viernes, 30 de septiembre de 2022

"Finlandia", la nueva obra de Pascal Rambert

Pascal Rambert, Irene Escolar e Israel Elejalde.
Es un hombre tranquilo, no alza la voz y detesta los gritos y la violencia. Es amable y de sonrisa casi permanente. Pero cuando Pascal Rambert (Niza, 60 años) se sienta ante el ordenador  le surgen, no sabe explicar por qué, historias devastadoras sobre relaciones humanas, sobre el dolor y los resentimientos de hombres y mujeres. Un reflejo mordaz de la vida cotidiana. 

En esta ocasión, el dramaturgo, francés fija su atención en una pareja que se amó apasionadamente y que ahora, en un encuentro nocturno, en una cálida y blanca habitación de hotel en Finlandia, con 10 grados bajo cero en el exterior, se sumerge en un universo de odio con la excusa de la custodia de su hija, una niña de 9 años. Finlandia, primera obra que Rambert escribe expresamente para dos actores españoles, Irene Escolar e Israel Elejalde, se estrena en el Teatro de La Abadía (Madrid), el jueves. La función se presentará hasta el 23 de octubre, fecha en la que iniciará una larga gira por España. Es una coproducción entre la Abadía que esta temporada estrena como director artístico al académico Juan Mayorga, y Kamikaze Producciones.

Finlandia es la tercera obra de Rambert que se presenta en España, tras La clausura del amor, que interpretaron Elejalde y Bárbara Lennie, y Hermanas, con Escolar y de nuevo Bárbara Lennie.

El montaje que se presenta es una carga contra lo peor del mundo masculino y los celos y la paranoia que provoca la recuperación por parte de las mujeres de su espacio en la sociedad. "Estamos ante una verdadera lucha contemporánea. No sé explicar porque escribo lo que escribo. Yo me pongo a disposición de lo que va surgiendo día a día. Este texto lo escribí de manera brutal, sin pausa, como si quisiera expulsarlo de mí, asegura Rambert, premio de Teatro de la Academia Francesa en 2016 por el conjunto de su obra...

El espectador se adentrará en esa habitación de un hotel en Finlandia, a donde el hombre se ha trasladado en coche, en un viaje de 4.000 kilómetros para buscar a su hija que se encuentra con su madre. "La pieza trata de lo que le hacemos a los niños con las separaciones de las parejas. Pero mi teatro no es documental, ni periodístico, sino que trato de buscar forma para narrar ciertos momentos de la vida, esos momentos duros y difíciles en los que las personas se ven obligadas a salir de sus zonas de confort", añade Rambert, al que le gustaría que jueces y profesionales especializados en la infancia se acercaran a ver la obra y dieran su opinión...

Elejalde pone el acento en esa puerta al infierno que se abre cuando uno lee el texto. Además, resalta la "decadencia del imperio masculino, el mayor de la historia que se ha extendido en territorio y en tiempo", que se aborda en Finlandia. "Las mujeres han dado un paso adelante y ahora nos toca a los hombres, a pesar de que la entrega de esa corona sea dura", concluye el actor.

Rocío García. Madrid. El País, lunes 19 de septiembre de 2022.

jueves, 29 de septiembre de 2022

El Goncourt de 2021 premia una obra inspirada en el Rimbaud negro

Mohamed Mbougar Sarr

El título de la obra de Mohamed Mbougar Sarr (Senegal,1990), La más recóndita memoria de los hombres, pertenece a la cita de Los detectives salvajes de Roberto Bolaño que encabeza la novela del senegalés.

Mbougar Sarr obtuvo en 2021 el Goncourt con 31 años. Fue el galardonado más joven desde 1975, y, además, Sarr es uno de los pocos escritores de origen africano con el Goncourt.

Según un personaje de la novela, imaginamos que Mbougar es un escéptico: "La Francia burguesa, para tener buena conciencia consagrará a uno de vosotros y veremos de vez en cuando a un africano que alcanza el éxito... Pero en el fondo, créeme, sois y seguiréis siendo extranjeros, independientemente del valor de vuestras obras". Este libro deslumbrante, henchido de vida y de fantasía al mismo tiempo, polifónico, plagado de seres impetuosos, contiene además, un gran personaje colectivo que es la Literatura. Una novela, pues, de letraheridos y de historias dentro de otras historias, novela-mundo laberíntica a varias voces. Hay cameos de escritores reales, saltos temporales y una abigarrada meditación sobre la vida y la creación literaria.

En la estela de Bolaño, de quien Mohamed Mbougar se confiesa admirador acérrimo, el argumento trata de la fascinación de un joven autor africano llamado Diègane Latyr Faye, instalado en París en 2018, por un enigmático escritor senegalés desaparecido en 1938. Ese autor del pasado, T.C. Elimane, tras publicar la novela El laberinto de lo inhumano, su único éxito y fracaso, cayó en desgracia, acusado de plagio. Su misteriosa desaparición empuja a Diégane Latyr Faye a buscar la novela incontrolable y a perseguir las huellas de su autor. 

El viaje de la búsqueda no es tan delirante como el de la novela 2066 de Bolaño. Con un vértigo que atrapa, se va reconstruyendo la vida de Émilane, sombra, mito libertino o visionario brujo africano. Pero hay algo más ingenuo en la escritura de Mbougar, un modo de describir a los individuos incluso a los grandes escritores como Gombrowicz o Sabato, sustrayéndoles lo intelectual y convirtiéndolos en personajes apasionados, héroes de fábula.

El pintoresco T.C. Emilane de ficción está inspirado en un escritor real: Yambo Ouloguem (1940-2017), un autor de Mali, premiado con el Renaudot en 1968, y a quien llamaron el Rimbaud negro por su novela Deber de violencia. Acusado de plagio también se convirtió en un autor perdido en el tiempo.

Mbougar Sarr crea algunos personajes memorables, como la madre de Élimane, atacada por la locura al no tener noticias de su hijo, o la escritora senegalesa Siga D., coprotagonista de la novela. A través de esa sugerente mujer madura que ha recorrido muchos abismos, el protagonista accede a la novela de Élimane y a los túneles subterráneos de su vida oculta. Dakar, París, Ámsterdam o Buenos Aires le sirven al narrador para evocar someramente la Segunda Guerra Mundial, las revueltas contra las dictaduras y las manifestaciones democráticas en Dakar. El héroe, Latyr Faye reflexiona sobre la obsesión de la literatura como destino, y también como infierno.

La obscuridad y la abyección que poco a poco van intuyéndose en el huidizo T.C. Élimane, su posible relación con la muerte de algunos críticos literarios, son elementos simbólicos más emparentados con los sueños, los cuentos y las fábulas. Una admirable novela, con algunas costuras visibles, que se impone como un viaje literario en el que lo que importa es el arte de narrar y seducir.

Lourdes Ventura. El Cultural, 27 de septiembre de 2022.

miércoles, 28 de septiembre de 2022

El Camino de Santiago firma el mejor año de su historia

En  2022 Compostela se llenó de peregrinos. (Foto: Xoan A. Soler)

Cien días antes del final del Xacobeo se ha logrado superar la marca de 348 compostelas, un dato inédito. Aún no ha caído la primera hoja del otoño cuando el Camino de Santiago firma el mejor año de su historia. Este miércoles, a dos días del equinocio y a más de tres meses de que la Puerta Santa quede sellada en espera de un nuevo Xacobeo, se ha superado la cifra de 347.578 compostelas que se entregaron a lo largo de todo el 2019, según confirma la Oficina del Peregrino, donde a mitad de jornada se contabilizaban 348.230 certificados. Cae así el récord histórico de peregrinos. A las ganas de salir, el fin de las restricciones y el doble año santo les han sobrado cien días para batir la marca.

La segunda entrega del Xacobeo comenzaba con más dudas que certezas, bajo las nubes de la pandemia. El 2021, pese a cumplir expectativas, estuvo marcado por las restricciones de aforo en los albergues y la ausencia de peregrinos internacionales debido al cierre de fronteras.

La llegada de la primavera y sus brotes verdes de peregrinos comenzaron a dibujar un mapa más esperanzador. Con la Semana Santa, el goteo de caminantes se convirtió en riada y los albergues se llenaron de idiomas. Los extranjeros habían vuelto.

Cuando las calles compostelanas se anegaron de visitantes en torno al 25 de julio, quedó claro que solo era cuestión de tiempo batir todos los récords. Un día antes fue cuando cayó la primera marca: el peregrino 200.000 llegaba por primera vez antes del Día del Apóstol. A lo largo del verano han sido constantes las mareas de peregrinos que llegaban por todas las rutas. La plaza del Obradoiro tampoco ha conocido el silencio con las celebraciones que la han llenado de abrazos, gritos y lágrimas de emoción. A pie, en bicicleta, a caballo, en silla de ruedas e incluso sobre zancos, los peregrinos se han convertido en un elemento perenne del empedrado histórico compostelano.

La segunda prueba de que las expectativas se habían desbordado llegó hace tan solo un mes: el afán por cruzar la Puerta Santa se materializaba entonces en las eternas colas que, pese al abrasador sol de un verano de sequías, no bajaron el ritmo...

Al 2022 aún le queda mucho por decir, pero el bum de nuevas rutas alternativas al Camino Francés -la Oficina del Peregrino recoge 19 itinerarios frente a los diez que incluía en 2021- y la incesante apertura de alojamientos parecen indicar que habrá Camino más allá del Xacobeo. Quizás el récord actual caiga, como hacen las hojas en otoño, antes del inico del próximo año santo, el del 2027.

