domingo, 30 de abril de 2023

Jacques Guillot, el obispo disidente

Jacques Guillot en una foto de 2013 (Joel Saget).

El 12 de abril falleció en el Hospital Pompidou de París, el obispo francés Jacques Guillot, una de las voces más contestarias dentro del episcopado católico, a los 87 años. Natural de Saint-Dizier, en 1982 fue nombrado prelado de la diócesis de Evreux (región de Normandía), de medio millón de habitantes y en torno a 100 sacerdotes. Se convirtió entonces en el obispo residencial más joven del episcopado francés, y pronto se convertiría en el más revoltoso. Suele decirse que un obispo es lo más parecido a otro obispo. No es el caso de monseñor Gaillot, que se mostró disidente de sus colegas y del Vaticano -entonces regido por Juan Pablo II- por seguir la guía del Evangelio, por lo que fue objeto de duras críticas y constantes amonestaciones.

¿Por qué? Porque no actuó como funcionario de Dios, sino como obispo y profeta libre y liberador y, por ello, religiosa y políticamente incorrecto. "No estoy casado con los obispos. Mi horizonte, mi gozo, mi vida es el pueblo de Evreux. En ese ambiente vuelvo a la vida", solía repetir cuando sus colegas le afeaban su conducta y le acusaban de romper la comunión eclesial.

En el terreno religioso apoyó a las personas homosexuales, justificó el uso del reservativo en contra de la prohibición de la encíclica Humanae vitae, fue partidario de la ordenación de sacerdotes casados y defendió el acceso a la eucaristía de personas divorciadas y vueltas a casar. Se mostró muy crítico con la falta de democracia en la Iglesia católica y con la discriminación de las mujeres. Visitó las cárceles y acompañó a las personas presas devolviéndoles la dignidad que les era negada. Pedía a los sacerdotes de su diócesis que hablaran más de la justicia social que de las normas disciplinarias represivas en materia de sexualidad. 

A su incorrección religiosa hay que sumar la incorrección política. Apoyó a los objetores de conciencia. Defendió al pueblo palestino, a quien visitó en varias ocasiones, y denunció la violencia militar de Israel contra él. Defendió la Intifada, mantuvo reiterados encuentros con Yasir Arafat y reclamó el derecho del pueblo palestino a vivir en su tierra sin dependencia de Israel. Participó en la operación Un barco para la paz en Atenas  y en la Cadena para la paz alrededor de las murallas de Israel. Votó en contra del tratado de Maaestricht porque según él sacrificaba a los seres humanos en aras de la economía, se mostró a favor de la construcción de la Europa de los pueblos y apoyó a las personas migrantes.

Asistió a la toma de posesión de Jean-Bertrand Aristide como presidente de Haití en solidaridad con "una de las poblaciones más pobres del planeta que padece desde siempre dictaduras, invasiones, colonialismo". Viajó a Mururoa para protestar contra las pruebas nucleares francesas que se realizaban allí.. Fue el único obispo francés que asistió al traslado al Panteón de las cenizas del abate Henri Grégoire, obispo constitucional durante la Revolución Francesa que votó a favor de la abolición de la Monarquía, de los privilegios de la nobleza y de la iglesia. Se manifestó contra la guerra del Golfo y se opuso al embargo que penalizaba al pueblo.

Tras 13 años de obispo, en 1995 fue destituido por el Vaticano, que, en un acto de hipocresía, le nombró obispo de Paternia, diócesis imaginaria de Mauritania en el desierto del Sáhara que había dejado de existir en el siglo VI y que Gaillot convirtió en una Iglesia abierta, sin fronteras, en salida hacia las periferias, como acostumbra a decir el papa Francisco, quien, en un gesto de acogida y de diálogo respetuoso, le recibió en 2015. Como obispo de Paternia compartió su vida con las personas excluidas de la calle del Dragón en París, siguió defendiendo las causas perdidas e hizo realidad la consigna del obispo y profeta Pedro Casaldáliga: "Mis causas son más importantes que mi vida" con la convicción de que "una Iglesia que no sirve, no sirve para nada", título de uno de sus libros más emblemáticos.

Juan José Tamayo. El País, sábado 15 de abril de 2023. 

sábado, 29 de abril de 2023

Buenos aires no es París

El palacio Ortiz-Basualdo, sede de la embajada de 
Francia en Buenos Aires
De los muchos lugares comunes sobre Buenos Aires, uno fue inexacto  y ya nadie lo menciona: que se parecía a París. Desde el último tercio del XIX, se conjugaron modelos de diferente origen europeo. Se trazaron tres grandes avenidas; algunas de ellas recuerdan fuertemente las de Madrid. Pero los grandes edificios públicos, que configuran verdaderos hitos visuales, no son invariablemente de inspiración francesa: hay fachadas neoclásicas, fachadas italianizantes, fachadas ecléticas con detalles españoles, art déco, incluso expresionistas y modernistas. En los años treinta se construyó el obelisco, hito urbano que en todas las tarjetas postales representa a Buenos Aires. Este es un objeto discretamente modernista, octogonal, blanco, ajeno a cualquier marca que recuerde los obeliscos triunfales de la capital francesa.

París nunca fue el único modelo europeo de Buenos Aires, aunque la arquitectura beaux arts dio el tono de las grandes mansiones de la élite construidas en los últimos años del siglo XIX y los primeros del XX. Varias ideas de ciudad, entre ellas la de la metrópolis americana por excelencia, Nueva York, proporcionaron imágenes para pensar la ciudad del Río de la Plata. A medida que avanza la modernización, la comparación con Nueva York, se vuelve una perspectiva influyente. Hay un imaginario americano popular debajo del imaginario europeo. Pero tanto Nueva York como París son, fundamentalmente, mitos urbanos, mitos en el sentido en que Sorel usaba esa palabra, es decir "sistemas de imágenes" más que guías constructivas precisas.

Le Corbusier subrayó como particular de Buenos Aires las casitas edificadas por artesanos italianos, casitas blancas y sencillas que podían reconducirse a formas geométricas elementales. También señaló que, a diferencia de las ciudades europeas que están atravesadas por su río emblemático (Roma, Londres, Florencia, París, Budapest, etcétera), Buenos Aires se había edificado de modo que, ya hacia fines de la década de 1920, la llegada del río era casi imposible, porque la separaban cientos de metros con árboles y montes.

En verdad, Buenos Aires no recuerda ninguna ciudad europea, pero se compone de fragmentos tomados de muchas de ellas. Abundan, en los barrios más ricos, los peti-hôtels a la francesa, con sus techos de pizarra pero ellos no dan el tono a la ciudad, más de lo que lo da la italianizada casa de Gobierno, el ecléctico teatro Colon o el Congreso. Prevalece la imagen del disciplinado estilo moderno de su primer rascacielos o los rasgos ingleses de sus estaciones de tren. El zoológico de Buenos Aires es una miniatura que evoca la mezcla estilística de la ciudad que lo alberga. Tiene pabellones normandos, pagodas, serpentarios que citan la arquitectura industrial o las exposiciones universales.

La comparación de Buenos Aires con París (que, por otra parte, no se le ocurrió a ningún francés et pour cause) es una imagen del deseo. Resultó del voluntarismo político y cultural de las élites que proyectaron la ciudad moderna desde 1880. Probablemente si se hubiera interrogado a esos hombres, hubieran dicho que París era la ciudad que más admiraban. Pero esas adhesiones casi inevitables, porque París era entonces la ciudad  que el mundo entero admiraba más, se toparon con límite materiales y surgieron iniciativas que no se reducían simplemente a la copia de un solo modelo , sino a la ideación de una ciudad cuidad que funcionara como polo metropolitano, mercantil y moderno.

La Buenos Aires que imaginaron las élites y que, en parte, lograron construir tiene un perfil cuya originalidad está en la combinación de diferentes modelos tecnológicos, urbanísticos y estéticos. Como en la cultura argentina, la originalidad está en los elementos que entran en la mezcla, atrapados, transformados y deformados por un gigantesco sistema de traducción. El desencanto de la comparación con Europa fue un obstáculo para reconocer que esa ciudad monótona era técnicamente más europea que muchas de las que habían visitado en España e Italia...

Beatriz Sarlo. Babelia. El País, sábado 25 de marzo de 2023.

viernes, 28 de abril de 2023

Las sinergias de Cartier con la cultura mexicana

Piezas de la exposición. Foto: Diana Ramos
La firma francesa inaugura en México una exposición de 160 joyas, algunas de ellas pertenecieron a la actriz María Félix. La serpiente es la última pieza de la exposición. Completamente móvil, creada en platino y diamantes, con ojos de esmeralda y cuerpo de esmalte negro, rojo y verde, el visitante la encuentra en posición de ataque, con la cabeza alzada. Esta posición fue una sugerencia, o más bien el fruto de un reproche, de María Félix, quien fue dueña de la joya. En 1999 la serpiente, que ella ya había vendido y Cartier había recomprado, volvió a México, a una exposición de la casa francesa en el palacio de Bellas Artes de la capital.

