virus de la vanguardia en aquel enloquecido París de Joséphine Baker, del dadaísmo y el charlestón al que llegó con 16 años, pero, pese a trabar amistad con Cocteau, no se dejó contagiar y construyó su narrativa valiéndose de un naturalismo epigonal. cargado de psicologismo y de cierto ascendiente del impresionismo de las sensaciones que se conjuga con una atenta mirada al milieu burgués.(...)

Escribe sin tregua una narrativa ética de denuncia que emana de las frustraciones familiares que la empujaron a buscar la libertad íntima como un globo busca al cielo, y abomina de la novela de tesis porque lo que le interesa es la vida. (...) Astuta, incasable, capaz de subsistir bajo distintas identidades, como supo  ver Jonnathan  Weis en Iréne Némirovsky. Her Life  and Works (Stanford University Press, 2006) se refugia en su escritura  cuando la invasión nazi  oscurece su mundo, y escribe bajo noms de plume y heterónimos como Denis Merande, Julie, Jacques Labarre o Pierre Lepage porque firmar Némirovsky ya no es posible. Cumplido el peor presagio fue detenida por la policía de Vichy. Deportada a Auschwitz,muere en agosto de 1942. Fundido a negro. Y un silencio abrupto preservó sus palabras para siempre.

Javier Aparicio Maydeu. Babelia. El País, sábado 31 de mayo de 2025.

martes, 17 de junio de 2025

'Déco Manía'

Un "chifonier" de Émile Jacques Ruhlmann.
(Dea/Etude Tajan; de Agostini via Getty Images)

En el París de 1925 nació el único estilo tan eternamente moderno que todavía triunfa hoy: lo llamaron 'Art Déco'. Los mejores hoteles de París, las casas de los interioristas ilustres y las listas de la compra de los coleccionistas de antigüedades más puntillosos tienen una cosa en común: la locura por el art déco, ese estilo lujosamente geométrico -piense en imponentes biombos de laca negra o carísimas butacas beis- y eternamente moderno que hoy cumple cien años. Y que, por supuesto, nació de las cenizas del estilo contrario.

En los años veinte del siglo pasado Francia contemplaba con preocupación sus floridas sillas y lamparitas art nouveau. Admiradas hasta hacía poco en los salones más elegantes del país, se habían convertido en la prueba de un fracaso nacional: mientras que las pinturas cubistas de Picasso y Braque, los vestidos rectilíneos de Chanel o los ensayos de André Breton mantenían a los franceses en la cresta de la vanguardia, los muebles y los edificios modernistas se habían quedado muy por detrás de los otros países y, en particular, de la Alemania de la Bauhaus. Lucien Dior, tío segundo del famoso modista y ministro de comercio e industria en aquel entonces, se tomó muy en serio el asunto y habló de la urgencia de que el gusto francés volviera a imponerse en el diseño. Tras arduas negociaciones, consiguió la cesión por parte de París de varias hectáreas en el centro de la ciudad: las que hacían falta para montar la madre de todas las exposiciones de artes aplicadas y que, de entonces en adelante, el mundo volviera  a necesitar la erre francesa para describir los interiores más sofisticados.

"Un detonante de estos celos de Francia fue la invitación a los alemanes de la Werkbund (la agrupación de diseñadores precursora de la Bauhaus) al Salón de Otoño que se celebró en París en 1910", explica desde esta ciudad Anne Monier Vanryb, conservadora  del Musée des Arts Décoratifs. 

"Los franceses se sintieron tan amenazados por sus muebles que pidieron organizar una exposición propia que les ayudara a ganar la batalla cultural y comercial. Se iba a haber celebrado en 1915, pero llegó la guerra". Considerada la cuna del art déco, la Exposition Internationale des Arts Décotratifs et Industries Modernes se inauguró el 25 de abril de 1925 y, durante los seis meses siguientes, atrajo a unos 16 millones de visitantes a los 15.000 pabellones y expositores que Francia, España, Japón, Reino Unido, Austria, China, y el resto de los países invitados -a los diseñadores alemanes esta vez no se les convocó- instalaron a un margen y otro del Sena, en la zona que va del Grand Palais a la explanada de Los Inválidos. 

Según las normas los participantes debían limitarse a mostrar diseños que fueran originales y mostraran claras tendencias modernas. No todos lo entendieron de la misma manera -unos visitantes británicos describieron el pabellón  de la Italia de Mussolini como "un monumento al clasicismo analfabeto que habría avergonzado a Calígula"-pero la idea que tenían los organizadores de la modernidad quedaba clara desde antes incluso de acceder al recinto: diseñada por Louis-Hippolyte Boileau, de la Porte d'Orsay (la puerta más imponente de las doce que se mandaron construir) colgaba un enorme estandarte en el que la Cerámica, la Escultura, la Arquitectura o el Mueble aparecían representados mediante esas líneas tensas y elegantes tan características de lo que, muchos años después, se llamaría el estilo art déco .

