martes, 31 de mayo de 2022

Paret, el Wateau español en El Prado

Autorretrato vestido de azul. Luís Paret

Una exposición reivindica en el Museo del Prado la original, culta y ecléctica obra del otro gran genio del siglo XVIII. "Es un ovni en la pintura española. No se parece a nadie". Miguel Falomir director del Museo del Prado, no duda en definir así a José Paret y Alcázar (1764-1799). Es el pintor español más notorio del siglo XVIII junto a Goya, pero su innovador talento quedó ensombrecido por la alargada sombra del genio aragonés. Su obra vuelve a brillar en la primera muestra que le dedica la pinacoteca, en cartel hasta el 21 de agosto.

De estilo "singular y ecléctico", su trayectoria estuvo marcada por su destierro en Puerto Rico y Bilbao por su presunta complicidad en los amoríos del infante don Luis, su mecenas y hermano de Carlos III. "Paret es importantísimo para entender la pintura del XVIII. Su elegancia, refinamiento y sofisticación no tienen parangón. Tan singular como innovador, pinta la España culta y es tan sustancial como Goya para la plástica de su época", insiste Falomir para explicar el sentido de un proyecto que quiere "restaurar la importancia" de este gran artista, el más notable representante del rococó español y al que se denominado como el Wateau español.

Hijo de padre francés, formado en Italia, ilustrado, burgués, interesado por la ciencia, Paret tenía una vasta cultura y hablaba latín y griego. "Pero quizá ese carácter cosmopolita ha sido negativo para su presentación frente a Goya", reconoce Falomir. "Se anticipa a Goya pintando personajes populares, pero Paret se ocupa también de la burguesía, de la ciencia y de la naturaleza", explica Gudrum Maurer, comisaria de la muestra y conservadora de pintura del siglo XVIII y Goya del Prado.

La exposición   reúne más de 80 obras, 58 de ellas cedidas por coleccionistas, instituciones y otros museos. Recoge la mayor parte de la pintura de Paret y una selección de sus dibujos y una miniatura.

Entre sus obras más notorias, la comisaria destaca dos: La puerta del Sol, una visión luminosa y colorista de la plaza madrileña con la hoy inexistente iglesia de la Mariblanca y que se conserva en Cuba, y La circunspección de Diógenes, pintada en 1780, quizá la cumbre de Paret y la que le abrió las puertas de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, de la que se convirtió en vicesecretario en 1792.

"Su estilo es inconfundible y personal. Está al margen de todas las corrientes y su técnica es personalísima, con un colorido en tonos pastel espectacular que tampoco tiene nada que ver con ningún otro artista. Está subestimado y esta muestra quiere reivindicar su importancia, pareja a la de Goya", coincide la comisaria con Falomir. Destaca Maurer la originalidad de Paret y "su gran talento" a pesar de que su genio y su obra "quedaran desconocidos por la imponente figura de Goya, a quien superó en capacidad intelectual y se anticipó en algunas cosas"

A pesar de nacer en el mismo año que Goya y coincidir en la Academia, se vieron ocasionalmente y apenas se trataron. Cuando en 1789 Paret  regresa a Madrid a petición de Carlos iv, Goya ya es pintor de la corte. La tuberculosis segó la vida de Paret el 14 de febrero de 1799. Tenía 53 años.

M. L. Madrid. La Voz de Galicia, martes 24 de mayo de 2022.

lunes, 30 de mayo de 2022

El tema odiado por Putin llega al festival


La película La mujer de Tchaikovski afronta la homosexualidad del músico

El presidente de Ucrania Volodimir Zelenski, había implorado en la gigantesca pantalla del gran teatro Lumière, en Cannes, por un nuevo Chaplin capaz de apuntar con el arma del cine a Vladimir Putin. Y apenas unas horas después, la nueva película del exiliado ruso Kiril Serébrennikov, La mujer de Chaikovski, abría el concurso de la sección oficial con un asunto tabú en su país, la homosexualidad de una de las glorias nacionales. En su implacable batalla contra los colectivos LGTB, hasta el mismísimo Putin ha negado en público que el compositor de El lago de los cisnes fuese, como cuenta este duro filme, gay.

Por tercera vez en su carrera, Serébrennikov opta a la Palma de Oro. Lo hizo en 2018 con la melancólica Leto, sobre una banda de rock en los años ochenta en Leningrado, y hace un año con Petrov's Flu, febril periplo de un dibujante de cómics que se sumergía en sus delirios y alucinaciones. En ambas ocasiones Serébrennikov no pudo acudir a Cannes por estar bajo arresto domiciliario, pero ahora, ya exiliado, presenta su nuevo y tortuoso filme. La mujer de Chaikovski es una oscura película de época alrededor de un personaje desquiciado, Antonina Miliukova, la mujer con la que el músico se casó cuando ella tenía 16 años y él 25. Alumna y profesor jamás consumaron un matrimonio que pretendía acallar los rumores de la vida sexual del compositor. Sin embargo, Miliukova,  obsesionada con su status y su marido jamás aceptó el divorcio. Aunque  al filme de Serébrennikov le cuesta arrancar, cuando lo consigue su inmersión en un pozo sexual opaco y opresivo es total.

Siempre de la mano de la actriz Alyona Mikhailova, que sostiene con su mirada inocente  y desorbitada a un personaje desgraciado y terrible, Serébrennikov construye una bajada a los infiernos a través de secuencias orquestadas como un baile fúnebre que sitúan al espectador en un magnético limbo donde los cuerpos  parecen vagar sin destino por el tiempo. Hay momentos de una sexualidad desesperada que presentan a la esposa como una luz lúgubre, una ingenua víctima de la hipocresía social dispuesta a inmolarse por su terco deseo. Serébrennikov consigue cuadros espléndidos, como los de los ambientes gays de la época o la visita a la hermana del compositor, aunque también incurre en otros menos logrados, como la artificiosa coreografía final. El trágico personaje de Antonina Miliukova resume los daños colaterales de una homosexualidad perseguida y reprimida que, casi siglo y medio después, sigue condenada a las catacumbas de su país...

Elsa Fernández Santos. Cannes. El País, jueves 19 de mayo de 2022.

domingo, 29 de mayo de 2022

Entre libros y tumbas para nuestros muertos

La reciente muerte del escritor Domingo Villar ha suscitado un gran número de artículos publicados durante varios días. Palabras de afecto, gratitud, reconocimiento. Un consuelo para su familia, sus amigos, sus lectores, viviendo su duelo. Una confirmación del pequeño libro, que encontré hace unas semanas en el mostrador de la librería que frecuento: Vivir con nuestros muertos, subtitulado en la edición francesa: Petit traité de la consolation/ Pequeño tratado del consuelo. Su autora, Delphine Horvilleur, una de las primeras mujeres en ejercer como rabina en Francia, nos cuenta algunas de sus experiencias  acompañando,  en la despedida, a quienes han perdido un ser querido. Para ella, "lo propio de la muerte es que la muerte no se cuenta, lo que podemos contar es la vida". Esta frase me hizo pensar en la muerte reciente de mi amiga Regina. En la carta publicada por su hijo, por la que me enteré de su muerte inesperada. Un retrato, tan breve como certero, unas pinceladas sobre la personalidad  de su madre, pero no solo la madre, también la bióloga, la vecina, la amiga  que siempre estaba ahí, con la que se podía contar. Un retrato de vida.

Vivir con nuestros muertos ha sido para mí un regalo, porque me ha reafirmado en algo que practico desde hace mucho tiempo, convivir con mis muertos: mis padres, mi hermano, mi marido, tres de mis amigas, de todos ellos hablo cuando se muestran en mi camino, es como si volviesen a vivir unos instantes mientras los nombramos. Así lo expresa Delpine Horvilleur: "Cuando la gente muere, no es de su fin, o de su tragedia de lo que debemos hablar, sino de la vida y del modo que la han disfrutado". La escritora construye su tratado con la evocación de la vida interrumpida entrelazada con la interpretación de los textos sagrados del Talmud, las tradiciones funerarias y algunas experiencias de la propia escritora. Se han vendido más de 200.000 ejemplares de su libro en Francia, publicado en 2021. "Tenemos tanta necesidad de relatos como los que podemos encontrar en este hermoso libro: para no ser totalmente aplastados por la ansiedad, para poder vivir con los muertos como con los vivos". Yann Diener (Charlie Hebdo).

Pocos días después del hallazgo de este libro me reuní, en una terraza, con un amigo, antiguo colega durante muchos años, en el mismo instituto los dos.  Ahora compartimos nuestro amor por los libros en  del Club de Lectura de la Alianza Francesa. Ese día que nos vimos los dos nos presentamos cada uno con un libro. Una feliz coincidencia. los libros que nos intercambiamos, se pueden considerar primos hermanos: Cementerios ilustres y tumbas de poetas, publicado en gallego y cuyo autor es mi amigo con la colaboración de su mujer, él escribe los textos acompañados por las fotografías hechas por ella. Mi amigo, P. Gándara abre su libro con esta cita de Pierre Michon: "Les morts sous les orties rêvaient du ciel dont ils avaient rêvé"/Los muertos bajo las ortigas soñaban con el cielo con el que habían soñado. Por mi parte, puse sobre la mesa Vivir con nuestros muertos.

