domingo, 31 de enero de 2021

Hijas de revolucionarios

Enero, en Francia, es el mes de  voeux, el intercambio de los mejores deseos para el año que comienza entre familiares y amigos. Es también el mes de la rentreé literaria de invierno que este año se esperaba rica, en número, 493 publicaciones y en firmas de reconocido prestigio. Entre otras: Marie NDiaye, Philippe Besson, Yasmine Reza, Eric Emmanuel Schmith. Un libro, él solo, como un gran vendaval inclemente sacudió el mundo literario parisino y es a fecha de hoy el más vendido: La familia grande (Flammarion),  de Camille Kouchner. El relato de  abusos a un menor en una familia de la élite intelectual de Saint-Germain-des-Prés. Silvia Ayuso informó, puntual, en El País, con un extenso artículo al que les remito, el 7 de enero, fecha del publicación del libro. No me detendré pues en los pormenores de lo sucedido. Me interesa, sobre todo, la voz de quién lo cuenta: Camille Kouchner, abogada, de 45 años, hija de Bernard Kouchner, fundador de Médicos Sin Fronteras y de Evelyne Pisier, primera mujer profesora de derecho en la Sorbona. Antes, en los años 60, había tenido una estrecha relación con Fidel Castro. 

Cuatros años antes, Laurence Debray, hija del filósofo Régis Debray y la antropóloga Elizabeth Burgos, más conocidos por su implicación en la revolución cubana con Fidel Castro y Che Guevara, publica Fille des révolutionaires (Éditions Stock, 2017) / Hija de revolucionarios (Anagrama, 2018). Un tercer libro, L'effet maternel (Flammarion, 2020) de Virginie Linhart  cuenta su historia "de hija de" uno de los dirigentes de la Gauche Prolétarienne, Robert Linhart y de una militante de extrema izquierda, Natacha Michel que pasó de una fábrica a ser universitaria. Estas tres hijas de revolucionarios reivindican con sus libros su derecho a liberar la palabra. "Liberar la palabra de una generación: decir, en primer lugar, que, porque no hayamos hecho la revolución no somos menos que ellos y sobre todo que tenemos derecho a contar lo que hemos vivido", (Laurence Debray, Le Point, 17 de enero). Reivindican sobre todo el dolor de no haber sido prioritarias para sus padres, sintiéndose siempre en un segundo plano frente a los caprichos de los adultos, el militantismo y los camaradas de lucha.

Solo he leido Fille de révolutionnaires de Laurence Debray que nos presenta una doble lectura: una lección clara, sencilla sobre un episodio de la Revolución Cubana, pintura ejemplarizante de lo que fue y sigue siendo el proyecto castrista, y la mirada curiosa de una hija a sus padres actores de Mayo del 68. Un libro especialmente conmovedor para mí que, por mi edad, tenía entonces 20 años, soy también hija de ese mayo. En España esa explosión de libertad del mayo francés se sumó a la lucha clandestina por la democracia en los últimos años de la vida de Franco. No necesitábamos buscar la revolución fuera porque la hacíamos en casa. Hay pasajes en el libro que me hicieron recordar lo sucedido en una familia de los que fui testigo. Salvando la distancia de la extracción social de los protagonistas, ellos, los Debray alta burguesía, clase media sin grandes recursos esa familia cercana, algunos aspectos del relato son muy similares. El papel que jugaron los padres de Debray  para tratar de librarlo de la cárcel en Bolivia, la sorpresa que se llevaron cuando conocieron la implicación de su hijo en la revolución, la  búsqueda de apoyos  hasta el mismísimo De Gaulle para conseguir que lo liberaran, son similares.  La misma sorpresa de esos  padres que conocí, cuando descubren que su hijo es un aprendiz de revolucionario, afilado al PC , en ese momento motor de la oposición al régimen franquista. El mismo modo de actuar de las dos madres, la de Debray que insistía en conseguir una entrevista con el general Barrientos y el de esa otra madre, tan elegante e inteligente como la primera, aunque sin contactos a los que pedir ayuda, solicitando una entrevista con el alto mando militar que dirigía el cuartel de la ciudad castellana donde su hijo, terminados sus estudios universitarios, cumplía el servicio militar y donde recibía propaganda del PC desde Galicia. La valentía y resolución de la madre lograron la reducción de la pena. Ella misma acompañó a su hijo al cuartel a cumplir dos meses de calabozo. Un asunto menor, desde luego, comparado con el affaire Debray. Un drama mayor. El hijo se salvó en ese momento pero, en aquella familia de padres generosos que vivían para sus hijos, se habían abierto unas fisuras que se los llevaron en un espacio corto de tiempo. Hoy solo sobrevive la hija que, si bien no fue indemne a los estragos de aquellos años convulsos, se apartó a tiempo del sueño revolucionario para intentar llevar a cabo su proyecto de vida, su deseo de construir algo que la ayudase a recuperar aquella infancia perdida.

 Feliz año 2021.

Carmen Glez Teixeira.

sábado, 30 de enero de 2021

Nancy, la capital del art nouveau

Stalisnas Lesczczynski, Émile Gallé o Jean Prouvé son nombres cuya impronta ordena estéticamente la visita a Nancy. Animada por sus universidades (un tercio de sus poco más de 100.000 habitantes son estudiantes), por la inercia de un pasado obrero y punk, por un impulso gastronómico popular (de la auténtica quiche a los macarons) y sobre todo, por su enorme vinculación con las arte plásticas, la arquitectura, la forja o el diseño, la ciudad francesa se revela ideal para poner en práctica el placer de los descubrimientos. 

Es inevitable empezar por la plaza Stanilas que une la neuve et la vieille Nancy, centro al que se volverá una y otra vez y al que se acabará llamando Stan. Una puerta de entrada muy versallesca. Hasta 1789 se llamaba Place Royale y tenía en el centro una escultura de Luis XV. Con la Revolución pasó a llamarse plaza del Pueblo y, con la Restauración, en 1831, incorporó la estatua de Staslinas y el nombre actual. Rey de Polonia, último duque de Lorena y benefactor de la ciudad que gobernó entre 1737 y 1766, Stanislas lo es todo en Nancy. De hecho se dice que invento el baba au rhum y las magdalenas. También creó el primer hospital y la primera biblioteca pública. Apasionado de la arquitectura neoclásica, transformó Nancy dando impulso a tres plazas que desde 1986 son patrimonio mundial y que se visitan como si una fuera consecuencia de la otra: Stalisnas, Carrière y Alliance. Este Nancy imperial es demasiado placentero como para ir con prisas y da `para pensar en la historia de las magdalenas. El rey Stanislas estaba en su finca de Commercy. El pastelero oficial dimitió de su cargo y lo heredó uma joven que ofreció un dulce que encandiló tanto a Stan que le preguntó su nombre: Madeleine Perraine, dijo ella, y el postre se quedó con su nombre. En las inmediaciones, atención a la histórica Maison des Soeurs Macarons, donde probar el dulce más emblemático.

A finales del XIX el movimiento art nouveau, inspirado por las formas orgánicas de la naturaleza, llegó a la ciudad para quedarse. Fue tanta la creatividad, tanto lo que se construyó, pintó y diseñó que dió para fundar la École de Nancy, una escuela que tiene un museo y varias obras maestras. Émile Gallé fue su primer presidente,  y otorgó al movimiento una misión pedagógica. El objetivo era sacar partido de la pujante industria del hierro e impulsar los oficios de cristalería y ebanistería. El recorrido por el museo revela como confluyeron las búsquedas formales y las decorativas y el deseo de embellecer la vida cotidiana. Una a una aparecen piezas ilustres  (mobiliario de Louis Majorelle, cuadros de Victor Prouvé o vidrieras de Jacques Grüber) que explican porque Nancy es la capital del art nouveau en Francia.

El museo es un aperitivo de los edificios del Parc de Saurupt (atención a la Villa les Glycinnes y la Villa des Roches del omnipresente Émile André o la obligada visita a la Villa Majorelle, obra del arquitecto Henri Sauvage (1901-1902). Palabras mayores.

El modernismo es un buen preámbulo para entender a Jean Prouvé (Paris, 1901-Nancy, 1984), el mayor constructeur, forjador, herrero, ingeniero y arquitecto autodidacta que dio el siglo XX. Un genio que aprendió del obrero (aquí abrió su taller en 1924) y de la inventiva de los artistas que veía en las tertulias organizadas por su padre, Victor Prouvé, pintor "oficial" de la École de Nancy, que propició además que Émile Gallé fuera su padrino. En el céntrico cementerio de Nancy hay tres capillas con su firma en las puertas de hierro: Émile Bachelet, Roch y Vilgrain, además de la tumba de la familia Prouvé.

viernes, 29 de enero de 2021

La anunciación vista por Pascal Rambert

Escena de 3 anunciaciones de Pascal Rambert

Sevilla es una ciudad mariana, colmada de advocaciones que atraviesan su imaginario popular, y hasta su callejero. En este contexto enemigo de la iconoclasia, a medio camino entre el folclore y la mística, adquiere una carga simbólica propia el estreno nacional de 3 anunciaciones, la última apuesta teatral de Pascal Rambert (Niza, 58 años). El dramaturgo francés, uno de los artistas más relevantes de la escena europea del momento, escritor, coreógrafo y director de escena, vuelve a elegir el Teatro Central de la capital andaluza (tras el estreno absoluto en 2019 de la aclamada Hermanas) para arrancar esta aventura en la que se apropia del misterio de la anunciación del ángel Gabriel a la Virgen María. Una revelación en tres monólogos en italiano, español y francés que pronuncian, cada una en su lengua materna, tres de las actrices fetiche del dramaturgo: la italiana Silvia Costa, la española Bárbara Lennie (en alternancia con Itsaso Arana) y la francesa Audrey Bonnet. "Tres discursos performativos que ahondan en ese surco para cuestionarlo, para atraerlo a la modernidad", asegura su creador.