Rebeca Cordobés. La Voz de Galicia, jueves 22 de septiembre.

martes, 27 de septiembre de 2022

Virxilio Viéitez: El tiempo detenido

Fotografía de Virxilio Viéitez  que Cartier-Bresson
  eligió como una de sus fotos favoritas.
Se puede ser universal desde lo más local. Ser un fotógrafo de pueblo, de bodas, de bautizos y funerales, como el pontevedrés Virxilio Viétizez (Soutelo de Montes, 1900-2008), y seducir y corregir a uno de los grandes genios del oficio como Henti Cartier-Bresson. "Sé de tu pueblo y serás de tu región, de tu país y del mundo", pedía Unamuno, y es lo que hizo el talento autodidacta de Viéitez. Las sencillas y conmovedoras imágenes de Galicia humilde en las que Viéitez congeló una época pueden verse ahora en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

Viéitez hizo de las calles y los prados su estudio, retratando a sus paisanos, a menudo por encargo, en huertos, brañas, cementerios, patios, plazuelas o cruces de carretera. En fiestas comuniones o velatorios. "En estos escenarios realizó sus mejores imágenes de luto y celebración, sencillas y despojadas, de una pureza inmaculada, como un certificado de la vida y la muerte de sus paisanos", escribe Publio López Mondéjar, historiador de la fotografía y académico de Bellas Artes. Unas fotos que, ante su propio asombro, le otorgaron celebridad internacional cuando su hija Keta , también fotógrafa, las difundió en 1997. Positivadas por ella en gran formato, y casi todas tomadas en su pueblo natal, conforman la muestra Virxilio Viéitez: El tiempo detenido, en cartel hasta el 11 de diciembre.

Desde la Galicia recóndita que retrató, Viéitez mantuvo relación con Cartier-Bresson. Conoció al maestro francés en un encuentro fotográfico en Salamanca. Viéitez no sabía entonces quién era, pero charló con él y se hicieron amigos. La complicidad que establecieron pudo deberse a la espontaneidad y la sinceridad del gallego, según su hija, que habla de "amor a primera vista". Creo que Cartier-Bresson sentía que mi padre le trataba con naturalidad, sin el filtro que todos los demás ponían ante él", señala Keta Viéitez. Tal era la confianza entre ambos que el gallego se atrevió a decirle al padre del instante decisivo que hacía "fotos desenfocadas y sin luz". No en vano, para Viéitez "la nitidez era lo más importante", recuerda su hija. Fueron grandes amigos. Tanto que Cartier-Bresson incluyó una de las fotos del gallego en su libro Mis fotos favoritas y en una exposición en Francia. Una imagen presente en la muestra en la que aparecen una mujer y un niño con un perro ante un cochazo, quizá el de un emigrante retornado que quiere mostrar su éxito.

Sin conocer a su padre, Viéitez creció en una aldea rodeado de mujeres y de aperos de labranza. Se buscó la vida desde la infancia. Sin visitar apenas la escuela, aprendió a leer y a escribir por su cuenta. Ese afán autodidacta condujo su vida. Con 16 años trabajó de albañil en la ampliación del Aeropuerto de Santiago. Pero como tantos otros paisanos optó por emigrar. Probó suerte en Vigo y en el Pirineo Aragonés, donde trabajó, con 18 años, en la construcción de los teleféricos de Panticosa.

En Cataluña fue ayudante en un estudio Fotográfico en Palamós. Cuando supo manejar la cámara y vió que podía ser su medio de vida, dejó la obra y se hizo fotógrafo callejero. Recorrió la Costa Brava durante siete años retratando a los primeros turistas ávidos de sol y playa. Pudo ahorrar, ya que a menudo le pagaban en dólares, libras o marcos y recibía sustanciosas propinas.

Afianzado en el oficio, Virxilio Viéitez regreso a su tierra gallega para establecerse como retratista y notario de su entorno. Trabajó con una Kodak de cajón y gran formato...Entre 1953 y 1980 Viéitez realizó más de 500.000 instantáneas. Sus negativos estuvieron arrumbados en la casa familiar hasta que su hija le hizo comprender su valor. De ser un desconocido fuera de su tierra pasó a ser valorado y admirado en Europa y a formar parte de las colecciones de grandes museos... La Academia de Bellas Artes expone además documentos de la colección de Pedro Melero y Marisa Llorente, revistas y álbumes dedicados en exclusiva al trabajo de Viéitez. Un código QR da acceso al documental La voz de la imagen. Maestros de la fotografía española, en el que aparece Viéitez y accesible en Youtube.

Miguel Lorenci. Madrid/ Colpisa. La Voz de Galicia, lunes 29 de agosto de 2022.

lunes, 26 de septiembre de 2022

"Olga", la soledad de una atleta

La oportunidad coyuntural le otorga a Olga un valor inesperado. La película está grabada entre finales del 2019 y comienzos del 20, justo antes del estallido de la pandemia del coronavirus, y cuenta una historia que sucede entre Lituania y Suiza durante el 2013 y el 2014, incluyendo una coda final situada seis años después. La Olga del título es una rebelde y tenaz pero desorientada gimnasta ucraniana de 15 años, especializada en barras asimétricas que debe completar su formación en Suiza -país de origen de su padre-, pues el régimen de Yanukóvich persigue a la madre periodista y la vida de ambas corre peligro. La chica tiene que enfrentarse en el exilio al desarrollo de su identidad como persona y como atleta, compitiendo en el Europeo de atletismo con la nacionalidad suiza y observando en la distancia la sangrienta crisis en su país, con el telón de la célebre revolución de la plaza Maidán de Kiev.

Olga cobra hoy tras la invasión de Ucrania por el ejército ruso, una nueva dimensión, pues, como decía, hace casi noventa años, el gran documentalista John Grierson -uno de los precursores de lo que luego sería el cine realista británico, un estilo que ejerce no poca influencia en el tono de este filme-: "El cine social trascenderá el tiempo y nos ayudará a comprender mejor nuestra historia".

Además Olga es una hermosa cinta sobre la dificultad de crecer, un filme que examina los dolorosos trastornos de la mutación de hacerse mayor. Y el honrado y comprometido discurso de la película da el salto sin redes, apoyado en la maravillosa presencia de la atleta Anastasia  Budiashkina que debuta como actriz -todas las jóvenes intérpretes del filme son también gimnastas- exhibiendo una frescura y franqueza conmovedoras. De Olga agradecemos su autenticidad, su limpieza estética y narrativa, que homenajea, sin tapujos y maquillajes, la belleza de lo cotidiano.

Eduardo Galán Blanco. La Voz de Galicia, vienes 16 de septiembre de 2022.

domingo, 25 de septiembre de 2022

Mona Chollet: "No hay contradición entre feminismo y amor"

Mona Chollet

"¿Es Mona Chollet?", pregunta una mujer veinteañera en un café cerca de la plaza de la Bastilla mientras el fotógrafo retrata a la autora feminista de mayor éxito e influencia en años recientes en Francia. "La admiro mucho", añade la mujer. "Encuentro que tiene una posición feminista muy ajustada".

Hay pocos escritores, y menos ensayistas, que logren la identificación que Chollet (Ginebra, 49 años) logra con sus lectoras (y algunos lectores). Tras consagrarse con Brujas (Ediciones B, en castellano, 2019). ahora publica en Paidós su último ensayo, Reinventar el amor. Cómo el patriarcado sabotea las relaciones heterosexuales. "En Brujas", explicará Chollet tras la sesión de fotos, "me situé del lado del feminismo badass (rudo), muy independiente. Después pensé: es una parte de verdad pero no toda. Brujas lo escribí al separarme tras una larga relación, debía aprender a ser independiente. Escribir me ayudó a superar una etapa de mi vida". 

P.- Se define en Reinventar el amor como una midinette, que se traduce como "ingenua sentimental". ¿Por qué lo dice?

R.-Una minidette es alguien sensible a lo que tiene relación con el amor, a quien le gustan las canciones sentimentales, las comedias románticas. Hay hombres que son midinettes, pero es un rasgo más cultivado por las mujeres. Hay algo en nuestra socialización que hace que seamos sensibles a ello.

P.- Lo asume sin problema.

R.-La cosa se complica cuando una es feminista. Tengo el lado midinette y el feminista. Me apetecía hacer un libro para reconciliarlos, hacerlos dialogar.

P.- Reivindica el amor.

R.- Totalmente. Es un prejuicio pensar que hay una contradicción entre feminismo y amor. El amor, con frecuencia. se ha utilizado para hacernos renunciar a ambiciones profesionales o políticas. Se nos ha dicho que "el amor, el vínculo, la pareja, la familia es vuestro terreno, estáis hechas para ello". Es normal que el feminismo reivindique hablar de otras cosas: las desigualdades salariales, las violaciones, la falta de paridad en política, el techo de cristal en las empresas, el acoso sexual. Yo he hablado sobre ello.

P.-Y sin embargo...

R,-El amor sigue siendo muy importante en nuestras vidas. Para algunas, el amor con los hombres. Me parece que no querer parecer interesada en esto es una manera de conformarse con un sistema de valores dominante, con la idea de que el amor no es un tema noble. Todo lo que tiene connotaciones femeninas está desvalorizado. Y yo quiero decir que hay que afirmar que el amor merece interés y reflexión.

P.-Tal como lo explica, su vida amorosa ha sido bastante sana y adulta. Contrasta con el retrato tenebroso del amor en el libro.

