martes, 31 de octubre de 2023

Arte y naturaleza. Un siglo de biomorfismo

Arte y naturaleza. Un siglo de biomorfismo es un proyecto que se presenta como una colaboración entre el Centre Georges Pompidou y la Fundación La Caixa que recorrerá diferentes sedes de la entidad hasta 2026. La exposición ha sido concebida desde y por el museo francés y realizada prácticamente con obras de su propia colección.

La comisaria, Angela Lampe, apuntaba el punto de partida de la muestra, la noción de biomorfismo que, como se desprende etimológicamente del griego, hace referencia a bio de biología o vida, a morphé de forma y a ismós de ismo, esto es doctrina, teoría o pensamiento. Aunque este término se empezó a usar en el ámbito de la historia del arte a finales del XIX, fue Alfred Bart -director del MoMA- quien lo difundió a partir de la exposición Cubismo y arte abstracto (1936) cuando sustituyó la rúbrica "abstracción no geométrica" por la de "biomorfismo". Y con ello se aglutinaba, además de la escultura o la pintura, a la arquitectura y el diseño.

Biomorfismo no designaba ninguna agrupación con lideres y manifiestos, sino una manera transversal de entender el arte abstracto vagamente asociado a la naturaleza y a formas vegetales. El Art Nouveau y el surrealismo se citaban como referentes. Lo que preocupaba a Bart era situar un modelo de abstracción que no encajaba con la deriva geométrica, es decir la pintura realizada con regla y cartabón como pueden ser algunos ejemplos del constructivismo o el neo plasticismo. Por el contrario, biomorfismo se asocia a formas orgánicas, esféricas, informes...

Las esculturas de Jean Arp, Joan Miró, Alexandre Calder, o las delicadas piezas de la última etapa de Vassily Kandinsky que se exhiben en la muestra encajan como anillo al dedo a esa idea del biomorfismo. (...)

La aportación de la exposición, una ambiciosa reflexión sobre la naturaleza a través del arte, se sitúa en la exhibición de una larga nómina de artistas que han iluminado la historia del arte del siglo XX y que se conservan en el Pompidou. Al margen de los que hemos mencionado, la muestra exhibe joyas  y curiosidades de Picasso, Alberto Giacometti, Paul Klee, Max Ernst, Yves Tanguy, Giuseppe Penone, Giovanni Anselmo  y Robert Smithson, entre otros muchos justifican, por ellos mismos, la visita. 

Jaime Vidal Oliveras. El Cultural, 22-10-2023.

Arte y naturaleza. Un siglo de biomorfismo. Caixaforum . Barcelona. Hasta el 14 de enero.

lunes, 30 de octubre de 2023

Ni leer ni escribir, solo correr

Un documental sobre Jackie Stewart a priori parece condenado a interesar solo a los del circuito, la goma quemada y la velocidad. Seguramente  lo ya visto en otras ocasiones, aunque la coartada parezca diferente. Patrick Mark, sobre guion propio y por lo visto tomándose su tiempo (su anterior, Fabergé. Una vida propia, es de 2014), recurrió a material filmado entre finales de los sesenta y comienzos de la década siguiente, coincidiendo con la cumbre deportiva del piloto escocés Jackie Stewart (1939), campeón mundial de la fórmula 1 en los años 1969, 1971 y 1973, hasta su retirada voluntaria. Lo combina con imágenes grabadas voluntarias y más recientes. En ambos, siempre muy presente su esposa, Helen, como contrapunto emocional con imágenes y declaraciones de archivo (actualmente está aquejada de demencia senil). No es un biopic al uso, y ahí acierta el autor al evitar la tentación que lleva al reportaje. Hay una idea base inteligente que dota a Stewart de un interés inusual: cuenta el piloto al inicio que de niño en la escuela  lo tenían casi por idiota; no leía, le costaba entender, lo pasaba fatal. Tanto que acabó dejándola para trabajar en un taller mecánico.

No hagamos espóiler -aunque su biografía está al alcance de cualquiera que hurgue en la red- y añadamos que nos muestra al hombre, a ese tipo que cada vez siente más miedo a correr ante la inseguridad de los circuitos. Ve cómo sus colegas y muchos de sus amigos van cayendo sobre el asfalto. Opta entonces por liderar una cruzada a favor de la seguridad de los corredores. Y pasan otras cosas, pero de vez en cuando vuelve su temor a que el público sepa que en realidad no sabe leer y apenas escribe. Hasta que, ya con dinero a espuertas y en la cumbre del éxito (aunque sin competir), apenas superados los 40 años, le detectan dislexia. Fin de la pesadilla para un tipo que de no haber dejado la escuela para hacerse mecánico, habría sido cualquier cosa menos piloto de carrera.

Migul Anxo Fernández. La Voz de Galicia, sábado 7 de octubre de 2023.

domingo, 29 de octubre de 2023

"El arte de ser humanos"

Rob Riemen (Países bajos, 1962) cree firmemente en los beneficios de aprender poesía de memoria. Lo importante, argumenta, es cultivar el espíritu y crear individuos independientes que piensen por sí solos. En parte por eso fundó hace casi tres décadas el Instituto Nexus. El objetivo es estimular el debate y mantener viva la tradición del humanismo europeo. En su nuevo ensayo El arte de ser humanos. Cuatro estudios (editorial Taurus), el pensador da un paso más y propone algunas claves para recuperar los valores universales que nos definen. Solo así, asegura, se podrá derrotar el auge del extremismo. Estudioso del Nobel alemán Thomas Mann, atiende a Ideas en un restaurante del centro de París.

P.- Sobre Nexus, el expolítico canadiense Michel Ignatieff dijo: "Este es el único encuentro en el que en la misma plataforma puedes encontrar a un almirante y a un cantante de ópera" ¿Por qué es importante escuchar a personas tan distintas?

R.- Empecé con Nexus cuando era estudiante. Me sentía horrorizado por las limitaciones intelectuales del mundo académico. Hace tiempo que perdieron la relación con la idea y el significado original de la universitas, el tipo de conocimiento que se supone debían de ofrecer a los estudiantes. Otra cosa con la que tengo verdaderos problemas es con las ideologías, porque impiden cualquier forma de pensamiento independiente y de espíritu crítico. El tercer argumento es que creo firmemente que existe la verdad, la verdad metafísica, pero nadie puede pretender ser el poseedor de  la verdad. En el momento en que haces esa afirmación eres un fundamentalista. 

P.- Y es lo que critica.

R.- Lo que critico es que (las universidades) ignoran su propósito original, que es la educación que proporcionaba Sócartes, es decir, la formación espiritual de los jóvenes, el conocimiento indispensable que necesitan para convertirse en un ser humano. Cicerón lo dice muy bien en sus Disputas tusculanas: "Cultura animi, philosophia est". El cultivo del alma humana es la búsqueda de la sabiduría. Todo el libro se basa en la idea de que tenemos que reencontrar el significado de las palabras. Es lo que dice Thomas Mann, es lo que dice Robert Musil. Hemos olvidado qué es la democracia, qué es la libertad, qué es la verdad.

P.- ¿En qué sentido?

R.- En general hemos reemplazado nuestra búsqueda de la sabiduría y la calidad por una obsesión por la cantidad, los número, lo útil. Hoy los influencers son los que tienen más numeros pero no tienen nada que ofrecer. Me siento feliz de formar parte de una generación cuyos influencers eran los escritores que admirábamos Thomas Mann, Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, Albert Camus.

P.- ¿Cree que a las generaciones actuales les falta leer o conocer mejor el pasado?

R.- Empieza con una falta de confianza en uno mismo. Cuando creces en esta sociedad occidental y te machacan constantemente el cerebro con tu éxito, con la persona que deberías ser y que todo se basa en lo que tienes y no en lo que eres, acabas con un enorme vacío interior. El propósito del libro es empoderar a todos aquellos que quieren reencontrar las virtudes y los valores que se necesitan para hacer realidad la democracia y derrotar la mentalidad totalitaria que crece en casi todas partes...

P.- ¿No pasaba  lo mismo con las generaciones anteriores?

R.- En un esquema general, antes estaba el fenómeno de la religión. La gente crecía en una sociedad basada en la religión. Lo segundo es que el gran cisma en la historia occidental fue la Primera Guerra Mundial. Porque hizo saltar por los aires todo aquello en lo que creían. Existía esa fe en el progreso, en la ciencia, en la educación moral. Había fe en Europa y en la cultura europea. Pero cuando la guerra terminó, vieron un continente en ruinas. Todo había desaparecido. La esencia de la identidad  europea es el cuidado del alma y se basa en la capacidad individual. Y aquí está mi crítica a la cultura woke y a todas esas obsesiones con las cuestiones de la identidad.

P.- ¿Por qué cree que está tan presente ? ¿No demuestra que algo no funcionaba?

R.- El credo del humanismo europeo es que la verdadera identidad de cualquier ser humano, sea cual sea su género, su origen social o su creencia, se basa en lo que tenemos en común. Todos los seres humanos podemos vivir en la verdad, crear belleza, hacer justicia y tener compasión. Y esta es nuestra vedadera identidad...