Ese año, un día antes de la inauguración, Pierre Rainero, director de patrimonio de Cartier, recorrió la muestra con La Doña: "Estaba muy contenta de volver a ver sus joyas y de que pertenecieran a Cartier. Se mostró muy interesada en todo lo relacionado con la casa porque ella tuvo mucha relación con ellos en los sesenta, pero no sabía tanto de los años veinte o treinta. Estaba bromeando y de muy buen humor hasta que llegamos a la serpiente, que se mostraba tumbada sobre un cojín, como descansando. Entonces se enfadó conmigo, me dijo que las serpientes eran animales mean (malvados), que debían mostrarse en posición de ataque. Tenía razón. La montamos en un pin  y desde entonces siempre mostramos a las serpientes en esa posición", explicaba Rainero 24 años después, el día de la inauguración en Ciudad de México de El diseño de Cartier, un legado vivo, que se puede ver en el Museo Jumex de la ciudad de la ciudad desde el 15 de marzo y hasta el 14 de mayo.

Ana Elena Mallet, comisaria de la exposición, contaba en la mesa redonda inaugural su sorpresa al bucear en los cuidadísimos archivos de Cartier y encontrar una relación de la casa con México y Latinoamérica. "Esta exposición es importante porque en México tenemos una audiencia muy inteersante para la cultura y tenemos que ofrecer nuevas propuestas, como contar la historia a través de la joyería. También a través de los personajes que llevaron esas joyas", explicó la comisaria en la presentación, donde nombró no solo a María Félix, sino también a la mexicana Gloria Ginnes, icono de la moda , o a las actrices afincadas en el país norteamericano Barbara Hutton o Merle Oberon, clientas de la casa. Por primera vez se muestra, además el reloj misterioso que la filántropa Luz Bringas regaló a José Yves Limantour, quien fue secretario de Hacienda del presidente mexicano Porfirio Díaz.

La relación de Cartier con México no acaba ahí. De hecho la exposición comienza con un broche en forma de pirámide, un pedido especial realizado en platino y diamantes en 1935. "En el archivo existen tras piezas que recuerdan a las pirámides. No exactamente como esta, pero similares a otras pirámides de la civilización maya. Esas imágenes estaban presentes en la mente de os diseñadores. No olvidemos que el arte prehispánico llegó a Europa tan pronto como en el siglo XVI", explica Rainero. Para envolver las piezas y situarlas en su contexto, la arquitecta Frida Escobedo, que se encargará de la nueva ampliación del museo Metropolitano de Nueva York, acudió a las fotografías que Josef Albers tomo en 1939 de la pirámide de Teotihuacán, así como de los dibujos abstractos que los hermanos Anni Albers realizaron durante sus viajes a México. El resultado es una escenografía estratificada y oscura, "un poco brutalista, pero también hay algo muy manual y orgánico que apela a la tierra mexicana, a las montañas, las mesetas, los estratos de la tierra, que contrasta con las piezas", explicó Escobedo.

Un nuevo contexto y un nuevo lugar para mostrar 24 años después en México las joyas de Cartier con 160 piezas icónicas y alguna nunca antes mostrada y que recoge la sinergia que se establece entre un hacedor de joyas y una fuerza local: el cinturón de piel y pesos de oro de María Félix, una joya de otro carácter. 

jueves, 27 de abril de 2023

El escritor francés Pascal Quignard premio Formentor de las Letras 2023

El escritor Pascal Quignard recibirá el premio Formentor de las Letras 2023 por la "maestría con que ha rescatado la genealogía del pensamiento literario", según el jurado del galardón, que considera al autor francés como "uno de los escritores europeos que ha renovado la potencia expresiva del lenguaje". El acta del jurado recoge también que se le concede el galardón por "la destreza con que se sustrae a la banalidad textual, por haber resulto las dimensiones más inesperadas de la escritura, por la composición de su gran tratado sobre los enigmas literarios del alma humana..." El jurado considera que la obra de Pascal Quignard,"nacida al margen de los dictados del tiempo, despliega el exhaustivo dominio de una lengua flexible, luminosa y penetrante".

Nacido en Verneuil-sur-Avre en 1948 en una familia de músicos y especialistas en literaturas clásicas, Quignard estudió filosofía en Nanterre y trabajó para la editorial Gallimard, desempeñando varios cargos hasta que se dedicó en exclusiva a la literatura; hoy está considerado como uno de los más importantes escritores franceses. Es autor de más de setenta obras, entre las que destacan El salón de Wurtemberg (1986), Todas las mañanas del mundo (1991), Una terraza en Roma (2000, gran premio de novela de la Académie Française), Villa Amalia (2006, gran premio Jean Giono), Las sombras errantes (2002, premio Goncourt), Las solidaridades misteriosas (2011), Las lágrimas (2016) y El amor el mar (2022).

En 2019 fue distinguido con el premio Yourcenar por el conjunto de su obra y por su contribución a la difusión de las artes y las letras en Francia y en todo el mundo.

Zaragoza/EFE. La Voz de Galicia, jueves 13 se abril de 2023.

miércoles, 26 de abril de 2023

La filósofa que se fija en las neuronas

Patricia Churchland, una de las mayores expertas en neurofilosofía del mundo, llega a la cita después de una mañana ajetreada al teléfono con otros colegas. Noam Chomsky había publicado un ensayo en The New York Times sobre los puntos débiles de ChatGPT, la herramienta de inteligencia artificial. La propia Churchland (Oliver, Canadá, 79 años) expone sus críticas. "Sus limitaciones no son la cantidad de informaciones que puede manejar, sino tener temas, empuje o preocupaciones. Y probablemente muchos aspectos de la toma de decisiones o el aprendizaje morales. Carece de lo que todos los mamíferos tienen, básicamente, que es la capacidad de cuidar a los demás", señala la profesora emérita de la Universidad de California en San Diego. 

En su más reciente libro, Conscience: The Origins of Moral Intuition (2019), Churchland abordaba como el conocimiento biológico del cerebro explica que somos seres conscientes. Los humanos compartimos la forma como está conectado nuestro sistema nervioso, pero nuestras opiniones del bien y el mal pueden diferir más allá de nuestra experiencia. Años antes, la científica ya se fijaba como objetivo tender un puente entre lo que es la mente y nuestro cerebro. En El cerebro moral, publicado en español en 2012, Churchland habla de la importancia de la oxitocina, la molécula que es crucial para mantener la presión de la sangre y el balance de los líquidos. Pero no sólo.  También ha sido asociada a la confianza, la tolerancia a los demás y su capacidad para reducir el miedo.

Churchland creció en Canadá, en una granja de la Columbia Británica. En su casa no había televisión. El entretenimiento principal en la pequeña comunidad  de menos de 4.000 personas  al oeste canadiense estaba en las conversaciones que tenían su padre, un granjero que también editaba un pequeño periódico, y su madre, una enfermera devota. Ninguno había acabado el instituto, pero eran curiosos y se hacían grandes preguntas sobre el medio ambiente, la vida y la religión.

Patricia llegó a la universidad queriendo ser abogada, pero en los primeros años se interesó en la filosofía. Pensó que si queremos entender la naturaleza del conocimiento y la memoria, debemos entender el cerebro. Y que iba a encontrar en la universidad a mucha gente que le preocupara lo mismo. "Por supuesto que no fue así", ríe Churchland. En Pittsburgh, donde se especializó, encontró a un compañero que tenía la misma curiosidad, además de bases científicas y de ingeniería. Su nombre era Paul Churchland, quien es hoy su esposo y uno de los líderes en el campo de la neurofilosofía junto con Patricia.

En la universidad de Manitoba, adonde llegó para hacerse cargo de su primera cátedra, Patricia Churchland fue testigo de una escena protagonizada por un antiguo decano. Un tipo ya mayor, muy distinguido, que comenzó a hablar unos minutos cuando de pronto, y sin aviso, comenzó a llorar. Lloró de la forma más horrible. De repente paró. "Yo estaba muy interesada en todo ello cuando el profesor dijo: "Lo lamento, sufrí un golpe en el tronco encefálico y de pronto se estimula el círculo que provoca el llanto. Parezco triste, pero no lo estoy", recuerda Churchland, a quien le llamó la atención cómo una reacción física estaba desprovista de sentimiento.

Aquella escena fue determinante. A partir de ahí, Churchland comenzó a acudir a las mismas clases que los estudiantes de Medicina de primer año. Estudió Anatomía y diseccionó un cerebro humano para aprender las neuronas y las sinapsis. La experiencia le sirvió para dar forma a Neurofilosofía, el libro pionero que publicó en 1986 y en el que disecciona las novedades científicas sobre las funciones cerebrales, y que ha resultado determinante para la disciplina.

Las revoluciones que Churchland preveía hace casi 40 años ya están en desarrollo. La primera es la optogenética, un proceso descubierto por Karl Deisseroth, profesor de Bioingeniería en Stanford, que ha permitido manipular la conducta de los ratones mediante estímulos lumínicos enviados al cerebro. "Ha probado que podemos hacer algo que sabíamos que necesitábamos: encontrar qué hace una población de células", señala la académica.  La magia del cerebro no está en las células individuales, sino en grupos. "En ellos se representa la idea de que la Tierra es redonda o que está lloviendo afuera. Pero sin técnica `para acceder a estas poblaciones era difícil saberlo", asevera.

El otro frente es el de las redes neuronales, una inteligencia artificial compuesta de algoritmos y fórmulas matemáticas que emulan el pensamiento humano... "No es muy claro lo que saldrá de la unión entre la neurociencia y las redes neuronales, pero será algo muy diferente a lo que los científicos estudiaban hace 20 años".

