miércoles, 31 de enero de 2024

Honrar el legado de Marie Curie

Instituto del Radio, legado de Marie Curie. (Dimitar Dilkoff / AFP )

Es la historia de un dilema. El de como preservar el legado de Marie Curie (1867-1934), pionera de las investigaciones sobre radiactividad  y única mujer en ganar dos premios Nobel. En el centro, un pequeño edificio de ladrillos claros, cuya destrucción fue suspendida in extremis por el Ministerio de Cultura francés. El instituto al que la científica dio su nombre quiere derribarlo para construir un centro pionero en la investigación del cáncer. Los defensores del patrimonio quieren protegerlo y afirman que formaba parte integral de los laboratorios de la laureada. Las autoridades tienen ahora la última palabra.

El capítulo sigue abierto. La exministra de Cultura Rima Abdul Malak anunció a inicios de enero que había acordado con el presidente del Instituto Curie, Thierry Philip, suspender la demolición del Pavillon des Sources. La decisión es momentánea y sirve para examinar todas las alternativas posibles. Desde entonces, los argumentos de ambas partes se suceden en artículos, tribunas y redes sociales. Y el Gobierno del presidente Emmanuel Macron nombró a una nueva ministra en el cargo, Rachida Dati, hasta ahora jefe de filas de la oposición conservadora en el Ayuntamiento de París.

El edificio que cristaliza las tensiones es de dos pisos y mide poco más de 100 metros cuadrados. Está en el Barrio Latino, situado en la rive gauche, la orilla izquierda del Sena. Al lado están la Universidad de la Sorbona y el Panteón, donde reposan algunas de las máximas personalidades francesas. Entre ellas Marie Curie y su esposo Pierre, galardonados con el Nobel de Física en 1903 por su trabajo sobre la radiactividad. Ocho años después, la científica gana otro Nobel, esta vez de química, por el descubrimiento del polonio y el radio, dos elementos radiactivos.

Los galardones, además de otorgarles visibilidad, les permitieron mejorar sus condiciones de trabajo y crear el Instituto de Radio en 1914. Su heredero es el actual Instituto Curie, hospital y centro de investigación especializado en la lucha contra el cáncer. El edificio en cuestión está vacío desde finales de la primera década de este siglo. Las rejas colocadas para su derribo impiden acercarse demasiado. A su alrededor, un pequeño jardín con árboles plantados por la propia Curie. De un lado y otro dos inmuebles: el Pavillon Curie, donde la científica tenía su laboratorio y que hoy alberga un museo, y el Pavillon Pasteur. El conjunto fue diseñado por el arquitecto Henri-Paul Nénot. 

"No se pueden separar, van juntos", exclama por teléfono Baptiste Gianeselli, un parisino de 42 años que lanzó la voz de alarma. Férreo defensor del patrimonio y detrás de varias otras peticiones, recuerda que la familia Curie descubrió la radiactividad artificial e inducida en ese mismo lugar. "Sin el Pavillon des Sources no hubiera sido posible", insiste.

El espacio, una suerte de anexo, no era el laboratorio de Curie como tal, pero sirvió para almacenar materiales y residuos. El museo Curie detalla que la científica lo usó para fabricar ampollas de emanación de radio, destinadas en ese momento a los hospitales militares, que las usaban para aseptizar heridas de la I Guerra Mundial. Pocos años después, serán usadas para tratar cánceres.

El edificio y su uso constituyen el meollo de la polémica. En febrero de 2023, el Instituto Curie obtuvo el permiso de demolerlo del Ayuntamiento de París. El objetivo es construir ahí un laboratorio de cinco pisos y 2.400 metros cuadrados, Un proyecto de 12 millones de euros que servirá para desarrollar nuevos compuestos químicos para frenar el desarrollo de tumores. S paralización genera preocupación. Y cierta incomprensión. (...)

Nadie discute su legado, La pregunta es cómo reivindicarlo. Zanjar un debate entre memoria y ciencia viva. El director del museo Curie, Renaud Huynh, entiende ambas partes. "Es una tensión que existe por naturaleza entre ciencia y patrimonio", resalta a este diario. Su oficina da al edificio y al jardín. Detrás de un banco hay un pequeño busto de Marie y Pierre. A unos pasos un cartel, con una foto fechada en 1923. Es ella en su balcón, observando el pequeño espacio verde. Al final, añade Huynh, "la decisión será política".

Sara González. París. El País, martes 23 de enero de 2024.

martes, 30 de enero de 2024

El mercado calienta la cerámica de Picasso

Desde que Picasso aprendió a hacer que la tierra ardiera nada volvió a ser igual. Transformó un oficio -la alfarería- en un arte. En 2023 (hasta el 11 de noviembre, según la plataforma especializada Mutualart) se vendieron en esta categoría picassiana de "artes decorativas" obras por valor de 15,7 millones millones de euros. Sobre el atril se ofrecieron 1.468 cerámicas, de las que 1.098 fueron adjudicadas. Pero algunas sesiones lograron el pleno. El 30 de octubre la sala Christie's puso en el mercado 89 piezas. Todas vendidas. Algo más de tres millones para la casa. Su gran competidor, Sotheby's, también comprobó que el fuego del genio es rentable. Celebró dos ventas de cerámicas, una en abril (Londres) y otra en septiembre (Nueva York). Sumaban 176 obras editadas. El 96% encontró comprador. Pujaron coleccionistas de 35 países. Y hubo sorpresas. Visage aux yeux rieurs (Cara con ojos risueños), un jarro torneado alcanzó un precio de 153.000 euros, récord mundial para esa arcilla blanca conocida. Alguien puede pensar que suena "razonable" hablando de Picasso. Pero es una cerámica reproducida 350 veces y su precio de salida eran 46.000 euros.

Han sucedido muchas cosas antes de llegar aquí. Algunas en vida del maestro, otras tras su muerte. No existe un catálogo razonado de todo su trabajo en cerámica. Se calcula que hay 3.500 obras únicas, sin embargo, faltan, al menos, unas 1.000 que nunca han sido expuestas o publicadas. "Además, ha habido un cambio radical en la historiografía, ya no son los 'cachivaques de la vejez del artista'. Los investigadores se han interesado por su creación y diversas exposiciones pusieron su cerámica en valor", desgrana Salvador Haro, catedrático de pintura de la Universidad de Málaga y uno de los principales expertos mundiales en esta expresión, donde Picasso mezclaba agua, fuego y arcilla...

"Antes que Picasso", apunta Haro, "otros pintores se habían aproximado a las artes del fuego: Gauguin, Matisse, Rouault, Marquet, Dufy, Montana, Kandisky. Sin embargo, sus actuaciones en este medio, muchas veces eventuales, no habían supuesto una verdadera aceptación por la crítica". El demiurgo había reinventado la expresión artística del siglo XX y la alfarería no sería una excepción. Ni tampoco el tiempo.

Hacía un año que se había firmado el armisticio de la II Guerra Mundial. En aquel momento, Picasso veraneaba junto a Françoise Gilot en la Costa Azul. Una tarde se acercaron a la exposición de productos artesanales cerca de Vllauris. Un centro alfarero desde los tiempos de los romanos que el artista ya había visitado en 1936 con Dora Maar y el poeta Paul Éluard. Quedó fascinado al ver a los alfareros levantar el barro. Con esa agua y ese tierra conoció al matrimonio Ramié, que había reabierto una vieja fábrica llamada Madoura. Por la tarde ya estaba sentado frente al torno. Había surgido un fuego que alimentaba sistemáticamente...

Miguel Á. García Vega. Madrid. El País, miércoles 10 de enero de 2024.

lunes, 29 de enero de 2024

Vuelve, luminoso, el universo Dumas

Tras un año de espera, los mosqueteros de Alejandro Dumas, en su nueva reencarnación han vuelto. Rodada prácticamente al mismo tiempo que su predecesora, comparte con ella la envidiable virtud de revitalizar sin complejos el ethos heroico, caballeresco y hasta si se quiere un tanto chovinista de la aventura histórica a la francesa. Frente a una invasión constante de fantasías adolescentes angloamericanas elevadas al rango del discurso ideológico y moral supuestamente adulto -de Star Wars a los sobreexplotados universos Marvel o DC, pasando por una miríada de variantes igualmente banales-, Martin Bourboulon y los guionistas Alexandre de la Patellière y Mathieu Delaporte, construyen con inteligencia, pasión y sentido del espectáculo una respuesta a esta tan eficaz como admirable. Un Universo Dumas que no se priva, por supuesto de poner al día las obras y personajes originales del escritor, pero guardando por ellas un profundo respeto. 

Los tres mosqueteros: Milady arranca, como no podía ser de otra manera, con un breve resumen de su primera parte, para arrastrarnos pronto a un torbellino de capas y espadas, persecuciones e intrigas, con un ritmo trepidante y fluido. Bourboulon ha tomado la decisión de aclarar un tanto la imagen excesivamente oscura y tenebrista de su anterior filme, jugando con la colorimetría para conseguir unos tonos más luminosos y suaves. La acción sigue siendo inmersiva, violenta y realista, sin carecer de momentos épicos de clasicismo formal impecable: cabalgadas y panorámicas en grandes planos generales, contra paisajes arrebatadoramente románticos y pictóricos.