En rigor, no era un estilo nuevo. Antes de la Primera Guerra Mundial, muchos artesanos ya habían trasladado a sus piezas las mismas formas esquinadas con las que los cubistas habían revolucionado la pintura, inspirándose al igual que ellos en las máscaras africanas o las artesanías chinas o japonesas y doblegando mediante la geometría las sinuosas curvas del art nouveau. No obstante, la Exposición de 1925  añadió a estas piezas un ingrediente muy importante, un barniz de glamour sin el que  el déco no sería lo mismo y gracias al cual se mantuvo durante muchos años como el estilo preferido de los trasatlánticos, los hoteles de lujo o las películas de Hollywood. Ayudó no solo la ubicación de la exposición junto a algunas de las vistas más bellas de París sino, sobre todo, la estrecha relación  que se entabló entre diseño y moda a través de la participación de grandes almacenes de lujo como Le Bon Marché y Galéries Lafayette, presentes en la exposición  con sus propios pabellones, o de Paul Poiret, el gran modista francés, quien fletó tres barcazas en el Sena decoradas con este mismo estilo  para mostrar sus vestidos y perfumes.

Fue, para que nos entendamos, como si ahora Chanel, Hermès y Jonathan  Anderson se pusieran de acuerdo en patrocinar un estilo decorativo en concreto. solo lo más exquisito valía. Porcelanas de Rapi, los paneles lacados con los que Jean Dunand convirtió en un bosque de palmeras geométricas el fumoir del pabellón de la embajada francesa, las alfombras con dibujos  cubistas de Jean Lurçat, la gigantesca fuente de René Lalique que se iluminada de noche en los Inválidos... y el pabellón más aplaudido de todos, el Hôtel d'un Collectionneur, una mansión diseñada por Pierre Patou para un coleccionista imaginario en la que se mostraban los muebles  de Émile-Jacques Ruhlmann, el ebanista en quien por fin  la Francia moderna  encontró a un Riesener -el favorito de Louis XVI y María Antonieta- para el nuevo siglo...

Diego Parrado. Icon, Design. El País, 17 de junio de 2025.

lunes, 16 de junio de 2025

Una ficción sobre ETA que choca con la realidad, 'La frontera'

La frontera, la serie de cinco capítulos escrita por David Zurdo y Luis Marías y dirigida por María Pulido y Yolanda Centeno que próximamente emitirá RTVE y que Prime Video estrena hoy, se presenta como una historia de acción, fidelidades y traiciones, llena de tensión, donde cada uno tendrá que demostrar en qué cree y cuáles son sus límites. Una historia, continúa su presentación, centrada en la búsqueda de un comando de ETA, casi sin pistas, casi  contra reloj, con unos héroes casi antagónicos. 

En la presentación de un thriller cuya trama, acción y actores -como  el francés Vincent Pérez-, y escenario -el atractivo entorno de la frontera hispano-francesa -por el paso de Irún-Hendaya- pueden enganchar, pero que al no renunciar a enmarcarla en un contexto político, provoca en quienes conocimos aquellos acontecimientos no tan lejanos desconcierto y falta de credibilidad.

La serie deja claro que la historia está situada en 1987, cuando gobernaban François Mitterrand en Francia y Felipe González  en España y ETA militar asesinaba con coches-bomba con el objetivo de forzar al Gobierno español a negociar el derecho de autodeterminación en Euskadi. Recoge explícitamente el atentado contra la casa cuartel  de la Guardia Civil de Zaragoza que asesinó a 11 personas, seis de las cuales eran menores.

Poco antes de 1987 había empezado la colaboración policial hispano-francesa que acosaba a una ETA que llevaba años utilizando, sin grandes problemas, el territorio francés como refugio para atentar en España. Una colaboración que el Gobierno español, cuya pretensión era que su policía pudiera actuar en Francia, le parecía insuficiente.

Esta tensión aparece reflejada en la serie. Como también el debate interno en ETA sobre cómo responder al incipiente acoso francés que se zanjó con la decisión  etarra de no atentar en su territorio y limitarse a una campaña irrelevante  de boicot a los productos franceses.

En medio de aquel contexto real, la serie da un salto y acaba centrando la trama en un hecho irreal: la organización por parte de un grupo disidente de ETA de un atentado terrorista espectacular en París. Para mayor inverosimilitud, un capitán de la Guardia Civil y un policía francés, con la ayuda de una militante de ETA contraria al atentado, se confabulan por su cuenta para evitarlo porque el Gobierno español no quiere notificar a su homólogo francés la preparación del atentado pues de consumarse, Francia se comprometería más en el combate contra los terroristas.

