lunes, 31 de julio de 2023

Deconstruir a Don Juan

Un momento de la adaptación del Burlador de Sevilla que dirige
Xavier Alberti. / Sergio Parra

El Don Juan de Serge Bozon (Madame Hyde, Tip, Top, Mods) poco tiene que ver con la imagen habitual que en literatura y cine se ha dado de este mito. Trasladado a la época actual, se nos muestra a un actor de teatro que prepara la obra Don Juan en el papel protagonista, al tiempo que en su vida privada vive obsesionado por la única mujer que amó y que le dejó plantado en el altar, y a la que ve de forma enfermiza en las sucesivas mujeres con que se encuentra (de hecho, todas ellas interpretadas por la misma actriz, Virginie Efira) y con las que trata de paliar el sufrimiento  por el vacio y la crisis en la que este hecho le sumió.

Este hombre atormentado, profundamente egocéntrico, supone una revisitación a la figura del seductor, una relectura en clave moderna del mito de Don Juan en una era post Me Too, donde se reflexiona sobre la naturaleza del amor, sobre el abandono o sobre la posibilidad de cambio -o no- del ser amado. Para ello, se destruye el mito de Don Juan desde su base, cambiando la imagen del seductor irreverente que consuma el acto, por la pulsión de la mirada -directa o huidiza- y la imaginación (siempre presente, aunque mayormente no sea anunciada).

Con una puesta en escena dominada por un evidente artificio, apoyado a su vez por los diferentes niveles de realidad-representación teatral, esta película cuenta con números musicales que se intercalan en la acción de un modo  expresamente no orgánico, y que recalcan la ilusión de  obra ficticia frente al naturalismo. Gracias a todo ello, Bozon consigue un filme curioso, ciertamente interesante, y que, especialmente, cuenta con la siempre agradecida presencia  de Virginie Efira, que defiende su personaje con sobrada soltura, haciendo merecida gala del ser uno de los nombres más destacables del cine galo actual.

Sabela Pillado. La Voz de Galicia, viernes 28 de de julio de 2023.


Leer y tejer se despide de sus lectores hasta septiembre. Felices vacaciones.

domingo, 30 de julio de 2023

Giuliano da Empoli novelista, ensayista y asesor político de origen italo-suizo

Giuliano de Empoli

Ganador del gran premio de novela de la Academia Francesa y el Honoré de Balzac, finalista del Goncourt, novelista, sociólogo, ensayista y asesor político -entre otros de Mateo Renzi-, director del think tank Volta en Milán y profesor en el Instituto de Estudios Políticos de París, Giuliano da Empoli (Neully-sur-Seine, 1973) publica El mago del Kremlin (Seix Barral), su primera novela, fenómeno literario del año en Francia. A través del personaje de Vadim Baranov, encarnación de Vladislav Surkov, que fue el ideólogo del Kremlin y consejero más cercano de Vladimir Putin hasta que fue despedido en el 2020, el autor nos sumerge en el corazón del poder del presidente ruso.

P.- ¿Qué hay de realidad y ficción en su novela?

R.- Seguí una regla, los hechos históricos y políticos son reales, incluso los lugares que se describen, no hay nada inventado. Evidentemente los diálogos, la vida privada de los protagonistas y algunos personajes son inventados. La separación entre ambas dimensionas es bastante precisa.

P.- ¿Por qué decidió inspirarse en Vladislav Surkov para crear el protagonista de la novela?

R.- En el entorno de Putin hay sobre todo personajes grises, antiguos miembros del KGB, empresarios corruptos enriquecidos. En el centro de ese mundo hubo un personaje diferente, sorprendente que pasó por la academia de arte dramático de Moscú, que tiene pósteres de raperos americanos en la pared de su despacho, que escribió novelas con seudónimo y da casi la impresión de interpretar su rol de comunicador y propagandista de Putin como una performance de teatro moderno o arte contemporáneo. Me pareció una perspectiva interesante para contar los últimos veinte años de la historia de Rusia.

P.- La novela está escrita poco antes de la invasión de Ucrania, pero dibuja aun Putin cuyo sistema se basa en la violencia y la brutalidad. ¿Creía que sería capaz de invadir Ucrania?

R.- A mi me sorprendió la invasión, no pensaba que iba a ocurrir de esa forma. Aunque tiene su lógica en relación a la forma en que representa el libro el poder de Putin que tiene un fundamento de violencia desde su comienzo en 1999. Hoy vivimos el paroxismo de este recorrido y en ese sentido es totalmente coherente con las premisas de mi libro, lo que no significa que la invasión estaba destinada a ocurrir de esa forma, podría haberse desarrollado de otra, pero no es sorprendente.

P.- En la novela muestra que Putin es un político que no se deja manejar. Berezovski lo intentó y no pudo. Siempre hace lo que quiere. Entonces , ¿para qué necesitaba un asesor como Baranov?

R.- Desde el principio, Baranov se da cuenta de que puede aportarle algo que no tiene, por el dominio del teatro posmoderno, la manipulación, las redes, internet o la cultura pop, pero no guiarlo. Dicho esto, hay una evolución en el personaje de Putin. que está ligado al efecto mismo del poder. La tendencia a que cuanto más pasa el teimpo más disminuye la capacidad del poderoso de escuchar  lo que dicen los demás, vive cada vez en una realidad paralela y se muestra menos abierto a ser aconsejado, sobre todo por personas que le van a dar opiniones divergentes. Es la trayectoria de Putin en el libro...

Enrique Clemente. La Voz de Galicia, lunes 10 de julio de 2023

sábado, 29 de julio de 2023

Una velada francesa y campestre

El entorno es idílico : caserón francés aislado, construido en la mitad del siglo XIX en una colina, enorme jardin que se pierde en el horizonte donde el aperitivo se sirve en una larga mesa con manteles que pertenecieron a la bisabuela, candelabros de plata, música de cámara, perros de pelaje reluciente que pululan entre los invitados, champagne servido en copas de cristal fino... Todo induce a la conversación superficial, a la broma inocente, al ¿"has leído/visto/escuchado...?" y al "...¿y qué te ha parecido?". Y, sin embargo, es imposible sustraerse a que en las grandes ciudades cercanas hay bandas de jóvenes protestando violentamente por la muerte de Nahel a manos de la Policía, cuyo nombre será difícilmente olvidado. Como extranjera en este mundo francés que no es el mío, me permito mostrarme más ignorante de lo que soy y, entre canapé y canapé, pregunto directamente qué está pasando y cómo mis amables anfritriones se lo explican.

Hay encogimientos de hombros y ganas de hablar de otra cosa, pero mi insistencia vence. Como sucede a menudo en estos casos, no hay una ni cien explicaciones, hay un puñado de viñetas que pintan un panorama sombrío que me hace, como siempre, preguntarme por qué los franceses se quejan todo el tiempo  y los españoles no nos quejamos bastante. Aparece la brutalidad policial, por supuesto. Alguien se queja de ella, mujer de mediana edad, blanca, de clase alta, la Policía francesa también la trata mal. Nadie más la secunda. Pero lo que pesa es la inadaptación. Cómo los barrios están llenos de jóvenes inmigrantes inadaptados que utilizan caulquier excusa para quemar autobuses o vandalizar tiendas de zapatillas. Cómo nadie les ha enseñado a amar a su país de acogida. Cómo -y eso es secundado por varios invitados- hay un empeño en respetar demasiado las culturas y religiones que llegan a Francia  y no hay ninguna intención de transmitir los valores de la cultura francesa. De ahí pasmos al tema del velo, de las ganas de trabajar, los subsidios, el miedo de una Policía que no está lo bastante preparada (eso lo rebaten algunos). Hay alguien, un artista prestigioso-que dice que en la banlieue de las grandes ciudades hay grupos armados con lanzallamas y metralletas. Manifiesto mi asombro ante este hecho, me resulta muy difícil de creer. ¿Dónde está todo ese armamento justamente en este momento, el más álgido de las protestas? ¿Por qué no se ha utilizado? Pregunto si las diferencias entre esas protestas y las de hace apenas unos meses sobre la edad de la jubilación son simplemente demográficas. Aquí las opciones se dividen: aquellas protestas sí eran legítimas, las de ahora por parte de chicos muy jóvenes no tanto. Un empresario se muestra horrorizado tanto por estas protestas como por aquellas y zanja con un "en este país nadie quiere trabajar, nadie, ni los jóvenes ni los mayores". Alguien le responde: "Siempre nos quedarán los chatbots". La mayoría ríe. Nuestra amable anfitriona nos llama a cenar desde el interior de la casa y los collies empiezan a dar saltos. Antes de entrar en la casa, miro el sol, que se esconde tras la última colina del horizonte tiñendo el cielo de púrpura: a ver qué nos depara el mañana, a ver.

Isabel Coixet. XLSemanal, 16 de julio de 2023.         

viernes, 28 de julio de 2023

Pharrell Williams se corona en París con su primera colección

En el desfile de Pharrell Willians con Louis Vuiton. (Foto: Stephane Cardinale)

El Pont Neuf, el puente histórico que une las dos orillas del Sena en el corazón de París, fue el escenario del desfile -con actuación de Jay-Z incluida- con el que Pharrell Williams se ha estrenado como director artístico de Louis Vuitton. Sobre el pavimento del puente , totalmente cubierto por una moqueta dorada, han desfilado varias docenas de modelos, en una muestra de músculo creativo de esta nueva faceta del cantante. Era inevitable al mismo tiempo atender a la densísima población de celebridades del evento, una nutrida representación de los círculos sociales  y creativos del músico y creativo estadounidense. Rihanna, Beyoncé y su marido Jay-Z, Jared Leto, la estrella de la NBA LeBron James, Lewis Hamilton, Naomí Campbell, Zendaya o la estrella multimedia Kim Kardashian se han desplazado hasta la capital francesa para arropar a Pharrell en una foto fija del star system estadounidense y también de las estrellas ligadas al activismo social y la reivindicación del legado cultural de las comunidades negras de Estados Unidos.

