jueves, 28 de febrero de 2019

Petit Paris

Justo Navarro
Justo Navarro alumbró en su novela anterior, Gran Granada, al comisario Polo. En un escenario convulso por el desbordamiento del río en 1963 y la anunciada visita de Franco. el octogenario policía desvela el submundo local de violencias, abusos, crímenes y arbitrariedad política. Polo, más joven, aunque a punto de jubilarse, reaparece en Petit Paris como protagonista de unos sucesos ocurridos 20 años antes en la capital francesa.
Polo ha viajado con la misión de averiguar el paradero del oro presuntamente robado a un industrial granadino. Como ave de mal agüero, su llegada coincide con el asesinato de tres personas cercanas. Un ambiente enrarecido rodea al perspicaz policía y se ve enredado en una nociva tela de araña: colaboradores poco fiables, el sombrío consulado franquista en maridaje con la terrible Gestapo, confidentes que delatan a los republicanos españoles refugiados en París, un facineroso especulador de arte, un lugarteniente nazi...
La tropa de falsarios alrededor de Polo da lugar a una novela criminal, de suspense y espías que aprovecha los tics del género sin que por ello Navarro renuncie a rasgos de gran personalidad. El principal consiste en configurar una atmósfera de sugestiva indeterminación a partir de una minuciosa notación verista. El autor siembra la novela de petits faits vrais, de puntillosos pequeños detalles que ocasionan la fuerte impresión de realismo inmediato, y acumula pormenores en las descripciones  con el mismo efecto de verdad tangible (magistral la "rebelión del mobiliario" y el pandemónium de olores, de papeles y objetos que enmarcan la visita de Polo a la casa de una de las víctimas)...
Petit Paris es una síntesis de la literatura de Justo Navarro. En ella se funden dos acordes principales de su obra , recreación histórico social e intriga. La sabia asociación de ambos, los originales  personajes, los atractivos sucesos, la perfecta estructura de exigente complejidad y la desnudez estilística que rehuya la afectación  literaria se alían y producen una obra  de absoluta plenitud narrativa. En Petit Paris se consigue una extraordinaria recreación de la realidad como pura apariencia engañosa y de la vida como un misterioso e intimidante desorden.
Santos Sanz Villanueva. El Cultural, 25-12019.

miércoles, 27 de febrero de 2019

Ley para la Escuela de la Confianza

Todo se juega entre los cero y los seis años. Muchas de las desigualdades sociales y económicas, muchos problemas de integración y de discriminación se gestan a estas edades. Quien no ha consolidado las bases del lenguaje, puede acabar  pagándolo más tarde.
A partir de esta base, el presidente francés, Emmanuel Macron, y su ministro estrella, el titular de Educación, Jean-Michel Blanquer, ha multiplicado las medidas para reforzar la enseñanza primaria y preescolar. La última es la ley que rebaja de los seis a los tres años el inicio de la educación obligatoria. Esta termina en Francia a los 16 años. Se usa oficialmente el término instrucción, porque los alumnos pueden ser educados fuera de las instituciones escolares, en casa por ejemplo. 
El miércoles 13 de febrero por la noche, una Asamblea Nacional semivacía aprobó la Ley para la Escuela de la Confianza con 95 votos a favor y 11 en contra. Votaron a favor diputados centristas de la mayoría presidencial y varios partidos de izquierda, y en contra el partido de la derecha tradicional, Los Republicanos. La ley, rutinariamente adoptada como casi todas las que propone Macron desde que en 2017 llegó al poder, entrará en vigor el próximo comienzo de curso, en septiembre de 2019. 
"Hay que dejar a las familias la posibilidad de decidir", criticó en el hemiciclo el diputado de Los Republicanos Patrick Hetzel . "Usted", añadió dirigiéndose a Blanquer, "nos indica que seríamos el primer país del mundo en poner en marcha la escolarización obligatoria a los tres años y que otros países seguirían nuestro ejemplo. Peo el cuadro comparativo sobre la escolaridad obligatoria muestra que Estonia o Finlandia, tercera y quinta en la clasificación PISA, fijaron la edad entre los siete y seis años, respectivamente, lo que muestra que una escolaridad precoz no es necesariamente la garantía de un éxito escolar". El único país de la UE con educación obligatoria a los tres años es Hungría...
Marc Bassets. París. El País, viernes 15 de febrero de 2019 

martes, 26 de febrero de 2019

Souvenirs d'Avenir

Mick Jagger, fotografía de Jean-Marie Périer
París años 60: la juventud se viste con flores y minifaldas, adopta a Françoise Hardy como diosa indiscutible y cuestiona todo, desde el sistema político hasta el matrimonio. Y en el corazón de tanto revuelo, alguien ve el mundo cambiar desde detrás de una cámara.
Se trata, por supuesto, de Jean-Marie Périer: fotógrafo de cabecera de la revista Salut les copains/Hola amigos, retratista de ojo infalible ("Mick Jagger tenía una belleza casi monstruosa, de increíble modernidad", decía) y mejor amigo de los VIP de la época, desde Sylvie Vartan hasta Johnny Hallyday a los que incluso acompañó a su luna de miel. 
La exposición Souvenirs d'Avenir/Regalos del futuro, que puede verse hasta el 3 de marzo en La Grande Arche de París, reúne más de 300 fotografías de Périer (un centenar de ellas inéditas). Y pone en diálogo las imágenes de su era dorada, los 60, con las que tomó en su madurez, cuando volvió a la fotografía en los 90 y cambio a las celebrities por personajes del mundo de la moda. Ambas facetas constituyen una retrospectiva antológica que quiere ser un homenaje tanto al artista como al hombre, personaje y testigo a la vez de una década transformadora.
Rosa Gil. Mujer/hoy, 23 de febrero de 2019.

lunes, 25 de febrero de 2019

Cambio de reinas

Fotograma de Cambio de reinas
Por casualidades de la distribución española, ya que se trata de producciones de años distintos, coinciden en la cartelera tres intrigas palaciegas que, partiendo de presupuestos estilísticos distantes, hunden sin embargo sur raíces en la misma tierra: el sexo como fuente de conflicto en los reinados, como elemento clave para la pervivencia de la monarquía, como suerte de posible depravación del género humano y, sobre todo, como forma de poder, no ya en la alcoba, sino en el mapa de Europa.
 Al igual que La favorita, de Yorgos Lanthimos, y María, reina de Escocia, de Josie Rourke, Cambio de reinas, segundo largometraje del francés Marc Dugain, actualiza en cierta medida su relato de personajes y acontecimientos reales, aun siendo básicamente fiel a los hechos históricos. Y lo hace con cuatro personalidades fascinantes en lo histórico y en lo humano, con la guerra de la Cuádruple Alianza de por medio. Por un lado, Luis I de España, entonces príncipe de Asturias y posterior rey, el más efímero de la historia de nuestro país, casado a los 15 años con la princesa francesa Luisa Isabel de Orleans, de 12 años, llamada La Reina Loca, bulímica y aquejada de un trastorno límite de la personalidad. Y, por otro lado, Luis XV de Francia, salvado in extremis de la muerte que corría a su familia, lo que le hizo ser rey pese a ocupar un puesto alejado en la sucesión, prometido a la edad de once años con la española Mariana Victoria de Borbón, de 4 años, hija de Felipe V, que viajó a la corte francesa para unirse al niño monarca. Una adolescente y una cría, dos princesas extranjeras que cambiaron de país "como dos trozos de carne" por orden de sus progenitores con el objeto de perpetuar reinados y consolidar la paz y el poder. 
Dugain, también coguionista, se ocupa tanto del tedio como de las lecciones de sexo que se ofrecen a los inexpertos. Compone situaciones de un espantoso ridículo, momentos lúgubres y otros de gran ternura. Cambio de reinas es incluso graciosa sin ir de cómica.
De bellas fotografía y banda sonora, la película se toma su tiempo y, al no querer subrayar nada, quizá peque de morosa en algún instante, pero el inquietante interés de personajes y situaciones la convierten en una lúcida crónica histórica y política de inusual extravagancia.
Javier Ocaña. El País, viernes 15 de febrero de 2019 

