martes, 30 de noviembre de 2021

El largo camino hacia la luz

El artista Carlos Cruz-Diez (Caracas, 1923-París, 2019), referente del op art  o arte cinético, llegó a la capital de Francia en 1960 siguiendo los pasos de su admirado amigo Jesús Soto, que lo había hecho años antes, y (como Soto) ya no se movió de aquí. Obtuvo la nacionalidad francesa y, tal como anunció el ministro francés de Asuntos Exteriores, Jean-Yves Le Drian, representará al país vecino en la Exposición Universal de Dubái 2020, suspendida el año pasado por la pandemia y que se desarrollará entre el 1 de octubre y el 31 de marzo de 2022.

Así Francia se verá representada por un pintor al que acogió y al que hizo parte de su núcleo de artistas más determinantes del siglo pasado, proyectado desde la mítica galería de Denis René, en cuyas sedes de la Rue La Boétie y posteriormente en el Boulevard Saint-Germain se defendió, se expuso y se impulsó la abstracción -no en vano René organizó la primera exposición de Piet Mondrian- y la corriente cinética encabezada por Vasarely, Soto o Cruz-Diez.

Con el nombre de Lumière, Lumières, el ecosostenible pabellón francés estará dedicado a la relación entre el arte y la tecnología, recuperando el sueño de la Ilustración de colocar la innovación científica al servicio del progreso. Para representar la unión de luces del presente y las del pasado, los 2.500 metros cuadrados de baldosas fotovoltaicas ampararán un edición original de los 35 volúmenes de la Enciclopedia de Diderot y D'Alambert. También se prestará atención a la arquitectura, con una exposición sobre el Gran París; a la moda, a partir de la exhibición de 30 modelos icónicos de Jean-Paul Gautier, y el arte cinético, representado por la producción de Carlos Cruz-Diez Chambre de Chromosaturation, una cámara creada en París en los años sesenta, de gran modernidad, un ambiente artificial compuesto por tres habitaciones (una roja, una verde y una azul) que sumergen al espectador en una experiencia que pone de manifiesto lo que tanto le gustaba recordar a este penseur de la luz: que el color no es una certeza, sino una circunstancia...

Resulta significativo que una de las obras más celebradas de Cruz-Diez sea Cromointerferencia de color aditivo (1974-1978), más conocida como "el piso Cruz-Diez" o "el piso de Maiquetía", instalada en el aeropuerto de Caracas, un muro y un pasillo de 2.112 metros cuadrados en el que se mueven los colores con los pasos, contrapunto de variaciones cromáticas que celebra el trasiego del viajero y también una obra que, con los procesos migratorios, ha devenido un símbolo del exilio al ser lo último que se pisa  de Venezuela. Por algo sostenía Cruz-Diez que "el color es la perfección de un instante".

Use Lahoz. El País Semanal, 8 de agosto de 2021

lunes, 29 de noviembre de 2021

La Crónica Francesa

Habrá quien opine que La crónica francesa es hija conceptual de El Gran Hotel Budapest  (2014), que está como mejor redondeada y tal. O habrá a quien le cueste asimilarla, aún reverenciando a su autor como un portento del cine -quizá algo sobrado de ocurrencias-, dueño de una imaginación que deriva de haber metido en el Thermomix a Fellini, Tim Burton, Kusturica, Tati, alguna gamberrada a lo Aronofsky y, por que no, algo de Chaplin y Keaton. En todo caso, mea culpa, pues pese a su condición de Anderson gran reserva, La crónica francesa, acabó extraviándome en un laberinto de ideas en modo torrencial hasta llevarme a pedir la hora. Entiendo que, en Cannes, los tan chauvinistas franceses -pero también cinéfilos, que les enseñan en el cole desde pequeños y eso se nota-, se pusieran de pie para aplaudirle durante minutos. Claro, no somos franceses, y por eso exigimos a este creativo que permanezca en su original estilo y en su desvergüenza formal, pero, por favor, que centre su mensaje para quienes conocemos las cuatro reglas y alguna cosilla más, y no llevamos la Larousse encima para saber si esto o aquello va de tal o cual cosa que se nos escapa.

Dicho esto, la cinta es un homenaje a la prensa al viejo estilo, a través de un periódico estadounidense aunque editado en Francia, de modo que la trama se estructura con una introducción, tres capítulos correspondientes a diferentes secciones -la de cultura, la más amplia- y un epílogo. Detallar todo ello aquí requiere de un espacio imposible de disponer, pero apuntemos que el diario está en las últimas, su cierre es inmediato y se trata de confeccionar el número del adiós. 

Como era previsible, la dirección de arte va paralela a ese aquelarre formal, aquí orientado a homenajear a la Nouvelle Vague, metiendo blanco y negro con recursos dibujados, e igualmente aparecen tal cantidad de rostros conocidos -algunos puros cameos-que uno se pierde en adivinarlos. Cuando Wes Anderson embride tanta imaginación e introduzca algo de orden en su caos artístico, el cine le confirmará un genio. Pero toca esperar.

Miguel Anxo Fernández. La voz de Galicia, martes 16 de noviembre de 2021

domingo, 28 de noviembre de 2021

"Las familias felices se parecen unas a otras, pero cada familia infeliz lo es a su manera"

Hace unas semanas, cuando empecé a pensar que escribiría para mi cita mensual, no se me ocurría nada. Y como suelo hacerlo a partir de mis lecturas, no como crítica literaria, sino como una lectora que le gusta compartir lo que le parece interesante para contar, ninguno de los libros recién leídos, por una u otra razón, me animaban a ello. Entonces, uno de los escritores más populares, si se tiene en cuenta el número de premios y el número de lectores, (La delicadeza, 2009 Charlotte, 2014 La biblioteca de los libros rechazados, 2016),  se cruzó en mi camino: David Foenkinos con su nuevo libro bajo el brazo: La familia Martin. Hojeé las primeras páginas y el azar otra vez se asomó sonriendo,  ya que el escritor se encontraba en una crisis de falta de inspiración, como yo. Las diferencias entre él y yo además de ser muchas y notables saltan a la vista. Su crisis de creación la resolvió pronto cuando tomó la decisión de escribir sobre la vida de la primera persona que encontrase al salir a la calle y así lo hizo. Por mi parte llevo más de un mes sin decidirme a escribir sobre su libro, tratando de encontrar otro tema que no sea la familia, hasta hoy, que sigo "casi" igual que el día que escogí su libro para este artículo. Me agarraré a ese "casi" no para eludir el tema familiar que es inevitable como su título indica, sí para fijarme en un aspecto que no es la primera vez que Foenkinos trata, las relaciones entre hermanas.  para ello vendrá en mi ayuda una escritora que ya nos ha visitado algunas veces, Delphine de Vigan con su último libro, sin publicar todavía en España, Les enfants sont rois

Esa mañana en la que el escritor se dijo: "Bajas a la calle, te acercas a la primera persona que veas y será el tema de tu libro", a pocos metros vio a una señora tirando de un carrito morado, no tenía otra alternativa, se acerca y le propone su proyecto. Así es como entra en la familia Martin. La señora se llama Madeleine Tricot. El encuentro no puede ser mas fluido y enseguida están los dos en la cocina de la señora. Su nombre ha dejado al escritor pensativo y fue ella, viuda, quien le propuso empezar por los recuerdos de su marido. Para seguir hablándole de su trabajo de costurera para Chanel y de sus hijas, Stéphanie y  Valérie. Aunque pronto notó la incomodidad que el nombre de Stéphanie le causaba, no será hasta la mitad del libro cuando Foenkinos conocera la historia de las dos hermanas. Siempre habían estado muy unidas, se llevaban poco más de un año, Stéphanie era la mayor. Lo compartían todo hasta que cambiaron las cosas. Es difícil saber exactamente cuando el veneno de la comparación y los celos empezó a destruir su relación. Fue en la adolescencia y es Stéphanie la primera que empieza a marcar distancias. Valérie no lo entiende pero piensa que "ya no es como antes". Todo se agrava cuando Sthéphanie suspende  el examen de entrada en el Instituto de Estudios Políticos y al año siguiente su hermana supera la prueba. El rencor de Stéphanie hacia Valérie, desmedido, la empuja a impedir que consiga la entrada. "Mi hermana es una ladrona de vida". Es ella la que esconde la convocatoria  para el examen oral que Valérie esperaba. Cuando todo se descubre, Valérie no volvió a dirigir la palabra a su hermana y nunca le perdonó.

Que David Foenkinos incluya dentro de La familia Martín la historia de estas dos hermanas no deja de ser curioso ya que un año antes había publicado Dos hermanas. Mathilde y Agathe.  Mathilde acaba de separarse y sufre una dolorosa depresión  que afecta a toda su vida hasta el punto de abandonar su trabajo, ella, una excelente profesora de literatura. Agathe la acoge en su casa. La vida de su hermana es exactamente la que Mathilde hubiera querido vivir. No puede soportar la felicidad de los demás lo que provoca su transformación que la lleva a un final inesperado...El tono de este libro es mucho más sombrío que en La Familia Martín. Como si el escritor hubiese necesitado abordar de nuevo la dificultad de la relación entre hermanas de un modo menos trágico...

