jueves, 30 de junio de 2016

El nuevo corazón de París, 2

Hôtel de Rohan-Guéménée
Menos colas en la Plaza de los Vosgos (a pesar de ser gratuito) para la casa museo de Victor Hugo, a pocos paso del Museo Picasso. Se trata esta vez del Hôtel de Rohan-Guéménée, camuflado en un ángulo de la Plaza de los Vosgos (antigua Place Royale), una de las más bellas y armoniosas de París. Allí alquiló Victor Hugo un piso de 280 metros cuadrados, por una renta anual de 1.500 francos. Se lo podía permitir. Cumplidos los 30 años ya había conocido el éxito de Hernani y Notre Dame de París; así que allí se instaló con su esposa, Adèle, y sus cuatro hijos y allí comenzó a escribir algunas de sus páginas más celebres, como Los miserables. Ocupó el piso 16 años, pues luego se metió en política, y eso le llevó al exilio, del que regresaría, ya viudo, 20 años después. Para los españoles que visitan París, esta casa debía ser visita obligada. Victor Hugo vivió de pequeño en España (su padre fue gobernador en 1812, de José I, Pepe Botella ) y volvió a la península en alguna ocasión. Pero, sobre todo mostró una enorme curiosidad por todo lo español, y así lo reflejó en algunas de sus obras más celebradas como la exitosa Hernani, Ruy Blas o Torquemada. Al interés de poder sorprender la intimidad del escritor se suma el hecho de que una de las plantas del edificio se destina a exposiciones temporales, sobre aspectos de algún modo relacionados con su obra o su figura. La gran cubierta. Y en el corazón mismo del barrio, en abril se inauguró lo que sin duda está destinado a convertirse en un nuevo icono de la capital: la Canopée, del arquitecto Patrick Berger. Un proyecto como la copa de un pino. Y valga la expresión porque la palabra canopée (sin equivalente exacto en español) designa la copa o cubierta vegetal de un bosque. Y eso es exactamente la inmensa plancha de cristal que como una hoja translúcida se confundirá con la cima de los árboles para cubrir el patio o ágora de Les Halles, el antiguo mercado central que Balzac llamó "el vientre de París" (la gente joven puede hacerse una idea de cómo era en la película de Willy Wilder Irma la dulce, con un sufrido Jack Lemmon cargando bueyes a sus espladas). En el trou (agujero) que dejó su demolición ha funcionado hasta ahora el Forum des Halles, como una especie de complemento al contiguo Centro Pompidou. Ahora todo cambia. La Canopée se apoya por sus bordes en nuevos edificios que albergan biblioteca, conservatorio de música, salas de deporte y otras instalaciones culturales o de ocio. El protagonista es sin duda el patio (sic), rodeado de tiendas, cines, cafés, un laberinto de escaleras mecánicas y seis puertas de acceso. Cubierto todo por esa hoja inmensa de cristal con nervaduras de acero que va a ser el icono parisiense de los nuevos tiempos.
Carlos Pascual. El Viajero. El País, viernes 17 de junio de 2016

El nuevo corazón de París, una buena visita para las vacaciones que empiezan. Que las disfruten. Leer y tejer se despide hasta agosto.

miércoles, 29 de junio de 2016

El nuevo corazón de París

La Canopée de les Halles, el Museo Picasso y el de Victor Hugo, tres puntos neurálgicos en Le Marais. Sin duda es el distrito más dinámico de París. Antes de que el postureo gay lo pusiera de moda, ya era sede de reclamos culturales de mucho peso, además de galerías de arte o tiendas elegantes. En eso el barrio de Le Marais no hace sino acentuar unos rasgos que le caracterizan de antiguo. Desde el siglo XVII fue un territorio aparte, señorial y sólido, trabado por hôtels/palacetes que se han conservado en abultado número; con sus arcos ampulosos de entrada, sus patios y jardines interiores, sus cercas herméticas que dotan a las callejas circundantes de una atmósfera de misterio. Uno de esos palacetes es el Hôtel Salé, llamado así por albergado en el siglo XVIII negocios vinculados con el comercio de la sal. Desde 1985 ha albergado el Museo Picasso de París. Cerrado durante varios años para una reforma en profundidad, en octubre de 2014 abrió de nuevo sus puertas al público con una respuesta entusiasta: se espera rebasar en breve el millón de visitantes al año. Este año ofreció la primera exposición temporal dedicada a otro español, Miquel Barceló. Hasta el 31 de julio, la muestra Miquel Barceló, Sol y sombra reúne un centenar de pinturas, esculturas, cerámica y obra en papel del artista mallorquín. Trabajos en los que se trasluce cierta afinidad con el pintor malagueño, algunas de cuyas obras se incluyen como contrapunto en el discurso expositivo, así como fotos comparativas de los estudios de ambos artistas. La reforma cambió el aspecto y distribución de los espacios, pero además ha sumado elementos nuevos, como el patio (imprescindible en estos tiempos de colas y de medidas de seguridad exhaustivas), el jardín o incluso los desvanes abuhardillados, que se han destinado a la parte más íntima del museo, la que da cobijo a fotos y documentos, así como a cuadros de colegas de la propia colección del pintor (Matisse, Cézanne, Gauguin, Braque, Miró...). Más importantes que los cambios arquitectónicos  ha sido, claro está, el nuevo concepto museístico, la forma de estructurar y dar fluidez a los contenidos, bajo las premisas del nuevo director, Laurent Le Bon. ... Algo que diferencia a este de París de otros museos Picasso es la colección documental. Picasso dejó al morir unos 200.000 documentos que han venido a parar al museo y que, dado su volumen de importancia, están destinados a un futuro centro de investigación picassiana.... El presidente Hollande, al iaugurar las nuevas instalacciones, resumió bastante bien la sensación con que los visitantes vuelven a la calle:"Uno sale de este museo siendo más inteligente que cuando entró"...
Carlos Pascual. El Viajero. El País, martes 17 de junio de 2016 

martes, 28 de junio de 2016

Los "beatniks" aúllan en el Pompidou

Equipo viajero del autor de "En el camino".       EFE
El museo parisiense rinde homenaje a la generación literaria estadouniense de los cincuenta con una exposición que constata su influencia en la cultura global. En lugar de acudir a sus clases en la universidad, Jack Kerouac prefirió recorrer Estados Unidos en búsqueda de experiencias más contundentes, en una serie de viajes que inspirarían su gran obra, En el camino. Las suelas de sus deportivas no salieron indemnes. Las descubrimos en un rincón de la muestra que el Centro Pompidou de París dedica a la generación beat y definen el espíritu vagabundo que caracterizó a ese movimiento literario, bohemio en el sentido original del término: así se denominó a los pueblos nómadas que yerran por Europa desde hace seis siglos. Kerouac creía en el merodeo existencial, del que da fe su kit de viaje, que completan una camiseta, un pantalón y una cantimplora en forma de petaca. En el extremo opuesto de la muestra, una cita del escritor da la bienvenida: "Todo me pertenece porque soy pobre". Hasta el 3 de octubre el Pompidou celebra a ese grupo de "hipsters locos e iluminados, que aparecieron de pronto y empezaron a errar por los caminos de América, graves, indiscretos, haciendo dedo, harapientos, beatíficos y hermosos", como dejo escrito Kerouac. La sala central está presidida por tres pantallas que proyectan vídeos amateurs de viajes por carretera en los EE UU de la posguerra dando a entender que su fascinación fue compartida. De fondo se escucha a Thelonius Monk, Dizzy Gillespie y Charlie Parker, que inspiraron los ritmos sincopados de la literatura beat. En una esquina aparecen los collages de William Burroughs y las fotografías de Robert Frank, repletas de desoladores diners y gasolineras que Kerouac definió como "un poema triste derramado en celuloide". En la otra, se narra el relato de City Lights, la librería fundada por Lawrence Ferlinghetti en San Francisco, que hizo historia al publicar Aullido, el poema que Allen Ginsberg dedicó a las mejores mentes de su generación...Esa misma sala está presidida por el manuscrito original de En el camino, un papiro mecanografiado de 36 metros, que pertenece al millonario Jim Irsay, propietario de los Colts de Indianápolis y ferviente secuaz de George w. Bush. Su afiliación política no es trivial. Demuestra el cambio de estatus que ha experimentado el movimiento desde los cuarenta: de aquella peligrosa subcultura a la que Hover tildó de amenaza pública a uno de los principales movimientos culturales del siglo pasado cuya sombra se alarga hasta nuestros días. La generación beat hizo emerger una poética alternativa a la cultura oficial estadouniense....
Alex Vicente. París. El País, jueves 23 de junio de 2016

lunes, 27 de junio de 2016

Francofonia. Otra manera de entender el cine

Dos cosas son seguras. Francofonía ni es para palomiteros ni se emitirá nunca en una televisión generalista en prime time. Ambas cosas dichas sin segundas, pues se trata de cine, habla de Historia con mayúsculas y utiliza los jugosos y plurales resortes fílmicos para articular un discurso que invita e incita a la reflexión. Que el propio Museo del Louvre cofinancie el filme va más allá de la anécdota, de la conmemoración o de subirse al carro tan cool de la narrativa experimental en imágenes, para recrear un hecho singular acontecido en 1940 cuando la invasión de París por las tropas de Hitler. Por aquel entonces, el responsable del museo Jacques Jaujard, y el oficial alemán, conde Franz Wolff-Metternich, mantuvieron muy buen rollo. Afortunadamente para el primero -previamente ya había puesto a buen recaudo unos miles de obras de arte-, el segundo no tenía la sensibilidad en el músculo de sentarse. Pero el siberiano Alexandr Sokurov, el director, va todavía más allá, pese a no salirse del carril del Louvre. Si en lo temático propone una sugerente reflexión en torno al arte, para derivar en cómo, en nombre de la creación artística, fue posible una productiva empatía entre ambos personajes a priori situados en las antípodas, en lo audiovisual traza una compleja narración en la que voz, imagen y sonido, crean su propio discurso a partir del diálogo del propio creador -solitario, en su estudio y ante la pantalla del ordenador- con alguien que transporta, en alta mar, contenedores con obras de arte en medio de una impresionante galerna. Si anotábamos que no es disfrute para palomiteros en una butaca ni afronta la crónica histórica ajustada al modelo canónico (pese a usar también materiales de archivo), Sokurov hace una doble apelación a la inteligencia. A la suya propia, sirviendo una pieza accesible pese a su densidad, y a la del espectador, convencido de que le toman en serio. La frescura del relato, la originalidad formal, la transgresión incluso,  nada tiene que ver con la ocurrencia y la modernidad mal entendida.
Miguel Anxo Fernández. La Voz de Galicia, sábado 11 de junio de 2016 