domingo, 24 de febrero de 2019

La revuelta del hombre corriente

Baltasar Gracián escribió que "No es uno solo el que vale por muchos". Esta verdad parecía escandalosa para su época. Han sido necesarias revoluciones, la educación de las masas y la difusión del saber a gran escala para imponerla en la práctica. Una vez enunciada esta concepción del ser humano, fiel a la realidad, no sufre ninguna reserva, ninguna excepción. No se puede decir que en ciertas circunstancias, en virtud de determinados procedimientos, un hombre puede valer tanto como varios, porque no tendría ningún  sentido. El problema es que , en ese caso, la democracia representativa contiene en sí misma una discordancia. En ella surgen inmediatamente dos grupos, el pueblo entero y sus representantes. Y salta a la vista que es una contradicción difícil de resolver.
Una contradicción que es precisamente lo que estamos viendo en Francia desde hace más de 10 semanas. Por un lado, los representantes dan voz y toman medidas autoritarias. Por otro, los chalecos amarillos reclaman que las deliberaciones y las decisiones políticas dejen de estar delegadas. No quieren seguir confiando la soberanía popular a unos pocos.
Los chalecos amarillos forman un conjunto social heterogéneo, de obreros, comerciantes, artesanos, profesionales liberales modestos, intelectuales precarios. En otras palabras, todo tipo de gente, el ciudadano corriente. Su existencia se opone a la del pequeño grupo de los gobernantes y privilegiados. Quizá parezca una definición endeble, pero no puede ser de otra forma. Vivimos en una época en la que, después de muchas reestructuraciones, lo que antes se denominaba la lucha de clases ha adoptado la forma de un antagonismo entre las clases dirigentes y propietarias -cuyo peso económico y cuya volatilidad de bienes ha cambiado de naturaleza y de dimensión- y el resto de la población. Por supuesto no todo el resto de la población está dispuesto a rebelarse, pero todos sienten los efectos de esa fractura, todos sufren esta división desigual.
Porque el ciudadano de hoy en día, desde los asalariados de los grandes almacenes hasta esos pequeños burgueses cuyos hijos comienzan tímidamente unas prácticas en bancos, experimenta de forma habitual, y diferente según su clase, la asimetría: económica, profesional, jurídica, social, geográfica, fiscal, administrativa... Afecta por igual a la búsqueda de un piso, las entrevistas para encontrar trabajo, la matrícula universitaria o la entrada en una discoteca. En un mundo en que esta experiencia de la asimetría es casi cotidiana para el conjunto de la población, en el que la segregación de las formas de vida y las carreras profesionales rige nuestra vida, el sentimiento de desigualdad prolifera.
Ese es el motivo de que la gente desee reunirse, agruparse espontáneamente en torno al mismo común denominador, ese chaleco amarillo que nos ponemos cuando tenemos una avería para ser visibles en la carretera. Una prenda que solo indica una cosa: frente a las incontables desigualdades que sufrimos, no queremos seguir delegando nuestro poder. Somos nosotros quienes debemos proponer ideas, debatir y deliberar sobre nuestros asuntos, en lugar de confiarlos a otros...
Éric Vuillard. Escritor, ganador del Premio Goncourt en 2017, autor del El orden del día y 14 de julio (Tusquets).





sábado, 23 de febrero de 2019

Una puerta a los Alpes franceses: Grenoble

Street art en Grenoble
Desde que el alcalde ecologista Éric Piolle, en el cargo desde 2014, puso en marcha su idea de ciudad verde, inteligente y bici-cletable, Grenoble, 100 kiló-metros al sureste de Lyon, se ha convertido en lugar de referencia (y controversia). Pero quizá sorprenda más que sea pionera en atraer turismo por su street art. Se mire donde se mire hay una intervención. Se contabilizan 86 frescos y graffitis con nombres reputados en la escena internacional ( Will Barras, Kouka, Isaac Cordal) y un festival exclusivo (streetartfest.org), del 31 de mayo al 30 de junio. Todo ello unido a la tradición universitaria y su pujanza en tecnología hacen de Grenoble una ciudad que corresponde a las expectativas que genera su fama de ser un laboratorio urbano.
En el 14 de la Rue Jean-Jacques Rousseau se halla la casa natal de Henry Beyle, más conocido como Stendhal (1783-1842). El escritor de Rojo y negro, La cartuja de Parma o Paseos por Roma - y quien dio nombre al famoso síndrome provocado por la visión de la belleza en el ánimo del viajero- vivió en el el centro histórico de Grenoble el despertar de la infancia, pero también el desencuentro con la autoridad, encarnada en la figura de un padre nada condescendiente con la rebeldía juvenil. Stendhal halló refugio a la vuelta de la esquina, en casa de su abuelo, el doctor Gagnon, que tan determinante fue para él. En su hotel particulier se levanta su museo (20, rue Grande Rue), que recorre la vida y la obra del escritor. Desde la terraza se obtienen las vistas que veía Stendhal del Jardin de Ville, un amplio parque por el que hoy corretean otros niños y en cuyo final se le dedica un medallón esculpido por Rodin. 
Pasear por este centro medieval, comercial y colorido es ir al encuentro de mercados y edificios históricos como el hotel Rabot, del siglo XVI que alberga la librería Arthaud. El cercano mercado cubierto de Sainte-Claire es refinado y cómodo. Pero por dimensiones y por su ubicación al aire libre es más resultón el de la Place aux Herbes. Todos los caminos llevan a la catedral de Notre-Dame cuya plaza viene presidida por la Fontaine de Trois Ordres, esculpida por Henri Ding en 1897. A unos 200 metros, en la escondida Place des Tilleuls se encuentra el peculiar anticuario L'île aux trésors. 
En la plaza de Saint-André se encuentra el Café de la Table Ronde, el más legendario de Grenoble y uno de los más antiguos de Francia, abierto desde 1739... Aquí se han sentado, inspirado y conspirado Jean-Jacques Rousseau, Stendhal, Léon Gambetta, Sarah Bernhardt, Léon Blum, Jacques Brel, Georges Brassens o Léo Ferré. Cerca está el Parlamento y el Teatro Municipal con su espléndida fachada trasera déco.
Y ahora sí, ya se puede entrar en el Grenoble del siglo XX, decisivo para una ciudad en la que el uso del hormigón transformó su condición de capital de los Alpes dejando una sólida huella arquitectónica. En el parque Paul Mistral, la torre Perret, Auguste Perret, es el faro que queda de la exposición internacional de la energía hidroeléctrica y el turismo de 1925. El genial arquitecto concibió una obra que llamó"torre para poder mirar a las montañas" y fascinó a una ciudad que estaba acostumbrada a observase desde las montañas, pero no a la inversa. Hasta 1965 su ascensor no dejó de subir a gente hasta sus 86 metros de altura para que sucumbieran a la belleza natural que les rodeaba. En cuestión de 10 años se inauguraron bulevares que abrieron las perspectivas. Irrumpió el art déco con su afirmación horizontal, sus balcones circulares y su elegancia geométrica. En la ruta destacan cuatro inmuebles de Georges Serbonet: Gambetta Rivet, Le Turenne, Strasbourg y el Condorcet ...
Use Lahoz. El Viajero. El País, viernes 8 de febrero de 2019

viernes, 22 de febrero de 2019

Corazón que ríe, corazón que llora

Maryse Condé
Maryse Condé (Guadalupe, 1937) nació con la piel negra en una excolonia francesa de las Antillas, pero no fue hasta la adolescencia  -cuando estudiaba en un instituto de excelencia de París y una profesora la animó a hablar de su tierra- que supo de la esclavitud, la trata, la opresión colonial y el racismo. Lo hizo a través de un libro de un compatriota Joseph Zobel, Calle Cabañas negras, una historia que le resultó "perfectamente exótica" y "surrealista" por el abismo entre la realidad narrada y la propia. Porque la autora antillana, Premio Nobel alternativo en el 2018, se crió como la niña mimada de un matrimonio de funcionarios de La Pointe, capital del archipiélago de Guadalupe, para quienes el gran drama de la Segunda Guerra Mundial fue que durante "siete interminables años"no pudieron viajar a Francia.
Con esta anécdota tragicómica -la primera de una lista larga de escenas que nos sitúan entre la carcajada y la mueca- comienza Condé las memorias de esa infancia y adolescencia burguesas que muestran literalmente lo que su título promete: un corazón que ríe y que llora, un músculo joven e indómito que palpita entre algodones mientras va tomando conciencia de sí mismo y siente el guisante bajo su mullido lecho de princesa. 
La pequeña Condé,  convertida hoy en la autora clave de la literatura antillana, repasa los años fundamentales en la formación de su personalidad y lo hace con una mezcla perfecta de ingenuidad, brillantez e impudicia que la lleva a escribir:"En el corazón de los niños, la amistad late con la violencia del amor". Y también: "Los hermanos de Yvelise aprovechaban la más mínima oportunidad para bajarse los pantalones y enseñarme el pito. A veces hasta me dejaban tocárselo". De fondo, el escalofrío de una amor maternal lacerante del que nunca sanó:"Así me tiré toda la noche, mi madre aferrándose a mí, yo ovillada junto a ella, arropada por el perfume a vejez y a árnica, por su calor". Así es como quiso recordarla. Y con su recordar estremece.
María Ballesteros. La Voz de Galicia, viernes 8 de febrero de 2019