Mientras leía La familia Martin sin decidirme a escribir sobre este libro eché mano, en paralelo, de Les enfants sont rois de Delphine de Vigan.  La historia  de una madre desequilibrada que, por su afán de ser famosa y ganar dinero, utiliza a sus hijos exponiéndolos en las redes, You Toube e Instagram, haciendo de ello su trabajo y su forma de vida.  Mi sorpresa sorpresa fue que dentro de esa historia se escondía  otra, la de estos hermanos, Kimmy y Sammy, víctimas de esa madre abusiva. Dos seres destruidos. Sammy, el hermano mayor deja a Kimmy el terreno de la rebelión, ofreciéndole la posibilidad de la huida. Diez años después, ella acudirá en su ayuda. En los libros de esta escritora que ya ha ocupado algunos de los artículos aquí publicados, se nos muestra, como contrapartida a la dureza de la vida, algo de lo mejor de nosotros mismos,  sea la lealtad, sea la gratitud, ligada a la infancia. Es su experiencia la que la  ha dotado de una especial hipersensibilidad para entender esa etapa de la vida. Su novela más conmovedora sigue siendo Rien ne s'oppose à la nuit /Nada se opone a la noche, el retrato de su madre bipolar y de cómo sobrevivieron ella y su hermana en medio del drama.

Si la conocida cita de Tolstoi abre el artículo, Marie NDiaye lo cierra con estas palabras de una reciente entrevista con motivo de la publicación de su último libro, Mía es la venganza: "Una familia es una minisociedad"."Allí se pueden encontrar los sentimientos de amor, ternura y afecto. Pero también de odio. La familia produce una exacerbación de los sentimientos. Puede ser un lugar de locura. La familia puede hacer enloquecer". 

Carmen Glez Teixeira

sábado, 27 de noviembre de 2021

Difícil tener coche en el centro de París

La crisis sanitaria y el siguiente confinamiento, han sido dos aliados de la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, para hacer realidad uno de sus principales proyectos: París respira.

El objetivo final es imponer una disminución drástica de la circulación de vehículos en la capital e incitar a los parisinos a utilizar los medios de locomoción alternativos. 

Para los automovilistas se presenta complicado porque, además de disminuir el límite de velocidad a 30, para ofrecer "más seguridad y menos molestias sonoras", el ayuntamiento ha decidido mantener 21 carriles para bicicletas que se crearon tras el confinamiento con el fin de inducir a los parisinos a hacer más deporte.

A eso se suma el espacio vial que han recuperado cafés y restaurantes para instalar o ampliar sus terrazas más allá de las aceras, así como la voluntad del ayuntamiento de suprimir la mitad de las plazas de estacionamiento en las calles, unas 70.000, antes de 2026, y subir los precios de las que quedan...

La ambición de Anne Hidalgo no se acaba aquí. También ha creado las "calles de los colegios" que consiste en la peatonalización total o parcial de los alrededores de los colegios. Y en los sitios donde no sea posible, algunos vehículos podrán circular pero a baja velocidad dando siempre prioridad a los peatones sobre la calzada...

Las asociaciones de automovilistas insisten en los problemas que provocan estas medida a los diez millones de personas que viven en las afueras y que deben usar el coche para ir a París, solo por favorecer a una minoría que vive en la capital. Pero desde el ayuntamiento responden que no es normal que el 50% del espacio público esté acaparado por los coches, cuando solo un 13 % de los desplazamientos se realiza en automóvil.

Cuando Anne Hidalgo comenzó a gestionar la ciudad, existían 200 kilómetros de carriles bici, ahora hay más de 1000, y la epidemia ha servido de motor para acelerar esta tendencia.

El primer confinamiento llevó a la creación de 52 kilómetros para ciclistas que seguían el trazado de las líneas de metro para aligerar la concentración de personas en los transportes públicos. La solución para delimitar los carriles con pilones amarillo fluorescentes y bloque de cemento armado han contribuido a afear la ciudad y a dar argumentos a los que se oponen a la disminución del espacio para automóviles. Pero este verano el teniente alcalde  David Belliard, ha anunciado una inversión de 80 millones de euros para hacer permanente lo que parecía un sistema transitorio que estará listo para los Juegos Olímpicos del 2024...

Asunción Serna. La Voz de Galicia, 30 de agosto de 2021

viernes, 26 de noviembre de 2021

Antígona, parada trágica en Molenbeek

George Steiner halló en sus Antígonas una forma de entender el mundo contemporáneo. Recreó el mito y halló una nueva cara de los círculos existenciales que Sófocles vislumbró en forma de tragedia. Esa misma intuición es la que ha guiado al director de escena belga Guy Cassiers a acercarse a esta figura inagotable del teatro clásico a través de Antigone in Molenbeek+Tiresias, dos monólogos que intentan explicar los prejuicios reprimidos de la sociedad actual firmados por Stefan Hertmans y Kar Tempest, respectivamente.

El 39 Festival de Otoño de la Comunidad de Madrid se traslada de esta manera, los días 19 y 20 en los teatros del Canal, al barrio de Molenbeek (Bruselas), epicentro de los atentados perpetrados por seguidores del Estado Islámico en 2016. Antígona es aquí la hermana de un terrorista suicida al que las autoridades niegan el entierro y Tiresias un personaje mutante que sufre varias transformaciones hasta convertirse en un profeta ciego.

"Empecé por el Tiresias de Tempest y luego leí el texto de de Hertmans, Antigone in Molenbeek. Enseguida pensé que había que escucharlos juntos porque ambos forman parte de un proceso épico, poético y político que nos permite desarrollar la imaginación y elevarnos más allá de lo material. Fue la modernidad de estos escritos, absolutamente originales, diferentes en estilo, lo que me hizo querer presentarlos juntos ", explica el director de El Cultural.

Uno de los aspectos que define los montajes de Cassiers es su personal despliegue tecnológico, esta vez filtrado por la puesta en escena de Charlotte Bockaert, la producción de Tonelhuis, la iluminación de Fabian Piccioli y la música de SHostakóvich (Cuarteto de cuerda nº15) interpretada por el Danel Quartet. Estas composiciones fueron encargadas por el Estado soviético y por lo tanto debían cumplir con los criterios de la música "socialista". Su música es también un guiño a ese tipo de imposiciones...

Otro recurso cargado de sorpresas es el vídeo, con el que Cassiers quiere mostrar el alma de los personajes... "Para Antígona, la cámara es como una araña que encierra a su presa con su tela. Ella se mueve y la cámara la sigue, la observa desde todos los ángulos y reduce su universo. Para Tiresias, por el contrario, los objetivos abren lentamente su universo permitiéndole generar nuevos mundos...

J. López Rejas. El Cultural, 19-11-2021

jueves, 25 de noviembre de 2021

"Lo que me interesa es el momento en que la existencia bascula"

Su segunda novela, La elegancia del erizo, se convirtió en un fenómeno literario mundial que consagró a Muriel Barbery (Casablanca, 1969). Tardó nueve años en publicar la tercera, La vida de los elfos, a la que siguieron Un país extraño y Una rosa sola (Seix Barral) que se publica en España. Un libro que se basa en los dos años que vivió en Kioto y en el que cuenta el viaje iniciático de Rose, una mujer en crisis, a esa ciudad para descubrir el testamento de su padre japonés, al que nunca conoció.

-¿Cómo surgió la idea de esta novela?

- Viví dos años en Kioto, en 2008 y el 2009, y tras abandonar Japón pensé que iba a escribir inmediatamente una novela sobre esa experiencia única que cambió completamente mi vida. Pero necesité diez años para escribirla. En principio imaginaba que la protagonista simplemente iba a deambular por la ciudad, tener algún encuentro casual y, a partir de ahí descubrir cosas de sí misma, sin que hubiera más personajes, salvo algunos muy efímeros. Pero la novela se fue haciendo más compleja con una historia de amor y múltiples facetas.

-¿Se puede decir que la ciudad de Kioto es un personaje más?

- Por supuesto, incluso creo que es el personaje principal. Mi idea era metabolizar la experiencia que había vivido en esa ciudad sorprendente a través de una ficción. A todas las personas que han visitado Kioto, aunque sea por un tiempo breve, las ha marcado.

-Hay una gran presencia de plantas, árboles y flores. ¿A qué se debe que le dé tanto protagonismo?

-Pasé mi infancia en el campo, entre bosques, árboles y plantas. Fue allí donde aprendí a mirarlos. Los jardines en Japón son extraordinarios, representan realmente una transformación de la mirada, son al mismo tiempo muy naturales y muy artificiales. Además, la protagonista es botánica. En Japón hay algo especial que difiere de las culturas occidentales, el interior y el exterior se mezclan, se funden, las casas están abiertas al jardín, no se concibe el recogimiento de un espacio cerrado, hay una especie de ósmosis con el espacio exterior. Yo tenía en mente que esa presencia permanente de la naturaleza fuera como un bálsamo para Rose, que iría sintiéndola y, a partir de ahí, podría reconectarse con el mundo...

-Cada capítulo va precedido de una pequeña parábola. ¿Qué papel juegan estos textos?

- Me sorprendió mucho que, cuando se publicó el libro en Francia, los lectores decían que les habían gustado mucho esos pequeños relatos de la historia de China y de Japón, pero en realidad me los inventé todos. Quería hacer como viñetas zen que prefiguraran el desafío al que Rose se  enfrenta en el capítulo. Me parecía que introducirlo de una forma enigmática, simbólica, abierta y presentar así los riesgos a los que Rose se ina a enfrentar,  al fracaso, a lo desconocido, al amor, podría permitir arrojar luz sobre hasta qué punto su sufrimiento era universal. 