Pero no es solo con la estética con lo que juegan Bourboulon y sus guionistas. También lo hacen, y mucho, con las expectativas argumentales preconcebidas por quienes conocemos bien las aventuras de los mosqueteros, tanto literarias como cinematográficas. Es aquí donde muestran su habilidad y sutileza. 

En Milady, gran parte de la acción se centra en el duelo, metafórico y literal, entre el personaje encarnado por Eva Green con matices de femme fatal gótica, casi decadentista, y el ahora ya más maduro y decidido D'Artagnan, felizmente interpretado por François Civil. Esta Milady con rostro de Salomé simbolista, digna de Franz von Stuck o Klint, es por supuesto, una mujer poderosa, con muchas y graves razones para haberse convertido en quien es: una espía, asesina y seductora al servicio del mejor postor. Partiendo de esta base, el filme introduce elementos que, evitando traicionar el espíritu del personaje de Dumas, lo justifican y suavizan en cierta medida, sin perder nunca su identidad como antiheroína. Otro tanto demuestran los creadores de esta nueva versión al introducir  el personaje del mosquetero negro Aníbal, a cargo de Ralph Amousson. Lejos de ser un desesperado invento inclusivo, se inspira en un auténtico príncipe africano Aniaba, "ahijado" de Luis XIV. Que su historia  se adelante unas cuantas décadas, es solo un anacronismo que se suma a los muchos acumulados por el propio Alejandro Dumas. Esto es aventura histórica, ficción, y no una lección de Historia...

Jesús Palacios. El Cultural, 26-1-2024.

domingo, 28 de enero de 2024

El intelectual francés se resiste a morir

Jean Paul Sartre y Michel Foucault.
Gerard-Aime (Gamma-Rapho / GETTY IMAGES)

Es inconcebible Francia sin la baguette, el Monte Saint-Michel y la Torre Eiffel. Y sin otra figura tan típica y tópica como las mencionadas: la del intelectual. Es parte del paisaje, como sabía Audrey Hepburn, que en el musical Funny face (Una cara con ángel), cantaba al llegar a París: "Quiero visitar la guarida de pensadores / como Jean-Paul Sartre". Era 1957  y el autor de El ser y la nada era una estrella internacional.

De Zola, a finales del siglo XIX, a Piketty hoy, pasando por el mismo Sartre, Beauvoir, Foucault o Bourdieu, es única la relevancia de la que ha disfrutado a lo largo de las décadas en este país del escritor, el filósofo, el universitario que, además de cultivar su especialidad, interviene en la vida  pública. Para hablar de lo que sabe. Y de lo que no.

Al intello, como se le llama, de forma abreviada, se le ha dado por muerto varias veces en las últimas décadas. Muerto y enterrado. Y, sin embargo, se resiste a morir.

Intelectuales como Michel Onfray aparecen en primera plana o se les entrevista en horario de máxima audiencia para ofrecer su dictamen sobre la actualidad. Políticos como el presidente Emmanuel Macron intentan revestirse del aura intelectual, porque creen saber que, sin teoría, sin una visión que todo lo explique y le dé coherencia, nada tiene sentido en esta época. Hay quien cree que en esta época de mentiras virales y amenazas oscurantistas son más necesarios que nunca.

"Viendo lo que vemos en Francia, y por todo el mundo, pienso que todavía hay un papel para los intelectuales", dice François Dosse (París,73 años), historiador de las ideas y autor de La saga de los intelectuales franceses. 1944-1989, recién publicado en castellano por Akal, en traducción de Juanmari Madariaga, Francisco López Martín y Ana Useros Martín.

Pero todo es más complicado hoy que en la era dorada de la intelectualidad. "Como decía Paul Ricoeur", explica Dosse citando al filósofo de cuya biografía es el autor, "hoy elegimos entre opciones más complejas y menos maniqueas que antes, y las cosas ya no son entre blanco y negro, sino entre el gris y gris, aunque haya matices en el gris".

Existe una biografía extensa sobre los intelectuales (...). Con los dos volúmenes de La saga de los intelectuales franceses, Dosse ha escrito quizá la historia definitiva. Tiene las credenciales. Biógrafo de Ricoeur y estudioso del estructuralismo. Marcado por Mayo del 68, la invasión soviética de Checoslovaquia que vivió en Praga, y los estudios de la experimental universidad de Vincennes. Y más: fue él quien  puso en contacto a uno de sus alumnos aventajados en el Instituto de Estudios Políticos con Ricoeur, para que le ayudara a preparar su obra La historia, la memoria, el olvido.  El alumno se llamaba Emmanuel Macron.

Solo en Francia podría ocurrir eso, solo en el país de los intelectuales, de los pocos donde tiene prestigio. Todavía. Es una historia que viene de la Ilustración y la revolución. También, según Dosse, de "la fuerte secularización". "Los intelectuales se pusieron los hábitos de los sacerdotes y ejercieron su papel", explica, "con ese papel un poco profético de decirle a la sociedad sus males y dificultades, y las soluciones que puede aportar". (...)

"El papel de hoy de estos intelectuales es transmitir, metabolizar sus saberes para que la opinión pública y el saber sabio se acerquen", dice Dosse. "La tarea mayor es volver a dar un horizonte de expectativas , de esperanza".

La alternativa es inquietante. El autor de La saga de los intelectuales franceses cree que "una sociedad sin proyecto, una sociedad en el que el individuo no tiene proyecto, es una sociedad senil que no espera otro acontecimiento que la desaparición". Y concluye: "Si a una sociedad en crisis se le dice que no tiene proyecto ni futuro, ¿que hace? Se repliega en sí misma, en una identidad imaginaria, y en odio al otro. Es un terreno propicio para el fascismo internacional".

Marc Bassets. París. El País. domingo 21 de enero de 2024.

sábado, 27 de enero de 2024

Villa Noailles. La casa de la alegría

Villa Noailles. (Manuel Vázquez)

Moderna, luminosa y sensual, Villa Noailles fue diseñada a imagen y semejanza de sus dueños, los vizcondes de Noailles. Cien años después de su construcción, este château cubista en la Provenza no pierde su vigencia. Es más, sigue adelantándose a los tiempos.

Buscando arquitecto para su casa en la Costa Azul, los vizcondes de Noailles estuvieron a la altura de su ambición que era desmedida. Mies van der Rohe y Le Corbusier renunciaron. La tercera opción fue Robert Mallet-Stevens, modernísimo proyectista y decorador de cine que en aquel 1923 apenas tenía nada construido. Villa Noailles, su creación, suele definirse como un château cubista, pero es una obra de arte total, cual ópera wagneriana o fantasía del carnaval de Tenerife.

Algo de trampantojo hay en Villa Noailles, aunque esté en un registro estético opuesto al carnavalesco. Se da por hecho que está construida en hormigón, cuando en su mayoría se compone de piedra y ladrillos recubiertos de cemento. Así se alza sobre una colina frente a la localidad provenzal de Hyères. La novelista Edith Wharton contemplaba con desconfianza aquellos cubos desde su vecina morada neorrománica. Pero despertar suspicacias en el universo encarnado por Wharton formaba parte del placer que Marie-Laure y Charles de Noailles obtenían de todo aquello.

Mari-Laure de Noailles, de soltera Bischoffsheim (París, 1902-1970), era producto de una fabulosa mezcla de linajes: por parte de una madre noble, tenía ancestros como el marqués de Sade, y su abuela, Laure de Sevigné había servido a Proust de inspiración para la duquesa de Guermantes de En busca del tiempo perdido, lo que al parecer no le impidió ser la primera mujer en pronunciar públicamente la palabra "mierda". Por el lado paterno se extendía una estirpe de banqueros judíos germanobelgas: muertos su padre y su abuelo, niña aún, se convirtió en única heredera de una fortuna. De adolescente estuvo enamorada del escritor y artista Jean Cocteau, para horror de la familia, que respiró aliviada cuando en 1923 celebró su boda con el vizconde Charles de Noailles (París, 1891- 1981), vástago de un añejo linaje nobiliario. Sus congéneres los llamaban "los Charles": cultos y dinámicos no se conformaban con lo que aquel mundo polvoriento podía ofrecerles, y se propusieron reinar sobre la vanguardia.

 Reformaron su residencia parisiense, el florido château Bischoffsheim con la ayuda del interiorista Jean-Michel Frank, que cambió moldura y empanelados por revestimientos de pergamino y paja, sobre los que colocaron su portentosa colección  de arte: Goya, Van Dyck o Wateau convivieron así con Picasso, Balthus o Dalí (...)