R.- Había que adentrarse en este lado. Quise tratar todos los matices. Empezando por las situaciones ligeras, los malentendidos, las pequeñas frustraciones derivadas de que no se nos educa de la misma manera. No se nos educa para entendernos y, si integramos los comportamientos prescritos para cada uno, no podemos entendernos.

P.-¿Por qué?

R.- A los hombres se les educa para que no hagan del amor una prioridad. Algunos lo hacen, por supuesto. Pero todo empieza en el patio de recreo, donde se hace burla de los niños demasiado sentimentales. A las mujeres se las condiciona para que, desde temprano, sueñen con el amor y lo pongan en el centro de sus vidas. A partir de aquí, las cosas empiezan mal: hay alguien que siempre se pregunta si hacen bien en seguir ahí y, del otro lado, alguien para quien la relación es esencial para su identidad...

Marc Bassets. El País, domingo 18 de septiembre de 2022.

sábado, 24 de septiembre de 2022

Una visita a Rochefort-en-Terre.

No es uno de los pueblos bretones más conocidos y, sin embargo, es uno de los más atractivos.  Situado en el sudeste de la Bretaña profunda, sobre un promontorio rocoso que emerge sobre los páramos y bosques del valle del río Saint-Gentien, Rochefort-en-Terre está catalogado desde 2016 como uno de los pueblos más bonitos de Francia. Recorrer sus callejuelas empedradas es como dar un paseo por el pasado, entre casas de piedra con tejados de pizarra, algunas con fachadas entramadas de madera, que datan de los siglos XV al XVIII. No se ven antenas ni cableados eléctricos. Los comercios son también como de otro tiempo: cererías, tiendas de juguetes de madera, artesanos del vidrio, anticuarios, vendedores ambulantes con carros de madera tirados por percherones... Las casas y tiendas están cubiertas de plantas trepadoras y flores multicolores, lo que le da a Rochefort una particular belleza y personalidad que le ha deparado el recibir también las distinguidas certificaciones de "villa florida" y "ciudad con carácter". Algunos de los rincones floridos que van sorprendiendo en nuestro deambular han sido escenario de películas de época.

Las zonas más coquetas sont la calle Saint-Michel, la plaza des Halles, antiguo mercado con su Ayuntamiento atravesado por una centenaria glicina de flores malvas, y la plaza du Puits con su pozo lleno de flores. Una casa con una balanza esculpida recuerda que aquí se impartía justicia y que en dicha plaza se celebraban ejecuciones públicas, especialmente durante la Revolución Francesa. 

La peculiar belleza de Rochefort atrae a pintores de todo el mundo, a los que se puede ver con sus lienzos por las calles y plazas, o en sus talleres artísticos. La tradición empezó a mediados del siglo XIX, cuando por aquí pasaron artistas como Ferdinand de Puigaudeau, Léon Gremain Pelouse, el expresionista estadoudinense Albert Bloch, el británico Mortimer Menpes o el suizo Marius Borgeaud, que solían alojarse en el hotel Le Cadre o Le Pélican. Pero el gran idilio entre la villa francesa y los pintores se inició en 1903cuando el artista estadounidense Alfred Klots la visitó. Se enamoró de su luminosidad y colorido. Compró las ruinas del castillo medieval y se alojó en el mismo tras construir una mansióncon restos de otros castillos de la zona. Se convirtió casi en un museo en el que exhibía sus colecciones de arte y antigüedades. Parte de la belleza de Rochefort se debe a él, ya que animó a los lugareños a cuidar el pueblo y a decorarlo con flores, creando en 1911 un concurso para ver quién embellecía mejor sus ventanas.

Klotsinvitó a pasar temporadas en Rochefort a pintores, principalmente estodounidenses; entre otros William Draper, el único que retrató al presidente Kennedy en vida. Su labor la prosiguió su hijo Trafford, también pintor, quien, además, siendo capitán en la II Guerra Mundial, liberó Rochefort al frente de unos blindados. Al fallecer Trafford en 1976, su viuda, Isabel, siguió con la tradición de invitar a artistas extranjeros. Los Klots forman parte de esa estirpe de escritores y artistas que ha dado el mundo anglosajón, enamorados y difusores de la cultura continental europea como los Graves, Durrell, Gerald Brenan, John Pendlebury, Patrick Leigh Fermor... En su caso se puede decir que pusieron Rochefort en el mapa.

El castillo pertenece ahora al municipio. Fue edificado en en el siglo XII sobre un enriscado castro galoromano, desde el que se controlaba el valle y hoy se disfruta de unas inmejorables vistas. Fue una importante edificación durante el medievo. Morada de loos señores de Rochefort y de Rieux, uno de sus miembros, Jean IV, fue mariscal de Bretaña y tutor de la duquesa Ana, cuyo matrimonio con el rey francés Luis XII unió Bretaña a Francia. La fortaleza fue testigo de gran parte de las guerras que conoció Francia a lo largo de los siglos, por lo que resultó destruido en varias ocasiones: en las guerras medievales entre los duques de Bretaña y la corona francesa, en las de religión , y la última vez durante la Revolución Francesa.

Se accede desde el pueblo tras recorrer un paseo arbolado y pasar una entrada en lo que queda de una muralla en ruinas... En el parque del castillo se halla el museo galería Naïa, dedicado al arte fantástico. Allí exponen cuadros, esculturas, fotografías , cómics... más de 70 artistas de todo el mundo. Lleva el nombre de una conocida bruja que habitaba en torno al castillo a finales del siglo XIX, quien, además de asustar a los lugareños, predecía amores leyendo las líneas de las manos.

Rochefort es lugar de peregrinación desde el medievo y forma parte del Camino de Santiago. Su iglesia Notre-Dame-de-la Tronchaye, del siglo XII, no está construida en el centro del pueblo, como es habitual. Su ubicación en la parte baja se debe a que se levantó donde una pastorcilla encontró la imagen de una virgen en el tronco hueco de un árbol, escondido un par de siglos antes por un monje durante un ataque normando. Fue colegiata en el siglo XV, siendo destruida parte de sus dependencias durante la Revolución. Frente a su entrada hay un típico calvario bretón del siglo XVI, escultura en piedra en forma de columna que refleja en tres niveles la pasión de Cristo.

Para rematar la visita, lo mejor es dar un paseo en bici o a pie  alrededor del pueblo, siguiendo el río y el estanque del Moulin Neuf, atravesando zonas pizarrosas y bosque de robles y castaños. Y que mejor para entrar en ambiente que hacerlo oyendo algo del folclore bretón  como el Bro Gozh ma Zadou -himno bretón-, el Tri Matolod o el Boktol Sant Nidouden, interpretados por algunos de los clásicos de la música bretona como Tri Yann, Alan Stivell, Gwendal, Dan Ar Braz, Diaouled Ar Menez o Ar Re Yaouank...

Manuel Florentín. El viajero. El País, 8 de septiembre de 2022.

viernes, 23 de septiembre de 2022

Comienza la temporada con La Valse de Ravel

Marzena Diakun

La directora polaca, Marzena Diakun, titular de la Orquesta de la Comunidad de Madrid abre una nueva temporada con piezas danzables de Ravel, Rjmáninov, Brahams y Anna Clyne. Las cuatro obras tienen todas ellas ese carácter, incluso desde el mismo título. La primera es una partitura absolutamente maestra de Maurice Ravel, La Valse, un experimento en torno al famoso tres por cuatro vienés, una suerte de descomposición de lo dancístico, que se ofrece ensombrecido, envuelto en extraños fogonazos que le otorgan el aspecto de un baile macabro. Obra de muy difícil realización, que requiere una especial pericia en el manejo del rubato y de la acentuación, a veces a contratiempo. 

Otra mirada al tres por cuatro la tenemos en las deliciosas Canciones de amor Op.52 y Op.65 de Brahms, composiciones breves y encantadoras de una ligereza y un aroma excepcionales, con partes ad libitum para las voces. Piezas importantes sobre todo por el tratamiento del color y por el empleo de las voces como instrumentos de viento sosteniendo la armonía del teclado.

De muy otro signo son, naturalmente, las Danzas sinfónicas de Rajmáninov, estrenadas en Filadelfia en 1941 bajo la batuta de Eugene Ormandy. Tres movimientos estructuran la composición. El primero es un non allegro que parte de una célula arpegiada que está en la base del tema principal.  Destaca de pronto el canto del saxofón, un signo de la nostalgia del compositor por su país natal, que aparece enseguida en la voz de los violines. Vuelve el vals en el segundo movimiento, andante con moto, que esconde en su interior sorprendentes pulsiones que van creando una cierta sensación de conflicto. Y es curiosa la conexión que se establece aquí con el mundo recientemente explorado de La valse raveliana, proporcionada por las curiosas combinaciones temáticas, armónicas y tímbricas, que nos traen asimismo a la memoria ciertas propuestas de Debussy. La obra se cierra con un lento assai, allegro vivace, en donde aparecen los sonidos de las campanas y al poco el tema del Dies irae...

Tras La valse se sitúa en esta sesión la Danza para violonchelo y orquesta de Anna Clyne, una suerte de concierto que la compositora escribió para la chelista Inbal Segev, que es quien toca en esta sesión. Y que entra por primera vez en el repertorio del conjunto madrileño. que cuenta con las voces de su coro y con elementos de su joven orquesta.