-En sus novelas temas como la soledad, la redención por el amor y el arte son una constante.

-Me doy cuenta con la edad de que siempre hablo de lo mismo, son asuntos recurrentes lo que cambia es la forma. Lo que me interesa es el momento en el que la existencia bascula, cuando el sufrimiento se convierte en felicidad o dejas de estar solo para empezar a compartir. Esos son los temas existenciales que me interesan y son tan complejos que tengo que variar la forma para intentar percibirlos desde otro ángulo...

Enrique Clemente. La Voz de Galicia, lunes 22 de noviembre de 2021  

miércoles, 24 de noviembre de 2021

Fairway afianza la recuperación del Camino

Fairway, IV Fórum del Camino de Santiago abrió sus puertas ante una gran expectación. Así el Palacio de Congresos y Exposiciones de Santiago se ha convertido de nuevo en el centro de referencia del sector turístico vinculado con las Rutas Jacobeas.  

La importancia del Camino dentro del sector turístico y máxime en este Año Santo dual, fue uno de los puntos que destacaron las autoridades asistentes a la inauguración oficial de Fairway, que contó con la presencia del alcalde de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo; la directora de la Agencia de Turismo de Galicia, Nava Castro; y del diputado de Economía y Hacienda de la Diputación de A Coruña, Antonio Leira. Estuvieron acompañados por los codirectores de Fairway, Ana Trevisani (Trevisani), Manuel Oreiro (Viajes Viloria) y Tono Mugico (Mr.Turismo). Los representantes de las tres instituciones que apoyan el desarrollo de esta cuarta edición del evento realizaron un recorrido por el espacio ferial, en el que se reúnen más de 80 expositores que muestran la oferta turística  y de servicios de todas las comunidades autónomas por las que pasan los distintos Caminos y del norte de Portugal. Una cifra de participación que superó las expectativas iniciales. Lo que demuestra el interés del sector por la feria...

Cientos de ciudadanos y visitantes participaron en las propuestas lúdicas para todas las edades y públicos planteadas para la jornada inicial: por la mañana más de 150 senderistas se dieron cita en la Praza del Obradoiro para participar en la segunda edición de la Ruta I Camino. A través de las explicaciones de los guías pudieron descubrir  la Compostela escondida en los últimos tramos del de las Rutas Jacobeas en su paso por la ciudad...A mediodía, el espacio de Gastroway se empezó a llenar de visitantes que buscaban degustar los Caminos de Santiago a través de los platos preparados especialmente para la ocasión...

La celebración de Fairway  de dos días de duración desarrolla foros de debate y formación; alrededor de 2000 reuniones de negocio, reuniones con turoperadores internacionales tanto  de modo presencial como virtual. Estas se complementarán con las presentaciones de destinos turísticos y propuestas relacionas con el sector...

Uxío Santamaría. El Correo Gallego, lunes 8 de noviembre de 2021

martes, 23 de noviembre de 2021

La mirada superior de Diego Velázquez

La obra de Velázquez "Pablo de Valladolid" y "El Pífano" de Manet, pintura
considerada por estudiosos del arte como un homenaje al propio Velázquez.
En el siglo XIX y, en menor medida, durante el XX, Diego Velázquez ejerció una notable influencia en numerosos artistas. En la primera centuria Manet fue uno de ellos, Picasso y Francis Bacon en la segunda. Esa relación fecunda de admiración es el tema sobre el que habló ayer en A Coruña el jefe de conservación de pintura del XIX del Museo del Prado, Javier Barón, dentro del ciclo de conferencias que organiza la Fundación de Amigos del Museo del Prado. 

En el caso de Manet, el francés ya había copiado los cuadros atribuidos a Velázquez que conoció en el Louvre, pero su viaje a España en 1865, que le permitió ver con sus propios ojos en el Prado la obra del sevillano, resultó crucial. Para él, Velázquez sintetizaba su "ideal de pintura". "A Manet le cautivaron la mirada sintética de Velázquez, su facilidad sin esfuerzo aparente y la economía de medios que su factura abreviada revelaba", explica Barón. "También le interesó el aspecto informal de la composición, acentuado por la naturalidad sin afectación de los caballeros, rasgos ambos que el artista apreciaba en la pintura de Velázquez. Sobre todo, la puesta en cuestión del espacio, en lo que Velázquez, maestro de la ambigüedad espacial, era un guía muy valioso. El largo aprendizaje de Manet con Thomas Couture le familiarizó con algunos aspectos, como la claridad del colorido de muchas de sus obras y cierta despreocupación  por el acabado en la ejecución, que ante las obras velazqueñas se desarrollarían más. Velázquez fue su guía en su personal interpretación del naturalismo".

Picasso también copió a Velázquez en su juventud. Algunas de esas copias, curiosamente, son más oscuras que las originales, ya que posteriormente se restauraron. "Hay que tener en cuenta que las primeras obras de Velázquez fueron los dibujos de los bufones que realizó en su primera visita al Prado. La influencia de su pintura en su adolescencia aparece en un ámbito de tonos ocres propios del naturalismo. Sin embargo, a partir de 1901, fecha de su Mujer en azul , sus reinterpretaciones de Velázquez aparecen en tonos vivos. En su serie de Las Meninas, mucho más tardía, hay, lógicamente, una libertad cromática total", aclara Barón...

X.F. Redacción. La Voz de Galicia, viernes 19 de noviembre de 2021

lunes, 22 de noviembre de 2021

Jacques Audiard. París, distrito 13

La contundencia visual de Jacques Audiard (París, 69 años) casi no tiene rival en el cine europeo. Su talento para construir intimidad dentro de esas imágenes tampoco. Por no hablar de su olfato narrativo. Aunque se hiciera popular gracias a Un profeta (2009) y ganara la Palma de Oro con Deephan (2015), Audiard ya había afinado su obra con su segunda película, Un héroe muy discreto (1996), Lee mis labios (2001) y De latir mi corazón se ha apagado (2005), que contenían algunos momentos tiernos y sentimentales de los que bebe París, distrito 13. "¿Tú crees? No soy capaz de verlo porque no repaso mi obra. Cuando llegáis los periodistas y encontráis ecos de unas pelis en otras lo único que puedo hacer es asentir. Yo qué sé. Lo mismo sí las unen por mi fe en el amor romántico", responde socarrón en un salon de un hotel sevillano. Audiard está en la capital andaluza porque su último trabajo inaugura el festival de cine europeo de la ciudad, antes de llegar a los cines españoles en el primer trimestre de 2022. El cineasta gesticula divertido en el sofá: "En este desconocimiento sobre mi obra vivo mucho mejor".

El francés defiende que cada película le lleva a un camino opuesto al anterior, que cada filme nace de las frustraciones surgidas en el proceso de creación del largometraje previo. ¿París, distrito 13, en su aparente sencillez formal, surge de la complejidad de una obra maestra del wéstern como Los hermanos Sisters (2018)?"Ni lo dudes. Cuando preparas una película, eliges cierta cantidad de ideas y excluyes otras. Las apartadas las guardas en un cajón y suelen servir para alimentar el siguiente guion. Y por este camino suele viajar acompañado por escritores cinematográficos como Thomas Bidegain, o, en este caso las cineastas Céline Sciamma y Léa Mysius.  Cuando acabó mi rodaje, Céline iniciaba el suyo y un productor me aconsejó conocer a Léa Mysius (la directora de Ava ). En realidad ellas dos no han coincidido en el tiempo", desgrana. Curiosamente, en el eco emocional se escucha a las dos creadoras. "Nunca me lo había planteado así. El único elemento constante en la escritura he sido yo, y no soy capaz de juzgar ese elemento femenino. A mí lo que me atrae es el talento, más allá del género", explica.

La generación protagonista de París, distrito 13 (su título original Les Olympiades, hace referencia al barrio de ese distrito construido a inicios de los setenta alrededor de ocho rascacielos que homenajean a sendos juegos olímpicos) avanza a trompicones, "conformando una clase social media, joven y cultivada, pero a la que le cuesta salir adelante", desarrolla Audiard. "Ya no van a tener una vida lineal como sus padres, que enlazaban colegio, universidad, trabajo, matrimonio, casa, hijos. Ellos no, ellos, veinteañeros, treintañeros, han estudiado carreras y ahora flotan más que viven. no quieren ponerse a trabajar o no encuentran trabajo de larga duración. El cine francés ha retratado a la clase obrera o a la burguesía de París. Y poco caso hemos hecho a estos jóvenes, ejemplo del empobrecimiento de la clase media, desilusionados por las promesas incumplidas de la sociedad". Es un fenómeno común en toda Europa. "Ha habido un robo, una desilusión general, el final de una burguesía"...

Gregorio Belinchón. Sevilla. El País, sábado 6 de noviembre de 2021

domingo, 21 de noviembre de 2021

Bruselas, una caja de sorpresas, 2

Aquello que algunas corrientes calificaron como bruselización es un sambenito injusto, sin mucho fundamento, que ha afectado a su imagen y dista de ser a estas alturas ni real, ni evidente. La posibilidad de colocar edificios modernos con entornos tradicionales duró apenas 20 años. Comenzó tras el bum de la Exposición Universal de 1958, pero paró a tiempo de echar  a perder la ciudad, algo de lo que no todas pueden presumir. Desde hace décadas, las nuevas construcciones guardan en general sus respetos al entorno.