A pesar de celbrarse en el Pont Neuf, a pocos metros del cuartel general de la firma, el acceso al desfile siguió un ritual laborioso, más propio de una experiencia iniciática que una pasarela al uso. Para llegar hasta el emplazamiento final había que navegar por el Sena desde el embarcadero cercano al Museo d'Orsay, no en vano, la hora de la presentación de la colección para la primavera verano 2024, las 21,30, parecía haber sido elegida para aprovechar la luz dorada que invade la zona en ese preciso momento. Lo que ha evocado Williams es un París hiperbólico y deliberamente de postal. De heco la invitación al evento consitía en un taco de tarjetas postales diseñadas para la ocasión. También el Pont Neuf evocaba el París barroco donde nació el lujo: fue precisamente Luis XIV, el Rey Sol, quien decidió proteger y promover los oficios artesanos ligados a la vestimenta y la decoración a través de su ministro de Finanzas, Jean-Baptiste Colbert. cuyo apellido hoy da nombre al comité que vela por la protección del lujo en Francia.

Pharrell Williams, coronado Rey Sol de la moda en un evento sin precedentes -el debut de Virgil Abloh, en 2018, fue imponente pero de menos envergadura-, tiene en sus manos la tarea de dar continuidad al idilio entre esta firma que surgió  como casa  de viaje en 1854 y que, desde su adquisición por Bernard Arnault, fundador del gigante LVMH, ha sabido capitalizar como ninguna otra empresa el deseo por los símbolos del lujo. Especialmente porque, como declaró el artista, considera que su labor en Louis Vuitton debe rendir homenaje al legado de Virgil Abloh, el diseñador que le precedió en el cargo y cuya repntina muerte, en noviembre de 2021, interrunpió una de las aventuras creativas más emocionantes de la moda contemporánea...

Carlos Primo. París. El País, jueves 22 de junio de 2023.

jueves, 27 de julio de 2023

Riad Sattouf. Creador de cómic

Riad Sttouf (París,45 años) acaba de publicar el sexto y último volumen del cómic: El árabe del futuro (Salamandra Graphic en castellano, en traducción de María Otero Porta). En su particular En busca del tiempo perdido, el artista adulto reconstruye una infancia y adolescencia entre la Siria de su padre y la Bretaña de su madre, y relata la forja de su vocación. La saga, un éxito de ventas con unos cuatro millones de ejemplares en todo el mundo, ha consagrado a su autor, galardonado por el conjunto de su obra con el Gran Premio del festival de Angulema. Cuando se le pregunta qué ha sido de su hermano pequeño o de su madre, sonríe: "No se lo diré... ¡Bien por intentarlo!".

P.- ¿Cómo explica el éxito de El árabe del futuro?

R.- ¡Si supiese explicarlo, lo volvería a intentar otra vez! En el caso de El árabe del futuro, intenté hacer un cómic para mi abuela bretona, a la que no le gustaban los cómics. Y funcionó porque he tenido un motón de lectores que nunca habían leído cómics.

P.- Pero su abuela fue determinante para su vocación como autor de cómics, ¿verdad?

R.- Si. Yo soy una mezcla de una familia siria y una familia bretona. Y en ambos lados nadie, desde la prehistoria había sido "artista" ni había querido hacer música, ni dibujos, ni escritura. Nada. Resulta que mi abuela bretona, cuando de niño yo empecé a dibujar, me veía como un fenómeno, le parecía que yo era extraordinariamente bueno. Y yo me lo creí. Me decía que yo era genial, mejor que Picasso, que Leonardo da Vinci. Como yo no tenía ninguna referencia, pensaba que era verdad. Cuando salía un reportaje en televisión sobre Picasso, ella decía: "Estas cosas son feas, tu dibujas mejor".

P.- Tuvo usted una infancia agitada, pero, al mismo tiempo,  era un niño muy seguro de sí mismo, el más genial, el más guapo, con un ego perfectamente satisfecho.

R.- Sí, cuando yo era niño era magníficamente bello, como un enfoque, en la adolescencia, se transformó en trol. De hecho, soy un trol que ha guardado la memoria de que fue un elfo. Un poco como un ángel caído, expulsado del paraíso hacia la adolescencia. Todos mis cómics cuentan esta historia.

P.- ¿Pero el elfo sigue ahí?

R,- Desde muy temprano, hacia los 12 o 13 años, supe que sería autor de cómics. No me podía imaginar otra vida. Me decía: "Propondré cada mes un proyecto a los editores". Estaba dispuesto a hacer como los espermatozoides con el óvulo: intentarlo e intentarlo. No tenía novia, no tenía dinero. Me decía: "insistiré hasta que lo logre".

P.- ¿Se siente usted árabe?

R.- No, en absoluto. Pero tampoco especialmente francés. De niño me lo preguntaban. "Te sientes más bien sirio? ¿O francés? Muy temprano decidí buscarme otra identidad, que es la de ser escritor. Deseaba unirme a ese grupo de gente que trabaja toda la noche para contar historias con dibujos. Quería unirme al país de los escritores como sino perteneciera al pueblo en que nací. Mi identidad era la de hacer libros. Quería mi nombre en la portada...

P.- Creció usted entre dos culturas, la árabe y la francesa, pero la francesa se impuso.

R.- Si quiere decirlo así...Ahora hablo francés, adoro Francia. Es el país de la libertad de expresión, donde hay más lectores, donde la gente se interesa por otras culturas ,es un país apasionado por el Otro. Nunca hablaré mal de Francia...

Marc Bassets. París. El País, sábado 8 de julio de 2023.

miércoles, 26 de julio de 2023

Julie Deliquet inaugura el Festival de Aviñón

Julie Deliquet en la preparación para la puesta en escena de Welfare.
© Siegfried Forster / RFI

El Festival de Aviñón hace subir a escena la pobreza y la marginalidad. La 77ª edición del certamen teatral más prestigioso del continente europeo levantó el telón con Welfare, una obra sobre el riesgo de exclusión social en la Nueva York de los setenta, aunque podría suceder hoy mismo en cualquier ciudad occidental. El Palacio de los Papas, sede principal de este festival desde su creación en 1947, se ha convertido en una oficina de los servicios sociales instalada provisionalmente en un polideportivo. La piedra medieval ha quedado cubierta por un cancha de baloncesto, un escenario de aires brechtianos por el que deambulan personajes que no buscan autor, sino un poco de ayuda para sobrevivir.

Son víctimas del desclasamiento, héroes anónimos enfrentados al paro, a los problemas de vivienda, a adicciones varias o a una salud mental vacilante, que llaman a la puerta del Estado para que les procure una parte de alivio. Y que se ven atrapados, sin excepción, en un laberinto kafkiano, pese a la buena voluntad de una serie de funcionarios obligados a ejercer de mediadores entre David y un Goliat burocrático, al límite de sus fuerzas ante una falta flagrante de recursos.

Dirige la función Julie Deliquet, que se convierte así en la segunda directora que inaugura este certamen (la primera fue un nombre clave en la escena europea, Ariane Mnouchikine, fundadora del Théâtre du Soleil en 1964). A los 43 años, Deliquet es uno de los nombres pujantes del teatro francés, en el que ha llamado la atención en los últimos años con sus adaptaciones de obras de Ingmar Bergman o R. W. Fassbinder. Por todo ello, parecía la persona idónea para este proyecto: Welfore adapta el magnífico documental que Frederick Wiseman, maestro del género, filmó en 1975 en una sede de los servicios sociales en el bajo Manhatann. Además, Deliquet dirige desde 2020, aquel año infausto, el Teatro Gérad Philippe de Saint-Denis, en la banlieue de París, situado en el departamento más pobre de la Francia metropolitana, por lo que el desmantelamiento del Estado del bienestar no debe de resultar ajeno.

Pese a todo, la función provocó una relativa decepción en su estreno. Welfare en una obra valiente pero desigual, que nunca despega del todo y que puede que todavía necesite un poco de rodaje. Pretende reflejar al realidad pero acaba desfigurándola, incapaz de reproducir el poderoso registro documental del original. Salvo en un puñado de escenas turbadoras, que tembién las hay, sus diálogos suenan grabados en mármol, pronunciados con una solemnidad teatral, en el mal sentido de la palabra, que colisiona con la propuesta de Wiseman, un director superdotado a la hora de dar sentido a los momentos más significantes de la vida diaria, de encontrar oráculos potenciales en el dicurso improvisado de cualquier desconocido con el que se topa su cámara...

La directora prefire mantener la ambigüedad, similar a la que utilizó Alberto San Juan en su reciente adaptación teatral de Lectura fácil de Cristina Morales. "Quise elegir a un grupo de actores que estuviera familiarizado con las cuestiones sociales, por su militancia en ese asunto o bien por sus propias historias personales. La idea era evitar caulquier efecto de distanciación", aseguraba Julie Deliquet.

