domingo, 31 de octubre de 2021

El "sueño francés" de los emigrantes españoles

 Cuando la alcaldesa de París, Anne Hidalgo anunció en septiembre que sería candidata a la presidencia de Francia, le bastaron siete palabras para presentarse: "Yo, una mujer francesa nacida en España...". Hidalgo (San Fernando, Cádiz, 62 años) no es la primera personalidad política nacida en España que aspira a la jefatura de Estado en Francia. Hace cinco años lo intentó otro franco-español de su misma generación. Manuel Valls (Barcelona, 59 años).

Valls fue primer ministro. Se presentó a unas primarias en las que la izquierda moderada debía elegir a su candidato al Elíseo en las elecciones de 2017. Perdió. Abandonó el Partido Socialista (PS), que todavía es el de Hidalgo. Dejó la política francesa. Intentó ser alcalde en Barcelona. No lo logró. Hace unos meses regresó a Francia.

El exsocialista Valls no fue presidente en 2017 y la socialista Hidalgo lo tiene muy complicado en 2022. Alcaldesa desde 2014, ronda en los sondeos el 5% de voto para las presidenciales de abril. Ambos son representantes de una de las últimas historias de éxito de la inmigración extranjera en Francia: la de los hijos de los inmigrantes, exiliados o expatriados de la posguerra que nacieron en Francia o llegaron de pequeños; pasaron por la escuela pública que todavía era una eficaz fábrica de ciudadanos y el combustible del ascensor social; y se hicieron franceses por elección.

Valls, hijo del pintor figurativo barcelonés Xavier Valls y de la suiza italiana Luisa Galfetti, obtuvo la nacionalidad francesa alos 20 años; Hidalgo, nieta de un represaliado por el franquismo e hija de inmigrantes económicos, a los 14. Crecieron en la Francia de los años sesenta y ochenta, cuando los españoles representaban la primera población extranjera en este País. En 1968, en plena ola migratoria española, llegaron a ser 607.000, señala la historiadora de la inmigraciónNatacha Lillo, hija de manchego y bretona.

Aquilino Morelle (París,59 años), hijo de asturianos que adoptaron la nacionalidad francesa, nació francés. Su padre era obrero en Citroën. Su madre crió a siete hijos y no hablaba francés. El llegó a la cúspide: médico, enarca (graduado en la ENA, la Escuela Nacional de Administración, donde se forma la élite política y empresarial francesa) y consejero del socialista François Hollande cuando este fue presidente de la República.

Morelle señala los puntos en común entre Valls, amigo suyo, Hidalgo y él mismo. El primero es un origen español -con el transfondo de la inmigración pero tambieén del antifranquismo- que marcó sus convicciones. "Ser de izquierdas era natural", dice. El segundo nexo, según Morelle, es un apego muy fuerte a la República, puesto que permitió a gente como Anne, Manuel y yo estudiar y seguir un camino". "Eso forja un temperamento", resume.

La escritora Lydie Salvayre (Autainville, 73 años) pertenece al generación de los hijos del exilio republicano tras la Guerra Civil. "Lo que observo, si comparo con hijos de otras inmigraciones, es que en los republicanos que se refugiaron en Francia había un deseo verdadero de que sus hijos se integrasen, trabajasen bien en la escuela. Había dolor, claro, pero también gratitud hacia el país que los había acogido, y ninguna hostilidad", dice la autora de No llorar (Anagrama, en castellano)., novela que en 2014 ganó el premio Goncourt, el más prestigioso de las letras francesas...

Marc Bassets. París. El País, lunes 25 de octubre de 2021

sábado, 30 de octubre de 2021

Gante, paseo por la ciudad flamenca

El término Gante viene de la palabra celta Ganda, que significa convergencia y hace referencia al encuentro de los ríos Lys y Escalda, que se acoplan en esta ciudad para dotarla de unos canales que reflejan un altísimo número de edificios históricos. Además de ser el centro turístico e industrial de Flandes Oriental, con una ubicación privilegiada entre Brujas y Bruselas, Gante está animada por una comunidad de 70.000 estudiantes que conducen bicicletas con mucha moderación y comen (con menos mesura) patatas fritas y gofres, cuyos aromas sirven de brújula. 

Una manera de familiarizarnos con el Gante medieval es comenzar por el castillo de los Condes, uno de los monumentos más solicitados del país. Su arquitectura militar no solo habla de la función de fortaleza, también de lucha de clases, al ser de las primeras construcciones en piedra a este lado del Lys (más pobre) donde predominaba la madera. Alberga una escalofriante colección de elementos de tortura. Más amables resultan las fachadas de las antiguas lonjas del pescado y la carne, así como la casa gremial de los albañiles. Construcciones que remiten al siglo XI, cuando crecieron actividades comerciales como el cereal (qué estupendo el almacén de grano), y a la importancia del muelle de Graslei, que hoy concentra viajeros felices.

Alzar la vista supone encontrar el perfil de tres torres: la de la iglesia de San Nicolás, el campanario de Belfort y la catedral de San Bavón. Para ver las tres juntas conviene instalarse en el vecino y concurrido puente de San Miguel. Junto a Beelfort se haya el Stadshal, el edifico contemporáneo que más debate ha generado en los últimos años, hasta el punto de no haber sido aún aceptado por los nativos. Los estudios Robbrecht&Daem y Marie-José Van Hee proyectaron este pabellón municipal cuyo nombre ha sido moficado en el argot popular  para convertirse en Shappstaal (establo de ovejas). A su alrededor se suceden reclamos como la calle de los grafitis (Werregarenstraart), que empezó en 1995 como un experimento temporal y sigue en plena forma; remansos como la plaza Achtersikkel; teatros determinantes para la cultura flamish como Ntgent, al lado de 't Vosken de las brasseries mas prestigiosas. También comercios tradicionales y los puestos ambulantes de cuberdon, el dulce oficial, casi tan común como la cerveza belga patrimonio inmaterial de la Unesco...

De visita obligada resulta la catedral de San Bavón, no solo por la imponente arquitectura, sino por la cita que reserva con el políptico de Gante o retablo de La adoración del cordero místico, eterna obra de los Van Eyck presentada en 1432. La clase interactiva de historia es magistral. Recrea el Gante de los hermanos Van Eyck y advierte las etapas de construcción del templo: la temprana iglesia del siglo X, la románica del XII y la gótica y majestuosa de la Edad Media que perdura hoy. Además se narran las desventuras de un cuadro cuya supervivencia es un milagro. Por algo el escritor Noah Charney autor de Los ladrones del cordero místico, escribió que esta es "la obra más influyente de la historia y la más robada de todos los tiempos.

De camino al nuevo Gante merece una pausa la plaza Kouter, que los domingos despliega un mercado de flores y donde llaman la atención las Mystic Leaves, gigantes hojas de bronce de la artista Jessica Diamond, que se avienen con el espíritu del lugar. Hay que parar en Vooruit, capítulo aparte en la promoción artística gantesa y referente del conocido como Barrio de las Letras. El edificio proyectado por Ferdinand Dierkens y construido entre 1911 y 1914, es un motor cultural y un bar con ambiente extraordinario que invita a alargar la tarde. Nos conecta con otro imprescindible: la primera sede del partido socialista en la plaza Veijdagmarkt. Estos inmuebles fueron impulsados a finales del XIX por el movimiento obrero, que consiguió que en 1913 la cooperativa Vooruit (significa "adelante") tuviera 10.000 miembros. Y no hay mejor complemento que la cercana Boekentoren (torre de los libros), actual biblioteca de la Universidad, obra maestra del arquitecto Henry Van de Velde, cuyo refinamiento en las líneas nos acerca al movimiento Bauhaus. Se llama la cuarta torre de Gante y en sus 64 metros de alto y 24 plantas contiene unos tres millones de obras...

Use Lahoz. El Viajero. El País, sábado 23 de octubre de 2021

viernes, 29 de octubre de 2021

Georges Brassens, 100 años de mala reputación

En el centenario de su nacimiento, el cantautor se mantiene como un referente que va mucho más allá de la música. Una frase resume la filosofía vital y política de Georges Brassens (1921-1981), el gran cantautor francés. Anarquista recalcitrante, Brassens sostenía sin embargo que "una bandera negra es también una bandera". El hecho de que esta sentencia ni siquiera sea suya, sino de Léo Ferré, dice mucho sobre uno de los personajes más célebres de la Francia del siglo XX, que siempre huyó de los oropeles de la fama parapetándose detrás de una falsa modestia. "El éxito es siempre un malentendido", declaró una vez. Brassens, cuyo centenario se celebró el 22 de octubre, rechazaba todas las banderas, incluida la del credo de su vida.

Siempre quiso permanecer al margen de la política y le llovieron críticas por negarse a firmar manifiestos o pronunciarse claramente sobre los problemas de su tiempo, como la guerra de Argelia. Decía que con sus canciones sólo pretendía contar historias y que en muchos casos eran autobiográficas, pequeños cuentos que descubrían su vida. Y mostraba un rotundo rechazo cuando alguien decía que con su discografía había construido algo parecido a una filosofía. "Los filosofos son demasiado categóricos para mí", señaló en otra de sus frases reunidas en el libro Los caminos que no llevan a Roma (Navona).

Sin embargo, las canciones de Brassens ofrecen una filosofía de la vida, un retrato reflexivo y profundo -lleno de tacos, incluso de versos machistas y groseros- de un un mundo rabiosamente individualista -"Mas de cuatro somos una banda de gilipollas"-, pero a la vez profundamente solidario, antimilitarista, antinacionalista y defensor de la libertad individual por encima de todo. La mal reputación es un auténtico himno al derecho de cada uno a hacer lo que le dé la gana. Con una música sólo aparentemente sencilla y unas letras en un francés sublime -naturalmente rechazó entrar en la Academia cuando se lo ofrecieron-. las canciones de Brassens ofrecen una guía vital, una forma de comportarse en el mundo, casi a la manera de los filósofos cínicos. Como Diógenes, era capaz de mezclar la provocación con la lucidez en su radiografía de la sociedad francesa. Pocas canciones resumen todo esto como El gorila...