La casa se pensó como residencia para el asueto invernal, cuando lo civilizado era pasar los meses fríos en el Mediterráneo y los cálidos en las costas norteñas. Pese a su aparente austeridad, contaba con elementos de confort poco comunes: calefacción central, armarios empotrados, teléfono, baño en cada habitación, y un reloj en cada estancia, diseño del artista Jourdain. Y más moderna aún era una piscina cubierta sobre la que pendía un trapecio en el que ejercitarse antes del chapuzón. Al lado un gimnasio y una pista de squash...

El mobiliario estaba firmado por Djo-Bourgeois, Chareau, Prouvé, Grey o Perriand. Los vitrales eran creación de Louis Barillet. En un jardín cubista, obra de Gabriel Guevrekian, había una escultura giratoria de Lipchitz... Durante la II Guerra Mundial, el edificio fue tomado por las tropas italianas y convertido en hospital... Tras la muerte de Marie-Laure en 1970, Charles recuperó los muebles y las obras de arte y vendió al gobierno municipal de Hyères la casa. En la década de 1990 fue restaurada  y comenzó a albergar el festival anual de moda y foto que se celebra allí desde 1985, con lo que vuelve a recibir artistas. En lo alto ondea el retrato de Marie-Laure por Man Ray: Villa Noailles sigue llena de vida.

Ianko López. El País Semanal, 28 de diciembre de 2023.

viernes, 26 de enero de 2024

Christie invoca a la reina de las hadas

Willian Christie. Foto: Vincent Pontet

En su tradicional y potente ciclo "El Universo Barroco", el CNDM juega una de sus mejores bazas y ofrece sus más señaladas ofertas. Esta temporada, y después del concierto de Le Concert de la Loge con el protagonismo del contratenor Philippe Jarousky, se nos vuelve a aparecer la figura de Willian Christie, que viene de nuevo con su Les Arts Florissants, un conjunto fundado por él hace nada menos que 44 años, al que se une otro grupo de su creación, Le Jardin des Voix, nacido en 202, en el que se foguean y aprenden tiernas voces de los más variados registros.

Nos van a ofrecer, seguramente con su destreza habitual una obra que se ha escuchado en Madrid y otras sedes con bastante frecuencia, algo que no importa lo más mínimo teniendo en cuenta su valía: The Fairy Queen, una semiópera de Henri Purcell de 1692 basada en partes de El sueño de una noche de verano de Shakespeare. So apuntes, momentos sin una expresa ilación que van engarzados en una progresión que es dramáticamente estática pero que da lugar a una auténtica exhibición vocal e instrumental. Se emplea mucho material de signo popular brillantemente orquestado y sujeto a los  cánones más puros del mejor canto. Contrapuntos, fugati, solos del más diverso signo, proveen abundante lucimiento.

En la trama tan variada y colorista, aparecen arias de gran valor musical, como la bellísima See, even Night herself is here, que discurre sobre un lecho de violines con sordina en un dulce Si bemol mayor y 312, en la que la soprano (Noche), en elevada tesitura, desgrana lentamente el poético texto; o como la no menos hermosa One Charming Night, escrita para voz de tenor y flautas obligato en 3/4 y misma tonalidad. La línea de esta llamada a las delicias nocturnas es pausada y sencilla, pero se suele ornamentar, siempre dentro de la expresión "secreta" que pide el pentagrama.. En este breve resumen debemos citar asimismo el coro con voz de soprano solista, Now the Night is chas'd away, delicioso himno nocturno a la mayor gloria de Oberon...

Arturo Reverter. El Cultural, 12 - 1- 2024.

jueves, 25 de enero de 2024

"Las cosas humanas"

La escritora francesa Karine Tuil ha conseguido en Las cosas humanas una misión casi imposible: aportar precisión a un tema tan impreciso, resbaladizo y cargado de ambigüedad como puede ser una violación y las versiones sobre ella. Especialmente cuando la víctima y el agresor han abandonado juntos una fiesta y cuando ella no se ha expresado claramente en contra, sino que ha sobrellevado el ataque como ha podido. Con humillación. La novela traza ese alambre sin red y después logra caminar sobre él en inquietante equilibrio hasta que llega al otro lado sin caer. Ni ella ni el lector.

Las cosas humanas, recién publicada por Adriana Hidalgo Editora, fue llevada al cine con el título de El acusado. La película se estrenó en España en 2022 y coincidió con la aprobación de la ley del solo sí es sí.

"El Me too ha sido una revolución muy importante y esencial que ha cambiado cosas pero aún hay tabúes. Por ello debemos hablar y reflexionar juntos. El debate es la mejor forma de hacer evolucionar a la sociedad y un libro también sirve a la democracia. Es un contrapoder eficaz". Así responde Tuil sobre lo que ha aportado su libro que obtuvo el Premio Goncourt des Lycéens al ser votado por estudiantes franceses de Bachillerato entre una selección elaborada por la Academia que da nombre al galardón. Esta experiencia ha llevado a la autora a encontrarse con numerosos jóvenes y dialogar sobre el consentimiento.

Tuil, parisiense de 51 años, conoció un caso mediático en la Universidad de Stanford, en EE UU, con todos los ingredientes de la doble versión. Y se fijó en algo que le despertó el instinto de novelista con aguijón: el padre del acusado lamentaba en su escrito que su hijo fuera a perderlo todo por "20 minutos de acción".

Esos 20 minutos, ese terrible intervalo en que cambia la vida de dos personas, componen el corazón de una narración que se fija especialmente en el punto de vista del acusado, un joven francés prometedor; de su padre, famoso presentador de televisión, y de su madre, ensayista con doctrina feminista sobre la violación. Las contradicciones a las que les someterá la actuación  bajo los efectos del alcohol y la cocaína del estudiante son la médula espinal del libro.

"Cuando empecé a trabajarlo, quería abordarlo desde el punto de vista de la víctima . Conocía a víctimas, tenía muchísimos testimonios, pero no encontraba nado sobre los acusados", relata a su paso por Madrid. "Pero no sabemos lo que pasa por la cabeza de una persona acusada de violación". Una amiga abogada le recomendó entonces que asistiera a juicios por ese delito. Y es lo que hizo entonces. Durante dos años, se empapó de procesos, estudió los perfiles psicológicos del violador  y decidió afrontar la historia desde ese otro punto de vista. "Entonces me propuse aborda la cuestión del mal, el paso al acto y la posibilidad de cada uno de nosotros de hacer bascular tu vida hacia el lado equivocado". 

Así nació este relato estremecedor, una pieza de equilibrismo que enfrenta las dos versiones: para la víctima, una chica de 18 años procedente de un entorno judío my replegado en sí mismo tras los atentados antisemitas contra su colegio en Francia, es una violación, una agresión que le ha destrozado la vida y que ha arrojado un manto oscuro sobre ella del que no vislumbra la posibilidad de salir. Para el agresor,  era un juego, una seducción a la que ella nunca se opuso. La apuesta entre amigos consistía  en ligarse una chica y traer su braga de vuelta a la fiesta. (...)

El Premio Goncourt des Lycéens a Las cosas humanas reconfirmó a su autora que "la literatura puede ser un instrumento de transformación social". Entre sus páginas pugnan las fuerzas que lo intentan evitar entre una sobredosis de contradicción esencial: los padres supuestamente progresistas negarán la violación, mientras la víctima, acechada por su entorno más conservador, luchará por la verdad. Una gran batalla de literatura y realidad.

Berna González Harbour. Madrid. El País, martes 23 de enero de 2024.

miércoles, 24 de enero de 2024

"Lenin".Hèlène Carrère d'Encausse desmontando el mito

La autora de esta biografía, la historiadora francesa de origen ruso georgiano Hélène Carrère d'Encausse (París,1929-2023), obtuvo el Premio Princesa de Asturias de las Ciencias Sociales el pasado año, aunque no pudo acudir a recibirlo porque falleció dos meses antes. Esta es la segunda edición del libro en español, e incluye un prólogo redactado por la autora poco antes de su desaparición, una reflexión muy actual sobre el personaje, porque en medio del naufragio del comunismo el mito de Lenin permanece. Constata como el revolucionario se ha venido salvando de las sucesivas crisis del socialismo real. Así ocurrió en el momento en que Stalin fue condenado oficialmente por el régimen e incluso quedó indemne en el definitivo colapso del régimen soviético. Lenin sigue gozando de prestigio quizá, apunta la autora, porque convirtió la utopía en un sistema de poder. Pero precisamente porque la fascinación diluye lo real, es conveniente resituarlo en el terreno de la historia.

Esta es una biografía clásica en el mejor sentido. A base de documentos y bibliografía, Carrère d'Encausse traza un relato cronológico y contextualizado para desmentir los lugares comunes admirativos sobre el personaje. Por ejemplo, contradice la leyenda del origen familiar proletario como base precoz de la concienciación política. Cierto que la ejecución de su hermano antizarista en 1886 y antes la muerte prematura de su padre le marcaron, pero la intención inicial de Vladimir  Ilích Uliánov fue convertirse en abogado. Fue en San Petersburgo, como estudiante, cuando empezó a tomar contacto con la teoría marxista y sus difusores en Rusia, aunque desde el primer momento su prisma es el de un hombre de acción. Son los tiempos de su primer encarcelamiento en Siberia (1897), época de lecturas y de la forja de su propia actitud revolucionaria a partir de una interpretación heterodoxa de Marx y del estudio de la Comuna parisina de 1871. Después, Lenin recorre el itinerario del exilio y afianza sus ideas. La principal es que la debilidad de la clase obrera rusa y su incapacidad para alcanzar una firme conciencia política hacen necesario crear una organización que tome la dirección de la revolución. Eso debe ser el partido, el que debe activar la lucha de clases y que solo puede hacerlo con una estructura centralizada, jerarquizada y autoritaria. El partido es la unidad de la voluntad revolucionaria, su ley es la disciplina y el mecanismo para evitar desviaciones es la depuración constante.