La variedad, ese desprecio a lo uniforme sin que nada sobresalga por sobresalir, sigue el mandato estético del arquitecto cuya inspiración empapa todavía la anotomía de Bruselas. La vida de Horta (que nació en Gante y murió aquí) marca un eje que coincide con el gran auge decimonónico de la capital belga para hacerla desembocar a principios del siglo XX en una metrópoli con carácter, alma y personalidad. Un espacio abierto, donde en barrios como Izelles o Flagey uno puede atravesar tan solo dos manzanas de edificios y escuchar hablar hablar siete idiomas distintos. Sin exagerar. 

Bruselas es un amable y, a veces, tenso Babel cuyo lado incómodo se deja sentir en barrios más conflictivos como Molenbeek, con su estigma yihadista. Pero, en general, lejos del desarraigo y entregados al cosmopolitismo de su riqueza multicultural, el viajero puede encontrarse a gusto en casi todos los lugares. Al pasear por los parques y los bosques, la costumbre es darse los buenos días entre desconocidos. Una cortesía que aumenta cuando uno se aleja del cogollo central. Sin duda, en eso influye la euforia de cruzarse entre auténticos monumentos vegetales...

Los bosques y parques de Bruselas son un entramado de asombros donde a menudo se cuela una laguna gobernada por cisnes y sobresaltada por manadas de patos... A veces, como en el parque Trevuren -a las afueras y al que se llega en media hora con transporte público-, el agua pasa de estancada a corriente y busca un pasillo central como cauce en la mitad del bosque. Otras, como en el Arboretum que reina en ese mismo entorno, uno se olvida de que cuenta con líquido alrededor de los pies. La vista se alza hacia arriba en un paseo alucinógeno para descifrar la esbeltez de los pinos, las secuoyas, los álamos, los robles, los tejos, los abedules... El Arboretum destaca como una visita más que obligada para perderse y encontrarse. Posee la fuerza magnética de la naturaleza en expansión azarosa y al tiempo ordenada. Lo componen especies del viejo mundo -Europa y Oriente- y del nuevo (toda América). Es un compendio de semillas globales trasladadas a ese trozo de terreno belga para reproducir un entorno en mestizajes y cruces ecológicos.

Más uniforme pero no menos sobrecogedor es el bosque de Soignes, uno de los hayedos más impresionantes de Europa y patrimonio de la Unesco. Distribuye sus 5.000 hectáreas entre los confines de Watermael, Boitsfort, Tervuren y Waterlloo. Allí tuvieron lugar, sin duda, unas cuantas escabechinas de la batalla napoleónica entres sus laberintos de hayas y robles, roto el silencio por el silbido de las bayonetas. Antaño sirvieron para abastecer los astilleros austro húngaros y franceses en el siglo XVIII, pero hoy conforman uno de los espacios de recreo más gozosos de Bruselas. Su aspecto civilizado y a la vez salvaje entronca también con el más ordenado Bois de la Cambre, un parque público ya perfectamente conectado con el centro de la ciudad al desembocar en la arteria de la avenida de Louise. Si en Soignes te topas con refugios o restos neolíticos y senderos de barro con hoja caduca, en La Cambre abundan los templetes, algún teatro, terrazas o restaurantes a los se accede por embarcación....

Jesús Ruiz Montilla. Babelia. El País, sábado 30 de octubre de 2021

sábado, 20 de noviembre de 2021

Bruselas, una caja de sorpresas

Bruselas es un bosque con su caja de sorpresas. Sobre parte de él se ha edificado una capital. Pero la manta de los árboles impera en medio de la ciudad y sus alrededores. Obcecada en su gen vegetal, tiñe todo su contorno para proporcionar a la urbe belga un aire de tronco con ramajes superpuestos de savia, madera, piedra y aluminio. Es un bosque y un sendero líquido también, serpenteado de estanques, donde a diario se deslizan impertérritos, altivos y elegantes esos cisnes en los que Richard Wagner se inspiró para crear a los héroes rocosos y líricos de Brabante en su Lohengrin. Nadan a contraluz, atentos a la timba desconcertante de su clima, que juega con claroscuros o entreteje caleidoscopios y chaparrones al tiempo que modula su suave temperatura para dar lugar a una majestuosa vegetación.

Parques naturales y barrios bailan en Bruselas una danza de equilibrios, que convierte a la ciudad en metrópoli agradable para vivir. Luce su estampa ancha y horizontal, sin demasiadas alturas soberbias que desafíen al cielo, quizás por ser consciente de que su destino queda frecuentemente amamantado por las nubes bajas. También, por eso, destaca en su bien dotada modestia. Algo que no altera por su condición de capital europea el hecho de ser objeto diario de noticias cruciales. Porque Bruselas es una de las escasas ciudades donde se cuece el futuro del mundo, pero esa decisiva condición le rebota en el vientre sin alharacas. Bien es cierto que los telediarios no le hacen justicia. Parece resignada a no llamar la atención. O quizás a despistar, camuflando en una imagen gris lo que en realidad esconde una muy planificada dosis de belleza. Tras los enfoques de los bustos parlantes y los corresponsales, aprisionada en las cristaleras de las oficinas comunitarias. Pero escribimos esto para abrir el plano y mostrar todo el esplendor de una capital que atrapa.

Para entender mejor Bruselas, uno debe empezar por  visitar la casa museo de Victor Horta (1861-1947). Pocos arquitectos han marcado de estilo propio el ropaje de una ciudad. Como ocurre con Antoni Gaudí y Barcelona, su modernismo ecléctico, su rigurosa fe en la fantasía, explica la variada y diversa coherencia que Horta dejó en herencia para lo que luego ha sido la construcción civil de la urbe.

El artista conformó una perfecta simbiosis entre el pasado y el futuro. Entre el gótico fundacional de los alrededores, el neoclásico austrohúngaro importado con naturalidad y las vanguardias de su tiempo, con preeminencia del modernismo -su corriente- y unas asombrosas dosis de art déco. Pasear por los barrios del centro de Bruselas, de Ixelles a Flagey, de Sablon, Saint-Gilles y Les Marolles a Saint-Chaterine, incluso extenderse más a los extremos como Watremael y Boitsfort, Etterbeek, Uccle, Auderghem o Tervuren... es un constante asombro ante la imaginación diversa en el estilo de las casas que lo pueblan. Ni una osa repetirse en un perpetuo reto a la construcción en serie que somete a otras ciudades...

Jesús Ruíz Montilla. Babelia. El País, sábado 30 de octubre de 2021

viernes, 19 de noviembre de 2021

Pénope en el Teatro Real

Travestismo, libertad sexual y fluidez de género en el Teatro Real. El coliseo estrena Pénope (1730), de Händel, escenificada por primera vez en España. La ópera se presenta en una aplaudida producción de Chistopher Alden que se sitúa en el París de 1920.

Sobre el papel, es difícil relacionar a George Friedrich Händel, uno de los grandes compositores del Barroco, con Nancy Cunard o Man Ray, dos de las figuras más relevantes del efervescente París de los felices veinte, unidos por Christopher Alden en la ópera Parténope que presenta el Teatro Real entre el 13 y el 23 de noviembre. Joan Matabosch, director artístico del Teatro Real habla de "gran acontecimiento". "Pénope, a pesar de ser una comedia -una rareza en la producción operística de Händel-, sigue la estructura de las óperas serias de la época, y en ellas siempre se presentaban personajes mitológicos aunque la trama no tuviera nada que ver con el papel de estos personajes de la Mitología", explica Joan Matobosch.

"El travestismo, la libertad sexual y la fluidez de género (de una ópera cuyo motor es el amor y el deseo) encajan perfectamente con el surrealismo y su visión de la naturaleza erótica de la psique", afirma el regista sobre una obra en la que Arsace y Armindo están interpretados por las voces de dos contratenores y Eurimene es Rosmira disfrazada de hombre, que busca los favores de otra mujer... Sí, nada es lo que parece, pero el desparrame que vemos en escena se corresponde al milímetro con el libreto de la opera de Händel, por lo que tampoco nada chirría, algo que demuestra que todo es posible cuando las actualizaciones se hacen con sentido...

abc.es, shangay.com, 14/11/2021

jueves, 18 de noviembre de 2021

Mohamed Mbougar Sarr gana el Goncourt

Mohamed Mbougar Sarr

El nuevo fenómeno de las letras francófonas, Mohamed Mbougar Sarr (Dakar, 31 años), es un escritor con un estilo acelerado y torrencial, un novelista que escribe sobre novelistas africanos perdidos en Europa y enfermos de literatura, un narrador que atrapa al lector en la primera línea y no lo suelta a lo largo de más de 600 páginas. Su modelo literario y según se adivina en cada párrafo de La plus secrète mémoire des hommes/la más secreta memoria de los hombres, premiada con el Goncourt, es Roberto Bolaño (1953-2003), el último clásico de la literatura latinoamericana, el último con irradiación global.

"Un maestro de la escritura, un maestro de la lectura". Así define el vencedor del premio más prestigioso de la literatura en Francia al autor de 2666. Bolaño, explicó en una entrevista con el diario Libération, le cambió la vida como lector y como escritor. Una larga cita sobre la perennidad y el ocaso de las grandes obras, extraída de Los detectives salvajes, encabeza la novela galardonada. El título sale de esta cita. Tanto la escritura -una mezcla de diarios, testimonios, relatos- como el tono y los temas -exiliados o expatriados que sueñan con ser escritores, jóvenes románticos y descarados tras el rastro de un autor legendario y olvidado- son deudores del chileno.