La mezcla de un contexto real con una trama, basada en hechos ficticios un tanto disparatados, perjudica a la serie. Le resta la emoción que, por ejemplo, provocaba Patria, ideada por Aitor Gabilondo y basada en la novela homónima de Fernando Aramburu, emitida en 2020. Aunque, también era una ficción, la trama de Patria era fiel a la época. La verosimilitud de la historia, su contundencia, su interpretación, trasladaba al público emoción. Y era una ficción. Algo que no sucede en La frontera, que dibuja las pautas del momento, pero de su fuga tan irreal emana una inevitable sensación de incredulidad e inconsistencia. Acaba convirtiéndose en un thriller sin más ...

El terrorismo etarra terminó hace 13 años. Su historia fue dramática y las heridas no están cerradas. Afortunadamente, hay películas -documentales y de ficción- que, desde distintas perspectivas, contribuyen a construir una memoria respetuosa con los hechos. No debe frivolizarse con un tema tan sensible con la excusa de la ficción que, finalmente, no lo es tanto.

Luis R. Aizpeolea. El País, 13 de junio de 2025.

domingo, 15 de junio de 2025

Astérix y Obélix, siempre irreductibles

La serie de animación 'El combate de los jefes' renueva el tirón del dúo galo, que protagoniza un reciente videojuego y que en su 41ª entrega, en otoño, visita Portugal. La olla hierve como siempre. Muérdago, langosta, un puñado de fresas... En principio debería estar todo. El hechizo sin embargo no se produce. En lugar de la superfuerza, explota la marmita. Falta algún ingrediente, pero ¿cuál?  Solo lo sabría Panoramix, y ahí está el problema: desde que Obélix le arrojó por error un menhir encima, el druida no recuerda la receta de su célebre pócima. "El combate de los jefes me encanta porque, de todos los cómics de Astérix que he leído, es el en que  la aldea lo tiene más crudo", apunta Alain Chabat en las notas de producción de la miniserie de animación televisiva homónima. Su adaptación del tebeo en Neftlix, relata cómo se las apañan los galos para derrotar a los romanos incluso sin su mítico brebaje. Pero, en realidad, demuestra que la poción mágica nunca pierde su poder. Un reciente videojuego, los cinco capítulos de la miniserie y una nueva historieta para este otoño, la número 41, confirman que la pasión de Astérix y Obélix se mantiene como ellos: irreductible.

Han pasado más de seis décadas desde que el dibujante Albert Uderzo y el guionista René Goscinny crearan una leyenda. La premisa apenas ha cambiado desde aquel primer Astérix, el galo (editado en castellano por Salvat, como el resto de la saga). Año 50 a. C. "Toda la Galia está ocupada por los romanos... ¿Toda? ¡No!", arrancan una y otra vez las tramas de la única aldea capaz de parar el avance  de las tropas de Julio César. Y siempre terminan en un banquete, con el pobre bardo amordazado para que su canto no amargue la velada. En cada entrega, básicamente, sigue habiendo dos señores repartiendo mamporros. El videojuego y su secuela incluso se titulan Astérix y Obelix. Slap Them all (Abofetéalos a todos). Pero, a la vez, la saga ha ridiculizado a menudo el exceso de testosterona. Y entre aventuras, risas y guantazos, ofrece reflexiones sobre el mundo alrededor. De los galos, hace 2.000 años. Y de nosotros, hoy.

"Cada álbum aborda de manera implícita temáticas de la época. Seguimos a personajes inmutables en una sociedad en constante mutación. Son un poco como nosotros: intentamos adaptarnos como podemos a los tiempos y a sus cambios", reflexiona Fabcaro, guionista de los últimos dos cómics. Además de un sinfín de centuriones, los dos amigos han afrontado la expansión inmobiliaria en La residencia de los dioses, o el capitalismo en Obélix y compañía, igual que recientemente descubrieron el ecologismo, el bum de la autoayuda o alguna lección de feminismo.

El 39º tomo, La hija de Vercingétorix, introdujo a la adolescente Adrenalina, una de las primeras mujeres no tan estereotipadas de la saga. La serie El combate de los jefes ha dado más importancia a Karabella y añadido a la trama original cuatro personajes femeninos, de la joven Metadata a la madre de César.

"Siempre se aborda la oposición tradición-modernidad: la aldea, bastante conservadora, se enfrenta a un cambio que llega del exterior y esta nueva situación, en cierto modo, origina la evolución", subraya Céleste Surugue, director general de la Éditions Albert René, dueña de los derechos de estos iconos. El combate de los jefes aborda incluso una temática espinosa como el colaboracionismo francés con los nazis. Y, entre tantos conflictos, lleva al límite el propio vínculo entre los dos amigos, además de contar sus orígenes. "No queríamos que fuera una adaptación más. Tenía que ser algo memorable , una obra que quedara en la historia de Astérix", ha llegado a declarar Surugue.