Pascal Rambert atiende a la llamada de El País desde Milán, donde ensaya , antes de aterrizar en Sevilla, ese duelo feroz que consagró en España a Irene Escobar y Bárbara Lennie. "Aquí también he recurrido a las actrices de siempre, soy bastante fiel a las mujeres con las que he trabajado a lo largo del tiempo, escribo para ellas, para Silvia, para Audrey, para Bárbara... se podría decir que es un texto realmente nominativo", confiesa. No obstante, con especial énfasis en esta ocasión, 3 anunciaciones es, asegura su autor, un homenaje a la lengua, a la oralidad. "Quería escribir para el italiano, para el español, para el francés. De hecho cuando escucho a Bárbara interpretar su anunciación  es como si la obra yo la hubiera creado originalmente en español. Para mí es capital escibir para las actices y para la palabra", insiste...

Amalia Bulnes. Sevilla. El País, jueves 14 de enero de 2021 

jueves, 28 de enero de 2021

Vivir con el corazón

La escritura de Javier Santiso hunde sus raíces en una necesidad, un encontronazo y una obsesión. Hijo de emigrantes gallegos en Francia, Santiso (París, 51 años) vivió sus primeros días en la que fuera  primera casa del autor Michel Tournier, donde trabajaba su madre. Un presagio, quizás. Iniciado en la escritura antes de los 20 años "por necesidad vital", todo cambió cuando se trasladó a España a principios de los 2.000. "Descubrí que el español un idioma mucho más abrupto, de acantilado, de barranco, de geografía accidentada, permite una posición de violencia en la imagen, en el verbo, que no te ofrece el francés y empecé a escribir en español", comenta en español en una fría y lluviosa mañana en Madrid. Cerca de 15 años después de esta feliz colisión con un idioma que siempre ha sido el de su familia, Santiso acaba de publicar Vivir con el corazón (La Huerta Grande), una historia construida a partir de vidas minúsculas que rodearon a Vincent Van Gogh.

La fascinación por algunos estilistas franceses contemporáneos -Annie Ernaux, el Pascal Quignard de Un jour de bonheur y, sobre todo, Pierre Michon- se cuela pronto en la conversación y se siente en un libro que parte de una arriegada apuesta: contar ocho historias en ocho capítulos, cada uno en una sola frase. "El libro surge como en una riada, de manera descontrolada en el verano mágico de 2019, después de leer la ópera verbal que despliega Michon en Rimbaud el hijo y que me dejo descolocado", cuenta de un proceso que interrumpió otro, el de la escritura de la novela que homenajea a su abuela, la mujer que lo crió.

Vivir con el corazón está recorrido por un deseo de permanencia, una obsesión del autor y de un Van Gogh que, desesperado, aumenta de manera frenética su producción en la recta final de su vida, cuando pintó 80 cuadros en 60 días. "El arte es lo único que tenemos contra el olvido. Pero es una tentativa muy frágil, son muchos más los olvidados que los recordados y en el caso de Van Gogh que lo recordemos es casi accidental, gracias en gran parte a Johanna, la mujer de su hermano Theo. La escritura es sólo amor (al idioma y a la gente) y tiempo, que es olvido", comenta...

Juan Carlos Galindo. Madrid. El País, jueves 21 d enero de 2021.

miércoles, 27 de enero de 2021

El panadero francés que frenó una deportación

Stéphane Ravacley y Laye Fodé Traoré en su panadería.
 ©   Anne Fauvarque pour Maxpp

La historia del guineano Laye Fodé comenzó como tantas otras de jóvenes migrantes, muchos de ellos menores de edad que se juegan la vida para llegar a Europa en busca de un refugio mejor. Y podría haber acabado tan mal como la de tantos que hacen esa terrible ruta para, si no morir en el intento, ser devueltos a un país de origen. Pero en el destino de Traoré se cruzó Stéphane Ravacley. Este panadero de 50 años de Besançon (este de Francia) contrató al joven inmigrante como aprendiz. A finales de 2020, Traoré recibió una notificación: al haber cumplido 18 años, iba a ser deportado a Ginea-Cronaky. Ravacley no quería perder a su pupilo y emprendió a comienzos de año una huelga de hambre para exigir su regularización. 

Trece días de protesta, un susto de salud, mucha atención mediática y, sobre todo, una amplia movilización de políticos y personalidades de Francia después, lo difícil se hizo realidad. Traoré ya tiene sus documentos, gestionados a velocidad vertiginosa por la misma prefectura del Alto Saona que en un principio se los denegó.

Su historia no es, sin embargo, más que una "victoria excepcional", comenta Ravacley. "Como Laye hay miles y miles en Francia. Así que hay que intentar salvar a los otros; ese es mi futuro combate", anuncia. El viernes el panadero comenzó a comer de nuevo, como forma de preparación para librar esa nueva lucha... El día 3 inició una huelga de hambre y publicó en Internet  una petición para que se regularizase a su aprendiz . Su objetivo era reunir "unas mil firmas". Han sido más de 242.000. El jueves Traoré recibió sus papeles.

Silvia Ayuso. París. El País, martes 19 de enero de 2021.  



martes, 26 de enero de 2021

Patrimonio Le Corbusier

La pared perforada de la capilla de Noter Dame du Haut en
Ronchamp de Le Corbusier.

Charles-Édouard Jeanneret (1887-1965) -Le Corbusier- fue internacional -construyó en la India, Japón, Argentina, Estados Unidos o Francia - e inesperado: lo icónico y lo cotidiano, lo ligero y lo denso convivieron en su siempre cambiante obra. Hijo de un relojero suizo, dedicó una década de su vida a viajar antes de decidir que quería hacer. Luego nadie fue tan libre, respetado, y a la vez, tan discutido como él. En 2016 la Unesco decidió corregir la  laguna de edificios modernos que tenía su lista de inmuebles protegidos reconociendo nada menos que 17 de sus trabajos. La institución consagró así -la historia ya lo había hecho- a Le Corbusier como el gran inventor y reinventor de la arquitectura del siglo XX. De la máquina para habitar que fueron sus primeras viviendas a los organismos vivos de hormigón que levantó con sus sublimes edificios religiosos -Ronchamp y La Tourette-. En la ciudad, firmó, sobre todo, propuestas de convivencia urbana: Unité d'Habitation en Marsella; la nueva ciudad de Chandigarh, en la India, o Firminy-Vert en Francia, se han convertido en monumentos fuera del tiempo que mantienen su legado vivo. Hagan la prueba. Traten de adivinar cuando diseñó cada uno de estos intentos de cambiar el mundo.

Anatxu Zabalbeascoa. El País Semanal, 6 de diciembre de 2020.

lunes, 25 de enero de 2021

"Perfumes": redención burguesa

El cine francés goza de un gran éxito en la propia Francia, donde alcanza cuotas cercanas al 40 por ciento y planta cara a Hollywood con una producción propia que va de lo más rompedor y exquisito (Leos Carax, Bonello) a un cine comercial puro y duro con un tono americano muy aficionado a las historias moralizantes. En este sentido, los reyes son el duo formado por Olivier Nakache y Eric Toledano con películas como la célebre Intocable (2011) o Samba (2014), filmes con puntos en común con esta estimable Perfumes. Como en Intocable, vemos una historia de amistad entre "señora rica tipo pobre", un clásico del feel good y también a una protagonista, una mujer de mediana edad quemada con su trabajo que encuentra en su "descenso" a una clase inferior la autenticidad perdida.

Escrita y dirigida por Grégory Magne, cuyo primer largometraje, L'air de rien (2012) no se ha estrenado en España, Emmanuelle Devos interpreta a una distinguida "nariz", esos curiosos profesionales que se ganan la vida ejercitando el olfato, seguramente el menos aprovechado de nuestros sentidos en el mundo moderno. Es una mujer con buena posición social que ha vivido tiempos mejores como creadora de perfumes de alto nivel y ahora se sigue ganando bien la vida pero con encargos menos glamurosos como crear aromas para cuevas que son réplicas de grutas prehistóricas o para disimular el olor fuerte a piel de unos bolsos de lujo. Víctima de un bloqueo creativo, la antigua estrella de los perfumes además padece porque de vez en cuando su nariz, su medio de vida, le juega malas pasadas y es incapaz de hacer nada. 