Si las expectativas eran altas también es porque Welfare es la primera apuesta del nuevo responsable del festival, el portugués Tiago Rodrigues, uno de los grandes del teatro europeo. En esta edición, ha apostado por combinar los nombres incontestables -de Anne Teresa De Keersmaeker a Milo Rau, que presenta a una Antígona amazónica, pasando por Mathilde Monnier o Philippe Quesne- con la renovación: un 75% de las compañías invitadas  nunca habían estado en Aviñón, gesto aplaudido  en un festival acusado de recurrir siempre a los mismos nombres.

Mientras la élite cultural salía del estreno de Welfare, dos sombras metidas en un saco de dormir pernoctaban en una esquina a escasos metros del Palacio. Por una vez, todo el mundo parecía advertir su presencia.

Álex Vicente. Aviñón. El País, viernes 7 de julio de 2023.

martes, 25 de julio de 2023

La genial impresionista olvidada

El Espejo psiqué. Berthe  Morisot. 1876

Accedió a territorios vedados a las mujeres artistas. Se codeó con Corot y Degas, intimó con Manet y la alabaron críticos de su época. Y, sin embargo, el talento de esta brillante impresionista apenas ha transcendido. Ahora, cuando se prepara una gran exposición de Monet en Madrid, recuperamos la vida y la obra de Berthe Morisot. 

"Dado el talento natural de sus hijas, mi instrucción no las convertirá en pintoras de salón, sino en auténticas artistas. ¿Se da cuenta de las consecuencias? Será revolucionario e incluso catastrófico en un entorno burgués como el suyo. ¿Está segura de no lamentar el día en que permitió que el arte entrara en su casa?"

El pintor Joseph Benoît Guichard, profesor de dibujo de las hermanas Edma y Berthe Morissot, escribe esta carta, alarmado ante el talento de sus pupilas. Sus augurios en parte se cumplen: Edma abandonará los pinceles; y el arte, como había predicho, regirá el destino de Berthe, pero sin dramatismos, convirtiéndose en la pintora impresionista más silenciada y más cotizada de su época.

Manet es nueve años mayor que Berthe, un dandi ilustrado con aureola de rebelde; tiene una ayudante, Eva Gonzalès, de ascendencia española, a quien maneja a su antojo como modelo y discípula. Intenta hacer lo mismo con Berthe, pero topa con una personalidad tenaz, empeñada en su proyecto pictórico. Cuando el pintor intenta retocar uno de sus cuadros, ella se lo impide, y comenta: "No creo que exista un hombre que trate a una mujer como su igual, y es lo único que pido porque de sobra sé mi valor"...

Con solo 23 años, en 1864, Bethe consigue que el Salón de París admita uno de sus cuadros, La lectura. En la primera exposición de pintores impresionistas, Berthe será la única mujer . Envía catorce óleos. La exposición es un éxito. Bethe participará en todas las exposiciones del impresionismo que se sucederán hasta 1886. Es osada, no le da miedo dejar espacios sin tocar. El mundo femenino emerge en sus lienzos a través de escenas familiares. El poeta Paul Valéry lo resume asi: "Vivía su pintura y pintaba su vida". La crítica la trata con condescendencia; su condición de casada y burguesa, carente de la aureola transgresora de sus compañeros, la arrincona. Sin embargo, en sus lienzos se perciben las señas de identidad del auténtico impresionismo, hasta el punto que el crítico Paul Mantz la define como "el único y verdadero impresionista". Durante años, Berthe fue silenciada, y paradójicamente seguía pintando, exponiendo -en Nueva York, en Londres, en Bruselas- y vendiendo. Al contrario que sus colegas masculinos, en su partida de defunción, en la Francia burguesa de la segunda mitad del siglo XIX, las mujeres tienen vedada la enseñanza en las academias de pintura, donde solo pueden entrar como modelos, por esa razón, las hermanas combinan las clases particulares del maestro Guichard con las copias de los grandes maestros en el Louvre.

París es el punto de encuentro de los artistas la ciudad bulle, mientras el impresionismo asoma por el horizonte. Pintar al aire libre es la nueva modalidad, y Edma y Berthe ansían practicarla. Su profesor Guichard les presenta al gran maestro, Camille Corot, el paisajista de quien aprenden a captar la realidad a través del color  y de la luz.

Berthe Morisot retratada por Edouard Monet. 1870.

En los pasillos del Louvre, el único reducto donde las mujeres pueden comunicarse, tras un caballete, con sus colegas, Berthe conoce a Édouard Manet, el impulsor del denominado "groupe de Batignoles", embrión del impresionismo, así los llaman porque se reúnen en el Café Guerbois, que está en la calle que da nombre al grupo. A ese café donde se debaten las nuevas formas de creación, Berthe no puede acudir: es otro santuario prohibido a las mujeres. La joven pintora sabe que quedarse al margen es lesivo para su crecimiento artístico y toma la iniciativa: convoca en su casa, cada martes, veladas de pintores que se repiten los jueves en casa de Manet.

Al poco de conocerse, Édouard Manet le pide a Berthe que pose para él. Ella accede. El lienzo es un homenaje al cuadro de Goya Majas en el balcón, que Manet había contemplado en uno de sus viajes a España. La figura principal es Berthe, con un vaporoso vestido blanco, alta y delgada, tal como la retrató Manet en más de diez lienzos. La crítica dirá que el pintor la ha retratado como lo que es, una femme fatale.

Monet. Obras maestras del Musée de Marmottan. Centro Centro de Madrid a partir del 21 de septiembre de 2023.

Mara Malibran. XLSemanal, 23 de julio de 2023.

lunes, 24 de julio de 2023

"Houria" Los sueños de las jóvenes argelinas

La primera escena de Houria (Libertad) refleja de un modo alegórico la tesis central de una película que aborda la brutal discordancia entre los sueños de libertad de las jóvenes argelinas y la cruda realidad que deben afrontar en su día a día. En el tejado de un edificio una chica baila con los auriculares puestos. La cámara liviana como una pluma, se muestra hipersensible en cada uno de los gestos y piruetas de la joven, pero el sonido,  que no captura el fondo musical, parece boicotear el goce de la representación por parte del espectador. En este brillante arranque, la cineasta franco-argelina Mounia Meddour (Moscú, 1978) conquista un espacio híbrido entre la danza visible y la música inaudible, donde terminan aflorando otros sonidos: el delicado siseo del viento, la respiración entrecortada de la bailarina o el rozamiento contra el suelo de las puntas de los zapatillas de ballet.

Por desgracia, a lo largo de Houria, Meddour -que ganó el César a la mejor ópera prima con su drama social Papicha, sueños de libertad (2019)- desatiende su propuesta inicial de buscar un espacio intersticial entre dos dimensiones opuestas y se decanta por bucear en un cierto extremismo emocional. Así, a la hora de retratar los anhelos de bienestar y de emancipación de la protagonista, Houria y sus compañeras de danza, la película muestra unas jóvenes desmelenándose al son de Single Ladies de Beyoncé, un momento estático que se presenta bajo un aura casi fantasiosa. Pero luego, para ilustrar la dimensión más aciaga de la condición femenina en el mundo árabe, Meddour lleva a Houria (interpretada con gran coraje por Lyna Khoudri, vista en La crónica francesa, de Wes Anderson) hasta un centro de recuperación física y mental de mujeres golpeadas por la fatalidad. Allí, mientras intenta rehabilitarse del mutismo, la depresión y una cojera provocadas por un altercado callejero, la protagonista conoce a un grupo de víctimas del patriarcado y el islamismo radical: mujeres traumatizadas por secuestros, repudiadas por su infertilidad, o abatidas por la muerte de sus hijos en ataques terroristas.

Houria toca techo gracias a la exploración del poder sanador de la danza y hay que reconocerle a Medour la determinación con la que denuncia un conjunto de lacras sociales que nos interpelan de forma directa (la mejor amiga de Houria sitúa Barcelona como el destino final de su sueño europeo). Sin embargo, resulta difícil sintonizar con una propuesta fílmica tan inclinada hacia el didactismo. Mientras limpia las habitaciones de un hotel, la amiga de Houria pronuncia un discurso prendado de pedagogía: "Aquí nos falta petróleo, agua, sémola, internet, cultura...Solo les queda quitarnos el oxígeno". Nada que objetar ante el reclamo de la justicia, pero sí ante la negativa de Meddour a explorar el misterio del arte. Rendida ante lo evidente, la cineasta acomete un ejercicio de cine combativo que acaba derivando en un tremendista panfleto fílmico.

Manu Yáñez. El Cultural, 30-6-2023.

domingo, 23 de julio de 2023

A los franceses se les atasca la ortografía

Los franceses adoran la ortografía. Son muy  sensibles cuando descubren una falta si están leyendo un texto, el problema es que cada vez tienen más dificultades para identificarlas. Según un estudio de IFOP, cuando preguntan a los franceses cómo consideran su nivel de ortografía, el 85% dicen que tienen un nivel bueno o muy bueno. Pero la realidad está mucho más lejos de lo que imaginan porque a la hora de hacer un dictado solo el 58% presentan una nota igual a 6 de 10.
 