domingo, 26 de junio de 2016

Tenía 18 años y se llamaba Annie

Annie Ernaux
Tenía 18 años y se llamaba Annie. Una chica que en agosto de 1958 llega a un campamento de verano en Sées, en el Orne. Es la primera vez que  deja  su casa y la protección de sus padres en el pueblo de Yvetot. Un campamento/une"colo", el mejor lugar para la primera experiencia de libertad. Su cuerpo arde de deseo, su alma quiere vivir una historia de amor y así se entrega a un chico que la toca y luego la rechaza, convirtiéndose en la burla y el desprecio de los demás chicos del campamento. Siente una profunda vergüenza al mismo tiempo que solo vive para él. Una pena y una confusión que arrastrará durante dos años. La lectura de Le deuxième sexe de Simone de Beauvoir le abrirá la primera puerta de salida. Sí, les hablo de la escritora Annie Ernaux, de su último libro, Mémoire de fille / Memoria de una chica. Desde hace más de 40 años, esta escritora se cuenta. En primer lugar tres obras: Les armoires vides, Ce qu'ils disent ou rien, La femme glacée. Luego, a partir de 1984, una serie ininterrumpida de textos autobiográficos, entre ellos: La place, Une femme, Passion simple, La Honte, más recientemente, Les Années. A través de esta serie la escritora siempre busca lograr el valor colectivo del "yo" autobiográfico; hablar de sí para tender al otro un espejo en el que se reconozca, hundirse en su propia vida (infancia, relaciones con su padre y con su madre, su medio social, sus pasiones amorosas etc.) para elaborar de libro en libro "una autobiografía que se confunda con la vida del lector". "Me considero muy poco como un ser único... sino como una suma de experiencias, también de determinaciones, sociales, históricas, sexuales, de lenguajes y continuamente en diálogo con el mundo (pasado y presente)" explica la escritora en L'écriture comme un couteau (Stock, 2003).

sábado, 25 de junio de 2016

Entre flores y fuentes

Nunca pasarás sed en la Provenza. Ni tu oído echará de menos la música del agua. Las fuentes, algunas de la época romana, son los habitantes de piedra de pueblos y ciudades. Sus míticos mascarones ofrecen el agua que inunda el subsuelo. Aix-en-Provence (que debe su nombre al agua) estaría desierta sin sus fuentes. Los Nueve Caños , forrada de musgo, concentra la energía del Cours Mirabeau. La de los Cuatro Delfines, perfila el paisaje de la Rue Cardinal. Para olvidar la existencia del tiempo, solo hay que caminar, como un reloj, alrededor de la fuente de la plaza de Albertas. El mejor palacio de Provence es el hotel Caumont de Aix-en Provence con su versallesco jardín donde suena la Fuente de los Tritones. Recientemente restaurado es un interesante museo con cuidadas exposiciones temporales. En los salones de la planta baja el visitante puede degustar cualquiera de los excelentes vinos ( blancos, rosados y tintos) de los viñedos que rodean la ciudad. Todo el mundo puede pasearse por los alrededores de Aix, silbando la canción con música de Léo Ferré y letra de Aragon Tout le monde n'est pas Cézanne, sabiendo que es cierto, no podemos ser Cézanne, el pintor infatigable y ajeno a todo próposito que no fuera convertir la naturaleza en arte. Él mismo transformó en taller el placete que le dejó su padre, La Bastide du Jas de Bouffan, que conserva el estanque y las estatuas que, como el propio edificio, protagonizaron algunos de sus cuadros. Cézanne no tuvo más remedio que venderlo y lo sustituyó por el pequeño taller que se puede visitar en una de las colinas de Aix, y que transmite la sensación de que ayer mismo el pintor estuvo trabajando, antes de salir, una vez más, a obsevar la montaña Sainte-Victoire, pintarla bajo la lluvia y morir con las botas puestas. La cara de la montaña Sainte-Victoire que mira hacia Marsella es de piedra. También el perfil que Cézanne contemplaba desde Aix, en sus variaciones constantes de color, según la hora del día. Sin embargo la parte que da a Vauvenargues es boscosa. Al pie de los bosques se esconde este pueblo silncioso donde Pablo Picasso compró el château en el que decidió que sería enterrado a su muerte, en el jardín, mirando la montaña." He comprado la Sainte-Victoire, le dijo un día a su marchante"cúal?" preguntó él pensando en cualquiera de las versiones pintadas por Cézanne. "La original", contestó Picasso....
Ernesto Pérez Zúñiga. El Viajero. El País, viernes 20 de mayo de 2016

viernes, 24 de junio de 2016

Música en verano

Francofolies en La Rochelle. Como cada verano los cantantes de gira harán una parada en La Rochelle (del 13 al 17 de julio). El festival creado en 1985 por Jean Louis Foulquier solo conserva de francófono el nombre ya que se oirán allí muchas canciones escritas en inglés. Así, durante la noche del 17 de julio, se sucederán Lou Doillon  y Keren Ann, las dos convertidas al pop anglo-sajón. Otra cita interesante, pero más eléctrica y creativa, el retorno de los grupos Louise Attaque y Dionysos. Miossec estará igualmente de paso para interpretar las canciones existencialistas de su flamante album "Mammifères", dentro de una programación que ofrece los favoritos del gran público y por otra parte pone en cartel las mejores ventas de los discos del momento: Louane, Maître Gims o también Marine Kaye. Tous aux Francos!
Sphie Delassein. L'OBS/nº2691-02-/06/2016

Mozart Honoré. En el Festival Lírico de Aix-en-Provence (del 30 de junio al 20 de julio), Christophe Honoré, escritor, cineasta, guionista va a montar "Cosi fan tutte" de Mozart. ópera "peligrosa, e incluso arriesgada", dice. Es cierto que en ninguna otra parte Mozart ha contradecido tan violentamente a través de la música lo que cuenta el libreto, "convencional y un poco infantil". Honoré quiere devolverle su poder y su soberanía a la sensualidad y al deseo, en particular al deseo femenino, un poco sospechoso a los ojos del libretista. A esta obra aparentemente misógena, cuyo título se podría traducir por "Todas son iguales", Honoré quiere devolverle su profundidad. Y además los hombres no son mejor tratados en ella. "Es por lo que privilegio el canto en relación al juego. Las notes van a permitir encarnarse a los personajes". Mozart, desde allá arriba se sentirá feliz. 
Jacques Drillon. L'OBS/ nº 2692-09/06/2016

jueves, 23 de junio de 2016

Viejo rockero idiota

¿Recuerdan aquellas novelas de los años 90? Historias con forma de collage sobre chicos que se drogaban, escuchaban Sonic Youth y se expresaban con una voz muy parecida a la que usábamos sus lectores en en el bachillerato... Sorpresa: aquel género sospechoso ha dado una obra inolvidable veinte años después, se llama Vernon Subutex I (Penguin Random House) y trae la firma de Virginie Despentes, un collage hecho con cincuentones descarriados en un París a punto de arder... Vernon, el personaje del título es un perfecto colgado. Tenía una tienda de discos en París pero cerró. Se le acabó el dinero, no quiso trabajar y lo echaron de casa. Ahora tiene que arrimarse a los viejos amigos en busca de un sofá en el que dormir. Aunque, como sigue siendo guapo y simpático a veces le invitan a la cama. La novela (que es la primera parte de una trilogía) cuenta eso: el peregrinaje del caballero por la vida de los amigos. Sólo nos falta el mcguffin: Vernon tiene unos cuantos vídeos incendiarios. Los grabó en su casa un antiguo cliente de la tienda, bastante intoxicado de cocaína. Lo interesante es que el tipo se había convertido en una estrella, un rockero irresistible, mezcla de Bertrand Cantat y Tricky...O quizá solo fuera un pesado con suerte. Qué más da ahora, acaba de morir de una sobredosis y el rumor de los vídeos afila los colmillos de medio París: dinero, dinero!.... Vernon Subutex I sirve, entre otras cosas para romper el corazón a los muchachos que en aquella época quisimos leer novelas y escuchar Radio Tres con la esperanza de que así nos convertiríamos en personas especiales, dignas de ser un poco más amadas. Dan igual los discos y los libros, al final, todos somos igual de idiotas....Otro desencanto: en aquellos años 90 aún había chicas cuya manera de ser feministas consistía en ser duras con los hombres, beber como los tíos, bromear como los tíos , hacer el amor como los tíos... Hay un personaje así en Vernon Subutex I , la antigua bajista de un grupo de punk....¿Saben quién es compañera de generación de Despentes y de Vernon? Marine Le Pen. En la novela aparece algún tipo juerguista bohemio metido a votante del Frente Nacional. Y no es el villano de la historia.....
Luis Alemany. Madrid. El Mundo, lunes 13 de Junio de 2016