jueves, 21 de febrero de 2019

Gilles Peterson

Gilles Peterson
Si existe algo parecido a un ciudadano del mundo, ese s Gilles Peterson. Lleva desde los ochenta recorriendo el planeta buscando y difundiendo música con raíz y ritmo. Nació en 2964 en Caen, ciudad talismán para los franceses porque ahí nació el poeta lírico François de Malherbe, creció el rey de Inglaterra Guillermo el Conquistador y se produjo el desembarco de Normandía . "De ahí nos fuimos a Suiza, de donde es mi padre, cuando yo tenía 17 años. Un año después me fuí a Inglaterra. Y ahí me quedé".
 Eso fue en 1982 cuando se fraguaba la revuelta minera, el desempleo rozaba cifras récord y un buque argentino cargado de chatarra izaba una bandera albiceleste en isla San Pedro, Malvinas. Dexy's Midnight Runners, The Jam Y Madnes ardían en las emisoras de radio. Las favoritas de Person eran piratas...Todo cambió en los noventa, cuando, gracias a una amnistía del gobierno y a la oportunidad publicitaria, las radios pirata pasaron de hobbie a negocio. Fue un momento mágico: la industria del disco aún estaba fuerte y la gente tenía ganas de bailar. Peterson, que ya tenía un club -el Dingwalls, en Camden-, aprovechó la coyuntura y creó sus propios sellos, primero el celebrado Acid Jazz, luego Talkin' Loud, que llevó ese sonido a la siguiente generación (Jazzanova, Roni Size). "Fue una época muy importante para mucha gente que ahora viene a mis sesiones", cuenta Peterson. "La relación del público con la música tiende a ser un pequeño período, el momento mágico de su vida, que luego se convierte en nostalgia. Pero para mí aquello fue solo una parte del viaje...Las cosas han cambiado mucho en el club culture ..."Yo antes actuaba en mi país para 200 personas ; ahora son entre 2.000 y 5.000". Pero sus proyectos le mantienen en danza por todo el mundo. La maleta de Gilles Peterson ("normalmente vinilos, a veces pendrive ") es la versión anglo del baúl de la Piquer. ¿Cuáles son sus sitios en el mapa? "L.A., Melbourne, Seúl...Japón y París están volviendo a molar". Aparte del irrenunciable público inglés, siempre busca escenas locales. "Por eso tengo mi propio festival en Sète, Francia. La idea de juntar toda la música que me gusta en el Worldwide (que en 2018 atrajo a más de 50 artistas ) es mi mayor satisfacción...
Bruno Galindo. Icon. El País, 14 de febrero de 2019

miércoles, 20 de febrero de 2019

Narradora de fútbol en la televisión francesa

Candice Rolland
El fútbol tiene voz masculina en España: ninguna mujer narra partidos en televisión. En Europa tampoco existen muchas narradoras , pero en Francia trabaja Candice Rolland, de 35 años que lleva desde 2012 comentando partidos  para cadenas televisivas. "Nunca me he planteado si el fútbol era muy masculino. Era fútbol, y punto. Y digo bien, era. Ahora está evolucionando y seguro que el sentido de la historia dicta que el lugar de la mujer será cada vez más importante, en el fútbol  y en la sociedad", precisa por teléfono a EL País Rolland, cuya única concesión es agravar su voz natural, un tanto aguda para no chirriar. 
"Desde que tengo memoria siempre he querido narrar . Tendía 11 años cuando tomé la decisión, y después me ha tocado dejarlo bien claro, expresar esa voluntad en todas las Redacciones en las que he trabajado  porque, claro, nadie pensaba que una mujer quisiera narrar. Y recuerdo que más de uno se llevó una sorpresa cuando lo dije".
P.- ¿Fue muy complicado llegar siendo mujer?
R.- "Empecé a trabajar en una radio pequeña en la que todo era posible. Enseguida aceptaron mi deseo de narrar los partidos. Claro que no era perfecto lo que hacía, pero era un comienzo. Luego me asenté y acabé narrando partidos en RTL, la primera radio de Francia, y de ahí el salto a la tele fue rápido, a Orange, la cadena de pago que tenía los derechos de la Liga y que ya ha desaparecido...Pero mi carrera tomó una forma definitiva cuando pasé a L'Equipe, una cadena abierta y gratuita, con una audiencia mucho mayor...
P.- ¿Le sorprende ser la única mujer en Francia y una de las pocas de Europa?
R.- "No, para nada. Nuestra cultura del fútbol y nuestra forma de consumirlo ha excluido toda la vida a las mujeres, y todo el mundo lo ha aceptado sin preguntarse  si se podía hacer de otra manera. Pero las cosas están cambiando . Ya hay más especialistas mujeres y se nos pide nuestra opinión . Lo que sería una sorpresa para mí sería que nos quedáramos en esto. Me gusta decir que no soy la única, solo la primera. Las siguientes ya están en camino..
Carlos Arribas. Madrid. El País, lunes 4 de febrero de 2019  

martes, 19 de febrero de 2019

Londres corona a Christian Dior

Vista de la exposición  en el Museo Victoria & Albert
Y Christian Dior volvió a vestir a la mujer, superados los rigores y los harapos de la II Guerra Mundial... La historia de la moda tiene marcado ese año, 1947, como el antes y el después de la alta costura. El diseñador francés presentó en público su Colección Corola, reivindicando la celebración  de la figura femenina: hombros suaves, cinturas ajustadas, faldas largas...
"Qué revolución, querido! Su ropa ha lanzado un New Look", le dijo Claire Snow, a la sazón directora del Harper's Bazaar. Y así arrancó la leyenda de Dior, concretada en el famoso traje bar: chaqueta entallada de seda color marfil y falda negra plisada, en tafetán algodón.
El Museo Victoria & Albert adquirió la codiciada pieza a finales de los 50 y la exhibe ahora como la principal atracción de Christian Dior: diseñador de los sueños, una reinterpretación a los grande y a la inglesa de la exposición original de París que supone la coronación final del modisto francés, encaramado al podio del diseño londinense junto a Alexander McQueen y Balenciaga.
El V&A, artífice también de la exposición de David Bowie Is, vuelve a tirar la casa por la ventana y deslumbra a los visitantes (más de 35.000 entradas vendidas) con un efectista juego de luces y espejos para mayor gloria de la Casa Dior, en ese ballroom final donde se condensan no solo las creaciones del patrón, también las de todos los diseñadores que se fueron pasando la antorcha: Yves Saint-Laurent, Gianfranco Ferré, John Galliano...
A modo de viaje onírico, de década en década, los vestidos ampulosos, los motivos florales y el revival histórico nos transportan a un mundo de cuento de hadas, privativo y ficticio, en el que los maniquíes parecen volar como Mary Poppins, pero sin necesidad de paraguas.
Las loas a la exposición han compartido las justificadas críticas por la falta de contexto histórico. Rachel Cooke, en The Observer, recuerda como el lustroso New Look causó en su día un revuelo entre las propias mujeres, que recibieron a Dior a su paso por Chicago con pancartas como ésta: "¡Aborrecemos los vestidos que llegan hasta el suelo!"...
La coronación de Dior sería incompleta sin el el traje que le hizo a la princesa Margarita para su 21 cumpleaños...
Carlos Fresneda. Londres. El Mundo 6 de febrero de 2019. 

lunes, 18 de febrero de 2019

High Life

Claire Denis 
High Life es desde ya la más desesperada y bella película del año. De este que empieza y de los 
que vendrán. Da lo mismo cuántos. Claire Denis (París, 1946) se arriesga a componer una película  de ciencia ficción tan radical en cada uno de sus planteamientos que subyuga. Es un cine vocacionalmente abstracto, sensorial y voluptuoso que hace que la pantalla adquiera un tacto carnal, áspero y oscuro. Casi lascivo. La película desde su primera y electrizante escena, se comporta como un tótem, una pieza sagrada, ligeramente hermética y por fuerza preñada de significados. No todos ocultos. La voluntad de utilizar los elementos narrativos de la ciencia-ficción para construir desde ellos un universo propio la colocan al lado de la literatura de Stanislaw Lem o de la nueva gramática iluminada del mismo Kubrick. Y la resonancia casi milagrosa de cada plano hacen de ella uno de esos iconos ortodoxos a los que en puridad aspiraba el mismo Tarkovski encarnado en la figura de Andrei Rublev. High Life se aventura por un lugar nuevo, turbio y revolucionario, a su modo y, sin el menor atisbo de duda, fascinante. Pocas películas tan irrenunciables, por hipnóticas, por voraces, por invasivas y reveladoras en el más amplio y mejor de los sentidos...
Luis Martínez. El Mundo, domingo 3 de febrero de 2019 

domingo, 17 de febrero de 2019

"Weinstein ya ha tenido suficiente"