Quienes más sufren por esta falta de conocimientos son las empresas, porque se juegan su imagen y prestigio. Pero también repercute en el empleado que no domine la ortografía, ya que eso puede afectar a su credibilidad, haciéndolo aparecer como alguien menos competente, menos inteligente aunque no sea el caso. Lo acaba de sufrir en sus carnes el Olympique de Lyon. El prestigioso club de fútbol ha lanzado una campaña publicitaria para promover los abonos de la próxima temporada. En toda la ciudad aparecen carteles que, desgraciadamente, presentan una falta de ortografía grande como un camión: quieren escribir "tellement près du terrain" (tan cerca del terreno"), pero escriben "tellement prêt du terrain"(tan preparado del terreno"). Y todo porque près y prêt se pronuncian igual, pero se escribe claramente de forma distinta. Las redes sociales no han tardado en hacerse eco de la noticia  para convertirla en objeto de burlas, mientras que el servicio de comunicación del club de fútbol se limita a decir que eso le pasa a cualquiera. Eso sí, se han apresurado a cambiar los carteles.

En todo caso, el nivel de ortografía va bajando inexorablemente, tanto entre los estudiantes  como entre los adultos. Ni unos ni otros dominan las 84 normas de ortografía. En el 2010 las controlaban el 51% de los encuestados, hoy esa cifra ha bajado al 45%.

Según los profesores, la culpa la tiene en parte el que cada vez se dediquen menos horas al aprendizaje de la gramática y la ortografía en el colegio. Algo que perjudica más tarde a los estudiantes cuando tienen que pasar el examen de bachillerato, porque los correctores reciben como consigna sancionar a partir de las diez faltas y retirar un máximo de dos a tres puntos por examen. Pero no libran ni los ministros de Educación. El titular en 2018, Jean-Michel Blanquer, participó en una emisión de televisión  con los niños de clase que le propusieron por sorpresa hacer un dictado, a lo que el ministro se ofreció con gusto, hasta que los niños comenzaron a levantar la mano divertidos porque veían que el ministro había cometido dos faltas.

Hay regiones en las que escriben mejor que en otras. Por ejemplo, los que viven en Languedoc-Roussillon obtienen los mejores resultados, y los de Franche-Comté, Alsacia y Picardía, los peores, mientras que la región parisina está por debajo de la media.

También hay diferencias de sexo: las mujeres controlan el 48% de las normas de ortografía, mientras que los hombres se limitan al 43%, y la diferencia se observa desde el colegio.

Pero a pesar de todas estas dificultades, la ortografía sigue siendo una pasión, como lo nuestra el que el pasado 4 de junio más de 5.000 personas se dieron cita en los Campos Elíseos, transformados en un aula gigante al aire libre, cada una sentada en un pupitre, para participar en el mayor dictado del mundo. Los dictados no han sido corregidos porque  los organizadores simplemente querían borrar los malos recuerdos de la infancia, cuando hacer un dictado podría llegar a ser un trauma, para animar así a la gente a recuperar el gusto por aprender a escribir correctamente.

Asunción Serena, París. La Voz de Galicia, domingo 2 de julio de 2023.

sábado, 22 de julio de 2023

Los Pirineos, de costa a costa en bicicleta eléctrica.

Un periodista de El País relata su experiencia como participante en una carrera que atraviesa los Pirineos y que culminó en Roses siete días después de salir de San Juan de Luz.

"Che, ¿viste ayer ese campo de amapolas? ¿Divino, no?. En la cara de este médico argentino de 62 años se reconoce la ilusión sincera del que sabe que esa imagen atravesando la Cerdanya a golpe de pedal le acompañara mucho tiempo. Aquí, en la llegada de la Deporvillage Transpyr a Roses, en el paseo marítimo paralelo al Mediterráneo, no se habla de vatios, de esfuerzo, de miseria... Siete días después de partir desde San Juan de Luz en la costa atlántica francesa, nos bañamos en el Mediterráneo. Aquí se habla poco, todos abrumados por las emociones incubadas estos últimos 105 kilómetros. Puede que la meta no estuviese aquí, sino en cada sorpresa del camino. Oriol Sallent, el portavoz de la prueba, pide horas antes, en la salida, que repasemos lo vivido. ¿Y que es el olvido?¿Es la misión cumplida ?, ¿el placer del viaje?, ¿dejarse las tripas en los tramos cronometrados?, ¿las conversaciones en la pista forestal que nunca termina?, ¿la adrenalina de los descansos?, ¿los juramentos en el barro?. ¿las estampas de los ríos, bosques suntuosos, agua saltarina, prados inmaculados, collados como belvederes, roca caliza y granito, el corzo que cruza un sendero, la granja perdida en el tiempo, molestar, sin desearlo, a vacas, caballos y ovejas, la sonrisa del abuelo que no nos entiende, pero al que divertimos con nuestras prisas y colores, las risas en los avituallamientos, la soledad abrumadora, el paisaje que se transforma día a día, la vida lejos de lo cotidiano? Ni idea, cada cual se queda con lo que puede y quiere.

Pero está claro que atravesar los Pirineos de costa a costa es un viaje fabuloso que nos abre los ojos a la tremenda riqueza orográfica humana y cultural que custodia la cadena montañosa. A los pies del Tourmalet, el agua recorre furiosa laderas y senderos, sinónimo de vida. En Roses, la sequía obliga a restricciones de agua y el fantástico Cap de Creus es atendido entre algodones para que no arda. Y solo estamos en junio. ¿Cómo preservar tanta belleza, tanta vida?..

Ahora que asaltamos montes y playas para saciar nuestra sed de vacaciones, cabe recordar detalles como el que alimenta la Transpyr: desde hace 13 años, en cada una de las localidade en las que para la prueba, se entrega al alcalde una botellita rellena de sal, un pequeño homenaje a los que recorrían las sendas pirenaicas no por ocio sino por el sencillo y necesario negocio de intercambiar la sal marina por los bienes que pudiesen ofrecer los pastores de las montañas. Esas rutas se llamaban Cami Saliers en lengua occitana. El detalle ilustra el espíritu de los organizadores: solo Frances Sallent, ideólogo y creador de la Transpyr podría decir que vive de su producto. Así que esto no es un negocio , sino una pasión alimentada por unos pocos y que durante una semana genera un micro empleo para 90 trabajadores, desde los responsables de los avituallamientos hasta la agencia de viajes que se encarga de alojar a los ciclistas pasando por los que cubren los cruces de carretera, los que abren la prueba de madrugada a pedales y los ciclistas escoba que solo dejan nuestras rodadas como evidencia de paso. Pero también hay ambulancias  que acompañan en permanencia a la comitiva, servicios ambulantes de masaje, de mecánica, de limpieza, de montaje de las llegadas y salidas, de atención en carretera y muchos otros que olvido. Decir que la organización es modélica, es bien poco: es cálida. Y eso es algo que se contagia a los ciclistas... En esencia solo he visto hombres y mujeres con ganas de regalarse algo tan sencillo como la emoción única de descubrir los Pirineos en bicicleta...

Óscar Gogorzo. Rosas. El País, lunes 19 de junio de 2023

viernes, 21 de julio de 2023

George Benjamin en el Festival de Aix-en-Provence

George Benjamin
Es muy posible que  Written on Shin,  de  George Benjamin, sea la ópera más representada y aludida de este siglo: con todo merecimiento. Se estrenó aquí, en el Festival de Aix-en-Provence, en 2012, con un argumento inspirado en la antigua leyenda provenzal del marido que hace comer a su mujer, sin ella saberlo, el corazón de su amante muerto. Picture a day like this conserva su indiscutible voz y su ya muy decantada personalidad operística. Tiene elementos de sus tres antecesoras, derivados en gran medida de la escritura teatral desnuda y esencial de Martin Crimp, como esos personajes sin nombre casi alegóricos, frente a solo uno, la mujer  irreal de la última escena, llamada Zabelle. Y comparte con Into the Little Hill, una moderna reelaboración del cuento del flautista de Hamelin, su carácter de fábula, de cuento fantástico, de moderna parábola, si bien ahora es una mujer innominada y de la que conocemos únicamente el dolor por la muerte de su hijo, con su presencia ininterrumpida en el escenario, de principio a fin, y su condición de atenta observadora de otros seres humanos, quien confiere unidad y dirección a la historia.

Incapaz de comprender y aceptar esa muerte, una mujer le dice que, si encuentra antes de que anochezca a una persona feliz y consigue de ella el botón de su manga, su hijo volverá a vivir. La página de un viejo libro la instruye sobre cómo emprender la búsqueda, que la lleva a conocer a personas que parecen felices, pero que, a poco de tratarlas en la intimidad, descubre que no lo son: amantes que dejan bruscamnete de quererse y aceptarse, un artesano que anhela morir, una compositora  cuyo éxito oculta su inseguridad, frustración y mediocridad, un rico coleccionista enfermo de soledad. Solo al final conoce a Zabelle, en una suerte de jardín mágico, pero al cabo sabemos que es solo una visión: no existe realmente, como ella misma confiesa,y quizá no sea más que el propio yo reimaginado, o reflejado o liberado, de la protogoniasta...

Antes de este estreno, el honor de la inauguración de esta edición del festival provenzal, el martes por la noche, se reservó para la que quizá sea la obra escénica con música nacida en Alemania más representada y traducida del pasado siglo, Die Deigroschenoper, de Bertolt Bercht y Kurt Weil, una primicia en los tres cuartos de siglo  de historia que atesora ya Aix-en-Provence en su gran concvocatoria estival, que acaba de acoger también por primera vez  a una de las más reputadas creaciones culturales francesas, la centenaria Comédie Française: un sabio hermanamiento internacional propiciado por el actual director del festival, Pierre Audi, siempre amigo de tender puentes entre costas próximas o lejanas...