Mohamed Mbougar Sarr creció en Senegal, antigua colonia francesa. Es el mayor de siete hermanos; su padre es médico. Se educó en una prestigiosa escuela militar de su país y en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París. Vive en Francia y su lengua literaria es el francés. Escribió tres novelas anteriores que obtuvieron el aplauso de la crítica y premios, pero un escaso público. El Goncourt otorgado a una novela publicada en el año en curso por un jurado de 10 escritores en el marco de un almuerzo en el restaurante parisiense Drouant, lo cambia todo. El ganador recibe un cheque de 10 euros, pero el premio verdadero son las ventas: el Goncourt de 2020, Hervé Le Tellier por La anomalía  (Seix Barral en castellano), ha vendido más de un millón de ejemplares.

La plus scrète mémoire des hommes se impuso en la primera votación. En el mismo restaurante, se concedía otro de los grandes premios de otoño, el Renaudot, que recayó en Amélie Notomb por Premier sang. En las últimas semanas, se han entregado otros dos de los grandes premios. el Médicis y el Fémina.

El premio para Mohamed Mbougar Sarr coincide con el centenario del Goncourt al martiniqués René Maran por la novela Batouala, el primer negro en obtenerlo. Y llega después de que el escritor tanzano en lengua inglesa Abdulrazak Gurnah obtuviese el Nobel de literatura. En declaraciones a la prensa el nuevo Goncourt declaró: "No querría que se pensase que esta recompensa es algo excepcional, un favor que se hace a un escritor africano que lo ha obtenido por ser africano"...

Marc Bassets. París. El País, jueve 4 de noviembre de 2021

miércoles, 17 de noviembre de 2021

Las huellas del Camino

Xacobeo. Las huellas del Camino, es el título de la exposición que, con motivo del año santo compostelano 2021, que se extiende al 2022, se puede visitar en la Biblioteca Nacional a partir de hoy y hasta el próximo febrero. Organizada por la Biblioteca Nacional de España (BNE), la Xunta de Galicia y Acción Cultural Española, viajará en marzo a la Cidade da Cultura de Galicia, de Santiago.

Se compone de 211 piezas, 121 de ellas pertenecientes a los fondos manuscritos, bibliográficos, audiovisuales, cartográficos y literarios de la BNE. También se exponen pinturas, esculturas, objetos religiosos e incluso una reproducción  de los instrumentos musicales del pórtico de la Gloria. A través de todos esos elementos y con la ayuda de los paneles fotográficos, carteles y películas, se traslada una visión global sobre lo que ha supuesto históricamente el Camino. La muestra recoge las múltiples manifestaciones que ha dejado desde hace más de nueve siglos para destacar su riqueza histórica, cultural, patrimonial, natural y humana. El objetivo ha sido "encontrar un punto de equilibrio entre el aspecto histórico y erudito que el Camino aporta y la divulgación que merece, a través de un discurso atractivo y explicativo", según el comisario de la muestra, Darío Villanueva (Villalba, 1950), exdirector de la Real Academia Española.

"El título Las huellas del Camino marca el significado global de la exposición e incluso la organización de las piezas que se muestran", explicó Villanueva a La Voz. La elección de la palabra huella se refiere en primer lugar a "las pisadas que los peregrinos dejan en el suelo, lo que nos habla de los miles y miles que ha habido, hay y habrá". Pero también, destacó, remite a los famosos versos de Antonio Machado "Caminante, son tus huellas/ el camino, y nada más. /Caminante, no hay camino,/ se hace camino al andar". De esta forma, "hay una identidad entre la pisada y la continuidad de esas pisadas, hasta llegar a construir el itinerario cultural europeo más importante y uno de los ejes vertebradores del espíritu de Europa". Pero hay otro significado clave. la huella que dejan los acontecimientos históricos. "Con ello nos referimos a toda la impronta que ha dejado el Camino en la experiencia de determinadas personas. Nadie que hace el camino termina siendo exactamente la misma persona que lo comenzó", según Villanueva. Todo esto se plasma en la muestra "a través de escritos, películas, creaciones musicales, pintura, testimonios y vestigios". El comisario añadió: "Esta muestra no ha querido jugar a lo que podríamos llamar la mitología de la pieza, lo que nos ha importado más es el discurso; las piezas están para ilustrar un discurso y una explicación, que quiere llevar al conocimiento de un público muy amplio los aspectos históricos y toda la documentación que el Camino ha creado"...

Enrique Clement. La voz de Galicia, jueves 11de noviembre de 2021. 

martes, 16 de noviembre de 2021

Lo que el cine debe a la pintura

Existe una leyenda bastante tenaz que asegura que el público salió espantado de la primera proyección del cinematógrafo en el Grand Café de París, allá por 1895. Una locomotora humeante, capturada por la cámara de los hermanos Lumière, avanza a toda velocidad hacia los asistentes, que habrían huido despavoridos por miedo a ser aplastados. Es un relato apócrifo: en realidad, ese clásico del cine primigenio no se estrenó hasta un año más tarde, en Lyon.  Y, sobre todo, la ingenuidad del público no podía ser tan pronunciada. Pese al asombro y a la incredulidad provocados por la espectacularidad de las imágenes, de las que dejaron constancia todas las crónicas de la época, la sociedad decimonónica llevaba casi un siglo familiarizada con los teatros ópticos, las linternas mágicas, las vistas estereoscópicas y otros experimentos semi mágicos que aspiraban a reproducir el movimiento.

 En París, una ambiciosa exposición en el Museo de Orsay, Enfin le cinéma!, recuerda ahora que el cine no nació por generación espontánea. Fue el resultado de una larga reflexión  sobre la imagen animada que ya recogió y vulgarizó la pintura del siglo XIX, principal medio de masas de la época, bajo el influjo evidente de la fotografía y del resto de las innovaciones técnicas. Pero también, como apunta la hipótesis más estimulante de cuantas enuncia la muestra, con la emergencia de una nueva cultura urbana como telón de fondo, que eclosionó en el París transformado por el barón Haussmann. Su intervención urbanística, encargada por Napoleón III y llevada a cabo entre 1853 y 1870, desembocó en la creación de los bulevares y la transformación de la capital francesa en un espectáculo continuo, lleno de luces y de colores. De repente, aparecieron nuevas perspectivas: el mundo a la velocidad del ómnibus u observado desde la ventana del tren- un invento de 1802 que ya delimitaba la realidad en un encuadre cinematográfico-, o bien las vistas desde los balcones, los globos panorámicos y los belvederes como la Torre Eiffel.

En este sentido, el cine, que se apropió de esa nueva cultura visual desde el primer día con el uso del travelling o los planos aéreos, no fue inventado en 1895; lo concibió esa época en su globalidad y con todas sus inquietudes. Ya dice Jean-Luc Godard que, pese a que prosperase en la centuria posterior, el cine siempre fue un arte del siglo XIX.

Dos décadas antes de que los avances técnicos permitieran la explotación comercial de la imagen animada, nombres como Renoir, Degas, Pissarro y el resto de los pintores de la época, representados con unos 50 lienzos en la exposición , ya buscaron un reflejo plástico a esas nuevas formas de vivir y de ver. Firmaron cuadros protagonizados por figuras de la modernidad como el flâneur y el voyeur. Casi siempre desprovistos de argumento, poblados por siluetas fugaces y borrosas, dignas del nuevo anonimato urbano, y de encuadres descentrados que rompían con la perspectiva armónica y piramidal en boga desde el Renacimiento. Inspirándose en las viñetas urbanas y descentradas  del pintor, ilustrador y fotógrafo Henri Rivière, Caillebotte retrató en uno de los cuadros dedicados al Pont de l'Europe a un paseante entrecortado que salía del lienzo por su margen izquierdo sin mostrar el rostro. En esos cuadros nació el fuera de campo, el flou y el contrapicado, inspirados en lo que la fotografía, arte todavía joven, se permitía hacer desde hacia décadas. A su vez, en un flujo de vasos comunicantes, el cine retomó  esos encuadres de la vida moderna popularizados por una pintura que aspiraba a reconstituir la experiencia de la vida urbana, más que a ofrecer su reflejo fidedigno; el concepto de la urbanidad y ya no su mímesis...

Álex Vicente. Babelia. El País, sábado 13 de noviembre de 2021

lunes, 15 de noviembre de 2021

Talento doble

Emma Mackey

El Eurostar, el tren que comunica París y Londres es, probablemente, la mejor metáfora de la cabeza de Emma Mackey. Su animal espiritual. Además de ser la ruta que más ha recorrido en su vida, según ella misma confiesa. Hija de padre francés y madre británica, Emma Mackey, 25 años, nació en Le Mans, en plena región del Loira. Pasó toda su infancia y adolescencia allí, escapando los veranos a Inglaterra, con su familia materna. Mientras crecía en Francia se sintió inglesa, y cuando se mudó a Reino Unido a los 17 años, para estudiar Lengua y Literatura inglesas en la Universidad de Leeds, empezó a sentirse más francesa. No puede luchar contra esa dualidad, contra ese sentirse extranjera en sus dos hogares. "Ya he aceptado que no soy la misma persona en los dos idiomas, porque mi sentido del humor, mi cabeza y mi vocabulario cambian dependiendo de la cultura en la que me estoy expresando", reflexiona.  "Me parece más intersante según cumplo años, ya no siento que tenga que escoger una u otra. Me ha llevado un tiempo pero ahí estoy. Es un regalo y estoy muy agradecida, sobre todo a mi madre, que trabajó mucho para que mis hermanos y yo habláramos inglés en casa".  