Pablo Beauregard. Ideas. El País, domingo 16 de abril de 2023

martes, 25 de abril de 2023

Warhol y Basquiat juntos en el "ring": la expo del año en París

Entre 1984 y 1985 , los dos artistas crearon a cuatro manos 160 pinturas, una de las series más cotizadas del mundo. La colaboración más apasionante que ha dado el arte contemporáneo tenía mucho de prosaica. "Trabajaban como en horario de oficina", explica Ana Karina Hofbauer, co-comisaria de la exposición Basquiat-Warhol que se celebra en la monumental Fondation Louis Vuitton de París. "Pintaban todo el día en el estudio de Warhol, la Factoría. Pasaban mucho tiempo juntos. Hay unas fotos muy graciosas de ellos en las que están haciendo pesas porque Warhol quería que Basquiat se pusiera en forma", destaca Hofbauer.

Tras el intento de asesinato que casi le costó la vida, Andy -de 56 años en 1984- veía con preocupación maternal el deterioro de Jean-Michel, que con apenas 24 años ya disfrutaba  de su fulgurante estrellato inmerso en una espiral creativa y de adicciones. Se habían conocido cinco años antes, en 1979, "Basquiat hizo unas postales con collages y pintarrajeadas que vendía en la calle, frente al MoMA. Un día vio a Warhol en un restaurante y entró a enseñárselas", recuerda Hofbauer.

En aquella ocasión intercambiaron algunas palabras, pero la presentación formal entre ambos la hizo su galerista, Bruno Bischofberger, en 1982. "Basquiat le pidió que le hiciera una foto y se llevó la polaroid corriendo a su estudio". En un par de horas, Jean-Michel había pintado el cuadro Dos cabezas (1982), que abre la exposición. "El lienzo estaba aún goteando de pintura cuando le pidió al asistente de Warhol que se lo hiciese llegar", cuenta Hofbauer. "Warhol seguramente miró la pintura  diciéndose a sí mismo: este tipo es más rápido que yo". Ese fue el principio de una amistad que se basaba en el respeto profesional y el cariño mutuo".

La muestra parisina, que podrá verse durante todo el verano, es espectacular. Incluye 80 de los 160 lienzos que firmaron entre 1984 y 1985, además de otro centenar de documentos y objetos vinculados a ese momento. Sala tras sala, se suceden las obras maestras de vibrante energía que nos integran en el magistral despliegue icónico de Warhol y Basquiat.

Hacia el principio del recorrido se encuentran varias de las piezas con las que se origina oficialmente su colaboración, que incluía en un primer momento al pintor italiano Francesco Clemente. Entre los tres pintores pintaron una quincena de obras. Pero la química de Andy y Jean-Michel era tan fuerte que nadie podía hacerse un hueco entre ambos. A espaldas de Clemente y de su galerista, comienzan a pintar por su lado.

"Warhol era un artista consagrado. Había pasado un decenio sin que la crítica le prestara mucha atención en los años 70 y se interesaba por otros asuntos que no son la pintura", comenta Olivier Michelon, comisario también de la muestra, en referencia a su intensa vida social. "Lo que atrae a Andy Warhold de Jean-Michel Basquiat es su obra, aunque hay un contexto más amplio a tener en cuenta", matiza.

La ciudad de Nueva York está, en aquella época, vibrando con una energía artística altamente electrizante. Surge una nueva generación de jóvenes creadores entre los que están Kenny Scharf, Julian Schnabel o Robert Longo. Warhold, que "era el Instagram de la época", según Michelon, estaba al corriente de todo lo que pasaba en la ciudad y escribe en su diario: Chris Makos nos invitó a la exposición de Keith Haring. Fui hasta allí para ver qué hacía la gente joven y me dio envidia. Estos chicos están vendiéndolo todo". La colaboración de Warhol y Basquiat tiene mucho interés por parte del primero, cuya capacidad para nutrirse de autores emergentes es conocida. Pero la simbiosis es genuina. Son como dos inadaptados marginales que han encontrado su alma gemela. Ambos habían sufrido discriminación represiva. Andy, por su afeminamiento. Jean-Michel, de ascendencia haitiana  y puertorriqueña, sentía de forma rutinaria el racismo.

La sociedad de consumo, los medios de comunicación, la poética urbana y las obsesiones de cada uno se infiltraban en los cuadros en forma de diálogo superpuesto y también de colisión. "Este trabajo representa dos visiones del mundo, pero lo que la convierte en una colaboración tan fantástica es que dan al espectador visiones críticas  de la vida diaria", apunta Anna Karina Hofbauer. "Para mí, la cantidad de información que se acumula en los lienzos funciona casi como un algoritmo, Sucede igual que en las películas de ciencia ficción, en las que los datos van cayendo en cascada"...

Mario Canal. El Mundo. Viernes 21 de abril de 2023.

lunes, 24 de abril de 2023

Scarlet. Una bonita fábula hecha a mano

Scarlet (L'envol) comienza con unas imágenes de archivo del final de la I Guerra Mundial. Apenas unos segundos de un viejo negativo coloreado le valen a Pietro Marcelo como prólogo visual y narrativo de su nueva película, una fábula sobre el poder del trabajo manual ´para superar la adversidad, para transmitir valores-. Situada en la Francia rural de entreguerras, se basa en el eterno cuento ruso Velero rojo, de Alexander Grin, cuya cita sobre "el milagro" de las propias manos abre el filme. 

Marcello, el más estimulante de los nuevos cineastas italianos junto a Alice Rohrwacher, rodó esta película después de su adaptación de la novela de Jack London Martin Eden, en la que el director formado en Nápoles y forjado en el documental, llevaba a la ficción su romántico fervor de archivista y arqueólogo del cine y demostraba la capacidad evocadora de un lenguaje hecho de viejos retales de celuloide. Marcello dirigió poco después, ya en pandemia y en Francia el documental Para Lucio, interesantísima indagación  en el cantautor Lucio Dalla, para embarcarse después, ya en pandemia y en Francia, en la película que ahora se estrena  tras inaugurar hace un años la Quincena de Realizadores de Cannes.

Llena de referentes literarios infantiles deconstruidos -de brujas y monstruos buenos y solitarios frente a mezquinos aldeanos al mito de La bella y la bestia o el de Caperucita Roja-, Scarlet es también un canto (literal, pues la película además tiene mucho de musical) a esa plasticidad visual del celuloide que nos niega la pulcritud digital. La historia de un padre carpintero que regresa de la guerra para encontrarse viudo con su pequeña hija se transformará en cuento de hadas en el que el padre, interpretado por Raphaël Thierry, es un hombre cuyo aspecto tosco esconde su delicada naturaleza.

En sus brutas manos no solo crece una niña preciosa (encarnada ya de adulta en la enigmática debutante Juliette Jouan) sino todo tipo de juguetes y artesonados capaces de reconstruir una historia que arranca con los hombres volviendo del barro de la Gran Guerra.

Con un reparto que incluye a la maravillosa Noémie Lvovsky en un papel de matrona -bruja-hada, y a Louis Garrel de aviador-príncipe azul, Scarlet no logra la altura de Martin Eden pero si irradia una reconfortante vitalidad.

Elsa Fernández-Santos. El País, viernes 14 de abril de 2023.

domingo, 23 de abril de 2023

La historia secreta de una conspiración

La Primera Guerra Mundial fue una picadora de carne cuyo origen nadie se explicaba del todo y aún hoy cuesta entender. De ese violento absurdo nace dadá, y del dadaísmo surge una historia subterránea que fluye a través de las vanguardias (el surrealismo, el letrismo, el situacionismo) para llegar a otros movimientos culturales (como el punk), artísticos (como Fluxus, el mail art, el neoísmo), políticos (como la autonomía obrera italiana)o incluso armados, como algunos grupos del terrorismo revolucionario de los años setenta. Es una historia bien documentada en diferentes ensayos, en la que se mezclan el arte, la política y la poesía como una forma de derrocar el sistema y abrir el terreno de lo utópico mediante una lucha radical (a veces divertida y performática) que surge de la cultura. El último capítulo de esa bibliografía es el libro Aceleración. Corrientes utópicas desde Dadá a la CCRU (Enclave de libros), de Edmund Berger, que recorre esos hilos conectores y que, como novedad, va más allá que la mayoría y agota el siglo XX tocando el ciberpunk, las corrientes aceleracionistas o lo cibernético.

"Pienso en la historia narrada en este libro como una contrahistoria: una historia de innumerables pequeñas explosiones y divergencias, esfuerzos sorprendentes para encontrar la puerta de salida, casi siempre condenados al fracaso", explica Berger desde Estados Unidos, "es importante recordar estos proyectos porque nos hacen tener presente que existen posibilidades de un mundo diferente al acecho tras cada esquina".

El grupo más seminal de toda esta historia, a partir del cual todo estalla en todas direcciones, es la Internacional Situacionista, capitaneada por Guy Debord. Ahí están muchas de las ideas que afloran aquí y allá en este hilo: la superación del arte, la crítica de la vida cotidiana, la abolición del trabajo, la preocupación por lo urbano (por ejemplo, mediante la deriva psicogeográfica) o el détournement (desvío o tergiversación). El espectáculo debordiano, esa forma de capitalismo transformado en seducción e imagen, apartado de la vida autentica y la participación de la ciudadana, es frecuente dardo de la crítica. "Yo diría que Dadá planteó una pregunta y el situacionismo la respondió, y esa respuesta fue polifónica e incontenible", dice Berger.