Sara González. Ideas. El País, domingo 3 de septiembre de 2023.

sábado, 28 de octubre de 2023

El tesoro de Notre Dame, en el Louvre

La corona de espinas. Godong/UIG via Getty images
La noche del 15 de abril de 2019, mientras los bomberos luchaban contra las llamas que abrazaban el tejado y la flecha de Notre Dame de París, abajo, en el interior de la nave, de inmediato, se organizó una operación para evacuar el mayor número posible de obras que la catedral guardaba en su interior, y especialmente las piezas principales del tesoro de Notre Dame. Parte de ese conjunto encontró abrigo en las reservas del museo del Louvre, una oportunidad perfecta que aprovecharon los responsables de la institución para estudiar el tesoro y su historia, hasta hace poco mal conocida. 

Ahora que las obras de reconstrucción de la catedral entran en su fase final, el Louvre ha querido aprovechar esta ocasión para presentar las piezas que están bajo su custodia y los estudios que han realizado a lo largo de estos años. "Se trata sobre todo de obras realizadas a partir del Segundo Imperio francés -comenta Anne Dion, una de las comisarias de la exposición-, del momento en que Notre Dame es restaurada por Viollet-le-duc y este reconstruye la sacristía y diseña objetos espectaculares, como una gran custodia o relicarios de estilo gótico, en armonía con la catedral".

Antes del incendio, el tesoro de Notre Dame estaba expuesto en la sacristía de la catedral, en las vitrinas del mobiliario histórico diseñado por Eugène Viollet-le-Duc, el mismo que coronó la catedral con su impresionante flecha de plomo.

En realidad la historia del tesoro comienza con la construcción del templo, iniciada en 1163. En aquel tiempo, la catedral recibió numerosas donativos. En los inventarios realizados a partir del siglo XIV aparecen reflejados objetos excepcionales donados en gran parte por los reyes de la época o personas influyentes del reino, clérigos y mecenas. Esos regalos sirven para enriquecer el tesoro y colmar las pérdidas debidas a las necesidades financieras del monarca, que exige a veces que los objetos de metales preciosos sean fundidos en tiempos de guerra. 

La Revolución Francesa supuso la aniquilación del tesoro de Notre Dame. Primero se nacionalizaron los bienes, más tarde se confiscaron y fundieron los objetos no dedicados al culto, y finalmente los que no estaban dedicados al culto corrieron la misma suerte, como queda descrito en los inventarios de la Administración revolucionaria. De aquellas obras, hoy no queda ninguna.

El tesoro fue enteramente reconstruido tras la Revolución, y hoy en día es célebre sobre todo por las reliquias que abriga, especialmente la corona de espinas y un trozo de la madera de la cruz de Cristo, que antiguamente constituían el tesoro de la Sainte-Chapelle, hasta que bajo el mando de Napoleón fueron trasladadas a Notre Dame en relicarios nuevos. Aunque precisamente estas dos piezas no se encuentran en la exposición del Louvre, sí que están presentes más de 120 obras que permiten remontar el tiempo desde sus orígenes en la Edad Media, especialmente a través de manuscritos de la época, hasta su resurrección en el siglo XIX de la mano de Viollet-le-Duc.

Hay presentes dos relicarios que contuvieron en su día la corona de espinas (hoy preciosamente guardada en un lugar desconocido, a la espera de ser trasladada a Notre Dame). Uno fue encargado por Napoleón para su consagración como emperador en 1804, y es un globo de cristal. El segundo, realizado en plata, fue concebido por Viollet-le-Duc en 1856.

Los comisarios de la exposición presentan la Consagración de Napoleón, el cuadro de David, y enfrente los objetos que fueron utilizados para el acontecimiento, como la llamada corona de Carlomagno, la cruz procesional, la capa del obispo o un aguamanil. Estos y otros tesoros recuperarán su lugar natural en diciembre de 2024.

Asunción Serena. Paris. La Voz de Galicia, lunes 23 de octubre de 2023.

viernes, 27 de octubre de 2023

Serge Gainsbourg sigue en casa

Serge Gainsbourg en su casa de Paris.
 Foto: Jerome Prebois/Kipa/Sygma via Getty Images

Para acceder a la casa parisiense de Serge Gainsbourg que abrirá al público por primera vez el día 20, hay que cruzar primero una puerta metálica. A la derecha, otra puerta conduce al salón. Es como entrar en una pecera o en un espacio en el que el tiempo se hubiera detenido.

Todo o casi todo está igual que el 2 de marzo de 1991, el día que murió Gainsbourg, el músico y poeta que produjo decenas de hits y sigue representando una imagen de modernidad. Tenía 62 años. La luz tenue, las paredes negras, el piano Steimway y el órgano Lowrey, una mesa cubierta de insignias policiales y unas esposas, una fotografía enorme de Brigitte Bardot, una de sus célebres parejas: todo presenta un aire irreal.

"Es como un sueño", decía Jane Birkin, pareja de Gainsbourg entre 1969 y 1980, en Jane para Charlotte, el documental que la hija de ambos artistas, la actriz y cantante Charlotte Gainsbourg (Londres, 52 años), estrenó en 2021. Birkin murió el 16 de julio pasado. "Se diría que son cosas prehistóricas", añadía en la película. "Como Pompeya", un edificio de dos pisos en una calle tranquila en el barrio de Saint-Germain-des-Près, fue entre 1968 y su muerte, la residencia de Gainsbourg. Después quedó cerrada. La fachada se llenó de grafitis y dibujos en homenaje al autor de Je t'aime moi non plus y Melody Nelson. Charlotte regresa de vez en cuando. Una vez, se le ocurrió convertirla en residencia de artistas o en venderla. Lo descartó. Hace unos años sopesó un proyecto con elarquitecto Jean Nouvel: una vitrina que desde la calle permitiera ver el interior, como una casa de muñecas. Tambien descartado. Una vez llegó a penasr en volver a vivir allí. Su marido, el cineasta Yvan Attal le dijo:¿Estás de broma?

Ahora, 32 años y medio de la muerte de Serge Gainsbourg, y dos meses después de morir Jane Birkin, Charlotte desvela el interior "5 bis", como lo llama ella, un verdero templo pop y lugar de de peregrinación, desde hace años, de fans y curiosos. Hasta ahora tenían que quedarse fuera, en unos días podrán entrar. Queda claro, nada más poner un pie dentro durante una visita para la prensa, que esto forma parte también de la obra gainsbourguiana, como sus discos y libros: parece un museo aunque ya lo era cuando él vivía aquí. El nuevo Mueseo de la Casa Gainsbourg consta, además de la casa, de un espacio en la misma calle en la que hay un museo sobre el artista y un bar con el nombre de Gainsbarre, su alter ego gamberro.

"Yo iba a la casa, pero no mucho. Al principio era muy doloroso, después un poco menos, pero siempre con mucha carga", explicó ayer Chalotte Cainsbourg a un grupo de periodistas en euna mesa del Gainsbarre. "Todo se conservó gracias a que nadie entraba y a que no había mucha luz, y para mí era muy importante conservar el olor: el perfume Van Cleef, el olor de los gitanes, de alcohol...". Dentro, no se siente tanto ese olor, quizá se empieza disipar, aunque en la minúscula cocina quedan conservas antiguas y las botellas de vino vacías que él dejó. En las visitas, solo podrán entrar dos personas a la vez y pueden estar un máximo de diez minutos en el interior. La casa es realtivamente pequeña, teniendo en cuenta que allí vivía una estrella: unos 130 metros cuadrados que parecen menos. Quizá porque los techos son bajos, los pasillos y la escalera menos y buena parte de la casa está enmoquetada o con alfombras y repleta de muebles y objetos de todo tipo, como una vieja figura, en tamaño real, de un ser humano...

Marc Bassets. París. El País, jueves 14 de septiembre de 2023.

jueves, 26 de octubre de 2023

Simone y André Weil, Memorias de aprendizaje

André y Simone Weil en 1922. Alamy/Archivio GBB/Photo 12

Hace unas semanas leí un artículo dedicado a la obra, o al menos a parte de ella, de la filósofa  y activista política Simone Weil (1909-1943). Observé que iba ilustrado con una fotografía en la que aparecía junto a su hermano André. Pero de él no se decía nada ni en la fotografía ni en el extenso artículo que acompañaba. Al menos, pensé, merecería que en algún lugar se hubiese señalado que André Weil (1906-1998) fue uno de los mejores matemáticos del siglo XX ...

En lo que se refiere a la ciencia, no basta con señalar que para Simone Weil "la ilusión científica sin humanismo lleva a la alienación", aunque se pueda compartir semejante afirmación. Hace unos años, una pequeña editorial El cuenco de plata, publicó una selección de artículos y cartas de Simone Weil, Sobre la ciencia (2006), de la que se obtiene una visión más equilibrada, menos sesgada hacia lo político y filosófico, de su pensamiento. Contiene ese libro, por ejemplo, su tesis final de estudios superiores, escrita en 1929-1930, Ciencia y percepción en Descartes. Escribió allí, en mi opinión con cierta exageración: "El mayor momento de la historia de la humanidad fue la aparición del geómetra Tales, que renace en cada generación de escolares. Hasta entonces la humanidad no había hecho más que sentir y conjeturar; desde el momento en que Tales inventó la geometría, empezó a saber". No debería sorprender que siendo hermana de un matemático distinguido, y alumno de la exigente École Normale Supérieure, alma mater tanto de filósofos y políticos como de científicos (entre estos últimos, notables matemáticos como Darboux, Picard, Borel, Lebesque, Élie Cartan o Hadamard) Simone poseyera buenos conocimientos de física, matemáticas  e historia de la ciencia ...