miércoles, 22 de junio de 2016

La Torre Eiffel vive la Eurocopa

La Torre Eiffel ofrece una cualidad de la que probablemente no fueron conscientes sus creadores: su versatilidad. En 127 años de vida el monumento se ha acostumbrado a palpitar al ritmo de París, apagándose en tiempo de duelo, vistiendo los colores de los acontecimientos o convirtiéndose en un castillo de fuegos artificiales. Esta vez participa en la Eurocopa. La ciudad, alarmada por la pérdida de turistas de resultas de los atentados terroristas y la conflictividad social, no solo ha decorado la torre con un balón gigante. Los aficionados están iluminando el monumento a su antojo en tiempo real y un puñado de afortunados hasta podrán pernoctar en ella. Es la primera vez en la historia que el Ayuntamiento permite una cosa así..... La Torre Eiffel fue el escenario hace un par de semanas de la presentación oficial de la campaña a favor de Francia y la seguridad que ofrece a los turistas. El lugar era el ideal, el monumento de pago más visitado de Francia, con casi siete millones de visitas anuales. La versatilidad de la torre, unida a la emergencia de reducir la sangría turística, son el cóctel que permite innovar para que el faro de París se adapte a las circunstancias y aumente su poder de atracción. Si se juega el Roland Garros, la torre exhibe durante todo el torneo una pelota gigantesca de tenis. Desde el 1 de junio un gran balón de fútbol luminoso de doce metros de diámetro la engalana. Pero hay que insistir en el reclamo. El Ayuntamiento ha permitido a la compañía telefónica Orange una proeza tecnológica: cada noche, los aficionados deciden qué bandera de las 24 selecciones nacionales debe brillar. Basta con que logren el mayor número de publicaciones en las redes sociales con la etiqueta de su país: FRA para Francia, ESP para España...."Frente al terrorismo, nuestra respuesta es la unión, para hacer más y mejor todavía", ha dicho la alcaldesa Anne Hidalgo. El rotativo Le Monde afirmaba recientemente que los franceses no renuncian a celebrar la fiesta. Solo deben acostumbrarse a celebrarla, eso sí, bajo estricta vigilancia. 
Gabriela Cañas. París. El País, martes 14 de junio de 2016

martes, 21 de junio de 2016

Panoramas de la ciudad. La escuela de París

Le Moulin de la Galette. Picasso
La capital francesa, motor de las vanguardias protagoniza una gran exposición en el Museo Guggenheim de Bilbao. Picasso viajó a París, en septiembre de 1900,  con su amigo Carlos Casagemas, a París para visitar la Exposición Universal. El malagueño se deslumbró con las obras de Gauguin, Cézanne, Toulouse-Lautrec, Juan Gris, Derain... Este primer aterrizaje duró tres meses. En mayo de 1901, Picasso regresó a París: en solo siete años se convirtió en uno de los líders vanguardistas, Las señoritas d'Avignon es de 1907. De sus primeros tiempos en París afirmó:"Se ha dicho que en mis inicios en París copiaba a Toulouse-Lautrec y Steinlen. Es posible. Pero nadie ha confundido los cuadros de Toulouse-Lautrec y Steeinlen con los míos.La exposición del Guggenheim se abre con un cuadro de Picasso: Le Moulin de la Galette. El cuadro muestra una noche en el Moulin de la Galette, un molino de viento convertido en sala de baile que se encuentra en el corazón de Montmartre, mítico barrio artístico de París. Pintores, escultores, músicos, poetas, prostitutas y obreros de la capital francesa poblaban las animadas noches de este templo de la escena bohemia. Esta es la primera obra de Pablo Picasso en París. Tenía 19 años cuando pintó el cuadro, una obra con una perspectiva asimétrica que hace surgir caras por todas partes. El lienzo pasó por varias manos antes de ser finalmente donado por Justin K. Thannhaauser a la colección Guggenheim....La escena recuerda las obras de Henri Toulouse-Lautrec, pero en versión más oscura. La parte más iluminada es la de las tres mujeres en la zona frontal izquierda . Ninguna parece prestar atención a su observador, sus miradas no se dirigen hacia el espectador. Una de ellas susurra algún secreto al oído de su amiga, que escucha con mucha atención, mientras la mujer del primer plano parece divertirse sola. Un segundo grupo de personas está ubicado en medio de la pista de baile. Algunas de las parejas sobre la pista están formadas por dos mujeres, situadas justo en el centro de la composición; otras son mixtas. Tres hombres sin pareja observan la escena desde una posición más alta. Sus altos sombreros de copa destacan sobre la multitud. Los colores son intensos y cálidos. El ambiente es tenebroso, iluminado solamente por unas lámparas que emiten una tímida luz amarilla. La obra esta dominada por colores sin mezclar: negro, blanco, verde, azul y sobre todo, rojo. El punto más penetrante es el ropaje rojo de la figura sentada en la mesa....Las pinceladas son rápidas y frenéticas: con muy pocas representa el jarrón y el vaso que está encima de la mesa, iluminada por una luz que se refleja en el mantel. Picasso utiliza trazos espontáneos y largos para recrear un vestido en movimiento y con una sola pincelada casi recta pinta los labios rojos de las mujeres. Algunos rostros, caricaturescos y con contornos poco claros, recuerdan el expresionismo alemán.
Suzanne Mihalic. El Semanal, 17 de abril de 2016

lunes, 20 de junio de 2016

Diario íntimo de una luchadora

La revelación francesa del año es la historia real de una inmigrante marroquí: Fatima. El francés Philippe Faucon llamó la atención de crítica y público en 2011 con La désintégration, un film en el que reflejaba el proceso de captación de jóvenes musulmanas a la causa terrorista con una verosimilitud aterradoramente premonitoria. Su nueva película Fatima, ha ganado tres premios César: Película, Actriz Revelación y Mejor Guión Adaptado. Un poco antes también gracias a Fatima, Faucon recibió el prestigioso premio Louis Delluc. La historia que cuenta Fatima se inspira en la vida y en los escritos de Fátima Elayoubi, una mujer marroquí afincada en Francia desde los años 80 que se gana la vida como limpiadora y que, tras separarse de su marido y sacar adelante a sus dos hijas, consiguió publicar sus poemas y textos autobiográficos, obteniendo un éxito mediático muy notable. "Cuando me ofrecieron hacer una película de los libros de Elayoubi me quedé un poco perplejo", confiesa Faucon. "No se trata de novelas ni autobiografías al uso. Son una especie de diario íntimo. Era un reto. Elayoubi aprendió a escribir prácticamente sola, descifrando y leyendo todo lo que llegaba a sus manos. Hoy en día se expresa de manera rica y minuciosa. La protagonista del film es Fátima (Soria Zeroual), madre de dos hijas adolescentes: la contestona Souad ( Kenza Noah Alche), que tiene 15 años y la aplicada Nesrine (Zita Hanrot), que tiene 18 y quiere estudiar Medicina. Las chicas se han educado en colegios franceses y apenas utilizan la lengua de la madre para comunicarse con ella. Para interpretar a Fátima, los responsables de la película decidieron contratar a una actriz no profesional: Soria Zeroual, que se presentó al casting animada por un amigo. "Necesitaba transmitir una verdad que no se puede simular", ha comentado el director. "Además no existe ninguna actriz francesa que pueda interpretar a una mujer de 50 años de origen magrebí que no sepa hablar bien francés".
Pedro Calleja. El Mundo, viernes 3 de junio de 2016 

domingo, 19 de junio de 2016

Una noche de junio y de jazz

Hace un año más o menos les contaba cómo había disfrutado en una comida con un pequeño grupo de ex alumnos al que llamamos clase de francés en recuerdo de aquella clase de 2º de bachillerato de 2014. Resultó imposible esta vez, a pesar de varios intentos, encontrar una fecha que nos conviniese a todos. Pero como suele ocurrir, de un proyecto fallido salió otro que no esperábamos, una puerta se cerró, una ventana se abrió. Creo que ya lo he dicho alguna otra vez, es en la formación musical de los alumnos de hoy donde se aprecia un cambio muy notable con respecto al pasado. Cada vez son más los padres que tratan de introducir a sus hijos, desde muy pequeños, en el mundo de la música, en paralelo con el colegio e institutos. Una doble tarea que requiere esfuerzo y dedicación y que no siempre llega a término ya que muchos abandonan. Sin embargo cuando se logra resulta un regalo maravilloso, una compañía para siempre. Uno de los chicos de clase de francés hoy estudiante de enfermería sigue estudiando piano. De las fechas seleccionadas para reunirnos, una coincidía con un concierto de fin de curso de la Banda de Jazz del Conservatorio de la que X. es piano. La decisión fue rápida. Todos, el lunes 13, a las 9, en el Dado- Dada, la cena ya se verá. ¿Se acuerdan del lugar? Ya le dediqué unas líneas cuando les hablé de mi gusto por el jazz. Esa pequeña sala, esa cave parisina, que se mantiene igual que cuando se inauguró en 1980, el año en que llegué a esta ciudad. Un lugar cada vez más entrañable para mí, no sólo por los recuerdos que guarda de tantas noches de mi juventud sino porque, con la excelente idea de haber abierto sus puertas al Conservatorio, a la Escuela Estudio, invitando a las jóvenes bandas de jazz, a las que pertenecen, Xaime, Eloy, Tomás, que fueron mis alumnos,  me ofrece, a mi tercera edad , una tercera juventud.

