viernes, 22 de junio de 2018

Bonnes vacances

Leer y tejer empieza sus vacaciones mañana. Dentro de dos semanas estaremos de nuevo. 

El piano que vuela

Pierre-Laurent Aimard 
Pierre-Laurent Aimard hace realidad el sueño de Oliver Messiaen: convertir su instrumento en un desfile de pájaros que cantan sin cesar. Al comienzo de su famosa Conferencia de Kioto (1988), Olivier Messiaen confesó a su auditorio: "Me he chocado siempre con cuatro dificultades, que son la desgracia de mi vida y a las que solo el tiempo ha podido aportar algunas soluciones. La primera dificultad es que yo soy un músico rítmico y las personas a que me dirijo confunden el ritmo con los valores iguales y los tiempos regulares. La segunda es que veo colores mentalmente mientras oigo o leo la música, y que tanto mis alumnos como mis oyentes no ven colores en absoluto. La tercera es que soy ornitólogo, que he transcrito multitud de cantos de pájaros, que utilizo constantemente en mis obras, y que el público de los conciertos está integrado generalmente por habitantes de ciudades que no han oído jamás. La cuarta, la más grave y la más terrible, es que soy creyente, cristiano y católico, y que hablo de Dios, de los misterios divinos, y de los misterios de Cristo, a personas que no creen , o que conocen mal la religión y la teología". Ritmos, colores y pájaros, Dios: estos cuatro vértices acotan toda la estética musical de Messiaen, un pacífico creador de tintes medievales condenado a vivir en el brutal y moderno siglo XX. El compositor no bromeaba ...Su pasión ornitológica impregnó muchas de sus obras, pero en ninguna lo hizo de forma tan sistemática, tan concienzuda, tan científica casi como en su Catalogue d'oiseaux, protagonizado nominalmente por los trece pájaros que dan título a otras tantas piezas de hechuras  y concepción muy diferentes, pero por el que desfilan muchas otras aves a menudo gorjeando de forma simultánea. Yvonne Loriod, la esposa del compositor, fue quien dió a conocer este incomparable aviario musical en 1959, y fue  ella también quien enseñó a Pierre-Laurent Aimard cómo dar vida a estos compases de una complejidad endiablada, que el francés tocó en su totalidad en cuatro conciertos de una jornada memorable del Festival de Aldeburgh, el 19 de junio de 2016, desde el amanecer hasta media noche, al aire libre y a cubierto, con luz artificial o natural y a oscuras. De aquella experiencia catártica para todos, él incluido, ha nacido este álbum: Olivier Messiaen. Catalogue d'oiseaux . Pierre-Laurent Aimard (piano). Pentatone (3 CD)...
Luis Gago. El País, 9 de junio de 2018

jueves, 21 de junio de 2018

La bufanda roja de Yves Bonnefoy

Yves Bonnefoy
Aparece al fin en España el testamento literario de Yves Bonnefoy, su autobiografía La bufanda roja (Sexto piso), que permite conocer mejor a un poeta de culto cuyos versos se aprenden en las escuelas francesas. No es raro que en las escuelas públicas de Francia los niños reciten versos insustanciales. Aprenden de memoria la burla de un género literario que tuvo un gran prestigio en su país. Sólo las palabras de Prévert son una isla de inteligencia en las aulas. Las huellas aún recientes de René Char o Henri Michaux se perciben en los jóvenes autores silenciados por los suplementos culturales de los periódicos. La poesía francesa actual sobrevive escondida entre unos pocos iniciados. Sin embargo, existe una excepción que se menciona en los exámenes de bachillerato:Yves Bonnefoy (Tours, 1923-París, 2016), de obra extensa y variada...
Con carácter solitario, sin participar en polémicas, Yves Bonnefoy lidera la poesía francesa de su generación. Piedra escrita, Allá donde cae la flecha, Principio y fin de la nieve o Las tablas curvas son libros que los jóvenes escritores leen para orientarse literariamente. El autor lo observa todo al lado de unos árboles. El enigma de sus textos se compone de elementos mínimos: bruma, piedras secas, rasguños, lana roja, voces en la proa del mundo. Un ejemplo es la tela transparente del poema "El atavío"...
Bien traducido por el poeta mexicano Ernesto Kavi, el libro La bufanda roja es publicado ahora en España por Sexto Piso. La memoria es el ingrediente principal de la obra. Cincuenta y un años transcurren entre la escritura del primer centenar de versos y su desarrollo posterior. Un viejo mueble de madera, fabricado por el abuelo materno del autor, contenía las líneas iniciales del texto. Yves Bonnefoy no cambia ninguna de aquellas palabras; considera que son la creación  de uno de sus habitantes olvidados. Experimenta fascinación y hostilidad cuando se recuerda la visita de un hombre viejo o la silueta de un joven inclinado en el vano de una ventana. Los padres del escritor, Élie y Hélène, ocupan un lugar preeminente en medio de reflexiones artísticas semblanzas y sueños descritos en prosa. 
Francisco Javier Irazoki. El Cultural, 15-6-2018.
  

miércoles, 20 de junio de 2018

Beyoncé en el Louvre

Beyoncé y Jay-Z  en el Louvre
Beyoncé y Jay Z se inscriben desde ayer en la historia del arte. En su video para la canción Apeshit, destapado por sorpresa tras un concierto en el Estadio Olímpico de Londres, la pareja más poderosa de la música deambula por las salas del Museo del Louvre, con aire solemne y mirada desafiante, entre algunas de las obras maestras de las colecciones francesas. Entre otras, La Gioconda de Leonardo da Vinci, la Venus de Milo, la Victoria de Samotracia, la Pietà de Rosso Fiorentino, Las bodas de Caná de Veronés, además de distintos clásicos del neoclásico Jacques-Louis David y del romántico Théodore Géricault.
El video, primer avance del álbum conjunto Everything is Love, que firman con el nombre artístico de The Carters, fue acogido ayer con sorpresa mayúscula y viralidad máxima. Los rodajes en el Louvre son habituales desde hace años, pero ninguno hasta la fecha había tenido acceso a galerías y lienzos de la misma envergadura. ¿Cuándo fue rodado este video? ¿Quién lo autorizó y por qué motivo? ¿ A cambio de que cantidad de dinero? "No habrá comentarios por nuestra parte, de momento", respondió ayer un alto cargo del museo. Sin embargo, algunos datos han transcendido. Apeshit habría sido filmado el mes pasado en uno de los únicos momentos en los que se autoriza filmar en el Louvre: durante el cierre semanal de los martes o en horario nocturno. Una de las secuencias del video, donde Jay Z aparece frente a la pirámide de I.M Pei en plena noche, deja intuir que se trató de la segunda opción. El rodaje responde a una privatización creciente del espacio del museo. Desde hace una década, el Louvre ha desarrollado una política para incrementar las grabaciones en las salas, al considerarlo un imán para atraer al visitante...
En Apeshit, Beyoncé y Jay Z inscriben la experiencia negra en la historia del arte y parecen reclamar un lugar para ella en las salas del museo donde las figuras de color no abundan. Las imágenes filmadas en el Louvre van alternadas con secuencias protagonizadas por jóvenes afroamericanos...A ratos, Beyoncé parece fundirse con las modelos de las galerías del Louvre. Irrumpe disfrazada de odalisca envuelta en un estampado de Versace o bailando entre modelos metidas en combinaciones de color carne, como venus calipigias que han cobrado el movimiento. El diálogo entre los lienzos y los protagonistas es constante...Pero es en el último cuadro, solo unos segundos antes del final, en el que no deja lugar a duda sobre su cariz reivindicativo. Se trata de Retrato de una mujer negra, de Marie-Guillemine Benoist, celebración de la abolición del esclavismo en las colonias francesas tras la Revolución de 1789, expuesto en el ala Sully. En un plano fugaz pero no precisamente casual , Beyoncé luce el mismo tocado que esa esclava con el seno desnudo.  
Alex Vicente. París. El País, lunes 18 de junio de 2018