Luis Gago. Aix-en-Provence. El País, viernes 7 de julio de 2023.

jueves, 20 de julio de 2023

Los senderos se bifurcan: "Chevreuse"

Todo acaba por confundirse. Las imágenes  del pasado se entremezclan formando una pasta ligera y transparente que se distiende, se hincha y toma la forma de un globo irisado, a punto de reventar. El concepto importante para definir esta novela de Patrick Modiano (Boulogne-Billancourt, 1945), es el ovillo de tiempos que se superponen y dan vueltas sobre sí mismos. El primer párrafo de esta reseña pertenece al narrador  de Domingos de agosto, una novela que el Nobel francés publicó en 1986. No se han añadido comillas porque cualquier lector atento de Modiano podría haber definido así la amalgama de tiempos y personajes que transitan por la historia que nos cuenta en Chevreuse. Este es el relato de una memoria desmemoriada. O mejor, de una memoria desintegrada, que va armándose como los viejos rompecabezas. Pero quedan huecos sin definir. Los intersticios de los recuerdos de Jean Bosman, el protagonista no son gratuitos. De cada oquedad saldrá una nueva pista. De cada palabra recordada, de cada nombre que irrumpe en el recuerdo de Bosmans surgirán nuevos hilos para un ovillo casi policiaco. Casi, porque la resolución del misterio, de los misterios de una existencia, será solo parcial.

En una entrevista en el programa literario francés La grande librairie, Modiano reivindicaba los silencios y las elipsis narrativas en su última novela, en realidad, en todas sus obras, para que el público lector articule sus pausas y complete el trabajo del novelista.

Chevreuse es una zona geográfica  en la región Isla de Francia. Esa palabra, junto a Auteuil, el barrio más occidental de París, lindando al suroeste con Boulogne-Billancourt, lugar de nacimiento de Modiano, esos dos nombres de fronteras mentales, Chevreuse y Auteuil, van a configurar una topografía de la memoria de Jean Bosmans. Para entender esta topografía borrosa es pertinente esta declaracióndel narrador: "Chevreuse. A lo mejor ese nombre tiraba de otros nombres hacia él, como un imán. Bosmans repetía en voz baja: Chevreuse. ¿Y si era ese hilo lo que le permitía recuperar toda la bobina?".

Las dudas sobre cómo hilvanar los retazos de la infancia de Bosmans salpican el texto. Como en los senderos de Proust, el personaje de Modiano recorrerá dos caminos: el itinerario al piso de Auteuil, y el trayecto a la casa de la calle del Docteur- Kurzenne, donde el niño Bosmans había vivido y cuyos jardines traseros conectaron con "un principado de bosques, estanques, parques, llamado Chevreuse". El Bosmans de veinte años se ve envuelto, por intermediación de una amiga de entonces, "a quien llama Calavera", en una indagación inducida, de pronto lo irá descubriendo, por otros personajes cuyos nombres irán resonando en su memoria...

Una historia fascinante y laberíntica, envuelta en niebla, con personajes fantasmales y mgníficos, en la que nos quedamos atrapados, como el protagonista, en esos itinerarios desde el misterioso piso de Auteuil a la no menos enigmática región de Chevreuse, en cuyos secretos no podremos penetrar del todo.

Coincidiendo con Chevreuse, Anagrama publica Una muñequita rubia, un divertimento literario visual  escrito por Modiano con dibujos de Pierre Le-Tan (1950-2019).La obra , naturalmente pergeñada por Modiano, pone en escena a cinco amigos que montaron en sujuventud el grupo musical los Peter Pans...

Lourdes Ventura. El Cultural, 30-6-2023 

miércoles, 19 de julio de 2023

Adiós a la ternura de Jane Birkin

Jane Birkin y Serge Gainsbourg

La actriz y cantante inglesa Jane Birkin falleció ayer a los 76 años en Francia, país en el que desarrolló la mayor parte de su carera. En el capítulo de asociaciones de ideas ineludibles, ninguna podrá representar la sensualidad con tanta fuerza técnica como los gemidos de Jane Mallory Birkin durante la interpretación de Je t'aime... moi non plus, ese tratado de sicalipsis musical que compartió en 1969 con su pareja de entonces, Serge Gainsbourg. La cantante, actriz y modelo nacida en Londres a finales de 1946, pero afincada en Francia desde los 20 años, apareció muerta ayer  en su domicilio parisiense, según la agencia Reuters. Con ella desaparece uno de los más colosales iconos pop femeninos de la cultura francesa del siglo XX, junto con Brigitte Bardot o Françoise Hardy.

Lo más curioso de la jadeante Je t'aime,,,, la pieza que convirtió a Birkin para siempre en mito cultural y erótico del siglo XX, y que multiplicó exponencialmente su impacto después de la censura del Vaticano y la BBC, es que el parisiense Gainsbourg ni siquiera la había escrito para ella. Existe una versión anterior, de 1968,  que el poeta y compositor comparte con su destinataria original, Brigitte Bardot, y que la actriz acabó proscribiendo para evitar las suspicacias de su marido, el multimillonario Gunter Sachs.

Poco después, Serge coincidió con Jane durante el rodaje de Slogan y el incendio fue imparable. Ella acababa de dejarlo con el ya entonces muy reputado John Barry, compositor de las bandas sonoras de James Bond, con quien tendría una hija, Kate Barry, que se quitó la vida en 2013. Gainsbourg, casi 18 años mayor, supuraba por la herida del abandono de Bardot, que ya no quería seguir ejerciendo de amante. El flechazo Jane/Serge se prolongaría durante 12 años entre apasionados y tormentosos, simbolizados desde hoy más que nunca por la figura de su hija, Charlotte Gainsbourg (Londrs, 51 años), que en talento frente a la cámara  y como cantante de voz susurrante  y embaucadora tiene poco que envidiarle a su madre.

Jane procedía de una familia burguesa y con cierto porte aristocrático. Era hija de una actriz ilustrísima, Judy Campbell (la favorita de Noel Coward) y de un capitán de fragata y héroe de la II Guerra Mundial, David Birkin, que aprovisionaba a la resistencia francesa en los tiempos de la invasión nazi. Resultaba imposible que su magnetismo y belleza arrolladora pasaran inadvertidos en los felices ambientes del Swinging London, y de ahí que Antonioni la escogiera en 1966 para Blw-up (Deseo de una noche de verano), donde ya protagonizó un primer escándalo por aquel desnudo frontal e inolvidable en todas sus acepciones. La eclosión de juventud, hermosura y ansias de libertad se prolongaría en 1969 con el psycothriller erótico La piscina, tórrida historia de un triángulo a pleno sol con Alain Delon y Romy Schneider ocupando los dos vértices restantes.

Más allá de todas aquellas escandaleras en una Europa todavía algo pacata, Jane nunca quiso circunscribirse a su imagen de mujer sensual, aunque Serge no siempre se lo pusiera fácil... Pero en paralelo fue afianzando una carrera cinematográfica que acabaría rondando los 70 títulos, entre ellos algunos firmados por los realizadores más reputados de la escena gala: de Jen-Luc Godard a Bertrand Tavernier, Alain Resnais o la belga Agnès Varda, además del californiano James Ivory, para el que protagonizaría ya en 1998 La hija de un soldado nunca llora.

Serge y Jane se erigieron en un canto a la bohemia y la ausencia de ataduras. Hacían buena pareja pese a los excesos de la vida noctámbula, que conciliaban (malamente) con la crianza de Charlotte y alimentaban con siestas larguísimas. Birkin acabaría separándose en 1980 de Gainsbourg, ya entonces muy castigado por el alcohol, pero el tándem conservó hasta el fallecimiento de él, en marzo de 1991, la química y el aprecio recíprocos... En su última entrevista para El País, hace justo un año, Jane glosaba a su expareja con estas palabras: "Era el mayor escritor francés de su época y un hombre extraordinario y muy divertido. Tuve mucha suerte con él: me lo enseñó todo".

Fernando Neira. Madrid. El País, lunes 17 de julio de 2023.

martes, 18 de julio de 2023

Picasso y El Greco, reflejos y contrastes

A veces la concisión es más intensa y directa que las versiones amplias extendidas de los argumentos. En este caso estamos ante una exposición verdaderamente profunda y reveladora que nos permite apreciar la importancia  del diálogo estético de Picasso con El Greco en el despliegue del cubismo analítico.

Hace ya tiempo que se ha señalado la importancia de El Greco para el desarrollo del llamado Periodo Azul de Picasso. Pero lo que se plantea ahora en esta exposición va más allá, intentando poner de manifiesto la importancia de El Greco en el desarrollo del cubismo analítico, y situando a Picasso como eje inventor de este movimiento. Se argumenta a la vez la importancia del pintor cretense a lo largo de toda la obra creativa del malagueño.

Se trata de una nueva pieza en un proceso desarrollado por Francisco Calvo Serraller y Carmen Giménez, que parece que tuvo su inicio hace unos ocho años. En 2022 se presentó en el Kunstmuseum de Basilea con el título Picasso-El Greco una muestra, que por el fallecimiento del crítico e historiador del arte fue ya comisariada solo por Carmen Giménez, en la que se reunieron 80 pinturas en contraste, en las que se podía apreciar el diálogo entre ambos artistas.