Fuera de Rusia, Lenin se convierte en un profesional de la revolución  y el líder de un pequeño y muy cohesionado grupo, los bolcheviques. La espontánea Revolución de 1905 supuso un reto inesperado con la aparición del poder espontáneo de los sóviets y Lenin trató de aprovecharlo. La intentona se saldó con un fracaso, para el movimiento en su conjunto y para Lenin en particular. Siguieron largos años de travesía del desierto y de reordenación  de su programa de conquista del poder. Se reafirma entonces en la necesidad de controlar el proceso con mano de hierro a través del partido y suma lecciones aprendidas: el valor de la agitación propagandista, la utilidad de conseguir alianzas internacionales y de conectar con el campesinado y el imprescindible requisito de organizar una insurrección armada. El estallido de la Gran Guerra en 1914 pareció por fin la gran oportunidad revolucionaria, aunque la realidad era que el socialismo europeo estaba muy dividido. Con frustración, Lenin asistió a la ola del patriotismo zarista que galvanizó a los soldados y el alargamiento del conflicto bélico, mientras que el internacionalismo se derrumbaba. Otra vez un hecho inesperado, el colapso del zarismo en febrero de 1917, le ofreció una posibilidad. Retornó a Rusia con la colaboración de los alemanes y lanzó la consigna de que la revolución burguesa debería dar paso a la verdadera revolución, la socialista...

Adolfo Carrasco. El Cultural. 19 -1-2024

martes, 23 de enero de 2024

Tres "cézannes" vendidos para salvar un museo

El cuadro 'Fruits et pot de gingembre', de Paul Cézanne,
vendido por el museo Langmatt. (Christie's)

El museo suizo Langmatt vendió recientemente tres cuadros del pintor impresionista Cézanne para salvarse del cierre definitivo. El anuncio de la subasta en Christie's reabrió o quizás nunca se ha cerrado)un debate en el mundo del arte en el que se mezclan conceptos tan solemnes como la protección del patrimonio artístico, la necesidad de salvar el empleo de, en ocasiones, cientos de personas; garantizar la supervivencia de un centro de arte, la posibilidad de que los museos puedan vender obra para ampliar o renovar sus colecciones y el papel de los Estados en todo este asunto.

 "Era el fin", sentencia a este diario Markus Stegmann, responsable del museo Langmatt, en la ciudad suiza de Baden, que contiene una de las colecciones de arte impresionista más importantes de Europa. "La fundación que gestiona el museo ya no tenía capital", continúa, "necesitábamos 40 millones de francos suizos (43 millones de euros) y después de años de intentar encontrar otra solución llegamos a esta: vender tres cuadros de una colección de 50". Finalmente, consiguieron aún más, 48 millones de euros por las tres telas en la subasta de Christie's el pasado septiembre. Museo salvado. Pero este es solo el final de esta historia.

El cuadro de la familia Goldsmith. El museo Langmatt eligió para vender : Quatre pommes et un couteau, La mer à L'Estaque y Fruits et pot de gingembre, siento este último el cuadro en el que tenían depositadas las mayores esperanzas, que se sustanciaron cuando Christie's le puso un precio entre 35 y 45 millones de dólares (finalmente se vendió por casi 39, unos 36 millones de euros), el más alto de las tres piezas.  Sidney y Jenny Brown, el matrimonio que fundó el Langmatt, compraron Fruits et pot de gingembre en 1933 en Lucerna (Suiza) a la familia judía y alemana de marchantes de arte Goldsmith por 57.750 francos suizos...

Vender tres cuadros para pagar las facturas. La venta de los cuadros de Cézanne en territorio europeo planteó un debate que es más habitual en países como Estados Unidos. Icom, el Consejo Internacional de Museos, a través de su representante suizo, Tobia Bezzola, fue el primero en alertar de la peligrosidad de esta venta, que calificó de "escandalosa y miope", además de denunciar que violaba las directrices del Código Ético de esta organización...

Los museos no son supermercados. Cuando sonó el mazo del maestro de ceremonias de la subasta en Christie's en septiembre, en el Langmatt respiraron con alivio. Fue la solución más extrema que encontraron y su director dice , con exclamación, que "esto no significa que los muesos tengan que vender sus objetos". ¡Los museos no son supermercados!...

Ana Marcos. Madrid. El País, viernes 5 de enero de 2024.

lunes, 22 de enero de 2024

"La passion de Dodin Bouffant"

A la manera de un largo (y falso) plano secuencia, con la cámara del francovietnamita Tran Anh Hung (1962), en A fuego lento enseguida entramos en el fogón de un acrisolado château francés -el filme se rodó en las poblaciones de Segré-en-Anjou Bleu, Marne y Loire- en donde Eugenie (Juliette Binoche) se afana en lo que parece la preparación de un suculento banquete del que minutos después el reputado gourmet Dodin Bouffant (Benoït Magimel) dará buena cuenta junto a cuatro amigos, gente de bienes además de exigentes gastrónomos. Pronto sabremos que la pareja se conoce desde hace dos decenios, que ella es su cocinera de confianza para ejecutar los platos y menús que él imagina. También conoceremos que entre ambos hay una relación de amor, aunque si consumarse como matrimonio.

El guion del propio director adapta la novela del polifacético escritor Marcel Rouff (1887-1936) La vie et la passion de Dodin Buffant, gourmet, publicada en 1924 y ambientada en 1885. El personaje de Dodin es ficticio, aunque está tomado de referentes reales. 

Con A fuego lento, el autor de la recordada El olor de la papaya verde (1993) se suma a la ya larga nómina de realizadores centrados en convertir el rutinario acto de comer en un festín para los sentidos y, al mismo tiempo, maridarlo con la pasión amorosa. Quizá la cumbre más recordada de esa variante del drama sea la danesa El festin de Babette (Gabriel Axel, 1987), protagonizada por Stéphane Audran, aunque se podrían citar varios títulos, en su mayoría producidos en Francia, al cabo, el país que hizo de la cocina un arte. El jugoso recetario que transcurre ante nuestros ojos durante más de dos horas vindica el paladar como lugar de placeres insospechados (el personaje de la niña capaz de descubrir los matices de un simple bocado) y los labios enarbolan el beso como otra vía de placer. Por supuesto, mejor verla con el estómago saciado...

Miguel Anxo Fernández. La Voz de Galicia, sábado 23 de diciembre de 2023.

domingo, 21 de enero de 2024

Hugo Micheron. "Hemos pasado de un yihadismo de células terroristas a uno de célula familiar".

Hugo Micheron. (Gallimard)

Hugo Micheron (35 años) es seguramente el más brillante continuador de la notable estirpe de los arabistas franceses. Acaba de publicar La colère et l'oubli (La cólera y el olvido, sin traducir al español), una historia del yihadismo europeo en la que desbroza un terreno todavía lleno de lagunas y prejuicios. Este profesor de Sciences Po en París lo hace combinando el trabajo sobre el terreno -en prisiones o en los barrios- con una robusta armazón teórica.

Esta es la historia de una ideología que vino para quedarse. Los ataques recientes en Francia y Bélgica han demostrado que el yihadismo no ha desaparecido en Europa, aunque sea de menos intensidad que la década pasada. Mientras escuchamos a Micheron en la sede de la editorial Gallimard, se evidencia que hay otra historia detrás, y acaso más importante: la del futuro de las democracias.

P.- Explica usted en el libro que el yihadismo europeo ha pasado por fases de marea alta, con grandes atentados y periodos de repliegue o marea baja. ¿Nos encontramos en una marea baja?

R.- Sí. En la marea baja. El yihadismo se construye en silencio y gradualmente, y con métodos que son los mismos en España, Dinamarca o Francia. Yo lo llamo "las máquinas de predicación". La cuna del yihadismo es la guerra de Afganistán en los años ochenta tras la invasión de la URSS. En realidad estaban en Peshawar, en la frontera de Pakistán. Montaron institutos para adoctrinar, con seminarios, cursos. Apareció en la retaguardia del frente afgano y bajo forma de una matriz intelectual, no solo guerrera.

P.- ¿Qué ocurre entonces?