martes, 19 de junio de 2018

Portugueses

A París le falta una gran novela: la de los portugueses. Loa amantes del orden tienden a pensar que es la policía quien sabe qué pasa aquí, y por qué pasa. Los partidarios de las teorías conspirativas creen que no, que son los masones quienes manejan los resortes de la capital francesa. Pero a una mente empirista no deberían caberle dudas: el conocimiento profundo está en manos de los portugueses. En otra época los inmigrantes ibéricos ocupaban los dos extremos de los edificios, Arriba, en la chambre de bonne, es decir la habitación de la criada, había una española. Abajo, en la portería, un portugués. Lo del servicio español apenas existe ya. Abajo, sin embargo, seguimos encontrando un portugués o una portuguesa. El asunto no guarda relación con las penurias del país de procedencia porque Portugal se las arregla bastante bien; se trata más bien de una tradición que se perpetúa y, tal vez, de una necesidad. Los portugueses son en general gente fiable, sensata y trabajadora. Poseen además algo comparable al tesoro acumulado por los taxistas londinenses: la sabiduría humana. ¿Seguiría funcionando París sin la red portuguesa? Quizá sí. Peor, con total seguridad. Cuando alguien quiere averiguar que ocurre en un punto determinado de París, lo mejor que puede hacer es preguntar a su portero (portugués). Que conocerá a otro portero (portugués) de la calle en cuestión, tan versado en la historia local como bien informado sobre los últimos acontecimientos. ¿Un escándalo político? Existe un portero que ha visto al principal implicado cargando una maleta y largándose. ¿Un atentado? Algún portero ha hablado ya con un agente antiterrorista. ¿Un famoso de incógnito? La red portuguesa lleva días al corriente. No hay misterio parisino que no puedan desvelar los porteros portugueses. Alguien debería escribir una novela sobre esto.
Enric González. París. El Mundo, viernes 11 de mayo de 2018

lunes, 18 de junio de 2018

La tristeza le sienta bien

Mélanie Thierry interpreta a la escritora Marguerite Duras en este filme.
De Hiroshima mon amour a India Song, las películas y novelas de la cineasta y escritora Marguerite Duras siempre giraron en torno al amour fou y al horror, la pasión y el desastre, unidas en simbiosis inseparable, abriéndose camino a través del olvido. Ahora Emmanuel Finkiel, devoto alumno, se vuelca en un solemne pero hermoso homenaje que recrea la juventud de la autora en el París ocupado, ciudad de luz cargada de sombras. Habitualmente las sombras ganan en los mundos de la creadora francesa y son otra obsesión durasiana. Todo esto lo encontramos en la película de Finkiel que adapta la pieza El dolor, un diario leído en off por la protagonista. Es fácil evocar Hiroshima, con la voz interior de Marguerite contando la detención de su marido por la Gestapo y sosteniendo una contradictoria relación, de atracción y desprecio con el policía que la detuvo. La posterior espera angustiante de noticias procedentes de los campos de Buchenwald o Dachau ocupa una ominosa segunda mitad, pero sobre todo sobresale la primera parte del filme, la del cruce de la víctima con el verdugo, que es de una ambigüedad perturbadora. "Tengo miedo a la muerte y vergüenza de vivir", le dice la heroína al inspector de Vichy, como confesaba  la niñera ante el viajante en El square. "Su cobardía me avergüenza de mi valor". 
El director intenta jugar, también visualmente, con los materiales de Duras: todo son desenfoques, espacios vacíos entre el primer plano  y los fondos inconexos. Y en la versión original, resulta perverso escuchar la extraña intimidad establecida entre el policía -enorme Benoît Magimel- y la sospechosa, con ese inquietante vous utilizado como arma de relación, jugueteando con la ambigüedad del usted y del tú. "Le gusta que le suplique ¿Quiere matarme o poseerme?", pregunta ella. Y la fácil presencia de Mélanie Thierry, fumando cientos de cigarrillos en primer plano, exhalando un humo que es alma, pellizcando las hebras del tabaco entre lengua y labios, deriva en pura impudicia, en entrega a corazón abierto. "La tristeza le sienta bien", concluye el fascinado policía, en una perversa atracción entre contrarios.
Eduardo Galán Blanco. La Voz de Galicia. Viernes, 15 de junio de 2018

domingo, 17 de junio de 2018

Cuando llega el adiós

Como todos los años, a finales de mayo, se celebra en los institutos la despedida de los alumnos que en septiembre iniciarán sus estudios universitarios. Aunque es una costumbre bastante reciente, importada de los usos americanos y que algunos de los profesores nos hemos resistido a aceptar como habitual ya que nos parecía algo impostado, forzado, contradictorio con el modo de vivir nuestro, tan poco protocolario, casi irrespetuoso con las normas elementales de cortesía, tengo que reconocer que el acto ha ido mejorando con su ejercicio. Al menos así ha sido este curso. Sobre todo por parte de los alumnos que han presentado una ceremonia mucho más sencilla, con menos boato que las anteriores pero con más naturalidad y frescura. 