Sorprende el libro de mi amigo por su belleza tanto en la presentación como en el contenido. De pequeño formato, está editado con sumo cuidado, cada texto acompañado de sus correspondientes fotografías, también de algunos poemas. En el prólogo, el autor nos dice que lo que busca es el recuerdo de esos escritores que ya no están con nosotros pero que que con su obra que alguna vez leemos nos siguen conmoviendo. Aunque la mayoría de los cementerios seleccionados son de escritores de Galicia y aquí enterrados, figuran también algunos enterrados en otros otros países, autores con algún vínculo gallego como el portugués Teixeira de Pascoaes, María Casares o Sir Moore. El primero con su tumba en Amarante. La Princesa de Galicia, como la llamaba Albert Camus, tiene la suya en Alloue (Charente), junto a La Vergne, su casa. La intención, lo que se respira en este bellísimo libro es exactamente el propósito de Horvilleur con  el suyo. Hablar de la muerte no tiene por qué ser "particularmente triste". En la selección de Gándara también figura la tumba de Sir John Moore, muerto en la batalla de Elviña, en 1809, que se encuentra en el Jardín de San Carlos, en A Coruña. Un poema de Rosalía de Castro esta escrito sobre dos planchas de mármol junto a la tumba del noble extranjero. Versos con los elogia al general inglés y el lugar donde reposa, para dormir en paz en este jardín florido, cerca del mar, lejos del cementerio...

Un tercer libro, que recibí hace unos meses de mi amiga Cécile Lainé, Pierres à légendes du Limousin/Piedras con leyendas del Limousin (François Guyot, Les Ardentes éditeurs, 2020), nos invita a continuar este recorrido junto a las tumbas, por una región de Francia. "El Limousin es ante todo un reino de granito, un antiguo macizo de montañas, gastadas y derruidas". Así lo define el escritor André Thérive, (Le Limousin, 1927). "Este país está sembrado de incontables rocas con formas misteriosas, modeladas por procesos geológicos y climáticos. Por otra parte son muchos los vestigios monumentales que nos ha dejado el Neolítico, en particular en El Limousin con sus dólmenes y menhires, a los que hay que añadir las piedras tumbales, con un pasado olvidado y que son objeto de relatos legendarios". El libro viene a ser un inventario de esas piedras con leyenda, 526 censadas, que se extienden por las tres provincias de la región: Corrèze, Creuse y Haute-Vienne, clasificadas según las leyendas que se le atribuyen y que se presentan en el libro por orden alfabético, bien de los lugares donde se encuentran, o de los nombres por las que se conocen. Conforme al imaginario popular, hay piedras que siguen vivas: piedras que giran, piedras que se desplazan para beber,  piedras que bailan, que lloran. Piedras "edificadas": habitadas o rondadas  por hadas, otras son huellas de gigantes, algunas con presencia de la Virgen, los santos o territorio del diablo y por supuesto sepulturas de jefes y generales. He seleccionado tres de estas últimas: el dolmen de la Borderie en Haute Vienne, inscrito desde 1983 como monumento histórico y presentado al autor como la tumba de un capitán inglés y según la leyenda construido por unas hadas para protegerse del mal tiempo. El dolmen du Crocq, en la Creuse, también llamado  Piedra levantada del Bosque de Urbe, según la tradición sería la tumba de un general galo. El menhir de la Croix du Cordaire en la Corrèze, recuerda, según la leyenda, a un soldado que al volver de la guerra fue atacado por unos lobos, después de haberse defendido y matado a varios de ellos, uno lo devoró. Una cruz de hierro figura en la cima. 

Pierres à légendes du Limousin llevaba meses esperando a que hablase de él. Tuvo que llegar a mi casa, Cemiterios egrexios e tumbas de poetas, para animarme a hacerlo. Juntos sobre la mesa me llamo la atención el parecido entre los dos. Tan distantes en los tiempos que describen, los dos hablan de tumbas. Hay una gran diferencia, en el tamaño, el primero casi dobla al segundo, como dos hermanos, el mayor y el pequeño. Sin embargo los paisajes de las fotografías de las dos portadas  son  casi idénticos: la misma luz, los mismos azules, verdes y grises, entre piedras, árboles y cielo. Sin olvidar que el primer paso que despertó mi deseo de recordar a los que ya no están con nosotros lo dio  Delphine Horvilleur con su Vivir con nuestros muertos. Gracias a los tres que me mostrasteis los tres libros.

Carmen González Teixeira

sábado, 28 de mayo de 2022

Los castillos secretos del valle del Loira

Château de Brezé

El Loira es el río más largo de Francia. Supera los 1.000 kilómetros y atraviesa el país de oriente a poniente, desde el Macizo Central hasta el Atlántico. En su tramo medio el valle del Loire, que más que accidente geográfico es un imaginario heroico. Le aplican el faraónico epíteto del Valle de los Reyes. Docenas de monarcas han hecho historia aquí en centenares de castillos, remansados como hojas a orillas del río. Solo la Association Châteaux de la Loire agrupa 83 castillos, pero son tres o cuatro veces más los que hay aquí, quién sabe. Algunos muy conocidos, no en vano el valle es patrimonio mundial de la Unesco desde el año 2000. Sin embargo hay otras fortalezas menos frecuentadas, casi secretas, y no por eso menos sorprendentes.

El Château de Brezé es uno de ellos, en el tramo del Loira que va de Saumur a Angers. Lo llaman el castillo bajo el castillo. Y es que lo que se ve desde el parque que lo envuelve es solo una punta del iceberg: un caparazón construido entre los siglos XI y XIX, rodeado por los fosos secos más profundos de Europa, de unos veinte metros de hondura. A ese abismo se abren ventanas y oquedades horadadas en la roca. Y es que debajo del castillo y en los bordes del foso se oculta una ciudad subterránea. Con corredores y habitáculos, molinos y graneros, lagares, establos. Todo lo necesario para vivir una película distópica.

El trogloditismo no es atributo exclusivo de este castillo. La toba de las colinas que bordean por aquí al valle del Loira favorece lo que se ha convertido en reclamo turístico. En la cercana Turquant se infiltra en los agujeros de gusano de la cornisa de marga  de todo un poblado, el Village des Métiers d'Art: talleres de oficios artesanos, tiendas, restaurantes y hoteles trogloditas. En Doué-la-Fontainne, el restaurante Le Caveau ocupa una cueva de siglos y sirven platos casi prehistóricos como fouaces (champiñones rellenos) y galipettes (panecillos al horno de leña con carne mechada). Todo en porciones descomunales: hay que recordar que cerca de aquí, en una casa de campo junto a Chinon, La Devinière, vivió en el siglo XVI François Rabelais, autor de cinco libros centrados en los voraces gigantes Gargantua y su hijo Pantagruel; todavía hoy aplicamos el adjetivo pantagruélico a un ágape gigantesco. 

Los piadosos señores de Brezé -el cardenal Richelieu tenía alcoba propia  en el castillo- protegieron con largueza a la cercana abadía real de Fontevraud ; una de las más grandes de Europa. Una ciudad monástica con cuatro comunidades dúplices, es decir, de hombres y mujeres. Fundada en el siglo XII, en su iglesia románica de porte catedralicio se encuentran los sepulcros polícromos de varios soberanos de la dinastía Plantagenet. Entre ellos, el de Leonor de Aquitania y el de su hijo, Ricardo Corazón de León. Aquella comunidad medieval fue en cierto modo precursora  de las colonias agrícolas o industriales que surgirían en los sueños utópicos del siglo XIX. En ese siglo, Napoleón convirtió la abadía en una colonia penitenciaria, y eso fue hasta 1963. Hoy, magníficamente restaurada, es un polo turístico de primera, con un hotel ecológico, un restaurante con estrella Michelín cuyo chef se rige por las fases lunares y un terreno de esparcimiento que vale por media provincia. Además, en mayo de 2021 (con más de un año de retraso por la covid) se abrió al público un singular museo de arte moderno en las antiguas tenerías del complejo monástico.

Muy cerca también de Brezé, a orillas del río Thouet, se esconde un castillo que es en realidad una ciudadela: el de Montreuil-Bellay. Un cinturón de murallas de más de medio kilómetro, con 15 torres, protege a una fortaleza medieval convertida en palacio en el siglo XV, cuando se añadió la colegiata gótica y unos apartamentos para canónigos en plena forma -o no podrían haber pasado el trámite de sus traidoras escaleras de caracol-. Los visitantes pueden adquirir botellas de un vino muy apreciado que se cría en los predios del castillo.

A pocos kilómetros se encuentra Brissac, otro castillo con vino reputado, el Rosé d'Anjou, que se cría en sus dominios. A este le llaman el "gigante" de los castillos del Loira, ya que es el más alto: siete pisos. Como en otros casos, la fortaleza medieval fue transformada en palacio en el siglo XV por Pierre de Brezé, ministro del rey Carlos VII. Su hijo, Jacques, tuvo la mala fortuna de sorprender a su esposa con un amante, así que tiró de espada y mató a ambos.. Dicen que el fantasma de la dama vaga por el palacio en las noches de tormenta. En la belle époque, la propietaria de turno, vizcondesa aficionada a la lírica, como no podía cantar ante un público plebeyo por su condición de aristócrata hizo construir dentro del castillo un teatro que para sí quisieran muchas ciudades.