Arturo Reverter. El Cultural, 9-9-2022.

jueves, 22 de septiembre de 2022

El yo quebradizo de Maillard

La poeta y ensayista Chantal Maillard . LISBETH SALAS

Chantal Maillard (Bruselas, 1951) reside en España desde los trece años. Autora de numerosos ensayos, es especialista en filosofías y religiones de la India. Ha traducido a Henri Michaux al español. En 2004 obtuvo el Premio Nacional de Poesía con el libro Matar a Platón (Tusquets). 

Lo que el pájaro bebe en la fuente y no es agua reúne la poesía publicada por Chantal Maillard desde 2004 hasta 2020. La profesora Virginia Trueba firma una exhaustiva introducción de cuarenta y cuatro páginas. En ella estudia certeramente la literatura de la poeta , su "tono entre lo conceptual y lo existencial, lo abstracto y lo concreto, expresión tanto del deseo de calma como necesidad del grito". El primer libro incluido en la recopilación, Matar a Platón, se abre con dos epígrafes del filósofo Gilles Deleuze. La obra fue compuesta cuando la escritora padecía una enfermedad grave y se inicia con un signo trágico: el ideograma que forman unos metales y la carne eventada de un hombre aplastado. El cuerpo del conductor que ha causado el accidente "emite un ruido que le parece ajeno,/ un ruido como un túnel de acero que conduce / al oscuro principio de la culpa".

Chantal Maillard transmite su vivencia del dolor en Escribir. Convertida la angustia en un cóndor que la asedia, la autora confiesa que utiliza la escritura "para colmar la distancia /entre mi miedo y yo". El efecto es turbador, sin trampas retóricas, con imágenes emocionantes. La herida persiste en los poemarios Hilos y Cual. La vigilia, el nudo, la saliva y el cansancio trazan un círculo que aprisiona a la poeta. Un yo quebradizo lucha contra lo irremediable mientras la vejez conquista nuestro rostro. Gran parte de las afirmaciones es respondida por una interrogación y se repiten los ingredientes del desasosiego: vértigo, arenisca, papel rasgado, semillas putrefactas. Maillard reconoce su aislamiento: "No es fácil ofrecer cobijo/cuando se lleva a rastras/una caja vacía".

La prosa del libro La tierra prometida forma una especie de molinillo de plegarias. En la "letanía" (término preferido de la escritora) son mencionados animales en peligro de extinción: el tapir, la vicuña, el petrel, la pantera nebulosa o el sileno. El poemario La herida de la lengua hurga en el erial, la náusea, el límite y la caída. De nuevo la fragilidad y el desamparoson resumidos por la palabra "hilo". Antes de aludir a Hordelin, Celan y Nietzsche, destacan siete versos: "Se quitaron la vida/el hijo de mi padre,/ la hija de mi suegra/ y el que nació de mí. / Hoy las cigarras cantan / en la hierba dorada. // Realmente es extraño". El volumen Cual menguando encierra cinco breves piezas teatrales, poemas y un epílogo. El libro Medea sobresale por su fierza expresiva. Partiendo de la tragedia creada por Eurípides y de la versión del cineasta danés Lars von Trier, la poeta nos ve como gotas de agua que se evaporan al chocar contra el yunque del tiempo. Tras las composiciones de la sección Inéditos, tres perspicaces textos en prosa de Fugas compendian el pensamiento poético de Maillard. 

Una "posdata" del filósofo  Miguel Morey cierra Lo que el pájaro bebe en la fuente y no es agua. Son doce páginas de claridad expositiva. Se incluyen ilustraciones sugerentes de Joaquín Ivars, Joan Cruspinera, David Escalona, Teté Vargas-Machuca y de la propia Chantal Maillard. Percibimos el cuidado profesional de Jordi Doce en una obra editada con primor. Acabada le lectura, queda la certeza de haber acompañado a una autora cuyo talento se sitúa muy lejos de las convenciones literarias.

Francisco Javier Irazoki. El Cultural, 6-5-2022.


miércoles, 21 de septiembre de 2022

La ruta Kan-non de Japón quiere hermanarse con el Camino de Santiago

Hendo Okamura, responsable del templo budista Kan-non Sttoj.
(Foto de Sandra Alonso, La Voz de Galicia)

El Camino Kan-non está considerado como el itinerario de peregrinación más antiguo del país del sol naciente y en el año 2019 fue designado como Patrimonio de Japón. Se trata de una ruta de 1.300 años de antigüedad y con 33 templos como puntos de sellado que abarca siete provincias. El conocido Camino de Kumano está integrado en el recorrido de Kan-non. El máximo responsable del templo budista Kan-non Sttoj, Hendo Okamura, visitó esta semana Santiago para mantener reuniones con la directora xeral de turismo de Galicia, Nava Castro, y con el director de la Fundación Catedral, Daniel Lorenzo. El objetivo es iniciar los trámites para lograr el hermanamiento del Camino Kan-non con el Camino de Santiago. "Tenemos buenas vibraciones" después de las reuniones mantenidas en Santiago", afirma. "Ahora comenzaremos la preparación de todo el expediente para conseguir avanzar el hermanamiento", añade. 

Hendo Okamura pasó por diversas localidades del Camino de Santiago, desde Astorga, y realizó algunos tramos a pie. El monje apuntó las similitudes que tienen los dos caminos, y destacó especialmente el sentimiento de tranquilidad, paz y recogimiento" que adquieren aquellas personas que recorren uno y otro. En el caso de la ruta de Japón, los peregrinos obtienen la credencial, denominada Nokyocho, tras el sellado en los 33 templos, pero a diferencia de lo que ocurre en el Camino de Santiago, los caminantes pueden emplear diversos medios de transporte. Lo habitual es que el Kan-non se realice en diversas etapas a lo largo de la vida del peregrino. Okamura invitó a todos los compostelanos "a visitar el camino de peregrinación para vivir mirando siempre hacia adelante". Durante su estancia en Santiago, Hero Okamura contó con la colaboración de Mine Kawakami, pianista y compositora japonesa afincada en Santiago desde hace varios años. Ambos asistieron a la misa en la Catedral de Santiago, donde se interpretaron varias piezas musicales compuestas por Kawakami. Okamura explicó que, aún siendo religiones diferentes, "no hay nada que impida el recogimiento y la meditación".

Sonia Portela. La Voz de Galicia, jueves 15 de septiembre de 2022.

martes, 20 de septiembre de 2022

Un Picasso para la era de Instagram, 2

La conmemoración de los 50 años de su muerte se ha convertido, así, en la excusa perfecta para volver a Picasso, con más de 40 muestras que en su mayoría se celebrarán en España y Francia, aunque otros lugares se han sumado. No faltarán los que exploren temas relacionados con las mujeres en la vida de Picasso, Gertrude Stein (Museo de Luxemburgo), Fernande Olivier (Museo de Montmartre) o Françoise Gilot (Kunstmuseum Pablo Picasso de Münster), si bien la muestra que promete aproximarse a la cuestión de género de manera más crítica podría ser la de Brooklyn Museum, donde se ha invitado a la performer Hannah Gadsby a formar parte del equipo curatorial. Otras exposiciones proponen diálogos con los maestros clásicos -El Greco en el Prado, Poussin en Lyon, Velázquez en Casa Velázquez-; los contemporáneos de Picasso -Miró en Barcelona, Julio González en la Fundación Mapfre, Kahnweiler en el Picasso de Barcelona-; y algunos artistas vivos que ofrezcan un giro actual al artista en la Casa Encendida o la invitación para "intervenir" la colección del Picasso de París a Sophie Calle y al diseñador británico Paul Smith. Otras instituciones han optado por pensar a Picasso desde Picasso - Fundación Beyeler, Met, Pompidou, Antibes, Museo Picasso de Málaga, Guggenheim Bilbao, Reina Sofía, Museo de Bellas Artes de A Coruña, la Casa Natal de Málaga... -.

En cualquier caso, las exposiciones que prometen más preguntas son aquellas que abordan al Picasso menos explorado: el vernáculo a través de la cerámica tradicional y la suya (Museu del Disseny de Barcelona); las contaminaciones de las culturas de consumo (Guggenheim Nueva York, Le Petit Palais de París o el Thyssen con Picasso y Chanel); o las relaciones de Picasso con otras culturas en el tiempo y en el espacio, propuestas desde el Museo del Hombre en París, que se centra en las reciprocidades del artista con artefactos del mundo prehistórico (cerámicas, guijarros, grabados...). Esos picassos más inexplorados serán, seguro, los que contribuirán a abrir la nueva conversación sobre el artista que tantos reclaman hoy. Picasso nos quiere inesperados y sagaces, como  era él, a la hora de acercarnos a su legado 50 años después de su muerte, revisando categorías y conceptos reiterados.

Ha ocurrido en una exposición que no debe permanecer silenciada, aunque no forme parte de las celebraciones. Se pudo ver hasta el 30 de junio en el Museo de las Civilizaciones Negras de Dakar, ciudad donde ocurre una bienal que este año ha cumplido sus 14 ediciones. Viajaron hasta Dakar una quincena de picassos que dialogaron con piezas locales para conmemorar otro aniversario: los 50 años de la primera muestra de Picasso en Senegal. Han colaborado con la institución senegalesa el Museo Picasso de París y el Quai Branly, interesado en la circulación de las piezas originarias del continente africano en el propio continente, y esta muestra ha tenido su complemento en el Instituto Francés de Dakar. Allí, jóvenes artistas locales han repensado a Picasso.