Unos momentos de especial emoción también para mí que cuento los días, casi las horas, para decir adiós a mi larga vida profesional, cerca de 48 años que, junto a la familia en que nací, a la que yo formé, ambas también ligadas a la enseñanza, han sido no solo el pilar en el que se sustentó mi vida sino el que la configuró e hizo de mí la mujer que soy hoy. Si bien con el paso de los años fui aprendiendo a controlar mis sentimientos, sigo siendo, por naturaleza, una sentimental. Una sentimental que huye del sentimentalismo y de la sensiblería barata. Pues bien todas estas consideraciones saltaron por los aires ese día de la despedida de los alumnos. Sabía que dos de mis alumnas de años anteriores iban a cantar en francés "Je vole"/Vuelo, la canción de Michel Sardou que interpreta la protagonista de La familia Bélier al final de la película. Habíamos trabajado sobre esa canción en clase, con la que Louane anuncia a sus padres que llega el momento de separarse, que los quiere pero se va, porque vuela, vuela hacia lo que gusta hacer en su vida, vuela, sin dejar de amarlos. Me pareció un texto adecuado para cantar en el acto de la despedida. Propuse a una alumna con un nivel de francés excelente y una bonita voz que lo hiciese acompañada por su amiga y compañera al piano. Pasaron dos años y cumplieron su promesa. El significado de la canción, que iba dirigida a las familias se desvirtuó porque no apareció la traducción en la pantalla como se había previsto. Y porque las dos artistas me la dedicaron a mí con unas palabras iniciales que nunca olvidaré sobre lo que habían aprendido conmigo au-delà/mas allá del francés: la alegría de vivir, la risa, el llanto, el compromiso, hasta que se le quebró la voz... y se esfumó mi templanza...

Porque ese es justamente el legado que quise transmitir a mis alumnos. El que recibí desde niña a través de los primeros libros que para mí escogió mi madre, mis profesores después, la apasionante vida que se abría ante mis ojos,  mi deseo de vivirla con toda intensidad, a manos llenas, con todas sus alegrías y sus penas. Y en eso estoy estas últimas semanas hablando con mis alumnos de 14 y 15 años de las cinco hermanas de Mustang,  de la directora franco-turca  Denis Gamze, que creció en Ankara, hoy con nacionalidad francesa. Esas cinco chicas indomables como los caballos salvajes que dan nombre a la película, de las que solo dos consiguen escapar de su casa-prisión, en un recóndito lugar de Turquía. Gracias  al valor, a la tenacidad de la pequeña que siempre conservó la dirección de su profesora que vive en Estambul. Su única esperanza de salvación: llegar a la ciudad. Otro ejemplo más de los numerosos que conocemos de profesores que cambiaron el destino de sus alumnos. Por eso cuesta tanto la despedida. La ambivalencia de los sentimientos  es profunda. Como todas las separaciones duele  pero se impone la gratitud  por tantos años pasados entre vosotros, entre la infancia que nunca se acaba, ejercitando uno de los actos más hermosos que nos ha sido dado: enseñar al que no sabe. Me voy pero el hilo invisible que me une a algunos de vosotros no se rompe. Ya sabéis de mi afición a tejer hilos sueltos...

Carmen Glez Teixeira


sábado, 16 de junio de 2018

Édouard Louis y el Nord-Pas-de-Calais

Édouard Louis
Édouard Louis acaba de publicar un libro titulado "Qui a tué mon père?". La pregunta, ¿Quién ha matado a mi padre" conduce a la investigación de un crimen. Pero no se trata de una novela policial sino de un ensayo furioso sobre un crimen cuyas víctimas son, además del padre del autor, decenas de miles de personas en el norte de Francia. El crimen es la miseria. 
La región Nord-Pas-de-Calais es la más pobre de la Francia metropolitana. La crisis industrial no solo ha llenado el paisaje de cadáveres de fábricas: lo ha llenado de fantasmas humanos. La pobreza es algo relativo. Ahora mismo la renta media en el norte ronda los 17.000 euros anuales, más o menos como en Andalucía. Pero en Andalucía la esperanza de vida de los hombres supera los 81 años, mientras en el Norte francés apenas llega a los 75.
La destrucción de la industria ha supuesto también la destrucción de la clase obrera cuyos restos desorientados y enfurecidos, votan  a la ultraderecha por pura rabia y se consuelan con el tabaco y el alcohol. Lo de beber y de fumar no ayuda a la salud (los niveles de cáncer están entre los más altos de Europa), como tampoco ayuda la falta de médicos. Las consultas cierran. Los profesionales se van.
El padre de Édouard Louis sufrió un accidente laboral en el 2000 que le destrozó la espalda. Luego quedó en paro. La nueva reglamentación le exige, para no quedar fuera del circuito de los subsidios que acepte, por ejemplo, un empleo de barrendero en un pueblo lejano por 700 euros mensuales. Édouard Louis (nacido Eddy Bellegueule) tuvo terribles peleas con su padre, alcohólico y violento, incapaz de aceptar la homosexualidad del hijo. Ahora Louis pregunta a Francia quien hizo a su padre el hombre que es. Dicen que a Emmanuel Macron, hombre del norte pero de familia privilegiada, le gusta mucho el libro.
Enric González. París. El Mundo, viernes 8 de junio de 2018

viernes, 15 de junio de 2018

Debussy en Granada

El Festival de Granada, del 22 de Junio al 8 de julio, cuenta ya con un nuevo responsable, el director granadino Pablo Heras Casado, un artista en pleno ascenso que tiene tiempo para esta otra ocupación. Bajo el epígrafe De los sentidos, para los sentidos se aloja una selección de músicas relacionadas en buena parte con Debussy y el impresionismo. Así, la figura de Claudio de Francia se erige en epicentro de una serie de conciertos, como el que abre la muestra (La mer, Iberia, Preludio a la siesta del fauno ). El propio Heras se situará al frente de Les Siècles, un conjunto de instrumentos de época -de acuerdo con la del compositor que se elija- fundada por el francés François-Xavier Roth, quien se ocupa de la segunda sesión, que une a Debussy con Franck y Saint-Saëns. El creador de Pelléas et Mélisande aparece asimismo en el recital del pianista Pierre-Laurent Aimard (selección de Images y los intrincados 12 Estudios ) y en el de la soprano lírico ligera Patricia Petibon (rosario de canciones) y el del Cuarteto Quiroga (Larga sombra de Debussy más Turina, Ravel, Rodolfo Halffter, Ginastera)...
Arturo Reverter. El Cultural 8-6-2018