De André Weil se pueden decir muchas cosas, entre otras razones, al igual que su hermana, tuvo una vida agitada. Fue tomado por espía soviético en noviembre de 1939, cuando se encontraba en Finlandia donde fue encarcelado y a punto estuvo de ser fusilado; en su patria, Francia, fue condenado por negarse a cumplir con sus obligaciones militares. Pero lo más destacado de su biografía fue el papel que desempeñó en la creación de un colectivo de matemáticos que pretendió reconstruir toda la matemática. El nombre que este grupo eligió fue el de Nicolas Bourbaki, un militar que sirvió a Napoleón III y que participó en la guerra franco-prusiana. André fue la figura central de ese colectivo, cuya influencia en la enseñanza de la matemática, al menos en gran parte de la europea fue enorme...

André Weil escribió su autobiografía, publicada en España como Memorias de aprendizaje (Nivola,2002). En el prólogo recordaba a Simone. Sus palabras destilan cariño filial y añoranza, la de lo que fue y lo que pudo haber sido: "De niños fuimos inseparables, pero yo era el hermano mayor  y ella la hermana pequeña. Luego, rara vez estuvimos juntos y siempre nos dirigíamos el uno al otro en tono de broma, dada su natural alegría y buen humor, que conservó incluso cuando la miseria del mundo añadió un fondo de invencible tristeza, A pesar de que las alegrías y las angustias de su adolescencia me han sido totalmente ajenas y de que, más tarde, su comportamiento a menudo me ha parecido, por cierto, no sin razón, un desafío a la sensatez, siempre hemos estado lo suficientemente cerca como para que nada de lo que le atañía me haya sorprendido nunca. Solo exceptuaré su muerte, que no me esperaba, ya que confieso haberla creído indestructible, y haber entendido demasiado tarde que su vida se desarrolló según sus propias leyes y terminó de la misma manera".

José María Sánchez Ron. El Cultural, 20-10-2023.

miércoles, 25 de octubre de 2023

Ana Ozores, "vetusta y contemporánea"

Escribe Mario Vargas llosa en La orgía perpetua que La Regenta  es "la mejor novela (española del siglo XIX". Mucha gente amplía el juicio a toda nuestra historia, solo por detrás de El Quijote. Este dictamen hoy común no coincide con el que ha merecido a lo largo del tiempo. A su publicación tuvo cerrados detractores. Un gacetillero anónimo de la prensa ovetense la recomendaba como remedio infalible contra el insomnio. La mayor parte de sus capítulos, asegura, producen "un sueño casi instantáneo, tranquilo y reparador" y dos de ellos, dosis mayor tolerada de este "específico", vencen la vigilia más tenaz.

Tampoco consiguió éxito editorial una obra que desde hace tiempo encabeza el canon de la narrativa castellana de cualquier época. Desde la primera salida en 1884-1885 hasta la siguiente en 1901, con prólogo de Galdós, pasaron tres lustros. Es posible que se hiciera una reimpresión no marcada como tal y en 1894 ocupó el faldón del Folletín de La Publicidad. Poca cosa tratándose de un libro tan señero, cuyo recorrido no mejoró hasta mucho tiempo después. La novela fue marginada durante buena parte del pasado siglo. El franquismo no le dio facilidades al anticlerical Leopoldo Alas y sus obras aparecieron en caras ediciones hasta que la económica colección de bolsillo de Alianza Editorial la descubrió para asombro del gran público.

Desde entonces, años sesenta pasados, La Regenta no ha cesado de sumar lectores y juicios críticos admirativos. En ella se ha reconocido el mérito de levantar el gran retablo de mediocridad de la burguesía provinciana del ochocientos mediante la minuciosa recreación de la vida en Vetusta, levítica ciudad del norte peninsular. En ese páramo espiritual, símbolo de la vulgaridad, la incultura y el fariseísmo, entre nobles necios, curas anticristianos y políticos caciquiles, no puede florecer el alma sensitiva de Ana Ozores, la guapa y joven protagonista que, en la tesitura de engañar a su paternal marido con un cura lujurioso o con un guapo chisgarabís, prefiere a este, al brazo secular.

Ese canto del cisne del Romanticismo degradado lo entona Clarín con una creación cruel pero muy divertida, repleta de ironía y de cultura y de asombrosa hondura psicológica. Amén de con el valor sustantivo de un complejo diagnóstico sociológico que clava los usos anclados en el pasado de la Restauración e intuye un futuro distinto en manos del mundo obrero. El valor testimonial - insuperable retrato de época - ha oscurecido sus méritos artísticos. (...)

No es La Regenta una excepción en la narrativa europea decimonónica. Clara descendiente de Madame Bovary, de Flaubert, entronca con el retrato de la insatisfacción femenina y la estampa social de Ana Karenina de Tolstoi y con otras grandes obras de autores de aquel tiempo que abordaron el tema de la mujer adúltera (Eça de Queiroz, Balzac o Zola).

Santos Sanz Villanueva. El Cultural, 21-10-2023.

Todos los implicados en el trasvase al género lírico del clásico decimonónico de Leopoldo Alas "Clarín" tienen una convicción: la historia de La Regenta podría ocurrir hoy. Un ser puro que acaba destrozado por una sociedad enferma de ansia de poder y represión sexual. Amelia Valcárcel firma un libreto esencializado a partir del novelón, Marisa Manchado se remite al universo sonoro de Alban Berg y Bárbara Lluch refuerza la contemporaneidad con una puesta en escena de vestuario colorista. En Matadero a partir del 24 de octubre.

El Cultural, 21-10-23.

martes, 24 de octubre de 2023

Constantin Brancusi y su beso en piedra

Una de las versiones del beso de Brancusi

Con ocasión de la capitalidad cultural europea de la bella ciudad de Timisoara, se celebra la magna retrospectiva del escultor vanguardista Constantin Brancusi (1876-1957) bajo un doble prisma: las fuentes de la cultura rumana en su obra y, al mismo tiempo, su sentido universal. La mitomanía desatada en torno a su figura pretende iniciar allí al público general en la senda del arte contemporáneo, mientras se reivindica la identidad europea de esta nación antes integrada en el Imperio austrohúngaro y que, tras la Segunda Guerra Mundial, terminaría bajo la dictadura de Ceausescu, derrocada en 1989 con los disturbios de Timisoara.

 La exposición, celebrada en el renovado Museo Nacional de Timisoara, ha contado con el respaldo del Centre Pompidou, receptor del legado de Brancusi, así como de otras importante colecciones públicas y privadas, entre las que destacan las aportaciones rumanas. Es una propuesta única bajo la curadoría de la rumana Doïra Lemny, que se ha ocupado con constante dedicación a su obra y al taller Brancusi en el Pompidou. Todos estos elementos explican la dramática (y demodé) escenografía del montaje hiperbólico, con una iluminación focalizada sobre la más cerrada oscuridad, que enfatiza la mágica genialidad del carismático escultor.

Tras visitar su rústica casa natal en Hobita, un pequeño pueblo al pie de los Cárpatos, aún se agranda más su leyenda. Sabido es que Brancusi fue de niño un pastor al que le gustaba tallar la madera y que desempeñó toda suerte de oficios para poder estudiar en las academias de arte de Craiova y Budapest. Fue después lavaplatos y camarero en sus primeros años en París, la capital artística a la que llegaría en 1904 y donde residiría hasta su muerte. Ahí amplió sus círculos de amistades, desde Apollinaire y los artistas de la Escuela de París hasta Marcel Duchamp, quien junto con Henri-Pierre Roché, sería su marchante en Estados Unidos. Sin embargo, Brancusi siempre mantuvo lazos con su país, al comienzo enviando obras a las exposiciones de jóvenes artistas y, en sucesivos viajes, en los que siempre pasaba por su pueblo, respondiendo a encargos y montando exposiciones, además de aprovechar para conocer países de la Europa central y mediterránea. Incluso representando a Rumania en la Bienal de Venecia en 1924 y viajó a Nueva York, tras su disconformidad al ver en fotos la disposición de sus piezas en pasadas exposiciones...

Para presentar un Brancusi total, la exposición reúne más de cien piezas, con abundante material fotográfico, cartas y otros documentos, aislando los hitos en su trayectoria. Al comienzo, un perfecto modelo anatómico o tamaño natural con la postura del Antínoo, realizado como trabajo final en Bucarest, condensa el afán perfeccionista del Brancusi estudiante, que inicialmente esculpirá bustos de estilo realista y pronto caerá bajo la influencia de Rodin. Pero no será hasta 1907 cuando, tras pasar solo cuatro meses en el taller del maestro francés, encontrará su propio camino...