La sorpresa no estaba en la película de la inauguración, La bondad de los extraños, de la danesa Lone Scherfig, sino en las palabras de la Presidenta del jurado de la 69ª edición dela Berlinale, Juliette Binoche. La actriz francesa habló de Harvey Weinstein, el productor con el que trabajó en El paciente inglés (por la que ganó el Oscar a la mejor actriz de reparto) y Chocolat, y que se encuentra en pleno proceso judicial, acusado de varias violaciones y acoso sexual en Nueva York.  Además, está siendo investigado por otros casos en Los Ángeles y Londres. "Ya ha tenido suficiente fustigamiento público. Dejemos que la justicia haga su trabajo", dijo en la rueda de prensa de presentación del jurado. 
"Yo nunca tuve problemas con él, pero si podía ver que él los tenía", añadió Binoche. Y recordó: "Como productor, la mayor parte del tiempo fue maravilloso. Al menos así lo pienso. No debemos olvidar esto, incluso aunque sea difícil para algunos directores, actores y especialmente actrices". Finalmente deseó a Weinstein que encuentre "paz en su interior".
Junto a Binoche estaban sentados sus compañeros de deliberaciones: el cineasta chileno Sebastián Lelio, la actriz alemana Sandra Hüller, la cineasta británica Trudie Styler, el crítico de Los Angeles Times Justin Chang y el comisario jefe del MoMA neoyorquino, Rajendra Roy.
En la rueda de prensa, Binoche recordó que en una de las conversaciones que mantuvo con el director de la Berlinale, Dieter Kosslick, le mostró su felicidad porque de las 17 películas a concurso en la competición siete hayan sido dirigidas por mujeres. Kosslick ha decidido convertir esta edición de la Berlinale, la última que dirige, en la de la paridad y la inclusión. De ahí que sorprendieran más las palabras de Binoche sobre Weinstein.
El certamen hizo público anteayer el informe de evaluación de género (no científica) sobre una muestra de las películas proyectadas este año: el 37% era obra de directoras...
Gregorio Belinchón. Berlín. El País, viernes 8 de febrero de 2019

sábado, 16 de febrero de 2019

Amanecer en la isla de los ángeles

Mont-Saint-Michel, por Konrad Paruch.
"Viajamos de madrugada hasta el monte Saint-Michel (Francia) para fotografiarlo al amanecer, con la primera luz del sol, pero el lugar estaba cubierto por una niebla espesa", explica Konrad Paruch, el autor de Alcanzando el cielo, la foto ganadora de los premios British Photography Awards 2019 en la modalidad de dron. "Sin embargo decidimos no rendirnos y volar nuestro dron con cámara por encima de las nubes, donde descubrimos esta vista increíblemente hermosa". La leyenda cuenta que en els siglo VII el arcángel San Miguel se le apareció en sueños al obispo Aubert de Avranches, ordenandole que erigiera un templo sobre este peñasco granítico de 80 metros de altitud, en lo alto de una isla del estuario del río Couesnon, en la región de Normandía, en el noroeste de Francia, aislada de la costa durante los pleamares. En el siglo XIII los monjes benedictinos construyeron en estilo gótico la actual abadía, uno de los monumentos más visitados de Francia. Desde 2009 solo se puede acceder a pie o mediante un servicio de autobuses lanzadera.
Isidoro Merino. El Viajero. El País, viernes 8 de febrero de 2019

viernes, 15 de febrero de 2019

El 350 aniversario de la Ópera de París

Escena de Les Troyens
Los franceses sienten pasión por sus instituciones, así que el doble aniversario de la Ópera de París, 350 años y 30 de la Bastille, se ha convertido en la ocasión de lanzar una temporada lírica de altísimo rango. También se ha recordado el 150º aniversario de Berlioz con Les Troyens, que inauguró el nuevo edificio. Es una ópera de cinco horas; de hecho, el propio Berlioz no la vió nunca íntegramente representada. El propio compositor era tan consciente de la dificultad que afirmó en sus memorias:"Para que pueda organizar convenientemente la ejecución de una gran obra como esta, tengo que ser dueño absoluto del teatro". Lo mismo pensó Wagner, pero el alemán lo consiguió.
El argumento es una selección de cantos de la Eneida, con momentos tan conocidos como el caballo de Troya y la destrucción de la ciudad, el episodio amoroso de Dido y Eneas -ya plasmado en ópera por Cavalli y Purcell- y los inicios de la profecía que llevaría a Eneas a la fundación de Roma. El director de escena Dimitri Tcherniakov ha recogido el testigo de Pier Luigi Pizzi y Herbert Wernike y sale ganador con una visión sorprendente. Tcherniakov muestra todos los rasgos que me irritan y, sin embargo, aquí funcionan de modo admirable. 
En la primera parte, la caída de Troya, destaca el personaje de Casandra en un entorno de guerra sucia moderna, que podría ser desde Beirut hasta los Balcanes...La segunda parte de la ópera, el episodio de Dido y Eneas lo sitúa Tcherniakov en un centro de rehabilitación de soldados y Dido y Eneas son dos pacientes más que imaginan su improbable historia de amor...
También Rusalka es un excelente logro...Les Troyens está muy bien dirigido por Philippe Jordan y Rusalka por su parte, brilla en manos de una de las mejores directoras orquestales, la finlandesa Susana Mälkki...
Jorge Fernández Díaz. París. El País, jueves 31 de enero de 2019

jueves, 14 de febrero de 2019

14 de julio

Éric Vuillard
A rebufo del (quizás inesperado) gran éxito cosechado en España por El orden del día, novela con la que Éric Vuillard  (Lyon, 1968) ganó en 2017 el premio Goncourt ( y mejor obra de ficción extranjera del año pasado según estas mismas páginas), se publica ahora 14 de julio, su anterior título , en el que el francés circunvala de nuevo un hecho histórico crucial (esta vez la toma de la Bastilla  en 1789, desde perspectivas narrativas aparentemente poco transitadas. En este caso, la aproximación que Vuillard hace a tan señalada fecha viene a caer, ética y estéticamente hablando, en algún punto intermedio entre los Episodios nacionales de Galdós y los Momentos estelares de la humanidad de Zweig, hasta el punto de que, sin ánimo de perderme en disquisiciones de género literario, 14 de julio se me antoja más un ejercicio de estilo que una novela, propiamente dicha, de tintes históricos.
En relación con lo anterior, es de destacar que a medida que el lector se sumerge en esta vertiginosa narración por estampas, la propia voz de Vuillard se va imponiendo. Lo imagina uno apoyado, con los brazos abiertos, sobre una reproducción fidedigna, a gran escala, de un plano del París de la época, rodeado a su vez por todos los documentos históricos por él consultados, mientras vocea a quien le quiere escuchar (cuando se entona, Vuillard puede llegar a ser de lo más seductor) cada cruento episodio, señalando con el dedo cada calle, cada plaza, cada fábrica, cada lugar donde se produjo una refriega... haciéndonos ver todo el tiempo, cómo la Historia (así, con mayúscula) la construyen (que no la escriben) ciudadanos anónimos, pequeños comerciantes, masa informe en definitiva sobre la que los historiadores suelen pasar de puntillas en pos de los grandes nombres, de las grandes personalidades. El ministro de finanzas Jacques Necker, sí, por supuesto; pero también, por qué no, el futuro general Rossignol, de origen humilde, tan protagonista de la toma de la Bastilla como el anterior...
Quién le iba a decir a Vuillard cuando se publicó este libro, en 2016, que a unos pocos días de escribir esta reseña, las calles de París, volverían a ser tomadas por el mismo pueblo que aquí retrata.
Fran G. Matute.El Cultural, 1-2-2019