Su fuerza reside en eso: en que está por encima de los credos. Reflejaba las contradicciones de cualquier vida: era un ateo convencido -"Dios, si existe, exagera", escribió en una de sus últimas canciones-; pero a la vez estaba obsesionado con el más allá -Súplica para ser enterrado en la playa de Sète es considerado uno de los monumentos de la poesía francesa-. Dedicó una canción al tipo que le robó la casa -Stances à un cambrioleur- en la que prácticamente le daba las gracias: le elogiaba por haber cerrado la puerta al irse y por haberle dejado la guitarra, su medio de vida -"Solidaridad santa de los artesanos"-.

Para el cantante no existían ni los malos ni los buenos. Quería contar las historias de seres decentes, que odian ser un ladrón o sus gatos, a los que adoraba porque decía
"que siempre se ponen donde uno no lo espera". Algo que también puede aplicarse a Brassens: nunca dejara de sorprendernos y de mostrarnos el camino.

Guillermo Altares. Babelia. El País, 16 de octubre de 2021

jueves, 28 de octubre de 2021

Regreso a París

 La idea de que "fabular" es una manera de existir, y de que las historias que se transmiten de generación en generación otorgan sentido a quienes pertenecen a una familia y a una cultura, atraviesa de principio a fin esta primera novela de la escritora y crítica literaria Jacinta Cremades (1974). Tal idea, alimentada con referencias autobiográficas, como los escenarios de la acción (Barcelona, París), así como  detalles y personajes que dan vida a la ficción, ambiciona contar la herencia de sueños y premoniciones de tres mujeres de una misma familia, desde los años 50 hasta la época actual. Son Maite (La Maga) Teresa y Lucía, madre, hija y nieta, mujeres que le sirven para componer el contexto social y cultural al que cada una, según su edad, pertenece. Sus vidas le permiten articular una trama nutrida en la herencia de los grandes narradores latinoamericanos (Isabel Allende, Cortázar), de quienes toma la estrategia de incluir elementos mágicos.

La técnica no es otra que el recurso de encadenar retahílas del pasado desde la percepción de una de ellas, Teresa, y así, mientras va contando a su hija ráfagas de historias heredadas de su madre, para componer su pasado y entenderla, intenta, a su vez, comprender el suyo. Quizá se le puedan reprochar algunos excesos (inevitable en una primera apuesta narrativa tan ambiciosa), aunque a su favor está el atractivo de la propuesta de adentrarse en la vida de dos mujeres que decidieron romper con su entorno y emprender solas sus respectivas vidas.

Además, un "secreto triste" que condiciona la vida de estas tres mujeres funciona como resorte enigmático sobre el que gira la trama. Ese secreto llena de sufrimiento la vida de Teresa, quien vive en Madrid cuando arranca la novela, con su hija Lucía. Una llamada inesperada le informa de que su madre acaba de morir en París, y hasta allí viaja para recomponer el puzle que representó su vida con ella. Reconstruido servirá de argumento a la idea que defiende la novela: solo en las historias de las que formamos parte es posible hallar el sentido de lo que fuimos, lo que somos y lo que seremos. 

Pilar Castro. El Cultural, 11-8-2021

miércoles, 27 de octubre de 2021

Los trabajos de rehabilitación de la catedral sacan a la luz importantes vestigios

Además de la recuperación del templo, las obras de rehabilitación de la Catedral de Santiago han permitido sacar a la luz un importante número de vestigios que ayudan a comprender mejor el proceso constructivo y enriquecen los fondos del Museo. Todo este proceso y los hallazgos, forman parte ya de una exposición, Descubriendo la Catedral. Nuevos hallazgos arqueológicos 2017-2021, que se inauguró en el Pazo de Gelmírez con la presencia del director de la Fundación Catedral, Daniel Lorenzo; el conselleiro de Cultura, Román Rodríguez, y el delgado del Gobierno, José Miñones.

Las obras llevadas a cabo en la cripta de la Catedral consistieron en la sustitución del pavimento, la limpieza de paramentos y mejora de la carpintería e instalación eléctrica. En el transcurso de las mismas se localizaron cerca de una treintena de piezas escultóricas, muchas de ellas pertenecientes al coro pétreo del Mestre Mateo, y otras precedentes de diferentes puntos de la Basílica.

Entre ellas destacan las relacionadas con el degüello de los Santos Inocentes, que pertenecerían a un ciclo dedicado a este tema que aparece descrito en el Evangelio de San Mateo. Estas piezas conservan la policromía. 

Asimismo, también se localizó una figura sedente que se identifica con el rey Salomón, un fragmento de una lauda sepulcral, que fue reutilizada como parte del pavimento en las obras que se llevaron a cabo en la cripta a comienzos del siglo XVII, así como varias piezas procedentes del coro del Mestre Mateo, entre ellas, varias torres del remate de las fachadas exteriores del conjunto, que son una representación de los muros de la Jerusalén Celeste. 

Además, debajo de una parte del pavimento se encontró una cimentación que recorre todo el ancho de la cripta con una bancada exterior, que podría pertenecer a parte de la fachada de la Catedral en época románica, y fragmentos de dovelas de arcos que responden al modelo utilizado en el desaparecido claustro medieval y sus capillas adyacentes.

También se localizaron tumbas, el foso de la muralla del siglo X, construida por el obispo Cresconio, un horno metalúrgico de fundición de campanas, probablemente coetáneo de la construcción de la Catedral románica, un segundo horno y, por último, un pozo...

Luis García. Santiago. El Correo Gallego, viernes 1 de octubre de 2021

martes, 26 de octubre de 2021

Cuando Picasso y Brassaï se codearon en París

Pablo Picasso y Brassaï (pseudónimo de Gyula Halász) se conocieron en París en 1932. El fotógrafo de origen húngaro tenía entonces 33 años, 18 menos que Picasso. Había recibido el encargo de retratar al pintor español para el ejemplar inaugural de la revista surrealista Minotaure que se publicaría en junio de 1933. Era la primera vez que el ya mundialmente reconocido Picasso permitía que alguien tomara imágenes de sus talleres y de su obra, y lo hizo porque ya había apreciado las imágenes de la noche parisiense firmadas por Brassaï. Rotas las reticencias, el encuentro fue un comienzo de una gran amistad y colaboración que se prolongaría hasta la muerte del artista malagueño en 1973.

Fueron tres décadas largas de intensa relación durante las que Brassaï pudo fotografiar la inmensa obra escultórica de Picasso y, lo más sorprendente, retratarle en la intimidad de una manera informal pintando en pijama y en zapatillas con su sempiterno cigarrillo en la mano, junto a alguna escultura o entre amigos comunes. El fotógrafo plasmó esa relación en varios ensayos y un libro titulado Conversaciones con Picasso, una personal crónica del arte del siglo XX centrada en el autor del Guernica. El Museo Picasso de Málaga se hace eco de esa singular relación con la exposición El París de Brassaï. Fotos de la ciudad que amó Picasso, todo un homenaje a la capital francesa que se podrá visitar desde hoy hasta el 3 de abril. Organizada en colaboración con el Estate Brassaï Succession y patrocinada por Unicaja, muestra más de 300 fotografías junto a una docena de pinturas, esculturas y material audiovisual.

El París que acota la exposición es el de los años 30 y 40 cuando la ciudad ya no era una fiesta. José Lebrero, director del museo, precisa en la presentación de la exposición que la década comenzaba con una de las mayores crisis económicas hasta entonces vivida, la Gran Depresión, que llevaría al colapso financiero y consecuentemente a la pobreza de miles de familias. La cultura y el arte no eran ajenos a esos acontecimientos, pero irresistiblemente se dan cita en París marchantes y artistas que buscaban en la ciudad d ela la luz una nueva vida artística y personal, acorde a sus ideales y con la libertad necesaria para hecerlos realidad...

Philippe Ribeyrolles 8Estrasburgo, 66años), sobrino y ahijado de Brassaï, es el representante del Estate Brassaï Succession, la firma que controla el legado de su célebre tío. Aficionado a la fotografía tuvo la suerte de trabajar durante 18 años con él en su laboratorio. "Era un cuenta cuentos y un gran intelectual regado por Goethe y alimentado por Proust. Cada imagen suya era única. Muy pensada. Era un artesano que trabajaba sobre placa y despreciaba los negativos. Nunca tomó una fotografía a escondidas o sin permiso de los  retratados"...

Ángeles García. Málaga. El País, martes 19 de octubre de 2021

lunes, 25 de octubre de 2021

Quiero hablar de Duras

Yann Andréa y Marguerite Duras

Una fría tarde de 1982, el escritor Yann Andréa se sentó delante de su amiga la periodista Michèle Manceaux en el ático de la mansión que compartían él y la cineasta y literata Marguerite Duras, su pareja, en Neauphle-le-Château, a unos 50 Kilómetros de París. Más allá de la diferencia de edad -Duras era 38 años mayor que Andréa-, a este lo que le remordía de su relación, nacida de una pasión desaforada del primero por el arte de la segunda, era su homosexualidad. Manceaux puso la grabadora en marcha, sin más intención que dejar que Andréa pudiera verbalizar su dolor y sus sentimientos, y él empezó a hablar. Aquellas casetes quedaron en manos de la periodista y solo tras la muerte de ambos la hermana de Andréa las recuperó, las transcribió y las publicó en 2016. Esa es la base de Quiero hablar de Duras, la película de la francesa Claire Simon que levanta pulcro testimonio de aquella conversación y que concursa en el festival de San Sebastián.