Rocío De La Villa. El Cultural, 12-10-2023.

lunes, 23 de octubre de 2023

La isla roja

"Puede ser que ocurran cosas que no vemos. Cosas que ni siquiera podemos llegara imaginar", le dice la pequeña Suzanne (Athy Pham) a Thomas (Charlie Vauselle), el niño que protagoniza La isla roja, la nueva película del director francés Robin Campillo (Mohammédia, Marruecos,1962), ganador del Gran Premio del Jurado de Cannes con su anterior filme, 120 pulsaciones por minuto (2017).

Estamos en la base aérea del ejército francés en Madagascar en los años 70. Thomas es hijo de un militar de procedencia española (Quim Gutiérrez) y una mujer francesa (Nadia Tereszkiewigz). Suzanne es nativa de un país al borde la revolución contra el colonialismo. Ambos van juntos al colegio y comparten una intensa fascinación por los libros de Fantôtomette, que siguen a una niña de 12 años que por las noches es una heroína enmascarada que combate el crimen. Este personaje de ficción -cuyas aventuras saltan a la pantalla en una especie de falsa animación a base de maquetas y de actores con máscaras - será la guía para que Thomas, solitario y reservado, se convierta en un observador de las inquietantes actividades de los adultos.

Porque, tras la aparente felicidad del hogar familiar y la belleza deslumbrante de la isla africana, Thomas empieza a detectar que algo falla, la tristeza de una madre condenada a repetir el mismo día ad infinitum, después la tensión en una casa sometida por los caprichos de un padre es la representación clásica del machito español, celoso, violento y con escasas luces. Por último, la falsedad de una comunidad cuyo paraíso radica en el sometimiento del otro, en el racismo.

Robin Campillo parte de su propia biografía para crear un flim cautivador en el apartado visual, con una fotografía de Jeanne Lapoirie que saca el máximo partido de los distintos tonos de rojo que emanan de la naturaleza de Madagascar. Más problemática es la narrativa que se construye en torno a la experiencia de Thomas, pero también con su imaginación que vuela impulsada por las habladurías de los adultos, que escucha escondido en un baúl o debajo de una mesa, o los detalles que percibe como amenazadores o inquietantes. Así, el filme, durante buena parte del metraje, navega por una suerte de realidad ambigua, en la que se insertan recuerdos, ensoñaciones y pesadillas...

Javier Yuste. El Cultural, 13-10-2023.

domingo, 22 de octubre de 2023

Ese sentimiento que nos doblega aún más que la culpa: la vergüenza

Cuando le hablé a un amigo acerca del proyecto de escribir un opúsculo sobre la vergüenza, su respuesta fue: "Que idea tan extraña. Sobre la culpa, vale: Dostoievski, Kafka... Pero sobre la vergüenza...". 

Hoy me sorprende esa reacción puesto que ahora considero que la vergüenza envuelve una experiencia profunda, más extensa, más compleja incluso que la culpa y que implica múltiples dimensiones: moral, social, psicológica, política (y también me parece que Kafka y Dostoievski son sobre todo escritores de la vergüenza).

En mi vida personal creo que me ha embargado más a menudo la vergüenza que la culpa, creo haber tomado más decisiones doblegándome ante las imposiciones de la primera que ante los mandatos de la segunda. (...)

En realidad la reacción de mi amigo me infundió valor: Me dije a mí mismo que si bien se pueden llenar bibliotecas con volúmenes dedicados al sentimiento de culpa, sobre la vergüenza se había escrito menos. Sin embargo, en cada disciplina tenía su autor de referencia sobre el tema, y en todos los casos eran obras capitales: Serge Tisseron en psicología, Vincent de Gaulejac en sociología, Didier Eribon en sociofilosofía, Claude Jamin en psicoanálisis, Jean-Pierre Martin en crítica literaria, Ruwen Ogien en filosofía... Llegaba tarde.

No obstante me mantuve firme. Además podía apoyarme en sensaciones propias, sin tener que revelarlas necesariamente, podía recurrir a las emociones experimentadas durante algunas lecturas (James Baldwin, Annie Ernaux, Primo Levi, Simone Weil), podía citar a esas mujeres que sufrieron la humillación de los hombres: Lucrecia, Fedra, Bola de Sebo, Ana Karénina, las obreras de Daewoo en el relato de François Bon y muchas más.

La vergüenza es el mayor afecto de nuestros tiempos, el significante de las nuevas luchas. Ya no gritamos ante la injusticia, lo antirreglamentario o la desigualdad. Gritamos ante la vergüenza.

Enero de 2021. París, Rue Saint-Guillaume. Oliver Duhamel, presidente de la Fundación Nacional de Ciencias Políticas, es acusado por Camille Kouchner, su hijastra, de haber abusado sexualmente de manera reiterada de su hermano mellizo a finales de los años ochenta, algo de lo que el director del Instituto de Estudios Políticos de París de la época ya estaba al corriente desde 2019. Ante el escándalo que golpea a su institución, los estudiantes se manifiestan y publican una carta abierta titulada "La vergüenza" para exigir la dimisión del director; Olivier Duhamel ya había dimitido por voluntad propia al enterarse de que se iba a publicar próximamente el libro...

Día 28 de febrero de 2020, París, sala Pletel, cuadragésima quinta ceremonia de los César. Cuando nombrar mejor director a Roman Polanski, Adèle Haenel abandona la sala con gran estrépito gritando: "Vergüenza, vergüenza, es una vergüenza".

En el mes de enero de 2020, Jean Ziegler, antiguo relator especial de la ONU sobre el derecho a la alimentación, proclama tras una visita al campo de refugiados de Moria, situado en la isla de Lesbos que es "la vergüenza de Europa"...

La vergüenza funciona con imaginación. Es necesaria para sentir "vergüenza del mundo" y pensar que las cosas podrían ser de otra manera... Lo que nos da la fuerza para desobedecer , para no resignarnos a esta terrible situación que cada día parece más factible y para mantener intacta la capcidad de rebelión es, retomando la expresión de Primo Levi, "la vergüenza del mundo". La vergüenza es una mezcla de tristeza y de rabia. No es algo que se supere, independientemente de lo que prometan los mánager del alma, sino que la transformamos confiriéndole la forma de la ira.

Frédéric Gros (Saint-Cyr- l'École, Francia, 1965) es profesor de Filosofía y es experto en historia de psiquiatría. Este extracto es un adelanto de "La vergüenza es revolucionaria", de Taurus, que se publica en España el próximo 11 de octubre.

El País, domingo 8 de octubre de 2023.

sábado, 21 de octubre de 2023

Etterbeek trata de lidiar con su pasado colonial

Mucho antes de que Etterbeek fuera conocido por alojar las principales instituciones de la Unión Europea, o por ser donde creció Georges Remi, más conocido como Hergé, el padre de Tintín, esta comuna de Bruselas era ya famosa por los numerosos cuarteles militares que se instalaron allí desde la independencia belga en el siglo XIX. Un pasado que hace que sea uno de los lugares de Bélgica con más referencias, entre calles y monumentos, al siniestro legado colonial con el que el país lleva tratando de lidiar desde hace años, especialmente tras las protestas del movimiento Black Lives Matter, en 2020. En Bélgica, múltiples estatuas, sobre todo las dedicadas a Leopoldo II, fueron teñidas con pintura roja.

La comuna bruselense quiere ahora afrontar ese pasado, sin borrarlo: tras 18 meses de trabajo de una comisión formada por representantes políticos comunales y residentes, dedicada a discutir qué hacer con los vestigios coloniales, el alcalde de Etterbeek, Vincent De Wolf, ha anunciado un "trabajo de contextualización" de los nombres de calles, estatuas y otros monumentos ligados al pasado colonial belga en su comuna. El siguiente paso será la conformación de un panel de expertos independientes, que deberá hacer una lista de los símbolos a explicar por orden de prioridad y preparar el contexto de cada uno de ellos. Una explicación que previsiblemente será presentada en una placa o incluso con un código QR al lado del monumento o calle original.

La idea, explica André du Bus, consejero comunal y ponente de la comisión que preparó el informe, es que la explicación aledaña contenga "todos los elementos identificados como problemáticos y que plantean cuestiones", sobre el personaje o elemento en cuestión, pero también evitar  "excesos sin sentido". "Se trata de que los ciudadanos se apropien de las cuestiones y afronten un debate", señala Du Bus, cuyo informe propone también la celebración anual de un "acto cultural, social y sociológico para educar sobre los desafíos coloniales y de la descolonización". La información que se proponga, subraya, "deberá ser precisa, factual, por eso ha sido confiada a un panel de expertos". De Wolf ha indicado su intención de avanzar rápido para que todo esté listo antes de las elecciones comunales que se celebrarán justo antes de un año.

Silvia Ayuso. El País, martes 17 de octubre de 2023.

viernes, 20 de octubre de 2023

El fauno con acento japonés, en el Real

Madeline Wong y Óscar Comesaña en un momento de Faun.
 Foto: Gregory Batardon

Desde que en 1962 el Gran Teatro de Ginebra apostó por una compañía de ballet permanente, formada ya desde sus inicios por 21 artistas, la apuesta por la danza en la ciudad suiza ha sido una garantía de calidad. Cada año presenta dos coreografías que terminan girando por los escenarios más importantes del mundo. Es el caso de las piezas Faun y Ukiyo-E, que llegan al Teatro Real el  11 de octubre de la mano de su actual director artístico: Sidi Larbi Cherkaoui. 