Lo que podemos ver ahora en el Museo del Prado, concebido como un homenaje a Calvo Serraller. nos lleva a ese mismo argumento, con una presentación más sintética. Todo está reunido en un único espacio, en la Sala 9B del edificio Villanueva del Museo. Al entrar en ella, en la pared de gran altura que queda a nuestras espaladas se presentan cuatro pinturas de gran formato de El Greco pertenecientes a la colección del Prado: El Bautismo de Cristo (1597-1600), La Crucifixión (1597-1600), La Resurrección de Cristo (1597-1600) y Pentecostés (h. 1600).

A continuación, entramos en un juego de contrastes, la comparación entre las obras, todas ellas de medio formato y colocadas juntas, que así permiten apreciar los ecos y diferencias entre ambos artistas. En la pared que al entrar queda a la izquierda vemos San Pablo (1585) y El aficionado (1912). Y en el muro de enfrente: San Simón (1610-1614), Tocador de mandolina (1911), San Bartolomé (1610-14),  Acordeonista (1911), San Juan Evangelista (1610-14), Hombre con clarinete (1911-12). El caso de El Greco,  retratos de apósteles, en el de Picasso pinturas cubistas...

En todo caso, el diálogo con las obras y artistas del pasado fue en todo momento mucho más amplio, variado y muy intenso, como pudo apreciarse en la exposición Picasso y los Maestros, que se presentó en París en 2008...

Ciertamente, el diálogo central de Picasso con El Greco y Velázquez, que tuvo su inicio en 1897 se mantuvo firme hasta el final, como puede apreciarse en las firmas El Greco, Rembrandt y Velázquez, que incluyó al dorso  de su cuadro El mosquetero, pintado en Mougins en 1967.

La relación con los referentes artísticos del pasado nos muestra hasta qué punto carece de fundamento uno de los tópicos más absurdos y repetidos sobre Picasso: su supuesto carácter intuitivo, impulsivo, primario...Picasso era un intelectual vitalista, un hombre de una agilidad vertiginosa, capaz de asimilar para su propia obra todo lo que le rodeaba. Y, de un modo especial poseía un conocimiento exhaustivo de la historia del arte en todas sus facetas y etapas y, muy en particular de la historia de la pintura, atesorada en su memoria , y con la que no cesó de dialogar a lo largo de su trayectoria. Tenía un ojo enciclopédico, su mirada fue capaz de proyectarse en el conocimiento profundo de toda la pintura, no a la manera de un erudito académico, sino para recrearla en su propia obra, para innovar...

Como señala Carmen Giménez en el catálogo, la proximidad ente Picasso y El Greco tiene su eje central en una cuestión concreta: "Su singularidad y gran variedad estilística fueron rasgos que ambos artistas compartieron". Ahí nos lleva esta sugestiva exposición: al espejo en el contraste de las obras y actitudes de estos dos artistas intensamente singulares. E gran arte es, sobre todo, singularidad.

José Jiménez. El Cultural, 23-6-2023.

lunes, 17 de julio de 2023

"Mascarade"/"Los amantes del engaño"

Fotograma de Mascarade

Un falso encuentro casual -ningún encuentro es realmente casual- lleva a un bailarín , incapacitado para su arte tras un accidente, a convertirse, primero, en gigolo de mujeres maduras y, más tarde, en timador de altos vuelos, Estamos en una Niza digna de Jean Vigo y cuyo ayuntamiento no debe estar muy contento con la crítica despiadada que Los amantes del engaño vierte sobre sus escenarios.

"La Riviera francesa es un lugar soleado para gente sombría y lleno de estafadores", con esta cita de Somerst Maugham comienza el filme. Y, precisamente, la lujosa villa en la que se abre la narración perteneció al escritor británico. Allí la actriz retirada, que interpreta Isabelle Adjani -el rostro inexpresivo por la cirugía-, diva del pasado a lo Norma Desmond, limpia su piscina con vistas -enésimo guiño a El crepúsculo de los dioses- mientras su joven amante -encarnado por Pierre Niney, que no es precisamente, William Holden-, bailarín que ya no baila, intenta escribir una biografía laudatoria de la vieja gloria. En la mansión maughamiana, mausoleo donde la exestrella tiraniza y humilla a su protegido -no es casualidad , estando por medio el autor de Servidumbre humana-, la deslumbrante aparición de la figura triangular a la que da vida Marina Vacth -que debutó en Joven y bonita, una Belle de jour torpe de François Ozon- con su libidinosa delgadez y translúcida piel, consigue crear un personaje turbio y arrasador, de densa presencia y pulsión autodestructiva. Ella también vive de la conquista de hombres maduros, labor que realiza con crueldad y ansias de venganza.

En fin, que la primera hora del filme nos depara buenas sensaciones, esperanzados ante las decisiones del actor metido a director Nicolas Bedos. Pero luego, poco a poco, las costuras que mantienen el sentido de los personajes se van descosiendo hasta llegar a un final tramposo que acaba con cualquiera de las complejidades vislumbradas.

Eduardo Galán Blanco. La Voz de Galicia, sábado 17 de junio de 2023.

domingo, 16 de julio de 2023

El presidente galo, entre la Bastilla y Waterloo

El día de la Bastilla, la fiesta nacional de Francia, se celebró ayer  en medio de los disturbios; lo que no deja de ser una ironía, porque lo que conmemora esa fiesta del 14 de julio son precisamente unos disturbios de hace más de dos siglos. Como en estos disturbios recientes, hay quien quiere cree que esa violencia colectiva tiene un significado político. No es cierto en caso reciente ni en el antiguo. Lo que pudo haber de protesta en los sucesos de hace unos días quedó casi inmediatamente subsumido en una ola de saqueos y asaltos a tiendas de ropa de marca (especialmente, los productos promocionados por las estrellas del fútbol francés). Lo mismo sucedió hace más de doscientos años. El asalto a la Bastilla no fue ninguna gesta de la épica revolucionaria, sino un acto de violencia incontrolada. La intención no era liberar presos políticos, de los cuales no había ninguno, en la famosa prisión (tan solo cuatro falsificadores de moneda, dos locos y un condenado por perversión sexual). A veces la violencia no tiene otra causa que el caos. Lo que no quiere decir que no pueda tener consecuencias. La violencia banal de la toma de la Bastilla ayudó a crear la inestabilidad que dio lugar a la Revolución francesa, que, a su vez, desembocó inexorablemente en la dictadura militar de Napoleón.

Si ha habido algo mínimamente político en los disturbios recientes ha sido la voluntad de atacar a los símbolos de la autoridad : las comisarías, escuelas, liceos, bibliotecas e incluso centros de salud. Cualquier edificio en el que ondee una bandera francesa. Tuviera la relevancia que tuviese, ese objetivo abstracto se ha conseguido en este día de la Bastilla. En muchos lugares de Francia las celebraciones se suspendieron por prudencia, en todo el país se vetó la venta de los tradicionales petardos y la presencia policial ha convertido el día en una exhibición de fuerza del Estado. Emmanuel Macron decidió también no pronunciar el discurso televisado de todos los presidentes de la República en esta fecha señalada. No es la primera vez que esto sucede, pero tiene especial relevancia, porque hace cien días Macron había emplazado a los franceses a este discurso para hacer una evaluación de los "cien días" de tregua o de gracia que había pedido después de las duras protestas contra su plan de pensiones. Que no haya podido ni siquiera hacer esta evaluación el día convenido ya lo dice todo. Pero, por si no estuviese claro, la evaluación la han hecho los propios franceses por medio de un sondeo. El 78% cree que Macron ha fracasado, y lo que puntúa peor es el apartado de "ley y orden". Cuando Macron había mencionado esta idea de los "cien días", algunos recordaron que los Cien Días es como se conoce al último intento desesperado de Napoleón  de reconstruir su imperio. El hecho es que en el tradicional desfile militar de la fiesta nacional de ayer, Macron recibió silbidos y abucheos. Entre esas dos Francias, la de los disturbios y la de los abucheos, camina ahora el presidente  en lo que parece la dirección de Waterloo.

Miguel-Anxo Murado. La Voz de Galicia, sábado 15 de julio de 2023.

sábado, 15 de julio de 2023

Alsacia entre pueblos, viñedos y bosques de cuento

Alsacia es una tierra de frondosos bosques que cubren la cordillera de los Vosgos, extensos viñedos que tiñen de verde sus llanuras y colinas, y pueblos medievales de cuento a los pies de los viejos castillos. La mejor manera de recorrer esta región del noreste de Francia es combinando el coche con la bici y el senderismo. En el camino entre maizales y viñedos de parras erguidas al sol, irán apareciendo pueblecitos de tal belleza que, como Eguisheim, inspiraron a Disney para La Bella y la Bestia. Lo mejor es dejarse llevar por sus empinadas  y laberínticas callejuelas en las que el tiempo parece detenido. Iremos descubriendo iglesias románicas ; fuentes y pozos de piedra esculpida; murallas y torreones; casas medievales de fachadas de vivos colores entramadas con irregulares vigas de madera tallada, miradores renacentistas, alféizares floridos y coloridas contraventanas ; patios de bodegas familiares cubiertos de enredaderas que albergan centenarias barricas y prensas de madera, y portones con escudos de armas y dinteles de piedra cincelados con el símbolo del oficio de sus antiguos moradores.