Stompin' at the savoy, Pink Panter, Samba de uma nota só, All's well in wellington, Satin doll, Strike up the band, The chicken, Donut king fueron llenando de música el pequeño recinto,  la boîte  como decíamos antaño. Xaime me ayuda y me dice con precisión todos los instrumentos que había: batería, chelo, guitarra, piano, congas (en un par de piezas), 4 trompetas, 3 trombones, 5 saxos y en Stompin' at savoy, un clarinete y una tuba. Me gusta ese estruendo de ciertos momentos combinado con la suave melancolía de las melodías. Me dejo envolver en su calidez. Un público familiar y amistoso, entregado, incondicional  cerró la actuación con sus aplausos. 

                                                                                                               

Disfruté igualmente esa noche con las tres chicas del grupo clase de francés, Aldara, Julia y Uxía. Para Aldara fue un descubrimiento y mostró un gran interés, me hizo muchas preguntas tanto sobre la música como sobre la sala, creo que vislumbró un mundo que se le abría...Le hablé sobre Woody Allen, entre susurros, sin tiempo para más, sin tiempo para contarle el origen de esta música que es la de fondo de muchisímas películas, de New York, y también de muchos libros. Una conversación pendiente para nuestra próxima comida. Gracias, queridos alumnos por vuestra simpatía. Gracias por el concierto, por esa lluvia de afecto que sentí.
Cuando salí, ya sola, en el camino hasta el parking, la calle vacía, el mundo exterior seguía. En el breve trayecto hasta casa recupere la música con Mar Egeo uno de los discos del proyecto Refugio del sonido  que acaba de editar El País: Mar Adriático, Mar Egeo, Mar de Libia y Mar Jónico son un homenaje a los niños, mujeres y hombres que han dejado todo, huyendo del miedo, del terror. Una colección inédita de cuatro libros-disco en la que los alumnos de Berklee Mediterranean Institut inter-pretan temas compuestos y dirigidos por Javier Limón. El beneficio se destinará a financiar los proyectos de atención a los refugiados gestionados por Médicos Sin  Fronteras. Las piezas son interpretadas por estudiantes de 20 nacionalidades de la citada escuela americana. Cada canción lleva el nombre de un pueblo de una frontera del sur de Europa.

Me quedé unos minutos en la puerta de casa. El olor del jardín, que, esa noche, era de verano, arrastrando aún los acordes del piano, acentuaba el encanto. Dentro, el debate electoral  sonaba ronco, hueco, plano.... 

Carmen Glez Teixeira

sábado, 18 de junio de 2016

Rennes, entramados multicolores

Las torres de la catedral de Rennes
Ídolos celtas y cuadros impresionistas en los museos de la capital de Bretaña, donde los estudiantes universitarios animan las calles con su vitalidad mientras crece el gran polo de empresas tecnológicas. Hay que empezar diciendo que lo que parece más viejo es (o era) lo nuevo. Y que la parte "nueva" de ahora ocupa el ombligo de la antigua capital de los celtas redones. Y es que un incendio que duró seis días, en 1720, arrasó la ciudad intramuros. Se libraron los arrabales, gracias al cortafuegos de las murallas; son las casas de entramado de madera que hoy vemos. El núcleo quemado fue rehecho a cuadrícula, según los cánones dieciochescos. Dos plazas contiguas vertebran esa nueva planta, la plaza del Palacio y la plaza del Ayuntamiento. En la primera, el Parlamento bretón, convertido en palacio de justicia, sufrió otro incendio en los disturbios estudiantiles de 1994, pero ya está restaurado; se pueden visitar algunas salas nobles. En la otra plaza real, la fachada curva del Ayuntamiento se opone a la de la Ópera. Las torres de la catedral y de San Salvador nos guían hacia otro paisaje urbano. Un híbrido entre casas medievales y hôtels o palacios clasicistas como el Hôtel de Blossac, residencia de los gobernadores de Bretaña. La oficina de turismo se aloja en la capilla gótica de Saint-Yves. La catedral está separada apenas unos metros de las llamadas Portes Mordelaises por donde se dirigían los Duques Bretaña a la catedral a  jurar los fueros bretones. Las manzanas recuperadas tras la hecatombe de 1720 están llenas de tiendas elegantes. Enseguida están los muelles del río Vilaine, eje presidido por el Palacio del Comercio; tras muchas dudas, decidieron convertirlo en sede de Correos. Avanzando por el Quai Zola encontraremos el Museo de Bellas Artes. Renovado con una colección de pintura que incluye algunos maestros antiguos, pero sobre todo modernos (impresionistas, picassos) y algunos tapices modernistas del Parlamento incendiado...Si es sábado estará montado un mercado tentador en la place des Lices, en torno y dentro de unos pabellones metálicos de 1869, copiados en su diseño de los nuevos Halles o mercado cubierto (éste, diario) al otro lado del río. En la place de la République, a medio camino entre ambos mercados, la Brasserie de la Paix es un clásico para almorzar. Tras el almuerzo, no vendrá mal un paseo por el jardín Thabor, queda cerca y ocupa los terrenos de una antigua abadía convertidos en jardines a la francesa.... Nos queda un polo importante por descubrir:Les Champs Libres: una inmensa explanada (De Gaulle), una gran sala de espectáculos La Liberté, un conjunto de multicines  y varios edificios de vanguardia; entre ellos el complejo que engloba el nuevo Museo de Bretaña, el Espace de Sciences y el Planetario. El Museo de Bretaña es un lugar imprescindible de la ciudad, un catálogo razonado del país bretón....
Carlos Pascual. El Viajero. El País, viernes 10 de junio de 2016

viernes, 17 de junio de 2016

David Guetta

Concierto de David Guetta al pie de la torre Eiffel
Con ocasión de la Euro 2016, cuyo himno oficial compuso, David Guetta, DJ y productor dio un concierto gratuito el 9 de junio,  al pie de la Tour Eiffel. Nacido un 7 de noviembre como Albert Camus, el compositor de Sexy Bitch contribuye con fuerza a la irradiación de Francia en el mundo. Campeón de nuestro comercio exterior nacional, colaborador de Nicki Minaj o de Kelly Rowland, ha vendido 10 millones de álbumes y 35 millones de singles. Cuenta con 20 millones de seguidores en Twitter (casi 18 millones más que François Hollande). Según la revista Forbes , el Francés era, en 2015, el segundo DJ mejor pagado en el mundo con 37 millones de ganancias. Hoy firma This One's for you, el himno de la Euro 2016, en inglés (French Touch obliga). Nacido un 7 de noviembre, como Frank Dubosc, David Guetta vio la luz en 1967 en Boulogne-Billancourt (Hauts-de-Seine). Su padre, Pierre Guetta, es un sociólogo, colaborador de Michel Crozier y próximo a la revista Socialismo o barbarie. Para los padres del pequeño David, "DJ, no era nada, era el tipo que es incapaz de ser barman", dice el artista resilente. Su primera aparición  télé se remonta al año 1991, en la cadena FR3, en La classe, programa creado por Guy Lux y presentado por Fabrice. Guetta acompaña a los platinos Sidney....En sus comienzos en Broad, una discoteca gay del barrio de les Halles, en París, le llamaban cariñosamente "le petit hétéro". Fue en Broad donde descubrió la house music. En 1994 , con su esposa tulonesa Cathy, organiza en Bataclan  las soirées nounours en las que se lanzan peluches entre el público y también soirées Sissi impératrice  con trajes de época, cuenta su biógrafo Frédérick Rapolly en "David Guetta No Limit" (ed. First.).... En Francia se le hace poco caso. Su musicalidad es objeto de burla. Los "Guignols de l'info" imaginan que un pato ataca a Guetta con justicia por plagio....Nadie es profeta en su país. Pero Guetta no se preocupa por ello. "Ahora no me importa. Mi carrera no depende de Francia".... Se le acusa de que el himno podría ser un plagio.....
Fabrice Pliskin. L'OBS/nº2692-09/06/2016

jueves, 16 de junio de 2016

Elogio de las fronteras

Régis Debray
El filósofo y escritor francés Régis Debray, autor de la Revolución en la revolución (1967) ha visitado Madrid para presentar en la Feria del Libro su último ensayo, Elogio de las fronteras (Gedisa), en el que defiende los límites entre los estados y los compara con la piel humana: no un muro, sino un filtro que regula los intercambios entre lo de dentro y lo de fuera. "Si yo soy débil y mi vecino es fuerte, una frontera reconoce la igualdad de derechos y consagra el respeto mutuo", defiende. La extensa obra literaria y de pensamiento de Régis Debray (París, 1940) se remonta a la publicación en 1967 de Revolución en la revolución, de algún modo el fruto intelectual de su participación en la Revolución cubana y de sus andanzas con el Che Guevara por Bolivia, que como se sabe terminaron con la captura y muerte del guerrillero. A aquel libro han seguido varias decenas de obras, bastantes de ellas sobre América Latina, muchas de teoría política y algunas acerca de mediología, que viene a ser una teoría general sistematizada por el propio Debray, sobre la transmisión cultural y los medios de comunicación. En su último ensayo, en una época en la que impera más bien lo sans frontières sostiene que la frontera es la civilización, la igualdad."Es, al mismo tiempo puente y puerta (cerrada). En sí misma, una puerta no está mal: si tienes un apartamento sin puertas, para no quedar expuesto a la ley del más fuerte no te queda más remedio que convertirlo en fortaleza. Yo abogo por las puertas entreabiertas, consentimiento por ambas partes"....En la entrevista que concedió al mundo el escritor aborda otras cuestiones: el proyecto europeo. el multiculturalismo, la globalización tecnológica y económica frente a la fragmentación cultural. Con respecto al marxismo reconoce que forma parte de su bagaje: "No reniego de él.... creo que hay que ser un poco marxista para entender el mundo pero su gran falta ha sido no haber tomado en serio la cultura, esto es, la religión, el idioma, las identidades culturales.....Digamos que el marxismo es necesario pero no suficiente. Mi referencia a este respecto es Walter Benjamin, quien pretendía reconciliar el marxismo económico y la tradición cultural. Benjamin, Pasolini, Orwell eran hombres que no escupían sobre el pasado y que sintieron como suyo el deber de asumir cierta tradición pero quedando al lado de los débiles".
P. Unamuno. El Mundo, martes, 14 de junio de 2016