El coreógrafo belgamarroquí, que ha regentado durante siete años el Ballet Vlaanderen de Flandes, presentará Faun con la escenografía de Adam Carré y la música de Claude Debussy y Notin Sawhney. Protagonizada por Oscar Comesaña y Madeline Wong, el montaje, en el que destacan sus referencias mitológicas y animales, tiene su origen en el Preludio a la siesta de un fauno, de Nijinski. La diferencia con respecto al bailarín y coreógrafo ruso es que el encuentro entre el fauno y la ninfa se convierte en diálogo. Frente a la idea originaria del despertar del sexo, Cherkaoui abraza el encuentro carnal de estas dos criaturas a través de un juego esencialmente físico, enfatizado por los serpenteantes pasos de los bailarines. En la propuesta resulta clave la electrónica que Sawhney propone en algunos pasajes.

"En mi trabajo coreográfico imagino la energía de los cuerpos como la del agua: cuerpos arrastrados por mareas o por olas más tranquilas, cuerpos arrojados en todas direcciones como si hubieran salido de una gran tormenta", explica Cherkaoui.

La otra pieza que podrá verse en el Teatro Real -en enero pasó por el Arriaga- es Ukiyo-E. Estrenada en el Gran Teatro de Ginebra el año pasado, llegará con la música de Szymon Brzóska y Alexandre Dai Castaing y con la escenografía de Alexandre Dodge. La obra se pregunta cómo sobrevivir en un mundo en constante crisis. Cherkaoui se inspiró en el término japonés que significa "imágenes del mundo flotante". "El mundo que quiero evocar en Ukiyo-E. es un lugar de paz e intercambio, donde todos encuentran su lugar junto a los demás. Aunque a veces no parezca haber mucho espacio, todo encaja. La danza también conlleva este sentido de comunidad", señala el coreógrafo a El Cultural.

La propuesta de Dodge tiene un entramado de escaleras imposibles en las que los bailarines se pierden con sus movimientos. Todo ello, para evocar tanto el ascenso como el abismo.

J. López Rejas. El Cultural, 6-10 de 2023.

miércoles, 18 de octubre de 2023

"Réel Madrid"

Mark Greene
El título del nuevo libro del escritor francés Mark Greene (Madrid, 60años) es un juego de palabras con el nombre del club de fútbol de la ciudad donde nació. Réel Madrid, publicado por la editorial Plein Jour, podría traducirse como Real Madrid, o mejor, Madrid real. Es una búsqueda del tiempo perdido: el de la infancia del autor, hijo de un estadounidense y una francesa, en un barrio luminoso de la gris capital franquista de los años sesenta. En una conversación en castellano en el café Le Select, en el parisiense y literario boulevar Montparnasse. Greene evoca aquel pasado: sus paradojas y ambigüedades.

P.- Por retomar el título del libro, ¿siente usted el Madrid de su infancia más real que el actual?

R.- En cierta medida, sí. Son mis primeros recuerdos. Era una ciudad singular, diferente. Aquella España de mi infancia era otro mundo.

P.- ¿En qué era diferente?

R.- Estaba en otro tiempo. El franquismo cerró el país. España era suigeneris. La gente se acostaba muy tarde, aún más que hoy. Trabajaba poco. No había la idea de rentabilidad como ahora. En ciertos aspectos, era una ciudad bastante relajada. Era cool. Es paradójico, se recuerda el estado autoritario, pero también era así.

P.-El Madrid que describe no es el Madrid del franquismo. El que aparece en Réel Madrid parece por momentos un Madrid en technicolor.

R.- Yo vivía en el barrio alrededor del Bernabéu, un barrio que tiene mi edad pues nació conmigo. Los edificios son un poco como yo hoy: han perdido su brillo.

P.- ¿Cómo puede ser que aquel Madrid que asociamos a la grisura tuviera ese brillo?

R.- También es el Madrid del cine: en los años cincuenta llegan los americanos a hacer películas. Muchas son wésterns. Viene Clint Eastwood, que estuvo un tiempo en mi barrio, Ava Gardner antes. Era un barrio cosmopolita, que después se llamaría la Costa Fleming: había tiendas, restaurantes, bares de prostitución que eran tolerados.

P.- Escribe usted que es el único verdadero barrio cosmopolita que ha conocido en su vida.

R.- Sí, Es cierto que París es bastante cosmopolita, pero no hay un barrio cosmopolita. Montparnasse quizá, en la época de entreguerras, o los Campos Elíseos en los cincuenta. Hay barrios de inmigración que es otra cosa.

P.- ¿Aquel Madrid no era una burbuja?

R.- Era particular . Había artistas y actores extranjeros, gente bastante libre que venía a respirar... a un país autoritario. De pequeño veía en el supermercado a Jeanette o Umbral paseando por la calle, o a Di Stefano, que nunca se mudó.

P.- ¿Era usted consciente  de que vivía en un país autoritario?

R.- Veíamos a Franco pasar por la Castellana, donde vivíamos, y verlo era un pequeño espectáculo casi. Había policías en las azoteas, de dos en dos. Paraban el tráfico. El barrio quedaba en silencio, como petrificado. El Madrid de mi infancia también era un Madrid de piedra, silencioso (...)

P.- Usted convierte su barrio en un espacio literario.

R.- A veces hay escritores que trabajan mucho con un pueblo o un barrio. Lo hizo Faulkner.

P.- Y García Márquez. ¿La costa Fleming es su Macondo?

R.- Un poco, sí.

Marc Bassets. París. El País, sábado 14 de octubre de 2023.




Louise Bourgeois, las telas de la "mujer araña"

Maman de L. Bourgeois en el Guggenheim de Bilbao y la autora dentro
 de la Guarida articulada de la colección del  MoMA de Nueva York 
Louise Bourgeois (París,1911-Nueva York 2010) es una de las artistas que definieron la escultura en el siglo XX. Conocida por sus monumentales bronces de arañas que se han instalado a las puertas de templos como la Tate Modern de Londres, el Hermitage de San Petersburgo, el Guggenheim  de Bilbao y ahora el Belvedere de Viena, el origen de su imaginación visual se encuentra en el espacio mínimo del lienzo. La artista volcó por primera vez en sus pinturas al óleo las formas esenciales y los demonios personales que exploraría a lo largo de siete décadas, y el Belvedere las ha reunido para exponerlas por primera vez en Europa en la retrospectiva Antagonismo persistente.

Nacida en París en la Navidad de 1911, con 26 años se casó con el afamado crítico de arte Robert Godwater y se mudaron a Nueva York, donde comenzó a pintar y a expresar a través del arte sus ansiedades para exorcizarlas. "Pese a su proximidad con los surrealistas en los años treinta en París y con los expresionistas abstractos  en los años cuarenta en Nueva York, su obra permaneció predominantemente figurativa y poco convencional", dice la comisaria Sabine Fellner. Entonces dejo de pintar.

Nadie la conoció mejor que Jerry Gorovoy, su confidente y asistente personal durante tres décadas, que lidió con los proverbiales ataques de ira de la pequeña artista francocanadiense ("mis emociones son inadecuadas para mi tamaño", gritaba Bourgeois). Durante la presentación caminaba discreto por las salas barrocas del Belvedere. Preside la Easton Foundation en Nueva York que gestiona el legado de la creadora. ¿Por qué dejó la pintura Bourgeois? "Abandonó el óleo sobre lienzo pero nunca dejo de dibujar y hacer grabados, no renunció a las dos dimensiones. Escogió la escultura porque era un trabajo más físico.

"Y para dominar el espacio", añade Fellner junto a Cell (The last Cimb), de 2008, una instalación del tamaño de una habitación que en el Belvedere se presenta entre escenas mitológicas y frescos del siglo XVIII en el monumental Salón de Mármol, la única sala del palacio que abarca dos pisos. Las celdas, junto a las arañas (instaladas, en su caso, en los jardines), son los dos grandes emblemas de la obra escultural de Bourgeois, la primera mujer, en 1982, a la que el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) dedicó una retrospectiva.

Los lienzos de Bourgeois creados entre 1938 y 1949, se exhiben en diálogo con una selección de esculturas, instalaciones, dibujos y grabados de una fecunda carrera artística que abraza el siglo XX. Si las celdas pueden leerse como un autorretrato, el motivo de la araña (que representó por primera vez en un pequeño dibujo en 1947) es una oda a su madre y un guiño a su propio proceso creativo. Esos insectos construyen su mundo, a partir de su propio cuerpo, así crean sus telas. Bourgeois asumía que su arte era una respuesta física de sus emociones y ansiedades.