jueves, 14 de junio de 2018

Escritos sobre pintura

En la discusión acerca de si el arte puede ser o no un medio de conocimiento, quienes conocen la obra de Henri Michaux (1899-1984) disponen de importantes argumentos a favor. Michaux fue pintor, escritor, viajero...Escribió sobre viajes, reales e imaginarios. Y también sobre pintura. Pero lo más singular es que escribió pintura y pintó escritura. Pero no, decirlo así es atribuirle una inventiva artística que había rechazado de plano. Porque estas dos técnicas anfibias fueron menos instrumentos para sondar y fijar una exploración por los lugares más ignotos de su interior. Alguien escribió, inventimente, que Sigmund Freud había sido el Cristóbal Colón del inconsciente. Pues a Michaux podríamos considerarle el Juan Sebastián Elcano de la mente. Alguien que circunnavegó ese orbe, orientándose con la aguja temblorosa de una atención incansable, sobre la nave de una despiadada voluntad por conocer y empujado por el viento de varios alcaloides. 
Esta hermosa edición recoge los textos más importantes de Michaux sobre pintura y dibujo. Es una antología que excluye las obras exclusivamente gráficas y alguna otra que aun siendo esencial, como Miserable milagro (1955), es de una extensión que no tendría cabida en una publicación de estas características (a pesar de ello, la editora no ha podido resistirse a incluir su Preámbulo.  Son textos aparecidos entre 1939 y 1984, que empiezan reflexionando sobre la pintura propia y ajena, cuando su autor aún cree en la escritura. Michaux mira lo que dibuja y se asombra y se horroriza de las multitudes irreconocibles que salen de su lápiz. Rostros que miran y que sospecha que sean los suyos que fueron sacrificados a un Yo que resultó indigno vencedor del difícil  ingreso en la civilización y la cordura. Tan pronto como en 1924 ya sabía que "El amor propio es el instinto intrínseco del hombre. Y que "si examino la locura, encuentro el orgullo". El orgullo y no el sexo, como pensara Freud, es el problema fundamental del ser humano. Pues bien, detectada la cuestión esencial, Michaux dedicará desde entonces sus esfuerzos en perseguir ese Yo y hacerle confesar sus vacilaciones e inconsistencias. A liquidarle y ver que esconde detrás. Se vale para ello de una forma de escribir que se parece a dar latigazos. A darse latigazos:"Con la suerte de coraje que hace falta para ser nada y nada más que nada, soltaré aquello que me parecía indisolublemente próximo. Lo rebanaré, lo echaré a patadas (...) Vaciado el absceso de ser alguien,  beberé nuavamente el espacio nutricio"...
José María Parreño. El Cultural, 25-5-2018

miércoles, 13 de junio de 2018

La revolución francesa de Prado

El mundial de motocrós llegaba al circuito francés de Saint Jean d'Angely con todo el peso de la historia presionando las espaldas de los participantes. Uno de los países que más campeones ha visto nacer esperaba a Jorge Prado. Y el lucense demostró, una vez más que esta es la temporada de su confirmación como uno de los mejores pilotos de MX2. Este fin de semana, en el Gran Premio de Francia, desató una auténtica revolución en la clasificación general, adjudicándose una manga y el triunfo parcial y recortando diferencias con el líder de la general y defensor del título, Pauls Jonass. A partir de ahora, en el ecuador de la temporada y con diez citas por delante, el Campeonato del Mundo de la segunda categoría del motocrós se dirimirá en un mano a mano entre el piloto gallego y el letón Pauls Jonass. Tras su victoria en el Gran Premio de Gran Bretaña, Jonass llegaba a Saint Jean d'Angely con 28 puntos de ventaja sobre Prado, pero sale de la prueba francesa con tan solo 16. El tercero en discordia, el danés Thomas Kjer Olsen está demasiado descolgado en la tabla. La victoria conseguida ayer por el piloto lucense (la cuarta manga que se lleva en el campeonato y séptima en toda su carrera) le sitúa definitivamente como la gran esperanza del motocrós español. Además su octavo podio en diez carreras le incluye entre los favoritos para la victoria final. 
Pablo Gómez. La Voz de Galicia, lunes 11 de junio de 2018 

martes, 12 de junio de 2018

Las Vanguardias, en el Reina Sofía

El Cabaret Voltaire de Zúrich fue la Capilla Sixtina del dadaísmo, aunque no era más que un galpón en una callejuela con olor a embutido barato. En el número 1 de la Spiegelgasse se concretó uno de los desafíos más incalculables del arte europeo del siglo XX: Dadá. Poetas, músicos, pintores, fotógrafos, espontáneos, diletantes, directores de cine y alguna otra especie por anillar dieron cuerpo sinsentido al movimiento más anarquista de los que conformaron poco después la locomotora de las vanguardias históricas. Dadá llegó para desacralizarlo todo, con el poeta Tristan Tzara a los mandos. Lo inmediato, lo aleatorio, lo irregular, lo espontáneo, lo averiado y la contradicción  eran la leña  para prender el nuevo fuego. Se promulgó la libertad radical del individuo y así fue dispersando y contagiando su mensaje. La Primera Guerra Mundial había dislocado Europa en 1914 y las mujeres y hombres de Dadá reaccionaron contra la demencia general de la guerra. La batalla acabó y aquellos creadores siguieron por su camino torcido, buscando, explorando, escandalizando. Ya no solo en Francia, también en Suiza, Italia. Y de un modo extraordinario, en Rusia. Dadá caló en la URSS. Entre 1914 y 1924, cuando la muerte de Lenin (asiduo a Cabaret Voltaire en sus años de exilio), decenas de artistas rusos encontraron en el constructivismo y en el dadaísmo una nueva forma de descifrar el mundo. Revelar ese momento difuminado durante décadas es el propósito de la exposición Dadá ruso, que acoge el Museo Reina Sofía hasta el próximo mes de octubre y de la que es comisaria Margarita Tupitsyn. 
 Casi un centenar de artistas, algunos inéditos en España, la mayoría rusos y todos conectados en una red que no solo vinculaba a los nativos, sino que los cabos llegaron a las ciudades en las que Dadá se fue constituyendo como una revolución sin programa: Zúrich, París, Berlín, Nueva York... En un despliegue de 500 obras entre pintura, collage, fotografía, dibujo, películas, documentos y publicaciones...
Antonio Lucas. Madrid. Papel. El Mundo, miércoles 6 de junio de 2018