Yann Andréa descubrió a Duras a los 20 años, cuando estudiaba Filosofía en Caen. Impresionado por su literatura, decidió que no leería a nadie más durante el resto de su vida. En 1975 se acercó a una proyección con coloquio de India Song, la sexta película de Duras, y tras una reflexión en público de Andréa sobre la toma final acabaron de copas con otros universitarios. Durante los siguientes cinco años, él le envió una carta diaria hasta que se hartó de que no le respondiera, desistió y sólo en ese momento Duras, estrella de la literatura y el cine, figura capital en la Francia de la segunda mitad del siglo XX, decidió hacerle caso.

Era 1980 y ahí empezó una relación que solo finalizó tras la muerte de Duras, a los 81 años, en 1996. Fue un tiempo en el que la figura de Andréa -que se llamaba en realidad Yann Lemée, Duras le obligó a cambiárselo para que usara de apellido el nombre  de la madre de Yann, Andréa- aparece como un fantasma en la obra de ella, mientras que el mismo Andréa escribió novelas hasta cierto punto autobiográficas que la crítica literaria ridiculizó, considerándole un simple añadido de Duras. De puertas adentro vivieron 16 años de brutal relación, en la que la escritora le humilló, tiranizó y maltrató. El alcohol maceró aquella violencia. "Todos los hombres son homosexuales en potencia, solo les falta saberlo", escribió Duras.

Sin embargo, el uno no podía vivir sin la otra, y ella encontró en él su propio despertar literario y alguien a quien esclavizar, en quien derramar su carécter volcánico. Andréa además devino su secretario personal. Aquella tarde de 1982 Andréa ve venir, como un pez al que la red del pescador va envolviendo, la futura imposibilidad de salir de esa relación. Claire Simon ha tomado un par de riesgos artísticos: el primero, casi obvio, es que el espectador no ve a Duras; el segundo es dejar que la conversación fluya en pantalla como si fuera una obra de teatro e ilustrar así la opresión que atenaza a Andréa. "Yo crecí con la literatura de Duras -mi madre, que no leía mucho sí seguía a Duras-, pero quiero recalcar que esta es una película sobre Yann. El texto contiene la historia, a los seres, es un archivo que hemos convertido en imagen y sonido, una traslación de la emoción que yo viví cuando lo leí", contaba ayer en San Sebastián Claire Simon, a quien impresionó el libro cuando lo leyó en 2016...

G.B. San Sebastián. El País, martes 21 de septiembre de 2021

domingo, 24 de octubre de 2021

Discurso de Emmanuel Carrère, Premio Princesa de Asturias

Emmanuel Carrère

Majestad, Altezas, Miembros de la Fundación, Seño-ras y señores, Queridos amigos:

 Es un gran honor el que me hacen al concederme este premio, tanto más grande porque se trata de un honor español.

Me gustaría hablar y leer en español, pero por desgracia ni lo hablo ni lo leo. En compensación, acabo de echar un vistazo a mi biblioteca, que está clasificada por lenguas. Es una clasificación como cualquier otra, todos sabemos que ninguna es totalmente satisfactoria. Por orden alfabético, por géneros, por siglos, por afinidades, ¿por qué no? Por lenguas tiene sus ventajas. En todo caso, me he percatado de que en el trío que encabeza la lista en los libros que ocupan las estanterías, el español se encuentra justo detrás del inglés y delante del ruso. Acercarme a esos estantes es saludar a viejos amigos. Un abuelo más joven que todos los jóvenes: Cervantes. Dos tíos irónicos y enigmáticos: Borges y Bioy Casares. Cortázar, en cuyo edifico viví diez años, en una calle del distrito 10º de París, en otro tiempo un barrio popular y hoy gentrificado... Roberto Bolaño, el hermano mayor con quien todo el mundo sueña, aventurero y encantador como debió ser Louis Stevenson. Y también algunos compañeros de ruta, más o menos de mi edad: Enrique Vila-Matas, Javier Cercas, Juan Gabriel Vázquez. Y mi querida prima Rosa Montero...

Quiero expresar mi gratitud a los autores que me formaron, pero asimismo a los editores que me han publicado. Si poco a poco mis libros han conquistado lectores en España, si esta noche me presento ante ustedes es en gran medida gracias al trabajo paciente y fiel de Anagrama. De Anagrama, es decir, de nuestro gran y querido Jorge Herralde, y quien dice Herralde dice también Lali Gubern, y quien hoy dice Anagrama dice también Silvia Sesé. Y es asimismo gracias al trabajo fiel y sutil de Jaime Zulaika, mi traductor desde hace años. Hay una ausencia cruel esta noche. Es la Paul Otchakovsky-Laurens, mi amigo y editor francés durante treinta y cinco años, fallecido hace tres. Nadie lo sustituirá, pero está aquí Emmelene Landon, que es a la vez su viuda, una pintora y una escritora maravillosa y mi mejor amiga. La editorial POL continúa, y continúa bien, al mando de Jean-Paul Hirsch, que ha tenido la gentileza de venir con su esposa Jacinthe a este acto, así como François Samuelson, mi agente desde hace tantos años. Se lo agradezco a los tres, y doy las gracias, por último a Charline Bourgeois-Tacquet, por ser la mujer que es, por dirigir las películas que dirige, por compartir la vida conmigo. 

Ya está. Escribí este pequeño discurso creyendo haber, como se dice, "cubierto el expediente", y lo envié a la Fundación Princesa de Asturias para que fuera traducido a tiempo antes de la ceremonia. Unos días más tarde recibí un email de la Fundación que era una obra maestra de delicadeza. Me decían que mi pequeño discurso era maravilloso, absolutamente maravilloso, y mi lista de agradecimiento totalmente justificada, totalmente en consonancia con una circunstancia semejante, pero que precisamente en esta circunstancia, cómo decirlo, cabía haber esperado de mí un poquito más, algo-cito en inglés- más inspirational. No sé cuál sería la traducción exacta de este adjetivo: un poco más inspirador, un poco más inspirado, un poco las dos cosas. De todos modos, lo que se infería de este mensaje inmemsamente delicado es que, creyendo haber hecho lo apropiado, del mismo modo que se respeta un dress code, yo había escrito un discurso convenido y hasta convencional. Un reproche que sinceramente no me han hecho a menudo.

No quería renunciar a mis agradecimientos porque las personas a las que he agradecido me son realmente queridas, pero he intentado para completarlos algo un poco más inspirador, y no me ha hecho faltar buscar muy lejos. No he necesitado buscar muy lejos porque en este momento me ocupo de algo extrema e incluso trágicamente inspirador de lo que me gustaría decirles unas palabras.

sábado, 23 de octubre de 2021

El Memorial de los Reporteros de Bayeux

El memorial de los reporteros en Bayeux

El Memorial de los Reporteros de Bayeux -una circunferencia de mármol sobre el césped que rodea un cedro de buen porte- estaba solitario la mañana del pasado domingo. Una frase de Simone de Beauvoir, "Querer ser libre es querer libres a los otros también", sirve de unión con la senda arbolada que conduce a la otra entrada, próxima al cementerio inglés de esta ciudad normanda, epicentro del Desembarco. El camino está balizado por unos monolitos pétreos de unos dos metros de alto. Arrancan en 1944 y recogen los nombres de los periodistas muertos en guerras. Las estelas de 2001 y 2003 recuerdan a nuestros Julio Fuentes y Julio Anguita Parrado. La de 2021 tiene 53 nombres. Entre ellos los de Roberto Fraile y David Beriain, que murieron en Burkina Faso. Sus parejas asistieron al homenaje que se les rindió y a la cena de los Premios Bayeux a los corresponsales de guerra.

Por primera vez en sus 28 ediciones, el nombre de un galardonado se ha mantenido en el anonimato para proteger su vida. Se trata de un birmano, recompensado por sus fotos de la Revolución de Primavera. Su trabajo ocupó varias páginas del New York Magazine. Sí, han leído bien: varias dobles páginas de un dominical dedicadas a un conflicto lejano. En la categoría Prensa escrita la recompensa fue para Wolfgeng Bauer por Entre los talibanes, un reportaje  de más de 50.000 caracteres publicado por el semanario alemán Die Zeit. Un texto que hubiera necesitado al menos cuatro dobles páginas en El Mundo. De nuevo, hard news a lo grande de un conflicto lejano... ¿Quién hablaba en agosto de 2020, un año antes de la caída de Kabul, del avance talibán, pueblo a pueblo? El autor rindió homenaje a uno de sus fixers, "muerto a tiros delante de su casa hace unas semanas a manos de dos sicarios, probablemente talibanes".

Quiero destacar dos premiados más. el joven reportero que firma en Le Monde como Thomas D'Istria cuya imagen no se difundió para proteger su labor en Bielorrusia. Y el de la categoría Radio, otorgado a Margaux Benn por su trabajo en Kandahar (Afganistán) difundido en un programa de Europe 1, suprimido por el nuevo dueño de la emisora, Vincent Bolloré. Bayeux tiene una bella catedral y acoge el considerado primer reportaje gráfico de la historia, su célebre tapiz de 69 metros que narra la conquista de Inglaterra por Guillermo de Normandía en 1066. Por eso, aunque el alumbrado público se apaga a medianoche, es un sitio idóneo para celebrar la libertad de prensa. Y recordar que la información tiene un valor y un precio.