Palabras mayores, ¡por Tutatis! Porque la pareja más famosa de galos ha derrotado a legiones y  atletas olímpicos, afrontando travesías marinas y odiseas, lidiado con la crianza y la pubertad. Ellos mismos perdieron a sus padres originales, fallecidos, pero ahora se dejan guiar por Facbaro Y Didier Conrad. Han viajado a Hispania, Italia, Helvecia o India. El 23 de octubre pondrán rumbo a Lusitania, el actual Portugal. El ritmo de publicación ha bajado: en los sesenta y setenta, hubo años con dos cómics. Hoy, se lanza uno cada 24 meses. Pero, en cuanto aparece, suele conquistar la lista de los más populares. Los 393 millones de libros vendidos, en más de 100 idiomas y dialectos, siguen subiendo. Con la llamativa excepción del mercado estadounidense, tal vez poco afín a un pueblecito que se opone al imperialismo...

Tommaso Koch. Madrid. El País, martes 6 de mayo de 2025.

sábado, 14 de junio de 2025

Refugiarse del mundo, inventarse un mundo

Los refugios se asocian a dos conceptos casi antagónicos: la supervivencia -durante una guerra o catástrofe natural- y el renacer emocional, otro tipo de supervivencia. Ambas situaciones tienen en común un parón, la detención de casi todo -salvo el tiempo, claro- y un cambio de vida, temporal o decisivo. También un desprendimiento de lo material y una demanda de lo esencial derivada de la huida o de la búsqueda de una mayor introspección. 

En una época en la que en el mundo hay más de 43 millones de refugiados, el desespero por sobrevivir de esa parte de la población contrasta con la necesidad de apartarse del mundo que sienten buena parte de la otra. Aunque podría parecer que tienen puntos de partida distantes, no se trata de urgencias contrapuestas. Los cobijos de los refugiados, sus habitáculos temporales, representan la domesticación de la supervivencia, cuando, por fin, logran detener su huida en un campamento que los acoge. Como pequeñas ciudades, esos campos, en Sudán, Kenia, Grecia o Jordania, superan a veces los 15.000 habitantes. Son por lo tanto,  ciudades no tan de paso -la media de permanencia según ACNUR oscila entre los 10 y los 15 años-. Esos tiempos convierten los campos, y los propios refugios, en lugares de transformación tanto como de supervivencia. Así, aunque nazca de motivos incomparablemente distantes, también es esa metamorfosis extrema la que busca en los refugios quien, paradójicamente, no tiene que sobrevivirse más que así mismo, a un duelo, a malas rachas o a una serie de decisiones equivocadas.

En el aislamiento para el autoconocimiento fue pionero San Jerónimo -que vivía con la única compañía de un león, al que había amansado curándole las heridas (qué hermosa lección)-. Pero el que más célebremente escribió sobre el distanciamiento del mundanal ruido, vale decir sobre el refugio de la naturaleza, fue Henry David Thoreau. Lo hizo a mediados del siglo XIX, tras a irse a vivir a una cabaña de madera que él mismo había construido junto al lago Walden, no lejos de Concord, en Massachussets.

La cabaña de Henry David Thoreau.

Hijo de una familia que se ganaba la vida fabricando lápices, Thoreau estudió Filosofía y Ciencias en Harvard, pero, terminados sus estudios, no quiso pagar por el pergamino con el título. Fue su primer acto de desobediencia civil. O de libertad. Tenía 28 años cuando, tras fundar su propia escuela, trabajar como tutor para los hijos de Ralph Waldo Emerson y, sobre todo, tras la repentina muerte de su hermano -que se infectó de tétanos con una navaja de afeitar oxidada-, decidió irse a vivir al bosque para "evitar descubrir a la hora de la muerte que no había vivido". Rodeado de naturaleza, quería extraer la médula de la vida: una vivencia espartana que lo alejara de cualquier distracción no esencial.

Permaneció allí dos años, dos meses y dos días. Y aprendió que "el hombre es rico en proporción a la cantidad de cosas de las que puede prescindir". En Walden escribió que en su casa había tres sillas: una para la soledad, dos para la amistad y tres para la sociedad. Ese mismo espíritu, de descubrimiento de la naturaleza - y de reencuentro con uno mismo-, de despojamiento de lo superfluo y de búsqueda de una verdad, ha llevado a muchas personas a procurarse un refugio, físico y psíquico. Y a muchos arquitectos a trabajar la idea de lo indispensable. (...)

Lo esencial es lo mejor de lo básico. A ese ámbito pertenece la cabaña más famosa de la  de la historia de la arquitectura. Se conoce así, Cabanon, está en Cap-Martin, frente al Mediterráneo francés. Mide poco más de nueve metros cuadrados. Amueblada con una mesa, dos cajones que hacen de taburete, una estantería y un lavamanos (la ducha está fuera), tiene el suelo pintado de amarillo y el techo de rojo y verde. La firmó y la utilizó el arquitecto más relevante del siglo XX, Le Corbusier. Su único lujo era un mural, que él mismo pintó, con una vista sobre la bahía.