lunes, 11 de junio de 2018

Que venga la noche

Emmanuelle Seigner y Eva Green e
Con la adaptación de una novela de Delphine de Vigan, Roman Polanski ha regresado a algunas de sus obsesiones de siempre: al asunto del doble, a la paranoia del subrogatorio en cuerpo ajeno y a la fobia al espacio podrido que nos rodea. D'après une histoire vraie/Basada en hechos reales, es la historia de una madura escritora en crisis, atenazada por el miedo a la página en blanco, por los sedantes y por las alucinaciones, un corpus que conecta con Repulsión o El quimérico inquilino, pero también evoca íntimamente otras películas no polanaskianas como Misery o Mujer blanca soltera. Esas referencias que a cualquier otro cineasta le pesarían como una losa, en realidad no condicionan al autor polaco, pues la película parece que va a transcurrir por los caminos trillados habituales del cine de intriga de hoy, acostumbrado a abusar de la transigencia del espectador actual y, sin embargo, finalmente nada en la narración toma la dirección esperada. Y lo más tenebroso lo encontraremos detrás de los pequeños detalles del luminoso piso parisino o de la aislada casita del Valle del Loire.
Que venga la noche es el título del último libro de la protagonista, reflejo de su inconsciente abisal. Y entonce la que llega es una joven admiradora fanática que, supuestamente va a ordenar un mundo que ya es ingobernable. La noche oscura del alma se refleja en esos ojos fatigados y depresivos de una sensacional Emmanuelle Seigner, mórbida señora agotada que se sale de los papeles de diablesa a los que la acostumbró Polanski. Y se lee en su cara todo lo que en la narración está escondido admirablemente entre líneas y secuencias. Además el director habrá escogido a la otra, a Eva Green, por sus ojos de criatura de Cocteau, ventanales desorbitados de arpía, de esfinge de oráculo, ojos que nunca descansan, agujeros que no se cierran, que miran fijamente hasta clavarse como un estilete en el fondo de las entrañas. Los ojos de Eva son el espejo que no tiene fondo. 
Pues aunque se trate del peor filme de Polanski de los últimos años, carente de la fuerza expresiva de La venus de las pieles, también es verdad que, aún así, estamos ante una formidable y sólida película-laberinto.
Eduardo Galán Blanco. La Voz de Galicia, jueves 7 de junio de 2018



domingo, 10 de junio de 2018

Napoleón ha vuelto y está de moda, 2

En su reciente y controvertido libro Macron Bonaparte (ediciones Stock) el ensayista y analista político Jean Dominique Merchet dejó bien clara su personal tetralogía de puntos concomitantes entre ambos personajes. Merchet los ha explicado así: "El espíritu de conquista, término que utilizaba Bonaparte y que el propio Macron empleó en su campaña electoral y que un De Gaulle, por ejemplo, nunca hubiera usado ; la irrupción de dos personajes, Napoleón y Macron, que triunfan frente a políticos incapaces de gestionar el país y que tienen presiones de la extrema izquierda y de la extrema derecha: los jacobinos y los realistas en el caso de Napoleón, y Mélenchon y Le Pen en el caso de Macron; una mezcla de autoritarismo, seducción y escasa capacidad de empatía en ambos personajes; y el hecho de tomarse los dos la política como una aventura personal y casi novelesca, debido a sus personalidades ególatras".
Una interpretación que se dió de bruces con otra diametralmente opuesta, también en forma de libro, en lo que supuso el germen de uno de esos debates político-literarios genuinamente franceses. En este caso fue también el ensayista Olivier Gracia, quien en La historia siempre se repite dos veces ( ediciones Larousse ), sostenía que el actual presidente de la República no se parece en realidad a Napoleón..., sino a Luis Felipe de Orleans, el último rey de Francia. ¿Su argumentación?: "Macron ha despolitizado la burguesía, da igual que está sea de derechas o de izquierdas, lo único importante es que la economía funcione..., y eso es exactamente lo que hizo Luis Felipe I, un rey que supo reconciliar los dos bloques. Ni Macron ni Luis Felipe son bonapartistas, ni legitimistas, ni republicanos..., son ellos mismos".
A partir de ahí cabe preguntarse por ejemplo si en la Francia de Macron, es un estricto fruto del azar el hecho de que estén abiertas al público dos grandes exposiciones a la mayor gloria de Bonaparte. "No es más que una casualidad no hay que buscarle más explicaciones", zanja Frédéric Lacaille, conservador jefe del patrimonio en los Museos Nacionales de Versalles y Trianon. Es también uno de los comisarios de muestra Napoleón. Imágenes de la leyenda que abrió sus puertas el pasado 7 de octubre en el Museo de Bellas Artes de Arras ( norte de Francia), donde permanecerá hasta el mes de noviembre... El conjunto es apabullante. La exposición recorre con lujo de detalle la vida del personaje desde su nacimiento en Ajaccio (Córcega) en 1769 hasta su muerta en 1821 en la isla de Santa Elena...La otra gran cita  es en el Museo del Ejército en el edificio de los Inválidos de París. A tiro de piedra de la colosal tumba de mármol donde reposan desde 1861 los restos del emperador, se despliegan las siete salas de la exposición Napoleón estratega...
La culminación  por parte de la Fundación Napoleón y la editorial Fayard, de la correspondencia completa de Bonaparte -15 años de trabajo, 15 volúmenes para un total de 40.000 cartas escritas o dictadas - acaba de cerrar el circulo de la semblanza definitiva del personaje. Muchas de ellas han permanecido inéditas hasta ahora. Como la fechada el 5 de mayo de 1821 en Longwood (isla de Santa Elena):"Señor gobernador el emperador Napoleón ha muerto a las seis menos diez de esta tarde como consecuencia de una penosa enfermedad. Tengo el honor de informaros de ello, el me autorizó a comunicaros, si así lo deseáis, sus últimas voluntades".  La carta la firma el conde de Montholon. En realidad la había dejado escrita Napoleón Bonaparte, emperador de los franceses.
Borja Hermoso. El País Semanal, 23 de mayo de 2018