Frente a este personaje burgués y bien asentado pero deprimido y desconectado del "mundo real", aparece el chófer (Grégory Montel), un cuarentón divorciado con barba de dos días que no consigue que nadie le alquile un apartamento porque no tiene trabajo fijo, lo cual le impide normalizar el régimen de visitas con su hija pequeña. La idea del personaje de clase baja pero "auténtico" que es capaz de decirle la verdad a un poderoso acostumbrado a que todo el mundo le haga la pelota es un clásico de la narrativa feel good. Ahí están dos películas estadounidenses como Paseando a Miss Daisy (Buce Bersford, 1989) o la reciente Green Book (Peter Farrely, 2018), ambas ganadoras del Oscar, en las que también vemos la relación entre una persona adinerada y su chófer...

Juan Sardá. El Cultural, 30 de diciembre de 2020.

domingo, 24 de enero de 2021

La noche de la verdad

Catherine Camus en Lourmarin en 2012

Albert Camus nunca había sido tan leído desde su muerte en un accidente de coche cuando tenía 47 años, en 1960. La pandemia de coronavirus ha convertido de nuevo su novela La peste en superventas y a Camus en uno de los autores que iluminan este mundo enfermo y confuso. La editorial Penguin Random House recupera la obra del Nobel y publica , por primera vez en castellano, todos sus artículos periodísticos en el periódico Combat, reunidos bajo el título La noche de la verdad y en traducción de María Teresa Gallego Urritia, Catherine Camus (Boulogne-Billancourt, Francia, 75 años), la hija del escritor, habló hace unos días por teléfono con El País desde la casa familiar de Lourmarin, el pueblo de Provenza donde está enterrado su padre.

P.- ¿Qué imagen guarda de Albert Camus?

R.- Era divertido y vivo. Solar. Un ser humano de verdad. Nos escuchaba. Nos prestaba atención. Y no solo eso. Nos dejaba vivir.

P.- ¿Qué tipo de padre era?

R.- Justo y tierno. Pero severo. Había que comportarse bien en la mesa, hablar francés correctamente. Y sobre todo el respeto a los demás. Y no mentir. Tenía una determinación física contra la mentira. Delante de él no había escapatoria si uno mentía.

P.- ¿Le ha quedado marcado algún momento preciso?

R.- Muchos. Un día con 12 o 13 años, le dije: "Papá, me aburro". Y me respondió: "Me agobias". Yo le repliqué: "Pero papá, me aburro". Él me dijo: "Solo los imbéciles se aburren". Nunca más me aburrí.

sábado, 23 de enero de 2021

Tres caminos, la "road movie" del Camino de Santiago

Hacer el Camino de Santiago en la pantalla, desde Pamplona hasta Fisterra. Transitar de la mano de un grupo de desconocidos que se convierten en amigos por los senderos que conducen a Compostela. Eso es Tres caminos  la serie que llega a Amazon Prime y que es la principal apuesta audiovisual de la Xunta de Galicia por el Xacobeo 2021. Producida por la plataforma norteamericana, Ficción Producciones y Beta Films, con la participación de CRTVG, RTP de Portugal y Unoenlouno de México, sus ocho capítulos narran las vidas de cinco peregrinos que confluyen en el Camino a lo largo de tres momentos diferentes de sus vidas, en los años 2000, 2006, y 2021.

Los millones de personas que han transitado por la Ruta Jacobea y todos los que tienen esta viaje entre sus planes podrán encontrar en esta serie, que dirigen el gallego Norberto López Amado e Iñaki Mercero, un retrato realista de lo que supone echarse la mochila a la espalda y lanzarse a hacer kilómetros, tal y como subrayan sus responsables. "A la hora de escribir, el proceso fue complicado porque se reescribía mucho ara conseguir esta veracidad. Para todos nosotros era una prioridad el hecho de que el Camino tenía que respirar verdad. Había que trabajar mucho con los actores para que fuera muy realista. Se ve cómo es el Camino: te cansas , te enfadas, de repente caminas en grupo y de repente necesitas tu soledad, llegas a un albergue y no hay sitio, pasas mucho frío, mucho calor...todo eso lo vives en la serie", explica Mamen Quintas, productora ejecutiva.

Rodando y repitiendo escenas, los equipos técnico y artístico llegaron a hacer etapas diarias de 18 o 20 kilómetros a pie. Tres Caminos fue la primera serie española que recuperó ñas grabaciones en exteriores después de la cuarentena de la pasada primavera, pero, al contrario de lo sucedido con otras producciones, la pandemia no hizo necesario modificar en nada los guiones ni los planes previstos más allá de los estrictos protocolos sanitarios.

El inglés es la lengua franca en que se comunican los cinco protagonistas, de idiomas y nacionalidades diferentes, interpretados por Álex de la Iglesia, Verónica Echegui, Alberto Jo Lee, Anna Schimrigk y Andrea Bosca. A ellos se suma en una etapa posterior la mexicana Cecilia Suárez. 

Para Ricardo Carbonero, responsable de contenido de Amazon Prime Video en España, esta producción supone "una apuesta por el talento local y por nuestra cultura". Afirma que emprender el Camino es "una experiencia especial" y así lo reflejan sus ocho episodios, entre drama y comedia, que reflexionan "sobre la amistad y el paso del tiempo".

El tema central de la serie Caminantes, ha sido compuesto por Iván Ferreiro y Andrés Suárez, y forma parte de una banda sonora coordinada por Manu Riveiro.

Beatriz Pallas. La Voz de Galicia, viernes 22 d enero de 2021.

viernes, 22 de enero de 2021

Los acantalidos más bonitos de Francia

Arsène Lupin, el gran personaje de Maurice Leblanc (1864-1941), ha regresado estos días a los titulares de los medios  y a nuestra memoria con el éxito de una miniserie basada en los libros sobre este ladrón de guante blanco que tanto éxito tuvieron en la primera parte del siglo XX. En la pantalla vemos un hijo de emigrantes sengaleses -interpretado por Omar Sy- fascinado por las novelas de Leblanc y por el modo de vida de su protagonista, maestro del disfraz y el engaño. Cuando era niño su padre se suicidó en la cárcel tras ser acusado injustamente del robo de un valioso collar. Muchos años después, el imitador de Lupin investiga la verdad sobre aquel suceso que marcó su vida. La trama de la serie no viene más al caso en este rincón del periódico centrado en los viajes, pero los telespectadores que se hayan enamorado de Lupin estos días quizá estén interesados en conocer la zona de Étretat, junto a las gélidas playas del Canal de la Mancha, un lugar de acantilados que es el telón de fondo del último capítulo de la primera parte de esta temporada. Allí está la casa museo del creador del caballero ladrón, con la decoración que tenía a principios del siglo pasado.

Claude Monet, “El acantilado de Étretat.
 Puesta de sol”, 1883

Hay quien ha definido Étretat como un teatro romántico abierto en el Canal de la Mancha que inspiró a artistas como Claude Monet, que pasó allí el invierno de 1868-1869 y pintó La Manneporte, "una enorme bóveda por donde pasaría u buque", según la definió Maupassant, otro vecino de la zona. Ese paisaje de acantilados "taladrados"por unos agujeros proporciona un carácter inconfundible a esta esquina del oeste de Francia. El más grande de esos boquetes es precisamente La Manneporte.

El pueblo de Étretat está a media hora en coche al norte de Le Havre y a una hora (hacia el interior) de Ruan, la ciudad donde nació Leblanc, creador de uno de los personajes más conocidos de la literatura popular francesa, protagonista de una veintena  de novelas y revitalizado ahora para las librerías y para el turismo tras el éxito de la serie.

Quien desee ver el mundo original de Leblanc lo encontrará en los espacios dedicados al escritor en esta zona de Normandía, cerca de las playas del desembarco. No es solo un museo, sino una atracción en la que una voz (Lupin) te va guiando por las distintas estancias, entre un juego de luces y sonidos que ayudan a descubrir todas las pistas ocultas en la mansión...

Una curiosidad más. En la serie, el viaje de París a Étretat se presenta como una excursión en tren relativamente corta y cercan. En realidad, este pueblo de la costa está a más de 200 kilómetros de la capital (casi tres horas en coche), y el tren se detiene en Le Havre, donde habría que tomar un autobús para llegar al pequeño paraíso de Leblanc/Lupin. En total, un viaje de casi cuatro horas, recompensado por los paisajes y la historia.

J,F, Alonso. ABC, 18-1-2021  

jueves, 21 de enero de 2021

Maryse Condé: "La pandemia es albor de cambios"

Maryse Condé

Para la escritora y premio Nobel alternativo de literatura Maryse Condé, el covid augura "cambios importantes" en este mundo del que la exaspera "la hipocresía y la arrgancia". Hace 24 años Condé sorprendió con la novela La deseada, una obra que ha vuelto a releer en "una ocasión"y que escribió "como respuesta ante los males de una sociedad en particular", la suya. Nacida en 1937 en el archipiélago de la Guadalupe (en las Antillas francesas), esta luchadora por los derechos de la mujer lleva años viviendo en Francia, desde donde contesta esta entrevista con motivo de la reedición de esta novela por parte de Impedimenta.

- ¿Cómo está viviendo la pandemia?, ¿y cómo ve el futuro?