Y tiene pinta de que en los próximos años el Eurostar seguirá siendo la tercera casa de Emma Mackey. La actriz seguirá sacando partida de esa dualidad y bilingüismo. Después de catapultarse a la fama con su primer papel, el de la brutalmente honesta y bastante rebelde Maeve en Sex Education, la actriz tiene grandes proyectos en los dos países, en los dos idiomas. Eiffel, un drama romántico épico en el que interpreta a Adrienne, el gran amor de Gustave Eiffel (interpretado por Roman Duris), autor de la torre parisina a la que Mackey, reconoce avergonzada, nunca ha subido...

-No se ha estrenado todavía en los cines, pero ya llaman a Eiffel "la Titanic francesa". Es una gran producción para Francia.

-"Sí, no sé si Martín Bourboulon, el director, lo tenía en mente cuando trabajamos en ella, pero me parece graciosa la comparación. Supongo que es porque Titanic es una película emblemática que representa el amor a primera vista, con ese elemento histórico del Titanic, sabíamos que iba a pasar con el barco y también sabemos que la Torre Eiffel, a pesar de las dificultades que cuenta el filme, se iba a terminar construyendo. Pero el suspense y el ritmo se mantienen por el romance, por lo que les pasa a estos dos personajes, así que supongo que hay alguna similitud, pero estamos haciendo nuestra propia película. Y yo, mientras preparaba mi personaje, no pensé en ningún momento en ninguna película, ni en otras mujeres. Adrienne existió de verdad, pero sólo se sabe su nombre, que era de buena familia  y que casi se casa con Eiffel, tuvimos mucha libertad para inventarla...

Irene Crespo. SMODA. El País, 12 de septiembre de 2021

domingo, 14 de noviembre de 2021

Las joyas favoritas de María Antonieta

En el Museo Nacional de Estocolmo, entre obras de Goya, Rembrandt y Gauguin, puede verse un lienzo pintado por Adolf Ulrik Wertmüller en 1785. El retratista sueco captó a María Antonieta en los jardines de Pequeño Trianon en Versalles junto con su primogénita, María Teresa de Francia, conocida como Madame Royale, y el Delfín, Luis José. La entonces reina francesa aparece como una auténtica prescriptora de moda del siglo XVIII: luce un elaborado peinado de Monsieur Léonard, su peluquero favorito; vestido de seda y encajes; zapatos de tacón y un despliegue de joyas. Entre ellas llama la atención la chatelaine, un adorno con tres filas de diamantes que cuelga de su corsé. La pieza está formada por dos pulseras de diamantes encargadas por la reina hacia 1776, las mismas que el 9 de noviembre fueron vendidas por Christie's en Ginebra por un "comprador anónimo". La cifra alcanzada, siete millones de euros, superó las expectativas de la compañía, que no llegaban a los cuatro millones de euros.

Las joyas fueron una de las pasiones reconocidas de María Antonieta. Y uno de los lujos excesivos que indignaron al pueblo francés y acabaron llevándola a la guillotina en 1793, con solo 37 años: en 1785 estalló el conocido como caso del collar, cuando los joyeros reales, Charles Boehmer y Marc Bassenge le reclamaron a la reina 1,5 millones de libras por un collar con más de 600 diamantes que ella negaba haber encargado. El escándalo estaba servido y, aunque se demostró que María Antonieta no tenía nada que ver con el asunto, una estafa urdida por la condesa de La Motte, la opinión pública la sentenció.

"David Rockefeller decía que los objetos artísticos, y para mí estas joyas lo son: no nos pertenecen, nos acompañan un tiempo y luego continúan su camino. El 50% del valor de piezas como estos brazaletes es todo lo que han vivido y vivirán", asegura por teléfono María García Yelo, delegada de Christie's en España. El hecho de haber estado ligadas a María Antonieta multiplica su atractivo, añade: "Ella tiene una historia fascinante, llena de mitos, romanticismo y drama, y esos elementos determinan que los objetos que le pertenecieron tengan una carga específica que los hace más deseables". Precisamente las dos pulseras subastadas esta semana están cargadas de anécdotas históricas, puesto que formaron parte de la colección particular de joyas  que María Antonieta puso a salvo cuando vio acercarse su final. "La reina envolvió cuidadosamente sus joyas en algodón para enviarlas fuera de la Francia revolucionaria y preservarlas. Muchas de ellas no salieron a la luz hasta siglos después. Esta pareja de brazaletes de diamantes maravillosamente bellos fue conservada por sus descendientes  durante 200 años", explicó en un comunicado François Curiel, presidente de Christie's Europa...

Ana Fernández Abad. Madrid. El País, viernes 12 de noviembre de 2021

sábado, 13 de noviembre de 2021

Tras los pasos de Gustave Eiffel, más alla de su espectacular torre

Eiffel, una película dirigida por Martin Bourboulon sobre el ingeniero francés que ahora llega a los cines, es la excusa ideal para recorrer algunas de sus obras más impresionantes y curiosas.

Printemps Haussman. Reconstruido en 1882 por Paul Sédille después de un incendio, es uno de los primeros edificios públicos parisinos en afirmar su estructura metálica incluso en su fachada, siguiendo el modelo que Eiffel acababa de introducir en las construcciones. El hierro se convierte entonces en un material noble y un elemento importante de la decoración, especialmente en las vigas y escaleras. Precisamente aquí se consiguió la exclusiva de los productos derivados de la Exposición  Universal de 1889, como las medallas de la Torre Eiffel, por el emprendedor fundador de Printemps, Jules Jaluzot, y que se vendían exclusivamente en los Grandes Almacenes. 

Bar restaurante Le Shack. A medio camino entre restaurante, club social y zona de coworking, el espacio habitable Shack  se encuentra en las antiguas instalaciones de la imprenta Calmann-Lévy en el corazón del Triángulo Dorado. Se debe a Eiffel la realización, en 1872, de la estructura metálica de este edificio bañado en luz que ha sabido conservar su encanto y su autenticidad.

Pont aux Buttes-Chaumont.  Pocos parisinos lo saben, pero el puente Buttes-Chaumont, una obra de hierro cuyo color verde recuerda a los árboles del parque, es obra de Gustave Eiffel. De ladrillos rojos y metal, conecta con la puerta de Sécretan con los cerros Puebla y Fessart y fue un antiguo puente vial.

Museo de Artes y Oficios de París. En 1881, a petición de Bartholdi, Gustave Eiffel sucedió a Viollet-le-Duc en el diseño de la estructura de hierro de la Estatua de la Libertad. El primer monumento "kit" de la historia, la estructura es liviana y flexible y se adhieren 80 toneladas de placas de cobre que forman la cobertura de la estatua. Se ensambla por primera vez en París antes de enviarse desmontada a los Estados Unidos. El Museo de Artes y Oficios  conservó una réplica de la estatua que se ha cedido a Estados Unidos desde el verano de 2021, así como un modelo a escala 1/16 de la estatua, en madera, yeso y hierro. El museo también alberga un conjunto fotográfico y objetos en torno a la Estatua de la Libertad, donados por la viuda de Bartholdi a principios del siglo XX.

La Samaritaine Pont Neuf. Una obra maestra que combina Art Nouveau y Art Déco, los grandes almacenes La Samaritaine París Pont Neuf, fundados en 1870 por Ernst Cognacq y Marie-Louise Jaÿ, ofrece en su arquitectura metálica una promesa de luz y espacio. El arquitecto Frantz Jourdain quería utilizar nuevas técnicas y fascinado por las máquinas y la arquitectura de Gustave Eiffel, tomó la idea de una estructura metálica decorada visible para todos, en contraste con lo que se encontraba en ese momento. La estructura y las escaleras de hierro forjado esculpidas están hechas por Gustave Eiffel.

Paradis Latin. El cabaret más antiguo de París, mítico lugar creado bajo Napoleón, fue destruido durante la guerra franco-prusiana en 1870 y así se mantuvo durante 17 años. En el momento de la Exposición Universal en 1889 que celebraba el centenario de la Revolución, Gustave Eiffel reconstruyó el teatro que se convirtió en el Paradis Latin. Las columnas metálicas están colocadas sobre las ruinas subterráneas del recinto de Philippe Auguste y la altura bajo el techo permite competir con una catedral, con espectáculos aéreos inolvidables.

Palacio Galliera. Combinando tradicciones arquitectónicas e innovaciones técnicas, el Museo de la Moda de la Ciudad de París, o Palais Galliera, construido en 1894, esconde bajo sus piedras una estructura metálica firmada por Eiffel. De estilo Beaux-Arts, inspirado en el Renacimiento, este monumento está realmente a la vanguardia de la tecnología de la época. Producidos por la Compagnie des Etablissements Eiffel, los pasamanos de las escaleras, los ventanales y las puertas de la plaza Brignole-Galleria también provienen del mismo taller que la famosa Tour Eiffel.