sábado, 9 de junio de 2018

Arte en la torre modular

En una estrecha calle del barrio parisiense de Le Marais -a cinco minutos andando del Centre Pompidou de Renzo Piano y Richard Rogers- ha nacido un camaleónico e innovador espacio creativo. Tras la elegante y recién renovada fachada de un edificio industrial del siglo XIX se esconde Lafayette Anticipations, el laboratorio de producción artística de la Fondation Galeries Lafayette firmado por el arquitecto holandés Rem Koolhaas. El nuevo centro se ubica en el número 9 de la Rue du Plâtre, en un barrio en evolución, a la vez viejo y moderno, comercial y cultural, turístico y cosmopolita, repleto de tiendas de moda, galerías de arte, bares y cafés. Los promotores realizaron un riguroso trabajo de investigación previo para la conceptualización del proyecto, en el que estuvieron implicadas personalidades del mundo del arte pero también urbanistas, arquitectos y filósofos. La decisión fue unánime: no crear un contenedor de arte al uso para coleccionistas, sino una herramienta, un lugar donde producir ideas. Un espacio en constante reinvención. 
A partir de un proceso de intercambio con OMA, la firma fundada por Koolhaas, y su laboratorio de ideas AMO, desde 2012 y hasta el final de la construcción en otoño de 2017 se han podido seguir los pasos del proceso de creación del edificio. Koolhaas ideó para el patio central una torre de exposiciones independiente, de acero y cristal, con cuatro plataformas móviles que permiten componer más de 40 configuraciones distintas. Un espacio flexible que se adapta a las necesidades de los diferentes programas. Además de metros cuadrados, Lafayette Anticipations cuenta con talleres y un área de prácticas artísticas, café-restaurante, tienda y  oficinas administrativas.
El edificio con planta en forma de U, tiene acceso desde dos calles: la entrada principal, en el número 9 de la Rue de Plâtre, y una secundaria por el patio y el zaguán que da a la Rue  Sainte Croix de la Bretonnerie. Aquí se accede también a la alargada tienda en la que perderse entre camisetas de diseño, bolígrafos vintage, ceniceros, cuadernos y libros expuestos en estanterías realizados en material reciclado y compactado. La entrada principal, por el contrario, es un espacio abierto con suelo de tacos de madera. En el patio, la torre de cristal presenta forjados móviles y cremalleras metálicas vistas, permitiendo la transparencia de los pisos superiores, algo que se aprecia sentado en los bancos de malla metálica que lo rodean. A la izquierda se sitúa el bar restaurante que gira en torno a un mueble compacto de resina color rosa y lleva la firma de Wild & The Moon, empresa de comida y zumos biológicos. Lafayette Anticipations evoca inevitablemente otras obras del arquitecto holandés: la Casa de Burdeos y la Fundación Prada de Milán...
Y del continente al contenido. Con tres o cuatro exposiciones al año, performances y workshops, el programa de la fundación pretende fomentar debates en torno a los cambios sociales...El 20 de junio abrirá la primera exposición temporal colectiva: Le centre ne peut tenir/El centro no aguanta con 11 artistas y la colaboración de André Jaque y su Office for Political Innovation.
Ariadna Cantis. El Viajero. El País, viernes 25-05-18

viernes, 8 de junio de 2018

Jane Birkin y Charlotte Gainsbourg en el Primavera Sound

Jane Birkin
Silencio, canta Jane Birkin. Pareció una consigna implícita entre los asistentes al concierto que la dama francesa ofreció en el Primavera Sound, y aún bajo la luz del sol. Salió con la Orquesta Sinfónica del Vallès ya colocada en sus marcas, y lo hizo desprendiendo clase, elegancia y belleza. No una belleza atolondrada sino una belleza personal y artística de raíz que gana con el tiempo y le permite imponerse quedamente. Traje pantalón negro, camisa blanca y las canciones que para ella compuso Serge Gainsbourg en la cartera, arregladas para una orquesta sinfónica que nunca sonó por encima de su voz, suave, igualmente elegante y sutil.
Es tanta la clase de Birkin que en el arranque de su tercera canción, Baby Alone in Babylon, un aparatoso acople intentó arruinar el momento, pero ella, segura, capeó el momento con el gesto y la sonrisa que facilita eso tan intangible y al mismo tiempo perceptible que se llama clase. Lógicamente, el concierto, delicadísimo, fino, se basó en el disco en el que repasa ese material tan inmarchitable como ella, y que supuso un alentador entreacto en el apabullante dominio anglosajón en la métrica musical del festival barcelonés...
Por su parte, Charlotte Gainsbourg, hija del matrimonio que formaron Birkin y Serge Gainsbourg, también marcó perfil el viernes. Era la primera vez que madre e hija coincidían en un festival. Con una puesta en escena tan sencilla como efectiva, apenas unos marcos de luz blanca distribuidos por el escenario, la cantante ofreció un concierto convincente en el que recuperó los temas de su último trabajo, en el que se cura de la pérdida de su hermana Kate. Lo más chocante de su actuación no fue tanto su estilo musical, al fin y al cabo pop con bases programadas que no incitan al baile, sino el baño de chanson que estaba implícito en las melodías. Temas como Heaven Can Wait, Les Crocodiles o Kate, por la hermana fallecida, marcaron también distancias con el tono general de la cita. Fue una delicia ver a Charlotte, espigada y filiforme, envuelta en una simple camiseta blanca y unos tejanos...
Luis Hidalgo. Barcelona. El País, domingo 3 de junio de 2018

jueves, 7 de junio de 2018

El vestido azul

Camille Claudel
Michel Desbordes (Saint-Cyr-en-Val, 1940 - Baule, 2006) fue una autora que se caracterizó por ahondar en las vidas interiores de personajes artísticos. Dotada de una escritura marcadamente poética, en El vestido azul, ofrece su visión de Camille Claudel, la escultora y amante de Auguste Rodin, renunciando a hacer una novela biográfica convencional. Más bien acota un pequeño territorio: una silla, el parque de un manicomio, una mujer que envejece, recuerda y espera. En ese escenario mínimo, donde transcurren los monótonos treinta años que Camille pasó en el sanatorio mental de Montdevergues, se concentrarán todas las sensaciones de una mente múltiple, vulnerable, abandonada a su suerte, en lucha contra el desorden de las horas y sus anotaciones obsesivas. La mujer sobre la que medita la novelista no hace otra cosa que esperar. Espera a un hombre durante treinta años. Ese hombre es Paul Claudel, su hermano: el cónsul, el embajador, el poeta, el dramaturgo famoso. El hermano que, en complicidad con la madre, dio orden de que la ingresaran en marzo de 1913, en el manicomio de Ville-Evrard, para ser trasladada, unos meses más tarde, al de Montdevergues. Nunca saldría de aquella casa de locos.
Esta es la historia de un encierro y del tiempo caótico en la mente de la mujer prisionera. El puñado de las visitas del hermano se encadena en su memoria. La narradora imagina siempre a Camille en ese parque, a la sombra de los robles, en el lugar desde el que podía ver al elegante cónsul, y más tarde embajador de Francia en Japón, aparecer con su Packard y franquear la verja. "Él la encontraba allí cuando llegaba, sentada en aquella silla delante del pabellón, inmóvil y con las manos cruzadas sobre el regazo, con aquellos vestidos grises o marrones, siempre los mismos..."...
Lourdes Ventura. El Cultural, 1 - 6 - 2018

