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martes, 3 de octubre de 2023

Arte. Proteger los tesoros frente al cambio climático

"Felipe IV a caballo", retocada para concienciar de cambio climático/
 Museo del prado
Unas veces parece que se inunda el mundo. Otras que se quema. Rodas y Corfú (Grecia), Palermo y Mesina (Italia). Cascais (Portugal) o Quebec (Canadá). Quema el suelo de la tierra. El calor burbujea el mercurio y acorrala también el patrimonio artístico. La emergencia climática desciende hasta el infierno de Dante. El Prado y El Reina Sofía son las grandes preocupaciones de España. La casa de Goya está más amenazada por las aguas que por las llamas: en el subsuelo fluye un arroyo y las ciclogénesis explosivas son imprevisibles. La pinacoteca tiene un un protocolo de seguridad que no hace público. Algunos cuadros están geolocalizados con chips. Pocos, es una tecnología cara. El Reina Sofía -relata Manuela Gómez, restauradora de pintura- escribe sobre el granito de sus muros las reglas. La temperatura en las zonas expositivas es de 20º centígrados. Y se admite una variación de 12. Idéntico margen  con la humedad (50%). Pero llevan años trabajando en un plan de seguridad (Procoes). En las salas habrá equipos EPI (similares a los utilizados por los sanitarios durante la pandemia) y mantas ignífugas. Además un sistema digital de alarma conectará con los bomberos, de manera que la pantalla les mostrará cuál es el problema y en qué lugar ha surgido, y podrán armar una estrategia al instante. Porque el tiempo -el del reloj- escoge en segundos o minutos  si un picasso se conserva o se destruye. (...)

Una obra de arte reposa en el centro de conservación 
que posee elLouvre en Liévin (Francia)
Dmitry Kostyukov The New York T
Huyendo del agua, el Louvre trasladará 250.000 obras en 2024 a su centro de conservación en la comuna de Liévin, al norte de Francia y a una hora de París en tren de alta velocidad (TGV). "Quizá, aseguran ,"supone el mayor movimiento de piezas de la historia. Era obligatorio: las riberas del Sena, donde se sitúa el museo, son muy vulnerables a las inundaciones. Algunas de sus galerías y almacenes están cas bajo el río, con lo cual una crecida sería arriesgar cientos de obras. Solo un irresponsable pondría en peligro sus caravaggios, leonardos o goyas... 

Miguel Ángel García Vega. El País Semanal, 23 de septiembre de 2023.

sábado, 1 de octubre de 2022

Trío perfecto en Fontevraud, la mayor abadía de Europa

 El Museo Regional de Arte Moderno de Fontevraud. (Studio Costance Guisset)

En pleno Valle del Loira, el nuevo Museo de Arte Moderno viene a completar la oferta de la abadía más grande Europa, ya que cuenta con  un hotel y un restaurante cuyo chef se rige por el calendario lunar. Nació con el objetivo de convertirse en una "ciudad ideal" en la que convivieran en armonía ricos y pobres, niños y prostitutas, panaderos e intelectuales, leprosos y sanos y, sobre todo, hombres y mujeres. De ahí que la
abadía de Fontevraud, fundada hace 920 años en el Valle del Loira francés, fuera el primer complejo monástico mixto del mundo. No solo eso, sino que sus máximos responsables siempre fueron abadesas y no abades. Un total de 36 gobernó el lugar hasta la Revolución Francesa, cuando pasó al Estado a causa de la desamortización.

Luego llegaría Napoleón, su curioso salvador, al transformarla en la cárcel más dura y temible de Francia, haciendo que sus edificios no acabaran siendo carne de cantera, como pasó con la de Cluny. No en vano, la de Fontevraud se construyó en la elegante piedra de toba blanca típica de la zona, al igual que los castillos que dan fama al valle.

Pero empecemos por el principio, cuando Roberto d'Abrissel, un predicador con mucho don de gentes, logró crear la que aún es la abadía más grande de Europa (sus 14 hectáreas dan fe), en la que vivieron 900 personas. Había de todo ahí dentro: cuatro iglesias, monasterios, celdas, establos, cocinas... y una regla general: las mujeres trabajaban menos, comían mejor y bebían más vino.

¿Primera comuna feminista de la historia? "Para nada, se buscaba que los hombres fuesen directamente al cielo al morir tras haber sufrido tanto en vida por las mujeres", aclara Zoe Woz niak, guía de la abadía, en la que hoy cohabitan un hotel, un restaurante, un bar, un centro de congresos, una residencia de artistas y hasta la necrópolis de los Plantagenet, benefactores y reyes de Inglaterra, donde reposan los restos de Leonor de Aquitania y Ricardo Corazón de León. "Por ellos es una abadía real", añade Wozniak frente a la escultura funeraria de Leonor, que vivió aquí un tiempo.

El espacio, Patrimonio de la Unesco, recupera el fin por el que se construyó, ser "una ciudad ideal, pero en torno a la cultura", recalca Christelle Morançais, presidenta de la región de Pays de la Loire (Loira Atlántico en su traducción al español), en la que se encuentra Fontevraud. Es más, cuando dejó de funcionar como prisión en 1963, pasó a depender del Ministerio de Cultura, que lo convirtió en el Centro Cultural del Oeste. El último a sumarse a sus filas, es el Museo de Arte Moderno, por fin inaugurado tras varios retrasos por la pandemia.