R.- El modelo de Peshawar se traslada directamente a las ciudades de Europa en las que se implantarán los veteranos de la yihad afganos, argelinos y bosnios. Ahí montan institutos y seminarios, asociaciones, librerías islámicas, controlan mezquitas... Cuando tras el 11S, estos veteranos tienen que huir, han formado a individuos que pueden seguir con el trabajo de predicación. La perennidad de las máquinas de predicación explica que se haya pasado de unas decenas de yihadistas en los noventa a 6.000, 20 años más tarde en Europa.

P.- Da la impresión, sin embargo, de que se acabó la época de los grandes atentados. Los autores son solitarios y no hay el mismo riesgo.

R.- Es un error evaluar el riesgo del yihadismo según el riesgo del terrorismo. El yihadismo es una ideología, el terrorismo, un medio. Si los yihadistas pueden hacer avanzar su agenda si atentados, no los harán.

P.- ¿Qué es lo que no vemos mientras no hay grandes atentados?

R.- Daesh integró a las mujeres, cuyo papel no es combatir o perpetrar atentados, sino transmitir las ideas, educar a los más jóvenes y reclutar a otras mujeres. Se trata de perennizar el yihadismo durante generaciones. La figura del yihadista  de la marea baja es la mujer. Hemos pasado de un yihadismo de células terroristas  a un yihadismo de célula familiar. Es otra lógica. Aparece la cuestión de la educación, muy destacado en Francia. El sistema de educación nacional francés, que históricamente ha construido ciudadanos y republicanos, se ve designado por yihadistas y salafistas como el templo de los infieles.

P.- Pero, pese a los atentados con cuchillo en Francia, algunos contra escuelas, y las reivindicaciones de sus autores, hay un abismo en su programa  y lo que logran. 

R.- El problema del yihadismo no es que haga realidad su proyecto. Daesh se hizo con un territorio tan grande como Gran Bretaña, con seis millones de sirios e iraquíes, y lo controlaron durante casi tres años. Terminó con una insurrección  en contra de sirios e iraquíes y con su Estado Mayor matándose entre ellos. El problema es que entretanto hubo una campaña de atentados por todo el mundo y sobre todo en Europa, y que intentan enfrentar a la gente con una narrativa de guerras de civilizaciones y de confesiones. Esto, en el marco de las democracias europeas, provoca desperfectos. En el mismo periodo, vemos como evoluciona la extrema derecha...

Marc Bassets. Ideas. El País, domingo 17 de diciembre de 2023.

sábado, 20 de enero de 2024

¡ Viva la revolución francesa!

Mory Sacko en su restaurante Mosuke
(Foto: Serge Verglas)

En 2020, entre los gastrónomos de París empezó a circular el nombre de un restaurante: Mosuke, acompañado del nombre de su creador, Mory Sacko, y de su edad, 27 años, y de sus orígenes, Senegal y Malí, que atravesaban la esencia de sus platos. Meses después recibió una estrella Michelin. Cuando era imposible comer allí sin una reserva a siete meses vista. Mory Sacko (Champigny-sur-Marne, Francia, 31 años) empezó a ser habitual en la cadena de radio France Info y en el programa de televisión  Cuisine Ouverte. Su desparpajo, su metro ochenta y tantos, su capacidad para armonizar la tradición franco-africana con la japonesa, su extraordinaria simpatía y su contagiosa   sonrisa se escuchaban a través de las ondas y se veían por la pantalla con tal naturalidad que se metió toda la ciudad en el bolsillo. En  2022 abrió Mosugo, más asequible y espontáneo, en cuyo centro se situaba el pollo frito en distintas versiones, con sus correspondientes guiños a África, pura conexión con los jóvenes, lo que le dio mayor visibilidad. Y el pasado septiembre la revista Time le dedicó su portada, un honor que hasta la fecha solo habían recibido dos cocineros franceses: Michel Guérard, en 1974, y Alain Ducasse, en 2001.

Considerado un modelo de emprendedor, la suya es la historia de una escalada creativa auténtica. Séptimo de nueve hermanos, creció en las afueras de París con un padre maliense que trabajaba en la construcción y una madre senegalesa empleada de hogar. Su inquietud por la cocina surgió de las bulliciosas cenas que reunían a nueve niños alrededor de la picante y especiada comida de la madre. Esos platos que pervivieron de generación en generación de manera oral son la base de la cocina de Sacko, una cocina francesa con dos referencias opuestas como Japón y Senegal.

En pleno auge de popularidad llega el turno de Lafayette, emplazado en la Rue d'Anjou, junto a la Madeleine. Le acompañan en la aventura el empresario hostelero Benjamin Patou (ideólogo e impulsor) y el diseñador e interiorista Lázaro Rosa-Violán. Por si fuera poco el restaurante se ubica en el hotel particulier que habitó el marqués de Lafayette, aristócrata, militar y político francés determinante en las revoluciones  estadounidense y francesa. Luchó en la guerra de la Independencia de Estados Unidos con tal determinación que fue general de confianza de George Washington. Coincidió con su regreso a París la toma de la Bastilla. Demasiado blando para los jacobinos y demasiado revolucionario para los monárquicos. El marqués rebelde ayudó a organizar en 1790 la fiesta del 14 de julio en honor a la revolución, escribió a un amigo su famoso "yo reino en París" y sintiéndose un parisiense ejemplar regresó a su palacete a celebrarlo.

En ese mismo palacete acaba de abrir el restaurante Lafayette y, como un símbolo de la Francia actual, llega Mory Sacko. Su expresión corporal, su outfit y su sonrisa transmiten un optimismo incontestable. Trescientos años de antigüedad y 100 comensales por noche esperan su creatividad. Se formó en la alta cocina con maestros como Thierry Marx. Es el primer chef de origen senegalés -son esas las raíces que marcan sobre todo su cocina- con estrella Michelin. Responsabilidad, orgullo, placer son concetos presentes en su día adía."Orgullo porque es agradable celebrar mi identidad francesa junto a mis orígenes africanos y mi pasión japonesa -que entró en mi vida a ravés de los personajes del manga y que es absolutamente contrario a la cocina de mi madre. y al mismo tiempo es una responsabilidad porque detrás de la cocina hay un embajador cultural y hay que respetarla"...

Use Lahoz. El País Semanal, 5 de enero de 2024.

viernes, 19 de enero de 2024

El mago maliense de las marionetas

Yaya Culibay (Foto: Sandra Amilien)

Cuando habla del arte de las marionetas, Yaya Culibaly lo hace con una voz profunda y una pasión contagiosa. "A la marioneta hay que tratarla como una persona. Incluso después de dejar de utilizarla, porque puede tener otra vida en un futuro, quizás en un museo", predica ante un docena de estudiantes tunecinos en el marco del Festival de Teatro Internacional de Cartago, el más importante de África. Culibaly, originario de Mali, es uno de los más grandes maestros de marionetas del mundo, por lo que viaja a menudo para transmitir unos conocimientos transmitidos de generación en generación desde hace siglos. 

Un taller con Culibaly es algo más que una sesión de formación sobre la técnica de fabricación y de manipulación de las marionetas tradicionales malienses. Es una verdadera clase magistral sobre la cultura y la sabiduría tradicional africana. "Mi padre decía que el arte de las marionetas es la suma del imaginario colectivo de la humanidad", cuenta ante un público hipnotizado. Según el maestro, esta disciplina hunde sus raíces en la prehistoria, y en diversos lugares de la Tierra hay constancia de su existencia hace más de 5.000 años.

Si bien en nuestra cultura tienen un valor de transmisión oral de cuentos y mitos, en Malí también han tenido tradicionalmente una dimensión espiritual. "Las marionetas estaban consideradas el medio para conectar con nuestros ancestros, con el mas allá. Servían para regular los ciclos de la vida natural", relata este anciano que creció en un pueblo remoto y es incapaz de ofrecer una fecha precisa de su nacimiento.

Por eso las marionetas se han situado en el punto de mira de los grupos yihadistas, que desde hace una década han asolado regiones enteras de Malí y del Sahel. "Cuando entran en un pueblo, uno de los primeros objetivos de los yihadistas son los artistas en general y quienes trabajan con marionetas en particular. Consideran que la representación de figuras islámicas es un pecado grave", explica Fasiné Culibaly, hijo de Yaya y su mano derecha. Dado que ambos residen en la capital, Bamako, cuentan con una mayor protección.

Los yihadistas son gente que ha traído unas ideas que nos son ajenas. Los pueblos del Sahel son pacíficos y han tenido siempre buenas relaciones entre ellos", asevera Culibaly, que considera que las marionetas promueven la tolerancia y el entendimiento. "Las marionetas suelen representar los diversos caracteres humanos, a menudo representados por animales. A través de ellas desarrollamos la empatía, la capacidad de entender al otro. Son una herramienta que facilita la convivencia", sostiene el maestro.

En las últimas décadas se ha revalorizado el arte de la marioneta, sobre todo en Occidente, donde antes era considerado una disciplina menor. Culibaly participó en la primera convención que reunió artistas de varios continentes, celebrada a principios de los años ochenta en París, y que desembocó en la creación de la Escuela Superior Nacional del Arte de la Marioneta (Esnam), un referente mundial con sede en la región francesa de las Ardenas ...