miércoles, 6 de junio de 2018

Un simpapeles se convierte en héroe

Macron y Mamoudou Gassama
Es inusual que el presidente francés abra las puertas del Elíseo a un inmigrante sin papeles, pero Emmanuel Macron no tuvo más remedio que hacerlo para no quedar por detrás de su país. No solo eso: le ofreció la ciudadanía francesa después de que el joven irregular trepase peligrosamente por la fachada de un edificio para rescatar a un niño de una caída de cuatro pisos. El acto heroico tuvo lugar el sábado 26 de mayo en el distrito 18 de la capital, un barrio obrero con una gran población inmigrante en el norte de la ciudad. El joven de 22 años y de origen maliense iba de camino a ver la final de la Champions con sus amigos cuando se topó con una escena insólita. un niño colgando de un balcón  de un cuarto piso y, una decena de metros bajo sus pies, una multitud de personas horrorizadas. Sin pensárselo un instante Mamoudou Gassama trepó hábilmente por la fachada del edificio de balcón en balcón, sin más ayuda que la fuerza de sus brazos, y en poco más de medio minuto logró poner al pequeño de cuatro años a salvo...
En un vídeo del vertiginoso rescate, un vecino no da crédito a lo que ven sus ojos..."No pensé en los pisos, no pensé en el riesgo", explicó Gassama al día siguiente. "Gracias a Dios que pude salvarlo", añadió aliviado. El niño, cuyo padre está siendo investigado por negligencia, se salvó de la tragedia con tan solo una uña rota. Su rescatador, con un par de arañazos. Las imágenes no tardaron en esparcirse en las redes sociales y las reacciones políticas no se hicieron esperar. "Este hombre tan temerario como valiente ha salvado la vida de un niño poniendo en peligro la suya. Quiero, como muchos otros parisinos, saber quién es el Spiderman del 18 para felicitarle", escribió la alcaldesa de París, Anne Hidalgo. Poco después, el Elíseo anunció que la situación del maliense será regularizada "lo antes posible", lo que le permitirá quedarse en Francia con su hermano mayor, residente desde hace varias décadas, y acabar con el calvario que le llevó a atravesar Libia y el Mediterráneo. Además de una medalla por su coraje, Macron también le ofreció iniciar el proceso de nacionalización y un puesto en la brigada de bomberos de París.
Alexandra F. Coego. París/Corresponsal. La Voz de Galicia, martes 29 de mayo de 2018   

martes, 5 de junio de 2018

Chagall Ruso, Chagall Judío, Chagall Desatado

Marc Chagall
De siempre recomendable visionado, el documental Don't look at me es un excelente perfil de la televisión pública francesa con David Lynch como protagonista. El realizador, genio y enigmático por castigo, contaba en 1993 lo tedioso que le resulta explicar su obra: "Uso el lenguaje más como sonido que como significado", decía entonces con hastío. Lynch americano, presbiteriano y demócrata. De igual carácter arisco con su producción artística, era uno de los genios que alumbraron las vanguardias del siglo XIX: Marc Chagall (Rusia, 1887) llegó a afirmar que interpretar era "restringir el arte" y que explicar su obra no era más que "una excusa para denostarla". El pintor, cuyos cuadros se encuentran repartidos por buena parte de las pinacotecas más importantes de Occidente, es el protagonista absoluto de la nueva exposición del Guggenheim de Bilbao. Chagall. Los años decisivos, 1911-1919 reúne las obras clave de ese periodo y es un repaso por los años de ebullición del artista al llegar a París. A través de 86 obras, vemos como Chagall pasó de ser Mark Zajárovich Shagálov a codearse con Modigliani o Apollinaire y vivir la vida bohemia previa al estallido de la Primera Guerra Mundial.
Orquestada cronológicamente en tres actos o espacios, la nueva exposición parte con uno de los retratos más icónicos del artista ruso. Mi prometida con guantes negros, una excelente demostración de lo enclaustrado y encorsetado que se encontraba el arte de Chagall al llegar a París, centrado en sus amoríos. Pintada en 1909, dos años antes de llegar a la Ciudad de la luz,  la obra nos transmite una sensación de inquietud y tensión completamente distintas de uno de sus primeros trabajos parisinos, la célebre Habitación amarilla. En este segundo cuadro, dos hombres y un buey se sientan a la mesa con la puerta abierta y un tercer vaso, "como esperando a alguien, esperando al propio pintor", explica la comisaria Lucía Aguirre, "es una celebración".
Meret Meyer Graber, nieta de Chagall y presente en la inauguración, se mostró "contenta" por poder mostrar el arte de su abuelo reunido en España y explicó su relación personal con el autor: "Tenía todos los manierismos del artista tópico y era pintor antes que abuelo. No le conocí hasta los 30 años y siempre fue muy reservado con su arte. Sí es cierto que, cuando pude hablar con él, descubrí una persona muy sensible y cuidadosa. Quería que su arte trascendiese a su tiempo", confesó...
Matías Rebolledo. Bilbao. Papel. El Mundo, viernes 1 de junio de 2018

lunes, 4 de junio de 2018

Algo Celosa

Karin Viard
Hay actrices a las que les sienta muy bien ser malas. El patrón oro de todas ellas es, como saben, Mae West, pero Karin Viard no le anda a la zaga. A un lado su vis cómica (recuperen 21 noches con Pattie ), lo que cuenta es su facilidad para hacer daño. Pero con gracia. Que duele lo mismo pero dura más. Los hermanos Foenkinos dan la vuelta al relato tradicional de los celos. La protagonista de esta aventura demente tiene celos, pero los padece de forma universal. Todo le irrita, todo le molesta, todo le ofende. No solo le hiere la insultante juventud de su hija. Tampoco aguanta ni la competencia de su colega de trabajo, ni la felicidad de su ex ni, apurando, la lejana posibilidad de no estar ella misma permanentemente amargada. Y así. Digamos que la película cuando se queda en simple retrato de la crisis de los 50 (¿o eran los 40?) y se acerca a los sublime en cuanto nos quedamos a solas con una Karin Viard tan genial en su poder destructivo que ríete tú del mismísimo Thanos. 
L.m. El Mundo, 1 de junio de 2018 