Levantado con troncos de madera en 1951, el Cabanon tiene tanto de autoconstrucción  como de cálculo. Es a la vez refugio y legado. Le Corbusier pasó allí 16 veranos de su vida. El último, el de 1965, murió ahogado frente a su casa. Después de un funeral en la Cour Carrée del Louvre fue enterrado en el cementerio de ese pueblo, Roquebrune...

Anatxu Zabalbeascoa. El País Semanal, 9 de mayo de 2025.

viernes, 13 de junio de 2025

En Bamako siempre es domingo

Salif Keïta. (Pedro Etura)

Los domingos en Bamako son día de boda /los djembés y los dununs resuenan en todas partes", cantan Amadou Bagayoko, fallecido a comienzos de abril, y Mariam Doumbia (Amadou & Mariam) en 'Beaux dimanches', una de las piezas de su álbum Dimanche à Bamako (2004), producido por Manu Chao. Pero en la capital de uno de los territorios musicalmente más vigorosos de África, Malí, no es preciso que sea domingo ni celebrar un casamiento para que los instrumentos hablen y las voces canten. Ni siquiera hay que estar en el país para sentir el embrujo de ritmos que asientan su modernidad sobre la tradición.

Salif Keïta, la voz más hermosa de África, se encierra en una habitación de hotel en Asia y despierta la memoria tañendo poco más que una guitarra. Keïta anunció en 2012 que Talé, el álbum publicado ese año, sería su última grabación. Afortunadamente, el pecador siempre puede recurrir el arrepentimiento y en 2018 editó Un autre blanc, con Angélique Kidjo y Alpha Blondy. De ese disco también dijo que sería el último de su carrera pero ha vuelto a retractarse. La necesidad o el picor de la música le han llevado a grabar So Kono en la habitación del hotel en que vivió en Japón durante su participación  en el festival Kyotophonie. Salif no es guitarrista, pero decidió que ese sería el instrumento principal tocado por él. Y para evitar la soledad, Badié Tounkara (ngoni), Mamadou Koné (tama), Clement Petit (violonchelo) y Julia Sarr y Olyza Zamati (coros) le echaron una mano en algunas piezas.

Nuevas composiciones y escrituras más antiguas configuran la propuesta. Entre las primeras 'Aboubakrin'; la fascinante y circular 'Awa' pespunteada por el chelo de Petit; 'Chérie', también e excepcional y 'Proud un canto que es un grito, un manifiesto de reafirmación, junto con temas reformulados como 'Tasi', 'Soundiata' o 'Tu vas me manquer'. Con 75 años, Salif sigue desplegando la emoción y la fuerza del griot que convoca a sus ancestros a pasear por las perturbadoras calles del siglo XXI...

Javier Losilla. Babelia. El País, sábado 24 de mayo de 2025.

jueves, 12 de junio de 2025

Bernard Minier: "Esa atmósfera de Galicia genera un clima literario"

A cielo descubierto, con aire frío, vuelve Bernard Minier (Béziers, 1960) a la calle de la Amargura de A Coruña, a tiro de piedra de Berbiriana, la librería donde presentó, Olvidadas, Les effacées, su nueva novela. "Hay lugares desprovistos de toda esperanza", observa al asomarnos al abismo de las dos tramas de una novela, que alternan cadáveres de ricos con otros de mujeres trabajadoras. Pero matiza que con esa frase, "hay lugares desprovistos de toda esperanza", no se refiere a Combarro, el lugar que la teniente Lucía Guerrero debe plantar apresuradamente, en plena investigación de un crimen, para tratar de esclarecer el asesinato  de una estrella de la jet set madrileña, amiga de la familia real y de la flor y nata del país. Esa frase que nubla la esperanza es una declaración de principios, la primera carta sobre la mesa de un autor que mide más sus palabras que los hechos  de sus personajes. A lo conflictivo se refiere como conflictual (conflictuel), con una ele sonora marcando la diferencia. Minier es un conquistador  de la geografía del detalle. Fabulador con causa, no pierde de vista la vida salvaje  de la web oscura del fango del mundo real y de las personas.

-"Olvidadas" nos hace bajar a la arena de la playa de Padrón de Combarro. ¿Qué ha traído a Galicia a uno de los "betsellers" de la novela negra europea?

-La idea de crear a Lucía fue descubrir ese servicio para el que trabaja, la UCO (Unidad Central Operativa) que actúa en distintos lugares de España cuando hay investigaciones complejas. En principio, lo que quiero presentar a mis lectores, que son los primeros en leerme, lugares, ciudades y provincias de España que no se conocen mucho. No, quiero mandar a Lucía a Toledo , a Sevilla, a Barcelona, que se conocen suficientemente. No quiero mandarla a Segovia, a Salamanca, al Alto Aragón (al pueblo de Graus que conozco perfectamente) o aquí, a Galicia... Si vengo aquí, es sobre todo para mandar a Lucía a zonas que no son demasiado turísticas. Aparte de Combarro el resto no lo son tanto, como Malpica.