miércoles, 13 de febrero de 2019

Un "pase cultural" para los jóvenes

El Gobierno francés experimenta desde esta semana con "el pase cultural" que prometió Emmanuel Macron durante la campaña que le condujo al Elíseo. El proyecto está destinado a los franceses de 18 años: al cumplir la mayoría de edad se beneficiarán de un crédito de 500 euros, concedidos por el Estado, para invertir en productos y actividades culturales. El dispositivo acaba de entrar en un período de prueba de seis meses, en el que participarán 13.000 voluntarios de cinco departamentos.
El pase de Macron permitirá comprar libros, DVD y entradas para el cine, teatro y conciertos, además de apuntarse a talleres y cursos o suscribirse a las plataformas de streaming. El acceso se hará a partir de una aplicación para móviles y tabletas concebida por el Ministerio de Cultura , que propondrá servicios  y actividades geolocalizadas a la proximidad del lugar donde se encuentre el usuario. "A veces bromeamos diciendo que es un Tinder de la cultura", afirmó su responsable, Éric Garandeau, en junio de 2018.
La iniciativa se enmarca en la voluntad del Gobierno de democratizar aún más el alcance de la oferta cultural. "La transmisión de nuestra cultura es lo que hace que nuestros hijos se conviertan en ciudadanos franceses. El acceso al arte en todas partes y para todo el mundo es la misión primera de mi ministerio", ha señalado el ministro de Cultura, Frank Riester. Cuando la experimentación concluya, decidirá si generaliza el proyecto a todo el territorio. Si se avanza al ritmo previsto, 200.000 jóvenes podrían beneficiarse del pase cultural a finales del 2020, según Le Monde...
Álex Vicente. París. El País, lunes 11 de febrero de 2019

martes, 12 de febrero de 2019

De Chagall a Malévich


La pintura abstracta debajo del 'Cuadrado negro' de Malevich.
Era 1905 en Rusia. Era el zar Nicolás II y el motín del acorazado de Potemkin en Odessa, primera señal del fin de su poder absoluto. La penumbra lo untaba todo, el hambre, el miedo, el exceso, la violencia desatada. Rusia estaba mutando de una convulsión a otra. Y el arte buscaba su sitio de nuevo en medio del incendio. En París, Matisse presenta ese año, Lujo, calma y voluptuosidad provocando espasmos en el respetable. Vlaming y Derain capitaneaban el fauvismo. Picasso lo buscaba todo y en todas las direcciones. El postimpresionismo se consumía solo. Y en Rusia los artistas ya no se emocionaban pintando las paredes de las isbas (casas forestales). Preferían comenzar casi de cero.
Los aristas fibrilaron el otro corazón de Rusia. Y la aventura de aquella revolución, su auge y su caída, llega a la Fundación Mapfre (Madrid) en una exposición que puede ser leída como el atlas revolucionario de un tiempo y un lenguaje donde todo estaba, de nuevo, por hacer: De Chagall a Malévich: el arte en revolución, hasta el 5 de mayo y al cuidado de Jean-Louis Prat.
La tesis es sencilla: el arte avanzó espectacularmente mientras Rusia se grangenaba de nuevo después de la caída de los zares. Ese principio de metamorfosis tenía mil ramificaciones, mil deseos, mil ansiedades. Y ninguna cuadraba con los jerarcas políticos de tanto desastre, de tanta promesa traicionada. 
Dos creadores dispararon a la misma diana desde distinta distancia. Chagall y su lirismo levítico (tan surrealizante) y Malévich apostado en la abstracción geométrica, tan psíquica. Entre medias, tantas corrientes que empujan a la vez y que en Rusia toman cuerpo después del espectáculo que ya empezaba a tomar cuerpo en Berlín y en París, faros de costa del arte por estrenar. "Los demonios de la modernidad se adueñan de la intelligentsia de Moscú y San Petersburgo, las capitales míticas de Rusia en las que se encarnan las visiones complementarias de Oriente y Occidente", dice Prat.
Los artistas viajan, descubren, asimilan lo visto fuera de casA y prueban al llegar. En los años que van de 1905 al comienzo del desastre definitivo, en la década de 1930, Rusia es el eje nervioso de la vanguardia. En esta muestra el recorrido de esta expedición es claro: los 29 artistas invitados van saltando por mil espacios estéticos y en las 90 obras escogidas se aprecia un ánimo incansable de transformación. Estos artistas aprendieron la subversión antes de 1917. Creyeron en la libertad antes que en la política. No consensuaron un camino, sino que decidieron avanzar por todos con vocación de un mundo nuevo. Pero la Revolución amiga les falló. La Revolución de todos se estrechó hasta la asfixia. La Revolución gloriosa impuso un régimen de cementerio. Y todo lo ganaron y todo lo perdieron, como en el poema de Manuel Machado. ..
El cubismo abrió senda. El surrealismo sembró el veneno. Y el arte popular, y los iconos rusos, fueron el suelo en que apoyarse. En 1910 Chagall se instala en París. En 1923 Malévich presenta su radical Cuadro negro. Las nuevas expresiones del arte circulan de una ciudad a otra...
Antonio Lucas. Madrid. El Mundo, lunes 11 de febrero de 2019

lunes, 11 de febrero de 2019

La clase de piano

En La clase de piano, Lambert Wilson (Neuilly-sur-Seine, Francia, 1958) da vida a Pierre, el director del Conservatorio Nacional Superior de Música de París. Un día descubre a Mathieu (el debutante Jules Benchetrit), un joven con una capacidad innata para tocar el piano. A partir de entonces y con la ayuda de "La Condesa" (Kristin Scott Thomas), este alumno rebelde intentará mejorar su técnica en tiempo récord para poder así participar en un certamen nacional.
P.- ¿Qué le ha llevado a participar en esta película?
R.- "Soy amante de la música clásica y tenía ciertos reparos sobre cómo se vería reflejado ese mundo. Me opuse al principio pero la gracia y la pasión de Ludovic Bernard, el director, funcionaron y me dejé convencer. Y cuando Kristin Scott Thomas aceptó su papel, me entusiasmó la idea de volver a trabajar con ella".
P.- ¿Le parece acertado el guión?
R.- "Sí, porque hace accesible la cultura y demuestra que los sueños se pueden cumplir. Cuenta la aventura de Mathieu, un joven de un barrio pobre condenado por su estatus social. Pero, gracias a su talento, se adentra en un mundo de privilegiados, en el que se siente excluido pero que le lleva a encontrar bellísimas personas. Me emociona el mensaje positivo de esta historia".
P.- Pierre es un hombre roto que parece tenerse en pie gracias a la música...
R.- "Aunque no se profundiza en su historia, se acierta a ver que es un hombre destrozado que proyecta una relación casi paternal con Mathieu. He intentado que su dolor personal sea palpable sin que resulte demasiado evidente. Pierre se queda fascinado con Mathieu y de ese encuentro nace una emoción muy fuerte y el deseo de protegerle, hasta el punto de arriesgarlo todo...
Philippe Sedat. El Mundo, viernes 8 de febrero de 2019

domingo, 10 de febrero de 2019

Marc Augé, antropólogo

El antropólogo francés Marc Augé 
Ni triste ni alegre, pero sí intenso se ve al antropólogo Marc Augé (Poitiers, 83 años), atributo con el que él mismo define la chanson, cuyo tarareo reivindica como uno de los gestos cotidianos (como levantarse de la cama de un hospital y poder ir al bar de abajo y, en unos días, a casa; tomar un café o un plato de pasta con los amigos, el retorno a un libro o a una película para recuperar con el impacto que nos provocó ...) que nos proporcionan "alegrías pese a todo". Y ese todo son muchos males que atenazan una sociedad  en la que en 1992 él cartografíó la existencia de Los no lugares (aeropuertos, hipermercados en extrarradios, outlets...) donde las relaciones interpersonales son nulas. Consciente quien fuera director de la École des Hautes Études en Sciences  de París (1985-1995) y de investigaciones del Centre National de Recherche Scientifique de París de que "la gran felicidad" es difícil de alcanzar, por eso propone Las pequeñas alegrías (Ático de libros). 