En un momento del reportaje sobre el proyecto emitido por Al Jazeera, un niño, frente a la pieza local al lado de una obra de Picasso, acaba entendiendo que ambas son "obras maestras": una de un artista famoso y la otra de uno desconocido. No está mal la reflexión del pequeño a la hora de enfrentarse al Picasso que exige el siglo XXI. Nada mal.

Estrella de Diego. Babelia. El País, sábado 27 de agosto de 2022.

lunes, 19 de septiembre de 2022

Apenas queda su posmodernidad

En la primera escena de Novecento, la magna epopeya de Bernardo Bertolucci, un personaje ataviado con la indumentaria de Il trovatore anuncia: "Verdi é morto". Era enero de 1901. Comenzaba aquel día el siglo XX. Ayer murió Godard y, con él, el cine. Una determinada concepción del cine: el cine de la modernidad y no solo el de la nouvelle vague. Godard fue el representante más radical, seguido de lejos por Rivette y Rohmer, de aquel movimiento renovador. Jugaba con la ventaja, como crítico de los míticos Cahiers du cinéma, de conocer y amar el cine clásico, con una especial predilección por Nicolas Ray, o Fritz Lang, para después subvertirlo hacia la modernidad, tal como Picasso, Stravinski o Le Corbusier había hecho con la pintura, la música o la arquitectura. En 1960, Al final de la escapada no fue un simple fogonazo de juventud, fue el punto de partida de una carrera articulada sobre dos ejes: la política y la innovación tecnológica y formal. Cámara en mano, filmó desde las barricadas el Mayo francés y, tan pronto apareció la cinta magnética, no dudó en experimentar con ella a finales de los setenta. En 1980, regresó al cine analógico con Salve quien pueda, la vida, sin por ello abandonar su constante ruptura con la narración clásica.

El hecho de vivir permanentemente inmerso en imágenes le permitió proponer unas ejemplares Histoire(s) du cinéma en las que jugaba con analogías visuales para reorganizar, a su manera y con una mirada interdisciplinar, personajes, escenas e imágenes emblemáticas del cine de todos los tiempos. No fue ajeno al soporte digital, por supuesto, sin dejar de intervenir en temas políticos, como Palestina (Ici et ailleurs), la caída del Muro de Berlín (Alemania año 90 nueve cero) o un desencantado Film socialisme ya en el año 2010. Apoyado por las habilidades técnicas de Fabrice Aragno, desarrolló más tarde un tan rudimentario como eficaz dispositivo 3D con el rodó Adiós al lenguaje.

Mientras muchos de sus colegas generacionales arrojaron la toalla de la vanguardia atraídos por los cantos de sirena de la industria, Godard mantuvo la integridad a lo largo de toda su carrera. Nombre: Carmen, su peculiar adaptación de la novela de Próspero Merimée ilustrada con cuartetos de Beethoven, obtuvo el León de Oro en la Mostra de Venecia de 1983. El jurado estaba presidido por Bertolucci, e integrado por la francesa Agnès Varda, el brasileño Carlos Diegues, el japonés Nagisa Oshima, el británico Jack Clayton y el senegalés Ousmane Sembene, significativos representantes de los nuevos cines de los sesenta. Unánimamente, decidieron que el galardón era para Godard, papá Godard. Su cuenta estaba saldada.

En 2019 las filmotecas públicas de todo el mundo acordamos otorgarle el premio honorífico del congreso de la FIAF celebrado en Lausana. El vivía a pocos kilómetros de allí, a orillas del lago Léman. Godard no garantizó asistir para recogerlo, pero puso que fuera durante la asamblea general, solo con la presencia de archivistas y sin prensa. Y así fue. Tras consultar reiteradamente su whatsapp Frédéric Maire, presidente de la FIAF, interrumpió la sesión y anunció la llegada del director. Con bufanda y sombrero, cruzó la platea, se abrazó con su amigo Fredy Buache y departió públicamente con el nuevo director de la Cinémathèque Suisse. Godard, el joven crítico, se había convertido en una pieza de arqueología para archivistas, una reliquia a conservar para el futuro. En los años sesenta había conseguido, junto con Bergman, Buñuel o Welles, que el cine estuviera a la altura de las otras artes. Ha sido el último en mantener viva aquella llama. Muchos cineastas lo han invocado, algunos han pretendido imitarlo, pero nadie ha sido capaz de ponerse a su altura. En su legado, apenas queda la posmodernidad.

Esteve Riambau Möller. El País, miércoles 14 de septiembre de 2022.

domingo, 18 de septiembre de 2022

Rima Abdul Malal. Ministra de Cultura de Francia

Rima Abdul Malak y el ministro español de Cultura Miguel Iceta
(Foto de  El País)

Rima Abdul Malak (Beirut, 43 años), ministra de Cultura del Gobierno de Emmanuel Macron, llegó a Francia como refugiada, huyendo de la guerra del Líbano, cuando tenía 10 años. Después de que su casa fuese bombardeada su padre decidió instalarse con su familia en Lyon. Fue directora de programas de Payasos sin Fronteras, una época durante la que recorrió muchos países en conflicto; responsable de Cultura en el Ayuntamiento de París con el socialista Bertrand Delanoë y asesora de Macron, que la nombró ministra de Cultura en mayo, tras su reelección. 

Se ha pasado el verano recorriendo todos los festivales veraniegos posibles y ha formado una especie de grupo de presión dentro del Ejecutivo con el ministro de educación, Pap Ndiaye, para fomentar la lectura entre los jóvenes, que se ha marcado como principal desafío. Aunque los frentes abiertos son numerosos: las plataformas digitales, los grandes grupos editoriales, la defensa de la excepción cultural. Visitó Madrid con motivo del lanzamiento del año Picasso, que presentó junto al ministro español de Cultura, Miguel Iceta. Concedió esta entrevista por la mañana en la terraza del Círculo de Bellas Artes de Madrid.

P.- ¿En qué medida es importante tener en cuenta el movimiento Me Too en la conmemoración del 50º aniversario de Picasso, hacerlo desde una sensibilidad contemporánea?

R.- Hay que abordar este 50 aniversario de una forma muy abierta para abrazar todas las dimensiones de Picasso: la artística, la política, pero también la violencia que había en él. Es normal interesarse por la vida de un artista, mucho más cuando se analiza su proceso creativo. Para mí, la dimensión política de su obra es muy importante y también es muy importante analizarla desde un punto de vista actual. Viendo lo que ocurre en Europa ahora, creo que este 50º aniversario nos enfrenta a un símbolo tan poderoso como el Guernica y a preguntarnos sobre el compromiso de un artista en tiempos de guerra, en defensa de valores como la democracia y la paz. Es muy importante abordar también esta parte de la vida de Picasso. Con esto no quiero decir en absoluto que no haya que abordar  su relación con las mujeres, un tema que van a tratar exposiciones como el proyecto  de la artista australiana Hannah Gadsby en el Brookyn Museum en EE UU.

P.- Francia se ha comprometido con la defensa y la protección de la cultura desde un punto de vista claro: no se trata de una mercancía como las demás, ya sea a través de las subvenciones al cine o la ley del precio fijo de los libros. ¿Es esta también la política del presidente Emmanuel Macron?

R.- Es lo que llamamos la excepción cultural francesa, precisamente porque la cultura es diferente. Y yo añadiría a ese término que hay que defender también la diversidad cultural en un mundo en la que plataformas como Disney, Amazon o Netflix son cada vez más poderosas. Los europeos tenemos que llevar ese combate también a la diversidad, la diversidad de las lenguas, de los relatos, la diversidad del cine por ejemplo, el apoyo al cine de autor. Pero el desafío no está solo en luchar contra las plataformas y en resistirse. El desafío consiste en lograr trabajar con ellos y abrir esas plataformas a la diversidad cultural, y obligarles por ley a contribuir económicamente a ella.

P.- ¿Le preocupa la concentración en el mercado editorial en Francia y en el mundo en general? ¿Cree que pone en peligro la libertad de creación?

R.- Por un lado se trata de un mercado libre en el que actúan empresas privadas. En Francia tenemos el Centro Nacional del Libro, que articula nuestra política de apoyo al sector. Nuestro papel es, de nuevo, fomentar la diversidad editorial, apoyar a los pequeños editores, a los autores, distribuidores, libreros. Se trata de toda una cadena  de diversidad. Y también los escritores tienen el deber de movilizar a la opinión pública...

P.- ¿Es cierto que el bono cultural, que se acaba de instaurar en España, que da una ayuda económica a los jóvenes que cumplen 18 años para gastársela en cultura, se ha convertido en el "bono manga" en Francia?

R.- Va mucho más allá, es una apertura a un enorme abanico de experiencias culturales: teatro, museos, cine, música, incluso la práctica artística, porque muchos jóvenes se han comprado instrumentos con esas ayudas. En cuanto al libro, a nosotros también nos ha sorprendido porque no pensábamos que sería el gasto número uno. Y el 60% de los jóvenes que van a una librería a comprar un manga , salen con otro tipo de libro. Esa es la labor del librero... El bono cultural no se puede gastar en Amazon, hay que ir a una librería física, lo que en Francia es relativamente fácil porque hay 3.000 librerías...

Guillermo Altares. Madrid. El País, martes 13 de septiembre de 2022.

sábado, 17 de septiembre de 2022

Gante, la joya de Flandes

De las casas medievales a orillas de sus canales, a los modernos edificios que marcan su nuevo perfil, como la biblioteca Krook o la Torre de los Libros. Ese recorrido que hay entre el pasado y el futuro se hace en Gante cruzando los puentes que hay entre sus ríos y sus canales, recorriendo un centro urbano libre de coches y tomado por las bicicletas. Dinámica, animada y divertida, la ciudad flamenca invita a pasear  por sus callejuelas, descubrir preciosos rincones y disfrutar de una pausa. Y a esperar a que se ponga el sol y se transforme con la iluminación que ha diseñado Roland Jéol y que ha obtenido varios premios internacionales.