-Nací y crecí en Guadalupe, una pequeña isla del Caribe. Esto implica que mi pensamiento y mis reacciones no son iguales a los de una mujer occidental. Me enseñaron que el mundo estaba repleto de signos y que era preciso descifrarlos. Para mí esta pandemia que no logramos dominar y este virus que no cesa de mutar tal vez no indiquen el fin del mundo, pero sí los albores de cambios importantes. Es necesario reaprender a vivir , respetar la naturaleza y los animales.

-La deseada vio la luz en 1997, ¿qué sensación le produce el regreso de esta novela?

-La escribí como respuesta ante los males de una sociedad en particular, la mía. Quería denunciar la forma en que se trata a demasiados niños traumatizados por la ausencia del padre. Me hace feliz saber que en España mi voz se escucha y que el libro se abre camino, aunque sea tarde.

-¿Cuántas veces la ha leído?

- Un autor nunca reele sus libros: descubriría faltas y debilidades que no supo corregir en su momento. Con La deseada hice una excepción, pero solo porque una actriz guadalupeña realizó un adaptación teatral y la representó en varias ciudades, tanto en Francia como en las Antillas...

- ¿La literatura sin verdad es literatura?

-No, por supuesto que no. La pregunta te devuelve a los problemas esenciales de la literatura. Siempre entra en juego lo vivido y hay una parte de experiencia personal en todo relato. El autor solo puede inventar a partir de lo real.

-La fuerza de su personaje sigue sorprendiendo años después...

En parte Marie-Noelle soy yo. Necesité mucha fuerza de voluntad para llegar a ser profesora de literatura francófona en la prestigiosa Universidad de Columbia. Aunque, a diferencia de ella, yo siempre he contado con el apoyo de mi familia y de mi marido.

-¿Qué hizo la literatura por usted?

-Todo

-¿Que querría que la gente pensara de sus textos?

-Quisiera que me siguieran leyendo el mayor tiempo posible.

-¿Qué es lo que más le exaspera?

-Siempre me han desagradado la hipocresía, la arrogancia, la intolerancia, la falta de respeto hacia los demás.

-¿El Nobel es un sueño o los premios no están en sus objetivos?

-Los premios no son mi objetivo. Salvo excepciones, los libros premiados y celebrados de manera unánime por los medios de comunicación me parecen carentes de interés. Sin embargo, me hizo muy feliz y me llenó de orgullo recibir, hace dos años, el Nobel alternativo. Resulta contradictorio. Lo sé y no lo escondo.

Pilar Martín. Madrid/EFE. La Voz de Galicia, miércoles 20 d enero de 2021. 

miércoles, 20 de enero de 2021

Un relicario de plata francés en la Web de la Catedral


En estos tiempos en los que la pandemia obliga a cierres perimetrales que impiden la peregrinación, la Catedral de Santiago también recurre a las nuevas tecnologías para poner en valor los tesoros que en ella se custodian. Entre los que. además de la propia fábrica de la Basílica, figuran obras de arte de excepcional categoría o significación, y que aparecen publicadas en la web para conocimiento de todos los ciudadanos.  

Esta semana destaca entre ellas una pieza original datada en la Edad Media, y que llegó al tesoro catedralicio a través de la cesión de un ilustre peregrino francés, Johannes de Roucel, un noble que peregrinó a Compostela en el primer cuarto del siglo XV, y que trajo a la ciudad una pequeña escultura del Apóstol por encargo del prefecto de París.

Se señala que este ciudadano, que era militar, llegó a Santiago acompañado de su esposa, aunque esto no es seguro. Pero sí que el nombre de ella, Iohanna, también figura en la inscripción que acompaña a la imagen, y que está inscrita en el pie y que pone: "Donaron esta imagen el noble varón Señor Johannes de Roucel, militar del reino de Francia, y su esposa Iohanna de Roucel para honor de Dios y de San Jacobo de Galicia. Y yo, Johannes, lo traje de París de parte del prefecto. Rogad por ellos" (XIV). (...)

En esta imagen, señala el museo catedralicio, "se ha avanzado en la iconografía de Santiago como peregrino, incorporando a su carácter apostólico, representado en el libro o en la túnica larga, atributos propios de la peregrinación. Es el caso del bordón la calabaza, el zurrón y las conchas de vieira que pueblan el ancho sombreo que vista la figura". Su elaboración se data en torno al año 1.400, y se adscribe a la escuela de París. Está realizada en plata sobredorada, con un tamaño de treinta y nueve centrímetros.

En este sentido, señalan que tiene muchas similitudes con otra imagen también del Apóstol, igualmente donada en la Edad Media, aunque en este caso a comienzos del siglo XIV, la que trajo el entonces tesorero de Felipe IV el Hermoso, Geoffroy de Quoquatrix. Se trata de un destacado ejemplo del buen hacer de la orfebrería gótica francesa, "tanto por su delicado trabajo como por el carácter energico y bondadoso que trans mite Santiago".

Carlos Deaño. El Correo Gallego, martes 19 de enero 2021.

 

martes, 19 de enero de 2021

Lupin, la serie francesa que arrasa en Netflix

"Nunca confies en Arsène Lupin. Es un maestro del disfraz y puede cambiar de identidad en un instante". Esta frase que Omar Sy dice en el primer capítulo, resume a la perfección de qué va el nuevo éxito de Netflix.

Lupin, cuyos primeros cinco capítulos ya están disponibles, es una serie francesa de acción, intriga y humor protagonizada por la megaestrella gala Omar Sy.

Aunque ya era conocido en su país por sus intervenciones humorísticas en televisión, este actor dio el gran pelotazo de su vida en 2011 con Intocable. Aquel filme le llevó a ser reclutado por Hollywood, que ha contado con él para taquillazos como X-Men: Días del futuro pasado, Jurassic World o Infierno.

Assane Diop (Sy), el protagonista de Lupin, es un tipo ingenioso, intrépido y capaz de salir adelante pese a las circunstancias. Separado de su mujer, tiene que atender a su hijo mientras intenta pagar las facturas con su trabajo como limpiador del Museo del Louvre. Ante esta tesitura, Diop decide jugársela y convertirse en el gran ladrón de guante blanco de Francia. Igual que Arsène Lupin, el célebre personaje creado por Maurice Leblanc a principios del siglo pasado.

Con la Torre Eiffel y el Museo del Louvre como telón de fondo, entre otros rincones turísticos de París, Diop sacará partido a las lecturas de Lupin que descubrió siendo joven. Su vida no fue fácil tras perder a su padre y Diop siempre ha estado solo. Pero, con arrojo e inteligencia, ningún problema es capaz de hacer mella en su carácter afable.

Entre los atractivos que presenta la serie hay que destacar su tremendo ritmo, con peleas bien coreografiadas y golpes de efecto constantes. Y el carisma de Omar Sy que, con una imponente presencia física y un tono burlón en su interpretación, sabe como conquistar a la cámara y al público.

Entre los peros que habría que ponerle a Lupin están los agotadores flasbacks que recuerdan la infancia de Diop, un arranque tan espectacular que hace que lo que viene después sea menos potente y unos personajes secundarios que pintan más bien poco en la historia. Es decir, que el peso interpretativo recae en Omar Sy, su carisma... y poco más. Lo cual ya es bastante para resultar interesante, unido a que la serie habla del trato injusto a los más desfavorecidos y el racismo en general.

La historia se centra en un primer momento en el gran robo de un collar que perteneció a María Antonieta. Un arranque espectacular que demuestra que el director de los primeros capítulos, Louis Leterrier, sabe manejarse bien en la acción. Leterrier ha dirigido en cine Transporter 2, El increíble Hulk o Ahora me ves.... entre otras películas.

Debido al éxito de la serie, las novelas de Arsène Lupin se han covertido en el gran éxito de ventas de lo que llevamos de 2021.

Javier Estrada. Metrópoli. El Mundo, jueves 14 de enero de 2021.

lunes, 18 de enero de 2021

Barceló, tierra efímera

Portada de la revista con el retrato de 
Barceló de Alberto García-Alex.
En 2016, Miquel Barceló pintó las vidrieras de la Biblioteca Nacional de Francia, en París. Sus criaturas terrestres y marinas de arcilla y tierra fueron expuestas entre marzo y agosto. Luego las borró. La revista Matador conmemora con un número especial su 25º aniversario, y lo hace con un cuaderno de artista que recoge aquella experiencia radical y sublime.

Cuatro cuchillos, Un pulpo, Pez grande, Dinosaurio medio borrado, Cebollas, Lomo de león, Cabezas de caballo...Si Miquel Barceló no se hubiera empeñado en nombrar así los elementos de esta obra efímera, quién sabe lo que veríamos. Aún así vemos lo que cada uno de nuestros ojos, con toda libertad, es capaz de digerir frente a esta obra magistral y volátil, un solo de genio labrado con la contundencia de cinco toneladas de arcilla que el pinto plasmó en las vidrieras de la Biblioteca Nacional de Francia de París en marzo de 2016 y borró en agosto de ese mismo año. Le grand verre de terre, lo tituló, como homenaje a Ramon Llull. 