Champ-de Mars. Además de la icónica torre, Gustave Eiffel ha dejado muchos rastros en el Champ-de-Mars a lo largo de los años. Para salvar su torre de la destrucción planeada para después de la Exposición Universal, Gustave Eiffel imagina usarla con fines científicos. En 1909, instaló un túnel de viento a los pies de la Torre Eiffel con el fin de realizar numerosas pruebas para simular el efecto del viento en los aviones pero también en los automóviles. Trasladado en 1912 a Auteuil, el túnel de viento Aérodynamique Eiffel permanece en funcionamiento hasta el día de hoy. Un poco más lejos, al pie del pilar norte de la Torre Eiffel, se descubre un busto realizado en bronce dorado que representa Gustave Eiffel y realizado por Antoine Bourdelle.

vivirenelmundo.com, 29 de octubre de 2021

viernes, 12 de noviembre de 2021

Una declaración de amor a Jane Birkin

Charlotte Gainsbourg y Jane Birkin

Este año es un año de liberación para Charlotte Gainsbourg  (Londres, 50 años). De librarse de cargas emocionales. De culpas familiares. De lutos personales. En 2021, la actriz y cantante ha estrenado en el Festival de Cannes, Janne by Charlotte, el documental que ha dirigido sobre su madre, Jane Birkin, y en otoño abre, por fin, como museo la casa de su padre, Serge Gainsbourg. "No creo que haya sido casualidad que ocurran las dos cosas este año. Es además, justo en el año en el que he vuelto a Francia", explicaba en el certamen celebrado en julio. "Para mí ha sido fuerte darle la espalda a esos seis años que hemos vivido en Nueva York, en los que he sido muy feliz, y volver a París, la ciudad que conozco tan bien con todos sus fantasmas. Entendí que este año estaba dedicado a mis padres, que era una necesidad".

Charlotte Gainsbourg lleva toda su vida expuesta. A través de sus padres, de su arte, el provocador dueto Lemon Incest y la película posterior Charlotte for ever, que protagonizó con su padre; los filmes que compartió con su madre. Eso la ha llevado a ser siempre abierta y sincera en entrevistas, pero con su documental ha dado un nuevo paso de honestidad. Es un retrato íntimo de Birkin, a quien observa con admiración y mucho cariño. Pero también es una exhibición de ella misma, del dolor por la muerte de su padre y de su hermana Kate Barry, y de la relación con sus hijas. Gainsbourg ha encontrado definitivamente la paz con sus padres y entiende el arte como una declaración profunda de amor. 

-Que su primera película como directora sea un documental tan íntimo sobre su madre, ¿es una decisión natural?

-Creo que sí. No me considero directora, solo quería hacer una película sobre mi madre, coger una cámara y mirarla muy de cerca, tener una excusa para observarla, fotografiarla, cada detalle de ella. Y ella aceptó. Aunque me llevó un tiempo convencerla. En un momento, después del concierto en Japón, rechazó la idea por completo. Y dos años más tarde vio el material y pensó que no era tan malo ni tan violento y empezamos a rodar de nuevo. No estaba pensando en ser directora, y no sé si podría serlo porque siento que solo puedo hablar de cosas personales. Y solo quería estar con ella, contar nuestra experiencia. El hecho de que metiera a mis hijas (Alice y Joe) fue muy obvio, quería hablar de ella como abuela, del legado de madre-hija, toda esa cosa de mujeres... Es difícil coger una cámara, grabar a tu madre y preguntarle todo lo que quieres saber, me sentía un poco voyeur, mi hija de nueve años me ayudó a superar mi timidez...

Irene Crespo. SMODA.El País, 27 de agosto de 2021

jueves, 11 de noviembre de 2021

Mía es la venganza

Marie NDiaye

A Marie NDiaye (Pithiviers, 54 años) se la relaciona a veces, por su apellido, con África y su literatura, que acaba de ganar el prestigioso Goncourt de la mano de Mohamed Mbougar Sarr -ella también lo ganó, en 2009- y que,  a principios de octubre mereció además el Nobel recaído en Abdulrazak Gurnah. Nada que ver, replica ella. "He ido dos veces en mi vida a África", explica en el apartamento al que acaba de mudarse en el noreste de París. "Si yo hubiese adoptado el apellido de mi madre, que es Rousseau, y me llamase Marie Rousseau, estoy segura de que la lectura sería distinta. Se me ligaría menos  a África. Mi nombre da una indicación un poco falsa. 

Pero NDyaye, novelista y autora teatral con una de las obras más sólidas y más premiadas de las letras francesas contemporáneas, mantuvo el nombre de su padre, un hombre que abandonó el hogar cuando ella ni había cumplido un año y a quien vería en contadas ocasiones entre los 10 y los 19 años. Y de ahí nació el malentendido que, según confiesa, tampoco le molesta particularmente, pese a su inexactitud.

"Hace poco alguien me dijo que la magia y el misterio de mis libros venía de África", sonríe. "Pero a mí me influyeron los cuentos de Grimm y los mitos griegos. No conozco gran cosa de los cuentos africanos, pero como tengo la piel negra y me llamo NDiaye no se piensa en Grimm sino en África y en la magia".

Los misterios recorren la obra de NDiaye y también Mía es la venganza, su última novela, su última novela, que la editorial Gatopardo publica en castellano en traducción de Palmira Freixas; y Més Libres en catalán con el título La venjança és meva y traducción de Marta Marfany.

Hay novelas en las que la primera frase lo contiene todo, y esta es una. "Del hombre que, el 5 de enero de 2019, entró tímido, casi temerosamente en su despacho, la letrada Susane supo enseguida que ya lo había conocido, mucho tiempo atrás y en un lugar cuyo recuerdo le vino con tanta precisión, tanta brutalidad que tuvo la impresión de un golpe en la frente". Primer misterio: qué ocurrió años atrás, cuando era una niña y el otro un adolescente, entre la letrada Susane -Susane es su apellido, su nombre nunca lo conoceremos- y el cliente, Gilles Principaux. Segundo misterio: por qué la esposa de Principaux asesinó a sus tres hijos, motivo que lleva al marido a requerir los servicios de la abogada. 

La crítica, al publicarse en Francia, describió la novela como una mezcla  de thriller psicológico y novela social, pero es mucho más. Si es social, en ella las tensiones de clase no tienen ningún mensaje moralizador. Y si es un thriller -y el Burdeos brumoso que sirve de trasfondo crea un ambiente gótico y victoriano-, lo es de una manera peculiar, porque plantea enigmas sin solución...

Otro rasgo de su obra, y de esta novela en particular, es la voluntad de estilo. Cada frase y párrafo está en su lugar en un relato hipnótico en el que se entreteje lo que es y lo que pudo ser y la madeja no deja de enredarse a medida que avanza la trama. Que tenga a Javier Marías en su panteón literario no es una sorpresa. "Uno de mis libros contemporáneos preferidos y que he leído varias veces, lo que es raro, es Corazón tan blanco. Es magnífico", dice. "Creo que merece el Nobel"...

Marc Bassets. París. El País, lunes 8 de noviembre de 2021

miércoles, 10 de noviembre de 2021

Santiago apóstol, guerra y paz

Desde la infancia vengo contemplando los rostros de Santiago en su catedral. Entonces nos infundía miedo, lo tratábamos de usted. Los procesos de restauración fueron desvelando las faces deslucidas y miro ahora la imagen del parteluz, solemne, compendio de belleza sublime, la sedente del altar mayor con su irónica sonrisa, probablemente fruto de antiguos repintados, y la efigie ecuestre del miles Christi que, con aire indiferente, blande la espada sobre los moros asustados como si aquello no tuviera nada que ver con él. Resultaba arduo explicar a los visitantes del mundo árabe la simbología bélica del tímpano del Pazo de Raxoi. 

La presencia de Santiago en Compostela y las leyendas que lo acompañaron desde la travesía en barca de piedra hasta ser depositado en un lugar de enterramiento dominado por el poniente, no son solo cuestión de creencias. Desde muy pronto fue utilizado, como todos los símbolos en la historia de las religiones, en la guerra y en la paz. ¿ Cual era la fuerza de este ingenuo relato como para que se alzara un camino de peregrinación, de piedad y cultura, frente a una invasión islámica no menos culta? Después vinieron los Reyes Católicos y la proyección del Apóstol en América, a veces como conquistador y otras vestido como paladín de los indígenas, los vaivenes del patronato con la Casa de Austria, los Borbones y el franquismo, que promueve una peregrinación victoriosa para humillar a los vencidos.

Europa, después de dos guerras, recupera la peregrinación para simbolizar  su nuevo sentir, no por un acto confesional sino con un proyecto basado en una red para enlazar las diversidades. 

Compostela no es Lourdes, Fátima o La Meca, ni los Caminos son pistas deportivas. A Santiago se acercan gentes de fes diversas o sin fe,  de Europa, como siempre, y también de América  y de Oriente, acrecentando una miscelánea de culturas y espiritualidad que aún no fue filosofada. Si se hiciese, se daría un contexto a todo lo que está sucediendo en los caminos y se encontraría una nueva fuente de cultura global, como aquellos primeros talleres medievales entre los que circulaban las artes y el conocimiento.

Ahora me parece como si los rostros del Apóstol expresasen un ruego: dejadme en paz, lo único que busco es bien para muchos y quiero descansar. Indagar si las reliquias de la catedral son de Santiago o de otro, con la posibilidad de certificar que esos dos individuos concretos sean aquellos discípulos de Cristo, no es un asunto que deba preocuparnos. La ciencia no puede convertir todos los mitos en certezas.