Cervezas de etiqueta: Dock Brevery Company. En el espacio industrial Hall 16, al norte de la ciudad, esta cervecería recoge la mejor tradición belga y la actualiza con sabor y mucho humor. Además de conocer el proceso de elaboración de sus variedades, se puede disfrutar de ellas (y de otras cervezas internacionales) en un ambiente desenfadado, además de saborear las diferentes propuestas de sus espacios gastronómicos.

Pura Naturaleza: Floristería Blommm. La florista Paulien Verhaest abrió este local para crear arreglos con flores de cultivo ecológico, sin pesticidas, procedentes de agricultores locales. Sus ramos y macetas respetan las estaciones; en invierno, sus bouquets de flores secas son un must. Organiza también talleres en el campo y en la tienda.

El reino del chocolate: Joos Arijs. El chocolate es, con la cerveza, una seña de identidad en Flandes. Bombones, bizcochos, macarons, galletas y otras exquisiteces adornan el escaparate de una de las mejores chocolaterías de la ciudad. Y otra pista para chocolateros: Vandenbouhede, del joven pastelero Vanden Bouhede, cerca de la catedral.

Objetos con estilo: Piet Mood Shop. En Zuid, este antiguo ultramarinos vende accesorios y piezas de cerámica de la diseñadora Muller Van Severen.

Laboratorio de perfumes: Miglot. Kristol Lefebre, reconocido como el mejor perfumista belga en 2021, crea perfumes artesanales, pastillas de cerámica perfumadas y kits de viaje. Formulas exclusivas con aroma a bergamota, té verde, lirios del valle.

Con historia: Hotel Harmony. Frente a uno de los canales del río Lys, este lujoso hotel ha recuperado tres edificios históricos, a escasos minutos de la catedral y cerca del Castillo de los Condes.

Vintage urbano: Yalo Urban Boutique Hotel: La que fuera una antigua galería comercial se ha transformado en un hotel de diseño. Su restaurante y su cóctel bar son dos de los place to be con vistas panorámicas.

Desde el agua: Travesía en barco. Una de las mejores formas de contemplar Gante es a bordo de unos de los barcos que recorren los canales de los ríos Escalda y Lys, con guías que relatan la historia de la ciudad.

Jardines con arte: Parque de Citadel y Botánico. El de Citadel es el pulmón verde de la ciudad, junto al vecino Jardin Botánico. Y al lado, el Museo de la Universidad (GUM), dedicado a la ciencia; el de Bellas Artes (MSK) y el de Arte Actual (S.M.A.K).

Geles Ribelles. Mujer Hoy, 3 de septiembre de 2022.

viernes, 16 de septiembre de 2022

Stromae, "Alors on danse"

Entusiasmado ante la petición de la periodista -"Me gustaría ver qué ha estado escuchando últimamente"-, Paul van Haver, nombre real de Stromae (Bruselas, Bélgica, 37 años), echa mano de su teléfono personal y deja echar un vistazo a la lista de canciones preferidas en la plataforma Spotify: Junto a música tradicional africana hay grupos de son cubano, aires tropicales y bastante hip hop. Aunque es el grupo francés Feu! Chatterton el que se lleva los parabienes con su mezcla de rock progresivo y pop. "Estoy escuchando su disco en bucle", afirma. 

La anécdota sirve para explicar la fórmula musical de un artista que saltó a la fama en 2009 con la canción Alors on danse, número uno en casi 20 países una sugerente mezcla de géneros tan dispares como la world music, la chanson o el hip hop, todo ello con letras que huyen de la banalidad y que, hábilmente, saben tratar temas actuales con acidez. La originalidad de esta propuesta le llevó a codearse con nombres como Lorde, a quien invitó a hacer voces en el tema Meltdown (20149, o Kanye West, quien inesperadamente saltó al escenario durante la actuación del belga en la edición de 2015 del festival Coachella para interpretar juntos (y bailar) Alors on danse. The New York Times le definió como "la voz de la Europa actual".

Una veloz carrera que nació una noche hace ya dos décadas con Stromae viendo unos tipos aporrear trastos. Literalmente, "La primera vez que supe que quería dedicarme a la música tenía 12 años. Fue viendo a Stompen el Vorst National de Bruselas. Me encantaban las percusiones y ver a este grupo haciendo lo que hacían con basura y objetos reciclados, me impresionó muchísimo. Decidí que, de mayor, esa sería mi profesión" contará durante la entrevista, celebrada con la presencia de otras cuatro personas de la discográfica que observan y escuchan desde la pantalla del ordenador: Stromae tiene quien le cuide. 

No parece un sinsentido. El astro del pop belga, vestido entero de rosa con calzado deportivo blanco, joyas vintage y mirada radiante, se muestra tranquilo también en el resto de temas que hay que tratar en la entrevista, celebrada unas horas antes de su actuación dentro del festival de Bilbao BBK Live, en julio pasado. También con la primera y más importante pregunta del encuentro: su regreso. En 2016, Stromae decidió retirarse de la vida pública y de la industria por depresión , tras haber cancelado una gira por las consecuencias en su salud mental al tomar una medicación preventiva de la malaria. También influyó una polémica portada en Charlie Hebdo, haciendo mención a la canción que Stromae dedicó a su padre, Papaoueti (2013) desaparecido en el genocidio de Ruanda en 1994. La portada se publicó tras los atentados en Bruselas de marzo de 2016, en los que murieron 35 personas.

"Me dije que nunca más volvería a sentirme de esa manera y creo que la única estrategia posible era dedicarme a mí mismo. No volver a la música, largarme. Pero nunca deje de componer... Lo que ha pasado en esos años de ausencia está en el disco (Multitude, publicado el pasado marzo). Un 33% soy yo y lo que ha sucedido en mi cabeza; el resto son historias ficticias... Definitivamente la vida es también estar triste o deprimido, incluso si las cosas te van bien y eres una persona de éxito. Lo que he aprendido  en este tiempo es fundamental para mi futuro. Antes mi objetivo era entretener a la gente , ahora, es pasármelo bien yo y, también, entretener a la gente a la vez. He alcanzado un buen equilibrio", reflexiona...

Beatriz G. Aranda. Bilbao. El País, sábado 27 de agosto de 2022.  

jueves, 15 de septiembre de 2022

El perfume de las flores de noche

"Señora Woolf", le dijo el narrador George Moore a una principiante Virginia Woolf, "jamás conseguirá usted escribir una buena novela totalmente desprovista de argumento". Moore se equivocaba. Aunque El perfume de las flores de la noche, de Leila Slimani (Rabat, 1981), no es una novela, ni un ensayo, ni un texto puramente biográfico, lo mejor es la inexistencia de argumento. La breve narración es un experimento. Una divagación noctámbula sin asunto y sin amarras a partir de una sola noche en un espacio cerrado. Pero qué espacio: el Museo Punta della Dogana de Venecia. En el ángulo entre el Gran Canal y el Canal dela Giudecca se levanta la antigua Aduana de Venecia, hoy convertido en museo, por obra y gracia de las colecciones de François Pinault.

Slimani, la novelista de Canción dulce y El país de los otros, ganadora de un Goncourt y gran descubrimiento de las letras francesas, aceptó la propuesta de la editorial Stock para participar en la colección "Mi noche en el museo". El confinamiento nocturno ocurría antes de la pandemia. Es relevante porque la autora elogia el aislamiento y el claustro creativos, sin referirse a la condena de la reclusión obligada. A Slimani no le atrajo tanto dormir entre obras de arte sino la idea de estar encerrada: "Que nadie llegara a mí y que el exterior me fuese inaccesible". Y a partir de esa vaga idea de detener el tiempo unas horas y en un espacio insólito surgen una serie de vagabundeos literarios, en un relato sin orden ni trama. Los pensamientos, muchos sobre el hecho mismo de la profesión de escribir, surgen y desaparecen, o se entrecruzan y se solapan, para volver a repetirse más tarde. En ese discurso narrativo, en breves capítulos, como en una fuga musical, se hilvanan recuerdos de la infancia en Rabat con la meditación sobre la soledad, se evoca el viejo cine americano que apasionaba a los padres, se reviven imágenes de las noches hirvientes de la adolescente, se asume la vivencia de no ser del todo francesa ni del todo marroquí.

Slimani también se detiene con sensibilidad en algunas obras de arte contemporáneo, aunque el arte no le interesa demasiado. Se esconde para fumar en los lavabos. Pero la emoción más intensa a lo largo de esos pasos perdidos por el museo es el recuerdo de la caída en desgracia de su padre. 2Mi padre fue encarcelado en 2003 durante algunos meses en la prisión de Salé tras un proceso de varios años . Se vio envuelto , como expresidente de un banco, en uno de los mayores escándalos político-financieros que haya conocido Marruecos". Aunque al final fue exculpado, murió al poco tiempo con una sensación de derrota. La confesión más profunda y sutil en la noche de Leila Slimani es la relación entre el padre vencido y su vocación literaria: "Al morir mi padre me obligó a vengarlo. Me prohibió cualquier pereza, tibieza. Me puso las manos en la espalda y me empujó al vacío, como esos padres temerosos de que sus hijos sean cobardes".