Los nombres de sus pueblos recuerdan el pasado alemán de esta región con lengua propia de origen germánico: Guewiller, Dambach, Zellenberg. Hunawihr, Hagueneau, Marlenheim, Niedermorschwhir... Todos comparten en mayor o menor medida los atractivos reseñados, cada uno con sus peculiaridades. Eguisheim, rodeado de montes con viñedos  y a los pies de tres castillos tiene como icono Le Pigeonnier, una pequeña casa medieval quizá la más fotografiada de Alsacia, en la esquina entre dos estrechas calles. Las callejuelas de Ribeauvillé, de las que sobresalen dos imponentes torreones, se llenan cada año de comediantes en la Pfifferdaj, la fiesta más antigua de esta región que recuerda a los juglares que la frecuentaban y que siguen teniendo su cofradía del siglo XIV en la atractiva casa Pfifferhüss. En Riquewihr se halla lacas medieval más alta de Alsacia, con 25 metros de alturs, la llamada Gratte-Ciel (rascacielos). Turckheim lo enseña por las noches un alguacil ataviado a la vieja usanza cuya función era prevenir los incendios: las casas son de madera y el fuego era du fuente de luz y de calor. La coqueta Kaysersberg, a los pies de las ruinas del castillo de Schlossberg, está curzada por el río Weiss, cuyas orillas une un puente fortificado. Bergheim, antigua villa romana , es la única que conserva sus murallas  casi al completo y el tilo más antiguo de la región, de 1313. Era lugar de asilo para los prófugos de la justicia, como recuerda el Lakmi esculpido en una de sus entradas que se burla del exterior enseñando sus posaderas y la lengua.

La señorial Obernai está los pies del monte Sainte-Odile. patrona de Alsacia, quien ciega de nacimiento, obtuvo la visión al ser bautizada. En su cima con unas magníficas vistas de la llanura alsaciana, hay un convento fundado por la santa en 680, una de cuyas fuentes, dicen, tiene propiedades curativas. La religión siempre estuvo presente en esta zona, como atestiguan los cruceros en las entradas de los pueblos. Aquí convivieron y también guerrearon, durante siglos católicos y protestante sin olvidar que Alsacia también contó con una importante comunidad judía, como se aprecia en Obernai, Turckheim,  o Bergheim...

Colmar y Estrasburgo, capital de Alsacia y sede del Consejo y del Parlamento europeos, son paradas obligadas. La primera ciudad hay que disfrutarla callejeando, viendo sus llamativas  mansiones renacentistas  y sus casas medievales asomadas al río Lauch; y sus museos, como el del colmariano Auguste Bartholdi, escultor de la Estatua de la Libertad l Urtenlinden, en un antiguo convento dominico, en el que destaca el sin igual Retablo de Isenheim, de Matías Grünewald. 

En Estrasburgo impresiona su rojiza catedral emergiendo de entre las callejuelas que la rodean, al igual que a su costado la emblemática Casa Kammerzell, del siglo XV, cubierta de delicada tallas de madera, o los frescos medievales de la menos conocida  iglesia de Saint-Pierre-le-Jeune. El casco viejo está lleno de restaurantes y cervecerías  como Au Brasseur, frecuentada  por los estudiantes de esta ciudad universitaria que tuvo a Goethe como alumno y a Gutenberg entre sus vecinos. No menos animadas son las retorcidas callejuelas del barrio de la Petite France, plagadas de casa del siglo XVI y bonitos restaurantes como Au Pont Saint-Martin, donde cenar  mirando al río. La ciudad tiene una amplia oferta cultural de la que sobresalen su Museo de Arte Moderno y Contemporáneo -con obras de Klee, Klimt, Duchamp y Monet- y el de Bellas Artes -Rafael, Rubens, Canaletto y Goya- en el palacio Rohan, sede de los antiguos príncipes-obispos...

Manuel Floretin. El viajero. El País. Guía de 2023.

viernes, 14 de julio de 2023

El festival de Annecy: La animación independiente como último refugio creativo

Mientras la inteligencia artificial, la huelga de guionistas o los recientes despidos masivos que han afectado a grandes estudios como los de Walt Disney son el centro de la conversación en la industria de Hollywood, al otro lado del globo, en el festival internacional de cine de animación de Annecy, se habla de las tres p: pasión, perseverancia y paciencia. Tres palabras que resumen a un grupo de profesionales que no deja de practicar una forma de arte en general confundida con un género infantil y tan artesanal en su realización que muchos comparan con "ver la hierba crecer".

Este es el espíritu que durante una semana, del domingo 11 al pasado sábado, ha llevado a una cifra récord de profesionales de la animación (cerca de 16,000 en esta edición) a la ciudad francesa de Annecy donde hace casi seis décadas  nació el festival más importante en el campo de la animación  y la segunda cita cinematográfica más destacada en Francia, solo por detrás de Cannes. Guillermo del Toro que ha decidido volcarse en el formato tras su éxito con Pinocho y que ha sido una de las estrellas en esta edición, describe a los profesionales que  se dan cita en Annecy en estos términos: "Somos los más raros, los que la familia da por perdidos, pero eso es bueno y aquí estamos entre los nuestros. Los animadores somos raritos y los que se dedican a la stop motion, más todavía". Del Toro se ha situado en el centro de esta industria, ayudando económicamente a leyendas de la animación independiente como Bill Plympton a terminar du último largometraje, Slide (en competición en Annecy) o potenciando iniciativas  como el programa de animación  de la Universidad de Guadalajara o el Taller del Chucho -estudio que puso en marcha con Pinocho- y ejerció de embajador en el festival de México, país invitado este año.

España también estuvo presente, como una de las delegaciones más numerosas, y se llevó uno de los principales galardones, el Gran Premio de la sección Contrechamp para Robot Dreams, el debut en este formato de Pablo Berger. Por Annecy también desfilaron los grandes de Hollywood con estrenos como los de Elemental (Pixar), Ruby Giiman Teenage Kraken (Dream Works) o Nimona (Netflix), además de presentaciones como la del próximo musical animado de Alan Menken, Spellbound, con las voces de Javier Bardem y Nicole Kidman, o Wish, el largometraje con el que Disney quiere celebrar su centenario...

Rocío Ayuso. El País, lunes 19 de junio de 2023.

jueves, 13 de julio de 2023

El escritor que robó el corazón de Voltaire

François-Henri Désérable

La primera vez que François-Henri Désérable se sintió escritor fue en un cancha de hockey sobre hielo. Acababa de publicar  Muestra mi cabeza al pueblo (2013), un libro de relatos en el que combina ficción y realidad para recrear los últimos momentos de diez de las grandes figuras de la Revolución francesa, justo cuando se encuentran frente al cadalso. Désérable (Amiens, 1987) jugaba para el equipo de Montpellier y se enfrentaba al Mulhouse. "La hinchada en contra era muy fuerte y ruidosa. Cada vez que ponía mis patines sobre el hielo, ellos cantaban: Mostraremos tu cabeza al pueblo. Se apropiaron del título de mi libro para decirme que me quería guillotinar".

Salió entero y vivo de ese partido, que, si bien no fue el último, si empezó a marcar el final de su carrera como jugador profesional: Désérable se consagró a las letras tras el prometedor Muestra mi cabeza al pueblo que le valió su billete de entrada a la colección Blanche de Gallimard -una de las editoriales más prestigiosas del mundo- cuando tenía 26 años.Con su segunda novela Évariste, que narra la vida fulgurante del matemático Évariste Galois, la crítica coincidió: se trataba de una verdadera revelación literaria. Su tercera obra, Un tal Sr.Piekielny, disipó cualquier duda. Con ella Désérable fue un firme candidato a los premios Goncourt y Renaudot.

Pero fue con la cuarta, Mi dueño y mi señor (publicada el año pasado en español), que vino la coronación. No solo se llevó el Gran Premio de la Academia Francesa, sino que conquistó a un mayor número de lectores. Una novela ágil, ingeniosa, divertida, íntima, de tintes eruditos y cruelmente realista sobre el matrimonio y la vida de pareja.

Hablemos de la Biblioteca Nacional de Francia, un lugar esencial en la trama de Mi dueño y mi señor...

Fui invitado a la biblioteca en el marco de una residencia que, durante un mes, me permitió tener libre acceso a todas las salas; entre ellos, a la reserva de libros raros y antiguos que guarda grandes tesoros, como la biblia de Gutenberg o los manuscritos  de En busca del tiempo perdido. Al término de la residencia, debía escribir un texto y había pensado hacerlo sobre esa sala, pero después me di cuenta de que el corazón de Voltaire se preservaba en el Salón de Honor, una gran sala vacía donde hay una estatua suya, en cuyo pedestal se puso su corazón con una placa conmemorativa. Cuando la vi, me dije: "Es muy fácil robarlo". Entonces una tarde robé el corazón de Voltaire y lo tuve sobre la repisa de mi chimenea durante unos días. Escribí sobre eso y a la semana siguiente leí el texto en la biblioteca y devolví el corazón. Sigo agradecido de que no me hayan denunciado, aunque habría podido alegar una performance artística. Esa era mi coartada literaria.

Este episodio del robo se lo prestó a Vasco, protagonista de su novela...

Sí. Hay episodios que fueron sacados de mi vida: los manuscritos, el robo del corazón de Volataire y la pena amorosa, porque uno no puede pretender escribir sobre la tristeza de una pasión amorosa sin haber padecido una. Lo demás es ficción.

O sea que la novela se basa en una historia personal?