En la orilla opuesta del río aislado en la fragosidad de la campiña, se esconde otro de los castillos más peliculeros del Loira, el de Plessis-Bourré. Aquí se han rodado películas aprovechando el aspecto que ha conservado intacto, desde el siglo XV, sus torres, foso y puentes levadizos en perfecto uso; ni las guerras de religión ni la Revolución dañaron sus estancias, aún hoy habitadas. Su constructor, Jean Bourré, tesorero del rey Luis XI, tenía sus razones para sustraerse a  miradas indiscretas: era adicto a la alquimia, cosa que hubiera podido causarle problemas. En la magnífica Salle de Gardes se ven pinturas y guiños herméticos que solo podían captar quienes, como diríamos ahora, estuvieran en la pomada. A un paso de allí, el castillo de Noirieux es actualmente un hotel señorial, rodeado por un inmenso dominio regado por el Loira, habitado solo por ovejas, brumas y silencio. Una manera regia de ser, finalmente, protagonistas de nuestra aventura.

Carlos Pascual. El Viajero. El País, 28 de abril de 2022.

viernes, 27 de mayo de 2022

Lluís Pasqual: "María Casares interpretaba con el alma"

Paco Soler recrea en  el Gaiás el recital que dió junto a
María Casares en 1989 en Colliure

Es el festival de la experimentación, pero Escenas del Cambio también quiso en su apertura echar la vista atrás para rendir homenaje a la actriz gallega María Casares en la celebración del centenario de su nacimiento. Y lo hizo con su voz llenando el Museo Gaiás. De conseguirlo se encargaron dos personas que la conocieron en vida: el fundador del Teatre Lliure y reconocido director, Lluís Pasqual, y el guitarrista de flamenco Pedro Soler. Ambos participaron en un coloquio junto a Anne Plantagenet, autora de la biografía de Casares basada en ala correspondencia amorosa con Albert Camus.

"María Casares interpretaba con el alma, solo así puede entenderse la intensidad y la energía en escena", afirmó Pasqual, que calificó a la coruñesa como "una actriz incandescente en el escenario". Además, el director afirmó que la artista había logrado algo único. "Consiguió seguir interpretando en francés. En Francia decían que ella tenía un acento propio. ¡Era el acento de A Coruña! Ella consiguió sumarle a la lengua francesa, enriquecerla". De su mano, se pudo ver un fragmento de la representación de Yerma, de Federico García Lorca, a principios de los años 60 en Buenos Aires. "Fue una de las pocas veces que interpretó en castellano", afirmó.

La fuerza y la energía de la voz de María Casares también quedaron patentes en la recreación del recital que ofreció en 1989 en la ciudad francesa de Colliure en un homenaje a Antonio Machado junto al guitarrista Pedro Soler. El músico tocó ayer en directo esos acordes para abrir el Festival Escenas del Cambio, mientras que María Casares sonó gracias a la grabación recientemente recuperada de uno de los ensayos finales de ese recital. Su interpretación despertó un gran aplauso del público. 

Además, el Museo Gaiás acogerá hasta finales de agosto una pequeña exposición sobre la actriz nacida en A Coruña. En ella, por ejemplo, pueden verse sus anotaciones para el recital de 1989, un currículo enviado por la artista o fotos que se tomaron la actriz y Camus. "fue una mujer que vivió el amor y el teatro con intensidad", recordó la biógrafa, recordando que está considerada la mejor artista en lengua francesa del siglo XX.

Montse García. La Voz de Galicia, viernes 6 de mayo de 2022. 

jueves, 26 de mayo de 2022

El superventas francés refugiado en Málaga

Romain Puértolas

Hay volúmenes sorprendentes entre los 2.000 libros que el francés Romain Puértolas (Montpellier, 46 años) tiene ordenados alfabéticamente en las estanterías de su casa . Destaca uno de Julio Verne de 1867 y autografiado. También se encuentran obras de Agatha Christie, Hergé, Umberto Eco o Michel Houellebeq firmadas por sus autores. Su biblioteca solo contiene primeras ediciones, a excepción de una rareza: un teléfono móvil que descansa sobre un pequeño pedestal. Es el terminal que Puértolas utilizó durante tres semanas y media para escribir el libro que le cambió la vida en 2013. El increíble viaje del faquir que se quedó atrapado en un armario de Ikea se tradujo a 38 idiomas en 50 países. Ha vendido más de dos millones de ejemplares y se adaptó al cine, al teatro y al cómic. "Dejé de ser policía y me convertí en escritor. Fue un bombazo", cuenta desde su casa en Málaga donde ha establecido su refugio y donde ha escrito ya su primera novela en español con la que pretende asaltar nuevos mercados. En Francia lanza el próximo 31 de marzo su último libro Les Ravissantes.

Con delicadeza, Puértolas sirve un oscuro café solo sobre una mesa blanca impoluta mientras repasa una vida que parecen varias. Abuelo nacido en Huesca, padre militar, infancia en Montpellier, adolescencia en Valence, estudios de filología en Grenoble. Fue pinchadiscos. Dio clases de español en Francia, de francés en España. Limpió tragaperras en Brighton (Reino Unido). Ejerció de traductor e intérprete. Trabajó en navegación aérea Barcelona y Madrid, hasta que aprobó las oposiciones a policía en París, donde luchó contra las mafias de inmigración ilegal. Nunca dejó de escribir, acumuló siete novelas -seis de ellas aún inéditas- y 22 cartas de rechazo de editoriales como Alfaguara o Plaza & Janés. La octava la escribió de pie, en su móvil durante los trayectos entre su casa parisiense y la comisaría. Tenía 37 años cuando la editorial Le dilettante le dio una oportunidad  y lanzó en agosto de 2013 El increíble viaje del faquir que se quedó atrapado en un armario de Ikea. Superó los dos millones de ejemplares vendidos en todo el mundo. "Un día me llegó un correo de Brad Pitt; quería adaptar la película al cine", recuerda Puértolas, que también tiene un grupo de rap. 

Los colores azul y amarillo de la portada de su best seller dominan la pared de su librería en casa. Hay un ejemplar enmarcado por cada uno de los 50 países donde se publicó. España incluida desde 2014. Junto al móvil y los tesoros firmados por decenas de autores hay dos ordenadores, una escalera roja y enormes ventanales en los que cabe la bahía de Málaga. También una taza con un lema "Mantén la calma y lee a Puértolas". La Costa del sol es su hogar desde que, tras su gran éxito, pidió una excedencia en el cuerpo policial. Se mudó junto a su mujer, española de Granada y sus hijos. Antes de que la editorial lo pidiera, ya tenía lista su siguiente novela: La niña que se tragó una nube tan grande como la torre Eiffel. Nuevo título largo y nuevo éxito de ventas. Sobre ella prepara ahora una película de animación, en la que ejerce de coguionista y compositor de la banda sonora. "Estoy en mil proyectos a la vez y a todo le pongo pasión", afirma con una sonrisa.

Ojos azules, barba de tres días y elegante americana militar, su conversación viaja aun ritmo más pausado que su cabeza: "Empecé a escribir con siete años pero nunca contemplé la vida de escritor. Me parecía inalcanzable". Rodeado de una colección de vieja máquinas de escribir, teclea en el ordenador con tal avidez que cada año publica al menos dos novelas cortas en Francia con fines sociales y, bajo seudónimo, saca al mercado trabajos con regularidad. "Está mal visto que un escritor saque más de un libro al año, pero yo no quería dejar obras guardadas". Considerado el rey del giro de guion en Francia, decidió cambiar "radicalmente" su estilo para lanzar en 2019 La Police des fleurs, des arbres et des fôrets. El 31 de marzo lanza Ravissantes, que le llevará de gira por territorio galo y, espera, por las sedes de la Alianza Francesa en España...

Nacho Sánchez. Málaga. El País, lunes 2 de mayo de 2022

miércoles, 25 de mayo de 2022

El vákner, terror de los peregrinos y su estatua

                                                                                                      ALVELA
Cuando no existía alumbrado público y la imaginación no estaba colonizada por el cine, las series y los videojuegos, los monstruos se movían con más libertad. En vez de transfigurarse en miles de pixeles, los seres sobrenaturales tomaban forma (a golpe de cincel y por supuesto en 3D) sobre capiteles, arcos y canecillos de las iglesias. En ese mundo de tinieblas del Medievo se aparecía el vákner, un ser "muy dañino" cuyo propio nombre,  tan exótico para las lenguas latinas, habla del espanto que debía causar en los caminantes que, después de peregrinar a Santiago, se proponían acabar su ruta llegando a Fisterra, el confín del mundo conocido.

Curiosamente el único rastro documental que se conserva es el relato de un gran viaje por Europa emprendido por un obispo armenio, Mártir de Arzendján, (localidad de Anatolia, actual Turquía). que durante siete años (1489-1496) atravesó el continente pasando por lugares como Constantinopla, Venecia, Roma, Basilea, Estrasburgo, Aquisgrán, Normandía, París, Donostia, Santander, Santillana del Mar, Oviedo o Betanzos. Antes de regresar a su tierra permaneció 84 días en Santiago y después se encaminó, según sus palabras, hasta "la extremidad del mundo". Se estima que esto tuvo lugar en 1493, en el cambio de era marcado por el descubrimiento de América y cuando las leyendas sobre el mar tenebroso (que empezaba en la orilla de Galicia) pervivían mientras arribaban procedentes del Nuevo Mundo Martín Alonso Pinzón y Cristóbal Colon a bordo de las carabelas Pinta y Niña. En estas últimas etapas por el actual Camino de Fisterra y Muxía (hoy el tercero más pisado por los peregrinos, tras el Francés y el Portugués) sitúa el religioso el encuentro con el horrendo ser que ahora trata de rescatar del olvido el Ayuntamiento de Dumbría, el paisaje coruñés donde los estudiosos de la criatura ubican sus supuestas andanzas.