Xerardo Estévez. La Voz de Galicia, sábado 23 de octubre de 2021   

martes, 9 de noviembre de 2021

El MeToo llega al teatro francés

El movimiento MeToo ha llegado al teatro francés. Tras una investigación del diario Libération que ponía de relieve las denuncias de una veintena de actrices por acoso y violencias sexuales contra el antiguo director del Centro Damátrico Nacional de Nancy, el colectivo Me Too Theatre ha ido publicando los testimonios de otras víctimas en el mundo del teatro, violencias sufridas a manos de algunos directores o profesores de arte dramático que se servían de los deseos de triunfo de sus alumnos o las supuestas exigencias del guión para alcanzar sus objetivos.

En este marco de concienciación, ha surgido una fuerte polémica en torno a la participación de Bertand Cantat en una obra del director de teatro Wajdi Mouawad. El director del Teatro de La Colline, en París, le ha encargado la composición de la banda sonora de su próximo espectáculo, Mère, que se estrenará el 19 de noviembre, y, a pesar de las presiones, se niega a desprogramarlo.

Cantat fue condenado a ocho años de prisión por el homicidio involuntario de su compañera, la actriz Marie Trintignant, en el 2003, y desde entonces se ha convertido en el símbolo de la violencia contra las mujeres, al menos para grupos como Osez le féminisme! que consideran que dar trabajo a Cantat "es minimizar la gravedad de su gesto y minimizar las violencias masculinas machistas".

La ministra de Cultura Roselyne Bachelot, se ha unido a estas protestas. "No tengo por qué intervenir en la gestión del Teatro La Colline, pero lamento que Bertrand Cantat haya sido invitado", comentó Bachelot en una entrevista en France Inter.

A lo que Wajdi Mouawad no ha tardado en rsponder: "Si la ministra de Cultura o el presidente de la República, que me han nombrado, consideran que mi posición es contraria a los principios republicanos, que me lo digan y abandonaré la dirección del teatro ipso facto".

El director de La Colline afirma en un comunicado que se adhiere "sin reservas" a los combates por la igualdad entre mujeres y hombres, y contra las violencias y el acoso sexual, pero insiste en que no piensa desprogramar a Cantat porque se niega a asumir el papel de justiciero: "La historia nos muestra que, cuando los civiles deciden tomarse la justicia por su cuenta, se adentran en el terreno resbalido de la venganza"...

Esta vez, las palabras de la ministra de Cultura, afirmando que "lamenta" la participación de Bertrand Cantat en la obra Wajdi Mouawad han encontrado una fuerte respuesta del Observatorio de la Libertad de Creación, formado entre otros organismos, por la Liga de los Derechos del Hombre, la Liga de la Enseñanza y el Sindicato Nacional de Teatros Públicos. Denuncian que Bachelot "se muestra incapaz de distinguir" entre lo que corresponde a la persecución judicial de los agresores y los medios que hay que poner para impedir la acción de deprededaros sexuales y "el hecho de que un hombre que ha purgado su pena tenga derecho a ejercer su profesión.

Asunción Serna. París. La Voz de Galicia, lunes 8 de noviembre de 2021

lunes, 8 de noviembre de 2021

Guédiguian en la Seminci

El contemporáneo twist era muy popular entre la juventud
maliense revolucionaria...

A una sección oficial de un festival de cine el valor de los guiones se le supone, a riesgo de quedar sus programadores como unos incapaces. Apenas transcurridas dos jornadas, la Seminci está cumpliendo con nota. Al público, a la crítica, les toca valorar otras aportaciones de los filmes, sean en su contenido, forma o estructura narrativa. El realizador marsellés Robert Guédiguian, curtido en la tradición intelectual de la izquierda, recurre con su cine al academicismo eficiente para arremeter contra la sociedad y su tiempo.

 Con Mali Twist  -que rodó en Senegal-, tal como declaró en la rueda de prensa posterior, aborda la necesidad "de hablar más de la colonización en Francia y en Europa, para entender nuestros errores y nuestros horrores". "Hay que combatir el regreso intelectual del fascismo y, para hacerlo, hay que entender mejor nuestra historia y ser pedagógicos", añade. Ambientada en 1960, cuando Mali se independiza de Francia, cumple con su objetivo de mostrar la complejidad de esas situaciones para quienes asumen el relevo y para quienes deben recoger las nuevas riendas. El contemporáneo twist era muy popular entre la juventud maliense revolucionaria, hasta que el Gobierno entrante, en nombre del nuevo socialismo, decidió reprimirlo por decadente. Es la coartada de base para un discurso efectivo, que toca otros palos, aunque la pretensión sea un contundente rechazo de la intromisión ajena en otros países. Guédiguian añadió que, de haberse repetido lo ocurrido en Francia "en la década de los 30, abandonaría el país" o lo combatiría con los medios a su alcance.

M.A.F. Valladolid. La voz de Galicia, martes 26 de octubre de 2021

domingo, 7 de noviembre de 2021

Montauban, Albi y Condom, un viaje por la Occitania

Durante los siglos XIII y XIV, en el suroeste de Francia se construyeron las denominadas bastidas. Pueblos fortificados encaramados en montículos a orillas de los ríos. Emplazamientos defensivos de planta ortogonal en torno a una plaza principal o de mercado. Las bastidas favorecieron el desarrollo económico del campo con la organización de ferias y la repoblación de la zona. Fueron centros de renovación e innovación en el entorno rural. Y hoy estos enclaves pueden trazar un delicioso viaje por la región de Occitania.

Montauban, una ciudad de ladrillo rosa, ocupa una meseta que se eleva sobre la confluencia de los ríos Tarn y Tescou y un arroyo. Emplazamiento que la convirtió en una villa comercial y en un refugio para su población, así como para los protestantes durante las Guerras de Religión  entre católicos y hugonotes, en el siglo XV. La contienda dejó su huella en forma de cañonazos en los muros de la iglesia de Saint-Jacques, único vestigio medieval que queda junto al puente Viejo: 205 metros de longitud en los que se suceden siete arcos provistos de puntas y aberturas que le han permitido resistir las crecidas del Tarn. En la actualidad también se puede cruzar a la orilla izquierda atravesando el puente Nuevo, ribera donde se eleva el campanario de la iglesia de Saint-Orens sobre encantadoras residencias particulares propiedad de los ricos fabricantes y comerciantes protestantes que hicieron que la localidad creciera fuera de sus propios muros. 

En el centro se encuentra la plaza Nacional, rodeada por una holgada galería doble de soportales que hacía posible acoger tanto las mercancías como los carros que las transportaban. De aquel trasiego y bullicio no queda nada. Los puestos de venta se han convertido en cafés y tiendas. Un paseo pro las calles aledañas permite descubrir el patrimonio arquitectónico del casco histórico. Palacios y palacetes de ladrillo rosado que se alternan con conventos y museos.

El antiguo palacio episcopal, antes una fortaleza inglesa construida durante la guerra de los Cien Años, alberga el el Museo Ingres cuyas salas exhiben gran parte de la obra de este pintor oriundo de esta localidad. Y en el cementerio local está enterrado Manuel Azaña, el que fuera presidente de la II República. En su lápida están grabadas las palabras: "Paz, piedad, perdón".

Situada a unos 70 kilómetros al este de Montauban, la ciudad episcopal de Albi llama la atención desde lejos. En la orilla del Tarn es donde se asienta este conjunto urbano construido en ladrillo sobre un bastión cátaro que se extinguió a finales del siglo XIII. Las piezas que configuran este lugar declarado patrimonio mundial son la catedral de Santa Cecilia, el palacio de los Berbie ylos cuatro barrios medievales que hay en torno a ellos: Le Castelviel, Le Castelnau, Le Bourg Saint-Salvi y Les Combes. 

La ciudad cambia de color según la luz del día. Albi puede ser roja, rosa u ocre, y eso se debe, en parte a la incidencia del sol en los ladrillos con que está construida. Los ladrillos se fabricaban con la tierra extraída del Tarn  y con los que se levantó la catedral, gótica meridional, templo que sirvió para reforzar la fe católica frente a la herejía cátara.

El adyacente palacio de la Berbie es en la actualidad el Museo Toulouse-Lautrec. En su interior hay expuestos carteles, pinturas, dibujos, litografías y lienzos del pintor nacido en Albi quien retrató el París de finales del siglo XIX. 

A orillas del río Baïse, Condom -unos 100 kilómetros en la dirección opuesta desde Montauban- es otro conjunto episcopal, no falto de palacetes, que atrae tanto a los amantes de la historia y el arte como a los afines a los mosqueteros de Alejandro Dumas. Cada uno de ellos -Porthos, Aramis, Athos y D'Artagnan-  tiene su propia escultura de bronce junto a la catedral de San Pedro (siglos XIV- XVI), una imponente construcción de estilo gótico flamígero... No muy lejos de Condom, en el valle de Baïse, se encuentra la abadía de Flaran, próxima a la bastida de Valence-sur-Baïse. Un conjunto de la orden del Císter, del siglo XII, que alberga una colección de pintura  de maestros como Cézanne, Renoir, Matisse, Picasso y Monet entre otros. No demasiado lejos, el monasterio de Moissac conserva un claustro románico con 76 capiteles esculpidos a finales del siglo XI y una pequeña vidriera obra de Chagall. Y es que las abadías de Occitania tienen alma de galería de arte e inspiraron a Jean-Jacques Annaud para su película El nombre de la rosa.

Galo Marín Aparicio. El Viajero. El País, sábado 6 de noviembre de 2021