¿Por qué ha sido tan influyente el situacionismo? "Por la alienación", explica el autor, "el situacionismo se esforzó por actualizar la condición de alienación, diagnosticada por el gran sintomatólogo Marx, en el contexto del capitalismo fordista avanzado, siempre teniendo en cuenta las corrientes artísticas y marginales. Esa combinación distinta fue lo que lo hizo tan potente". Algunas de las influencias más inmediatas del situacionismo fueron el Mayo del 68 francés o el movimiento autónomo italiano de los setenta, donde a su vez, se inspiraron las radios libres y las ocupaciones de fábricas, universidades o centros sociales...

¿Impactan estos movimientos en la política real o son un mero entretenimiento para sus participantes? Berger los compara con los socialismos utópicos tradicionalmente despreciados por los marxistas. "Eran proyectos rebeldes y con los ojos muy abiertos que buscaban transformar fundamentalmente el mundo sin tener en cuenta la base histórica y el movimiento de mayores desarrollos sociales", explica el autor. Una crítica correcta pero insuficiente. Incluso los más utópicos tuvieron un "núcleo racional", opina Berger, y dieron voz a los contrapoderes y las contranarrativas que apuntalaron las grandes olas revolucionarias del siglo XX. "Deberíamos verlos como partes fundamentales del desarrollo histórico que nos hablan de los tiempos en los que surgieron , de las posibilidades latentes dentro de ellos y de la dirección general en la que se movía el "movimiento real", concluye el autor.

Sergio C. Fanjul . Babelia. El País 4 de marzo de 2023.

sábado, 22 de abril de 2023

El presidente Macron se pone el casco

Macron visita las obras de reconstrucción de
Notre Dame. 
Sarah Meyssonnier

Mientras esperaba  el dictamen del Consejo Constitucional sobre la ley de pensiones, Emmanuel Macron apostaba fuerte por el simbolismo. Por la mañana estaba a pie de obra , literalmente , con casco, en la reconstrucción de Notre Dame, el emblema del espíritu eterno de Francia que ardió en 2019. Un símbolo ambiguo como todos los que tienen algo de profundidad. Por una parte, fue allí donde se hizo coronar Napoleón; por otra, no deja de ser el símbolo de una catástrofe. En cualquier caso, a Macron le dio suerte. Por la tarde los jueces del Constitucional validaban su reforma, salvo en algunos puntos menores. No es una sorpresa. Al margen de que el Consejo está dominado por jueces nombrados por la derecha y el centro, los argumentos de inconstitucionalidad eran débiles. Se basaban en la técnica legislativa, ciertamente anómala, pero que nunca ha servido para tumbar una ley en este tribunal. Para hacerlo, el Constitucional tendría que haber interpretado las intenciones del Ejecutivo, algo que siempre se ha negado a hacer. 

La esperanza de los sindicatos y los contrarios a la reforma era otra: que el Constitucional autorizase la celebración de un referendo, que en Francia se conoce con las poco prometedoras siglas RIP (Référendum d'initiave partagée). Esto hubiese permitido prolongar la tensión y, sobre todo, transformar la consulta en un plebiscito sobre la presidencia. Los jueces lo han rechazado. Todavía tiene que pronunciarse sobre otra reclamación similar, pero este precedente augura que será rechazada.

Ahora comienza, como tantas veces en la historia del país, una nueva ronda de lucha en la calle. La edad de jubilación es un asunto que se presta aún más a la demagogia que las reivindicaciones  de los chalecos amarillos, pero Macron parte ahora con ventaja. Uno de los líderes de la protesta reconocía que, de recibir un revés en el Constitucional, no creía positivo mantener el mismo grado de movilización. Este viernes mismo, en las calles se veían muchos menos manifestantes de los esperados en un día tan importante. La fecha clave pasa a ser el inminente 1 de mayo, en el que los sindicatos intentarán una demostración de fuerza que oxigene sus reivindicaciones. Pero el recurso a la la legalidad se ha agotado. Más allá del Consejo Constitucional no hay nada.

Macron ha vencido, pero sabe que esto no acaba aquí. Había anunciado que el martes recibía a los sindicatos, sin duda para ofrecerles algo a cambio de la paz social, pero estos se han apresurado a rechazar la invitación. Es una mala señal de lo que se avecina. Ahora que la reforma ha sido declarada legal, ya solo les queda aprovechar su impopularidad. En las obras de reconstrucción de Notre Dame, Macron hablaba sobre la catedral y parecía que estaba pensando en su ley de pensiones. "Será difícil, pero hasta ahora hemos sorteado todos los obstáculos, y seguimos haciéndolo". Incluso el casco parecía algo más que un requisito puntual para visitar el lugar. En las semanas que se avecinan, puede que lo necesite de verdad.

Miguel-Anxo Murado. La Voz de Galicia, sábado 15 de abril de 2023. 

viernes, 21 de abril de 2023

El lujo ahora es esto

Amarillo fluorescente, verde Miami y blanco óptico: la paleta cromática de la colección Taigarama de Louis Vuitton es un guiño a la faceta más pop de los años ochenta y aporta un baño de juventud playera a los artículos de piel y lona que conforman la línea. El hilo conductor es el monograma de la casa, estampado y grabado sutilmente en los distintos modelos, que esta primavera dan la bienvenida a dos incorporaciones. La primera se llama Taigarama Weekend Tote y es un bolso de viaje generoso con tres bolsillos interiores, asas forradas de cuero y una correa de tejido que permite llevarlo al hombro. La segunda Duo Slingback, es una bandolera con dos cuerpos, cremallera y elementos desmontables. Ambas se unen a las piezas ya existentes, como el bolso Keepall 50B, la mochila Discovery y la maleta de cabina Horizon 55 y la bandolera Outdoor Messenger, además de carteras de viaje, monederos y tarjeteros que declinan la faceta menos decimonónica y más rabiosamente contemporánea de esta casa nacida, precisamente como fábrica de lujosos artículos de viaje. Hoy Louis Vuitton es la firma de lujo más famosa del mundo, y como tal ha redefinido el sector  unas cuantas veces. La última fue durante la etapa en que Virgil Abloh se hizo cargo de su línea masculina, desde 2015 hasta su fallecimiento en 2021, y la próxima se inaugurará este verano con la primera colección  a cargo del nuevo director artístico, Pharrell Williams. La colección Taigarama, que nació como un homenaje a la piel Taiga -un clásico de la casa con inconfundible textura- representa al mismo tiempo lo que cambia y lo que permanece en la marca: una sofisticación cosmopolita siempre a la orden del día.

Carlos Primo. ICON. El País, viernes 7 de abril de 2023.

jueves, 20 de abril de 2023

El estilo es la trama

Colette

Colette es, como Jean Cocteau, una autora muy mencionada y muy poco leía. Lo de Cocteau ya lo vaticinó Maurice Sachs, el siniestro bibliotecario de Gabriel Chanel, cuando escribió en sus memorias que en el futuro muy pocos lo leerían, a pesar de lo influyente que fue en vida. Colette también perteneció a aquel principio del siglo XX en que la vanguardia era cosa de machos y ella revestía la inteligencia aplastante de sus novelas con una personalidad mundana, un poco frívola. Hace poco he leído El trigo verde y La gata y me han dejado patidifuso, igual que me pasó hace años con La ingenua libertina, la historia de una niña bien que se fuga con una banda de criminales. Son novelas atrevidas, gamberras y perfectas. En La gata, un joven matrimonio se tambalea por culpa de Saha, una felina al que el protagonista tiene más cariño que a su esposa. En esta novela sobre la frustración sexual, el estilismo es parte de la trama: ambos son tan jóvenes, tan guapos y bien vestidos que es imposible que entre ellos salten chispas. Y la autora describe con detalle los tejidos, los papeles pintados, las cortinas y las sombras de ojos. Cosa lógica, si tenemos en cuenta que, además de la escritura, a Colette la moda y la cosmética le parecían cuestiones muy serias. Solía aparecer en público ataviada con traje masculino o atuendo odalisca, porque también trabajó como actriz. Y durante años tuvo un salón propio de belleza que la tuvo viajando a lo largo y ancho de Francia para maquillar a sus clientas y vender sus productos. Hoy este proyecto se considers un precedente de las marcas de famosos, ese negocio en el que estrellas del cine o de la música dan su nombre a perfumes y líneas de maquillaje. Colette adelantada a su tiempo era consciente de lo bien que sonaba su nombre. No se equivocaba. Antes de haberla leído, yo ya babía conocido a una gata llamada Colette y había peregrinado hasta Colette, la tienda parisiense que congregó la vanguardia del gusto durante las dos primeras décadas del siglo XXI. La tienda se llamaba así en honor de su fundadora, Colette Roussaux, pero era imposible desligarla de la magia que evocaba el nombre de aquella literata que, como recordaba Milena Busquets en Instagram, "se casó tres veces. amó a mujeres, fue la primera presidenta mujer de la Académie Goncourt y la primera mujer en recibir un funeral de estado en Francia". Busquets , por cierto, recordaba en su post que Colette escribía en un papel azul empolvado que adquiría en la papelería Gaubert. El diablo está en los detalles y el genio también.