La mayoría de las pinturas apenas se han mostrado en público. Algunas son clásicas, como The Runaway Girl o la serie Femme Maison, que se convertiría en un icono para la segunda ola del movimiento feminista. La exposición se encara con las eternas ambigüedades de Bourgeois. La más ruidosa, su rechazo frontal al sintagma nominal de "artista feminista", que consideraba una etiqueta castrante. En una de las paredes del Belvedere, junto al cuadro de Roof Song (1947), se lee casi como un bramido una de sus citas: "No existe una estética feminista. ¡Absolutamente no!. Hay un contenido psicológico. Pero no por ser mujer trabajo como lo hago. Es por las experiencias por las que he pasado". (...)

Bourgeois afirmaba que el dolor era su negocio. "Dar significado y forma a la frustración y el sufrimiento", subrayaba. La opción de catalogar a Bourgeois como paradigma de artista atormentada que exprime sus traumas y conflictos interiores en la creación de sus obras, puede resultar un cliché. Preguntado por ello, Gorovoy responde con otro: "Bourgeois decía que la gente feliz no tiene historias". El principal descodificador del simbolismo de la artista añade: "Hacía arte de sus problemas. Si hubiera sido feliz, creo que no habría sido artista". Vivió 98 años.

Antagonismo persistente se expone en el museo Belvedere de Viena hasta el 28 de enero de 2024.

martes, 17 de octubre de 2023

El "annus horribilis" del Museo Picasso

El año 2023 está marcado en rojo en el Museo Picasso Málaga. El 20 aniversario coincide con los 50 años de la muerte del artista malagueño y el calendario ha estado repleto de actos, actividades y dos grandes exposiciones. Una, Picasso escultor: Materia y cuerpo, acaba de terminar con más de 151.000 visitas. Otra, El eco de Picasso, inaugurada el 3 de octubre. Sin embargo, lo que ha marcado la actualidad del espacio ha sido un conflicto laboral enquistado desde que hace casi un año se denunciara el último convenio, que había caducado en 2021. Movilizaciones y anuncios de huelga han ensombrecido la imagen de la pinacoteca más visitada de Andalucía, que se encuentra en pleno proceso para sustituir a su director, José Lebrero, ya en la rampa de salida. Todo, ante el gran enfado de la familia Ruiz-Picasso, con Bernard, nieto del artista y presidente del consejo ejecutivo, a la cabeza. Y con la Junta de Andalucía de perfil tras declararse incompetente para participar en la negociación con la plantilla.

Epicentro cultural de la ciudad, más de nueve millones de personas han pasado por el Museo Picasso Málaga desde su inauguración el 27 de octubre de 2003. Aunque ha ejercido también como faro para el turismo, se encuentra hoy en una crisis interna que, según explican sus trabajadores y extrabajadores, no es casualidad. Es fruto de una serie de factores que han ido minando las relaciones internas  y han explotado cuando quienes rigen el camino del espacio menos lo esperaban, en pleno año Picasso.

La idea era celebrar la efeméride por todo lo alto y agrandar aún más la imagen internacional del museo. Pero el conflicto laboral que también ha traspasado fronteras, lo ha ensombrecido todo. "Si se hubieran hecho los deberes antes no se habría llegado a esta situación", cuentan fuentes conocedoras de lo que ocurre en las entrañas de la institución, que destacan el gran disgusto que todo ello supone para Bernard Ruiz-Picasso, miembro del patronato que rige la Fundación Museo Picasso Málaga. Legado Paul, Christine y Bernard Ruiz-Picasso. Esta entidad privada es la titular de la colección, los fondos del museo y su sede, el Palacio de Buenavista. La Junta, por su parte, inyecta entre tres y cuatro millones de euros cada año.

En los pasillos muchos apuntan a la desgastada relación entre la plantilla y José Lebrero, de 69 años, como uno de los factores que han desatado la incómoda situación. Lebrero llegó al cargo rn 2009 de la mano de Rosa Torres, entonces consejera de Cultura de la Junta de Andalucía, pero la distancia con los trabajadores se ha ido agrandando. "Su objetivo siempre ha sido abrir el museo mucho más, algo que está muy bien, el problema es que cada vez hay más exposiciones, el auditorio acoge muchísimas actividades y los dos aniversarios han cargado de mucho más trabajo a la plantilla, que lleva más de una década perdiendo poder adquisitivo y viendo como la empresa los ningunea", cuenta un exempleado del centro. La misma fuente habla de que Lebrero ha ido cediendo poco a poco poder a la familia Picasso. "Ahora hay más exposiciones ligadas con artistas de la galería Almine Reich, pareja de Bernard Ruiz-Picasso", añade otra fuente que conoce bien las interioridades del museo. El patrono vitalicio, como también lo es su hermana Christine Ruiz-Picasso, ha respondido a El País que esta afirmación es algo "absolutamente falso". En cuanto al conflicto laboral, Bernard Ruiz-Picasso asegura sin entrar en detalle, que el centro sigue "las normas establecidas en las leyes"...

Nacho Sánchez. Málaga. El País, domingo 17 de septiembre de 2023.

lunes, 16 de octubre de 2023

La nuit du verre d'eau/El valle de la esperanza

Abre El valle de la esperanza con una gran panorámica de una carretera en medio del paisaje montañoso del Líbano por la que circula un coche que pronto sabremos de época. Cierra con el mismo coche, ahora en dirección contraria. Estamos en 1958, sabemos que es verano en una pequeña población alejada de Beirut y que es tiempo de vacaciones en una familia burguesa originaria  de allí y con tres hijas. Son cristianos en convivencia pacífica con las restantes comunidades religiosas. Al pequeño hotel del pueblo llegan una señora francesa y su hijo doctor. El debutante Carlos Chahine coloca las balizas periféricas del relato para centrarse en aquellas tres mujeres, una de ellas casada y con un pequeño. Las relaciones entre ellas son mejorables, en parte por su diferente actitud ante el férreo patriarcado que interfiere con fuerza en su factor sentimental. La menor se a hurtadillas con un musulmán, la tercera está en subasta matrimonial contra su voluntad, como quizá lo estuvo la mayor, Layla. A modo de aderezo, la realidad política, las noticias preocupantes que llegan de la capital... En fin.

El núcleo de la trama gira en torno a la casada, cuyo estado representa al de sus congéneres, no diría libanesas, sino de todo el mundo árabe en tiempos en que relucir la emancipación femenina era tanto como una sentencia para el repudio como mínimo. Al haber trasladado la trama a aquellos años, el guion no podía asumir claves más extremas (el papel reivindicativo de la mujer ya es tema frecuente en el cine actual de la región) y Chahine, seguramente tomando como referentes experiencias de gentes de su entorno, opta por ilustrar los pequeños gestos que se hacían entonces para zafarse de la losa patriarcal. Finalmente, aquel coche de regreso emprende el camino a la libertad. Fue premio en el festival de El Cairo, y su reconocimiento encierra también un fuerte simbolismo.

M. A. Fernández. La Voz de Galicia, sábado 9 de septiembre de 2023.

domingo, 15 de octubre de 2023

La France moche/La Francia fea

En los últimos días una polémica expresión ha resurgido en el debate público francés y en las redes sociales: la France moche / La Francia fea. Acuñada por la revista Telerama en 2020 para describir las zonas comerciales construidas hace 50 años en las entradas de las ciudades, la expresión fue utilizada en un reportaje que se refería a ellas como "metástasis periurbanas", unas zonas pensadas para el coche y el consumo de masas de las clases populares por parte de unas autoridades locales que solo se fijaban en el potencial económico de esos lugares sin reparar en los terrenos agrícolas, el pequeño comercio ni en el monstruo de fealdad que estaban creando. Trece años después el Gobierno francés ha llegado a la misma conclusión y ha anunciado un plan dotado con 24 millones para la transformación de esos espacios que representan el 72% de las compras en tiendas físicas del país, según el Ministerio de Economía.

El Gobierno quiere aprovechar que estas zonas se han vuelto altamente estratégicas en los últimos años, tras la aprobación de la regla de la artificialización neta cero de los suelos, que prohíbe construir nuevas viviendas en tierras dedicadas al cultivo, para convertirlas en barrios habitables. Con sus servicios públicos y sus espacios verdes, eso sí, entre una nave industrial y otra. El Ejecutivo busca así dirigirse a la Francia periurbana, esa Francia de los chalecos amarillos y del declive social, con la crisis climática y la necesidad de reducir el uso del coche de telón de fondo.

La fealdad que impregna estos entornos, que dominan inmensos carteles publicitarios con sus falsas promesas de bienestar y abundancia, es innegable. Que son el reflejo de una obsoleta concepción de la modernidad también. Por eso querer mejorarlos solo puede ser bien acogido. Pero limitarse al aspecto estético y siniestro siempre que políticos o medios se refieren  a estas zonas donde acuden y trabajan a diario centenares de personas es un error del que se desprende un fuerte aroma de desprecio social.

Mientras leía los artículos, no me podía quitar de la cabeza a los directores Benoît Delépine y Gustave Kervern -vean Le grand soir-, o la Premio Nobel Annie Ernaux, que han sabido devolver a esos sitios y a las vidas que allí transcurren, su espesor, su memoria, su trascendencia, más allá de los típicos clichés. Lo ha resumido muy bien un arquitecto: "La Francia fea soy yo. He festejado mis cumples en el Buffalo Grill y me he criado en la sección de cómics del Auchan". Y ha sido muy feliz. Su infancia, asegura, no tiene nada que envidiar a la de un niño criado en el centro de la ciudad. Sencillamente, ha sido enriquecida por otras cosas.