Después de quejarse de lo cara que era la vida en Compostela, el obispo Mártir relata así su viaje: "Recibí la bendición de Santiago, me puse en camino y llegué a la extremidad del mundo, a la playa de la Santa Virgen, a un edificio que fue construido por la propia mano del apóstol San Pablo y que los francos llaman Santa María de Finisterre. Padecí muchos trabajos y fatigas en este viaje, en el cual topé con gran cantidad de bestias salvajes muy peligrosas. Encontramos el vákner, animal salvaje, grande y muy dañino. ¿Cómo, me decían, habéis podido salvaros, cuando compañías de 20 personas no pueden pasar?. Fui enseguida al país de Holani, cuyos habitantes se alimentan también de pescado y cuya lengua no comprendía. Me trataron con la mayor consideración, llevándome de casa en casa y admirándose de que hubiese escapado del vákner". 

El viaje figura en un manuscrito de la Biblioteca Nacional de París, dentro de una compilación hecha en Constantinopla en 1684. El texto fue traducido al francés y al español ya en el siglo XIX. Y no han aparecido más referencias a la temida bestia en fuentes escritas ni el folklore, ni en la tradición oral, pero quizás por estar envuelto en tanto misterio el ente lleva fascinando décadas a investigadores, historiadores y profesores universitarios que rastrean desde la etimología de su nombre hasta la iconografía monstruosa del arte medieval. Tampoco está claro qué lugar es Holani, a donde también llegaba la funesta fama del bicho(...)

El proyecto Territorio Vákner, para resucitar seis siglos después la espantosa figura, implica en realidad a toda la comarca de la Costa da Morte e incluso a la Diputación de A Coruña. El próximo día 28 tendrá su primera fiesta con un concierto  de Luar na Lubre -un grupo que le había dedicado un tema- y otros artistas invitados como Víctor Manuel e Ismael Serrano. Todo esto para poner banda sonora a la inauguración de una escultura de bronce de casi cinco metros de altura que a partir de ahora acechará a los caminantes en la espesura de los montes de Dumbría y que ya le ha sido presentada en miniatura, incluso, al arzobispo de Santiago. El autor, Cándido Pazo, ha representado al vákner como un lobishome, la teoría que cobra más fuerza sobre la apariencia del mito. "Será la primera estatua de un licántropo en España". Los promotores de Teritorio Vákner  están convencidos de que la figura, oculta bajo una lona en el lugar boscoso del Marco do Couto, va a convertirse en uno de los hitos más fotografiados de los caminos peregrinos. 

Silvia R. Pontevedra. E País, sábado 7 de mayo de 2022.

martes, 24 de mayo de 2022

María Casares. Actriz océano.

"La tierra de la que estoy hecha es Galicia. Nací en el teatro Les Mathurins. Mi patria es el teatro y mi país de origen, la España refugiada". Este fragmento del libro Residente privilegiada, de María Casares, escrito en letras blancas sobre un fondo gris oscuro, es lo primero que pueden ver los visitantes que acuden a disfrutar de la exposición María Casares. Actriz océano. La muestra, alojada en el kiosco Alfonso coruñés y a la que se podrá acceder hasta el 25 de julio, fue presentada ayer como el acto central del homenaje impulsado por el Ayuntamiento de A Coruña en conmemoración del centenario del nacimiento de la actriz. 

La exposición que recorre la vida de la actriz desde su nacimiento em A Coruña en 1922 hasta su fallecimiento en La Vergne de Alloue (Francia) en 1996, está divida en siete apartados cronológicos y temáticos. El primero se corresponde con su infancia y recoge una explicación sobre su linaje y documentos históricos como su partida de nacimiento, un cuaderno utilizado por la actriz en el colegio o una carta de Arturo Casares al escritor Émile Zola.  Posteriormente la muestra traslada al visitante a su adolescencia en Madrid y a su llegada a París tras el estallido de la Guerra Civil.

Las secciones dedicadas a su trayectoria profesional en el mundo de la interpretación reúnen todo tipo de documentos, fotografías, objetos, desde revistas francesas con imágenes de la actriz en portada hasta cuatro de los trajes originales que utilizó en diferentes obras con sus correspondientes bocetos. Finalmente, se incluye una sección en la que se refleja la creación gallega contemporánea dedicada a la intérprete. Un total de 230 piezas cedidas por 35 prestadores componen el recorrido por su vida, incluyendo algunas de las cedidas por la familia y que se exhiben por primera vez en la ciudad.

Toda la exposición aparece acompañada por textos escritos por la actriz, por Albert Camus o reflexiones relacionadas con su trayectoria vital y artística. En palabras de la comisaria de la muestra, María Lopo, busca "el reconocimiento de su figura y la recuperación de la memoria de nuestro exilio republicano".

Nuria Guillermo. La Voz de Galicia, viernes 13 de mayo de 2022.

lunes, 23 de mayo de 2022

Cannes proclama su fe en el futuro

El cartel de la 75ª edición del festival de Cannes que ayer abrió sus puertas de dos años muy difíciles por una pandemia implacable con las salas de cine, muestra el horizonte de un falso y perfecto cielo. La imagen tomada de El show de Truman, la película de 1998 del australiano Peter Weir, es una certera metáfora del mundo en que hoy vivimos.

Jim Carrey, el actor protagonista de aquel film perturbador y visionario, sube las escaleras hacia un paraíso celeste que esconde un infierno, la cárcel de un espectáculo sin fin y en directo. Han pasado 25 años desde entonces y la nube insaciable del audiovisual hipnotiza la vida cotidiana de millones de personas cada vez más deshumanizadas por las incontables pantallas que llevamos en el bolsillo. Y el cine, con Jim Carrey subiendo la escalera de ese inquietante cartel que ahora anuncia esta nueva edición de Cannes, necesita romper el muro y rebelarse.

A Cannes le gusta nadar entre contradicciones y paradojas. Quizá porque a estas alturas no queda más remedio y el terno pulso del arte con la industria resulta cada vez más complicado. La película inaugural de este primer Cannes post-mascarillas, Corten!, es el perfecto ejemplo de esta incoherencia. Un remake muy hábil y entretenido de la brillante película japonesa One Cut Of The Dead (2017), dirigida por Shin'ichirô Ueda y con un recorrido de éxito por festivales especializados en cine fantástico y de terror. Es decir, el remedo de un director francés tan como Michel Hazanavicius abre las puertas a un festival mediocre que vuelve a llenar las calles y las salas de prensa acreditada, invitados y público...

El futuro del Festival si nos atenemos a las declaraciones de Thierry Frémaux, delegedo general y principal cerebro del del festival, podría estas hasta en Tik'Tok, nuevo patrocinador de Cannes y la única red social que podrá transmitir una de las alfombras rojas más rutilantes del mundo. Ante los complejos y apasionantes desafíos a los que se enfrenta el cine, Frémaux lanzó algunas preguntas retóricas que durante los próximos días deberían encontrar alguna respuesta. "¿Se está perdiendo el lenguaje del cine? ¿Acaso se trata de un arte moribundo?", dijo Frémaux en su bienvenida a los periodistas acreditados antes de responderse a sí mismo: "Nada muere, y menos el cine. Solo se transforma"...

Elsa Fernández Santos. Cannes. El País, miércoles 18 de mayo de 2022.

domingo, 22 de mayo de 2022

Francia descubre "Guerra" de Céline

Salen a la luz los manuscritos inéditos  de L. F. Céline

Lo que ya nadie esperaba a veces acaba sucediendo. "Un milagro", resume el periódico Le  Monde. Los manuscritos perdidos de Louis Ferdinand Céline (1884-1961), quizá el más abyecto de los escritores franceses del siglo XX, salen a la luz después de casi 80 años en paradero desconocido. La editorial Gallimard publica el primero de los textos extraídos de estos manuscritos: Guerra, un relato crudo y trepidante de los meses en que Céline fue herido en Flandes al inicio de la I Guerra Mundial. El autor de Viaje al fin de la noche se ha convertido en el acontecimiento literario del año en Francia. 

"Toda la oreja a la izquierda estaba pegada al suelo con sangre, la boca también. Entre ambas había un ruido inmenso. Me dormí en este ruido y después llovió, con una lluvia densa", arranca Guerra, 150 páginas escritas en 1954, 20 años después de los hechos que describe. "Así que siempre dormí en un ruido atroz desde diciembre de 1914. Atrapé la guerra en mi cabeza. Estaba encerrada en mi cabeza". Esta es la historia de un dolor de cabeza y de un ruido que jamás le abandonará. Y de uno de los últimos misterios de las letras francesas contemporáneas, y de la obsesión por resolverlo.

"Yo ya no creía que veríamos los manuscritos", admite François Gibault, albacea de Céline junto a Véronique Chovin. Todo empieza en junio de 1944. Los aliados acaban de desembarcar en las playas de Normandía. Céline es autor de varios panfletos antisemitas y amigo de los ocupantes nazis. Junto a su mujer Lucette y su gato Bébert, abandona a toda prisa su piso en Montmartre y toma el tren hacia Alemania. Se olvida encima de un armario miles de folios. Alguien aprovechará su ausencia para llevárselos. Y él pasará el resto de su vida lamentando el robo. Nunca volverá a verlos.