Halcones. Cuervos. Tubérculos. Tintoreras... Todas estas imágenes emergieron a lo largo y ancho de una superficie de 190 metros de longitud por 6 de altura. Y trenzan un aquelarre de esqueletos, espinas y cefalópodos que se filtran hacia nuestras entrañas. Se van sucediendo en el pulso del mallorquín, alzado en una especie de cuadriga gigante inventada para la ocasión -"todos los artistas estamos creando herramientas casi todos los días, desde un cepillo de dientes hasta esto", dice Barceló en un documental grabado para una revista que dirige Alberto Anaut- y con ritmo de bulería. De hecho, esa sucesión entrecortada de títulos, perfecta para concretar sueños monstruosos e infantiles se la debe a Camarón de la Isla. Así definía el cantaor  su pintura: con apenas una palabra que le brotaba de la mirada en penumbra.

La combustión para esta obra monumental y efímera se la proporcionó el arte ruppestre. Lugares como las cuevas de Chauvet, donde hay que ir, según él, sin descanso para la que a la enésima vez comienzes a entender. Las peticiones para no borrar lo que hizo en aquel espacio se sucedieron. Pero Barceló no quiso conservarlo. "Lo hubiera concebido de otra manera", afirma. "Y quizás no lo habría ejecutado con tanta libertad". La que le proporcionó esa vorágine que despide la arcilla o el blanco o la luz que se cuela para aportar sus figuras sobre el vidrio. "Son el silencio de la pintura". Y aquella aniquilación fue una llamada a la memoria que ahora se concreta en esta cuaderno imponente de Matador.

André Morin. Jesús Ruiz Montilla. El País Semanal, domingo 17 de enero de 2021.

domingo, 17 de enero de 2021

El muro de la Peste: confinar en el siglo XVIII

...se construyó piedra a piedra sin ningún tipo
de cemento... (Wikipèdia.fr)

China tiene la Gran Muralla y Berlín tuvo el Muro. En Francia, una barrera mineral medio olvidada anticipó tres siglos los métodos que ahora se usan para contener la pandemia de coronavirus. "Esto es un antivirus, un confinamiento, como entonces", dice Rudy Altabella mientras una mañana fría de enero pasea con su perra, Roxy, junto al llamado Muro de la Peste, en la Provenza francesa.  

La muralla, diseñada por el arquitecto Antoine d'Allemand, se construyó piedra a piedra, sin ningún tipo de cemento, en 1721. Debía servir para aislar los territorios del Papa en el sur de Francia ante el avance de la peste, que el año anterior había desembarcado en Marsella, 85 kilómetros al sur. Medía 27 kilómetros.

Unos mil soldados custodiaban la frontera. En un primer momento, mercenarios al servicio del Papa; más tarde del rey francés. La geógrafa Danièle Larcena, que lleva décadas dedicada a estudiar y reconstruir el muro, explica que, para cruzarlo se exigía un documento que acreditase que no había peste en el pueblo de procedencia.

No resulta fácil llegar hasta allí, como si fuese un lugar medio secreto, escondido entre robles y pinos. "Ni idea, no soy de aquí", responde un corredor cuando se le pregunta por el camino más rápido. 

El acceso se encuentra en la carretera de Lagnes, un pueblo de 1.600 habitantes a 40 kilómetros de Aviñón. Fue, muchas décadas después de que pasase la plaga, el territorio del maquis, la zona montañosa donde, durante la Segunda Guerra Mundial, los resistentes contra la ocupación alemana, se escondían y preparaban sus operaciones. Europa afrontaba entonces otra peste: la del nacionalsocialismo. La de 1720 quedaba lejos.

En sus Memorias de ultratumba, Chateaubriand recuerda que el bacilo entró en Marsella al atracar en su puerto barcos procedentes de Siria. "Se cerraron las puertas de la ciudad y las ventanas. En medio del silencio general se escuchaba de vez en cuando una ventana que se abría y un cádaver que caía; por la pared se derramaba la sangre y los perros sin amo lo esperaban abajo para devorarlo", escribió. "Solo pudo evitarse que el mal se propagase al resto de Francia gracias a las medidas más activas y rigurosas"-

Una de esas medidas fue el muro. Como en 2020, las autoridades consideraron que el método idóneo consistía en encerrar a las personas en sus casas, como cuenta Chateaubriand, y levantar fronteras entre las regiones infectadas y las que se consideraban limpias.

La peste pasó y dejó unos 100.000 muertos en la Provenza, según las estimaciones. Del muro, medio en ruinas entre la vegatación, quedó poco rastro... Era una pared precaria: piedras del lugar superpuestas a toda prisa.

A mediados de los ochenta, el político local Jean Garcin, que durante la guerra fue un de los jefes del maquis y conocía el terreno como pocos, pidió a la Asociación de la Piedra Seca, dedicada a preservar y recuperar edificaciones de este tipo y a la que pertenece Danièle Larcena, que lo reconstruyese.

Hoy el muro trepa por el monte, la piedra está congelada, aparte del corredor y del paseante no se ve un alma durante la hora de recorrido. "Las medidas en tiempos de peste son las que tomamos ahora", constata Larcena. Una ruina muy antigua  y a la vez un monumento del futuro.

Marc Bassets. El País, miércoles 13 de enero de 2021.

sábado, 16 de enero de 2021

París

Llegué procedente de París pocas horas antes de que el temporal de nieve obligara a cerrar Barajas, así que por los pelos no tuve que quedarme en Orly. He vivido un París con toque de queda, que comenzaba a las ocho de la tarde y terminaba a las seis de la mañana. Desde la habitación de mi hotel veía un Boulevard Saint-Germain sin transeúntes. Tuve un acto en un teatro parisino y me dieron un salvoconducto, así que una vez paseé por París a las diez de la noche. Me impresionó ver el Pont Neuf vacío y Notre Dame parecía distinta, exhibiendo dos cicatrices recientes: la visible del incendio de hace poco más de un año y la invisible de la pandemia. No hay turistas en París. Ahora comprendemos que el tan denostado turismo también era una manifestación de confianza en la vida. Toda la cordialidad que habíamos sido capaces de de crear se ha desmoronado.

Entro en la maravillosa librería L'Écume des Pages y me topo con las novedades más exitosas. Allí está la celbrada novela de Camille Kouchner, titulada La familia grande, que está siendo el éxito de la temporada en Francia. A su lado veo el último premio Goncourt, que ganó Hervé Le Tellier con L'anomalie. Me hablan con entusiasmo de otra escritora francesa revelación, Sarah Chiche, cuya última novela se titula Saturno. 

Por la tarde, tenía una entrevista en la radio con Laure Adler, la decana del periodismo cultural francés. Admiro a esta mujer tanto como la temo. Me ha hecho las entrevistas más intensas y apasionadas de mi vida. Durante la conversación, Laure rescata un fragmento de un discurso de Albert Camus, en donde dice que él ha escrito siempre sobre quienes padecen la historia, no sobre quienes la hacen. Me quedo pensativo, porque Camus y sus contemporáneos aún podían hacer esta distinción. Hoy ya nadie sabe quién hace la historia, si es que la hace alguien. Tal vez ya no haya voluntades humanas detrás de la historia, sino una alucinación colectiva, así que me tomo un chocolate caliente en una crepería enfrente de mi hotel. Una amiga me dice que en ese hotel siempre se hospedaba Ernesto Sabato cuando estaba en París. 

Aterrizo en Barajas y la nieve me saluda. La nieve, como el turismo, también expresa confianza en la vida. Escribo un tuit diciendo que la nieve es belleza y que se acompaña de silencio, y los haters caen sobre mí. Uno me dice que cuando me quede aislado por la nieve y me muera de hambre no piensa venir a rescatarme con su tractor. Otro, que ojalá me caiga un chuzo en punta sobre mi cabeza de chorlito. Pobre nieve, tendría que haber elegido otro país.

Manuel Vilas, el País, martes 12 de enero de 2021. 

viernes, 15 de enero de 2021

Renace la batalla intelectual entre Sade y Marat

Un momento del ensayo de Marat-Sade

Peter Weiss dejó varias advertencias acerca de Marat-Sade, su obra cumbre y uno de los textos dramáticos más impactantes del siglo XX. El autor alemán (1916-1982) señaló que el sentido de esta obra (estrenada en Londres por Peter Brook, en 1964) estaba en la propia obra, que nadie buscara moralejas, que no había intención de explicar nada más. Apuntó además que todo se podía quitar  y cambiar, excepto los diálogos escritos por él entre Jean-Paul Marat y el marqués de Sade: una formidable y tensa batalla de ideas, pocos años después de la Revolución Francesa (1789), entre el revolucionario francés, defensor de la violencia y lo colectivo, y Sade, el aristócrata partidario del nihilismo y el individualismo. 

A partir del 19 de enero, la sala Fernando Arrabal de las Naves del Matadero se convertirá en una gran casa de salud mental, el sanatorio de Charenton, lugar donde se sitúa esta obra. Ocurre un 13 de julio de 1808: un grupo de pacientes representa una función de teatro, a las órdenes del marqués de Sade, en torno al asesinato en una bañera de Marat, el periodista y político que abrazó el terror y la violencia de la Revolución Francesa. Weis tomó elementos reales, como las veladas teatrales que organizaba el marqués de Sade en Charenton y la muerte de Marat a manos de Charlotte Corday, una joven girondina, y los convirtió en ficción para dar lugar a uno de los grandes textos clásicos de la dramaturgia europea.