miércoles, 15 de junio de 2016

Lágrimas al abrir el túnel de San Gotardo

No es habitual que la atención del planeta se centre en Suiza, pero una de esas raras ocasiones llegó el pasado miércoles, cuando la nación alpina celebró una proeza tecnológica considerada "histórica": el túnel de San Gotardo. Es el más largo del mundo y atraviesa los Alpes a lo largo de 57,1 kms para unir la Europa del Norte con la del Sur. Pero a pesar de las presencias de François Hollande, Angela Merkel o Matteo Renzi, es muy posible que la imagen que quede en el recuerdo sea la emoción de Doris Leuthard, la carismática ministra de Transporte y ex presidenta de la Confederación Helvética. Captada por un reportero de la swissinfo.ch.servicio informativo internacional de Suiza, Leuthard comenzó a explicar en italiano el significado del momento cuando perdió el control y con voz estrangulada por la emoción dijo: "hoy los suizos hemos demostrado que podemos alcanzar nuestras metas, y que somos expertos en la perfección y la innovación". Y el mismo miércoles, las redes sociales se llenaron de comentarios sobre las lágrimas de Doris", mientras que la TV mostraba su emoción en prime time.De allí a convertirse en información viral medió solo un paso. Otro hecho inhabitual es oír halagos sobre Suiza desde Francia. El gran vecino mira a la pequeña nación helvética con una mezcla de paternalismo y envidia. Pero el presidente François Hollande no dudó en afirmar:"Francia admira los grandes logros tecnológicos y hoy, hecho raro, nos inclinamos ante Suiza". Mientras que Angela Merkel destacó: "En Suiza hoy se ha hecho realidad el sueño de Europa. Para quienes vivimos en Suiza, el túnel de San Gotardo se ha convertido en los últimos meses en un tema obsesivo, recordado día y noche desde paneles en las calles, medios de comunicación y hasta con inmensas maquetas de las perforadoras instaladas en la estación central de Berna. Ahora cabe esperar que la indigestión informativa se calme, hasta que en diciembre se pueda hacer realidad el sueño de ir de Zurich a Milán en  menos de tres horas.
R. Carrizo Couto. El País, martes 7 de junio de 2016

martes, 14 de junio de 2016

Chemins d'exil / Caminos de exilio

Foto de Sima Diab para la exposición 'Familias en exilio'.
En el marco de su temporada cultural Odiseas Contemporáneas, el Instituto Francés de España presenta una exposición fotográfica, inédita, colectiva e itinerante, cuyo objetivo principal es reflejar la humanidad de los refugiados. Se trata de verdaderas odiseas individuales y a veces familiares. A partir de una misma realidad, cada uno de ellos retrata una representación fotográfica distinta. Hay sin duda cinco narraciones contando la misma historia. Más allá de las diferentes nacionalidades, lo que brilla en el blanco y negro, o incluso en el color, es la sensibilidad personal y artística de cada uno. Su trabajo resalta por su intensidad emocional pero también por su calidad estética. Es un himno a la vida dedicado a todas las víctimas: a todos los que fallecieron, a todos los heridos, a los que tuvieron que abandonar sus hogares. 
31 de mayo-31 de agosto. Parque del Retiro. Paseo de Venezuela. Instituto Francés
El trabajo de Sima Diab, fotógrafa siria de 36 años, originaria de Damasco que vive en Egipto, está anclado en las convulsiones de su país y en la carga acumulada por la población siria: "Durante mucho tiempo los sirios vivían con la esperanza de que la gente les oía. Desde 2011 han estado gritando sobre las matanzas que sufrían. Creían que era cuestión de tiempo que el mundo se levantara unido y deslegitimara lo que estaba pasando. Pero no ocurrió y esa decepción ha endurecido mucho a la gente. Cuando los conflictos se prolongan es imposible mantener la atención del público. Así que al principio hubo mucha esperanza  de cambio, de que el equilibrio de fuerzas se rompería, de que algo pondría fin al conflicto. Pero no fue así"....
Juan Cruz. El País, domingo 5 de junio de 2016

lunes, 13 de junio de 2016

Huyendo del horror

Mayo 1940. Un drama francés refleja los estragos que la invasión nazi del país causó en la población civil. En los últimos años, las películas ambientadas durante conflictos bélicos con mucha tradición cinematográfica, como la II Guerra Mundial, se han centrado en personajes poco habituales. Sus protagonistas ya no son soldados del ejército aliado ni malvados nazis. Interesan más los hombres y mujeres que tienen un poco de víctima  y otro poco de verdugo; seres humanos que se han visto obligados a tomar partido por un bando u otro. Personas, en suma, que tuvieron la mala suerte de encontrarse en medio de la trifulca. Hans (August Diehl, Malditos bastardos ) es uno de estos personajes. Es alemán, pero no comulga con los ideales nazis. Está en contra de la guerra. Por eso huye de su país y se refugia en un pueblecito del Norte de Francia, haciéndose pasar por otra persona. Con él viaja Max, su hijo de 8 años y un chaval listo como el hambre. "Mientras me documentaba para escribir el guión", explica el director del filme, Christian Carion (La chica de París ), "descubrí que a partir de 1933, cientos de miles de alemanes huyeron de su país y muchos llegaron a Francia. Y de que que no se les trató muy bien. Hans es un hombre obligado a refugiarse en Francia que acaba reencontrándose con el nazismo. Un personaje alemán nos permitía ver la historia desde otra perspectiva. Eso me interesaba." En la historia las cosas se tuercen para Hans y Max cuando el ejército alemán inicia la invasión de Francia. En ese momento, Hans es arrestado y Max se une a los lugareños que tratan de huir por carreteras secundarias. Paul (Olivier Gourmet, Monsieur Chocolat), el alcalde, ejerce de líder del grupo de escapados. Es un hombre con ideales, generoso, que se preocupa por el bienestar de sus vecinos. La profesora Suzanne (Alice Isaaz, (Una semana en Córcega) es una mujer joven que mantiene la esperanza y confía en los valores de la cultura...."Al escribir el guión, confiesa el director, "me imaginaba la historia como una especie de western, con su caravana, el polvo del camino, los caballos y un enemigo que acecha. Para inspirarme escuchaba la banda sonora que Enrico Morricone compuso para Hasta que llegó su hora. ¡Imagínate la alegría que me lleve cuando aceptó componer la música de mi película".
Pedro Calleja. El Mundo, viernes 9 de mayo de 2016

domingo, 12 de junio de 2016

Días de reyes, libros y rosas

El Retiro de Madrid es, desde hace unos años, uno de los lugares que más frecuento en mis escapadas a la que se ha convertido en mi segunda ciudad. Mi hijo vive cerca, en Pacífico, y es rara la vez, cuando voy a verlo, que no me pasee, casi siempre sola, por ese bosque enorme  de múltiples jardines donde la naturaleza domesticada convive felizmente con numerosos senderos y caminos arbolados. Allí me siento lejos del mundanal ruido de la gran ciudad, en un auténtico retiro. Una vez más las palabras son sabias ya que difícilmente se podría encontrar un nombre que le sentase mejor al lugar, ese pedazo de naturaleza (118 hectáreas) en pleno centro de Madrid. Fue el Conde Duque de Olivares, valido del Rey Felipe IV (1621-1665), quién regaló al rey unos terrenos que le habían sido cedidos por el duque de Fernán Núñez para el recreo de la corte en el entorno del Monasterio de los Jerónimos. Eran entonces unas 145 hectáreas y , en aquellos tiempos, en las afueras de Madrid. Se construyeron diversos edificios de los que perduran el Casón del Buen Retiro, antiguo salón de baile y el llamado Salón de los Reinos, una ala del Palacio del Buen Retiro, decorado antaño con pinturas de Velázquez y Zurbarán y los jardines de la posesión real. A lo largo de la historia el conjunto sufrió modificaciones que cambiaron la fisonomía del parque. El rey Carlos III (1759-1778) fue el primero  que abrió las puertas del recinto a los ciudadanos. En 1808, los jardines quedaron parcialmente destruidos al ser utilizados como fortificación por las tropas de Napoleón. Tras la contienda Fernando VII inició su reconstrucción y abrió una parte del jardín al pueblo. En 1868 los jardines pasaron a ser propiedad municipal y de nuevo sus puertas se abrieron a los ciudadanos. En esta época, finales del XIX transcurre la novela de Pío Baroja, Los Jardines del Buen Retiro, en la que narra la vida de la capital en torno a este lugar. Las últimas obras de ajardinamiento fueron ejecutadas por Cecilio Rodríguez que diseñó la Rosaleda y los jardines que llevan su nombre. Aunque las comparaciones son odiosas, es inevitable, al repasar su historia, pensar en los grandes parques de otras ciudades europeas. Los dos grandes pulmones verdes de París, el Bois de Boulogne y el Bois de Vincennes se sitúan en el límite entre el centro y la banlieue, uno en el oeste, otro en el este, casi en línea recta. Pero no es en ellos en los que pienso, a veces, en mis paseos por el Retiro sino en Versalles que nació también como un lugar de recreo, pabellón de caza, a unos 30 kms de la capital. Probablemente su situación garantizó su permanencia como ese lugar de ensueño que sigue siendo. Hace tiempo que he ido aprendiendo a amar sin excluir, y siempre que es posible combino unos amores con otros.  Los reyes entregaron el Retiro a los madrileños y a los paseantes como yo, que con su presencia, sus actividades de ocio y de contemplación lo han convertido en lo que es hoy, ese espacio tan humano, a la medida de los hombres.  Versalles, fue y sigue siendo a  la medida de los reyes y los dioses. Por eso Luis XVI regaló a su esposa, Maria Antonieta, algo tan inesperado como ínsolito en la grandeur del châteaula ferme .