P.- "Para ser feliz hay que conocerse, estar atento al presente y ser útil a los demás", escribe. Pero en estos tiempos egocéntricos, dos de estas dos premisas no las cumple casi nadie: conocerse a sí mismo y darse al otro...
R.- "Por eso mi propuesta es modesta: ir aunque sea al bar de debajo de casa es una oportunidad  de estar con los otros; puede parecer superficial, pero, en cualquier caso, es real. Todas las propuestas de mi libro están vinculadas ala movimiento, al ir hacia otras personas ; en esos momentos nos sentimos existir, con los cinco sentidos, pero hay que saber darse cuenta.
P.- Su obra destaca la importancia de las relaciones sociales, de que nos hacemos y cobramos sentido cuando nos relacionamos con los otros, pero encuestas en los EEUU detectan ya que los jóvenes prefieren interactuar en las redes sociales que quedar físicamente. ¿Miedo a tratarnos cara a cara?
R.-"Ese es el gran mal de las redes, que está trastocando la naturaleza misma de la relación humana porque alteran espacio y tiempo: puedes contactar con alguien en cualquier lugar  y circunstancia, cuando relacionarse con el otro necesita dedicar un tiempo y un espacio concretos; es paradójico: las redes sociales están destruyendo las relaciones sociales. La gente debería detectar que noes suficiente lo que nos dan las redes. También provocan que los efectos de reconocimiento sean sustituidos por los efectos de conocimiento: vemos aun presentador de tele como si lo conociéramos, pero solo lo reconocemos, y eso pasa con todo con todos"...
P.- Al detectar los no lugares los ubicó en extrarradios, aeropuertos...¿No se han trasladado ya al centro de las ciudades, todas con las mismas megatiendas donde solo interactúa la tarjeta de crédito?
R.- "Iría más lejos: hoy el no lugar es el contexto de todo lugar posible. Estamos en el mundo con referencias que son totalmente artificiales, incluso en casa, el espacio más personal posible: sentados antes la tele, mirando a la vez el móvil, con la tableta, los auriculares... Estamos en un no lugar permanente, esos aparatos nos están colocando permanentemente en uno lugar. Llevamos el no lugar encima, con nosotros...
Carles Geli. Barcelona. El País, viernes 1 de febrero de 2019 

sábado, 9 de febrero de 2019

Malinas. La ciudad belga de la tía Margarita

Malinas es distinta a otras ciudades históricas de Flandes porque fue, en el siglo XVI, capital de Borgoña, un ducado que desde Francia, gracias a enjuagues de familia, extendió su dominio a los Países Bajos. Para los españoles es además un enclave especial. Aquí creció y se educó Carlos I de España y V de Alemania, que decían en los manuales escolares,  en la Corte de su tía Margarita de Austria. La ciudad rebosa guiños y recuerdos de ambos. En aquella edad dorada, por los palacios trajinaban sus birretes personajes como Erasmo de Róterdam o Tomás Moro. La ciudad humanista unos 30 kilómetros al sur de Amberes, sigue siendo hoy un espacio a la medida del hombre. Se puede ir andando a cualquier parte o en bici si se va con prisa. La armonía y el gusto siguen brillando no solo en edificios o jardines, también y sobre todo, en el pulso cotidiano, la buena mesa, su espíritu abierto y cosmopolita. 
Es aconsejable empezar en el Schepenhuis, la casa de los ediles o Consistorio viejo donde está ahora la oficina de turismo y planificar la visita. A solo unos pasos está una colosal estatua de Margarita, la tía y tutora de Carlos que fue gobernadora de los Países Bajos durante 30 años. La escultura estaba en la contigua Grote Markt / plaza Mayor, pero hace unos años se hizo un aparcamiento subterráneo y se despejó la plaza -los sábados se celebra en ella un mercad al aire libre-. En uno de sus frentes está el Ayuntamiento nuevo, tan nuevo que la parte gótica que parece más antigua se acabó en el siglo XX. En el extremo opuesto, asomando sobre un friso de casas con gablete , la catedral de San Rumoldo. Contiene verdaderas maravillas que se ven gratis; pero hay que pagar 8 euros para subir los 538 peldaños de la torre. 
Orientados desde las alturas podemos ya explorar la ciudad. Por detrás del Ayuntamiento buscaremos la Keizerstraat (calle del Emperador) para llegar a los palacios de dos Margaritas, Margarita de York y Margarita de Austria. La primera vivió en el siglo XV y su palacio, tras muchas peripecias ha acabado convertido en teatro. Margarita de Austria, su nieta, vivió en el vecino palacio renacentista que ahora ocupan funcionarios judiciales. Su interior se puede ojear desde el jardín de entrada. Para hacernos cabal idea de cómo era esa Corte en los buenos tiempos debemos acercarnos al también renacentista Hof van Busleyden. Acaba de abrir sus puertas como museo. No sólo guarda piezas maestras  (como el gran tapiz de la conquista de Túnez por Carlos V), brinda también de forma interactiva, la historia, gentes y costumbres de la ciudad. . Asoma por detrás de este palacio la iglesia de San Juan que esconde un tríptico de Rubens que representa la adoración de los Reyes Magos.
Ala hora de comer, este 2019 se podrá tomar el aperitivo en el Vleeshalle o mercado de la carne  que se construyó en el siglo XX y está prevista su reapertura en breve con puestos de vent a de productos exquisitos y la posibilidad de picotear. A 10 minutos a pie está Vismarkt/ plaza del pescado donde abundan las terrazas y restaurantes...Con las fuerzas restauradas iremos al encuentro de dos asilos de sendas abadías. El de la abadía de Sint-Truiden, un palacete  del siglo XVI, alberga ahora archivos municipales, y el cercano asilo de la abadía de Tongerlo (siglo XV), tras pasar por varios usos, aloja la Real Fábrica de Tapices de Wit. Malinas brilló por su industria de tapices. Casi enfrente  se oculta el pequeño beaterio o beguinaje donde se recluían las beguinas, mujeres viudas o solas (no monjas) que llevaban una vida piadosa, cada una en su casa o celda. Un poco más adelante está el gran beaterio del siglo XVI y declarado patrimonio mundial (junto a otros de Flandes). Una miniciudad donde las beguinas, para subsistir , tejían encajes, entre otras cosas.
Cerca del beaterio está la fábrica de cervezas Het Anker que funciona desde 1471. Al joven Carlos, futuro emperador  le pirraban "las morenitas de Malinas", las mismas cervezas tostadas que ahora llevan su nombre, Gouden Carolus. Una buena forma de rematar la tarde es acercarse al río Dyle. Hay una pasarla de madera  que recorre su orilla desde Haverwerf (hasta el jardín botánico. De ahí también parten pequeños cruceros que permiten una perspectiva distinta de la ciudad...
Carlos Pascual. El Viajero, El País, viernes 11 de enero de 2019

viernes, 8 de febrero de 2019

Fallece el gran pianista Michel Legrand

M. Legrand. @ azucena1948
Su música quedará indefectiblemente unida al cine de Jacques Demy -con el melancólico musical Los paraguas de Cherburgo (1964) como máxima concreción de esa perfecta simbiosis-. Fue este éxito lo que lo llevó hasta Hollywood. Allí ganó tres óscares por su trabajo en las bandas sonoras de El caso Thomas Crown (1968) - por la canción The Windmills of Your Mind-, Verano del 42 (1972) y Yentl (1983).
Pero los oropeles del cine no cegaban al compositor Michel Legrand (Bécon-les Bruyères, París, 1932) que nunca olvidó la magia y la fuerza de las actuaciones en directo. Era un excelente pianista y un solvente cantante que, más allá de sus incursiones en la música clásica, hallaba en el jazz su mejor forma de expresión (había descubierto "otro mundo, otro planeta" cuando siendo un adolescente , asistió en París a un concierto del trompetista Dizzy Gillespie).
Trabajó con gigantes de la canción francesa como Édith Piaf, Yves Montand y Maurice Chevalier, y colaboró con algunos de los más grandes jazzmen de la historia como Miles Davis, John Coltrane, Bill Evans, Ben Webster, Stan Getz y Art Farmer.
Tras firmar más de 150 bandas sonoras murió ayer en París con las botas puestas. Hace solo unos meses compuso la música para The Other Side of Wind, el film de Orson Welles -había trabajado con él en Fraude (1973)- recuperado póstumamente.
H.J.P. Redacción. La Voz de Galicia, domingo 27 de enero de 2019

jueves, 7 de febrero de 2019

La literatura del malestar francés

Las señales ya estaban ahí. Bastaba con leer algunas de las obras literarias más celebradas en los últimos años en Francia. En ellas aparecen los síntomas del malestar que ha estallado con la crisis de los chalecos amarillos. El cierre de las fábricas, los salarios bajos, las humillaciones cotidianas. El aislamiento de las pequeñas ciudades alejadas de la capital y la dependencia del automóvil para trabajar: para sobrevivir. La educación y la cultura como señas de identidad de las clases sociales. Los paisajes desangelados de los centros comerciales y las impersonales rotondas en las afueras de las ciudades. También la seducción del voto ultra. Todo estaba ahí, a la vista de cualquiera, pero muy pocos prestaron atención. 
Hay una literatura de los chalecos amarillos, el movimiento que estalló en noviembre del pasado año como una protesta por el precio del carburante y ha acabado precipitando la mayor crisis de la presidencia de Emmanuel Macron. El ejemplo más reciente es el de Michel Houellebecq. Su última novela, Serotonina (Anagrama), publicada este enero, describe la desmoralización de un mundo rural que se siente despreciado por París y Bruselas. Los campesinos cortan una carretera y se enfrentan con la policía. Houellebecq lo escribió antes de la crisis de los chalecos amarillos, pero parece que está describiendo las derivas violentas del  movimiento. Por su esteticismo decadente y por su visión reaccionaria, Houellebecq es una excepción. La posición poética y política del autor de Serotonina contrasta con la perspectiva de izquierdas -o extrema izquierda en algunos casos- de otros autores que han retratado la llamada Francia periférica.
Muchos de esos autores - desde el filósofo Didier Eribon, responsable del ensayo memorialístico Regreso a Reims (Libros del Zorzal), a Nicolas Mathieu, recién premiado con el Goncourt en 2018 por la brillante Leurs enfants après eux -citan como inspiración y modelo a Annie Ernaux que en sus breves novelas autobiográficas retrata esta otra Francia: la de los de abajo, la de su familia en la Normandía rural y la de la adonina periferia parisiense.
Si Macron y sus consejeros hubieran leído estos libros con atención, quizá se habrían dado cuenta de que algo en apariencia tan técnico como el precio del diésel y de la gasolina es una cuestión casi existencial para esta Francia. Quizá habrían pensado que podía ser el detonante de una revuelta...
Marc Bassets. París. El País, lunes 21 de enero de 2019