Hay un sospechoso, Gibault no alberga dudas. "Sin duda fue Oscar Rosembly", afirma. Rossembly, corso, con lejanos orígenes judíos, era un personaje singular: fue reportero, empleado municipal, resistente. Tras la liberación, fue encarcelado por saquear apartamentos de colaboracionistas. Jerôme Dupuis, el periodista que en 2021 desveló en Le Monde la reaparición de los papeles, citaba la "leyenda" según la cual más tarde fue "gurú en California y acabó su vida en la Córcega profunda, meditando descalzo en la montaña y bañándose desnudo en la fuente de su pueblo. El propio Céline acusaba a Rossembly, a quien había frecuentado en Montmartre. Nunca se demostró nada. Ni se supo nada de los papeles. Hasta junio de 2020, cuando Jean-Pierre Thibaudat, un veterano periodista de Libération, entró en contacto, por medio de un abogado, con los albaceas del escritor. Su viuda Lucette había muerto el año anterior. Thibaudat explicó que él tenía 5.324 hojas. El tesoro. A finales de los años 80 alguien se los había entregado. ¿Quién? Confidencialidad de las fuentes", alegó el periodista. Si fue un descendiente de Rossembly u otra persona (lo que abriría nuevas pistas) se desconoce.

Después de un breve contencioso judicial, los albaceas recuperaron el manuscrito. "Al verlos sentí emoción, satisfacción. No sabíamos que había en ellos, ni si era bueno o malo", recuerda Gibault. Ahora la Galería Gallimard, en París, muestra algunos de los manuscritos. Pueden verse extractos de los tres libros encontrados. Además de Guerra, Londres, que narra la etapa del autor en esta ciudad después de salir de la convalecencia y debe publicarse en octubre, y La voluntad del rey Krogold, una fantasía medieval que Céline usó fragmentariamente en la novela Muerte a crédito. La escritura en tinta negra es legible casi siempre, y lleva anotaciones y correcciones a lápiz.

Guerra es una novela muy celiniana, por la crudeza del lenguaje, el uso de la jerga, la brutalidad de las escenas y los temas. "Ahí están los temas mayores de Céline: la guerra y la muerte", resume el escritor Pierre Assouline. La concisión de la novela, en cambio, no es típicamente celiniana. Quizá sea porque el texto no es más que un esbozo, o porque no estaba del todo completo, pero no hay nada aquí de los excesos, digresiones y verborrea de otros libros. "Si Céline hubiese tenido tiempo o la posibilidad de volver al texto, habría sido más largo y habría perdido el aspecto shock", añade Assouline. "Este inconveniente es una oportunidad".

Guerra es un concentrado de Céline. Hay desesperanza. "Sabemos que haría falta dormir para ser un hombre como los demás. Estamos demasiado cansados incluso para tener fuerzas para matarnos. Todo es cansancio". Hay sexo y misoginia, lenguaje cuartelero. "Pornografía", decían el domingo en Le masque et la plume, el programa de literatura en la cadena France Inter. Hay vida y memoria transformada en literatura:  "Vaya mierda el pasado, se deshace en la ensoñación. Adopta pequeñas melodías que nadie le había pedido. Regresa todo maquillado entre lágrimas y lamentos. No es serio. Entonces hay que pedir un vivo socorro a la polla para orientarse. Es la única manera, de la manera de hombre". 

sábado, 21 de mayo de 2022

En Cannes, disfrutando el arte de vivir en la ciudad francesa del cine

Boulevard de la Croisette

El emplazamiento geográfico de Cannes, a medio camino entre Saint-Tropez y el Principado de Mónaco, en la Costa Azul francesa, parece un decorado de película. Una bahía en la que casi siempre luce el sol entre dos colinas, la Cruz de los Guardias al oeste y la de California al este, ambas comunicadas por el cinematográfico bulevar de la Croisette. Paseo que discurre en paralelo a las playas de arena dorada en las que se disponen en perfecto orden de revista tumbones y sombrillas rayadas. De fondo, tierra adentro, los Alpes Marítimos. Esta ubicación es tan atractiva como segura, por algo ligures y romanos se asentaron en este lugar y repelieron los ataques de los piratas desde el mar. El mismo mar que proveía de alimento a los pescadores que hicieron de Cannes su villa y que baña la vecina isla de San Honorato, en la que vivía una comunidad de monjes. Los monjes ahí siguen, los que se han mudado han sido  los pescadores y su hueco lo han ido llenando los aristócratas, burgueses y millonarios de todo el mundo.

Este variopinto grupo de gente acomodada se instaló en Cannes atraído por lo que contó de esta ciudad Lord Brougham. Un aristócrata inglés que de viaje a Niza tuvo que parar aquí por una epidemia de cólera en el siglo XIX. Tanto le gustó lo que se encontró que a todas sus amistades les habló de las bondades de su inesperado descubrimiento. Muy pronto en aquella modesta villa marinera se construyen palacios, villas romanas, mansiones y hoteles que ocuparon ricos, nobles y artistas procedentes del Reino Unido, Italia y Francia, principalmente, y que salían a pasear por el bulevar de la Croisette. El mismo que hoy está ligado al Festival de Cine de Cannes, que se celebra desde este martes 17 de mayo y hasta el próximo día 28  y que tiene por sede principal el Palacio de Festivales y Congresos.

De buena mañana es el momento de un paseo por la colina de la Cruz de los Guardias, pulmón y balcón desde la que hay una estupenda panorámica de Cannes, en el extremo oeste de la ciudad. Asus pies se encuentra el popular barrio de la Bocca y su bulevar du Midi. Al otro lado de dicho paseo está la playa de la Bocca y la de Midi. Estos dos arenales son los preferidos por los locales para bañarse, tomar el sol y comer, y aquí no faltan bares, restaurantes y chiringuitos a pie de arena.

Le Suquet es el viejo Cannes

Le Suquet es el viejo Cannes, un entramado de calles estrechas y curvas en pendiente en las que se suceden tiendas con encanto, pequeños restaurantes y casas de colores en las que primero vivieron pescadores y hoy entran y salen los turistas. Turistas que si hacen el esfuerzo de coronar este antiguo castro ligur pueden disfrutar de las vistas desde lo alto de una torre que aloja el Museo del Castro, además de ver la iglesia de Nuestra Señora de la Esperanza. Al nivel del mar se encuentra la Rue Meynadier, una calle peatonal copada de pequeños negocios familiares por la que caminan magrebíes, visitantes, viejos pescadores y hombres y mujeres trajeados. Muy cerca de la misma está el mercado cubierto de Forville, en el que se pueden encontrar productos de la zona y disfrutar de los diferentes olores que emanan de cada puesto.

 En el Suquet está el Puerto Viejo donde se desenredan redes y atracan pequeñas embarcaciones de los pocos pescadores que quedan. Desde aquí zarpan las embarcaciones con destino a las islas de Lérins y aterrizan los helicópteros, un medio de transporte muy generalizado en la Costa Azul francesa. Las más grandes de las islas Lérins son Santa Margarita y San Honorato, una muy cerca de la otra y no muy lejos de la bahía de Cannes. En Santa Margarita entre pinos, eucaliptos y senderos, se suceden vestigios celto-ligures, romanos y medievales. En el Fuerte Real, en la cara norte de la isla, estuvo preso el famoso hombre de la máscara de hierro (masque de fer ) que da nombre al museo en el que se ha convertido el sitio. Una visita al mismo ayuda a contextualizar todo el patrimonio de la zona . En su cara sur se encuentra el Ecomuseo Submarino, compuesto por seis estatuas sumergidas entre unos tres y cinco metros bajo el agua y entre unos 84 y 132 metros de distancia de la orilla, A las mismas se puede acceder con facilidad y con un equipo básico: máscara y tubo para respirar. Lo que no se puede hacer es tocar las esculturas. Desde este punto se ve la isla de San Honorato, en la que hay unas treinta capillas y vive una comunidad de monjes cistercienses que elaboran su propio vino, que se puede comprar en la tienda o catar en el restaurante que hay junto en el muelle.

En el extremo occidental del famoso bulevar de la Crroisette se encuentra el Palacio de Festivales y Congresos. La sede principal del Festival de Cine de Cannes, entre otros muchos certámenes, y que en 2022 celebra su 75º edición. Dicho festival se organizó con la idea de ser la alternativa al de la Mostra de Venecia, afín a los gobiernos fascistas de los años treinta del siglo XX. El bulevard de la Croisette, flanqueado por palmeras canarias  y que evoca una imagen propia de esa California bañada por el océano Pacífico, comunica el mencionada el mencionado Palacio de Festivales y Congresos  y el puerto de la oriental punta de Palm Beach, donde aguarda la ajardinada plaza 8 de mayo de 1945 y el puerto de Pierre Canto. El glamuroso paseo antes fue un camino de tierra que se transformó en 1850 para que los nuevos residentes que llegaron atraídos por lo que contaba de Cannes Lord Broughm pudieran pasear plácidamente y disfrutar del mar. Al largo de sus tres kilómetros de extensión se suceden sillas en las que uno puede tomar asiento, playas, restaurantes, tiendas y hoteles frecuentados por una rica clientela. En los hoteles Le Majestic, Carlton y Martínez se suelen alojar muchas de las celebridades que acuden al festival. Celebridades presentes en el Paseo  de las Estrellas. A estas huellas de la mano en el suelo de la gente del celuloide se suman los murales que hay en algunos edificios de Cannes con motivos cinematográficos: Chaplin, Jacques Tati, Buster Keaton, los hermanos Lumière, Marilyn Monroe y uno que hay en la estación de tren de los hermanos Lumière, a modo de homenaje que se hizo con motivo del centenario del nacimiento del cine. 