En Mira las luces, amor mío, Ernaux , fascinada desde la adolescencia por estos entornos, hace del máximo símbolo periurbano -el hipermercado- el asunto central de su libro desmontando el mito según el cual  estos lugares nunca cuentan nada interesante, ni dejan huella en las personas. Para la escritora, frecuentarlos asiduamente resulta incluso indispensable para cualquier persona que aspire a conocer la realidad social francesa porque ningún otro "reúne en su seno  a gente tan diferente, ya sea por la edad o el nivel económico". En esas zonas comerciales, en esa Francia periurbana que tan poco aparece en la literatura, nos dice Ernaux,"se moldean los pensamientos inconscientes", "las emociones", "los recuerdos". Tratarlas desde una perspectiva meramente estética, a la vez que se estigmatiza indirectamente a los que las frecuentan, es permanecer ciego ante las experiencias de una proporción significativa de la población por muchos millones que se inyecten. El desprecio no se cura con dinero.

Carla Mascia. El País, sábado 16 de septiembre de 2023.

sábado, 14 de octubre de 2023

Dadme un queso y moveré la ciudad

Nader Baraia. Foto:  © Nader Baraia 

La gran cronista gastronómica M.F. K. Fisher decía que el vino y queso "son compañeros eternos, como la aspirina y el dolor, o junio y la luna, o la buena gente y los emprendimientos nobles". Nader Baraia, un chico de origen egipcio proveniente del barrio de la Croix Blanche de Vigneux-sur Seine (población de Île-de-France, a 12 kilómetros de París), con menos de 30 años ha ejercido de técnico aeronáutico en Air France, de boxeador, y ahora de pensador de tablas de quesos y al mismo tiempo de catalizador de un nuevo mercado popular en la vecina población de Athis-Mons, junto al aeropuerto de Orly.

Nader vio la luz un día en que con su esposa salió de excursión a la Alta Saboya y descubrió el concepto camion-magasin (furgoneta-tienda). Había visto food trucks, por supuesto, pero nunca una tienda ambulante. Impulsado por el deseo de ser su propio jefe y su devoción por los quesos franceses, invirtió hasta el último céntimo de los 40.000 euros que tenía ahorrados, se armó con papel, bolígrafo y un ejemplar de la Encyclopédie des Fromages-guide illustré de plu de 350 fromages de toutes les régions de France, escrito por Tomoko Yamada (y con prefacio de Joël Robuchon), y trazó un proyecto aventurero al que llamó O'Bon Fromage. Cuando tuvo a punto camión y mercancía, llamó al alcalde y se plantó una tarde de viernes, él solo, en una plaza de Athis-Mons.

Dos años después, Jean-Jacques Grousseau, alcalde de Athis-Mons, recuerda: "En estos distritos tenemos el síndrome de ser ciudades dormitorio de la Grande Couronne en la que no pasa nada. Nuestra ambición, nuestra apuesta, es dinamizar el ambiente y propiciar encuentros. Nader fue el primero y unas semanas después se apuntó un frutero, después se sumó otro con pescado y luego un libanés con un delicatessen. Desde entonces el mercado se ha convertido en la atracción de los viernes por la tarde en el centro de Athis-Mons".

El geógrafo Edward Soja acunó el concepto de justicia espacial en su celebrado ensayo En busca de la justicia espacial, una invitación a pensar las ciudades y a descubrir como la configuración del espacio público puede ser tanto opresiva como liberadora. La espacialidad y la justicia son construcciones sociales que pueden modificarse a través de la acción política. La propuesta instrumental y gastronómica de Nader permite reconocer y mejorar uno de esos suburbios. 

Cuando se le pregunta a Nader por la fuerza mental para lanzarse al ring de los quesos en un país tan experto, responde: "Sin ser técnico aeronáutico nunca habría tenido esta mentalidad, porque al igual que con la seguridad de los vuelos, tenemos la obligación de establecer niveles de higiene en el queso. Cuando conté a mi familia y a mis amigos mi cambio de carrera se asustaron y se preocuparon. Tenía un contrato indefinido en Air France, pero hice lo que quise. Refino ciertos quesos y trabajo con pequeños productores para poder ofrecer siempre a mis clientes algo nuevo y, sobre todo, algo raro. Mis favoritos y los tres que más vendo son el famoso queso Comté, madurado durante 18 meses y muy afrutado; Sakura, que en japonés significa "hoja de cerezo", una briqueta de queso de cabra que lleva en el centro una hoja de cerezo comestible, y el queso de montaña Kaltbach". 

Nader no es un tendero al uso, es un quesero ambulante, especializado en mercados de suburbios, consciente de que lo más importante de una tienda nómada como la suya es la interrelación que genera en el entorno en el que se instala y el tejido social que concentra su vitrina, porque a fin de cuentas no hay nada que guste más a propios y a extraños que el queso.

Use Lahoz. El País Semanal, 9 de octubre de 2023.

viernes, 13 de octubre de 2023

"En lo emocional, la música es infinitamente superior a la literatura"

Pascal Quignard
La obra de Pascal Quignard late como una partitura polifónica en la que se entrecruzan sabios, eremitas, músicos... Para muchos es el autor francés más importante vivo. El jurado del premio Formentor que recoge ahora en España, ensalza su capacidad para adentrarse en las honduras del alma.

 1994 fue el año de la ruptura para Pascal Quignard (Verneuil-sur-Avre, 1948). Abandonó París y su cargo como secretario general de la editorial Gallimard, amén de la dirección del Festival de ópera de Versalles. Quignard escapó de la ciudad para abrazar "la soledad radical". Estaba cansado de convivir con las servidumbres que para el individuo implica conjugar ese verbo. Como su admirado Montaigne, renegó de la corte para cultivar, en su château, la escritura con su espíritu libre e independiente.

Desde esa gran renuncia, su obra poliforme y polifónica, refinada y culturalista, eclosionó. Hoy atesora ya más de setentena de títulos como Todas las mañanas del mundo (1991), adaptada al acine por Alain Corneau. Madrugador pertinaz y enamorado del alba, Quignard es sin duda uno de los grandes santones de las letras galas, aunque el prefiera ser identificado como un cartujo desprendido que todavía toca el piano (el violín ya no puede por la artrosis) y aguza el oído para deleitarse con el canto de los pájaros. Escuchándoles conjura las turbulencias psíquicas (en su dura infancia se cruzaron la anorexia y el autismo) y regocija el corazón. Ahora, con su última novela bajo el brazo, El amor, el mar (Galaxia Gutenberg) llega a España para recoger el Premio Formentor.

P.- En El amor, el mar se adentra en la Guerra de los Treinta Años, que casi desangra a Europa. ¿Qué deberíamos tener presente hoy de aquel horror?

R.- Que hay más futuro en el tiempo que en la Historia. Que hay más futuro en la vida y en la naturaleza que en la guerra incesante. Que haciendo la guerra a la guerra no detendremos la guerra.

P.- "Armonía" procede de un vocablo griego utilizado en carpintería para referir el encaje de dos piezas que se repelían . ¿Qué puede aportar la música a la convivencia pacífica?

R.- Nada, Al contrario de lo que leemos y de lo que oímos decir en todas partes, las maravillas de la música culta no son en absoluto universales. Son más elaboradas y más intraducibles que los propios lenguajes humanos.

 P.- En Rutes recordaba algo que decía Messiaen: que los pájaros eran "los más grandes músicos del planeta".

R,- Se trata de un misterio nocturno que no pertenece solo a los pájaros. La audición en el vientre de nuestras madres precede la visión y la respiración. El ruiseñor espera el momento más oscuro de la noche para lanzar su poderoso y extraordinario canto. Los ornitólogos dicen que es la densidad del silencio lo que lo causa. La música rompería el silencio excesivo, del mismo modo que los sueños romperían el dormir, que de otro modo semejaría a la muerte...

P.- ¿En qué medida la música supera a la literatura como medio de expresión?

R.- Es infinitamente superior en el plano emocional. Hablo de la verdadera música. La música sin programa. Toca al corazón sin mediación. La música para Mozart, Schubert, Albéniz, Fauré... Hablo de la música escrita, como la literatura. Pero para el pensamiento la música no es nada. El pensamiento es lenguaje, significado.

P.- Fue algo así como un monaguillo. Dice que entonces descubrió que no había nada más bello que las lamentaciones barrocas.

R.- No exactamente pero sí. Pertenezco a un linaje de organistas. Yo mismo empecé a ejercer como tal a finales de los años 60, en un pequeño pueblo a orillas del Loira. Lo que me fascinó fue la misa, un espectáculo total: la muerte de Dios y la sucesión  de diferentes emociones que la música acompaña. La extraña danza de ponerse en pie, sentarse, arrodillarse, juntar las manos, bajar los párpados, el cortejo avanzando hacia la valla del coro, el silencio, la boca abierta para devorar al sacrificado... Todo puntado por las miradas y los gestos que se intercambian el cura y el organista, que improvisa a partir de sus gestos....