miércoles, 6 de febrero de 2019

Los economistas con Citroën

Type A
Corría el año 1919 cuando el ingeniero André Citroën, con mucha audacia y no menos aportación de creatividad y tecnología, comenzó la gran aventura de fabricar automóviles, con su Type A, primer coche francés construido en gran serie, según rezaba su publicidad. Con iluminación y arranque eléctricos, ahí es nada. Cuatro cilindros, velocidad máxima de 65 km/h y tras un año de comercialización ya había vendido 10.000 unidades. Celebra pues el centenario, que festeja con una exposición  de 30 modelos icónicos en París Expo Puerta de Versalles. 
Mucha agua ha corrido ya bajo los puentes del Sena, y más allá de su invento de la tracción delantera, en mis recuerdos sobresale el dos caballos y el tiburón, de uno de los cuales descendió, cuan largo era, el general De Gaulle en la Plaza del Obradoiro, en singular jornada galo-compostelana. Luego se había de ir a dormir al Parador de Turismo de Cambados, en donde le habían hecho una cama de generosas dimensiones. Recuerdo como el Citroën DS se perdió hacia la Plaza de Fonseca, con la curiosidad de su persiana posterior, tipo veneciano. Por cierto, vehículo que salvó la vida al presidente cuando, al sufrir un atentado, con dos tiros en los neumáticos, prosiguió la marcha, ya que poseía un sistema auto-nivelador de la suspensión.
Formando parte hoy del grupo PSA, tiene una magnífica fábrica en Vigo desde 1958, aportando valor y empleo a la economía gallega.. Y los economistas, organizados en sus colegios y con una flexible superestructura denominada Consello Galego, han tenido buen tino al otorgar su premio recién instaurado a esta factoría multinacional...
Luis Caramés Viéitez. El Correo Gallego, miércoles 30 de enero de 2019  

martes, 5 de febrero de 2019

Xavier Valls, pintor de la luz, París y España

Xavier Valls en su estudio de Paris.
© Daniel Mordzinski.
Xavier Valls, catalán del barrio de Horta, vino a París con una beca de un mes y se quedó una vida. En 1940, París no era una fiesta sino una postguerra. España ...en fin, era también una postguerra.
Aunque nunca fue un exiliado y viajaba todos los veranos a Barcelona, Valls (1923-2006) fue un pintor parisino. Enamorado de París y de su luz. Ajeno a las modas, un solitario frente a la abstracción y el realismo. Pintor del silencio. El jueves, 17 de enero, por la noche el Instituto Cervantes de su París se hizo eco de ese silencio en una retrospectiva, elegante, completa y bien documentada. Retratos, paisaje y algún bodegón.
Su hijo Manuel, ex primer ministro de Francia y candidato a la alcaldía de Barcelona (Cs) agradeció el recuerdo y, eludiendo hablar, sintetizó: "Eso es mi padre: España y París". En el acto, le acompañaban su madre, Luisa Galfetti, su hermana, Giovanna, y su pareja, la catalana Susana Gallardo. Valls presentó "a su compañera" a ilustres asistentes como Bernard-Henri Lévy. Juan Manuel Bonet, exdirector del centro parisino, trazó la semblanza de Valls, un "senyor de Barcelona" al que retrataron entre otros William Klein, Oriol Maspons o Leopoldo Pomés. Sus orígenes están en el barrio de Horta. Su padre, Magí, fue escritor, periodista y militante de la Liga. Allí, el escultor suizo Charles Collet le enseño lo básico. Y allí heredó del Noucentisme "un sentido del orden y de la mesura que nunca abandonaría".
En París, pasó por la banlieue y Montparnasse, hasta dar con su casa della vita en un edificio del siglo XVII, en el Quai de l'Hôtel de Ville, frente a la Isla de San Luis, con vistas a Notre Dame y, al fondo, el Panteón. Ventanas que hoy son cuadros que transmiten al visitante del Cervantes "quietud y armonía". También luz. "llevo muchos años viviendo bajo la luz del norte: esa luz transparente, plateada y sosegada", dejó dicho el pintor. Sus interiores que recuerdan a Wermeer. 
Bonet cité las memorias del pinto La meva capsa de Pandora (Quaderns crema). "un autorretrato de un solitario que conoció a todo el mundo.Un solitario que frecuentaba la tertulia en el Café Mabillon, en Saint Germain. Comme il faut . Un solitario que trató a Grau Sala, a todos los españoles de la Escuela de París y a Julio Cortázar. Un solitario que fue amigo de Alejo Carpentier...

lunes, 4 de febrero de 2019

Sirenas de pelo en pecho

Fotograma de El gran baño
El gran baño es una comedia centrada en siete tipos en crisis. La película cuenta con un reparto superlativo, docena y media de situaciones ridículas resueltas con gracia, unos cuantos interludios reflexivos y un final motivador que se ríe de sí mismo. 
Se trata del primer largometraje dirigido en solitario por Gilles Lellouche, que ha trabajado como actor en Pequeñas mentiras sin importancia (2010), Voy a ser mamá (2013) o Cosas de la edad (2017). Antes de realizar El gran baño, Lellouche había rodado varios cortometrajes y codirigido largometrajes como Narco (2014) junto a Tristan Aurouet, y uno de los 11 sketches incluidos en Los infieles (2012).
Hace ocho años que Lellouche empezó a darle vueltas a una historia que reflejase el estado de ánimo de hombres que, como él, han superado los 40 años. Fue después de ver un documental sobre un grupo de suecos que practicaban la natación sincronizada cuando el proyecto se puso realmente  en marcha. "Quería examinar la fatiga o, de alguna manera, la depresión latente que percibía en gente de mi generación", aclara Lellouche. "Vivimos en una sociedad en la que los shows televisivos y las discusiones están cargados de valoraciones  y de opiniones obcecadas acerca de todo. Nos vemos atrapados en esta carrera individualista muy a nuestro pesar. Olvidamos lo colectivo, el impulso o la valoración del esfuerzo". 
El guión de El gran baño ha sido escrito por el director del filme junto a Ahmed Hamidi y Julien Lambroschini. El protagonismo de la historia se divide entre varios personajes masculinos que deciden compartir una misma experiencia bastante insólita... Todo empieza a cambiar cuando Bertrand que lleva dos años de baja por depresión se apunta al equipo de natación sincronizada de la piscina municipal...
Pedro Calleja. El Mundo, viernes 11 de enero de 2019.

domingo, 3 de febrero de 2019

"Vivimos en un mundo freudiano sin saberlo"

La historiadora Élisabeth Roudinesco (París 1944) fue psicoanalizada a los nueve años por la legendaria analista infantil Françoise Dolto. Su madre era psicoanalista. Ella, también psicoanalista, es la biógrafa de referencia de Sigmund Freud, fundador de la disciplina, y de uno de de sus grandes herederos, Jacques Lacan. Roudinesco publica ahora en español su Diccionario amoroso del psicoanálisis (editorial Debate ), que a la vez es una introducción para profanos al psicoanálisis, un ensayo memorialístico y el retrato elegíaco de un universo de referencia marcado por la cultura freudiana.