En el extremo este de la ciudad se eleva la colina California. Cannes es una ciudad francesa con el espíritu de la californiana Beverly Hills. La colina la recorre una carretera que serpentea y que con cada curva descubre una casa mejor que la anterior. Residencias ocupadas por millonarios rusos, árabes y chinos principalmente. En el pasado aquí se instalaron Pablo Picasso y  Ernest Hemingway, entre otros. En lo alto de la colina están los restos de un viejo observatorio abandonado. Es un lugar atractivo con unas vistas increíbles.

Galo Martín Aparicio. El Viajero. El País, 17 de mayo de 2022.

viernes, 20 de mayo de 2022

Madrid en Danza: Giselle, el fénix renaciente

Llega la 37ª edición del Festival Madrid en Danza. Hasta el 14 de junio, la Comunidad de Madrid disfrutará una programación que su directora, Blanca Li, ha diseñado inspirada en la diversidad y el eclecticismo. El Día internacional de la Danza , 29 de abril, es el día del nacimiento de Jean-Georges Noverre. Un programa que conjuga hip-hop, flamenco, performance, danzas urbanas..

El perfil de la autora del manifiesto del Día Internacional de la Danza delata la llamativa ausencia de la danza clásica en esta edición de Madrid en Danza. Sue Jin Kang (Seúl, 1967) dirige el Ballet Nacional de Corea desde 2014 y fue primera bailarina del Ballet de Stuttgart. Alumna de la Académie de la Danse  Princesse Grace de Monte-Carlo, galardonada con el Benois de la Danse y la Orden al Mérito Civil de Alemania, ha llevado a Seúl la refinada elegancia  de las escuelas de ballet más relevantes de Europa.

Su emotivo manifiesto destaca la futilidad de la Danza, lo efímero de un arte que obliga a los bailarines "a estar en constante movimiento" y las recientes circunstancias derivadas de la Covid-19 que han restringido tantas actuaciones. Sin embargo, Kang toma como ejemplo la poderosa metáfora de redención enmarcada en el ballet Giselle (1841), que fue estrenado en París durante un coletazo pandémico hoy casi olvidado.

"Desde entonces se ha representado por toda Europa y alrededor del mundo para reconfortar y mimar las almas de la humanidad asolada por la pandemia", reza su manifiesto, que también destaca que lo nació en aquella representación  fue el magnífico espíritu de una bailarina que intenta escapar de la gravedad de las penurias del mundo". 

"El solitario y agotado público -concluye- está sediento de la empatía y el consuelo de los bailarines. Como bailarinas, creemos que el batir de nuestras alas da esperanza a los corazones de los que aman el arte de la danza y les da el valor para superar esta pandemia. Mi corazón vuelve a latir".

Elena Matamoros. El Cultural, 29-4-2022.

jueves, 19 de mayo de 2022

Los diablos enamorados

Conocidas las erotófilas aficiones de Guillaume Apollinaire (Roma, 1880-París, 1918) -digamos Las once mil vergas- no puede extrañar que en 1908 -el poeta tenía veintiocho años en ese momento y moriría diez años después a resultas de heridas de guerra-, los editores Briffaut, que desde L'Edition cuidaban , entre otras cosas, de difundir la calidad y rareza del erotismo (considerado superior a la pornografía), decidieran encargar a Apollinaire unos prólogos o introducciones, para cada uno de los libros escogidos que compondrían una nueva colección de rarezas eróticas, de calidad que formarían la colección "Les maîtres de l'amour", que dirigirá el propio Apollinaire.

Él aceptó, como parece lógico y se puso a la tarea. La colección empezó con Aretino y Sade ("El Divino Marqués"), dos de los textos más elaborados y puntillosos; el proyecto duró, con altas y bajas, e introducciones, más o menos cuidadas -a veces se trata de autores de veras raros, como el italiano Domenico Batacchi (1748-1802) o el francés Joseph Vasselier (1735-1789)- hasta 1917, un año antes de la muerte del director de la serie. 

Es sabido que el último prólogo, breve y notable, fue a Las flores del mal  de Charles Baudelaire. Ahí se dice que el gran poeta procede en liberta y mundo, de Choderlos de Laclos, "el extraño y rico lodo literario de la Revolución francesa" y del "pus espiritualista de un extraño americano, Edgar Poe". 

Los prólogos (es la edición traducida ahora) se reunieron con el título de Los diablos enamorados en 1964 y se publican en España por primera vez gracias a la editorial El Paseo.

Los autores escogidos son mayoritariamente franceses o italianos y muchos, en torno al siglo XVIII, como el veneciano -que escribió en dialecto véneto- Giorgio Baffo, "contento de su época y feliz de vivir y de hacerlo en Venecia, ciudad anfibia, húmeda, sexo femenino de Europa... Bailarinas, monjas libertinas, no hay pequeño suceso que Baffo no cante con una obscenidad sublime". 

Pero hay dos muy notables excepciones a la contradanza franco-itálica, el español Francisco Delicado, singular autor de La lozana andaluza, vicario del Valle de Cabezuela, que vive en pleno Renacimiento, en Roma y luego en Venecia... La otra excepción es el inglés John Cleland, autor de las Memorias de una cortesana (hoy más conocidas como Fanny Hill, 1749, título de su versión cinematográfica)...

Pero acaso las dos más señaladas introducciones, sean la del Marqués de Sade y la de Pietro Aretino. Apollinaire llega con las fuerzas intactas y son dos personajes de peso. Aretino en el siglo XVI y el marqués en el XVIII, abren puertas al erotismo como expansión del ser, incluso en la muerte...

Luis Antonio de Villena. El Cultural, 29-4-2022

miércoles, 18 de mayo de 2022

"La ladrona de huesos"

Laura está compartiendo una cena romántica en O Cebreiro con su novio cuando este desaparece. Entonces ella recibe una llamada al móvil que le plantea que si quiere recuperarlo tiene siete días para robar las reliquias del Apóstol en la catedral de Santiago. Ese es el punto de partida de La ladrona de huesos, la octava novela de Manuel Loureiro (Pontevedra, 1995), que llega hoy a las librerías como una gran apuesta de Planeta ya que parte con una tirada de 50.000 ejemplares. El autor recorrió ayer algunos de los escenarios por los que transcurre la novela en Compostela.

-El germen de este "thriller" estaba incluso antes de que se dedicase a escribir...

-Tengo una conexión muy especial con Santiago, que me dio unos años maravillosos de mi vida como estudiante. Siempre que cruzaba la catedral me planteaba qué pasaría si me quisiera llevar algo porque descubría que estaba prácticamente solo. Ese recuerdo explotó en mi cabeza con el robo del Códice Calixtino y fue armando el germen de una historia que me apetecía mucho contar. Quería jugar con esos elementos. Una historia de un robo imposible junto con otra de espías y todo en un entorno que conocía tan bien y tan improbable para ese tipo de historias como es Santiago, su catedral y el Camino.

-Está el Camino, pero también Rusia, Arabia Saudí, México...

-Lo de Rusia tenía una explicación muy sencilla ya que siempre me había fascinado la historia de la Orquesta Roja, de toda esa red de espías que se extendió por toda Europa occidental a finales de los años 50 y que de una forma u otra ha pervivido y que sigue existiendo hoy en día. Estamos viendo ahora la verdadera cara de un régimen que se ha caracterizado siempre por su paranoia y por su necesidad de estar enfrentado permanentemente a todos los valores que significa Occidente.

-Elige un escenario muy presente en la literatura. ¿Qué trató de aportarle diferente?

-Me apetecía mucho contar una historia diferente en un entorno ya conocido. Efectivamente el Camino de Santiago es tan potente y tiene una historia tan grande que ha aparecido en innumerables libros y novelas, (...) pero creo que nunca se había planteado un  thriller con unos elementos de un robo imposible y de espionaje. Esa mezcla jamás se había intentado... Y ¡ha salido bien! Sorprendentemente para todos, incluso para mí, que cuando empecé a escribir el libro no sabía si iba a funcionar, resulta que ha sido una mezcla explosiva.

Montse García. Santiago. La Voz de Galicia, miércoles 4 de mayo de 2022.

martes, 17 de mayo de 2022

Los dos cuadros de Degas robados son falsos

Los dos cuadros falsos  de Degas robados en Monteferro

Resuelto el misterio de los cuadros de Egdar Degas cuyo robo denunció un particular de Nigrán: son falsos. Así lo han certificado expertos del Museo Thyssen que examinaron las fotografías que aportó la presunta víctima del robo a la Guardia Civil. La investigación para dar con su paradero echa el freno. Los agentes ya no los buscan porque carecen de valor. El supuesto robo millonario se ha desinflado tras conocerse que son una burda imitación. Nadie pagaría los cuatro millones de euros que su propietario dijo que le costaron en su denuncia.

El Juzgado de Instrucción número 4 de Vigo, que abrió las diligencias penales, ha recibido el informe del Museo Thyssen que acredita la falsedad de las obras. El magistrado aborta otras diligencias que tenía pendientes para seguir instruyendo el caso. Fuentes judiciales apuntan que se trataba de recabar información sobre repetidores de señal y un mandamiento que se había formulado a una notaría.  

Este informe ha sido determinante para no seguir practicando nuevas actuaciones para localizar los cuadros. Los lienzos carecen de la maestría propia del genial pintor francés. Ni siquiera constan en el catálogo oficial. Más bien parecen bocetos, obras inacabadas que podría haber realizado cualquier aficionado a la pintura, muy lejos del talento de uno de los padres del impresionismo. La denuncia resultó poco creíble en el círculo de los coleccionistas y expertos. Nadie sabía que hubiese registrado ningún Degas en Galicia. Ni siquiera tenían referencias del coleccionista que dijo ser víctima del robo. El Thyssen es el único museo de España que tiene obra del pintor. La baronesa Thyssen Bornemisza vendió una el año pasado y recibió 20 millones de euros. La jefa de conservación de pintura moderna de este museo, Paloma Alarcó, declaraba hace unas semanas que el robo le parecía "muy extraño". Finalmente, han asegurado que las obras no son de la autoría...