sábado, 11 de junio de 2016

Orquesta de nenúfares

El estanque de nenúfares
Los jardines de Giverny, a una hora de París, lucen estas semanas los colores que pintó Monet. Paisajes de un pintor horticultor que contribuyó a cambiar la historia del arte. La primavera es la estación más generosa con Giverny. Enciende el paisaje arriba y abajo, hace fluir el caudal del Sena con parsimonia e ilumina el pueblo para construir un emporio natural y condenadamente bucólico. Giverny estará siempre ligado al impresionismo y sobre todo a Monet, el hombre que en 1874 presentó el cuadro Impresión, sol naciente y cambió la historia de la pintura. Su investigación había empezado en su juventud como estudioso de la jardinería, "cuando era infeliz", según dijo más tarde, "quizás le deba a las flores el haberme convertido en pintor". En 1873 tuvo un destacable jardín en su casa de Argenteuil, y en 1890, con dinero propio y otras cantidades que pidió prestadas a sus galeristas, compró Giverny, una propiedad a unos 50 kilómetros al noreste de París. Hasta seis jardineros llegaron a trabajar con él en la plantación y el cuidado de 70 especies de árboles y flores, y allí vivió hasta su muerte, en 1926 (había nacido en París en 1840). En este proceso, la compra de una propiedad adyacente le facilitó la construcción de un estanque a imitación del jardín acuático de nenúfares que había visto en la Exposición Universal de París de 1889. Un enclave del que Monet se sirvió para sus experimentaciones cromáticas una y otra vez... El hotel de los pintores. Giverny es un pueblo de 500 habitantes, idílico por la tranquilidad y por su situación privilegiada. Tiene una calle principal en la que está casi todo y que, obviamente, se  llama Claude Monet. Es imposible perderse. Hay casi tantas galerías de arte como jardines. Ejemplo de conservación, no tiene ni un edificio que no dialogue con el paisaje. A ello contribuye el primer reclamo: el Ancien Hôtel Baudy, una invitación al buen gusto. Es obligado un café en la terraza. La fachada con sus grandes ventanales y su piedra en tonos ocres, habla de historia. Monet y su segunda mujer, Alice Hoschedé se hicieron asiduos. En poco tiempo el hotel de convirtió en fonda de los colegas de Monet: Renoir, Cezanne, Rodin.... En la misma calle principal se halla el Musée des Impressionnismes que hasta el 3 de julio acoge la espléndida exposición  Caillebotte, pintor y jardinero, buen amigo de Monet, ambos ávidos horticultores que se escribían contándose sus particulares hallazgos en la construcción de viveros o en la hibridación de las plantas. Caillebotte (1848-1894)  pasó desapercibido hasta que el centenario de su muerte lo restituyó como figura clave del grupo impresionista. Evocando su pasión vegetal se han reunido más de 80 obras. Un tique de 18 euros permite visitar el Musée des Impressionnismes y la Casa y los jardines de Claude Monet, la estrella de Giverny. La recreación es deslumbrante. En todas las salas se admiran grabados japoneses originales, debilidad de Monet. El jardín es excesivo y a la vez minucioso... Más allá se accede al estanque de nenúfares y a los puentes japoneses: los que tanto pintó para captar la luz precisa (solo en 1898 creó 12 puentes con los nenúfares flotando)... La iglesia de Sainte-Radegonde casi pasa desapercibida ante tanta belleza natural (siglos XI-XVI). Su ábside semicircular destila la fuerza del románico. Poco más arriba se halla el cementerio donde están enterrados Monet junto a Alice y a su hijo Jean. ... Dejamos atrás Giverny y su estanque. "Vasto universo reflejado en un espejo de nenúfares como supernovas", según escribió el crítico de arte Jonathan Jones sobre el Triptico de los agapantos. Nos hemos escapado por un rato del mundo real para rememorar a Monet en su búsqueda de síntesis cromáticas. en su rasopdia de lilas persas, peonías, rosas, alhelíes, dalias y geranios. Un artista que resumió su vida así: "Aparte de como pintor y como jardinero, nos soy bueno en nada".
Use Lahoz. El viajero. El País, viernes 27 de mayo de 2016

viernes, 10 de junio de 2016

House a la francesa

 Uno de los códigos más reconocibles de la música electrónica europea es el french touch. Esta forma sutil y sofisticada de distinguir al house francés de inicios de los noventa ha calado con estas credenciales: un combinado de funk, ritmos house, filtros, un toque disco y el sabor afrancesado de la producción. Cuando el french touch, parecía un concepto de capa caída, Thibaud Berland apareció en escena con una irresistible reivindicación de la música disco de finales de los setenta. Su primer lanzamiento al frente de Breakbot, el EP Happy Rabbit, publicado en 2007, convirtió al dj y productor en un nuevo icono de una escena siempre ávida de figuras emergentes con proyección artística y comercial. Nueve años después, el proyecto ya cuenta con dos álbumes, By Your Side y el reciente Still Waters, y con un miembro más en sus filas, el vocalista Christopher Irfane Khan-Acito, conocido popularmente como Irfane. "Digamos que en este disco en concreto Breakbot somos los dos", afirma Berland. "En los próximos quién sabe. Pero para Still Waters me parecía muy natural que él participara activamente en todo el proceso: tanto en el primer disco como en los procesos de presentación que vinieron después, Irfane tuvo una presencia muy marcada en las canciones del proyecto, así que tenía sentido que el nuevo disco lo grabáramos los dos juntos". El ahora dueto, al menos hasta nueva orden, estiliza y profesionaliza su sonido en un regreso discográfico de incuestionable tono veraniego. En palabras de Irfane: "Hay más instrumentos y una producción más natural". "Queríamos hacer un disco más orgánico, que transmitiera más cercanía y calidez y que a la vez fuera igual de bailable. Es por ello que decidimos trabajar en un entorno más profesional, en un estudio y con una banda", explica.... Still Waters suena sexy, cálido, sofisticado y creíble. Como si la banda y sus músicos estuvieran tocando en el salon de casa.....
David Broc. Barcelona. El País, miércoles 8 de junio de 2016.

jueves, 9 de junio de 2016

Los libros y la liberté, 2

Delphine de Vigan 
Maylis de Kerangar (Toulon, 1967) estudió historia, filosofía, etnología y fue editora de Gallimard antes de lanzarse en el año 2000 a la escritura, aunque su consagración no llegaría hasta 2010 con Nacimiento de un puente (Anagrama), con la que obtuvo el Premio Médicis. Su última novela es Reparar a los vivos (Anagrama, 2015). Si es cierto que a los escritores franceses se los sanciona a golpe de premio, Maylis de Kerangar  es una autora instalada en lo más alto de las letras galas, sobre todo después de los siete premios que obtuvo con Reparar a los vivos, su novela sobre el mundo de los transplantes..."Escribí mi primer libro durante un tiempo de ruptura en mi vida. Me fui con mi marido a Estados Unidos y allí, lejos de Francia, me encontré con cierta disponibilidad"... Virginia Despentes .Novelista y cineasta (Nancy, 1969) dejó los estudios a los diecisiete años, cantó en un grupo de rap y trabajo en un peep-show. En España ha publicado en Anagrama y Reservoir Books... De su última novela, primera parte de una trilogía titulada Vernon Subutex, vendió más de 150.000 ejemplares. Sus temas son la música, la prostitución, el lesbianismo o la mujer ante el aborto y en su ensayo autobiográfico Teoría King Kong (Melusina) se postuló como una defensora del posfeminismo... Laurent Mauvignier. El lector recordará Hombres y Lo que yo llamo olvido, ambas en Anagrama, o Lejos de ellos, en Cabaret Voltaire. Entre el periodismo y la literatura, Mauvignier (Tours, 1967) ahonda en lo más profundo de la violencia. Es uno de los continuadores inmediatos y más representativos de los Modiano, Houellebec o Echenoz... "El periodismo busca volver identificable y claro un acontecimiento -explica-. La literatura, en cambio, se centra en la complejidad de las cosas"... Delphine de Vigan (Boulogne, 1966) trató en su primera novela escrita con seudónimo, Días sin Hambre (Anagrama), el infierno de la anorexia. Sus libros son un campo de batalla personal, una incesante -autobiográfica a veces- búsqueda del yo y de la culpa.... La autora de Nada se opone a la noche, Anagrama, entiende la literatura como"la única manera de domesticar mis propias emociones y mi sensibilidad, de poder canalizar la sensación de ser demasiado permeable". Clémence Boulouque (París, 1977)escribió su tesis sobre Modiano. Aunque Muerte de un silencio, llevada al cine en 2005, fue autobiográfica, Boulouque explica a El Cultural que "más allá" de su propia historia, en su escritura quiere "evocar la violencia y la justicia, esta última tan frágil si está condicionada por cálculos políticos". Con su mentor Modiano, comparte la ausencia de padre y la "extrañeza del mundo", dice. Cree "en la responsabilidad que el escritor tiene contra el olvido y la invisibilidad", y busca en sus libros "una paz inquieta en medio de la complejidad del mundo"...
El Cultural. 27 de mayo de 2016