P.- Quizá muchos gallegos desconocen el pasado de Malpica como puerto ballenero, que cuenta.

R.- Descubrí esa empresa en O Pindo (el último reducto ballenero de Europa). Ocupa dos líneas en el libro, pero la pesca de la ballena es parte de la historia de Galicia.

P.- ¿Por qué le interesaron Combarro, Malpica o A Coruña como escenario?

R.- Galicia tiene parecido con la Bretaña francesa. Los dos estamos al Oeste, frente al Atlántico y tenemos una meteorología peculiar, tormentosa, de niebla... Toda esa atmósfera genera un clima literario. Yo soy como Thomas Mann, prefiero los cielos nubosos, los primitivos flamencos como pintura que el paisaje solar. Por eso Galicia es un lugar perfecto.

P.- ¿En tiempo revuelto germina mejor la novela negra?

R.- Sí. Siento que estamos todos formados o deformados, por los lugares donde vivimos. No es lo mismo vivir en el monte que en la ciudad. Churchill decía que los hombres hacen los muros y luego los muros hacen a los hombres. Esto es verdad en el paisaje. Yo he estado en Argentina, México, Polonia, Noruega... Y veo que las condiciones de cada país impactan en las personas. En México pasan unas cosas que no pasan en Oslo. En Oslo hay casi seis mese de verano y seis de invierno. Eso tiene un impacto sobre la mente. Cuando era estudiante solía ver las películas de Bergman, maravillosas pero deprimentes. Esas películas no existirían si Bergman hubiera vivido en Alicante. (...)

P.- ¿Cómo manipula el escritor al lector?

R.- ¡Eso es un experimento psicológico aparte! Sí, es una manipulación, aquí esa manipulación es un juego. Vargas Llosa escribió un libro sobre grandes obras literarias del siglo XX que se titula La verdad de las mentiras. Toda ficción es una mentira, pero es una mentira que quiere decir una verdad.

P.- ¿ Tiene un vínculo familiar con la terriña o es el resultado de su trabajo de campo para documentar "Olvidadas"?

R.- He estado aquí, he entrado en las casas, he hablado con la gente y me han llevado a lugares como ese pueblo abandonado en medio del monte, en el que hay una sola casa ocupada, no vamos a decir `por quién. Ese pueblo existe, en él hay una sola casa en medio de la nada. Todos los lugares que aparecen en la novela existen. Por ejemplo, cuando estuve en A Coruña, descubrí la calle de la Amargura y no pude resistirme a utilizarla... Ayer estuve en esa calle, ¿entra ahí el sol alguna vez?

Ana Abelenda. Libros. Fugas, La voz de Galicia, viernes 6 de junio de 2025.

miércoles, 11 de junio de 2025

Nathalie Cabrol:"Un logro de la ciencia es admitir que no sabemos que es la vida"

Nathalie Cabrol

La científica fracoestadounidense dirige la Fundación Carl Sagan e investiga las opciones de los humanos de habitar los lugares extremos de nuestra galaxia. Nathalie Cabrol no es una científica común. La astrobióloga posee dos récords de buceo a mayor altura. Los conquistó sin proponérselo, mientras exploraba el lago de Licancabur, el volcán de cerca de 6.000 metros de altura entre Chile y Bolivia. Cabrol (París, 1963) lleva décadas estudiando la tierra para entender la posibilidad de la vida humana en las condiciones extremas de nuestra galaxia. Menuda y de pelo cano, la exploradora viste chaleco del instituto SETI, la organización sin fines de lucro con la que trabaja y donde sirve, desde hace una década, como directora del Centro Carl Sagan, el gran divulgador científico estadounidense.

En las paredes de su despacho, al sur de San Francisco, cuelga una reproducción del disco dorado que viaja acoplado al Voyager 1 y 2. El mensaje flota a más de 20.000 millones de kilómetros de la Tierra con sonidos como la risa humana, el viento, el canto de una ballena e imágenes del entorno terrícola. El dato más importante en la oficina de Cabrol da la bienvenida a los visitantes. Se trata de la ecuación de Frank Drake, con la que el astrónomo estadounidense calculó en 1961 el número aproximado de planetas con condiciones similares a la Tierra que pueden existir. La fórmula es considerada la hoja de ruta de la astrobiología y estima que el número de planetas habitables está entre los 300 y los 2.000 millones. Cabrol que ha auxiliado en misiones de exploración de la NASA a Marte y Titán (la mayor luna de Saturno) y es autora de cinco libros, desarrolla estas ideas en The Secret Life of The Universe (2024, sin traducir al español). El pasado 15 de mayo participó en un debate del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona junto al premio Nobel Didier Queloz, descubridor del primer exoplaneta.