Pronto Malí tendrá también su propio centro dedicado al arte de lass marionetas, que incluirá un museo, un teatro y una cas de huéspedes para que artistas del mundo entero vengan a realizar estadías...

Ricard G. Samaranch. Túnez. La Voz de Galicia, 2 de enero de 2024.

jueves, 18 de enero de 2024

Los presos de Francia también eligen a su Goncourt

Mokhtar Amoudi. (Francesca Mantovani© Gallimard)
El día de ayer fue distinto para Mohamed, un recluso de 27 años. Se dirigió temprano al Centro Nacional del Libro. En la camioneta que lo llevó hasta París lo acompañaban un vigilante de seguridad y la presidenta de la asociación que gestiona las bibliotecas de Fleury-Mérogis, una de las prisiones más grandes de Europa. La ocasión era especial: participar en la entrega del Goncourt de los presos, una versión del prestigioso premio de literatura, votado por unos 600 internos de 40 cárceles.

El certamen impulsado por los ministerios de Justicia y Cultura junto al Centro Nacional del Libro y la Fundación Goncourt, se celebró por segundo año consecutivo. El objetivo es fomentar las cultura en las cárceles y favorecer la reinserción social. Para esta edición los internos escogieron el libro de Mokhtar Amoudi Les conditions idéales (Las condiciones ideales, no editada en español) como novela ganadora. Pero más allá de la selección, lo que diferencia este premio del oficial es el proceso que hay detrás.

"Cada jueves nos daban dos libros para leer", explica Mohamed con la novela entre las manos. Durante dos meses los reclusos asistieron voluntariamente a talleres donde se leía y analizaba los 16 libros seleccionados para el Goncourt oficial, cuyo premio fue entregado en noviembre. Las sesiones se convirtieron en verdaderos debates, lugares de encuentro y momentos de escapatoria del día a día de la cárcel. Más de 75.000 personas están detenidas en Francia, según los últimos datos del Ministerio de Justicia. Las prisiones sufren un sobrepoblación crónica y el país ya ha sido condenado por las condiciones degradantes que han sufrido algunos presos. Dominique Pipard-Thavez, de 68 años, lleva ocho trabajando en la de Fleury-Mérogis, donde impulsó los talleres de literatura.

Para el Goncourt participaron 15 hombres y 6 mujeres. Otros ocho se sumaron a los debates, pero a distancia, ya que su régimen de detención les impedía comunicarse con el resto de reclusos. "Para algunos, la cárcel solo debe ser un lugar de privación de libertad. Pero para nosotros, aunque lo sea, no debe eliminar otros derechos, en particular los culturales. Y la lectura es un derecho cultural", subraya la presidenta de la asociación Lire c'est vivre (Leer es vivir) que gestiona las 10 librerías del centro de detención. "Es una forma de devolver la humanidad a estos espacios donde todo está reglamentado", apunta en conversación telefónica.

De eso trata el premio. Además de los talleres, los 16 autores cuyas obras fueron seleccionadas visitaron a sus lectores en prisión, Los intercambios, según han relatado, fueron intensos y sinceros. Lo que marcó a Dorothée Janin, autora de La révolte des filles perdues, fue la mezcla de los que participaron en las sesiones. Hombres y mujeres de todas las edades y de todas las clases sociales. "Hay una gran autenticidad de las personas y por ende de los intercambios. En prisión, las máscaras se caen, no hay ninguna pose social", indica por teléfono.

Muchos de los reclusos no eran precisamente grandes lectores. Pero en la cárcel las cosas cambian. "yo no tenía ni idea de que me gustaba la literatura, que me gustaba leer", indica Mohamed...

miércoles, 17 de enero de 2024

Rachida Dati, fichaje sorpresa de Emmanuel Macron

Rachida Dati. (Joel Saget/AFP)
Rachida Dati, ministra de Justicia con el presidente conservador Nicolas Sarkozy e imputada desde 2021 por un caso de presunta corrupción y abuso de poder, es el fichaje sorpresa, y el más polémico, de Emmanuel Macron para el nuevo Gobierno dirigido por el joven Gabriel  Attal
. El nombramiento de Dati en Cultura,  confirma el giro a la derecha de Macron. Evidencia la voluntad de proseguir la opa sobre los sectores más moderados de Los Republicanos (LR), el partido hermano del PP en Francia, para combatir a la extrema derecha de Marine Le Pen. 

Al mismo tiempo que elige a conservadores moderados como Dati o Catherine Vautrin en Asuntos Sociales, Macron prescinde de algunos de los ministros del ala izquierda que en diciembre se rebelaron contra la adopción de la ley de inmigración por considerarla demasiado derechista. Y mantiene a pesos pesados del Gobierno como el titular de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, y del Interior, Gérald Darmanin, descontentos con el nombramiento del primer ministro Attal que, con 34 años, es el más joven de la V República. Le Maire y Darmanin, también procedentes de LR, figuran entre los aspirantes a suceder a Macron en las presidenciales de 2027...

Dati es un puro producto de la hoy cuestionada meritocracia francesa. Es hija de inmigrantes musulmanes en una familia de 11 hermanos. Su padre era obrero marroquí; su madre, una argelina que no sabía leer. Trabajó desde los 14 años, mientras estudiaba. Fue magistrada y después ministra de Justicia con Sarkozy entre 2007 y 2009. Hasta ahora era la jefe de filas de la oposición conservadora en el Consejo de París, la adversaria más acérrima de la alcaldesa, la socialista Anne Hidalgo.

Como Sarkozy, Dati entiende la política como un deporte de combate. No se muerde la lengua y busca el cuerpo a cuerpo. De un colaborador y amigo de Sarkozy, decía: "Es un facha cínico". Al ex primer ministro conservador François Fillon, que fue su jefe en el Gobierno, le calificó de "zumbado" (...), egocéntrico, frustrado, celoso". En 2021 describía así al parido de Macron, que agrupaba a antiguos miembros del Partido Socialista y de LR: "Son traidores de izquierdas y traidores de derechas". Su única lealtad conocida es a Sarko, como le llama ella, y por eso el nombramiento se ha interpretado como una victoria del expresidente, quien coloca a sus piezas en el nuevo Gobierno.

Marc Bassets. París. El País, viernes 12 de enero de 2024.

martes, 16 de enero de 2024

Emmanuel Guigon, director del Museo Picasso de Barcelona

Enmanuel Guigon
Emmanuel Guigon nació hace 64 años en Morteau, un pequeño pueblo de la frontera francosuiza en el abundan los relojeros, un oficio de gran tradición en su familia y que requiere una meticulosidad y una concentración extraordinarias. El mayor de los dos hermanos se decantó desde muy joven por el ámbito académico y artístico, un mundo al que ha aplicado su amor a la investigación y a las bondades de compartir conocimiento. Vinculado a los museos españoles desde hace más de 30 años, dirige el Picasso de Barcelona desde 2016, un contrato que se prolongará hasta 2026. El cierre de un años dedicado a conmemorar medio siglo de la muerte del pintor le ha dejado un dulce sabor porque cree que se ha multiplicado la conversación con el artista y por que cree que en el museo barcelonés se han celebrado dos de las exposiciones más valoradas por la crítica y el público. La primera estuvo dedicada a Daniel Henry Kahnweiler, el marchante y editor de Picasso. La segunda es Miró-Picasso, un repaso a la amistad entre ambos que se puede ver hasta el 25 de febrero en el Museo Picasso y en la Fundación Miró. En su despacho del palacio de la calle Montcada, en el barrio de la Rivera, entre mesas atestadas de libros y papeles, Guigon hace un balance del año, habla de las diferencias entre los museos Picasso y de cómo intensificar el aprendizaje sobre la obra del malagueño.
 
P.- ¿50 exposiciones han sido demasiadas?

R.- En absoluto. Lo único que no nos podíamos permitir era dar una visión aburrida de Picasso. Y eso no se ha producido. 50 exposiciones pueden parecer muchas pero ha sido un homenaje internacional en el que se ha podido conocer un poco mejor su obra y esa era nuestra función.

P.- ¿Alguna le ha chirriado?

R,- Puede. Pero no diré cual. Hay proyectos que pueden ser interesantes sobre el papel y no funcionan. Solo reconocería algo negativo si hubiese ocurrido en este museo pero no ha sido así.

P.- ¿Qué es lo mejor que se ha podido ver  en este año Picasso?

R.- Muchas cosas. Me han gustado la de 1906 en el Reina Sofía; la de Picasso escultor en Málaga; Picasso y el Greco en Basilea. La de Miró-Picasso está siendo un éxito enorme y quedan meses por delante. Pero yo creo que la que dedicamos a su marchante, Kanhweiler, tuvo una repercusión muy grande....

P.- ¿Bajará la intensidad de exposiciones dedicadas a Picasso una vez concluido el aniversario?