No es muy común que Leila Slimani hable de su intimidad. Lo hace con sencillez, sus reflexiones sobre la necesidad de soledad para escribir no son novedosas. Cita a Hemingway: "Los mayores enemigos de un escritor son el teléfono y las visitas". Solo a medida que avanza el relato y crece la noche empezamos a comprender el lento fluir de Slimani hacia la profundidad de sí misma. Es un libro intermitente , y el interés se amplia cuanto más se hunde la autora en su propia oscuridad. Asistimos al inicio de una búsqueda más honda de la música interior de la creadora franco-marroquí.

Lourdes Ventura. El Cultural, 11-3-2022.

miércoles, 14 de septiembre de 2022

El Camino de los sentidos, El Camino inglés

Abadía e Finchale, comienzo del Camino Inglés.
El Camino Inglés es un Camino Dual. Sus dos tramos parten de A Coruña y Ferrol y transcurren separados 73 y 112 kilómetros respectivamente hasta unirse en Bruma y continuar hacia Santiago. Pero también se mueve entre la realidad y la ficción. En él se mezclan los valores de la Ilustración y la Revolución industrial con la creencia que un semidios erigió la espléndida Torre de Hércules o con el sentido universal de los Caminos, al ser esta la ruta que tomaban los peregrinos del norte de Europa. También es la doble perspectiva que muestran las artistas Maru Godás y Roisin Curé sobre las sensaciones  y los colores que su ojo entrenado percibió, como un sexto sentido, mientras lo recorrieron. Y para artístico el humor gallego, representado por un museo dedicado a él en Fene (A Coruña) y oportunidad única para entender la famosa retranca gallega que, también dual, es capaz de verbalizar una idea para dar a entender la contraria.

El ingeniero británico Neil Daves no vive en Galicia, ni siquiera en España, pero el Camino Inglés pasa junto a su casa de Darlington, al noroeste de Inglaterra. Por allí se extiende la etapa de 35 kilómetros entre el priorato de Finchale y la ciudad Gainford que forma parte, dentro del Reino Unido, de la ruta que históricamente usaban los peregrinos para llegar a Santiago de Compostela. Este camino en tierras británicas, de nuevo cuño, va recuperando e incorporando tramos a medida que Friends of Finchale Camino Inglés (Amigos del Camino Ingles de Finchale), nacida en 2014, rescata el recorrido original.

Por eso, Dawes se animó a comenzar su peregrinación desde allí -cuyo itinerario cuenta para obtener la Compostela, el documento acreditativo oficial- y tras el trayecto inglés, tomó un avión para continuar por Galicia, en su caso, desde Ferrol. Dawes asegura que el clima y los paisajes gallegos le han hecho sentirse como en casa pero su comida y sus gentes le han ofrecido una experiencia nueva que ahora revive a través de lo que captó con sus sentidos.

Decía el escritor  Gonzalo Torrente Ballester que Ferrol era una ciudad lógica en un entorno mágico que es Galicia. Un punto de partida ilustrado que ha sido cuna y hogar de grandes pensadores, políticos, escritores, ingenieros, además de algún otro deportista y germen de un proyecto prometedor que acabó en truculenta tragedia. Una forma de ver la ciudad con otros ojos...

Betanzos, final de la segunda etapa del Camino desde Ferrol, transporta al caminante a la Edad Media. En esta ciudad gallega, conocida como la capital del gótico en Galicia, destacan los rosetones  y las puntas de las torres de sus tres iglesias góticas, la de Sant María do Azogue, la de Santiago y la de San Francisco -donde aún se pueden ver sepulcros medievales de las familias de linaje noble, así como los arcos ojivales de las tres puertas de las antigua muralla. Pero muchas de sus fachadas también transpiran un sabor modernista, como la brillante fuente de Diana Cazadora de la plaza Irmáns García Naveira o la colorida y detallista portada de Casa Núñez, hoy centro Internacional de la Estampa Contemporánea.

A Coruña conecta con el pasado a través del Camino Inglés y con el futuro con sus museos. La ciudad cuenta con cuatro espacios en los que los niños y adultos se adentran a través de la vista, el tacto y el oído y, sobre todo, con la imaginación en el inestimable patrimonio científico, tecnológico y social de la humanidad y en la riqueza natural que guardan sus aguas...

Una sensación de libertad batida por el viento es lo que se experimenta desde lo alto de la torre de Hércules, un símbolo de A Coruña y de la cultura occidental. A un lado, el incalculable Atlántico abierto; al otro, la urbe blanca y la ría plateada. Este ingenio de la arquitectura ya estaba allí cuando Galicia era Gallaecia y, pese a que existan vestigios de otros en el norte de África este es el faro romano en pie más antiguo del mundo que, además, sigue cumpliendo su función de guía tras más de 2.000 años.

Cualquier peregrino, pero especialmente los que viajan en familia, tienen la oportunidad de desviarse ligeramente del Camino a la altura del municipio de Miño para adentrarse  en un trayecto alternativo: la Senda dos Sentidos, un recorrido peatonal de poco más de un kilómetro en la ría de Betanzos, junto a la desembocadura del río Lambre, y en la ría de Betanzos que despierta los  cinco sentidos y la creatividad, especialmente de los más pequeños. Algunos de ellos aseguran haber avistado, entre sus zarzas, duendes y hadas, y barcos piratas surcando la ría...

Javier A. Fernández y Micaela Llorens.el país.com. Xacobeo 21-22.

martes, 13 de septiembre de 2022

Un Picasso para la era de Instagram

                                                                                            Foto: AFP
Nadie pondría en tela de juicio que 50 años después de la muerte de Picasso es uno de los artistas no sólo más cotizados sino más admirados. Picasso sigue siendo muy sexy, sumergido en ese halo de "gran maestro" que le permite codearse con los pintores clásicos sin perder su aire subversivo. Como ocurre con Dalí, el público adora a Picasso, un pintor y un dibujante soberbio e igual que Dalí, reconoce en él a un artista polifacético; un díscolo, a pesar de que en las propias conversaciones con Brassaï Picasso lo dejaba claro: un artista necesita éxito y dinero. Desde luego Picasso tuvo éxito y fue muy rico, pero se le perdona. Ocurre con los "genios", término puesto en tela de juicio estos últimos años.

Lo que parece innegable es cómo Picasso mantiene el estatus de icono. La prueba es su obra más política, el Guernica, al tiempo una pintura compleja y el mejor fondo para un selfi -privilegio de Mick Jagger, según subrayaron las redes-. El cuadro sigue levantando pasiones 80 años después, menos violentas que el spray con el que le atacaron en Nueva York a mediados de los setenta o los posibles ataques que quiso impedir el cristal en su vuelta a España. Incluso hace poco, el 13 de julio, tras la instantánea de las primeras damas y primeros caballeros de la OTAN tapando el cuadro, un grupo ligado al Reina Sofía -entre otros, Ana Longoni, directora del Departamento de Actividades Públicas y del Centro de Estudios del museo hasta hace poco- publicó en redes una especie de manifiesto anti-OTAN, antibelicista, con el Guernica de fondo también.

En el mensaje se explicaba cómo "el Guernica" iniciaba "los trámites de petición" de asilo o protección internacional en algún país que no estuviera ni fuera a estar nunca en la OTAN. Es cierto que la propia Longoni, en unas conversaciones de Bienal Sur, hablaba del "lastre" del Reina Sofía por "ser un museo que reúne una colección y tiene un patrimonio", pero aún teniendo en cuenta tan particular opinión, entender  la colección como un lastre para el Museo, es obvio que el autoexilio del Guernica haría bajar mucho el número de visitantes, a juzgar por el nutrido público que se agolpa en esa sala. El Guernica no ha perdido ni un centímetro de su capacidad polémica y, a la vez, Picasso sigue siendo un best seller, guste o no.

Es lo intrigante de Picasso: al cabo de los años sigue vivo y nos enzarza hablando de él. Artista de estrategias, dominio absoluto de una imagen que, a la vista del fabuloso número de fotografías y su actitud de performer en ellas -un instangrammer avant la lettre-, controló sin resquicios, vuelve a entrar en las conversaciones de los más jóvenes, quienes le piden cuentas por su relación con sus mujeres, muchas y sucesivas, simultáneas, menores, abandonadas... En esta era de las reparaciones, las cancelaciones, las restituciones, los más jóvenes no aceptan que los minotauros y las niñas de Picasso sean solo obras de arte y piden cartelas más explícitas, al menos eso. Se trata de una saludable revisión de la historia, abordada desde el propio Museo Picasso de Barcelona y la UAB. Ambos han puesto en marcha un programa donde se relee a Picasso desde la perspectiva de género sin que las piezas pierdan un ápice de su valor artístico. En esta época de Instagram y TikTok, Picasso mantiene la extraña cualidad de ajustarse a muchas y variadas agendas. Por eso seguimos hablando de él, pues artistas increíbles ha habido algunos...