P.- ¿El psicoanálisis es el mundo de ayer?
R.- "Un poco sí. Bajo la forma en que yo lo evoco ha desaparecido. Se ha convertido en una psicoterapia como las otras. En cambio, la cultura freudiana está por todas partes; en los medios, en los discursos políticos, en la literatura, en el cine, en el arte. Vivimos en un mundo freudiano sin saberlo".
P.- ¿En qué es freudiano este mundo?
R.- "En el interés por la sexualidad, sea en resurgimiento de la sexología o las historias de género y sexo. Todo esto es una herencia freudiana".
P.- El mito de Edipo fue central para Freud. También Narciso.
R.- Hay dos grandes mitos, pero hay que verlos como mitos: la psicologización de Edipo y Narciso me enervan. El genio de Freud fue devolver los honres a los mitos griegos precisamente rompiendo con la psicología. A principios de siglo le dijo a cada persona que sufría perturbaciones psíquicas: "Usted es Edipo. Es decir, un príncipe. Usted pertenece a una dinastía real. Usted es alguien trágico a quien su destino se le escapa". Es mejor esto que decir: "Usted es neurótico, incapaz de funcionar bien, le trataremos en una clínica, le haremos exámenes". Mejor parecer un rey que un paciente ordinario...El mito significa que tenemos una genealogía, que somos fruto de una historia de familia. Freud es un antropólogo y un mitógrafo, alguien que hizo pensar de otra manera. Sin él estaríamos en la cultura de la psicología y la psicología es bastante siniestra.
P.- ¿Siniestra?
R.-"Si intentan reeducarle haciéndole hacer 10 ejercicios al día para ir mejor, ¡le parece interesante? Quizá sea práctico"
P.- Para curarse, ¿tiene que ser interesante? ¿O práctico?
R.- "Es un falso debate . Si usted quiere ser pragmático, haga lo que quiera. Pero lo interesante es otra cosa: Freud pensaba que la cultura y la civilización eran el mejor remedio a la barbarie y la tontería. La gente prefiere ir a todas las terapias  que quiera: corporales, meditación trascendental, ayuno. No tengo nada en contra, pero no creo que sea una escuela de la inteligencia. No creo que el desarrollo personal, el culto del yo, conduzca a una curación de ningún tipo. Es una ilusión"...
P.- ¿Qué papel le queda al psicoanálisis en el mundo de hoy? 
R.-"Desaparece de los servicios de psiquiatría porque se trata solo químicamente. Está en regresión en todo el ámbito del servicio público. Las depresiones se tratan mucho con medicamentos. Y la gente ha sustituido la cura psicoanalítica con todo tipo de cosas, como el desarrollo personal o la meditación".
P.- ¿Qué queda?
R.- "Hay un curioso retorno a la historia. Es mi impresión: el psicoanálisis vuelve a convertirse en una terapia para la gente rica, para quienes tienen el tiempo y los medios para pensar en sí mismos. Está muy desarrollado en el mundo de la televisión, los actores, los periodistas: saben que conocerse a sí mismos es mucho mejor que medicarse. Y entre los grandes burgueses".
Marc Bassets.  El País, domingo 30 de enero de 2019

sábado, 2 de febrero de 2019

Francia, un país en terapia

Una carretera serpentea entre la niebla hasta llegar a Montfa, un pueblo de 400 habitantes en el departamento del Tarn, en el sur de Francia. En la sala del minúsculo Ayuntamiento, decorada con una fotografía del presidente, Emmanuel Macron, y una copia de la Declaración de los derechos humanos, una treintena de personas escuchan al diputado Philippe Folliot, representante local de la Asamblea Nacional. 
"Adelante", les anima Folliot. "Quién toma la palabra?".
Poco a poco las lenguas se desatan. Alguien propone aumentar los impuestos para las multinacionales que contaminan, en vez de a los ciudadanos de a pie que necesitan el coche para desplazarse. Otros lamentan el cierre de los servicios públicos, lo que les obliga a desplazarse a Castres -segunda ciudad del Tarn; la primera es Albi- para los papeles administrativos...
Francia se ha puesto a hablar. Primero fueron los chalecos amarillos: los franceses que, agitando la prenda fluorescente, en noviembre empezaron a ocupar rotondas y peajes, y a manifestarse en las ciudades. La cólera de las clases medias empobrecidas -una Francia de las ciudades pequeñas y medianas que se siente despreciada por Macron- ha dejado paso a una discusión mas sosegada. Desde mediados de enero y por iniciativa de Macron, decenas de reuniones se celebran cada día por todo el país. Los debates durarán hasta mediados de marzo. Nadie sabe como acabará el experimento. De momento parece una oportunidad para que los franceses expresen sus dudas, sus demandas, sus esperanzas y sus frustraciones. Una terapia colectiva para la Francia del malestar...
Es jueves, once de la noche y acaba de terminar la segunda jornada de debates (seis en total, repartidos en tres días) organizados por le diputado Folliot hoy adscrito al partido de Macron. Las reglas son las mismas en las seis reuniones, cuatro temas -ecología, fiscalidad y servicios públicos, ciudadanía y democracia, y organización del Estado- y dos minutos por intervención. Es un ejercicio de democracia de base...
Saliendo de Albi, montaña arriba, el móvil pierde cobertura. En Le Fraysse. a las nueve de la noche, no se ve otra luz que la del salón de actos...Cuando la cónclave se acaba, se forman corrillos. Ahí están los gendarmes locales y Joël Marquès, de 64 años, alcalde de la aldea de Curvalle y agricultor... Esto es Occitania, tierra de rugby y de cátaros. En el Tarn (388.000 habitantes), la tasa de paro era el tercer trimestre de 2018 del 9,7%, seis décimas superior a la media nacional. Marine Le Pen ganó la primera vuelta de las elecciones presidenciales de 2017 y perdió la segunda vuelta ante Macron...Joël Marquès votó a Macron en la segunda vuelta de las presidenciales "Macron dio esperanza. Era joven. Tenía ideas", recuerda. "Se le subió el éxito a la cabeza. Los chalecos amarillos  pueden hacerle bien".
Marc Bassets. Albi. El País, lunes 28 de enero de 2019

viernes, 1 de febrero de 2019

Javier Perianes desgrana el misterio de Debussy

Javier Perianes
A Debussy apenas le gustaba la música. O más bien, la que otros que no fueron él habían compuesto hasta entonces. Despreciaba a Brahms, Chaikovski le cargaba y Beethoven le aburría soberanamente. Creía que el sonido de la naturaleza era la mejor inspiración maestra para recrear algo que se le acercara en la imaginación.
Pocas excepciones, según él, habían merodeado su verdadera esencia salvo Chopin, Bach y un puñado más. Para empezar, se imponía romper la forma y ese desarrollo mediante el cual muchos, anteriormente, habían pasado a la posteridad. Tocaba buscar la pura emoción dentro de ese instante llamado sorpresa, más que un caudal de repeticiones. Javier Perianes ha seguido su dictado en el pasado año de su centenario y acaba de publicar el primer libro de sus Preludios para piano junto a algunas Estampas : "De alguna manera u otra tenía que regresar a él. Lo interpreto desde que me formaba en el conservatorio". 
Regresar a fondo, se refiere el pianista andaluz (Nerva, Huelva, 1978). A la raíz de lo que ha sido una de sus persistentes obsesiones desde los comienzos. Hasta ahora, en anteriores discos o programas, Perianes había abordado a Debussy fragmentado o en combinación con otros, como Chopin o Falla. 
De un recital suyo en el Patio de los Arrayanes de la Alhambra surgió ... les sons et les parfums, grabado en 2013. Nació como idea dentro de la fortaleza granadina, a la que el propio Debussy utilizó como lejana inspiración e incluso dedicó algunas piezas, iluminado por postales. "Decía que a falta de medios, bien venía cualquier fotografía para avivar la imaginación". Perianes ideó todo un diálogo entre Chopin y el francés, en una obra memorable para Harmonía Mundi, su sello habitual. "Esa conexión basada en la admiración que profesaba a Debussy su antecesor debía ser explorada".
Ahora los Preludios ahondan en esa búsqueda de la forma como fin en sí mismo. Como una puerta abierta más poética que narrativa. Justo la intención del músico, amante de Edgar Allan Poe y Baudelaire como faro del simbolismo que después desarrollan Mallarmé, Verlaine... El camino que comenzó Bach en las Variaciones Goldberg o El clave bien temperado y continuó Chopin, sobre todo con sus 24 preludios,aderezado por Debussy con una fuerte conexión literaria, que en sus predecesores no fue quizás tan evidente.
"La demostración de que Debussy confiaba en esa apertura formal es que no le ponía título hasta que los terminaba, no antes", cuenta Perianes. Por no hablar de la ambigüedad ilimitada de sus intenciones: "Para abordarlo debes perseguir el equilibrio entre lo ingrávido y lo preciso, entre lo diáfano y lo brumoso", asegura el pianista. Así trata Perianes de explicar ese tránsito emocional hacia lo invisible, como definía el propio compositor...
Jesús Ruíz Montilla. Babelia. El País, sábado 5 de enero de 2019.