Iñaki Gil. El Mundo, lunes 18 de octubre de 2021.

viernes, 22 de octubre de 2021

Voltaire y el huevo de la serpiente

Vuelve el tándem formado por Juan Mayorga y Ernesto Caballero, tras más de diez años de La tortuga de Darwin, para subir al Teatro Quique San Francisco (antiguo Galileo) Voltaire, un espectáculo que partiendo del autor de Cándido, reflexiona sobre la tolerancia. Integrado en la programación y en la filosofía de Teatro Urgente, el montaje cuenta con la asesoría de Fernanda Orazi y un reparto formado por Karina Garantivá, Tábata Cerezo, Pablo Quijano y Alberto Fonseca.

La obra está armada a partir de tres textos de Teatro para minutos, de Mayorga. 581 mapas, Voltaire y Tres anillos muestran encuentros conflictivos en los que el académico y Premio Valle- Inclán explora lo que se puede y se debe decir, pero también lo que se puede y se debe callar. 

El primero es entre dos policías y un cartógrafo que realiza mapas de Madrid. Algunos pueden resultar intolerables, rozan lo delictivo, pero el objetivo es ofrecer mapas que digan la verdad...El segundo lo protagonizan una profesora y su alumna, que quiere llevar a escena un texto que el claustro de profesores considera que no puede ser representado. Finalmente, asistiremos al encuentro entre dos personas que se reúnen para leer e interpretar un cuento. Una afirma que aborda la tolerancia, mientras que la otra defiende que el relato habla de la imposibilidad de conocer la verdad. La sorpresa llegará cuando aflore la relación de poder que existe entre ambas.

"Voltaire es un encuentro real entre unos actores y un público que comparten una serie de preguntas y dilemas -precisa a El Cultural Caballero, que prepara también para el Teatro Español Esta noche se improvisa la comedia, de Pirandello-. Hemos evitado una puesta ilustrativa tanto en los elementos escénicos como en la interpretación de los actores para llegar a un montaje poético sobre el enigma de los tres relatos en los que la palabra se sitúa en primer plano y donde no existe el concepto de interpretación". Mayorga, que considera que cada uno de los textos resignifica a los demás, ha tenido siempre en el horizonte la figura y el legado intelectual de Voltaire. "Dijo que los libros más útiles son aquellos en los que el lector pone la mitad. Creo que eso tiene mucho que ver con lo que nos proponemos hacer en este espectáculo. Pienso que es urgente leer a Voltaire y, desde luego, que es muy necesario un teatro en el que los espectadores, que no son nuestro espejo sino nuestra mitad, pongan buena parte de sí mismos". 

Para Caballero, Voltaire representa la razón ilustrada, la defensa de la libre expresión, "una advertencia acerca de los fanatismos que no cesan y el humor con la distancia necesaria para evitar la intransigencia". Durante buena parte de la obra veremos a cuatro actores inmersos en un espacio compuesto por sillas y butacas desde el que practican el arte de la escucha de relatos, actividad que no dejarán de compartir con el público..  Según el ex director del Centro Dramático Nacional nos encontramos en plena "cultura del emotivismo", un momento en que se convierte en verdad todo lo que se siente: "Este es el huevo de la serpiente de ese "fascismo" tan cacareado hoy, especialmente por los emotivistas. Es urgente pasar del razonamiento emocional a la emoción del buen razonar"...

Javier López Rejas. El Cultural 8-10-2021

jueves, 21 de octubre de 2021

El nacimiento de un nuevo mundo. Historia de la Revolución Francesa

El profesor Popkin (Iowa,1948) es un estudioso de la Revolución Francesa y de los cambios transcendentales que provocó, hasta el punto que esos cambios han configurado el sistema de valores de nuestras sociedades occidentales actuales, sociedades laicas, igualitarias, libres y democráticas. Este manual, bien escrito y escrupulosamente traducido por Ana Bustelo, será de gran utilidad para quienes quieran adentrarse en los recovecos de este período tan convulso de la historia de Francia y de Europa, período que comienza con la coronación de Luis XVI y que termina con la caída de Napoleón.

Por sus páginas aparecen y desaparecen los personajes más importantes del periodo revolucionario y, también, algunos secundarios, lo cual sirve para dar vida a la historia. Pues la historia no solo la hacen los grandes hombres sino, también personajes como Ménetrea, el vidriero, amigo y confidente de Rousseau, un sans culotte avant la lettre.

Saint-Just, guillotinado junto a Robespierre, fue uno de los artífices de esa época denominada el Terror. Diría, y con razón que "la fuerza de los acontecimientos nos ha llevado a hacer cosas que no habíamos previsto". Robespierre y Saint-Just, ¿eran unos asesinos en serie  como algunos los pintan? Desde luego que no. Pretendían la aplicación de la justicia a través del terror, infundiendo miedo a los ciudadanos que no acatasen los principios y las leyes de la revolución. Pero todo el entramado que organizaron, como se ve con amena claridad a través de las páginas de esta obra, se les fue de las manos y cuando quisieron darse cuenta ya no tenían la cabeza, físicamente, sobre los hombros. El curso imparable de la Revolución devoraba inmisericordemente  a sus propios hijos. La guillotina cayó sobre el cuello de Luis XVI, como afirmó Saint-Just, no por lo que había hecho sino solamente por el hecho de ser Rey.

La revolución francesa de 1789, fraguada durante el reinado de Luis XVI y en muchas ocasiones promovida por el propio monarca como la convocatoria de los Estados Generales, introdujo cambios transcendentales que todavía perviven. Como dijo Goethe. "Aquí y ahora comienza una nueva época del Mundo". Se instauro el Registro Civil; el Código Civil, también llamado Code Napoleón, de 1807 es la base de la sociedad francesa actual y también de la nuestra. La ley del divorcio es nada menos que de 1792 (la nuestra tendría que esperar más de un siglo, la primera en 1932 y la última de 1981). Se desmanteló el poder político de la Iglesia Católica, llegándose, al fin, en 1801 a la firma de un Concordato que declaraba que la religión católica era de la mayoría de los franceses, pero que no era la religión oficial del Estado. Se abolió la esclavitud -aunque fuera restablecida por Napoleón- proclamándose la igualdad racial en 1794; y se propició la evolución haitiana  y el nacimiento de la primera nación negra de la mano de su caudillo el general Toussaint Louverture.

Pero, como Popkin señala a lo lo largo de su obra, quizás el cambio más transcendental que introdujo la Revolución Francesa fue la proclamación de la Nación como sujeto de derechos. El abate Sieyès, eclesiástico exclaustrado como tantos otros durante este periodo, fue su gran artífice. Presidió la Conventión y perteneció al Directorio hasta que Napoleón se hizo con el poder absoluto de la Nación. Su objetivo era "fundir los diversos pueblos de Francia en uno solo y las diversas provincias en un solo Imperio"...

Jorge Trías. El Cultural, 8-10-2021

miércoles, 20 de octubre de 2021

Peregrinos de la diáspora que promocionan la Ruta Jacobea

Convertirse en auténticos promotores del Camino de Santiago en sus ciudades de origen, conociendo la Ruta a través de la peregrinación. Ese es el objetivo de cerca de un centenar de gallegos  que, procedentes de centros de España y otros países de Europa, recorren estos días la Vía de la Plata  y el Camino Portugués, participando en el programa Conecta con el Jacobeo, puesto en marcha por la Secretaría General de Emigración...

Después de que el cerca de un centenar de gallegos que están participando en esta iniciativa autonómica pudieran disfrutar de una jornada de ocio conociendo el Monasterio de San Estevo de Ribas del Sil y realizando un viaje en catamarán para conocer el bello paisaje que rodea los cañones del Sil, los emigrantes gallegos retoman los nuevos tramos de los caminos que están realizando en dos grupos.

Se trata del Camino Portugués que recorre uno de los grupos llegando hasta la villa de Padrón  y desde Bendoiro, en Lalín, hasta la localidad de Bandeira, ya en el municipio de Silleda, en el  que recorren tramos de la Vía de la Plata.

Durante su encuentro con los peregrinos de la diáspora, tanto Nava Castro, la directora de Turismo de Galicia como Rodríguez Miranda, secretario general de Emigración, recordaron que se trata de un programa que tiene como objetivo dar un impulso a las entidades y centros gallegos, así como sus asociados, que han sufrido durante estos meses las limitaciones que provoca la pandemia, para de esta forma convertirlos en promotores del Camino de Santiago en todos los lugares donde tienen sede...

María Rendueles. El Correo Gallego, viernes 24 de septiembre de 2021

martes, 19 de octubre de 2021

Halladas en un museo francés pinturas neolíticas expoliadas

El arqueólogo Henri Breuil (1877-1961), conocido como el Papa de la Prehistoria por ser sacerdote, pecó gravemente nada más llegar en 1915 al yacimiento de Minateda (Hellín, Albacete). El abate comenzó a estudiar el llamado Abrigo Grande, en cuyas pardes se distinguían más de 500 figuras de animales y de humanos pintados desde el Epipaleolítico (8.000 antes de Cristo) hasta la Edad de Bronce (1.800 antes de Cristo). Las copió e hizo público el descubrimiento, que fue considerado uno de los grandes hitos del arte rupestre levantino. Lo que se ignoraba es que se había llevado a Francia 16 fragmentos de aquel arte rupestre, uno de ellos una gran cierva que mandó arrancar de uno de los abrigos (el del Canalizo del Rayo) y de la que solo dejó un hueco en la pared. El arqueólogo Alexis Armengol ha descubierto que terminaron en el Museo de Arqueología Nacional de Saint-Germain-en-Laye.