Carlos Primo. Icon. El País, 7-4-2023

miércoles, 19 de abril de 2023

La artista enfurecida

    Miriam Cahn. (Keystone/ Christian Charisius)

Miriam Cahn (Basilea, Suiza,1949) está acostumbrada a las broncas y a las polémicas desde sus comienzos como artista. La hija mayor de una culta familia judía alemana que en 1933 tuvo que refugiarse en Suiza huyendo del terror nazi creció alimentada por la necesidad de rebelarse. La última escandalera ideológica la ha protagonizado en París, en el Palais de Tokyo. En febrero se inauguró una amplia retrospectiva con un contenido en línea en la exposición que realizó en 2019 en el Museo Reina Sofía de Madrid, pero con una serie extra dedicada a la guerra de Ucrania. Uno de los cuadros se titula Fuck Abstraction. Representa a un hombre que obliga a una víctima maniatada a practicarle una felación, junto a otra silueta arrodillada a la que sostiene por la cabeza.

El partido de Marine Le Pen, Reagrupamiento Nacional, y seis asociaciones contra la violencia infantil llevaron a la pintora suiza ante el Tribunal Administrativo de París. Exigían censurar esa obra y prohibir la muestra a menores de 18 años. La justicia francesa falló la semana pasada a favor de la artista y consideró la denuncia sin fundamento. Cahn ha preferido no hacer declaraciones, aunque a través del museo ha manifestado su acuerdo en incluir una explicación junto a la obra en cuestión: "Es la guerra de Ucrania y es la matanza de Bucha". La exposición sigue abierta hasta el 14 de mayo.

Su padre, un próspero anticuario, le ayudó a desarrollar sus intereses artísticos pagándole los estudios de artes gráficas. Activa partícipe de los movimientos feministas y antinucleares, sus primeras obras fueron grandes dibujos con carbón en las paredes y vías del tren. Sus trazos acompañados de proclamas los ejecutaba por la noche, a la carrera. En 1979 fue arrestada por unos murales con los que protestaba contra la construcción de un puente en Basilea.

Alta , robusta y muy parca de palabras, su mirada es tan desconfiada que parece advertir que no se fía de nadie. Una ligera cojera recuerda el accidente sufrido cuando conducía en coche a su refugio de Bergell, un idílico valle alpino que comunica el cantón de los Grisones con Italia. En ese singular edificio con forma de búnker, construido por Armando Ruinelli, vive y trabaja la artista, consciente de que es una privilegiada que no se puede desentender de ningún drama. Lo que Cahn pinta, dibuja o filma no se toca ni se manipula. Sus temas tienen que ver con las tragedias y conflictos contemporáneos, un material demasiado sensible como para que ella permita intervenciones  por pequeñas que sean. Son, además, asuntos que están presentes en su biografía: el Holocausto, la huida, el terror, la discriminación por ser extranjero, el suicidio de su hermana pequeña, el abuso por ser mujer y las guerras. Siempre las guerras.

Su obra no es fácil de contemplar. En la primera exploración, sus composiciones  llaman la atención por la sorprendente mezcla de colores y rostros con cuencas vacías. Pero esos llamativos malvas, rosas, verdes o naranjas cargados de brillos retratan situaciones que hielan el corazón. Es lo que ella busca desde hace cinco décadas: describir el horror sin paliativos...

Ángeles García. Ideas. El País, domingo 9 de abril de 2023.

martes, 18 de abril de 2023

La firma de Picasso

El éxito popular de Picasso fue convertirse en el artista que los ignorantes ponían como ejemplo de tomadura de pelo. Una vez conseguido eso era solo cuestión de tiempo que la cosa diese la vuelta y Picasso pasase a ser el paradigma del genio. O de un tipo de genio determinado, porque el arte moderno ofrecía varias posibilidades. Si Van Gogh es el del genio incomprendido, y Dalí el genio excéntrico, Picasso encarnó el genio instantáneo, el rey Midas del arte que convierte en oro todo lo que toca. Eso se expresa bien en esa multitud de anécdotas (por no decir falsas) en las que el artista paga una cena haciendo un dibujito en el mantel o, en la más disparatada de todas, deja su firma en la espalda de un niño que le pide un autógrafo en la playa, para así poner en el brete a sus padres de no lavarle nunca más. Con Picasso llegó a su apogeo ese culto irracional por la firma del pintor. Como esto coincidía además con la explosión del dinero en el arte moderno, se produjo esa confusión entre la firma del artista en el cuadro y la del marchante en el cheque (las últimas obras de Dalí fueron firmas en papeles  en blanco para que otros falsificaran su arte en vez de su firma).

Picasso era, en efecto, un genio, pero no por el valor estratosférico de su firma ni por esa cuidada puesta en escena de sí mismo: el viejo de ojos grandes que pinta en calzoncillos y viste la camiseta a rayas de la Marina francesa que popularizó Coco Chanel; el bohemio intratable que cambiaba de casa, de perro y de estilo artístico cada vez que cambiaba de pareja (o al revés). O la imagen más falsa de todas: el artista comprometido que, enseñando el Guernica en París a los nazis, a la pregunta de:"¿Esto lo ha hecho usted?", había respondido: "No, esto lo hicisteis vosotros" (otra anécdota poco verosímil). En realidad, lo genial de Picasso no es su vida, sino su obra, ese periplo que va de un Aviñón a otro: del burdel de la calle Aviñón de Barcelona en la que descubre el cubismo hasta el Palacio de los Papas de Aviñón donde se organiza su exposición definitiva.

Desgraciadamente, ahora que ya no escandalizan las obras de los artistas buscamos escándalos en sus vidas. Así, en el cincuentenario de su muerte que se conmemora estos días llega en un mal momento, en medio de una de esas epidemias de moralismo que sacuden a Occidente cíclicamente desde hace siglos. Se le reprocha a Picasso lo que antes se encontraba fascinante: lo que se veía como amor libre es ahora una forma de abuso sexual, su independencia y entrega a su obra se entienden ahora como egoísmo (ambas cosas son verdad), su fascinación por el arte africano ha pasado a ser apropiación cultural, su vejez agresivamente sensual resulta ahora rijosa, el viejo sátiro convertido en viejo verde. Es  una forma de ignorancia similar a la de los que hace años decían que no sabía pintar. No, no es que la estética deba estar por encima de la ética, sino que tanto la una como la otra están igualmente sometidas a modas superficiales.

Solo puedo decir que cuando llegó el Guernica a España fui a verlo al Casón del Buen Retiro. Allí estaba tras un grueso cristal antibalas. Ni Picasso es mi pintor favorito, ni el Guernica es mi obra preferida de Picasso, pero el hecho es que , al entrar en el salón y verlo en persona, me ocurrió algo extraño. Con un gesto automático perdido desde los días de mi infancia, sin querer me santigüé. Creo que era la reverencia por el arte, que actúa como un instinto irrefrenable.

Miguel-Anxo Murado. La voz de Galicia, 9 de abril de 2023.

lunes, 17 de abril de 2023

"Novembre". Cuando la policía entra en acción

Concebida como un ejercicio de memoria catártico, Novembre reconstruye con detalle y agitación las cinco angustiosas jornadas que se iniciaron con los atentados de París del 14 de noviembre de 2015. Unos días en los que los servicios de inteligencia franceses se volcaron en la búsqueda y captura de los terroristas yihadistas, vinculados al Estado Islámico, responsables de la tragedia. Esta urgente y trascendental empresa policial es relatada en Novembre por el productor, director y guionista francés Cédric Jimenez (Marsella, 1976) que pone al servicio de la causa su buena mano para la factura de thrillers trepidantes.

En el fragor caótico generado por los atentados, Jimenez filma al jefe de la unidad antiterrorista, interpretado con contención y locuacidad por Jean Dujardin, impartiendo directrices a su equipo. Un discurso que se cierra con un requerimiento elogioso: "Y quiero que estéis concentrados en vuestra labor como hacéis todos los días". La loa a la profesionalidad es un elemento capital del imaginario de Novembre, lo que lleva a Jimenez a tomar la acertada decisión de centrar toda su atención en el desempeño policial de sus personajes. Tampoco hay espacio en el filme para el innecesario fisgoneo en la vida privada de los agentes. Sin embargo, esta devoción por la ética laboral -un interés que remite tanto al clasicismo pragmático de Howard Hawks como a la modernidad exuberante de Tony Scott- encuentra su límite cuando una capitana del cuerpo de policía (Anaïs Demoustier) decide extralimitarse en sus funciones para localizar a un terrorista. Incluso cuando rompe su propio código, Novembre no deja de alabar el sentido de la responsabilidad y el compromiso cívico de sus protagonistas.

Los más de dos millones de franceses que acudieron a las salas a ver la película dan cuenta de la eficiencia de un trabajo que sabe jugar sobre seguro. Loa héroes de la patria son humanizados por grandes estrellas del cine francés: el oscarizado Dujardin y Demoustier, ganadora del César por Los consejos de Alice (2019). En el ámbito formal la película abraza sin ambages las coordenadas del thriller post-11S, con la cámara inquieta, el montaje vertiginoso y la narrativa deslocalizada que pusieron en boga la serie 24 y la saga de Jason Bourne, aunque el referente más directo de Novembre sería La noche más oscura (2012), en la que Kathryn Bigelow disecciono las luces y las sombras de la caza de Osama Bin Laden. Por último cabe destacar la habilidad con la que Jimenez inmuniza su filme contra el espectro de la xenofobia, dando un peso crucial en la trama a los aliados que la unidad antiterrorista halla en el mundo musulmán.