domingo, 3 de junio de 2018

Napoleón ha vuelto...y está de moda

Dos siglos después, debajo de su bicornio inmortal, Napoleón Bonaparte sigue cabalgando a lomos de Marengo y ganando batallas: no Austerlitz ni Wagram, ni Friedland ni las Pirámides de Egipto, sino victorias póstumas. Las que otorga el veredicto del tiempo. Aquellas más relacionadas con la trascendencia histórica y el juicio de los hombres que con la sangre, el honor y la conquista. Claro que, como la historia es así de caprichosa y no nos llega en forma de hechos comprobados sino como sucesivas interpretaciones y reinterpretaciones según los autores y las fuentes, podría decirse o escribirse que dos siglos después, bajo su casaca de general de división, Napoleón sigue huyendo del enemigo y perdiendo batallas: no Leipzig ni Waterloo, sino derrotas póstumas. Las que otorga el veredicto del tiempo. Las que hablan, más que de una gloria nacional, de un bragado sanguinario que mandó a la tumba a millones de personas . Las que prefieren la versión de un führer europeo avant la lettre a la de un héroe al servicio de Francia.
Y las dos versiones valen, probablemente porque el primer cónsul y emperador de los franceses fue ambas cosas: héroe y sanguinario a partes iguales. Un cruce de caminos entre el hombre bien pertrechado de códigos de honor y el invasor insaciable de un continente. Las dos valen porque son, sencillamente, las que conviven 197 años después de su muerte en el destierro de Santa Elena. Conviven entre sus eternos compatriotas, los franceses, y conviven entre sus eternos estudiosos, los historiadores de medio mundo. Pero una cosa está clara: Napoleón I ha vuelto y está de moda. Aunque justo es decir que nunca se fue. 
Todo resulta extraordinario y ambiguo en la figura de Bonaparte, que sigue, pues, ganando y perdiendo batallas. Entre sus activos; su astucia como estratega en el campo de honor y su incomparable capacidad para salir victorioso en inferioridad numérica y en situación crítica, sus incomparables dotes para arengar y ganarse el fervor de mariscales y soldados rasos a pesar de su escasa empatía personal, su mano de hierro a la hora de condenar al oprobio y la deshonra a sus colaboradores y sobre todo su indisimulada ansia de poder...Entre los pasivos: no conocer sus límites, no saber perder ni retirarse a tiempo con honor, no observar ni piedad ni respeto por su adversario y, muy probablemente, un egotismo tan exacerbado que llegó a creerse el auténtico Dios inmortal de los franceses, en esa estirpe que va desde Hugo Capeto al Rey Sol, desde De Gaulle a Emmanuel Macron.
Napoleón Bonaparte esta de moda ...Regresa el emperador. Lo hace en forma de exposiciones, ensayos, gigantescos volúmenes de catas, libros de ficción con base histórica e incluso líneas de interpretación que emparentan al viejo militar, guerrero y estadista corso con el actual inquilino del Elíseo. ¿Guardan Napoleón Bonaparte y Emmanuel Macrón las similitudes de las que tanto se ha hablado y escrito en Francia? ¿Son meras aproximaciones de trazo grueso y vocación oportunista? Pues depende del cristal con que se mire...
Borja Hermoso. El País Semanal, 23 de mayo de 2018

sábado, 2 de junio de 2018

El siglo XIX resiste en Montparnasse

Taller Idem
En una bocacalle del bulevar Montparnasse de París, situada a pocos metros de la casa en la que vivió el inventor del teatro del absurdo, el rumano Eugène Ionesco, y con un Burger King en la esquina, resiste ahora y siempre al invasor un pedazo del siglo XIX. Hay que meterse en un callejón, llamar a un timbre y atravesar una sólida puerta gris metal. Aunque se accede a un patio lleno de plantas, el olor a tinta nos advierte de que oculta algo más. Cuando se atraviesa una segunda puerta, esta vez de madera, se llega a una enorme nave llena de viejas máquinas de imprimir, que fueron utilizadas por algunos de los nombres más importantes de la historia del arte: Picasso, Chagall, Dalí, Miró, Braque, Cocteau, Matisse..."Esta imprenta se fundó en 1881, el año del nacimiento de Picasso", explica el actual propietario Patrice Forest, responsable de este taller llamado Idem que utilizan artistas de todo el mundo, y que además, justo en el portal de al lado, mantiene una galería y una editorial, Item.
Una mañana de abril, diferentes creadores trabajaban allí, entre ellos el autor de tebeos Emmanuel Guibert, que acaba de publicar en castellano Matha y Alan (Salamandra Graphic), la tercera parte de su maravillosa trilogía sobre el estadounidense Alan Ingram Cope. "Gracias a Forest se ha salvado este lugar, porque sin su labor ahora sería un gimnasio", cuenta Guibert mientras observa la impresión de una litografía en varias tintas...
El lugar se muestra caótico, viejo y lleno de encanto, con los restos de metal de un antiguo mecanismo de vapor recorriendo la nave en las alturas y una vieja escalera de madera al fondo, desde la que se accede a diferentes dependencias. El techo es acristalado. Sobre una caseta descansa una pantera negra de peluche de tamaño natural, mientra que en la pared lateral se alzan inmensas estanterías con algo que, de lejos, parecen unos libros extraños. Al acercarse el visitante descubre que se trata de piedras. Aquí se mantienen diferentes procesos de impresión: uno, el más antiguo, consiste en pintar sobre estas piedras (litografía significa etimológicamente "dibujar"- graphia en griego- sobre la piedra lithos ), que luego se utilizan com planchas para imprimir...
Cuando se fundó era una imprenta normal como muchas otras en aquel entonces - una de las grandes novelas de Balzac, Las ilusiones perdidas, arranca precisamente en un lugar así-. Luego durante vatia décadas se imprimieron unos preciosos mapas escolares. Uno de ellos todavía reposa en un rodillo. Y en los años setenta del siglo pasado se mudó allí con sus máquinas uno de los grandes impresores parisienses, Fernand Mourlot, con el que trabajaban los mejores artistas de su tiempo. Diferentes carteles de Picasso, de Miró, de Prévert repartidos por las laberínticas dependencias de la imprenta recuerdan que este espacio tiene una historia muy larga... Tanto los artistas que pasaron por allí aquella mañana como los operarios de las máquinas son jóvenes, pero ya dominan el oficio, un signo de que la litografía y sus piedras seguirán vivas en ese lugar. Al cruzar de nuevo la puerta gris se vuelve al siglo XXI con la sensación de haber visto un mundo perdido, pero completamente vivo. 
Guillermo Altares. El País Semanal, 20 de mayo de 2018

viernes, 1 de junio de 2018

Serge Gainsbourg, un mago irreverente

Serge Gainsbourg
El 2 de abril, Serge Gainsbourg habría cumplido 90 años. Coincidiendo con el cumpleaños se publicó 90 séquences, una caja que reúne su obra musical, desde sus inicio bajo el espíritu Rive Gauche hasta sus últimas composiciones antes de morir en 1991. "Cínico y sentimental" en sus propias palabras, Gainsbourg se erige en poeta mayor de un arte menor, la canción. Músico, letrista, compositor, intérprete, mago y pigmalión -Brigitte Bardot, Jane Birkin, Vanessa Paradis-, Gainsbourg recorre a destajo y sin pudor los diferentes tiempos musicales, acentos que absorbe sin necesidad de formar escuela: latin-jazz, afro, pop, psicodelia, rock, reggae, funk...En paralelo a esta publicación salieron a la luz las fotografías de Tony Frank (La Galerie de l'Instant, París) que retratan la intimidad de su casa de la Rue de Verneuil.
Carles Gámez. El País Semanal, 18-03- 2018