R.- Picasso no agota nunca. Fue tan innovador, tan productivo y longevo que quedan muchísimas cosas por disfrutar. Al público le encanta descubrir nuevas perspectivas. Le cuento que una de las exposiciones realizadas por nosotros fue La cocina de Picasso, en 2018. La comisarié yo con asesoramiento de Ferrán Adrià. A partir de su mundo gastronómico nos adentramos en su obra de manera muy sencilla. También entramos en sus archivos personales porque, gracias a que él guardaba todas las notas y facturas, supimos lo que comía, con qué frecuencia e incluso cómo se cocinaba en su casa. Sigue habiendo un apetito feroz por todo lo que tenga que ver con Picasso...

Ángeles García. Barcelona. El País, martes 26 de diciembre de 2023.

lunes, 15 de enero de 2024

"Yo capitán". Emocionante y cálida

"Yo , que vosotros, no iría". La frase pronunciada por un mediador al final del primer acto de la película, resuena en el resto del relato. En el interior de los dos protagonistas, dos primos de 16 años, habitantes de Dakar, que sueñan con una vida en Europa. Pero también en el interior de los espectadores, sucesivamente sobrecogidos con el periplo de los chavales, heroico, desgarrador, y criminal, que les lleva a través de medio continente africano hasta la costa italiana. Y en ese sentido Yo capitán, regreso del excelente director Mateo Garrone a sus orígenes en el largo, se configura como una película moral, casi aleccionadora.

Ahora bien, con una particularidad interesante. Por desgracia, Yo capitán, se verá en medio mundo, pero en el primer mundo, difícilmente en los cines de Senegal, Niger o Malí. Así, junto a la denuncia de las mafias que en cada estación del recorrido aprovechan para hacer dinero a costa de los seres humanos, del retrato de la pobreza, de la degradación y, por qué no, también de la ingenuidad. Garrone apuesta por el contraste además del aviso: los primeros minutos de su historia, ambientados en Dakar, en torno a una familia sin padre, con una madre vendedora de huevos, son especialmente luminosos. En medio de unas calles deplorables, sin asfaltar, en una casa austera, pero en la que hay comida cada día, reina la espontaneidad, incluso la alegría en torno a la música, los partidos de fútbol y el carnaval.

El director no nos lo dice de un modo explícito pero lo da entender: mejor ese día en Dakar que el robo de su dinero en cualquiera de las fronteras, la cárcel en Niger en medio de la corrupción policial, la muerte en el desierto del Sáhara, la humillación en Libia o la letal sed en medio del mar rumbo a Sicilia. Garrone, magnífico narrador, lejos de ls prosa cinematográfica navajera de Gomorra, Reality y Dogman, ha compuesto una obra emocionante y, pese a todo, cálida. Una crónica exhaustiva, aderezada con unas gotas de onirismo y un montaje templado por medio de elegantes encadenados que hacen que el relato, de unos meses, parezca abarcar una vida.

Javier Ocaña. El País, miércoles 3 de enero de 2024. 

domingo, 14 de enero de 2024

Un niño "prodigio" para Francia

Gabriel Attal. (Benoit Tessier/Reuters)
Gabriel Attal, de 34 años, fue nombrado primer ministro de Francia, en sustitución de Élisabeth Borne, a la que el presidente Emmanuel Macron relevó el lunes. Macron confía en que este niño prodigio de la política (a los 29 años era secretario de Estado y hasta ayer ministro de Educación) dé un impulso a su mandato. Se convierte así en el más joven en este cargo, durante la V República, el régimen constitucional fundado en 1958 por el general De Gaulle. También es el primero abiertamente homosexual. Su nombre ya suena en las quinielas para suceder a Macron en el Elíseo.

Sin mayoría absoluta en la Asamblea Nacional, el margen de maniobra del presidente es reducido. En el cargo desde mayo de 2022, la primera ministra había logrado éxitos legislativos como la aprobación de la impopular reforma de las pensiones. Pero, como todos los ocupantes de su cargo, era el fusible, o el escudo del presidente: cuando las cosas se complican salta el primer ministro. Y la ley de la inmigración, adoptada con el voto favorables de la extrema derecha, dividió al Gobierno y aceleró su marcha.

En el estilo y la trayectoria, pocos primeros ministros son tan distintos como Borne y Attal. Borne tiene 62 años; Attal, poco más de la mitad. Borne es una tecnócrata que conoce al dedillo los engranajes de la Administración y una mujer sin ambiciones políticas. No pertenecía al círculo de confianza de Macron y sus relaciones con el jefe eran profesionales, sin más. Attal, un político con una carrera fulgurante y que aspira a lo más alto, es un hombre del presidente. Ambos coinciden en sus orígenes ideológicos. Tanto Borne como Attal trabajaron con ministros socialistas antes de pasarse al macronismo.

Borne dijo en la ceremonia de traspaso de poderes: "Con bastante frecuencia he podido medir que queda camino por recorrer en la igualdad entre hombres y mujeres. Así que digo a todas las mujeres: no aflojéis, el porvenir os pertenece". 

Ella es la segunda mujer en el cargo de la V República y ha durado 20 meses, el doble de la primera, Édith Cresson. Como media los primeros ministros pasan dos años y medio en el cargo. En el patio de la sede de la jefatura del Gobierno, el palacio de Matignon, Attal añadió en referencia a su juventud: "Quiero ver aquí nada más que un símbolo, el de la audacia y el movimiento, y el símbolo también de la confianza acordada a la juventud, a esta generación que merece que nos peleemos por ella sin descanso"(...)

La ideología de Attal es difícil de definir. Viene del Partido Socialista y se ha adscrito al ala progresista del macronismo. En su breve paso por el Ministerio de Educación, donde fue nombrado en julio, se ha disparado su popularidad. Ha recogido aplausos, también en la derecha, con medidas como la prohibición en las aulas de la abaya, el sayo femenino tradicional en algunos países musulmanes e identificado como un signo de identidad religioso. Ha impulsado un plan para experimentar con el uniforme. Ha hecho del combate contra el acoso su prioridad y luchado por restaurar la autoridad en la escuela.

Hay en el nombramiento de Attal , una voluntad de cambio generacional... El primer examen para el nuevo primer ministro serán las elecciones europeas. Una derrota amplia para los macronistas ante la extrema derecha será un golpe para Macron. Como ha ocurrido siempre, le quedará el fusible: Gabriel Attal. El primer ministro francés, por definición, siempre está en la cuerda floja.

Marc Bassets. París. El País, miércoles 10 e enero de 2024.

sábado, 13 de enero de 2024

120.000 firmas para salvar las vidrieras de Notre Dame

¿Con o sin pizca de modernidad? una petición con más de 120.000 firmas ha abierto una nueva polémica para la reconstrucción de la catedral de Notre Dame, que volverá a abrir sus puertas el 8 de diciembre de 2024. La renovación del templo gótico, cerrado desde el gran incendio de abril de 2019, afronta su recta final. Pero el anuncio del presidente francés, Emmanuel Macron, de la sustitución de seis vidrieras por unas más modernas ha empañado el último tramo de las obras. Los firmantes argumentan que sustituirlas rompería la "unidad arquitectónica" del monumento.

La petición lanzada el 10 de diciembre por el historiador del arte y periodista Didier Rykner, se refiere a los vitrales diseñados por Viollet-le-Duc, responsable de la restauración de la catedral de mediados del siglo XIX. Están situados en la parte sur de la nave y no se vieron afectados por el incendio que destruyó la aguja del templo y parte del tejado. "Las vidrieras de Notre Dame diseñadas por Viollet-le-Duc fueron creadas como un todo coherente. El arquitecto quiso ser fiel a los orígenes góticos de la catedral", escribe  el reportero, fundador de la revista La Tribune de l'Art.

Durante su última visita a las obras, el 8 de diciembre, Macron anunció la creación de un museo que estará cerca del templo y tratará sobre su historia y las obras de arte que alberga, así como la organización de un concurso público para elegir a un artista contemporáneo para diseñar los nuevos vitrales. La idea de sustituirlos y, de paso, añadir una "marca del siglo XXI" al templo no solo proviene del mandatario, sino de la Iglesia francesa. En una carta, el arzobispo de París, Laurent Ulrich, había expresado al dirigente galo su "deseo" de que el Estado encargase "una serie de seis vidrieras para las capillas laterales de la nave".

Las críticas, sin embargo, se dirigen sobre todo hacia Macron. "¿Quién ha dado mandato al jefe del Estado para modificar una catedral que no le pertenece a él sino a todos?", se preguntan los signatarios de la petición, que suma nuevos apoyos cada día. No es la primera controversia que se desata con relación a la reedificación del monumento, que antes de su cierre atraía a más de 12 millones de visitantes al año.

La reconstrucción de la emblemática aguja  de 93 metros, diseñada también por Viollet-le-Duc, despertó pasiones entre los que querían mantenerla igual y los que preferían innovar. Finalmente se hizo de manera idéntica a la original. (...) La polémica del momento se centra, no obstante, en los vitrales con motivos geométricos de Viollet-le-Duc. Rykner denunció en un artículo que reemplazarlos en esa parte de la catedral es cometer un acto de "vandalismo". El periodista, conocido comentarista del patrimonio arquitectónico francés, subrayó que no se opone a insertar creaciones contemporáneas en edificios antiguos, pero que en este caso no existen razones válidas para retirar las vidrieras. Los vitrales, destaca, "son parte integrante de la obra del arquitecto y sobrevivieron al incendio". Retirarlos "dañaría el equilibrio de la luz"...