Sobre la premisa de no permitir el tempo del relato decaiga en ningún momento -la acción solo se interrumpe durante un minuto de silencio en homenaje a las víctimas-. Novembre organiza un particular réquiem por la inocencia perdida de la nación francesa. Una misa fúnebre en la que, en todo caso, no hay lugar para a constricción. La cultura audiovisual del siglo XXI, junto a la vocación popular del filme, acaban imponiendo un paroxismo del cine de acción como tratamiento para la superación del trauma.

Manu Yáñez. El Cultural, 7 -4 - 2023

domingo, 16 de abril de 2023

"Cuando me miro al espejo me doy miedo"

Michel Houellebecq pasa por un bache existencial y lo cuenta así, sin medias tintas. "Voy muy mal, sí", asegura el escritor francés a El País. "Siento rabia y me apetece hacer daño a quien me persigue, pero no puede ser. Y siento vergüenza, no solo por pudor, sino porque me han tomado el pelo". El motivo de la crisis es la película experimental Kirac 27, del artista neerlandés Stefan Ruitenbeek, miembro del colectivo Kirac, en la que Houellebecq (La Reunión, 67 años) supuestamente aparece manteniendo relaciones sexuales.

El autor de Serotonina y Aniquilación ha intentado en los tribunales frenar su difusión. Sin éxito. El martes, un tribunal de Amsterdam dio vía libre a Ruitenbeek después de que unas semanas antes otro en París hiciese lo mismo. Hay un contrato de por medio y hay unos adultos consistentes que se dejaron filmar, pero el actor principal se considera engañado por Ruitenbeek. Y en estos momentos se encuentra en su apartamento en París sin ánimos para salir y aún mucho menos para dejarse fotografiar. Y dice no saber qué hacer.

P.- ¿Va a recurrir la decisión del tribunal holandés?

R.- Por ahora no lo sé. En mi opinión, mis posibilidades de éxito son casi nulas.

P.- ¿Qué hará si se difunde?

R,- Mire, en un primer tiempo, nada. No lo sé.

p.- ¿Le angustia que la película pueda ser vista por todo el mundo?

R.- Sí, mucho. No me apetece aparecer en esa película contra mi voluntad, es muy desagradable.

Houellebcq habla en voz baja y despacio, en tono monocorde. Deja largos silencios antes de contestar. Piensa las respuestas.

"Efectivamente, fui muy estúpido", dice en un momento de la conversación, que se desarrolló por teléfono ayer a primera hora de la tarde. Y recuerda que en noviembre mantuvo en París un encuentro sexual en el que participó junto a su esposa, Quiantun Lysis Li y la neerlandesa Jini van Rooijen.

La secuencia la filmó Ruitenbeek. Debía alimentar la cuenta de Van Rooijen en la plataforma de contenido adulto OnlyFans. Pero Houellebecq dice que finalmente prefirió que no se emitiese. Y aún menos que Ritenbeek la utilizase para el proyecto fílmico que a finales de diciembre iban a poner en marcha en Amsterdam y por el que firmaron un contrato del que ahora Houellebecq reniega.

Más tarde se rodó otra secuencia con Houellebecq besándose con una mujer en una cama de hotel, momento que aparece en un tráiler de la película. Unos días después, el escritor y el cineasta empezaron las disputas. "Sí, indiscutiblemente fui ingenuo", reconoce. "No soy el único, de hecho. Sucede con los contratos de seguro, que la gente firma sin leer realmente. Mi agente, porque tengo un agente, hizo las cuentas y me ha hecho firmar desde que nos conocemos unos 400 contratos. Me he acostumbrado a confiar, a firmar sin leer".

P.- ¿Siente pudor al pensar que quizá se difundirá y muchas personas le verán en una situación muy íntima?

R.- Siento, aunque con mucha menos fuerza, más o menos lo que sienten las mujeres violadas. Tengo la impresión  de que mi cuerpo no me pertenece. Tengo la impresión de sentir vergüenza también. Y la tercera cosa es una desconfianza y una falta de interés por las relaciones sexuales ahora. Es penoso.

P.- ¿Desde este episodio?

R.- Sí, desde este episodio no tengo relaciones sexuales en absoluto.

P.- ¿A causa de esto?

R,- Se ha instalado en mí una desconfianza,

P.- ¿Miedo al sexo?

R.- Sí... La idea de que hay algo peligroso, de que hay que desconfiar.

La conversación deriva en un terreno íntimo, delicado. Houellebcq es un escritor de estos que escribe y opina sin red. Sus escenas de sexo son marca de la casa. El pudor no es precisamente lo suyo, aunque casi siempre lo ha contado en clave ficticia. Esta vez no. Cuando le preguntamos si puede especificar a queé se refiere con la falta de confianza, responde: "Simplemente, es que no se me levanta. No sé... Creo que las mujeres violadas tampoco logran acostarse con sus maridos"...

Houellebecq quiere escribir un libro sobre el episodio con la película neerlandesa, es su proyecto inmediato: "Cambiaré el nombre de las personas, excepto yo, lo escribiré en primera persona. Pienso que, más o menos, es la única cosa que yo sepa hacer que pueda hacerme bien, ayudándome a destruir el recuerdo". Explica que en estos momentos lee la novela Babbit, de Sinclair Lewis. Y, cuando se le pregunta si lee literatura española, cita a Javier Cercas. "Y otro cuyo nombre no recuerdo, hace libros bastante oscuros... ¿No hay alguien que se llama Antonio Muñoz Molina?. Entre sus contemporáneos franceses elogia a Emmanuel Carrère. "La literatura francesa no va nada mal en estos momentos", dice. Los tres Nobel en quince años dan fe de ello. "Sí", asiente, "Modiano no está nada mal".

P.- ¿Y Annie Ernaux? No tuvo palabras amables para usted tras ganar el Nobel.

R.- Para ser honesto, no la he leído, realmente. No diré nada malo de ella porque no la conozco bien.

P.- ¿Sueña usted con el Nobel?

R,- Tengo muy pocas posibilidades porque ha habido bastantes franceses que lo han obtenido estos tiempos.

P.- Se dice que también por razones ideológicas.

R.- Sí, puede tener un factor. Y hay otra cosa: en Francia no soy uno de los autores favoritos de las universidades, hay más tesis sobre Annie Ernaux que sobre mí. No creo que el jurado del Nobel tenga tiempo de leerlo todo. Deben de preseleccionar con el número de trabajos universitarios dedicados a un autor, supongo que eso afecta.

P.- Se le considera un escritor reaccionario. ¿Le molesta? ¿Es una etiqueta justa? ¿Injusta?

R,- No pienso que sea fundamentalmente justa, porque para ser reaccionario no basta con considerar que, en algunos aspectos, la sociedad era mejor antes. También hay que decirse que podemos volver atrás, y yo no creo en ello. Tiendo a pensar que jamás se vuelve atrás. Todos los movimientos históricos tiene algo de irreversible. Así que para tener ganas de volver atrás hay que imaginarse que es posible,  y yo no me imagino esto...

Marc Bassets.París. El País, sábado 1 de abril de 2023.

sábado, 15 de abril de 2023

Dentro de Notre-Dame, pero sin entrar

El 15 de abril de 2019, el mundo quedó impactado por el terrible incendio de la catedral de Notre-Dame de París, y fue siguiendo minuto a minuto la acción destructora de las llamas. Ahora que los turistas están de vuelta en la capital francesa tras los tres años de la pandemia, sienten cierta frustración cuando contemplan la catedral todavía oculta tras los andamios. 

Pero a la espera de que Notre-Dame abra al fin sus puertas al público  (prometen que será el 8 de diciembre del 2024), el organismo encargado de su conservación y restauración ha creado una exposición para que los visitantes puedan seguir la evolución de las obras de reconstrucción, y descubran el trabajo de los cientos de hombres y mujeres que se afanan por devolver a Notre-Dame su aspecto original.

La idea surgió cuando los organizadores descubrieron que mucha gente se detenía antes las fotos dispuestas en las vallas que rodean las obras y querían saber más sobre lo que pasaba del otro lado. La exposición empieza con una película introductoria que recorre el conjunto de trabajos llevados a cabo desde el día del accidente hasta hoy, y que son posibles gracias a los 845 millones de euros de donativos llegados del mundo entero. A través de una maqueta pedagógica de la catedral se pueden comprender mejor las diversas partes estructurales y las operaciones complejas que han permitido, por ejemplo, la reconstrucción del crucero que se hundió bajo el peso de la flecha.

También es una oportunidad para ver de cerca vestigios del incendio: la cabeza de un ángel que cayó 33 metros, restos de las vigas del techo calcinadas, o los elementos de plomo que adornaban la flecha de Violet-le-Duc, y, sobre todo, de descubrir los oficios de operadores y artesanos que participan en la reconstrucción.

Porque uno de los objetivos de la exposición es suscitar nuevas vocaciones entre los más jóvenes. "Estas empresas de excelencia del savoir-faire francés tienen hoy dificultades para reclutar", señala Philippe Jost, director delegado del Establecimiento Público encargado de la restauración de Notre-Dame. "Queremos que los estudiantes descubran estos oficios que probablemente no conocen, que vean la satisfacción de los artesanos con los que trabajamos, y que sepan que son oficios bellos e interesantes", añade.