En su trabajo de fin de master Análisis historiográfico del arte rupestre del conjunto de Minateda. evolución, problemáticas y debate, Armengol recuerda que se puede reconstruir el hallazgo de las pinturas a través de la correspondencia que mantuvo Breuil con Federico de Motos, su ayudante español. En ella, el francés habla del "encuentro maravilloso" que supuso su descubrimiento. "Hay más de trescientas figuras  (en realidad más de 500) en una superficie de ocho metros de pierra muy dura: consisten las figuras en ciervos, caballos, cabras y figuras de hombres con flechas, plumas , lanzas etcétera, habiendo también bastantes figuras de mujeres", escribió...

Al revisar la base de datos Joconde del Museo de Arqueología Nacional de Saint-Germain-en-Laye, Armengol halló la cierva arrancada por Breuil. "No hay duda de que se trata de la pieza que estábamos buscando, destaca el error de transcripción del lugar, transformándose Canalizo del Rayo en Barranco del Raego. En la descripción del bien se confirman nuestras sospechas, ya que, según la descripción de la ficha, pertenecía a la colección privada del abate, que pasó a propiedad estatal mediante donación". Pero la investigación del arqueólogo fue más allá y comprobó también que "la colección de arte rupestre español depositada en el Museo de Arqueología Nacional francés consta de 16 fragmentos", procedentes de las provincias de Albacete, Ciudad Real, Burgos, Salamanca y Badajoz.

"La importancia de los 16 fragmentos de arte rupestre expoliados", asevera Armengol, es "un hito que supondrá el inicio de proyectos de investigación que contemplarán la difusión por medio de nuevas publicaciones, actuaciones conducentes  a la repatriación de los bienes  por medio de acuerdos o convenios con el Gobierno francés o a la reintegración de dichas figuras mediante técnicas digitales y uso de aplicaciones de realidad aumentada". La junta de Castilla-La Mancha, según Armengol, debía sopesar la devolución de todas las piezas. La Ley de Excavaciones de 1911 ya prohibía la salida de objetos arqueológicos al extranjero sin la pertinente autorización.

Vicente G. Olaya. Madrid. El País, jueves 14 de octubre de 2021


lunes, 18 de octubre de 2021

BAC Nord

No busquen BAC Nord en las salas. Pueden verlo en Neftlix. El uso doméstico del cine está reemplazando con excesiva celeridad al espacio natural y ancestral para la exhibición de las películas. Y hay mucha previsible filfa en esta plataforma, pero también han producido películas extraordinarias como Roma, El irlandés y Mank. Las reviso como mínimo una vez al mes. Y su encanto permanece. Que otros (al parecer millones y en multitud de países) se diviertan y fascinen con series que resultan insufribles como La casa de papel y El juego del calamar

BAC Nord la dirige Cédric Jiménez. Debe de resultar preocupante para él, alguien que se declara de izquierdas, la paradoja de que Marine Le Pen le haya aconsejado fervorosamente al público que vayan a verla. Para que los franceses tomen consciencia de esta terrible realidad y de la urgencia de retomar el control. ¿Y qué cuenta el director? ¿Y cómo lo hace? Retrata el muy duro trabajo de tres policías que persiguen el tráfico de drogas en los barrios periféricos de Marsella, poblados mayoritaria o masivamente por inmigrantes. Y es una batalla perdida para la supuesta autoridad policial. Los delincuentes disponen de infinito poder en su hábitat, se sienten blindados e invulnerables, manifiestan su ira y su desprecio hacia esa impotente brigada que pretende acosarlos, que utiliza confidentes intentando con escaso éxito dar un golpe transcendente a los narcos, que irán descubriendo progresivamente que van a ser utilizados por la siempre sórdida política, que serán los chivos expiatorios si las cosas turbias se desmadran y amenazan con crear un escándalo. Los policías intentan hacer su trabajo, ser útiles. No tienen aire épico, no van de héroes, trapichean a la búsqueda de resultados, les invade el miedo, su metodología no es ortodoxa, a veces se saltan las reglas, el equilibrio les exige no ser expeditivos, mantiene códigos con sus informantes que acabarán traicionando en nombre de la supervivencia, serán traicionados por jefes fieles a la regla del sálvese quien pueda, son carne de cañón.

Y no sé si la historia y los personajes son un invento de los guionistas o si se reproduce la realidad. Lo que tengo claro es que resulta creíble porque está contada con músculo, ritmo frenético, poder expresivo. Estos perdedores te transmiten su angustia, su vulnerabilidad, su permanente humillación, sus victorias pírricas, su ausencia de futuro. Está muy bien rodada. Y no sé si en su feudo real los delincuentes van enmascarados, son mayoritariamente musulmanes o islamistas y actúan como si la ley no existiera para ellos. Lo que veo durante un par de horas es cine atractivo, tenso, violento, sombrío. Y que los documentales más rigurosos y fidedignos capten la auténtica realidad en esos barrios de Marsella que parecen estar hirviendo...

Carlos Boyero. El País, vienes 15 de octubre de 2021

domingo, 17 de octubre de 2021

La Resistencia muere con heridas aún abiertas

Hubert Germain
Toda nación necesita a sus héroes y mitos. La Francia moderna no se explica sin la Resistencia. Es el relato fundacional que sirvió, primero, para reconciliar a los franceses después de cuatro años de ocupación y de colaboración con la Alemania de Hitler durante la Segunda Guerra Mundial. Y después, gracias al genio político y militar del general Charles de Gaulle, para colocar a un país que había sido derrotado entre potencias vencedoras.

El último héroe vivo de aquella gesta, la de los valientes e insensatos que en 1940, tras la capitulación de Francia ante Alemania, se unieron a De Gaulle, murió el martes a los 101 años. Se llamaba Hubert Germain y era el último Compagnon de la Libération, miembro de la élite de la Resistencia, esta particular orden de caballería que  De Gaulle creó en 1940 y que contó con un total de 1.038 condecorados de los que, hasta esta semana, solo Germain sobrevivía.

"Con esta muerte, se cierra una epopeya", dice por teléfono el historiador François Azouvi autor de Français, on ne nous a rien caché. La Résistence, Vichy, notre mémoire / "Franceses, no se nos ha escondido nada. La Resistencia, Vichy, nuestra memoria", un ensayo publicado en 2020 por la editorial Gallimard donde disecciona los mitos y contramitos que han marcado la memoria colectiva desde el final de la guerra en 1945. "Es una página extraordinaria, una de las más gloriosas y emocionantes de la Francia contemporánea", añade Azouvi. (...)

Cada país tiene su memoria torturada, un pasado que cuando se ha digerido mal, vuelve una y otra vez. Y en Francia un "pasado que nunca acaba de pasar, porque es presente " -por citar la famosa frase del novelista sureño Willian Faulkner referida a la guerra de Secesión estadounidense- es el régimen de Vichy, la Francia liderada por el anciano mariscal Philippe Pétain, el héroe de la Primera Guerra Mundial que, con un amplio apoyo entre los franceses, puso en marcha una política de colaboración con el ocupante nazi y participó en la persecución y la deportación de los judíos a los campos de exterminio alemanes.

De Gaulle -el primero de los resistentes, de aquel puñado de hombres y mujeres que habían dicho no- fijó lo que, más tarde se conocería como el mito de la Resistencia, en un discurso el 25 de agosto de 1944 desde el balcón del Ayuntamiento de París. "¡París liberada!", proclamó. "Liberada por ella misma, liberado por su pueblo con el concurso de los ejércitos de Francia, con el apoyo  y el concurso de Francia entera, de la Francia que lucha, de la única Francia, de la Francia eterna".

No importaba que hubiesen sido Estados Unidos y Reino Unido los artífices de la liberación de Francia; en aquel momento, convenía dejar claro que Vichy no era Francia y que Francia había derrotado a Alemania. Fue la idea genial de De Gaulle en connivencia con los comunistas, quienes junto a los gaullistas, habían sido el núcleo de los resistentes. El mito excluía a otros como los republicanos españoles, que "fueron olvidados en los libros de historia" y vieron "minimizada su participación" en la lucha contra los nazis, como escribe la periodista Evelyn Mesquida en el libro Y ahora volved, volved a vuestra casa. Republicanos españoles en la Resistencia francesa (Ediciones B).

Pero el mito se consolidó. Haría falta una nueva generación, la de 1968, para mirar de frente al pasado. El acontecimiento cultural que marcó este momento fue el estreno en los cines -la televisión francesa lo vetó durante años- de El dolor y la piedad, de Marcel Ophüls, un documental que retrataba una sociedad anestesiada y donde el heroísmo fue la excepción. Francia se había fabricado una leyenda: la de un país de resistentes; en realidad, habría sido un país de apáticos y colaboradores.

Ni una cosa ni la otra: todo fue más complicado, según Azouvi. En su libro, una de las aportaciones más recientes sobre la memoria de la resistencia y Vichy, documenta cómo, desde el final de la guerra, todo se dijo y todo se supo. Sostiene Azouvi: "En los 25 años posteriores a la guerra, no se escondió nada a los franceses. Se pusieron sobre la mesa todos los elementos que permitieron entender y recordar lo que había ocurrido. Tanto los más gloriosos como los menos: la colaboración, Vichy, la deportación. Todo se dijo en novelas, en películas. En los años setenta, cuando la generación nacida durante la guerra o después tomó el poder intelectual, cultural y simbólico, se puso a sospechar y a preguntar a la generación de sus padres qué había hecho durante la guerra. Y fabricó una especie de mala conciencia... Ahí nació la idea de que, tras la guerra, se había creado un mito en el cual toda Francia había sido resistente, que Vichy apenas había existido. Yo creo que desde los años setenta, vivimos en el mito de un mito"...