Luis Luque dirige este nuevo montaje que, con la traducción que hizo Miguel Sáenz para la función de Miguel Narros en 1944, con un elenco de 13 actores, entre ellos Nacho Fresneda, como Sade, y Juan Codina, como Marat... Luque, director adjunto del Teatro Español asegura que la grandeza de esta obra reside en las contradicciones que genera, en las convulsiones internas y personales entre el sentido colectivo y el individualismo, entra la vida y la muerte, en la dualidad en que cada uno se reconoce..."Marat-Sade nos invita a reflexionar sobre el hecho de que vivir en la contradicción puede ser positivo, que no hay que temer a nuestras contradicciones, que debemos atender a esas tensiones que nos producen porque es la manera de que podamos acercarnos los unos a los otros".

Rocío García. Madrid. El País, jueves 14 de enero de 2021   

jueves, 14 de enero de 2021

Las inseparables

Simone de Beauvoir (París, 1908-1986) es una figura emblemática que con El segundo sexo (1949) marcó un hito en el feminismo internacional. Ganó en 1954 el premio Goncourt con su novela Los mandarines y fue la tercera mujer en obtenerlo, tras Elsa Triolet y Béatrix Beck. Filósofa, novelista, memorialista, activista, participó en todos los combates del siglo XX, codo con codo con Jean-Paul Sartre. Lumen ha publicado Las inseparables una novela póstuma e inédita que narra la amistad desde la infancia entre dos jóvenes mujeres que desean vivir su propia existencia al margen de las convenciones de su época y de su entorno burgués. Los desafíos de los personajes, Sylvie y Andrée Gaillard, su educación sentimental, sus deseos intectuales, sus crisis espirituales, coincidirán punto por punto con la historia de la profunda complicidad entre Simone de Beauvpoir e Elizabeth Lacoin, a quien llamaban "Zaza", fallecida un mes antes de cumplir los veintidós años de encefalitis viral. Esa muerte estará muy presente en diversas etapas de la obra de Beauvoir.

Simone y Zaza se conocieron a los nueve años y quedaron fascinadas la una por la otra, crecieron siendo inseparables y compartieron amigos, entre ellos Merleau-Ponty, de quien Zaza se enamoró y cuya relación quedó marcada  por la oposición de la familia Lacoin y truncada por la muerte súbita de Zaza. En la novela, Merleau-Ponty será Pascal y Sylvie, la narradora, culpará de la muerte de su amiga Andrée a los impedimentos sociales que la señora Gallard ponía a la felicidad de su hija. La madre de Andrée, como la madre de Zaza en la vida real, nunca vieron con buenos ojos a la amiga a la que consideraban demasiado intelectual, demasiado extravagante y poco religiosa, y tampoco soportará a un novio poco convencional. La novela es un retrato de la época, de las vidas limitadas de las jovencitas burguesas, de las jornadas en las casas de campo y de los esforzados inicios universitarios por las más avanzadas...

En el epílogo, Sylvie Le Bon, hija adoptavia y heradera literraria de Beauvoir, afirma que en varias ocasiones y en diferentes libros, Simone "intnetó en vano resucitar a Zaza" y que esta novela corta la escribió en 1954, pero no fue de la satisfacción de Beauvoir, razón por la cual no se publicó. Será en las Memorias de una joven formal (1958), donde, dice Sylvie Le Bon, la escritora "integra la historia de la vida y de la muerte de Zaza". Es importante hacer estas puntualizaciones, porque puesto que en los Cahiers de jeunesse. 1926-1930, publicados también póstumamente en 2008, con edición de Sylvie Le Bon, se repiten las referencias a Zaza, es lógico reconocer que se trata de diversas versiones de la misma experiencia...

Lourdes Ventura. El Cultural, 8-1-2021.

miércoles, 13 de enero de 2021

Matisse tras la ventana, 2

De un manual de Frérric Auguste Goupil aprendió que en el arte no hay reglas fijas: se trata de viajar de lo conocido a lo desconocido, "desde la seguridad de una ventana", apunta Verdier. "Lo más importante es la inocencia", escribió él. Su maestro, Moreau le enseñó que la genialidad era una larga paciencia, aunque la vida da un plazo escaso. Matisse tomó nota. Hoy un paño de mármol en la portería del número 19 del Quai Saint-Michel indica donde vivió: un quinto piso con vistas sobre Notre Dame que por supuesto pintó. Allí nació su querida Marguerite, hija de la modelo Camille Joblaud. Picasso tiene en su casa el retrato de la niña de 12 años. Lleva una cinta en el cuello. En los 30 que le hizo Matisse, casi todos esconden la cicatriz de la traquetomía que sufrió siendo niña. 

El gozo de vivir

Con cada bloqueo Matisse abandonaba París. Desde Bretaña escribe:"Solo hay una fórmula para aportar: ser sincero". En su luna de miel descubre a Turner y anota que el comienzo de todo arte es amor. El sol del Mediterráneo llega justo entonces. En Córcega, todos sus amigos califican sus lienzos de "pintados por un impresionista epiléptico". Está naciendo el primer Matisse. La crítica está dividida. Para Félicien Fagus, hace cantar los colores. Para Charles Morice, hace deformaciones inútiles. En julio de 1904 Vollard montra su primera retrospectiva sin éxito. Lo tachan de indeciso. Matisse se escurre y eso incomoda. No es ni puntillista ni neoimpresionista. Sus dudas lo marginan pero también lo construyen. El puntillista Paul Signac lo invita a Saint-Tropez y los colores se convierten en cartuchos de dinamita. Es entonce cuando, en el Salón de Otoño, la sala VII estalla. Para cuando expone Lujo, calma y voluptosidad, ha aprendido que el artista debe crear la forma, no imitarla de la naturaleza. Signac compra ese lienzo. Y Louis Vauxcelles bautiza al grupo cuando los tilda de salvajes: las bestias. Ha nacido el fauvismo. A pesar de que abomina de cualquier teoría, esa clasificación se traduce en ventas. Cuatro años más tarde Vauxcelles acuñará el cubismo. Pero estamos en 1905. Matisse parte hacia Colliure en busca del sol y el Salon des Indépendants del año siguiente regresa con El gozo de vivir, toda una declaración de intenciones. Comienza a viajar por Argelia, Italia, Marruecos y Moscú, y los hermanos Stein compran muchas de las ventanas que hoy se exhiben en los museos norte americanos. Matisse es un pintor clásico que revoluciona. Busca un arte que calme y estimule a la vez. Quiere mirar al mundo desde la ventana y pintar los colores imposibles de todas las horas del día.

Ha encontrado su público. Esas vistas mediterráneas parten también para Moscú, donde estan sus grandes coleccionistas. La I Guerra Mundial le pilla en París. Mirando por la ventana del Quai Saint-Michel retrata la tensa espera de El pintor y la modelo (1917). Expone en Nueva York y Chicago. Sera luego cuando se instale en el hotel Beau-Rivage en el 107 del Quai des États-Unis, aunque termine por mudarse al Méditerranée, en el paseo de los Ingleses. Allí pinta Mujer en un divan. Decenas de pinturas con el mismo mantel, el mismo balcón y las palmeras del paseo de los Ingleses. Niza fue la ciudad de Matisse. La oficina de turismo ofrece una ruta por los lugares que frecuentó. Junto a la última casa, en lo alto de la colina de Cimiez, está su museo, en el antiguo palacio de los Arzobispos de Cambrai...

Anatxu Zabalbeascoa. El País Semanal, domingo 10 de enro de 2021.

martes, 12 de enero de 2021

Matisse tras la ventana

Henri Matisse (1869-1954) fue un desconocido que todo el mundo creía conocer. Aunque muchos historiadores le conceden hoy un peso cercano a Picasso, durante décadas fue considerado decorativo, intrascendente. En parte por la pluralidad de su obra -que lleva a pensar que se conoce el todo cuando solo se ha visto una fracción- y en parte porque su enorme legado está desperdigado por el mundo. Matisse demostró que la calma es peor vendedora que la furia. Aunque pintó con emoción salvaje, es el artista que mejor ha sabido contemplar la tranquilidad. Fue el último de los pintores en buscar un profesor en el Louvre. La comisaria de la muestra del Centro Pompidou Comme un roman, Aurélie Verdier, resume que "Matisse es el color liberado de la teoría. La emoción contiene la historiografía". Gustave Moreau le vaticinó que simplificaría la pintura. Su biógrafo, Louis Aragon, escribió lo contrario: "Con la exigencia  de la invención ha complicado la pintura". Insólito e insolente, Matisse demostró que mirar es parte de la creación. Como nosotros estos meses, en muchos de sus lienzos miraba los días desde un balcón. Y pintaba la luz. Y el goce de vivir.