P.- ¿Cómo comprendió que para estudiar a los planetas de la galaxia  había primero que entender la Tierra?

R.- Le puedo decir la fecha exacta: el 19 de noviembre de 2006. Eran las 9.30 de la mañana. Estaba en la cima del Aconcagua con mi esposo, Edmond Grin. Nos preparábamos para bucear. Habíamos entrenado mucho y no sabíamos en qué condiciones iba a estar el lago. Ese año El Niño fue intenso y el agua estaba en su máximo nivel. Era realmente espectacular. Estábamos a más de 6.000 metros y hacía calor. Le dije a mi marido: "Hemos venido aquí para entender si Marte era habitable hace 3.500 millones de años, pero este lugar también nos dice lo que está pasando ahora mismo en la Tierra".

P.- ¿Fue su momento eureka?

R.- Amplió mi visión. La información que busco para entender cómo era Marte hace miles de millones de años se puede usar con otros propósitos. Cómo las especies se están adaptando al cambio climático o qué está pasando con nuestra adaptabilidad. Fue como si se levantara un velo.

P.-¿Estamos en la era dorada de la astrobiología? La humanidad vio por primera vez una imagen de Marte en los años sesenta.

R.-Fueron unas imágenes decepcionantes por la mala resolución de la cámara.

P.- Pero suficientes para acabar con siglos de especulación...

R.- Hasta la misión Mariner 6, de 1969, Marte parecía otra luna con grandes cráteres. Mariner 9, de 1971 y con una tormenta de polvo cubriéndolo todo, descubrió cosas para las que no necesitábamos palabras nuevas: dunas, volcanes, ríos y lagos secos. El aspecto de ciencia ficción de Marte dio paso al sueño científico. Entendimos cómo se intercambiaban los materiales en la etapa temprana del sistema solar; lo que hace posible que seamos nosotros los marcianos que estamos buscando o que ellos sean los terrícolas. O ambas cosas. O ninguna. Cambió la narrativa.

P.- Carl Sagan murió en 1996, un año después de dar con el primer exoplaneta´

R.- Esa es la próxima revolución copernicana, pero Carl llegó a vislumbrarla. El día de San Valentín de 1990, el Voyager I estaba en la vecindad de Neptuno y el pidió que se volteara la cámara para ver la Tierra. Allí estaba ese pálido punto azul con toda su fragilidad y aspecto poético. Fue la primera vez que vimos el planeta del tamaño de un pixel en la oscuridad. Tuvo esa visión. Pensaba en la Tierra suspendida en el universo, una nave en el espacio.

P.- Treinta años más tarde parece que cada día aprendemos algo nuevo de nuestra galaxia. A pesar de esto, usted rechaza decir con contundencia si hay vida en Marte.

R.- ¿Y sabe por qué? Es el experimento científico más parcial que existe. Somos el experimento y el experimentador. El observador y la observación. Sagan decía que hay que mantener el escepticismo. Un gran logo de la ciencia hoy es admitir que no sabemos lo que es la vida... La vida no es una cosa sino un proceso. Es una transición de la química prebiótica a la biología... La vida no apareció en la Tierra, emergió de ella...

Luis Pablo Beauregard.  Ideas, El País, domingo 25 de mayo de 2025.

martes, 10 de junio de 2025

En el atelier de alta joyería de Cartier en París

El sol entra tímidamente por las ventanas del atelier de alta joyería de Cartier en el centro de París. En el interior del majestuoso edificio, trabaja con mimo y con concentración un grupo de mujeres escultoras especializadas en la glíptica, el arte de grabar y esculpir piedras duras, finas o preciosas. Al frente del equipo está Emilie Marques, alumna aventajada de Philippe Nicolas, Maître d'art, un título único que concede el ministro de Cultura francés a los profesionales de artes y oficios que poseen una pericia poco común. Nicolas llevó el arte ancestral de la glíptica a Cartier en el año 2010. Trece años después antes de retirarse, se aseguró de que traspasaba sus conocimientos a Marques, que ahora hace lo mismo con el resto de escultoras que trabajan en crear piezas de alta joyería con esta técnica ancestral. La glíptica es otra apuesta de Cartier por la riqueza de los oficios manuales: poner la tradición al servicio de la innovación siempre ha sido la consigna de la casa, pero en tiempos de producción seriada e imitaciones la especialización cobra un sentido más especial que nunca.