miércoles, 8 de junio de 2016

El ejemplo de París

La alcaldesa de París,
Anne Hidalgo.  Foto de Matthieu Alexandre (Afp)
Anne Hidalgo, ha demostrado una encomiable determinación al anunciar, en contra del criterio del Gobierno francés, la construcción de un campo de acogida para los refugiados que llegan a la capital y que ahora acampan, en malas condiciones, en una explanada. Es una respuesta humanitaria a una crisis que no amaina. Mientras no se pueda intervenir sobre las causas del éxodo, al menos hay que buscar la forma de acoger y mitigar las penurias de los que ya están entre nosotros. Como dijo Hidalgo, abandonarlos a su suerte "no es digno ni de París ni de Francia". Tampoco de una Europa que se considera adalid de los derechos humanos. La alcaldesa ha criticado al Gobierno por no poner los medios necesarios. El presidente Hollande no solo se resiste a acoger refugiados sino que se muestra reticente a que los municipios lo hagan, en una actitud defensiva que muestra hasta qué punto le afecta el temor al discurso xenófobo de la extrema derecha. En 2015 Francia recibió casi 80.000 peticiones de asilo y concedió 26.000. Peor es todavía la situación en España, donde el Gobierno del PP ha mostrado una muy escasa diligencia en acoger siquiera a los refugiados que nos corresponden. Como París, muchas ciudades españolas tienen proyectos de acogida que no pueden aplicar porque el Gobierno se opone, alegando que no tienen competencias para ello. Amnistía internacional ha denunciado el riesgo de indigencia en el que se encuentran los que han llegado. Mientras tanto, cerrada la entrada por Turquía y Grecia, el éxodo continúa ahora por la ruta central del Mediterráneo: desde enero han llegado según Naciones Unidas, 200.000 refugiados. Volvemos, en un bucle lamentable, al escenario de principios de la crisis, con insoportables naufragios masivos. En lo que llevamos de año se han ahogado más de 2.500 personas. Nadie puede decir que no era previsible y, menos aún que no era inevitable.  
Opinión. El País, jueves 2 de junio de 2016

martes, 7 de junio de 2016

Puntadas de realidad

Versailles por Jean-François Rauzier
"Es como unir con puntadas cientos de miles de fotografías". dice para definir su trabajo Jean-François Rauzier. "No es exactamente fotografía, sino fotografía pintada. Es la pintura digital que me permite reflejar lo que tengo en la cabeza". Lo llama "hiperfotografía". Deconstruyendo la realidad a trocitos y luego recomponiéndola a su antojo, crea mundos nuevos, paisajes urbanos entre lo onírico y lo futurista sin perder nunca un anclaje, aunque sea remoto, con lo real. Decía Hobbes que no hay pensamiento ni representación que no estén sujetos al orden de lo sensorial. Lo cual incluye naturalmente el arte. Las fotografías de Jean-François Rauzier son imágenes construidas. A veces en un edificio elucubrado a partir de las distintas perspectivas de uno pre-existente, a veces una superposición de edificios similares que crean una suerte de metaedificio, y a veces un horizonte enladrillado. Si las abrimos en un ordenador y usamos el zoom, comprobaremos que no son un mero collage de pedacitos heterogéneos, sino que cada pedacito contiene la mayor definición que permite su impresión en papel. No vemos solo la ventana, sino que podemos viajar hacia dentro de la foto y descubrir qué hay más allá. La ilusión que crea Rauzier mediante su técnica de acumulación es la de una realidad aumentada. Sin embargo, lo que amplía no es la realidad sino su representación. La realidad ya está ahí fuera, suficientemente pavorosa. Él establece simetrías, fuerza perspectivas y ensambla sus puzles con un orden predeterminado; es el único modo de hacerlo. De la realidad nos asusta la acumulación desordenada. De sus fotos el ordenado desorden en el que nos reconocemos. ¿Dónde nos refugiaremos cuando las obras de nuestra sinrazón lo ocupen todo?
Marcos Giralt Torrente. El País Semanal, domingo 29 de mayo de 2016

lunes, 6 de junio de 2016

Un doctor en la campiña

Fotograma de "Un doctor en la campiña"
"Martín giró el Ford, rozando una tabla de picar acuchillada: se lanzó carrera arriba, siguió por aquel lado de la escuela en vez del otro, continuó algo más de medio kilómetro por un camino cenagoso", escribió Sinclair Lewis en la magnífica novela Doctor Arrousmith. Lewis era hijo de médico rural y era consciente de que, además de medicina, debía de saber de carreteras y carriles. También de psicología y de sociología. De trato humano, de no aplicar dogmas, sino resoluciones tan basadas en el sentido común como en la ciencia. Han pasado 90 años desde que Lewis publicó Doctor Arrousmith en EE UU, pero el médico rural sigue siendo el mismo. También en Francia, donde Thomas Lilti, médico antes que director de cine, ha compuesto Un doctor en la campiña, su segunda película tras la estupenda Hipócrates (2014). Un trabajo  que enlaza con el humanismo de Lewis, con el de su adaptador cinematográfico, John Ford, y con el de otros grandes novelistas y cineastas; el Mijail Bulgákov de Cartas a un joven médico, citada expresamente en la película de  Lilti, o el King Vidor de La Ciudadela. La América profunda, la Rusia soviética y la Francia de hoy son la misma tierra porque hay algo que las une: la gente se pone enferma, la gente se muere, pero, a veces, incluso se cura. Médico supremo, paciente deficiente. Así es el protagonista de Un doctor en la campiña, el jefe de la comarca. Un hombre que cura con la medicina, con el trato y con el ánimo, pero que quizá no puede curarse a sí mismo. Tumor cerebral. A partir de ahí, un conjunto de historias alrededor de la odisea de existir. Siempre con el objetivo de la cámara dirigido a los gestos y a las miradas, y ahí Cluzet es un portento. De paso, y sin caer en el romanticismo comercial, Lilti, como en Hipócrates, pero con una cámara menos agitada, aplica sana crítica social y política. La de otro humanista: de la medicina y hasta de la conducción por caminos tan embarrados como la propia vida.
Javier Ocaña. El País, viernes 27 de mayo de 2016

domingo, 5 de junio de 2016

La medialuna sobre el Sena, 2

Es simplemente inverosímil que alguna vez ocurra en Francia aquello que parece profetizar Sumisión, un retroceso tan radical hacia la barbarie del país que entronizó por primera vez los Derechos del Hombre, cuna de las revoluciones que, según Marx, se proponían "asaltar el cielo". y de la literatura más refractaria al statu quo de toda Europa. Pero tal vez semejante pesimismo se explique recordando que la modernidad ha golpeado de manera inmisericorde a Francia, que nunca ha sabido adaptarse a ella por ejemplo, sigue arrastrando un estado macrocefálico que la asfixia y unas prestaciones generosas que no tiene  cómo financiar, al mismo tiempo que el terrorismo se ha encarnizado en su suelo impregnando de inseguridad y desmoralización a sus ciudadanos. Por otra parte su clase política, que ha ido decayendo y parece haber perdido por completo su capacidad para renovarse, no sabe cómo enfrentar los problemas de manera radical y creativa. Esto explica el crecimiento del Frente Nacional y el repliegue tribal del nacionalismo de orejeras que proponen sus dirigentes como remedio a sus males. La novela de Michel Houellebec da forma y consistencia a esos fantasmas de manera muy eficaz y seguramente contribuye a difundirlos. Lo hace con pericia literaria y una prosa fria y neutral. Es difícil no sentir cierta simpatía por François y tantos infelices como él, sobre los que se abate la desgracia sin que atinen a ofrecer la menor resistencia a unos acontecimientos que como diría el buenazo de Monsieur Bovary, parecen "la falta de la fatalidad". Pero todo esto es puro espejismo y, una vez concluida la magia de la lectura, conviene cotejar la ficción con la realidad. 
Mario Vargas Llosa. El País, 29 de mayo de 2016

sábado, 4 de junio de 2016

La medialuna sobre el Sena

                     Ilustración:FERNANDO VICENTE
Acaba de haber elecciones generales  en Francia y la "Fratenidad Musulmana" ha ganado con comodidad: socialistas y republicanos, temerosos de que el Frente Nacional de Marine Le Pen pudiera acceder al poder en estos comicios, han asegurado aquel triunfo. La Francia que fue antaño cristiana, luego laica, tiene ahora, por primera vez un presidente musulmán, Mohammed Ben Abbes. Contrariamente a lo que se temía, los "grupos identitarios" (nacionalistas y xenófobos) no han entrado en el zafarrancho de combate y parecen haberse resignado a lo ocurrido con unos cuantos alborotos y algún crimen, algo que por lo demás , los discretos medios de comunicación apenas mencionan. El país muestra una insólita pasividad ante un proceso de islamización que empieza muy deprisa en el ámbito académico. Arabia Saudí patrocina con munificencia la Sorbona, donde los profesores que no se convierten deben jubilarse, eso sí, en condiciones económicas óptimas. Desaparecen las aulas mixtas y los antiguos patios se llenan de jovencitas veladas. El nuevo presidente de la universidad, Rediger, autor de un bestseller que ha vendido tres millones de ejemplares, Diez preguntas sobre el Islam, defiende la poligamia  y la práctica: tiene dos esposas legítimas, una veterana y otra de apenas  15 años. Quién cuenta esta historia, François,  es un oscuro profesor de Literatura que se pasó siete años escribiendo una tesis sobre Joris-Karl Huysmans y ha publicado un solo libro, Vértigo de neologismos, sobre este novelista decimonónico.  Solterón, apático y anodino, nunca le interesó la política pero entra como un ventarrón en su vida cuando le echan de la universidad por no convertirse y pierde a su novia, Myriam, que, debido al cambio de regimen, debe emigrar a Israel con toda su familia al igual que la mayoría de los judíos franceses. François obseva todos estos enormes cambios que suceden a su alrededor - por ejemplo, que la política exterior francesa se vuelque ahora a acercar Europa y en especial a Francia a todos los países árabes- con un fatalismo tranquilo. Este parece ser el estado de ánimo dominante entre sus compatriotas, una sociedad que ha perdido el elan vital, resignada ante una historia que le parece tan irremediable como un terremoto o un tsunami, sin reflejos ni rebeldía, sometida de antemano a todo lo que le depara el destino. Basta leer unas pocas páginas de esta novela de Michel Houellebec para entender que el título le viene como anillo al dedo: Sumisión. En efecto: esta es la historia de un pueblo sometido y vencido, que, enfermo de melancolía y de neurosis, se va viendo a desaparecer a sí mismo y es incapaz de mover un dedo para impedirlo. Aunque la trama está muy bien montada y se lee con un interés que no decae, a ratos se tiene la impresión  no de estar enfrascado en una novela sino en un testimonio psiocanalítico sobre los fantasmas macabros de un inconsciente colectivo que se tortura a sí mismo, inflingiéndose humillaciones, fracasos y una lenta decadencia que lo llevará a la extinción. Como este libro ha sido leido con avidez en Francia por un enorme público, cabe suponer que en él  se expresan unos sentimientos, miedos y prejuicios de que es víctima un importante sector de la sociedad francesa...
Mario vargas Llosa. El País, domingo 29 de mayo de 2016 