Isaac Godoy Labrador defendía la autenticidad de ambos cuadros y afirmaba que había pagado dos millones de euros por cada uno. Manifestó que los había comprado hace 30 años, a una familia cuya identidad no quiso revelar y que, según los expertos del Museo Pompidou, las obras fueron creadas por Edgar Degas. Cree que la firma estampada es auténtica. Afirma que colecciona arte desde 1900 y que posee otros cuadros de Picasso, Dalí, Gregorio Ferro, Luca Giordano o Antonio de Puga. También dice que le pertenece el busto de Sorolla creado por Mariano Benlliure, cuya réplica en bronce se encuentra en la sede de la Hispanic Society of América.

 El denunciante, un empresario relacionado con el sector inmobiliario y conocido en el mundo del ciclismo, afirmaba que los cuadros eran auténticos, pero no lo pudo demostrar porque, según su versión, los ladrones también se llevaron la documentación que guardaba en unos maletines. Afirmó que los hechos habían tenido lugar mientras se encontraba de viaje en Rusia a comienzos del año pasado. Supuestamente, los ladrones se colaron en su chalé, en la exclusiva urbanización de Monteferro, aprovechando que estaban haciendo unas obras de reforma...

Alejandro Martínez. Vigo. La Voz de Galicia , sábado 23 de abril de 2022.

lunes, 16 de mayo de 2022

"Onoda,10.000 noches en la jungla"

Es una gran virtud de Onoda, 10.000 noches en la jungla. Mérito del director parisino Arthur Harari. Y es que pareciera que la cámara no existe. Es tan lúcida su mirada que, cuando al final la pantalla se oscurece, te crees haber convivido en la jungla filipina junto al teniente Hiro Onoda,  en su loca peripecia a raíz de la Segunda Guerra Mundial. Llegó con 22 años para una misión secreta en la isla de Lubang y se negó a reconocer la derrota de Japón en 1945. Había recibido órdenes de un misterioso comandante y las mantuvo hasta que por fin se rindió en 1974, únicamente cuando su superior, entonces ya un civil, acudió a exonerarle del mandato. Onoda, fallecido en el 2014, disfrutó de su popularidad, pero siempre mostró al mundo el alto precio a pagar por la obediencia debida y, a mayores, la sinrazón de la guerra y sus traumas. No estaba solo cuando tomó su decisión pero fue el único que sobrevivió a varias décadas. Harari impregna su crónica -tomada de las memorias del teniente- de un halo inusual en el género bélico. 

Destila aromas clásicos -de John Ford, por ejemplo- en la relación entre los soldados para los que el mundo se detuvo cuando unos campesinos le anuncian el fin de la guerra. Si el guion carece de fisuras, también sobresale el trabajo de arte -en particular, en aspectos como el progresivo deterioro del vestuario- que incluye unos exteriores de Camboya que hasta le confieren una textura casi documental. Cuando en los minutos finales Onoda (el actor Japonés Kanji Tsuda) se aparece al estudiante que le encuentra, vemos a un espectro con su dignidad militar intacta pese a la estúpida actitud que le fue impuesta.

Filme insólito, sobrio, reluciendo un clasicismo inusual, y manejando hermosamente simbolismos con el agua, la luna y el paisaje. Al tiempo, sirve una sólida invitación a cuestionar valores que no son tales. Sobre todo, cuando campa Putin con su demencial campaña en Ucrania, movilizando millares de onodas con el mismo cuento que le vendieron al protagonista de esta bella película.

Miguel Anxo Fernández. La Voz de Galicia, viernes 6 de mayo de 2022.

domingo, 15 de mayo de 2022

Laurence Debray: "Mi rey caído"

Laurence Debray
Laurence Debray (París, de 45 años) piensa por libre. Es hija de la élite intelectual izquierdista de París. Ella se revolvió contra todo esto. Su madre es la antropóloga venezolana Elizabeth Burgos. Su padre, Régis Debray, compañero de fatigas del Che Guevara y prisionero en Bolivia, consejero del presidente Mitterrand. La hija tomó otro camino. Lo contó en Hija de revolucionarios (Anagrama, 2018), relato en primera persona de su educación y su rebelión. Este 28 de marzo, la editorial Debate publica en castellano su último libro, Mi rey caído, un retrato de Juan Carlos I en su peor momento, tras su marcha, en el verano de 2020, a Abu Dabi, donde Debray lo ha visitado varias veces.

-Cuando en otoño  Mi rey caído se publicó en Francia creó un gran revuelo... en España. ¿Cómo lo explica?

- Paradójicamente, en España el rey está ausente, pero, de hecho, es omnipresente. Se marchó para que se le olvidase, pero suscitó lo contrario.

¿ Cómo explica la paradoja?

- Es como cuando De Gaulle partió en mayo de 1968. Se marchó un día y el efecto fue de un seísmo. En su subconsciente, los jóvenes se manifestaban en las calles contra el padre de una nación indestronable. No se sabía dónde estaba y, de repente, todo se inmovilizó y la atención se fijó en la silla vacía. Simbólicamente, era la ausencia del padre. Hay algo similar con Juan Carlos. Dejó una silla vacía que desorienta. A fin de cuentas es un chivo expiatorio, pero necesitamos que el chivo expiatorio esté presente para poder golpearle. Ahora hay un vacío que hay que llenar, puesto que es una figura casi paterna . Es el padre de la nación moderna española, aunque los españoles no lo quieran reconocer.

- Entre las reacciones en España a la publicación del libro, hubo una falsedad. Un periodista dijo en televisión que usted era la amante del rey. ¿Se esperaba que se llegase a ese nivel?

- Es degradante para una mujer. Es sorprendente ser tratada así en pleno siglo XXI tras la ola del MeToo. No pensaba que todavía fuera posible. Significa que el combate feminista aún tiene muchas luchas que librar ante el estereotipo según el cual "evidentemente si una mujer tiene éxito es porque se ha acostado con un hombre". Mi abuela era feminista e hizo política después de la II Guerra Mundial. Mi madre también. Llevo el feminismo en la sangre. Así que estas observaciones me chocan.

- ¿Cómo describiría su relación con Juan Carlos I ?

En mi ambiente familiar estaba acostumbrada a que la política fuese trágica: los golpes de Estado en América, el encarcelamiento de mi padre, las desilusiones con Mitterrand. Relacionaba la política con lo trágico y con las decepciones. En cambio, Juan Carlos era alguien que había logrado librar su combate político por la democracia, rápida y pacíficamente, de una manera casi milagrosa. En el siglo XX es único encontrar un jefe de Estado que renuncia a sus plenos poderes. ¡ Y además es un rey! En general es lo contrario: Chávez elegido presidente se vuelve autócrata. O Hitler o Putin. Lo interesante es que quienes pierden el poder lo ven como un fracaso. Juan Carlos lo convierte en éxito

- Usted era muy joven cuando comenzó a interesarse por don Juan Carlos. Imagino que entonces no lo racionalizaba así. A los 10 años puso un póster de don Juan Carlos en su habitación.

- En mi casa todo era político. No me permitían beber coca-cola o comer corn flakes porque era estadounidense, ni ver películas de Walt Disney. Asumí esta causa para distinguirme de mis padres y afirmarme. En ese momento Juan Carlos era un héroe para mí y para España. Yo me decía: "Entre el Che, Fidel Castro y Mitterrand, el mío es mejor".

-Su padre no reaccionó bien cuando puso el poster de Juan Carlos I.

- Retiró el póster para poner uno de Mitterrand, que estaba en campaña electoral. Y me marché de casa. Fue mi primera fuga.

-Escribe en el libro que Juan Carlos era un rey republicano, mientras que Mitterrand era un presidente monárquico.

-Francia era en aquella época muy monárquica y pienso que todavía lo es. Había más protocolo y más pompa alrededor de Mitterrand que del rey. Mitterrand tenía una corte, aunque no era oficial. Había una diferencia increíble.

-Usted se rebeló contra sus padres al hacerse juancarlista, pero en su entorno muchas personas de izquierdas compartían su punto de vista.

-Hay una izquierda española que entendió a Juan Carlos cuando a priori no tenían nada en común. Cuando Franco murió, los tenía a todos contra él: decían que era tonto, que duraría cuatro días. Lo despreciaban. Luego entendieron que sería el hombre clave y que acabaría siendo tan republicano como ellos, y asegurando la democracia. Había una complicidad política, una visión de la España que querían construir juntos.

sábado, 14 de mayo de 2022

La guardiana de la gran huerta de flores del mundo

Campo de rosas del Domaine de Manon en Grasse

Según la leyenda, la tradición perfumística de Grasse (al sureste de Francia) le debe su origen a Catalina de Médicis. Cuando la italiana se convirtió en reina de los galos, los curtidores de la zona le regalaron unos guantes que perfumaron con aromas para camuflar el olor del cuero. En el siglo XVI en la comarca ya se dominaba el arte de cultivar flores para elaborar fragancias. Hoy sus cosechas son las mejor valoradas por las narices del mundo. ¿Cuánto hay de real y cuánto de mercadotecnia? Además del saber hacer, "sucede como con el vino", explica Carole de Biancalana, productora floral en la región, "cuando plantas en una parte del mundo influye el terruño: factores como el suelo, el clima, la altitud...Las flores nos dan moléculas que se expresan de diferente manera, y en Grasse hay un microclima que favorece que el azahar , la tuberosa, la rosa o el jazmín tengan facetas muy interesantes".