Los elementos de la exposición van acompañados de vídeos explicativos de los que trabajan sobre cada uno de ellos. "Es un panel amplio, representativo de los oficios que trabajan cada día: carpinteros, cordistas, andamistas, restauradores de pintura, talladores de piedra, vidrieros", comenta Lisa Bergugnat, comisaria de la exposición...

La exposición Notre-Dame de París: en el corazón de las obras es gratuita, permanecerá abierta hasta el final de los trabajos de restauración, y se halla bajo la explanada de la catedral.

Asunción Serna. París. La Voz de Galicia, lunes 3 de abril del 2023.

viernes, 14 de abril de 2023

La otra leyenda de Alaïa

A. Alaïa en una imagen del documental de O. Niklaus.
Fundación Azzedine Alaïa/Moritz Feed Dog
"Hago prendas para sacar partido a las mujeres, para que se vean guapas", decía en una entrevista de 1982 Azzedine Alaïa. Aquella declaración que contenía los argumentos de sus creaciones , destaca por se de las pocas cosas que han sobrevivido al couturier, enemigo de las cámaras y de las entrevistas. "Cuando aún vivía fui varias veces a verle para proponerle hacer un documental pero siempre me decía que no" recuerda Olivier Nicklaus, director de Azzedine Alaïa: The Couturier Who Saped Women. El filme inaugurará  la VII edición del festival de cine documental sobre moda Moritz Feed Dog (del 22 al 26 de marzo en Barcelona).

"Creció en Túnez, en un entorno muy pobre", cuenta Nicklaus, que se atrevió con este trbajo al recibir el beneplácito de la fundación que vela por el legado de Alaïa, tras su fallecimiento en 2017. Era un tipo muy peculiar, muy bajito y además homosexual, así que su infancia como niño gay no fue fácil, pero tenía mucha energía y pasión por la moda, lo que le hizo viajar a París en 1956. Conoció a mujeres muy importantes a lo largo de su vida, que fueron las que lo alentaron". Ellas impulsaron su talento desde sus primeros meses en Francia. Él se convirtió en el secreto susurrado de unas a otras en los salones de té. "Empezó a vestir a mujeres ricas del París de la época, cuando era normal que  tuvieran un modisto propio que les hiciera todo el armario. Así arrancó y fue una escuela buenísima, porque aprendió a trabajar  con diferentes morfologías, sacándoles partido a través de la ropa". Cosió para Louise Vilmorin, Arletty o Greta Garbo y estudió como realzarlas a través de los patrones, unas lecciones que le acompañaron durante su carrera, como fu dilatado en el tiempo el lazo de complicidad que estableció con sus clientas.

El cuerpo fue campo de actuación en todas sus etapas: tanto cuando cosía desde un ático para las mujeres de la alta sociedad, como cuando abrió su casa de costura y marcó la década de los ochenta o cuando tras varios años retirado de la primera línea, regresó a la moda en el 2.000. "Nos regaló maravillosos diseños. Por ejemplo, fue el primero en confeccionar vestidos y abrigos con cuero, cuando se consideraba que las prendas de piel solo eran aptas para las prostitutas. Fue capaz de convencer primero a estrellas del rock como Tina Turner y luego a todo tipo de mujeres de que se lo pusieran. Hoy resulta obvio pero antes de Alaïa nadie había visto todo el potencial del material. Y por supuesto lo mismo pasó con los tejidos elásticos, toda la moda body-conscious. Es especialmente muy interesante porque puede ser algo muy vulgar cuando lo usan otros diseñadores, pero el milagro de Alaïa es que incluso cuando está tan pegado al cuerpo es elegante". Su identidad en una sociedad hermética contribuyó a que cogiera un camino adyacente, pero también influyó en esa independencia el propio carácter del artista. "Era muy ambicioso y estaba decidido a triunfar. Tenía mucho ego. La parte buena es que eso le empujó como diseñador estrella, pero al mismo tiempo hacía que a veces fuera difícil trabajar con él. Le llevó a ir por libre, no se sentía constreñido por las reglas de la moda porque redactaba las suyas propias. En la última época de su carrera podía tomarse años hasta perfeccionar un diseño. Presentaba un vestido cuando creía que estaba listo, no cuando se lo dictaba el calendario y hasta los últimos años solo hizo ropa, tardó en entrar en el negocio de los accesorios o los perfumes. Era muy diferente a todos los demás, llevaba su ritmo y no seguía al grupo".

¿Lo más sorprendente? Para el director de la cinta. "que fuera capaz de mantener su actividad. Y que después de varios años sin trabajar, en los que pasó por una depresión tras la muerte de su hermana, volviera a la primera fila de nuevo y otra vez siendo un éxito. Hay pocas casas tan alineadas por la personalidad de su diseñador. Pero su influencia va más allá de la moda, fue un migrante tunecino que enriqueció la cultura francesa, estuvo a la altura de los más grandes. Puede ser un modelo a seguir tanto para los magrebíes  como para los franceses, para que acojan a los que llegan porque puede aportar mucho, Es político y es lo que realmente quería contar en este documental"

Patricia Rodríguez. Smoda. El País, marzo 2023

jueves, 13 de abril de 2023

Michel Onfray, en los confines del globo

Michel Onfray (Argenten, Francia, 1959) regaló a su padre, por  su 80 cumpleaños, un viaje a la Tierra de Baffin, en el Polo Norte. Aquella isla ubicada en el archipiélago ártico canadiense, es un lugar inhóspito que escapa al control humano. Tanto que los muertos no se entierran, sino que son cubiertos por piedras para que el viento no los desplace. El aclamado y polémico filósofo francés advierte de la severidad del clima, venera la ancestral forma de vida de los inuits -habitantes de las regiones árticas del norte de América-, se entusiasma con la visión de un oso polar que constituye "una variación del paisaje", y desliza apuntes históricos de exploradores que perecieron en la región como sir John Franklin.

Alejado de la civilización, comprende que allí el hombre no tiene influencia: "Los humanos no son tan arrogantes como para negar continuamente el mamífero que hay en ellos". Sin embargo, las inquietudes del filósofo no le permiten acomodarse en la visita para exponer , únicamente lo que contempla. Onfray se ha desplazado a los confines de lo primitivo para dar cuenta de la destrucción del mundo. Publicado en 2002 en Francia, Estética del Polo Norte ya se hacía eco de la crisis medioambiental: el innegable calentamiento del planeta" y "el deshielo de los glaciares". Hoy los inuits no se lanzan en los trineos con sus perros si no comprueban antes que el suelo sigue firme.

No falta en este ensayo con trazas de diario de viaje, una protesta contra la mercantilización del arte. Piensa Onfray que las esculturas de los inuits  tienen más profundidad que los ingenuos mensajes de artistas mediocres. La desmesura del escenario lo conduce a una contradicción. Por un lado la sensación de desasosiego; por otro, la satisfacción de estar pisando un terreno "misterioso y sagrado que tiene los días contados en el mundo de la abundancia".

 Miguel Cano. El Cultural, 31-3-2023. 

miércoles, 12 de abril de 2023

Eva Illouz:"Las rupturas son heridas narcisistas y no sabemos bien como abordarlas"

Eva Illouz. (César Rangel)

Ante ciertas preguntas, si Eva Illouz cree que no ha reflexionado lo suficiente, decide que es mejor no contestar. Si le hace falta un minuto para pensar la respuesta, se hace un minuto de silencio. E insiste en elegir el término preciso para cada palabra de la traducción de esta conversación. "Es muy importante ser exacta ", advierte en un correo a la periodista. La conversación transcurre en francés, la lengua en la que Illouz (Fez, 60 años) lleva casi un cuarto de siglo analizando el amor y el desamor, las emociones y las metaemociones, el impacto del capitalismo en todo lo anterior -y también en la cultura y el arte- y la transformación de las relaciones a las que han llevado la economía y lo que se entiende como progreso social. Responde al teléfono en algún lugar de Francia y cuando por fin cuelga es porque tiene que subirse a un avión. Las fotos se hacen cinco días después en Jerusalén. Socióloga, francoisraleí, miembro de la Legión de Honor (la máxima condecoración de la República francesa), sus clases como profesora visitante en la Universidad de Princeton (Estados Unidos) y en la Escuela de Estudios Superiores de Ciencias Sociales de París siempre están abarrotadas. Como las que imparte habitualmente en la Universidad Hebrea de Jerusalén. Quizá tenga que ver con su capacidad para encajar en una dimensión teórica la filosofía, la economía, la sociología y la antropología que están relacionadas con nuestros sentimientos. No da respuestas cortas. No las hay para hablar del amor y la rapidez, la incertidumbre y la voluntad con la que, dice, hoy se establecen los vínculos entre las personas. 

P.- ¿Qué sucede cuando se rompen los vínculos entre dos personas? ¿Sabemos romper una relación?

R.- Creo que no lo suficiente. La frase estándar "No eres tú, soy yo" expresa precisamente eso. Intuímos que las rupturas son una herida narcisista importante, pero no sabemos muy bien como abordarlas. La ruptura es lo opuesto al reconocimiento de Honneth (la teoría del reconocimiento de Axel Honnet habla de cómo el individuo se desprende de su yoísmo para reconocerse en el otro y llegar a construir una identidad plena, con reciprocidad). Es decirle a alguien que no lo quieres o que no lo amas lo suficiente. A menudo se toma como una declaración sobre nuestro valor o, más bien, nuestra falta de valor. Romper, por tanto, nos enfrenta  a esta pregunta ética: ¿qué decirle a alguien a quien nuestra falta de deseo le va a hacer daño, a veces de forma muy importante, incluso de forma duradera? Algunos se preocupan y otros hacen ghosting, un fenómeno que se ha vuelto muy importante y que consiste en desaparecer sin dar una explicación. Sin hacer el esfuerzo de explicarse. Este es el resultado de la gran cantidad de relaciones que acumulamos, de que muchos tengamos un gran número de parejas y, sobre todo, del hecho de que somos libres de irnos sin ser castigados. Todo esto fomenta las rupturas. 