Marc Bassets. París. El País, viernes 15 de octubre de 2021

sábado, 16 de octubre de 2021

Miserias y esplendor de los premios literarios en Francia

En el recuerdo de algún miembro del jurado, el almuerzo del pasado martes fue uno de los más tensos que se recuerdan en la Academia Goncourt, el exclusivo cenáculo de 10 personas que cada año concede el premio más prestigioso de la literatura francesa. Otros sostienen que no hubo para tanto. Unos días antes, había saltado a la prensa un conflicto de intereses que ponía en entredicho la credibilidad de la institución y de los premios literarios en Francia, plagados de escándalos y sospechas desde hace décadas, aunque con una influencia a prueba de bomba. 

 En la primera criba de novelas seleccionadas este año como finalistas del Goncourt, a principios de septiembre, figuraba Les enfants de Cadillac, de François Noudelmann. La elección planteaba varios problemas. La pareja de Noudelmann, la también escritora Camille Laurens, pertenece al jurado del Goncourt. Y Laurens, en la crítica semanal que publica en el diario Le Monde, destrozó con virulencia La carte postale, de Anne Berest, novela que acababa  de ser seleccionada por el mismo jurado, que competía por tanto con la de Noudelmann y que, además, trata de un tema similar: la historia de una familia judía en el siglo XX.

Los ingredientes del conflicto -choque de intereses, de vanidades, de poder- estaban sobre la mesa. Esta rentrée literaria sin grandes nombres y más bien aburrida tenía por fin su escándalo. La solución en la Academia Goncourt ha consistido en modificar el reglamento del premio. "Hemos tomado dos decisiones", explica a El País Didier Decoin, presidente de la Academia Goncourt. "La primera es que todo libro escrito por una persona próxima a un miembro del jurado no podrá concurrir. La segunda es que si el jurado es, además, cronista literario en un periódico, debe abstenerse de hablar de una de las obras que se encuentra en la lista".

Conclusión: el caso Laurens-Noudelmann, que ha tensado el ambiente en la Academia, no podrá repetirse. Decoin subraya que "no hubo gritos" en el último almuerzo  y que "todo fue bien, puesto que todos votaron por la modificación del reglamento". Laurens, también. Y el libro de Noudelmann quedó eliminado; Berest, en cambio, está entre los nueve finalistas. La última criba tendrá lugar el 26 de octubre, y la concesión del premio, el 3 de noviembre. "Habríamos preferido que este asunto no hubiese ocurrido, pero ahora, una vez arreglado, forma parte del pasado", celebra Decoin. "Sobre todo, nos ha permitido precisar cosas que no estaban escritas".

La peculiaridad de los premios franceses -en comparación con premios como el Planeta-, es que no los organizan empresas editoriales ni se concede a inéditos, sino a obras publicadas en el mismo año. Hay transpariencia: los lectores pueden leer las obras en competición y saben a que atenerse. "En Francia, el libro que no se ha imprimido no existe para la gente, el escritor se convierte en escritor cuando ha publicado", describe por teléfono la profesora universitaria de literatura Sylvie Ducas, autora de La littérature, à quel(s) prix, una historia de los premios literarios. (...)

El Goncourt, fundado en 1903, ya prohibió en 2007 que sus jurados colaborasen en editoriales. Pese a estar dotado con un cheque de solo 10 euros, garantiza al vencedor ventas de centenares de miles de ejemplares, o más de un millón como fue el caso, en 2020, de Hervé Le Tellier con La anomalía (Seix Barral, en español).(...)

"Es una calumnia decir que actué con malevolencia", se defiende Camille Laurens, en el centro de la polémica que ha agitado la rentrée. En un correo electrónico, la escritora y jurado niega haber escondido a los colegas de la Academia Goncourt su relación con François Noudelmann, ni haberles incitado a leer el ibro. También declara, en alusión a su demoledora crítica en Le Monde a a la novela de Berest."Contrariamente a lo que se ha difundido en la prensa, atentando a mi probidad, no escribí la crónica severa para dañar a una competedira potencial de François Nouldemann". Y alega que había enviado el artículo al diario en agosto antes de saber que ambos libros estaban selccionados.

"Pienso que, de una manera más general, esta pequeña polémica es el árbol que esconde el bosque", insiste Laurens. "¿No sería más urgente, aunque más díficl tembién, porque es infinitamente más opaco, abordar el vínculo de los editores con los premios literarios en su conjunto?".

Marc Bassets. París, El País, 11 de octubre de 2021

viernes, 15 de octubre de 2021

Puy du Fou. El pasado es un espectáculo

La idea de un parque temático que nos permita sumergirnos en el pasado no es nueva. Yo misma en los años setenta asistí a una cena medieval en el pueblo alicantino de Alfaz del Pi, en una mesa muy larga como de boda. Mientras cenábamos, dos guerreros con armadura y lanza luchaban a caballo con brío y cierta sobreactuación. Desde aquí puedo ver a mi yo de ocho años encantada con el espectáculo y bebiendo un refresco de naranja en un vaso que parecía un envase de cuajada, pues todo era de barro  en las vajillas de aquel medievo recreado. 

Tras ese acontecimiento, que me marcó porque aún lo recuerdo, no he experimentado ninguna otra inmersión en siglos remotos, así que espero, con muchas expectativas y algunos temores, mi inminente visita al parque temático Puy du Fou, a las afueras de Toledo. Al explorar su web intuyo que la caracterización de los actores y el atrezo serán de gran calidad, nada de calzas y jubones de terciopelo gastado, pues la exitosa sucursal del parque en Francia sirve como aval de la filial española. Puy du Fou ha de ser el foie-gras de los parques, de eso estoy segura...

Puy du Fou hace lo que puede por llevarnos de la mano hacia la Historia con mayúsculas, o, más bien hacia una superproducción de época. En varios momentos me sentí hermanada con el resto del público, como si todos fuésemos figurantes de una película filmada en Cinecittà y estuviésemos esperando el turno para colocarnos nuestra gola almidonada o nuestra cota de malla y participar en una escena multitudinaria...

Puy de Fou consigue fabricar emociones intensas y conectarnos con la historia abriéndonos las puertas del túnel del tiempo mediante decorados detallistas, efectos visuales, y un gran elenco de actores y actrices, pero atravesarlo no nos resulta fácil. ahí están nuestros smartphones y nuestras sandalias con velero recordándonos a gritos que pertenecemos a esta época de pantallas y desmesura informativa. Aunque no hemos de descartar que incluso la parte más sosa de nuestra cotidianidad forme parte ahora mismo, y sin que lo sepamos, de un parque temático para visitantes procedentes del futuro. ¿Alguien se animaría a escribir el guion de una serie al respecto? Muchos como yo la veríamos con entusiasmo...

Mercedes Cebrián. El País Semanal, 28 de septiembre de 2021

jueves, 14 de octubre de 2021

Hablar como un libro

Françoise Waquet
Origen y fuente primigenia de toda manifestación literaria, la oralidad ha sido desplazada desde la invención de la imprenta aniveles populares muy lejanos al mundo académico e intelectual. Esta realidad es la que pretende desmentir la historiadora francesa Françoise Waquet (Perpiñán, 1950), aventajada discípula de Marc Fumaroli, en este original y exhaustivo ensayo en el que explora la tradición oral y investiga su papel en la circulación de conocimiento  y la conformación del discurso intelectual y cultural desde el ya moderno siglo XVI hasta hoy. 

Y es que, como defiende la investigadora, si bien el invento del libro fue un avance radical a la hora de expandir el conocimiento (ejemplificado en la expresión que da título al volumen que hace referencia a la palabra docta y erudita) no lo es menos que en los últimos 500 años la oralidad ha sido otro valor capital, fuera en forma de conferencias, congresos, discusiones y charlas en los cafés o llamadas de teléfono. En contra de esa reducción de lo oral al mundo del folklore o al saber antiguo y medieval -en el que la retórica era un pilar fundamental de la educación -, Waquet nos lleva de la mano por las aulas de las más importantes universidades de Occidente , los primeros congresos médicos del siglo XIX e incluso los hoy casi desaparecidos debates intelectuales televisivos y radiofónicos, configurando una auténtica historia cultural de la oralidad en el ámbito académico.

Pudiera pensarse justamente que con el auge de la cultura de la imagen y el vídeo la oralidad ganará preponderancia en el futuro, una profecía que la intelectual se guarda de hacer "advertida por las predicciones sobre revoluciones de la comunicación que jamás se produjeron". Eso sí, esta reivindicación de la palabra hablada en el mundo intelectual debe llamarnos a reflexión en este tiempo de pantallas, pues muestra la importancia de la conversación para forjar ideas, viejo saber que tan bellamente retrató Rafael en su pintura sobre la Escuela de Atenas.

Miguel Cano. El Cultural, 24-9-2021

miércoles, 13 de octubre de 2021

Padrón el "Primus Portus Apostoli"

Representación de la Traslación de los restos del Apóstol a Iria Flavia, en el 
ayuntamiento de Padrón. Foto: C.G.
La Asociación Cultural Villa Petroni ya cuenta con la financiación y todos los permisos necesarios para iniciar  la segunda fase del estudio arqueológico iniciado en 2028 en Padrón con el objetivo de localizar la piedra en la que se depositó el cuerpo del Apóstol Santiago a su llegada desde Tierra Santa a Galicia, cuando la barca que trasladaba sus restos arribó a Padrón y fue amarrada a orillas del Sar. Un hecho donde se ancla toda la tradición jacobea, según la entidad. Y el trabajo de campo para completar el estudio del subsuelo del antiguo meandro del río a su paso por el paraje de A Barca tiene lugar los días 28 y 29 de septiembre.

El estudio geofísico realizado en abril de 2018 permitió localizar una estructura de considerables dimensiones, de 5 metros de longitud, cuya zona superior se sitúa a 1,3 metros de profundidad y que llega, como mínimo, hasta la profundidad máxima de la señal del georradar (3,9 metros).