Una de las razones por las que hay cuatro años entre Un tal Sr, Piekielny y Mi dueño y mi señor es porque no podía concentrarme en otra cosa que no fuera la tristeza en la que estaba. Al principio escribí poemas y, tras seis meses, decidí construir una ficción alrededor de los poemas.

Siempre que habla de este libro hace una distinción entre la pasión amorosa y el amor. ¿Cómo explica esa diferencia?

Un amor puede ser apasionante sin ser pasional. En cambio, la pasión amorosa viene con su cortejo de aflicción, porque es un amor imposible. Es algo muy exaltante pero terrible, porque uno sabe que se dirige hacia un final mortífero. Es un duelo por una persona que todavía está viva, que otros pueden ver, tocar y oler y que para uno no existe más. El año que viví eso murió una persona que contaba mucho en mi vida y su ausencia fue menos difícil de superar que la pena de amor. La persona había muerto para todo el mundo. Había una especie de disolución del infortunio, mientras que en mi pena amorosa estaba solo con mi dolor y mi pérdida...

Melissa Serrato. París. El Tiempo, 11 de marzo de 2023

miércoles, 12 de julio de 2023

"La libertad es frágil como los higos"

Fotograma de Entre las higueras
Retratar un país desde debajo de una higuera no es fácil, pero la cineasta tunecina Erige Sehiri (Lyon, Francia; 40 años) lo logra. Lo hace con una película tierna y difícil a la vez, Entre las higueras, en la que conviven las distintas generaciones en el campo de Túnez, un país divido por un hito histórico: la revolución de 2011. Sehiri creció en la banlieue de Lyon, una de esas periferias francesas pobladas de hijos de migrantes que ardieron exigiendo igualdad. Años después regresó a Túnez al calor de la revolución  que se propagó por el mundo árabe. Volvía optimista por el futuro de su país de origen. Hoy pertenece a la generación de la decepción, la que se plantea abandonar Túnez si no lo ha hecho ya. Sehiri piensa que no todo fue en balde, que los jóvenes son ahora más conscientes de sus derechos. Esos jóvenes son los que desfilan por su película, que ha pasado por los grandes festivales, incluido Cannes, y que llegará a los cines en España este verano. El viernes inauguró el Festival de Cine Africano que se celebra entre Tánger y Tarifa, entre las dos orillas del mar que baña su querida Túnez.

P.- ¿Le marcó haber crecido en Minguettes, en la periferia francesa?

R.- Crecí en el ambiente de las marchas contra el racismo, por la igualdad. A mis padres les daba miedo que saliera a a calle, así que veía las protestas callejeras desde la ventana. Me quedaba allí mirando como si fuera una pantalla. Creo que así empecé a hacer cine.

P.- ¿Qué dice su película de su país?

R.- Es un microcosmos del Túnez rural a través de distintas generaciones. Es como una fotografía. El cuadro es luminoso, pero a la vez, los jornaleros se asfixian debajo de las higueras. La libertad es frágil como los higos. En Túnez somos libres, pero nuestras libertades son frágiles. Las de las mujeres y las de los trabajadores que salen en la película también.

P.- ¿No sirvió para nada la revolución?

R.-La manera en se expresan las mujeres es más libre y se nota que son mujeres que han vivido la revolución. Puede que las estructuras laborales o políticas no hayan cambiado, pero sí ha cambiado la manera en la que los jóvenes abordan las cosas. Es una generación que tiene más conciencia de sus derechos.

P.- La situación económica no ayuda.

R.- Es peor que antes, hay más precariedad. El protagonista de la película roba higos, lo que da una idea de hasta qué punto llega la precariedad.

 P.-¿Cómo son esos jóvenes que usted retrata y que no vivieron la revolución?

R.- No siguen la política, pero están politizados en el sentido de que tienen conciencia de sus derechos. Por cómo se enfrentan a las autoridades y por cómo se expresan. No están decepcionados como nosotros, pero son conscientes de su falta de oportunidades porque están conectados con el exterior. De alguna manera, son demasiado avanzados para su propio país. El problema es que sus ideas y sus sueños de libertad no se hacen realidad y al final, si pueden, emigran fuera del país o dentro, del interior a la costa.

P.- Hizo el camino inverso. Volvió a Túnez porque tenía esperanza en la revolución. ¿Ahora qué?

R,- Es el peor momento para hacer la pregunta, porque nos enfrentamos a un futuro incierto. Ya no hay la misma energía y hay una fuerte crisis económica. Aun así, yo creo en los combates pequeños.

P.- ¿Los cotidianos?

R.- Sí, los individuales. Hay mucho por hacer. La justicia, la corrupción, la violencia de género. Las leyes existen, pero hay que pelear para que se apliquen . No sabemos hacia dónde vamos.

P.- ¿Se plantea irse otra vez?

R.- Puede ser. La mayoría de mis amigos, de los activistas, los periodistas que estaban ahí durante la revolución han vuelto. Yo tengo libertad para hacer las películas que quiera, para hablar de lo que quiera, pero las libertades son frágiles. Estamos viendo detenciones de periodistas.

Ana Carbajosa. Tánger. El País, jueves 4 de mayo de 2023.

martes, 11 de julio de 2023

Manet y Degas, mejores enemigos

Édouard Monet y su esposa, obra de Degas.

Manet y Degas se conocieron hacia 1860 en el Louvre, mientras el segundo, de 27 años, copiaba La princesa Margarita de Velázquez, sobre una lámina de cobre, sin dibujo previo, como entonces era costumbre. A Manet, solo dos años mayor, le fascinó su atrevimiento. Fue el principio de una amistad breve pero intensa, hecha de emulación y también de rivalidad. Terminó cuando se pelearon en torno a otro cuadro: Édouard Manet y su esposa, pintado casi una década después, que disgustó profundamente al matrimonio. Descontento con el retrato de su mujer a la que veía deformada por la ineptitud de su amigo, Manet decidió cortar la obra por la mitad para sacar a su esposa del lienzo. Degas no soportó que mutilara su obra, se la llevó a su casa y le devolvió un bodegón que Manet le había regalado. Sería el principio del fin entre ambos.

Ese cuadro se encuentra al inicio de Manet/Degas, la gran exposición que el Museo de Orsay dedica a la relación entre ambos pintores, que se puede visitar en París hasta el 23 de julio antes de viajar al Metropolitan Museum de Nueva York durante el otoño. Esa cercanía convertida en enemistad es, en gran parte, una leyenda, ya que apenas se conservan cartas u otros escritos  que documenten la realidad de su relación. La apuesta de la exposición es observarla en los cuadros que ambos pintaron, en los que ese tenso diálogo es innegable.

La muestra reúne 200 obras, muchas de ellas valiosos préstamos de colecciones europeas y estadounidenses, que reflejan lo mucho que tenían en común. Hijos de la burguesía parisiense, los dos nacieron durante la década de 1830, frecuentaron los mismos círculos -como el cenáculo del café Guerbois, en la frontera entre Montmartre y Batignolles, por el que también pasaron Monet, Renoir, Sisley o Zola-, demostraron los mismos intereses temáticos y tuvieron la misma necesidad de reconocimiento. También contribuyeron a forjar la vanguardia que constituiría el impresionismo, aunque Manet nunca quiso asociarse oficialmente al movimiento.

Por apego a la independencia, ninguno de los dos tuvo una formación clásica, si bien Degas pasó brevemente por la Escuela de Bellas Artes de París. Aprendieron copiando, trasladando el legado de aquellos grandes maestros a los que veneraban al tiempo presente: por ejemplo, Manet emuló a Tiziano en su Olympia y a Chardin en Las burbujas de jabón. Estuvieron en los mismos bistrots y burdeles, donde observaron escenas de la vida urbana y recogieron en sus lienzos "lo transitorio, o fugaz, y lo contingente ", como el resto de pintores de la vida moderna.

Aun así, también existían diferencias entre ambos. Manet que era posromántico confeso, admiraba a los españoles, mientras que Degas seguía a Ingres y a los italianos, privilegiaba el dibujo y el trazo preciso. El primero ers una animal social y mundano, un seductor nato que siempre perseguía el aplauso, mientras que el segundo, orgulloso de su misantropía, era más discreto y reservado, e impedía que los curiosos entraran en su atelier, que consideraba una especie de laboratorio. "Es más vanidoso que inteligente", solía decir Degas de su mejor enemigo.

Manet logró la fama una década antes: hacia 1860, ya era una figura central del arte parisiense y había expuesto en el sacrosanto Salon, mientras que Degas seguía siendo un desconocido. "La diferencia se equilibrará una década más tarde, por el papel que el segundo tuvo en la organización de las exposiciones a partir de 1874", señala la comisaria de la muestra, Isolde Pludermacher, que insiste en que ninguno de los fue, como se dice a menudo, un pintor maldito.

Incluso después de su enfado, la conversación entre ambos fue permanente a través de sus cuadros. A media exposición, aparece la famosa Escena de la carrera de obstáculos (1866) de Degas, con su jinete caído en primer plano. Y a su lado, el no menos célebre Torero muerto (1864-68) de Manet, préstamo de la National Gallery de Washington, segunda versión de una composición de mayor tamaño que reoresentaba  una corrida desde un plano más general. Ante las críticas recibidas, Manet decidió centrar el cuadro en la figura del matador, con lo que conquistó todos los apalausos. Su amigo lo consideró un plagio indudable...

Álex Vicente. París. el País, lunes 26 de junio de 2023.