Cuando la luz del día empezaba a colarse por la ventana del hotel Beau Rivage, en el Quai des États-Unis de Niza, Matisse se desesperezaba en la cama con la ilusión de saber que tras las cortinas iba a encontrar el sol. Así lo escribió. Había crecido en el norte, entre Bohain-en-Vermandois -donde sus padres tenían un comercio de semillas- y París, donde estudió Derecho. Pero había redescubierto el mundo en el sur. Mientras estudió no pisó un museo. En 1890 trabajaba de pasante cuando cayó enfermo y, para distraer la convalescencia de una peritonitis, su madre le regaló una caja de acuarelas. "Fue transformador. La pintura me dió un nuevo interés por la vida. No quise hacer otra cosa"...

Anatxu Zabalbeascoa. El País Semanal, domingo 10 de enero de 2021.

lunes, 11 de enero de 2021

"Manual de la buena esposa"

Martin Provost (Brest, Francia, 1957) se quedó con las ganas de dirigir a Juliette Binoche (París, 1964) en un proyecto que nunca se realizó, así que escribió Manual de la buena esposa -ya en cines- para la actriz. "Es un placer filmarla", reconoce el cineasta por videollamada a ABC. Binoche es aquí la "jefa" de una escuela para señoritas que tiene que apagar un fuego tras otro: la muerte de su marido y director del centro, un Mayo del 68 que agita a mayores y adolescentes, e incluso un viejo amor por quien se pasa al pantalón y por el forro la lección. 

Si en la anterior película de Provost, Dos mujeres, el germen fue la comadrona que le salvó, en Manual de la buena esposa fue un encuentro fortuito con una señora en el noroeste de Francia entre Bretaña y Normandía. "Me explicó que con quince o dieciséis años, a pesar de tener medios para estudiar, decidió no hacerlo porque su grupo de amigas venía del entorno rural e iban a entrar en una escuela como esta, y no quiso separarse de ellas", cuenta Provost.

Para aquellas mujeres "de origen modesto", estas escuelas de labores domésticas eran su único trampolín: "Lo mejor que les podía pasar en la vida era ser criadas de una familia acaudalada de París. Es terrible, pero era así. Por suerte, las cosas han cambiado". Aquellos centros de origen religioso y municipal, datan de principios del siglo XX y algunos  solo tenían diez alumnas.

Matar a un conejo "en directo" para cocinarlo fue el examen final que tuvo que pasar la señora que inspiró a Martin Provost para escribir Manual de la buena esposa. Aquella anécdota hizo que Provost se acordase de Jeanne Moreau... Aí que llegó a casa y buscó en internet qué era una escuela de labores domésticas. "Encontré un montón de información sobre aquellos centros y también películas del Instituto nacional del Audiovisual de los años 50 y 60 y me pareció divertido y trágico a la vez", recuerda.

Él consideró importante que hubiera en su película una mirada "más tierna y dulce " sobre el movimiento feminista; la eclosión del movimiento "Me Too"se produjo antes de que empezaran a rodar . "Cuando decidí hacer la película el movimiento no había empezado. A medio recorrido de la escritura del guión, si apareció. Pero las cosas no suceden por casualidad", argumenta.

Juliette Binoche es la última mujer en protagonizar la filmografía de Martin Provost: Violette (2013), Séraphine (2008), El vientre de Juliette, etcc. "Es una pregunta que me hacen muy a menudo y que también me hago frecuentemente: ¿por qué siempre hay mujeres protagonistas en mis películas?", admite el cineasta, que remite a su álbum genealógico. Su padre era una persona distante y estaba en la Marina, así que siempre se sintió "cerca" de la causa de su madre, "una mujer muy preparada, con mucho talento, que con 22 años se encontró casada y con tres hijos"...

Óscar Rus. Madrid. ABC, 8-1-2021

domingo, 10 de enero de 2021

Las hermanas Chanel

Coco Chanel y Arthur Capel

Conoció Coco al joven oficial Étienne Balsan que había heredado una empresa textil y comprado la finca Royalieu, el paraíso para cualquier caballo, no lejos del hipódromo de Chantilly. Es 1906. Allí nuestra heroína, para no aburrirse compraba sombreros en las Galerías Lafayette y luego los adornaba con lazos y cintas. Y allí empezó a vestir ropa cómoda para montar, a usar incluso ropa de su Étienne, nada de faldas como el resto de las amazonas, nada de montar de lado. En 1908 ya está en París, en la planta baja de un piso de Étienne atendiendo pedidos... de sombreros. No da abasto y lleva a su hermana Antoinette.

La aparición de un amigo de Étienne Balsan cambió la vida de la jovencita Chanel. Se llamaba Arthur Capel, más conocido como Boy. Guapo, excelente jugador de polo, dueño de minas de carbón y de empresas de transporte. Y no solo porque fueran amantes hasta que él murió (diciembre de 1919), sino porque le prestó dinero para que se instalara en el número 21 de la muy céntrica rue Cambon: había nacid oChanel Modes. Y nada como salir en la portada de Le Théâtre: Revue Mensuelle Illustrée: la entonces muy famosa actriz Lucienne Roger aparecía con un sombreo tocado con un ave del paraíso diseñado por Chanel. Todo se precipitó. Se abrió la delgación en Biarrtiz... 

"Coco inventó la palabra chic. Hasta entonces la mujer podía ser elegante, guapa, graciosa, rica, inteligente... pero este adjetivo, que va más allá de tener estilo y que muchas veces se emplea de forma arbitraria e incorrecta, lo definió Coco Chanel como su forma de vestir, crear y vivir", agrega Teresa Iturralde.

Coco Chanel no escribió unas memorias al uso, lo más próximo fue/es los comentarios que Paul Morand redactó durante las noches de invierno de 1946 en Saint Moritz, donde coincidieron los dos amigos. Coco Chanel se había exiliado durante la Segunda Guerra Mundial a Suiza, las tiendas (menos una) estaban cerradas y el mundo se recuperaba del shock. De aquel encuentro queda El arte de Chanel (Tusquets), las confesiones de una mujer que a nada teme, que ve todo desde la lejanía de una estación de esquí y de varios desengaños amorosos. Se trata todo, con la frialdad de quien ha vivido... mucho.

"A los seis años, ya estoy sola. Mi madre acaba de morir. Mi padre me deja, como una carga pesada... Huérfana ... desde entonces esta plabra siempre  me ha causado terror". ..

"Puedes ser preciosa a los 30, encantadora a los 40 e irresistible el resto de tu vida", dijo sabiendo lo que decia. Y por qué no con el color negro. El pequeño vestido negro fue uno de sus grandes hallazgos. En 1926 la revista Vogue auguro que sería "el atuendo que todo el mundo usará", derrotando la costumbre del luto.

Siempre libre pero con cierto aire de desvalida, vivió en una suite de casi 200 metros del hotel Ritz con vistas ala plaza Vendôme hasta que murió por segunda y última vez. Ya la habían dado por enterrada hasta que, con 71 años cumplidos, en 1954, regresó con un desfile por todo lo alto. No fue nada bien acogido, quizás porque algunos recordaban que fue sospechosa de colaboracionismo con los nazis. Pero se rehizo. "Hoy hay divisiones de moda, joyas, perfumes y belleza. Parece mentira que una mujer llegara a tanto"....

Manuel Llorente. El Mundo, viernes 8 d enero de 2021. 

sábado, 9 de enero de 2021

Coco Chanel: 50 años sin la creadora total

Ahí sigue la pantera de la moda, medio siglo después de su muerte. La recordamos con su vestido negro y perlas al cuello. Menuda y flaca. Fumando con mirada de desafío y la respuesta siempre a punto. Las tenía de todos los colores, para cualquier ocasión: "Nadie ha dicho jamás a Coco Chanel lo que debía pensar, "La moda pasa, el estilo permanece", "Una mujer con buenos zapatos nunca está fea"...

Coco Chanel nació en Saumur (Francia) en 1883 y murió el 10 de enero de 1971 en París. Se creyó tan poderosa que quiso cambiar su vida, borrar su pasado de hija ilegítima de lavandera y vendedor ambulante. La madre murió (¿de tuberculosis, de tisis?) cuando ella tenía 12 años y fue entonces cuando el padre la internó en el convento de Aubazine, nunca más se supo de él. En el orfanato empezó a sobrevivir  bajo la férrea y fría disciplina de las monjas. El uniforme que vestía era blusa blanca y falda plisada negra.

El alcance de su audacia en el mundo de la moda en los años en que las artes descubrían el surrealismo y Picasso era su mayor hechicero es difícil de perfilar desde la mirada actual. Hace un siglo, cuando se empezó a modernizar el mundo tras el trauma de la Primera Guerra Mundial y la confusión era moneda corriente, Coco Chanel pisó como muy pocos el acelerador.

"Oficialmente liberó a la mujer del corsé". Tanto a ella como al diseñador Paul Poiret se les atribuye este mérito, pero Coco va más allá. Democratizó la moda femenina. La hizo sencilla, para que las chicas pudiesen vestirse solas sin ayuda de doncellas. Utilizó el material de punto, hasta entonces reservado a la ropa interior masculina. Cambió los códigos rígidos. Les dió la vuelta. Fue la primera en trabajar el concepto unisex. Fue y es la más revolucionaria en el mundo de la moda". Así de rotundo valora Teresa Iturralde, la jefe de la moda de la revista Yo Dona, aquella revolución que emprendió Coco Chanel.