Los datos obtenidos con las imágenes del dicho georradar en la zona prospectada hasta ahora, correspondiente a un 25% del meandro del río Sar coinciden con lo señalado por la documentación histórica en lo referente a la existencia de un pequeño embarcadero con sus gradas hacia el agua, cercano a la iglesia de Santiago donde los fieles podían ver la piedra depositada en el cauce del río. "Dada su ubicación, dimensiones y morfología, estos restos podrían corresponderse con las escaleras descritas en los documentos del siglo XV, que daban acceso al meandro para que la peña donde se habían depositado los restos del Apóstol pudiese ser visitada por los peregrinos", dijo el arqueólogo Andrés Bonilla, director técnico del proyecto...

"La importancia patrimonial que tendría encontrar la peña en la que fue depositado el cuerpo del Apóstol Santiago para poder ser visitado por los peregrinos, así como también el muelle donde la tradición ubica el amarre de la barca en la que arribó, es enorme. Ambos restos constituyen por sí mismos el lugar de origen de la tradición jacobea y su hallazgo situaría a Padrón de forma definitiva como el "Primus Portus Apostoli" y origen del Camino", afirma Ángel Rey Castro, presidente de la Asociación Cultural Villa Petroni...

M. Rendueles. El Correo Gallego, domingo 28 de septiembre de 2021

martes, 12 de octubre de 2021

Las "Pinturas negras" de Goya en formato audiovisual

Dos siglos después, el estigma de lo indescifrable pervive en las Pinturas negras de Goya (Fuendetodos, 1746-Burdeos,1828), uno de los corpus pictóricos  más inquietantes de la historia del arte y verdadero legado del genio en su vertiente más atormentada. Ni las incansables investigaciones de Neil Glendinning acerca de la Quinta del Sordo y el traslado de las pinturas  en 1874 de la pared al lienzo, ni el impagable bisturí analítico de Valeriano Bozal en su imprescindible libro Pinturas negras de Goya, ni las fotografías de Jean Laurent a finales del XIX en la Quinta cercana al Manzanares, ni las decenas de hipótesis plausibles o extravagantes acerca de los motivos de Goya para ejecutar aquel santuario del horror en la recta final de su vida, justo antes de marchar al exilio de Burdeos y huir de la triste España del absolutismo fernandino, han servido ni sirven para enfocar con claridad el enigma: ni por qué Goya adquirió en 1819 (el año que cayó gravemente enfermo) aquella especie de alquería a orillas del Manzanares por 60.000 reales, ni por qué escogió plasmar en las paredes de sus dos plantas su versión más tenebrosa del ser humano con pigmentos terrosos y oscuros, ni si ejecutó él solo las 14 pinturas, ni cómo estaban exactamente expuestas, ni el porqué de las pinturas subyacentes... Toda explicación es bienvenida. El enigma permanece.

Ahora, el artista francés de origen español Philippe Parreno (Orán, Argelia, 57 años) ha penetrado en el universo negro de Goya y ha puesto su granito de arena no ya para explicar lo que probablemente resulta inexplicable, pero sí para contribuir al esbozo expresionista de un porqué. Parreno recibió hace tres años la invitación de la Fundación Beyeler, en Basilea (Suiza), para interpretar con total libertad el tenebroso conjunto que cuelga de las paredes del Padro. La Beleyer inaugurará el 10 de octubre (abierta hasta el 30 de enero) la que con toda probabilidad quedará como la exposición de Goya más importante fuera de España. En la muestra, organizada por la entidad en colaboración con el Museo del Prado y especialmente centrada en las últimas etapas del genio aragonés, podrán contemplarse 75 pinturas, medio centenar de dibujos  y otros tantos grabados, en un conjunto que reunirá un buen puñado de obras maestras procedentes de museos de Europa y Estados Unidos... Pero por supuesto las grandes ausentes serán las Pinturas negras, imprestables de todo modo.

Así que, ante la inevitable ausencia, los comisarios de la exposición ficharon a Philippe Parreno y le dieron carta blanca para penetrar lo indescifrable de las criaturas goyescas y el contexto en que vieron la luz. El resultado es una película de 40 minutos (aún sin título definitivo) en la que -mediante el uso de las más avanzadas tecnologías de imagen y sonido- el artista francés ha tratado de reconstruir la Quinta del Sordo y sus oscuros tesoros. La pieza será proyectada  en una gran pantalla instalada en una sala oscura como colofón al recorrido de la muestra de Basilea.

El artista francés de ascendencia española (toda su familia viene de Elche) ha realizado esta obra en colaboración con el operador Darius Khondji y con el ingeniero de sonido Nicolas Becker, con quienes ya rebajó en su película sobre Zinedine Zidane -Zidane: un retrato del siglo XXI- una auténtica locura audiovisual grabada en 2005 durante un Real Madrid-Villarreal...

Pero aunque Zidane fuera puro arte volvamos a Goya...Así desbroza el germen del proyecto y su filosofía, animada en gran medida por cierta crítica personal a la disposición actual del Prado: "Esas catorce pinturas fueron realizadas en aquella casa, la Quinta del Sordo; luego la casa fue destruida. Las pinturas que habían sido hechas sobre las paredes, fueron salvadas y trasladadas a lienzos. Luego fueron instaladas en una sala propia, en el Prado, como una especie de capilla, y es genial que le dedicaran ese espacio propio, pero no deja de ser como una exposición de objetos alineados, una especie de despliegue pictórico donde las confrontaciones, las oposiciones  y los vis-a-vis que Goya había dispuesto ya no están, y donde las pinturas quedan, por así decirlo, un tanto aplastadas". "En la Quinta, prosigue el artista, "eran esenciales los espacios entre pinturas, yo lo veo como un pentagrama mágico y hoy ese pentagrama ha desaparecido y lo que quedan son los objetos que lo constituían. Así que la idea de la película es reconstituir aquel espacio de energía, aquella arquitectura desaparecida".

Borja Hermoso.  El País Semanal, 30 de septiembre de 2021

lunes, 11 de octubre de 2021

El baile de las locas

Incluso en un país eminentemente volcado en la cultura como Francia, Mélanie Laurent (París 38 años) tiene un difícil encaje. A los 15 años empezó su carrera de actriz y ha actuado en todo tipo de películas, desde cine de autor en sus inicios hasta, gracias a su inglés, interpretar el papel de la dueña de la sala de cine de Malditos bastardos, de Quentin Tarantino. También participó en Fe y No llores, vuela, de Claudia Llosa, y en los últimos tiempos se ha reconvertido en heroína de acción en las plataformas con Oxígeno y seis en la sombra. Además como directora, juega también a la ductilidad: con ficciones como Respira o Plonger, documentales sobre el cambio climático como Mañana, o la adaptación de la novela de Nic Pizzolatto Galveston.

Laurent responde muy cariñosa vía Zoom. "Hay demasiadas rivalidades en el mundo como para que yo las haga crecer", asegura. Y ese es uno de los temas de su filme El baile de las locas, estrenado en Amazon Prime Video. Es una adaptación de la novela de Victoria Mas que Laurent no sólo ha dirigido y coescrito con ella, sino que la escritora aparece como actriz secundaria.

El baile de las locas describe una situación demasiado habitual a finales del siglo XIX y principios del XX cualquier mujer que se saliera del camino marcado por el patriarcado corría el riesgo de acabar ingresada por su familia en un psiquiátrico. Se las calificaba de histéricas y se las encerraba en sitios como el recreado en la película, el sanatorio parisiense Pitié-Salpêtrière. "Esa es la primera razón por la que adapté esta novela. Estaba buscando un libro cuyo motor narrativo fueran personajes femeninos poderosos y, cuando lo leí admiré su complejidad envuelta en un guante de sencillez lingüística; me fascinó la labor de Mas para contar cosas sin que sintieras que te estaba colando un mensaje", recuerda Laurent. "Era muy fácil internar a una mujer en aquel tiempo, y dentro se reconocían entre ellas. Eran las independientes, las insumisas, se acaban uniendo" (...)

Laurent se considera "apóstol de la sororidad", seguidora como directora de Claudia Llosa, y reconoce que le impresionó conocer durante el pasado festival de Cannes a Jodie Foster, a quien recuerda en su caracterización en El baile de las locas. Ha sido un proyecto largo, cuyo rodaje recibió el zarpazo de la pandemia. "Crezco en cada proyecto. En mis inicios estaba muy involucrada en que todo el mundo en el rodaje estuviera feliz. En El baile de las locas, como a la vez estaba delante y detrás de las cámaras, me centré mucho más en el trabajo. Digamos que, en mis rodajes, recurro a la fórmula de menos es más...

Gregorio Belinchón. Madrid. El País, jueves 16 de septiembre de 2021

domingo, 10 de octubre de 2021

Baptiste Morizot, una filosofía de los seres vivos

Baptiste Morizot

La necesidad urgente del hombre de reconectar con la naturaleza, con las demás especies, es una idea que gravita desde hace tiempo sobre la mayoría de los movimientos del ecologismo. Está en juego, claro, reconducir el futuro del planeta. Este mismo año, la editorial Errata Naturae traía al castellano un texto clásico que viaja en esta dirección Biofilia, obra del investigador estadounidense Edward O. Wilson, que ya predicaba en la década de los ochenta sobre la importancia de hacer reverdecer el amor entre especies distintas que, por otra parte, sostenía, fue el gran motor de la vida en la Tierra durante millones de años.