Alberto Ojeda. El Cultural, 22-9-2023.

jueves, 12 de octubre de 2023

Marin Marais, el músico al que Bach admiraba

Dice Pascal Quignard (Verneuil.sur-Avre, 1948) que Bach admiró la obra de Marin Marais, que tenía en su poder varios libros de suites para viola, que escribió La pasión según San Mateo siguiendo el estilo del compositor francés. Lo explica en La lección de música -publicado por Versal en 1988, fue el primer libro de Quignard aparecido en castellano-, un volumen que recoge tres fragmentarios tratados narrativos sobre la voz humana y sus cambios. El primero de ellos -dedicado a Marais- fue el germen de la nouvelle de Quignard Todas las mañanas del mundo, que ahora rescata Galaxia Gutemberg en la traducción que la ferrolana Esther Benítez preparó para Debate en 1992, cuando otro gallego ilustre, Constantino Bértolo, estaba ya al frente del sello.

La novela -que amplía y profundiza en lo que recogía aquel tratadillo -fue adaptada para el cine en 1991 por el propio Quignard y Alain Corneau, que se encargó de dirigir un filme cuya música preparó (sobre obras de Marais, Saite-Colombe, Couperin y Lully) el vielogambista Jordi Savall, con el que por entonces colaboraba Quignard en el seno de la orquesta Le Concert des Nations.

Quignard pone en esta obra Todas las mañanas del mundo, todo su arte literario, pesando cada frase, como buen poeta, pero también sobrevuela el texto, su ritmo, todo aquello que domina como musicólogo, como sabio teatral y buen conocedor de la danza. La bellísima novelita puede ser leída en voz alta y uno se imagina al ermitaño escritor golpeando el bastón sobre la tarima de madera de la escena marcando perfectamente los tiempos del relato sobre el río de las aguas tranquilas que es esa narrativa pegada a la oralidad que borda el autor de Las escaleras de Chambord. Como cómodo se siente explorando figuras históricas al dejarlas que crezcan, que revivan en el magma poético de sus ficciones.

H. J. P. La Voz de Galicia, domingo 1 de octubre de 2023.

miércoles, 11 de octubre de 2023

Alexandra Kolontái: la valquiria de la revolución rusa

En su libro póstumo, la gran historiadora Hélène Carrère d'Encausse reconstruye la historia de esta feminista y defensora del aborto que vivía con miedo a ser difamada y no criticó al dictador ruso. La vida tan rica de Alexandra Kolontái plantea muchos interrogantes. El más importante de todos ellos se refiere a Stalin. ¿Cómo explicar su destino tan excepcional, sobre todo en relación con este personaje? Esto nos lleva a una última y delicadísima pregunta: ¿Quién fue en realidad Kolontái? ¿Una revolucionaria? ¿Una estalinista? ¿Una oportunista, capaz de adaptarse a cualquier giro de la historia?

Como revolucionaria, su biografía atestigua un compromiso y una entrega total y duradera a la causa. Al igual que otras muchas mujeres de su entorno, es decir, de la aristocracia, Alexandra Kolontái se sintió al mismo tiempo obsesionada por la realidad de su país -el atraso, la miseria de la sociedad-, indignada ante los privilegios reservados a una reducida minoría y marcada por la reflexión que aquella situación suscitó ante las élites. La figura del "caballero arrepentido" que describió Turguénev y que encarnó Kropotkin también tuvo rostro de mujer: el de Vera Zasúlich y, sobre todo, el de Alexandra Kolontái. Pero cómo se pasó de "caballero arrepentido" a la reconciliación con Stalin?

En realidad, los signos de aquella reconciliación fueron evidentes desde muy temprano, ya que a mediados de los años veinte, cuando Stalin estaba avanzando hacia el poder total y estalló el principal conflicto en torno a su ascenso -su enfrentamiento con Trotski-, Kolontái pareció ponerse de su parte. En efecto, en 1924 entregó al Instituto Marx-Engels las cartas de Lenin, que, con sus críticas a  Trotski, le serían muy útiles a Stalin en el duelo que mantenía con su rival. En 1926, cuando ya era imposible dudar de la ambición y la brutalidad de Stalin, ella se opuso rotundamente a los avances de Trotski, lo que la llevó a sumarse a la Oposición. Posteriormente casi no hizo comentarios sobre las purgas, en las que desaparecerían hombres a los que ella apreciaba poco -es el caso de Zinóviev-, pero también otros que le eran cercanos. Todos ellos fueron triturados por la máquina terrorista de Stalin. Durante los años de purgas, Kolontái, imperturbable, se concentró en su misión como embajadora  y pareció ignorar las detenciones, los letales campos de trabajo y el gulag que se creó justo en aquella época. Finalmente, en sus años moscovitas, en los que Stalin le proporcionó una tranquila jubilación, al mismo tiempo que se abría una nueva época de terror, Kolontái enviaba complacientes mensajes al dirigente y le felicitaba por sus acciones.

¿Consiguió su tranquilidad y su salvación poniéndose del lado de quien había aplastado a todas las personas de su entorno, con excepción de su familia, que, como ella -y probablemente gracias a ella-, se salvó de la ira estalinista? (...)

Al final de aquella aventura en común, Stalin no pudo evitar romper el pacto implicíto que los había mantenido unidos durante tanto tiempo. A través de las instrucciones que dio tras la muerte de Alexandra, la expulsó de la historia del Partido. El tiempo ha vengado a Kolontái. La desestalinización ha condenado a Stalin, pero Kolontái ha sobrevivido. Sus textos, su actividad revolucionaria, política y finalmente diplomática han quedado grabados en el mármol del conocimiento histórico, con sus debilidades y sus renuncias, que no merman en nada la fuerza de su personalidad. Siempre fiel a su proyecto de estar con el pueblo -ese fue el principio que guió su vida -. Kolontái ha entrado en la historia de los héroes indiscutibles del movimiento comunista... Y para la historia, la imagen de Kolontái será siempre, por encima de cualquier otra cosa, la que admiraron las personas que la conocieron, la de una combatiente al servicio de todas las causas. La Valquiria de la Revolución.

Este extracto es un adelanto del libro póstumo de Hélène Carrère d'Encausse: Alexandra Kolontái. Una feminista en tiempos de la revolución rusa, que publica Crítica el 4 de octubre de 2023.

El País, domingo, 1 de octubre de 2023.

martes, 10 de octubre de 2023

Soñar con las musas

En 2018, la editorial Stock puso en marcha el proyecto Ma Nuit au Musée, una colección de libros en la que, hasta la fecha, 15 autores invitados han pasado una noche en vela rodeados de obras de arte y otros objetos para después narrar sus impresiones en forma de novela o ensayo. El proyecto, organizado en colaboración con el Museo Picasso de París, ha resultado en media docena de títulos inspirados por la obra del malagueño, así como en otras propuestas más allá de Francia: Leila Slimani se desplazó a Venecia para pasar una noche blanca en la Punta della Dogana; Diane Mazloum llegó hasta el Museo Nacional de Beirut, y dos autoras, la francesa Léonor de Recondo y la hispanocubana Zoé Valdés, coincidieron en elegir España como destino para sus experimentos artísticos-literarios. La primera instaló sus bártulos durante unas horas en el Museo del Greco de Toledo y la segunda hizo lo propio en el Thyssen Bornemisza de Madrid.  y de esas experiencias surgieron los títulos La leçon de ténèbres (La lección de tinieblas) y Les muses no dorment pas (Las musas no duermen). 

Con siete libros y dos discos como entradas destacadas de un currículo donde también figuran la práctica de la danza y el teatro junto con un pasado de activismo político de izquierdas, Lola Lafon lleva años acostumbrada a conceder entrevistas donde repasa una y otra vez sus coloridos antecedentes biográficos. Lugar de nacimiento, París. Fecha, 1974. Hija de padres francés y madre rusopolaca. Ambos profesores universitarios de Literatura, comunistas, destinados primero a Bulgaria y después Rumanía, países donde la autora se crio hasta los 12 años antes de regresar a Francia impregnada de una confluencia de culturas e idiomas. Al repetir este recuento de su hoja de vida, casi siempre faltaba un dato sobre el que Lafon no solía explayarse: además de esata identidades, es de ascendencia judía askenazi...

Cuando escuches esta canción, recién publicado en castellano por AdN, con traducción de María Teresa Gallego Urrutia, propone una suerte  de ajuste de cuentas con ese olvido posiblemente no del todo inconsciente. El ibro forma parte de la colección  Ma Nuit au Musée. Para su proyecto, el 18 de agosto de 2021 Lafon se encerró voluntariamente en la casa-museo de Anne Frank en Ámsterdam. Además de la conexión evidente  con la niña alemana, su texto acabará pr revelar otras ramificaciones  impredecibles. Nacida de un encargo, Lafon remarca que, incluso antes de recibirlo, esta fue siempre una historia que estaba destinada a contar. "Supe en un momento que era la oportunidad  de hablar de mi relación con aquello que eludía y para evocar la figura de mi abuela", rememora...

Silvia Hernando. Babelia. El País, sábado 23 de septiembre de 2023.