Un libro desvela ahora sus comienzos, que recuerdan los de Charle Chaplin. Las hermanas Chanel (Espasa), de Judith Little, dibuja con tintes novelescos, de heroína a su pesar, cómo se hizo así misma. Cómo espero el regreso del padre, la difícil convivencia en el internado con adolescentes de pago, el descubrimiento de las puntadas casi invisibles, la costumbre de llevar trigo en el bolsillo como superstición heredada como esperanza de prosperidad...

Manuel Llorente. El Mundo, viernes 8 de enero de 2021.

viernes, 8 de enero de 2021

David Guetta, Concierto de Nochevieja

David Guetta. Foto EFE

El compositor y DJ francés David Guetta ofrece un concierto en redes sociales desde la Pirámide acristalada del Louvre este 31 de diciembre, antes de la medianoche, en una tercera edición de su iniciativa "United at home" que busca recaudar fondos  y "dar felicidad", según ha declarado el músico.

"Soy de París, es muy especial para mí hacer el concierto aquí, en el museo más famoso del mundo. Fue un éxito grande en América, pero hacerlo en la ciudad en donde nací es muy especial", ha señalado en una entrevista con EFE antes de grabar el concierto, acompañado de un espectáculo de luces ante la pirámide de Ming Pei.

El espectáculo es el tercero de "United at home" (Unidos en casa), tras un primero en Miami y otro en Nueva York, con los que el músico quiere recolectar fondos en las redes para organizaciones que luchan contra las consecuencias de la covid-19, en esta ocasión Unicef y Restos du C,oeur, que alimenta a personas sin techo.

También será posible hacer una donación para el Louvre, que en los últimos años ha superado los diez millones de visitantes, pero este se ha visto obligado a cerrar seis meses por la pandemia.

El primer concierto en Miami recaudó más de 700.000 dólares (unos 570.000) euros. "No es solo el tema de recolectar dinero para ayudar a la gente, es también hacerla feliz", ha explicado el autor de éxitos como "When love takes over", "Getting over you" y "One love"...

El concierto, que fue grabado este martes por la noche y será transmitido en redes sociales  a las 23:45, integrará imágenes del museo del Louvre y de algunas de las obras que alberga para poner el contraste entre la modernidad de la pirámide y la música y la historia del lugar.

Una muestra de que "la cultura no tiene edad", según Guetta. El artista, que en su carrera ha vendido nueve millones de discos en el mundo y tiene más de 50 millones de seguidores en Facebook, ha explicado además que espera vacunarse pronto, pues es el único remedio que ve al virus...

EFE. París, miércoles 30 de diciembre de 2020 

jueves, 7 de enero de 2021

Astérix y Obelix volverán este otoño

 
Astérix y Obelix volverán este otoño. Porque el próximo  21 de  octubre se  lanzará un   álbum, que llegará a las librerías de todo el mundo, que será la quinta colaboración de Jean-Ives-Ferri y Didier Conrad para continuar la serie creada hace ya más de sesenta años por René Goscinny y Albert Uderzo.

Así lo ha anunciado a la agencia Efe Anaya, su editorial en español, que avanza que el gran éxito de esta colección, que ha vendido más de 385 millones de ejemplares en 111 lenguas y dialectos, "garantiza una nueva aventura, la número 39, que se anuncia nuevamente rica en peripecias".  

Después de la publicación de Astérix y los pictos (2013), El papiro del César (2015), Astérix en Italia (2017) y La hija de Vercingétorix (2019), los irreductibles galos se preparan para realizar otro gran viaje en este último álbum, sobre el que se mantiene un gran suspense, ya que todavía no se ha dado a conocer ni siquiera el título.

Con motivo de este anuncio, Jean-Yves-Ferri y Didier Conrad han publicado una plancha inédita de su nuevo trabajo en la que puede verse cómo el druida Panorámix urge a sus compañeros a que vayan a ayudar a un misterioso personaje.

Será el quinto álbum del dibujante Didier Conrad y del guionista Jean-Ives-Ferri y el primero tras el fallecimiento de Albert Uderzo, el pasado 24 de marzo, 43 años después de la muerte de René Goscinny, el otro padre de estos galos cuyas aventuras siguen desde 1959 millones de personas en todo el mundo.

En la plancha dada a conocer por la editorial, Astérix, Obélix y Panorámix aparecen durante lo que se supone que es una velada tranquila en la aldea gala jugando una partida de ajedrez cuando el druida se despierta sobresaltado gritando el nombre de un viejo amigo al que deben ir a rescatar porque está convencido de que se encuentra en grave peligro.

Anaya lanza el gancho con una identidad oculta bajo la etiqueta "confidencial" y un destino desconocido y lejano que se desvelará el próximo otoño, cuando los lectores descubran la aventura que emprenden los tres galos, que están armados, como siempre, con su poción mágica y arropados por millones de fans.

Madrid/Efe. La Voz de Galicia, lunes 4 de enero de 2021. 

miércoles, 6 de enero de 2021

Alberto Vázquez en el Festival de Annecy

Fotograma de Homeless Home

En su paso por el Festival de Annecy, Homeless Home de Alberto Vázquez (A Coruña, 1980), obtuvo el premio del jurado, lo que se ha traducido en la inclusión de la película entre las preseleccionadas para competir en la categoría de mejor corto de animación.

Una buena noticia como reconoce el cineasta gallego, quien también es realista y cauto."Hay unas noventa preseleccionadas para cinco plazas. Habitualmente entra una de Pixar, Neftlix ha empezado a producir animación, por lo que las majors suelen tener dos o tres de las aspirantes...". Homeless Home también se cuenta entre las finalistas al Goya, cuyas candidaturas se sabrán el lunes y donde aunque solo sea automaticamente, hay más posibilidades de concretar una nominación: son diez aspirantes a cuatro plazas.

Premios aparte, Homeless Home es otra muestra del talento de Vázquez para la animación y la narración, con una estética singular y una historia original. En el trailer, dos figuras de aspecto entre demoníaco y mitológico conversan a bordo de una barca:"No hay trabajo, pero siempre puedes ponerte como autonómo y pasar de tener un jefe..."Sí está ambientado en un mundo de fantasía medieval con demonios, ogros, brujas, pero sus problemas son contemporáneos: adicciones, la falta de expectativas laborales, enfermedades mentales", explica el director, quien ha mirado a la España despoblada como un referente para abordar temas y diálogos que no desentonarían en un corto realista. El director y un equipo de unas doce personas trabajan actualmente en su segundo largo, Unicorn Wars, una coproducción  en la que participan la gallega Albano con el País Vasco y Francia, donde trabajan otras tantas personas. Su previsión es que se puedan estrenar dentro de año y medio, aproximadamente.

X.F. Redacción. La Voz de Galicia, martes 5 de enero de 2021.

martes, 5 de enero de 2021

La hora de las coleccciones permanentes

Recién comenzado el año y con la mayor parte de los museos europeos cerrados o funcionando a medio gas por la pandemia, sus responsables ajustan unas propuestas que, advierten, podrían ser modificadas o anuladas, al igual que ocurrió con muchas citas de 2020. La crisis ha dejado lecciones y en esta nueva etapa la mirada se volverá a las colecciones permanentes, en lugar de buscar costosos blockbusters (los transportes y seguros son inasumibles). Las exposiciones temporales serán menos y más largas en el tiempo y se realizaran en coproducción con varios museos. La tendencia a la exhibición on line -gratis o de pago- se verá reforzada y competirá con la visita prsencial, tan complicada en los últimos meses.

 En España, los dos principales museos nacionales, el Prado y el Reina Sofía, trabajan en nuevas disposiciones de sus colecciones. En el caso del Prado, los responsables de cada departamento histórico buscan diferentes emplazamientos para sus obras, en línea con Reencuentro, la muestra con la que reabrió el museo tras el confinamiento.

De la exposición Invitadas del Museo del Prado

En el Reina Sofía, muchas narraciones tendrán un nuevo recorrido, y el discurso llegará por fin, a los testimonios más recientes del arte contemporáneo desde los años anoventa hasta la actualidad. (...)

En esta primera parte del año no faltaran efemérides que recordar, como el centenario del nacimiento del barón Thyssen, el 13 de abril de 1921(...) . La gran exposición dedicada a Magritte, que el museo tuvo que posponer el pasado año, llegará el 14 de septiembre. 

Los nombres de Picasso y Goya se repiten cada año en los grandes museos. Son un reclamo seguro para atraer la atención de los espectadores. A primeros de febrero ( desde le 9 hasta el 2 de enero de 2022 ) los museos Picasso y Rodin de París se unen para compartir una muestra conjunta, en la que ambos maestros medirán su obra dentro de sus propios museos parisienses.

En París, mientra Magritte ocupa el museo de L'Orangerie ( 12 de febrero), el Museo de Luxemburgo inaugurará Femmes peintres, des artistes comme les autres/  Mujeres pintoras, artistas como los demás. En la estal de la muestra Invitadas del Prado, se recorren los salones de arte desde 1780 hasta 1830, con pinturas de artistas que lograron reconocimiento (Elisabeth Vigée Lebrun, Marguerite Gérard, Constance Mayer)...

Angeles García Madrid. El País, lunes 4 de enero de 2021.