Biancalana es la tercera generación al frente del Domaine de Manon, una extensión de 4 hectáreas: "De joven ni me planteaba la agricultura. Estudié sicología y trabajé en un banco. Pero un día me vi en aquel cubículo y supe que mi sitio estaba en el campo", entre sacos de pétalos, en la naturaleza. Una epifanía pastoral que, en el día a día no es tan bucólica. A solo 20 kilómetros de Cannes el territorio batalla con la urbanización, más rentable que las delicadas flores, con el cambio climático y la intransigencia de la meteorología: "Cuando volví con mis padres me encontré que no había contratos, que era difícil vender flores y con las heladas tardías que acababan con la cosecha". Arrancaba el siglo XXI y la deslocalización también amenazaba a la industria del perfume. "En 2005, tras una cosecha difícil, creé la Asociación Les Fleurs d'Exception du Pays de Grasse para preservar y establecer relaciones". Entonces eran dos productores, hoy casi 30. Un año después conoció a François Demachy, entonces perfumista de Dior, y la buena conexión con él la llevó a firmar un acuerdo de exclusividad con la maison. "Sentí que me entendía, su respeto por las materias primas y que podía salvar  mi negocio familiar. Es más que un contrato, es una relación por la que compartimos el riesgo".

 La inversión de las grandes compañías de perfumería permite un desahogo, pero no todo queda en manos privadas. Para proteger el oficio, Biancalana hizo campaña y en 2018 las habilidades relacionadas con el perfume de Grasse obtuvieron la distinción de Patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad de la Unesco. Hay garantías, futuro y toda una nueva generación  de jóvenes productores (en su mayoría mujeres) que revitalizan el sector y aseguran que las mejores flores del mundo sigan creciendo en Grasse durante varios siglos más.

Patricia Rodríguez. Smoda. El País, 26 de abril de 2022

viernes, 13 de mayo de 2022

Las medidas de Fígaro

El comienzo de Las bodas de Fígaro de Mozart siempre me ha intrigado, digamos desde un punto de vista aritmético. Un criado, Fígaro, va a casarse con Susana, doncella en la misma casa, y está midiendo el cuarto para instalar el lecho nupcial. "cinque... dieci... venti..." va cantando y acaba en 43. Pero, ¿43 qué? Metros o centímetros no pueden ser, entre otras cosas porque todavía no estaba en vigor el sistema métrico decimal. La historia transcurre en Sevilla, pero da igual la medida que se tome, no salen las cuentas. El libreto que escribió Lorenzo da Ponte para Mozart está basado en la obra de teatro de Beaumarchais y ahí las medidas si tienen sentido. "Dix-neuf pieds sur vingt-six", o sea seis por 8,5 metros, que es justamente lo que medía el escenario de la Comédie Française. Así que mi teoría es que Da Ponte puso los números al buen tuntún para que encajasen bien en la melodía que había compuesto Mozart.

El miércoles pasado fui al Teatro Real a ver Las bodas de Fígaro. Me había invitado mi amiga María, que tiene un abono en el Paraíso, que es como se llama a las butacas más altas, y allá me fui, como un enfant du paradis de Prévert y Carné. Hay algo especial en ver una obra desde tan arriba. El espectador se convierte en una deidad del Olimpo que observa con benevolencia las peripecias de los personajes. Y la sensación es todavía más intensa con esta obra, que es como un guiñol del comportamiento humano donde todos engañan a todos, pero sobre todo se engañan a sí mismos. El conde andaba detrás de dos criadas, las criadas están liadas con el paje, el paje con la condesa... A los directores de escena les gusta situar las óperas en épocas distintas a las que le corresponde y yo esta la habría ambientado en una comuna hippy de los sesenta, porque es una apoteosis de lo que los cursis llaman ahora el poliamor, como si se acabase de inventar.

La trama es, de hecho tan complicada que, en este montaje, el director artístico ha tenido la práctica idea de ir dibujando con láser un esquema en lo alto del decorado para que uno no se pierda. Pero no hay cuidado. Beaumarchais, el inventor original de la historia, había sido de profesión relojero y espía, y las dos cosas se notan: lo primero en la precisión con la que se mueve la trama, de exactitud cronométrica; y lo segundo en la psicología del disimulo que la preside. Más tarde, Lorenzo da Ponte, envuelto en el humo del tabaco sevillano que fumaba siempre cuando escribía, supo trasladar buena parte de esto a su libreto y le añadió seguramente algo de su experiencia personal, porque él mismo era un vividor libertino que había competido en conquistas con el célebre Casanova, al que conocía personalmente. Pero, a fin de cuentas es Mozart, un simple criado sin apenas vida propia (un criado como Fígaro), quien, con su música, da profundidad a una historia que de otro modo hubiese sido poco más que un ovillo que se enreda y se desenreda. Es su armonía la que transforma a esas marionetas en humanos. Un ejemplo de la superioridad de la música sobre la palabra.

En estas cavilaciones estaba el miércoles cuando se apagaron las luces. Arrancó entonces la famosa obertura. Esa melodía que da vueltas y vueltas como un tiovivo. Este es uno de los casos en el que el comienzo de una obra lo dice todo. Está ahí, en forma de notas, el enredo, los amoríos, las sorpresas y los cambios de humor de los personajes. "Cinque... deci... venti... trenta... trentasei... quarantrate... "Quizás, al final, en esas medidas esté, cifrado, el secreto de esta música perfecta.

Miguel-Anxo Murado. La Voz de Galicia, domingo 1 de mayo de 2022

jueves, 12 de mayo de 2022

Tinta simpática. Un relato metafísico

Patrick Modiano

¿Por qué seguir el rastro de una misteriosa mujer durante años? ¿Hay que buscar una razón para todo lo que hacemos? Aparentemente el Nobel Patrick Modiano (1945) ha incurrido en la novela policial con Tinta simpática, pero solo hay que avanzar un poco en la lectura para comprobar que en realidad se trata de una novela existencial donde se reflexiona sobre la identidad, los afectos, la memoria, el tiempo, el olvido. Jean Eyben, un detective con escasa experiencia, recibe el encargo de buscar a Noëlle Lefebvre, una mujer desaparecida de la que apenas se sabe nada. Con los escasos datos disponibles, seguirá la pista de sus movimientos, recorriendo las calles y ciudades que frecuentaba.

Eyben desea ser escritor y piensa que su trabajo como detective lo ayudará a desarrollar su vocación. A fin de cuentas, un literato es un investigador y no hay mejor escuela para su oficio que la escuela de la vida, con sus miserias, impresiones y contrastes. Descubrirá enseguida que no se equivocaba en ese aspecto, pero paradójicamente la vida le revelará que la escritura solo es honesta cuando reconoce su impotencia y se fragmenta. El mundo no es un libro perfectamente inteligible, sino un texto plagado de paradojas e incongruencias. De ahí que siga el rastro de Noëlle mediante las notas pueriles de su agenda, rescatada por azar. Lo trivial e insignificante es más revelador que lo explícito y solemne. Modiano insinúa que el significado es una trampa. No en vano ha elegido una cita de Maurice Blanchot como frontispicio de su novela. Los signos solo revelan la impotencia del ser humano para ir más allá de lo efímero y banal.

"¿De verdad hay que buscar una respuesta?", se pregunta Modiano. ¿Acaso las respuestas no se parecen a una cárcel? ¿No es mejor dejar las incógnitas en suspenso? Un mundo sin respuestas es un escenario de libertad. Casi nadie lo entiende, prefiriendo encerrarse en dogmas y teorías. Me pregunto porque Modiano ha elegido Roma como escenario final de su fábula. ¿Quizá para insinuar que el centro de nuestra civilización es una farsa que lucha para encubrir el fracaso del ser frente a la nada, verdadera reina del cosmos? Modiano piensa que todo es frágil y evanescente. El tiempo parece fluir ordenadamente, pero la escritura evidencia que el ayer y el mañana se entrometen en el presente, disipando cualquier ilusión de coherencia o compresión. Roma es el eterno metrónomo donde el tiempo se ha detenido". Todo pasa, todo muere, pero en el aire de Roma se respira eternidad. Una eternidad fantasmal, sin rastros de plenitud. Quizá ese es el destino del ser humano. Gozar de una intrascendencia perpetua.

Tinta simpática es una novela sobre la escritura, un relato metafísico sobre el estrecho vínculo entre la palabra y la memoria, los signos y el olvido. Defraudará a los que busquen una novela policial, pero fascinará a los que disfrutan con las ramas metafísicas de los cuentos de Borges o los ensayos de Bataille y Blanchot. Modiano elude el pesimismo que cabría esperar de su ficción, adoptando el distanciamiento elegante de Kafka. ¿Por qué subrayar el horror? ¿No es suficiente mostrarlo? ¿Son necesarios los adjetivos cuando las palabras nos golpean sin piedad? Tinta simpática es una novela posmoderna que dibuja el paisaje de una época sin certezas. Podemos estar de acuerdo o no con su cosmovisión, pero es imposible no estremecerse con el viento helado que circula por sus páginas. 

Rafael Narbona. El Cultural, 3-4-2022.