P.- En una sociedad tan hiperconectada como la actual, ¿Cuánta libertad  tiene las mujeres  para elegir pareja? ¿Siguen funcionando los círculos sociales que eran tan marcados en siglos anteriores?

R.- Hay que diferenciar entre las mujeres que quieren una pareja estable, una familia, y las que no quieren matrimonio ni familia ni pareja monógama. Haré una diferencia entre las mujeres que se inscriben en ese modelo, llamémosle tradicional y las que viven fuera de ese esquema. Las que encajan en ese patrón clásico están más dominadas que las otras. Los hombres, por su parte, tienen la capacidad de ser los que no muestran sus emociones  inmediatamente, aquellos cuyo deseo debe de ser descifrado. Hoy todo esto sucede porque los hombres eran los que realmente elegían, eran los que tenían que decir  si estaban o no dispuestos a comprometerse. Esa asimetría se mantiene fuertemente. 

martes, 11 de abril de 2023

Sophie Calle: Confesión e invención

Sophie Calle
"En Estambul me reuní con personas que habían quedado súbitamente ciegas. Les pedí que me describieran la última imagen que recuerdan haber visto", escribe la artista multidisciplinar  Sophie Calle (París, 69 años). La historia forma parte del monográfico que la editorial Thames &Hudson, dentro de la colección Photofile, publicó en inglés hace un mes. El libro recopila brevísimos textos autobiográficos que van acompañados de las fotografías de Calle y que condensan la esencia de su obra. 

Calle es una de las artistas conceptuales contemporáneas más importantes del mundo. Es también una de las más impredecibles y eclécticas. Su obra se caracteriza por transformar  la intimidad  -ya sea la suya o la de los demás- en arte. Incluso colocó una cámara en el lecho de muerte de su madre para registrar su expiación, un vídeo que se mostró en la Bienal de Venecia de 2007.

Muchas historias son tan sorprendentes que no se sabe si son confesiones bizarras o pura invención. Para el artista, la clave no está en la veracidad de lo que se revela sino en la cantidad de datos que se comparten. "Quien está convencido de que sabe todo sobre está totalmente equivocado. Lo que ves es solo la parte de lo que acepto contar". Sophie Calle se dio a conocer internacionalmente cuando en 2007 presentó Take Care Yourself (cuídate), título inspirado en la frase con la que uno de sus ex se despidió cuando rompió con ella por correo electrónico. Calle reenvió el correo electrónico a 107 mujeres artistas de diferentes disciplinas para que interpretaran la diatriba. El resultado fue una exposición y un libro que revolucionó el mundo del arte. Además a finales de este año la editorial Actes Sud tiene previsto publicar la octava edición del libro en inglés y francés. Historias verdaderas (Historias reales) que se publicó por primera vez en 1994.

Ana Vidal Veiga. El País Semanal, 21 de marzo de 2023

lunes, 10 de abril de 2023

El inocente: los enredos familiares de Louis Garrel

El inocente, la nueva película como director del actor Louis Garrel parece el fruto cinematográfico de una intensa sesión de psicoanálisis. El filme que retrata la afectuosa y disfuncional relación entre una madre impetuosa (Anouk Grinberg) y un hijo marcado por una tragedia matrimonial (el propio Garrel), se inspira en las vivencias de juventud del intérprete y cineasta. Cuando Garrel tenía 12 0 13 años, su madre, la actriz y directora Brigitte Sy, quien combina su labor en el Teatro Nacional de Chaillot con la realización de talleres para presidarios, decidió casarse con un exconvicto. "Experimenté la preocupación de un hijo que observa a una madre poco convencional, que flirtea con los límites", explicaba Garrel en Le Figaro a propósito de la dimensión autoficcional de El inocente. Y es que en el filme, la madre interpretada por Grinberg se precipita por un camino de luces amorosas y sombras delictivas cuando contrae matrimonio con un hombre (Roschdy Zem) que cumple una condena de cinco años por su participación en un atraco.

Pero la vinculación de El inocente con la herencia familiar de Garrel no acaba con la inspiración autobiográfica y materna de la película. Si se atiende al lado paterno resulta imposible no hallar conexiones entre el filme y la obra del padre del director, el también cineasta Philippe Garrel, cuyo modus operandi creativo se asienta sobre el hermanamiento entre el cine y la vida.

De hecho, cabe recordar que Louis Garrel encarnó  a alter egos tanto de su padre como de su abuelo (el también actor Maurice Garrel). Así, El inocente debe contemplarse como la fusión de las vivencias e imaginarios  de los progenitores de un director plenamente consciente de su lugar en la historia del cine francés.

La gravedad de los abismos emocionales se dan la mano en El inocente  con una convicción que invoca el recuerdo de una obra primeriza  de Jean-Luc Godard. El hijo al que da vida Louis Garrel aparece sumido en un pozo de melancolía y autocompasión. El Garrel director concibe El inocente como un gozoso juego de hibridaciones genéricas y artificios formales...

El inocente afianza su proceder imprevisible gracias a la magnifica labor de sus cuatro actores protagonistas. Pese a ser la que goza de menos tiempo en pantalla, Noémi Mérlant, la estrella de Retrato de una mujer en llamas (2019), regala un momento para el recuerdo cuando en un prolongado primer plano, pasa de estar al borde de las lágrimas, por el recuerdo de una amiga fallecida, a esbozar una amplia sonrisa  por una cita de Tinder"...

Con un pie en la cinefilia de la vieja escuela  y otro en el empuje autoficcional de una cierta modernidad europea, Garrel compone una agridulce oda a la búsqueda de la felicidad.

Manu Yáñez. El Cultural, 5 de abril de 2023.

domingo, 9 de abril de 2023

Jean-François Fogel. Un sabio discreto

Jean-François Fogel

Jean-François Fogel (Gargenville, Francia, 76 años) fallecido recientemente en París, fue un sabio discreto, sin ganas algunas de llamar la atención, que sellaba sus comentarios, no pocas veces cáusticos, con una sonrisa discreta también, contagiado del humor latinoamericano.

Nos conocimos en Cartagena de Indias, a comienzos de la primera década de este siglo, cuando se incorporó como maestro de la Fundación del Nuevo Periodismo Iberoamericano creada por Gabriel García Márquez, donde yo estaba ya en la misma calidad desde pocos años antes, los dos convocados por Gabo, al que nunca podía decírsele que no.

Eran los grandes tiempos de crisis para el periodismo, cuando lo viejo no terminaba de morir y lo nuevo no terminaba de nacer, el paso de los medios impresos en papel a los medios digitales en la pantalla, y Jean-François traía el prestigio legendario, de esos que atraían a Gabo, de haber rescatado de su extinción a Le Monde, uno de los diarios de prestigio universal, sometido a esa crisis que amenazaba por igual a los grandes periódicos en Estados Unidos y en Europa.

De aquella experiencia nace su libro La prensa sin Gutemberg, escrito junto con Bruno Patino, un verdadero manual para entender los viejos tiempos, que más allá de las perspectivas de futuro de Le Monde como periódico digital, penetra en profundidad en la revelación de las comunicaciones que ahora sigue consumándose, comparable a la provocada por la invención de la imprenta de tipos móviles casi seis siglos atrás.

La fundación de Cartagena de Indias que ahora se llama la Fundación Gabo, dirigida por Jaime Abello Banfi, tenía su centro de sustentación en los talleres para jóvenes periodistas, porque Gabo quería organizar una forma de aprendizaje parecida  a la tertulia de las redacciones la única y verdadera escuela que él reconocía. 

Jean-François se convirtió en la fundación en maestro de esos talleres a cuyos alumnos, llegados de muy distintos países, transmitió  sin reservas, generación tras generación, la sabiduría adquirida en las redacciones por las que había pasado, Le Monde, France Presse, Le Point, Le Magazine Littéraire y Libération, diario del que fue jefe de redacción, y su visión de renovarse o perecer. (...)

Fue un sabio discreto, un consejero fiable, un estratega de la comunicación y un cronista experimentado de América Latina y autor de dos excelentes libros de reportajes periodísticos, Fin de siglo en La Habana (1994), sobre los avatares de la revolución cubana, y El testamento de Pablo Escobar (1995), sobre el narcotráfico en Colombia. Y un lector perspicaz, literato por vocación  y sensibilidad, antólogo y prologuista de Federico García Lorca, del novelista británico Bruce Chatwin y del escritor francés Paul Morand, sobre el que publicó el libro Morand-Express, ganador del Premio Broquette-Gonin, de la Academia Francesa en 1981. Toda una persecución: "después de su muerte seguí a Morand entre sus ochenta libros y sus ochenta años de existencia"...

Y fue un amigo para conversar sobre literatura, y en el que podías confiar cuando te decía qué premio Goncourt mejor no leer...El sabio discreto al que ya no veremos más.

Sergio Ramírez. El País, martes 21 de marzo de 2023.