Un pensador galo nacido sólo un año antes de la publicación de Biofilia, Baptiste Morizot (Draguignan, 1983), acaba de aportar renovadas fuerzas argumentativas a esta narrativa. Apenas un año después de su publicación en Actes Sud en Francia, Errata Naturae suma otro tesoro a su colección Libros salvajes con el volumen Maneras de estar vivo. La crisis ecológica global y las políticas de lo salvaje, que llega hoy a las librerías y que reúne seis ensayos que el propio autor denomina, también por su tamaño, nouvelles filosóficas.

Profesor de pensamiento contemporáneo en la Universidad de Aix-Marseille, su discurso está pegado sin embargo a la exploración sobre el terreno, el rastreo, el cielo abierto, y eso -sumado a su magnífica prosa- convierte a estas piezas en un ejemplo de saber vibrante y motivador. Como el mismo asegura, estas piezas están concebidas para, juntas, contribuir "a crear un efecto más amplio sobre aquel que las atraviesa: preparar los encuentros con lo vivo, trabajando en otro estilo de atención ( algo así como una disponibilidad a las maneras de estar vivo )". "Y, sin el sauce, ¿como íbamos a conocer la belleza del viento?", evoca Morizot el cuestionamiento de Lao Tsé.

El autor aboga por una suerte de reeducación, por crear una filosofía de los seres vivos que lleven al hombre a una transformación de "sus maneras de vivir y habitar en común". Y eso exige ampliar la mirada, un reto de gran envergadura, dice, reaprender como sociedad a ver que el mundo está habitado por entidades que son prodigiosas de otra manera, distintas de las colecciones de coches y de las galerías de los museos". Se trata de un camino que debe superar una herencia cultural, la de la socialización, revertir un proceso en el que el hombre -según recoge la fábula- optó por separarse de los otros diez mil millones de especies que pueblan la Tierra, pese a que el parentesco dentro de la gran familia biológica era incontestable. Decidió asimismo llamarlas "la naturaleza" y comenzó de este modo a cosificarlas, a verlas como meros recursos a su disposición...

Héctor J. Porto. La Voz de Galicia, lunes 27 de septiembre de 2021

sábado, 9 de octubre de 2021

Marsella, la ciudad herida y orgullosa

Es un sonido tan rutinario que casi es inaudible para los vecinos, como el ruido de los coches que pasan por la carretera de cuatro carriles o el tren por la vía cercana, en el barrio marsellés de Cité Brassens. "¡Arah! ¡Arah!", se oye a un muchacho a lo lejos. Nasser (22 años), vecino del barrio que acompaña al terrorista, traduce: "Significa: ¡Atención, llega la policía! O: ¡Atención, llegan los competidores!". Un minuto después, la misma voz lejana e invisible alerta: "Ya está, ya está, ya está!". Nasser traduce: "El peligro ha pasado".


Cité Bassens es un conjunto de edificios de cuatro pisos, un supermercado, un campo de fútbol sala y unas mesas en las que, al atardecer, los niños hacen los deberes. "Es una familia, un pueblo", describe Nasser, y dice que su padre no quiere que salga su apellido en los medios de comunicación y sugiere: "Escriba que me llamo Nasser Bassens". Nasser fue yóquey, jinete de competición durante un tiempo. Su sueño es ser actor.

Cité Bassens también es uno de los centros del tráfico de droga en los quartiers nord, los barrios del norte de Marsella: bloques y bloques de edificios encamarados a la ladera de la montaña con bolsas de marginación y unas vistas asombrosas sobre el Mediterráneo...

A principios de septiembre, el presidente francés, Emmanuel Macron, se instaló tres días en la ciudad. En verano, más de diez personas habían muerto en la guerra de bandas por el control del narcotráfico. Según el informe de 2019 del Ministerio del Interior, "Marsella se caracteriza por ajustes de cuentas ente malhechores más numerosos que en otras aglomeraciones.

La ola violenta proyectó la imagen de una ciudad herida, fuera de control. Tres años antes, la muerte de ocho personas al derrumbarse dos edificios en la rue d'Aubagne, en el mismo centro, "fue un traumatismo, marcó un antes y un después", dice el veterano sociólogo Michel Peraldi en una terraza cerca de la Cannebière, las Ramblas de Marsella. "Reveló", añade, el estado bastante catastrófico del centro de la ciudad y la pobreza. Y la incuria del gobierno municipal, la negligencia".

Marsella, segunda ciudad más poblada de Francia con 850.000 habitantes, se erigió al inicio de la pandemia como el contrapeso a la política de Macron. El símbolo fue el excéntrico profesor Didier Raoult, quien con sus tratamientos originales y su aspecto de druida hippy desafiaba la supuesta rigidez de los científicos de París. "Aquello fue una tragicomedia", analiza Peraldi. "Como muchas ciudades pobres, Marsella necesita fabricarse símbolos de grandes resistentes, de rebeldes". 

Macron, en Marsella, sacó la chequera; unos 1.500 millones de euros. Prometió rehabilitar edificios insalubres y renovar escuelas, modernizar el transporte público, traer más policía. Tras un cuarto de siglo en manos de la derecha, el gobierno municipal había pasado a la izquierda pero parecía que el verdadero alcalde fuese el presidente de la República...

Marsella es "una estrella muerta", según Peraldi. Fue el gran puerto del Mediterráneo, una metrópoli global. Ya no. "Ahora", afirma, "es una ciudad provincial, pero la luz de su reputación continúa iluminando". Existe, además una "leyenda negra", en torno a Marsella, dice Peraldi. Se nutre de películas como la estadounidense French connection, de los años setenta, y que acaba dando la impresión de que hay una delincuencia y criminalidad exclusiva de Marsella, cuando es común a otras ciudades.

Esta ciudad es "la ilustración visible de las taras de Francia", como ha escrito el cronista local Philippe Pujol, pero tiene rasgos propios: fenómenos como el islamismo están menos presentes en los quartiers nord que en las afueras de París o Toulouse.

"Marsella es excepcional y abominable", apunta Rudy Manna, un policía que conoce el terreno y, desde hace unos años, es el representante en la provincia de Marsella del sindicato policial conservador  Alliance...

"Mientras haya miseria en los barrios del norte, mientras haya precariedad y edificios indignos  con ratas y cucarachas, mientras no haya buenos transportes y haya malos servicios públicos, las cosas no mejorarán", dice Kessaci, un joven de 17 años y una trayectoria académica brillante después de que su madre le sacase de los barrios del norte y le llevase a una escuela en el centro...

Marc Bassets. Marsella. El País, domingo 26 de septiembre de 2021

viernes, 8 de octubre de 2021

Entre flores, espías y moda

A su hermana pequeña, Catherine, Christian Dior le regaló la perpetuidad. En 1947 bautizó con su nombre a la que sería una de las fragancias más célebres de todos los tiempos, su primera creación para la casa, Miss Dior. La anécdota es popular en los mentideros de la moda y cuenta que cuando el couturier y su musa Mitzad Bricard, elegían título para el jugo, apareció Catherine. "Oh, aquí está Miss Dior (la señorita Dior)", dijo Bricard, a lo que el creador replicó: "Miss Dior, aquí tenemos el nombre para mi perfume". Una anécdota tierna y sugerente que alimenta la leyenda de este chipre floral, pero que hace de Catherine un personaje secundario que pasaba por allí. En realidad, la historia de la pequeña de los Dior daría para una buena película porque tiene todos los elementos favoritos de Hollyvood: una familia que se arruina, espías, nazis, torturas, mucho amor y un inesperado renacer. Ahora, por primera vez, es protagonista de un libro, Miss Dior: A Story of Courage and Couture, escrito por la periodista británica, Justine Picardie.
 
Christian y Catherine se llevaban 12 años, pero esa diferencia no impidió una relación estrecha. "Catherine era aún muy pequeña cuando se padre se arruinó en la crisis de los años treinta y la familia se vió obligada a mudarse a Callian", explica Frédéric Bourdelier, director de cultura y patrimonio de la marca. "La muerte de su madre, cuatro años antes, la sume en una infancia triste y la priva de la educación que habría recibido en el círculo en el que había crecido".

Por aquella época, el que luego se convertiría en diseñador regentaba una galería de arte en París y en cuanto pudo se llevó a la capital a su hermana, con la que compartiría piso hasta 1939. Es imposible saber si Catherine fue su favorita, aunque si es la única de los cuatro hermanos que aparecen en las páginas de su autobiografía, Christian Dior y yo, recordando los primeros años de la II Guerra Mundial: "En junio de 1940, el desastre me lanzó (¡a Dios gracias! ) a la zona sur, me fue fácil reunirme con mi padre y mi hermana en su refugio de Callian, donde nos encontramos en una extrema necesidad. Habiendo descubierto que podía ser un campesino, decidí con mi hermana cultivar el escaso terreno que rodeaba la finca".

El punto de inflexión en la vida de esta heroína fue un encargo trivial: bajo a Cannes a comprar una radio y conoció al que se convertiría en su gran amor, Hervé des Charbonneries, por entonces un hombre casado. "Él, al igual que Christian Dior era un hijo de la Belle Époque. Miembro de la resistencia franco-polaca F2, la introdujo en la organización, "antes de enamorarse de ella, lo que cambiaría el destino de sus vidas". Era una veinteañera poco sospechosa  y se encargó de pasar mensajes mientras montaba en bicicleta..."Gracias a la valentía de Catherine, arrestada y torturada por los nazis, no se desveló nada sobre la localización de su compañero", dice el experto en patrimonio...

Falleció siendo una anciana de 90 años, rodeada de flores que convirtió en pasión y negocio... Convertida en empresaria, se trasladó al sur del país para dedicarse completamente al cultivo del jazmín y de la rosa. Sus clientes eran los perfumistas  de Grasse, precisamente esos que se habían rendido a la fragancia que llevaba su nombre.

Patricia Rodríguez. SMODA.El País, 27 de agosto de 2021