viernes, 3 de junio de 2016

Bieito debuta en la Ópera de París

Una escena de 'Lear' en la Ópera de París.      
Era una de las últimas plazas internacionales que se le resistía, pero desde esta semana la puede incluir entre sus conquistas. El director de escena Calixto Bieito, uno de los nombres que ha marcado el teatro español en las últimas dos décadas, acaba de debutar en la Ópera Nacional de París con una puesta en escena de Lear, del compositor alemán Aribert Reimann. Inspirada en el drama de Shakespeare, la ópera conocida por la complejidad de su notación rítmica y poco representada desde su estreno en 1978, se podrá ver en la capital francesa hasta el 12 de junio, con dirección musical de Fabio Luisi y el protagonismo del barítono danés Bo Skovhus como el rey enloquecido. Numerosos compositores intentaron trasladar la obra original a la ópera sin conseguirlo, como Verdi, Debussy o Berlioz, que llegó a firmar una obertura inspirada en el personaje. A todos les echó atrás la oscuridad del argumento y lo mucho que impone medirse con el texto de Shakespeare. Terminaría siendo Reimann, quien acaba de cumplir 80 años, el que se animara a componer una ópera dodecafónica a petición del gran barítono alemán Dietrich Fischer Dieskau, que se consideraba perfecto para el papel. Tras el rechazo del Benjamin Britten, emplazó a Reimann a hallar una expresión musical para "el drama interior y exterior" de ese viejo rey bretón que lega su territorio a sus pérfidas hijas, perdiendo el control del reino. Se trataba de traducir las teorías expuestas por el polaco Jan Kott en su ensayo Shakespeare, nuestro contemporáneo (1964), quien sostenía que la obra del bardo había anunciado los dramas del siglo XX. "Shakespeare, igual que Cervantes, me interesan porque todavía se inscriben en el Renacimiento, pero ya ven venir la oscuridad del Barroco y también la del siglo pasado", confirmaba Bieito tras el estreno el lunes pasado. Nacido en Miranda de Ebro (Burgos) en 1963, el director se hizo conocido en los noventa con distintas adaptaciones de clásicos. Ha llevado a escena Sueño de una noche de verano, Macbeth, Hamlet y El rey Lear. "Existe un Shakaspeare para cada edad. Al personaje de Lear no lo veía igual hace diez años. Ahora tengo una visión más cercana a la vejez, he visto a más gente acercándose a ella" explica. "El rey Lear es una catedral de teatro. Lo tiene todo. La familia, la vejez, el miedo a la soledad y la muerte o un discurso sobre el poder. Permite muchas lecturas"....
Alex Vicente. París. El País, martes 31 de mayo de 2016

jueves, 2 de junio de 2016

Los libros y la liberté

David Foenkinos
Hay vida más allá de Modiano, Houellebec, Echenoz o Lemaître. Una nueva generación de escritores franceses menores de 50 años nos descubre en este especial sus manías, gustos e intenciones. Sus libros son los protagonistas de la 75 Feria del Libro de Madrid que hoy empieza, y que este año recupera su carácter temático para consagrarse a Francia. La conferencia inaugural correrá a cargo de Amin Maalouf. Cerebrales y juguetones, hedonistas y tragicómicos, leves o descarnados, testimoniales o estetas, el eclecticismo y la completa libertad creativa parecen ser, y así se desprende de ellos y de sus libros, la norma caótica y despeinada que rige en estos brillantes narradores. Una advertencia para los suspicaces: no están todos los que son, pero sí son todos los que están. David Foenkinos, (París, 1974), autor de La Delicadeza (Seix Barral), no es un desconocido para los lectores españoles. Con su última novela Charlotte (Alfaguara), ganó el premio Renaudot  y el Gocourt des Lycéens. Se define a sí mismo como un escritor de "emociones" y desde ese punto de vista ha abordado sus novelas sobre personajes reales... Mathias Enard, (Niort, 1972), ganador del Goncourt en 2015 con Brújula, que en España publicará este año Random House ya conquistó a los lectores en 2009  con Zona (Belacqua), considerada por la crítica francesa la mejor novela de aquel año. Su última novela publicada en España, Calle de los ladrones (2013), buceaba en la Primavera Árabe. Enard vive en Barcelona desde al año 2000, en una de cuyas universidades impartía clases de árabe... Jerôme Ferrari (París, 1968), con la originalísima El sermón sobre la caída de Roma obtuvo el Goncourt en 2012, aunque aquel desgarbado profesor de filosofía, muy poco conocido entonces en España, llevaba otras siete novelas a su espalda. Demipage publicó en 2013 Donde dejé mi alma. Su última novela, El principio, acaba de salir en Random House. Leonor de Recondo. Tercera generación de una familia vasca exiliada durante la Guerra Civil, Recondo (parís, 1976) es una de las voces más sorprendentes de la nueva narrativa francesa, además de una reconocida violinista. Con Pietra viva, que en 2014 Minúscula publicó en español, ganó el Prix LTR-Lire y el Premio de los libreros franceses... Alexandre Postel (Colombe, 1982), con Un hombre al margen,  conquistó a la crítica y obtuvo el Goncourt a la primera novela y el Premio Landernau. Su segunda novela, La ascendencia, lo ha consagrado como un maestro de la ironía, de la que se sirve en medio de la tragedia y del horror. Ambos libros han sido publicados por Nórdica. Postel, profesor de Literatura en la Universidad de París, explica a El Cultural que el tema de sus novelas le viene dado siempre por "una situación moral compleja"...
El Cultural, 27 de mayo de 2016

miércoles, 1 de junio de 2016

Pasando factura a Hollande

Es duro asistir en vivo, diariamente, a la autodestrucción de la izquierda francesa. Nunca la oposición entre las fuerzas sindicales más importantes, la CGT y la Fuerza Obrera, y un Gobierno oficialmente de izquierda ha sido tan tajante y violenta. Ni siquiera en las peores épocas de los últimos Gobiernos de derecha la situación había sido tan tensa. Es imposible entender totalmente por qué, a unos meses de las próximas presidenciales, el presidente y su primer ministro se empeñan en prolongar esa batalla sobre la reforma del mercado laboral impuesta por Bruselas. Los sindicatos que la rechazan quieren otro texto, con plazos y contenidos menos brutales y más equilibrados. Dentro de la clase política francesa se están considerando los escenarios más sorprendentes: el presidente, al provocar este enfrentamiento sin precedentes en el pasado, ¿está preparando unas elecciones legislativas anticipadas para seguir gobernando con un primer ministro de derecha, sea Sarkozy o Juppé, y volver a presentarse como un candidato de consenso entre la derecha, el centro y un partido socialista recompuesto en torno de su eje más neoliberal? Parece arriesgado, pues la derecha, como se dice en francés, "no le va a servir la sopa" para salvarlo. ¿Puede ser que François Hollande fiel defensor del liberalismo social, lo dé todo por terminado y pretenda dejar huella  como un presidente que hubiera querido una Francia "reformada"? Lo que es seguro es que con esa batalla lo pierde todo: si retira la reforma se desacreditará y si la mantiene parecerá rehén de su primer ministro, Manuel Valls, cuyo objetivo son las presidenciales de 2021. O aún más simple, ¿ninguno de los dos controla la situación actual y Francia ha entrado en uno de esos periodos de explosiones sociales cuyos secretos en Europa, son propios de ella? Dos cosas parecen ahora ciertas: primero, el presidente está politicamente acabado y el Partido Socialista está al borde de una ruptura interna que podría desembocar en una refundación de la izquierda en torno de dos fuerzas: una social-liberal y otra que embarque a un bloque de izquierdas cuyas premisas se ven hoy en las calles.... Segundo: todos los cálculos que unos y otros están realizando no tienen en cuenta, en realidad, que la única fuerza que se desarrolla tranquilamente es el Frente Nacional de Marine Le Pen. Es poco probable que este partido pueda ganar las presidenciales, pero sí podría coaccionar a cualquier Gobierno futuro de Francia, bien participando en él, en caso de victoria de Nicoás Sarkozy, o desde fuera, en caso de la de Alain Juppé (que rechaza gobernar con la extrema derecha). Pero sea cual sea la salida de la situación  actual, Hollande lo tendrá muy difícil para restablecer su credibilidad. Haber sido elegido por defecto en 2012, y con un programa que no era el suyo, le pasa factura ahora.  
Sami Naïr. El País, sábado 28 de mayo de 2016.