Sara González. París. El País, jueves 4 de enero de 2024.

viernes, 12 de enero de 2024

Olga Pericet en el Festival de Nimes

Olga Pericet en el Festival de Nimes. Mikaël Anisset
En esta vigésima cuarta edición del Festival de Nimes
 (Francia), que se celebra del 10 al 20 de enero y abre la temporada de grandes citas flamencas, encontramos una muy destacada participación del cante, el baile y la guitarra, siempre teniendo en cuenta, por un lado, la diversidad, y por otro, los diferentes criterios, tanto musicales como interpretativos, con los que hoy se manifiesta el arte flamenco. Hay para todos los gustos, claro está, pero sobre todo domina la calidad de las propuestas y la brillante selección de los conciertos y espectáculos, bajo la mano experta de Chema Blanco, su consejero artístico. 

La presencia de Olga Pericet, Patricia Guerrero, David Coria, Rocío Márquez, Jesús Méndez , Dani de Morón o Gerardo Núñez, ya es una garantía. Ojalá su nueva directora, Amélie Casasole, logre todos los éxitos para una muestra de tanto prestigio internacional como es el Festival de Nimes.

Madera, cuerda, clavija. Olga Pericet vuelve a subirse a un escenario para realizar su alquimia particular. Esta vez será en Nimes y la obra a representar La materia, segundo capítulo de su trilogía La leona que después estará en Madrid y Barcelona. De la seducción y el erotismo, Pericet nos llevará a la intimidad del pensamiento, al principio creador...

José María Velázquez-Gaztelu. El Cultural, 23-12-2023.

jueves, 11 de enero de 2024

"Una hora de fervor"de Muriel Barbery: aceptar el desafío de vivir

Rose acaba de quedarse huérfana por segunda vez. La primera fue a los treinta y cinco cuando su madre se suicidó. Entonces Rose sabía que en alguna parte del mundo vivía un hombre que era su padre. Sabía que era japonés, sabía que era rico y sabía su nombre: Haru Ueno. Nada de eso le importaba. Nunca se habían conocido. Ni pretendía hacerlo. Ahora, cinco años más tarde, Rose recibe la llamada de un notario. Su padre ha muerto y ha dejado un testamento para ella. Si desea conocerlo, no tiene más opción que viajar a Japón. Pero esta es otra historia. Otro libro. En su nueva novela, la escritora Muriel Barbery no ha elegido a Rose como protagonista, sino a su padre.

Dos años después de la publicación de Una rosa sola (2021), que recoge el catártico viaje  y la estancia de Rose en Japón, Muriel Barbery regresa a las librerías con Una hora de fervor (Seix Barral, 2023). Una precuela en la que la escritora retrocede en el tiempo y cede la narración a Haru Ueno, quien relata sus seis decenios de vida en apenas 280 páginas. Seis decenios de vida que el japonés cose entorno a tres hilos principales: el arte, la amistad y la paternidad frustrada de Rose, a quien su examante le prohibió acercarse incluso antes de su nacimiento..

Lo primero que llegó fue el arte. Haru no podría haberse dedicado a otra profesión. De vocación contemplativa, creció observando la inmensidad del paraje natural en que vivía: las montañas de Takayama, conocidas como la joya de los Alpes Japoneses. Ahí entrenó su aguda mirada. Cada mañana Haru se dedicaba a mirar minuciosamente la forma de las rocas, de la tierra, del agua, de la madera. De todas ellas extraía belleza, en todas ellas se inspiraba. Fue en ese sagrado lugar donde el joven japonés decidió que se convertiría en marchante de arte. Y que, además triunfaría. Por su buen ojo para los negocios y para la gracia. "Carezco de talento -decía Haru- pero tengo mucho gusto". El mismo buen gusto que distingue a su creadora.

En Una hora de fervor, Muriel Barbery  utiliza la exquisita voz de Haru para realizar una oda a la cultura japonesa y lo hace siempre fiel a su estilo: una escritura poética pero que a su vez es ligera y fluida. Algo que consigue a través de frases breves y concisas sin dejar de deleitarse en todos los detalles. Porque revela trabajo y exigencia en cada página de esta novela. La escritora deseaba transmitir  lo mucho que significaron para ella los dos años de residencia artística que pasó en la Villa Kujoyama de Kioto. Al terminar su estancia en la villa y la escritura de Una rosa sola, Barbery se dio cuenta  de que aún no podía desprenderse  de esa historia. Ni de sus personajes...

La importancia que para Haru tiene la amistad -el segundo gran hilo de su vida- hace que esta se convierta  en la columna vertebral del libro. Y en la encargada de sostener la trama, y también al japonés, cuando aparecen los infortunios del destino.

Si, como defiende Muriel Barbery en una entrevista para Actes Sud, la ficción es una herramienta que nos ayuda a entender lo que  no podemos comprender por otros medios, esta novela ha servido a la autora para poner en palabras un sentimiento tan abstracto como la pérdida simbólica de su tercer y más importante hilo, su hija Rose, a la que siempre se refiere en su relato con una melancolía desgarradora... Y después, el protagonista enfrenta la pérdida física con la llegada de diferentes muertes repentinas en su entorno...

revistamercurio.es, 27 de diciembre de 2023. 

miércoles, 10 de enero de 2024

Vigée Le Brun, la pintora de María Antonieta

Autoretrato de Élisabeth Louise Viguée (1787)
Era la mujer de Francia con mejores andares. Alta, bien hecha, de brazos soberbios, manos pequeñas, nariz fina, mirada espiritual; los labios, sin embargo, un poco exagerados. De aspecto dulce y benevolente sobresalía por su majestad. Lo más llamativo de María Antonieta, la reina de Francia, según su retratista, la pintora Élisabeth Louise Vigée Le Brun, era el esplendor de su tez, su piel transparente. "Me faltaban los colores para pintar esa frescura", dice en sus memorias. "Es difícil dar una idea a quien no la vio de tanta gracia y nobleza juntas", añade.

Asegura esta pintora que no encontró en su vida un rostro más encantador. Un halago inmenso porque esta artista conoció muchos rostros: posaron para ella reyes, príncipes, aristócratas... "las más antiguas y famosas casas de las capitales europeas, cuenta el historiador francés Marc Fumaroli, que le dedica el libro Mundus muliebris. Elisabeth Louise Vigée Le Brun, pintora del Antiguo Régimen femenino (Acantilado).

"Mozart femenino de la pintura del retrato", así llama Fumaroli a esta artista de vida intensa que protagonizó el asombroso logro de convertirse en la retratista de María Antonieta, algo insólito por varios motivos: era plebeya, no era académica... y era mujer.

María Antonieta la eligió porque se sentía cómoda con ella. Las sesiones eran agradables, ambas coincidían en la idea de irradiar una imagen de sencillez. Y, además, Élisabeth Louise Vigée (madame Le Brun tras su matrimonio) pintaba muy bien y daba un retoque especial a sus retratos. A la reina, por ejemplo, la pintó con un sencillo vestido de muselina que escandalizó en Versalles y le pidió también que no usara talco. A veces cambiaba la indumentaria de sus modelos añadiendo pañuelos a modo de echarpes o sugería nuevos peinados  y contribuía así a cambios en la moda de la época.

A María Antonieta la dulcificó. Mostró una imagen de la reina como madre responsable, de mujer de Estado; intentó -dice Marc Fumaroli- "cambiar en favor de la reina una opinión pública irreconciliable con ella". No lo consiguió. "Por más que multiplicó las maternidades y se disfrazó de granjera o de pastora, María Antonieta se convirtió en el talón de Aquiles de Luis XVI, concluye Fumaroli.

Su retratista no pudo cambiar la imagen frívola, despilfarradora, irresponsable de la reina de Francia y además, unió su destino al de ella: la pintora recibió su parte en los panfletos de odio dirigidos contra la soberana. Pero también el haber sido su retratista le permitió acceder a la Académie Royale y le abrió las puertas de los salones de la realeza y la aristocracia en sus años de exilio.

La pintora escapó por los pelos de la Francia revolucionaria y durante doce años deambuló por Europa, de palacio en palacio, pintando a hombres, pero sobre todo a mujeres ilustres (como lady Hamilton), a reinas (las de Nápoles y Cerdeña), siendo invitada de Catalina la Grande, o retratando al príncipe de Gales y a las hermanas de Napoleón Bonaparte.

Increíbles so las andanzas de esta francesa autora de un "repertorio antropométrico imprevisto de degollados de los dos sexos", dice Marc Fumaroli. En efecto, la mayoría de sus modelos durante las décadas de 1770 y 1780 perdió la cabeza, como Mará Antonieta...

Fátima Uribarri. XL Semanal, 6 de enero de 2024.