Vista exterior del nuevo Museo en la Fannerie de la Abadía de Fontevraud

La nueva joya de 1.200 metros cuadrados tiene dos padres, Martine y Léon Cligman, una pareja de coleccionistas que han donado las 900 obras expuestas en la Fannerie, donde se almacenaba el heno junto a los caballos. Allí guardan ahora piezas figurativas de los siglos XIX y XX de Toulouse-Lautrec, Degas, Rodin, André Derain o Juan Gris mezcladas con objetos de civilizaciones precolombinas, mesopotámicas, africanas u oceánicas como máscaras funerarias o esculturas antropomórficas. La idea es "juntarlas, confrontarlas, yuxtaponerlas", explica Dominique Gagneux, conservadora jefe del Patrimonio y responsable del diseño del museo. "Todo se centra en el diálogo de las formas, de manera que el visitante puede descubrir el museo imaginario de los coleccionistas, sus auténticas pasiones, a través de una experiencia visual diferente... Es el caso del bodegón Palabras cruzadas de Juan Gris, opuesto físicamente a la cabeza de una estatua femenina griega. El busto de Balzac firmado por Rodin planta cara, en cambio, unos pasos más allá, a una máscara animal de 1880.

Fuera, la oferta de Fontevraud sigue en su hostal de diseño y cuatro estrellas erigido en el priorato de San Lázaro, en el que vivía la sección femenina de la abadía. Al llegar a la recepción dejan claro que el hotel se rige por el capítulo 53 de la Regla de San Benito, un código de conducta del día a día monacal que copió D'Abrissel. ¿Palabra clave? Hospitalidad. "O el arte de recibir, cuidar y deleitar al huésped", apunta su director...

Isabel García. Francia. El Mundo Viajes, 1 de diciembre de 2021.

sábado, 22 de enero de 2022

Una visita al Parque Astérix

 Copyright - GP SNCF
Hay un lugar donde puedes cotillear en casa de Obélix (siempre hay un jabalí en el asador y cascos romanos abollados en la ventana), contemplar a Cleopatra navegando en su barco, enrolarte en las legiones, ver pasar volando un menhir y sentir, si no que el cielo cae sobre tu cabeza, sí que te precipitas vertiginosamente de lo alto con los pies hacia arriba: ¡por Tutatis, vaya montaña rusa! Es el Parque Astérix (Parc Astérix) en Plailly, en el norte de Francia, a 35 kilómetros de París, un recinto temático de 40 atracciones y espectáculos que ofrece mucha diversión para toda la familia y hace las delicias de los fanes de los galos irreductibles de Goscinny y Uderzo.

En el parque, según ha podido apreciar este enviado especial, tienes la posibilidad de vivir, si uno se atreve, sensaciones fuertes como las que proporciona o más bien inflige Oziris, una montaña rusa de aquí te espero en la zona ambientada en el Egipto de Astérix y Cleopatra, y en la que literalmente vuelas cabeza abajo haciendo loopings vertiginosos. A los pusilánimes  ("timidus es homo qui futura praevidere potest", que diría Patapalo) siempre nos quedarán atracciones del estilo de Les Petits Drakkars, un paseíto en barquitos como el de los desgraciados piratas de Barbarroja a los que echan a pique indefectiblemente  Astérix y Obélix. El parque ofrece también momentos divertidísimos como el pase de la película en 4D de Estudios Idéfix Attention Menhir!, que se proyecta en una sala con butacas dinámicas capaces de hacerte sentir que saltas, corres o te salpican la cara mientras de la pantalla emerge de forma tan real uno de los megalitos lanzados por Obélix que hace que te agaches para que no te aplaste...

La reconstrucción de la aldea gala es encantadora, puedes deambular por ella  y visitar las casas de los principales personajes. La visita al parque con el último libro (el 39), Astérix tras las huellas del grifo, bajo el brazo tiene la gracia de que, aunque has de ir bien abrigado, te parece que hace menos frío: la historia, muy buena, de Jean-Yves Ferri y Didier Conrad transcurre en las nevadas y gélidas tierras de los sármatas, en los confines del Barbicarum...

El parque que ocupa 80 hectáreas (34 del recinto propiamente dicho, 26 del aparcamiento y 20 de los tres hoteles del complejo) funciona desde hace 32 años en los que no ha parado de evolucionar y ampliarse, y en el curso de los cuales ha atraído a más de 50 millones de visitantes. Paradójicamente, el Parque Astérix, el segundo de Francia en importancia tras Disneyland París, es poco conocido en España, pese a que los españoles se cuentan entre los mayores lectores de los álbumes de los célebres galos, por detrás de los franceses y los alemanes.

Uno de los objetivos de la dirección del recinto es conseguir que acudan más visitantes de nuestro país en el convencimiento, según expresa el director adjunto de la explotación del parque, Sébastien Retailleau, de que reúne atractivos de sobra para conseguirlo. A tal efecto se han conjurado como "aliados estratégicos" el Parque Astérix, la editorial Salvat, editora en España de las aventuras de los galos, y Renfe-SNCF en cooperación, que llevan viajeros en alta velocidad de Barcelona a la Gare de Lyon de París (desde donde hay lanzaderas)...

Jacinto Antón. París. El País, viernes 24 de diciembre de 2021.