sábado, 7 de junio de 2025

Un anillo, la prueba de la unión entre Navarra y el País Vasco Francés

Los dos anillos de oro encontrados en los yacimientos
de Zaldua y Donazaharre. (Aranzadi/Europa Press)

El mapa de las calzadas del Imperio Romano era inmenso y, por suerte, lo anotaron todo.  Incluido, entre otros, el nombre Iter XXXIV. "Es la calzada transpirenaica que une la ciudad de Astorga (León) con la de Burdeos (Francia). Es la vía principal que comunica  el norte de la península Ibérica con lo que sería el suroeste de la Galia en aquella época. Sería la calzada principal para acceder al continente", detalla Oiane Mendizabal Sandonís, doctora en Ciencias de la Antigüedad del País Vasco y directora del proyecto transfronterizo Pirenaeus. "Se suele hablar de la importancia que tuvieron las calzadas romanas y no era solo por la vía, sino por la logística que existía a su alrededor. Cada cierta distancia había una parada  donde te podías alojar, descansar, comer..." . Paradas similares a las de las actuales estaciones de servicio.

Esta información se conoce por las fuentes antiguas, pero también porque en 2011 la Sociedad de las Ciencias Aranzadi, que lidera este proyecto, halló los miliarios o las señales que marcaban ese camino. Ahora, se ha dado un paso más. La organización ha encontrado en el yacimiento de Donazaharre o Saint-Jean-Le Vieux (en el País Vasco francés) un anillo de oro de 2.000 años de antigüedad muy similar al localizado en 2018 en el yacimiento navarro de Zaldua (Auriz-Burguete). A estas dos antiguas paradas las separan 35 kilómetros. La relevancia de este hallazgo es doble. Para empezar, es un anillo de oro de la época romana, datado en el siglo II d.C. y en un muy buen estado de conservación. Está entero, tiene una base de oro y un entalle con una ágata azul con un grabado. En él se muestran un guerrero de pie, apoyado en una lanza, con una espada en la otra mano y, en el suelo, colocado de perfil, un escudo. Es la primera vez que se encuentra uno de este estilo en el País Vasco francés, aunque este motivo lo tienen también  otros tres ejemplares  encontrados en las regiones francesas de Charente Maritime y Borgoña.

Lo relevante es que el anillo es muy similar a otro localizado en el cercano yacimiento de Zaldua. En este último la piedra también es azul pero es ónix, no ágata, y el grabado es de la diosa de la fortuna, de la abundancia. Cada uno tiene su iconografía, su estilo, pero los dos pertenecieron a la misma época", explica la directora de las excavaciones. Apunta que esto evidencia dos cuestiones: las paradas de Donazaharre y Zaldua estaban "bien comunicadas con las modas de la época" y que "por aquí  pasaba o vivía gente con poder, lo que recalca la importancia de estos entornos". Es decir, rompe con la creencia de que estos lugares estaban aislados.

Quedan incógnitas: quién pudo ser su dueño y si era de la zona o estaba viajando cuando lo perdió. Solo se pueden plantear hipótesis basadas en los datos: "Es un anillo de oro y estas joyas no eran accesibles a toda la sociedad, por lo que sería de alguna persona  de la élite". Tampoco se puede saber  a quién perteneció, aunque dada su estrecha circunferencia, "está claro  que tenía unas manos y unos dedos  muy pequeños", dice la experta.

El lugar de su hallazgo también es relevante: se ha encontrado en Donazaharre, a apenas 35 kilómetros de Zaldua. "Atravesando el Pirineo, sería la siguiente parada o estación" en la Iter XXXIV, señala Mendizabal. Es una distancia que se podía recorrer en un día de camino. Eso sí, reconoce, es una ruta dura "con un gran desnivel porque Zaldua está a unos 900 metros de altitud y Donazaharre a unos 200. La mayoría de la gente, sobre todo los pudientes, iría en caballos o en carros".

Estas dos paradas -Zaldua y Donazaharre- se corresponden con lo encontrado en las "fuentes históricas literarias grecolatinas antiguas", que "detallan las diferentes paradas de la Iter XXXIV",  pero reconoce que no siempre es fácil casar  los nombres escritos en las fuentes antiguas con los lugares. Entre ellos, aparece  el asentamiento de Pompelo -actual Pamplona- o la mansio de Iturissa, "que hay dudas si se corresponde  con este yacimiento de Zaldua o pudo haber otro a medio camino". Después está Summus Pyrenaeus, que se interpretaría como el Collado de Ibañeta, que se ha solido reaccionar con el asentamiento de Saint-Jean-Le-Vieux", termina la doctora.

 El anillo fue encontrado en el yacimiento de Donazaharre, en el marco del proyecto transfronterizo Pirenaeus, cofinanciado por la Eurorregión (Euskadi, Navarra, y Nueva Aquitania). Esta iniciativa busca "unir" las investigaciones que se realizan a los dos lados de la frontera. "Nuestro objetivo es aplicar la misma metodología de estudio a ambos lados del Pirineo para tener una imagen completa de toda esta zona de montaña", explica Mendizabal.

Amaia Otazu. El País, miércoles 4 de junio de 2025.

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