Estrella de Diego. Babelia. El País, sábado 27 de agosto de 2022.

lunes, 12 de septiembre de 2022

Les choses humaines / El acusado

Álex es un joven brillante y a punto de acabar su carrera en Estados Unidos, hijo de una pareja separada y de buena situación económica en París. Mila tiene 17 años y es hija del actual compañero  de la madre. Les presentan, salen de fiesta y ella acaba denunciando su violación. El filme El acusado, con un guion sobre una novela de Karine Tuil y participado por el propio Attal -actor israelí afincado en Francia-, y coprotagonizado por Charlotte Gainsbourg -su compañera, presente en sus siete largos-, remueve las muy afiladas aristas del caso. Él niega; ella afirma. Y dos años después llega el juicio .que se come casi un tercio del metraje-, en donde, en modo muestrario, asomarán las variables de un debate de permanente actualidad, una vez que se exponen a evaluación pública y someten a un descarnado tercer grado, acusado y acusadora. No quedará títere con cabeza, más allá de concluir si hubo o no esa violación, y será el espectador quien deba tomar partido, aunque la película ya lo haga.

Se trata de la difusa figura del consentimiento. ¿Lleva razón Álex cuando asegura que Mila asintió a su petición de sexo? ¿Es Mila la cándida y virgen que al principio asegura ser? Todo ello trufado de las consabidas estadísticas, abusos sexuales no denunciados, actitud entre dudosa de algunos policías, y el eterno recurso a la inmigración como parte del problema. Un problema que por desgracia sigue ahí, y puede que cunda el pesimismo. Habría que comenzar por la escuela y la familia. El protagonista es buen chico y nadie lo duda, pero en su interior quizá haya engendrado un monstruo. Ella, también es buena chica, aunque víctima de algunos miedos que quizá la llevan a algún callejón sin salida mientras busca su libertad. Toca reflexionar.

M.A. Fernández. La voz de Galicia, sábado10 de septiembre del 2022.

domingo, 11 de septiembre de 2022

En Marruecos con Leila Slimani

Leila Slimani. (Foto: J. Carlos Muñoz)

Me preguntaba a principios de este verano cual sería el lugar elegido par viajar, sabiendo ya que se trataba un viaje más imaginario que real porque esperaba a mi familia que vuelven a esta casa cuando el calor aprieta en Madrid. Son esos viajes uno de tantos proyectos con los que disfruto por adelantado y por procuración. Pasó julio casi sin darme cuenta entre los quehaceres domésticos que se multiplicaron y el sol que contra sus costumbres no nos abandonó ni un solo día. Bien entrado agosto, en una de las raras mañanas que pude escaparme a Santiago se produjo el encuentro afortunado. En la Casa del Libro, al primer vistazo, descubrí en una estantería, Le Pays des autres, 2: Regardez-nous danser, el segundo de los libros de la saga familiar Slimani.

En esta segunda parte reencontramos a la familia en la primavera de 1968. Su vida ha cambiado: Amine ha logrado, gracias a su trabajo y su tesón, una posición económica desahogada y floreciente. Ahora  es una personalidad respetada en la ciudad, invitado, él y su familia a formar parte del Rotary Club. El libro se abre con una fiesta de inauguración de la piscina en su propiedad, convertida en un vergel. Los niños crecieron: Aícha está terminando sus estudios de medicina en Estrasburgo, Selim prepara la prueba del Bac. Ellos van a ser ahora los protagonistas de esta etapa  y  ellos nos harán conocer "su Marruecos" donde transcurren sus vidas.  

Aïcha, brillante alumna de medicina en Estrasburgo, regresa a Meknès cuando estallan las revueltas de Mayo y los exámenes son anulados. Durante la fiesta de bienvenida que sus padres han preparado, percibe que no existe ningún lazo entre ese mundo y el de Estrasburgo, entre "su vida aquí y su vida allá". Será su amiga Monette la que le mostrará un Marruecos que se moderniza y donde suenan ecos lejanos del mayo de París. Monette y Henri, su pareja, un profesor francés de economía en Casablanca. Por ellos,  Aïcha conoce a Mehdi, alumno de Henri, al que llaman "Karl Marx". Un año después Monette y Henri se instalan en un "cabanon", en la playa Sable d'or entre Rabat y Casablanca. Invitan a Aicha a pasar el verano con ellos.

 "Allí, en los ochenta kilómetros de costa que separan Casablanca y Rabat, el mariscal Lyautey había alimentado el sueño de construir una California francesa. Pensaba que sería el océano el que daría a este país su fuerza, su fortuna, asombrándose de que sus habitantes hubiesen vivido tanto tiempo dándole la espalda. Hizo de Rabat su capital, apartando la prestigiosa ciudadela de Fez hacia el pasado. Y en lugar  de la pequeña ciudad que era Casablanca, ambicionó construir el escaparate del Marruecos moderno". Es en ese marco soñado y llevado a cabo en plena colonización donde Aïcha descubre que otra vida, muy distinta a la de sus padres, es posible en su país. Una vida en la que los libros, la música, una naturaleza amable, el mar, sus  atardeceres deslumbrantes, y sobre todo la amistad, la camaradería, invitan a la alegría de vivir. El Marruecos en el que ella, finalizados sus estudios se instalará y formará una familia.

Su hermano Selim, el pequeño, ahora adolescente, es el vivo retrato de su madre, alto y rubio como ella, y con el mismo gusto por la actividad física. Su pasión es el deporte, sobre todo la natación. En los campeonatos de octubre de 1968 consigue la medalla de oro de natación estilo libre.  Pese a ello, no se siente a gusto con su cuerpo, tenso, constreñido que solo se distiende en el agua. La escuela ha sido un suplicio para él. La relación con su padre fue desde siempre difícil, bajo su mirada desaprobadora. Ese padre que no tiene más que elogios para su hermana, su contrapunto, ella que todo lo hace bien. A la humillación de tener que preparar por segunda vez la prueba de bachillerato se suma el regreso de su hermana. Su situación familiar se vuelve insoportable. El encuentro, en la medina de Meknès con Nilsa, una danesa que quiere viajar al Sur, siguiendo a unos amigos le empuja hacia algo nuevo. El entusiasmo de esa chica por la belleza, los colores de Marruecos, su propuesta de que les acompañe, llevan a pensar a Selim que partir es la solución: "beber, fumar, dejarse ir a la deriva y olvidar".

Así empieza el camino hacia el sur: Essaouira-Mogador, Diabet, serán el escenario de la "vida nueva" de Selim. Una vida nada apacible entre los estragos del haschich y el alcohol en su cuerpo. En la primera etapa que duró tres días, entre naúseas y vómitos, todo el cuerpo dolorido, ya no sabía si estaba en un coche, en el wagon de un tren o en un barco. Se hacía el dormido para no hablar, cada vez más extraño en ese mundo cuanto más descendían hacia el Sur. Se equivocaron d de ruta varias veces, Selim se negaba a preguntar. Tres días hasta que llegaron a Essaouira, una ciudad que parecía abandonada, el famoso punto de encuentro de los hippies del que tanto había oído hablar. Dos días después, Selim se despertó en una habitación desconocida, en casa de Lalla Amina. Lo habían dejado  en su casa luchando entre la fiebre y el delirio. Ella pensó que sería uno de esos hippies llegados del fin del mundo buscando Dios sabe qué. 

 Una vez repuesto Selim con los cuidados y mimos de Lalla Amina,  Karim, su sobrino, que vive en Marrakech, viene esa noche a su casa. El sabía de los hippies, se preguntaba por qué habían aparecido por allí. En ese verano de 1969, habían hecho de Essaouria su punto de encuentro. Se vieron en el  puerto aparcadas furgonetas decoradas con flores y el símbolo  de la paz, frescos de colores chillones en las paredes de las casas. Chicas de vestidos largos por las callejuelas de la medina, chicos de barbas enmarañadas tocando la guitarra en las plazas. Karim llevó a Selim al Café hippie, una antigua casa de juez convertida en Café. En su patio, chicos y chicas tumbados en bancos, cojines y alfombras. No se servía alcohol pero todos parecía borrachos, perdidos en un espesa nube de humo. Había muchos americanos, de Montana, Nueva York y Michigan. Para algunos Essouria Mogador solo era una etapa.  Irían después a Ibiza, a Siria,  al Nepal. Selim vino varias veces al Café pero ni rastro de Nilsa.  Karim propone a Selim ir a Diabet, el paraíso de los hippies donde esa noche se prepara una fiesta.

 A una hora de camino desde Essauria, Selim ve Diabet. "Es un pueblo minúsculo, un montón de casitas pintadas a la cal. Los hippies viven allí en medio de los habitantes o más bien con ellos. Alquilan una habitación por unas monedas y comparten sus vidas sin confort. La gente del pueblo los quieren bien... los ven como europeos,  pero pobres como ellos. Siempre están de buen humor. Les gusta cantar y bailar. Cuidan a los niños y a los animales y dicen que o hay nada más bello, nada más verdadero  que esta vida sin nada junto a las cabras" Al otro lado de la carretera se ven las ruinas de un castillo devorado por la arena, Dar Soltane construido en el siglo XVIII. Selim y Karin se dirigen allí guiados por el ruido del  tam, tam de los tambores y los acordes de guitarra. En medio de las ruinas la fiesta está en pleno apogeo. Allí, Selim entre esos desconocidos cree sentirse feliz. Pero no, es otra cosa distinta a la felicidad, es el abandono, el fin de la lucha, una lasitud que se apodera de él hasta tumbarse y dormir sobre la arena. Selim no volvió a Meknès.

El último capítulo del libro se abre en 1974.  En la primavera pasada, Amine ha hablado por teléfono con su hijo. Selim vive en América, ese país  con el que Amine tanto soñó. Y el capítulo se cierra con la noticia que Mathilde da  a Amine: "Nuestra nieta ha nacido esta mañana". Las mujeres del lugar dicen que los vieron, esa noche, bailar...

Carmen Glez Teixeira