"Ahora me toca a mí transmitir al resto del equipo todo lo aprendido. No solo sobre el arte de esculpir, también trato de inculcar la pericia para saber escoger una buena piedra. Viajamos a las grandes ferias anuales, una en Tueson (Arizona) y otra en Francia, y ahí compramos los materiales con los que vamos a trabajar. Además, estoy muy centrada en transmitir la responsabilidad de los códigos y los estándares de calidad de Cartier", explica Marques. Hoy en el taller se respira una mezcla de orgullo y nostalgia. Después de dos años trabajando en la pieza Hathiyon, compuesta de dos elefantes tallados sobre madera de magnolio petrificada, el collar parte para Singapur donde se  encontrará con su compradora. Se trata de una pieza realizada, en oro blanco, en la que los colmillos se tallaron en madera de cacahuete petrificada. La composición muestra dos cabezas de elefante rodeadas de cuentas de espinela y diamantes talla brillante. "La idea en la que me inspiré fue el vínculo entre dos elefantes que se convierten en uno. Con la madera petrificada he podido plasmar las arrugas típicas de la piel de este animal. Hay un poco de ilusión óptica con esta pieza. La primera vez que la ves piensas que se trata de un solo elefante, pero una vez que te acercas puedes ver que las dos trompas están unidas. Las espinelas que los rodean quieren expresar cómo los elefantes se pueden comunicar con una distancia de 100 kilómetros y a través de ellas se vuelven a encontrar", detalla Laurianne, una de las discípulas de Marques y la autora de este collar de alta joyería.

Detrás de cada pieza hay una idea y una historia que contar. Los animales, la flora y la naturaleza  más salvaje inspiran las joyas que salen de este atelier. "El arte de esculpir existe desde siempre en la humanidad. La particularidad de nuestro modo de trabajar es que partimos de la piedra. Es la materia la que nos transmite lo que podemos tallar en ella. Nos fijamos mucho en los colores, en su dureza, en cómo se refleja la luz. Todas las piedras son diferentes. Es importante tener muy clara la idea antes de ponerse a trabajar en ella porque ninguna piedra se comporta igual. El gran desafío al que nos enfrentamos es que una vez que empiezas a tallar ya no no hay vuelta atrás".

Las piedras preciosas siempre han sido las más deseadas. Pero tienen ciertas limitaciones a la hora de jugar con sus formas y tallados. Es por eso que en el taller de glíptica de Cartier valoran mucho lo que cada piedra es capaz de ofrecer como lienzo para esculpir. "En nuestro trabajo tenemos la oportunidad de testear la emoción que desprenden las piedras que han estado aquí desde hace millones de años y que permiten una talla excepcional. Sobre todo las petrificadas, que resultan de madera fósil que conserva su apariencia aunque hayan pasado cientos de años, son completamente únicas. Es el tiempo el que ha hecho que se petrifiquen así y no habrá nunca una igual", eplica Marques. Cartier ha sido la pionera en el uso de este material...

Beatriz García. Smoda. El País, 29 de mayo de 2025.

lunes, 9 de junio de 2025

"Un buen padre"

Si los demás te llaman padre ¿por qué yo no puedo llamarte papá ? Es uno de los diálogos de Un buen padre, notable ópera prima del montador bretón Ronan Tronchot, aquí también coguionista. Se confiesa educado en el catolicismo y le interesa señalar la esclerosis de la Iglesia y su necesidad de ponerse al día. El mensaje es diáfano, aunque otra cosa es que sirva de algo. La película repara en un sacerdote, volcado en su pequeña parroquia y muy conectado con sus fieles, que un día recibe la visita de una mujer acompañada de su hijo de once años. Viene a presentárselo: es suyo, de su etapa de seminarista. El shock es lógico, y la reacción del apelado, la que uno espera; si bien, en favor del guion, conviene anotar que no se regodea. Más allá de los reproches mutuos iniciales, el dilema está servido. El religioso tiene claro que no renunciará a su vocación, pero intervienen la moral, su conciencia y el propio chaval, al que su madre nunca ocultó  la condición de su progenitor.

Virtud principal de esta trabajo es su contención y su equilibrado tono formal. La paternidad en el colectivo de las sotanas  va pareja  a la antigüedad de la propia institución a la que sirven, por lo que regresar sobre el tema para un oportunista más de lo mismo provocaría un seguro descarrilamiento de la propuesta. Pero Tronchot, más allá del doble juego entre ser padre espiritual y padre biológico, con sus diferencias  y similitudes, lo plantea  sin andarse por las ramas. Las conversaciones con el obispo y la reunión final con el consejo diocesano resumen el inmovilismo de la curia y los hipotéticos caminos reformistas que debería afrontar para, cuando menos, ganarse a la opinión pública laica y abrirse al mundo real. El protagonista -un muy convincente Grégory Gadebois- apunta en un momento de su defensa al riesgo de que el gremio sacerdotal se comporte cual casta con sus privilegios. El desenlace de la trama, visto cómo anda el patio, no podía ser otro. Que se la proyecten a León XIV, que al parecer gusta del cine.

Miguel Anxo Fernández. La Voz de Galicia, jueves 29 de mayo de 2025.