martes, 31 de agosto de 2021

Festival Visa pour l'image. Perpignan

Festival Visa pour l'image (Perpignan)

Para cientos de miles de niños, los paisajes apocalípticos son el escenario de su vida. Y siempre están en el objetivo de los fotorreporteros que cubren guerras, campos de refugiados, bombardeos...El festival Visa pour l'image (Perpignan, 33ª edición, 28 de agosto al 26 de septiembre) da buena cuenta de ese horror. Algunas imágenes que se exponen:

Siria. Solo quedan las ruinas. En Alepo tuvieron lugar los mayores enfrentamientos entre las tropas gubernamentales de Bashar Háfez al-Assad y los rebeldes. Diez años de guerra que costaron la vida a 500.000 personas en todo el país, han dejado la ciudad en ruinas. En la imagen, unos niños caminan en el barrio de Karm al-Jabal, en medio de una tormenta de arena. Joseph Eid/AFP

Grecia. El infierno de Lesbos. En septiembre del año pasado, un incendio en el campo de Moira provocó la huida de miles de migrantes, en medio de escenas de pánico. Ahora malviven en otro campo, Kara Tepe. Unos 7000 refugiados comparten instalaciones que apenas cubrirán las necesidades de mil. Médicos sin Fronteras trata a decenas de niños con problemas de ansiedad e intentos de suicidio. Angelos Tzortzinis/AFP

Etiopía. Sin salida. Cien mil niños están abocados a una desnutrición grave en la región de Tigray, al norte de Etiopía, por el conflicto armado entre el Gobierno central y el partido nacionalista que ostenta el poder en esta región. Naciones Unidas no deja de alertar sobre la situación, pero el conflicto empeora cada día. Nariman El-Mofty/AP

Palestina. Una vida bajo asedio. En marzo de este año una ofensiva de Israel sobre la franja de Gaza dejó dos centenares de muertos e innumerables edificios destruidos. Diez bombas por minuto llegaron a caer  sobre territorio palestino. La niña de la imagen observa desde los restos de su casa lo que queda de su barrio. Una vida difícil de reconstruir. Fatima Shbair/Getty

Yemen. Entre el hambre y el terror. En Yemen, el hambre hace estragos. Años de enfrentamientos entre el Gobierno y los rebeldes huthis, respaldados por Irán, han convertido el país en el de mayor emergencia humanitaria del planeta. La niña que aparece en la imagen espera en un centro de distribución de ayuda en Marib; además de alimentos la ONU ofrece a las familias ayudas de hasta 150 dolores. Giles Clarke pour l'ONU/OCHA

Lourdes Gómez. XL Semanal, domingo 29 de agosto de 2021

lunes, 30 de agosto de 2021

La fama construye tu confianza, pero también puede destruirte

Marion Cotillard

La actriz Marion Cotillard (París, 45 años) es la protagonista junto con Adam Driver de la película Annette, que se estrenó hace unos días en España. Este musical con tintes de ópera introduce a una pareja poco convencional, interpretada por Driver y Cotillard, que descubren que van a ser padres. él es un monologuista cómico y ella, una célebre cantante, y ambos lucharán por mantener unida su relación en medio de las presiones de la fama y la paternidad. El filme toma direcciones inesperadas con una deslumbrante astucia cargada de emociones. Dirigida por el inclasificable realizador francés Leo Carax, que ganó el premio a la mejor dirección en el reciente certamen de Cannes, Annette es un melodrama musical coescrito por Ron y Russell Mael. El festival de cine de San Sebastián le ha concedido a Cotillard el Donostia de la 69ª edición, que comienza el próximo 17 de septiembre.

-¿Le gusta interpretar musicales?

-En mi infancia, mis padres y yo nos mudamos constantemente, pero me dieron la oportunidad de echar raíces en la música con una educación musical muy amplia. Allí donde iba me buscaban un profesor o una profesora de piano y de solfeo. Fue una experiencia increíble porque al mismo tiempo que aprendí a andar aprendí a cantar. Con este filme he tenido la oportunidad de explorar esa parte de mí.

-Leo Carax le ha exigido cantar en los lugares más complicados...

-Este es uno de los personajes más difíciles que he tenido en toda mi carrera. Leo me mantenía en guardia. Un día me hizo cantar mientras fumaba, algo dificilísimo. Luego me puso unos tacones de 30 centímetros y me obligó a cantar por un camino en el que no veía nada. Esa fue la única vez que le dije que no rodaba, que no podía hacerlo. Cada día de rodaje fue una sorpresa...

-Usted fue la gran estrella del festival de Cannes. Es imposible que se celebre un festival sin su presencia...

-Es un festival francés y yo soy francesa, tiene sentido. Me gusta disfrutar de Cannes. Como actriz entiendo la responsabilidad de compartir mi trabajo en un foro con tantos periodistas a nuestro alrededor. Me he ido acostumbrando a compartir mi vida con los personajes que interpreto y la fama ha dejado de afectarme.

-Ganó un Óscar por su interpretación  de la mítica cantante Edith Piaf en el filme La vida en rosa. ¿Fue más fácil rodar Annette?

-En general cuando cantas en un musical tienes que grabar las canciones en el estudio y mientras estás en el set sincronizar los labios. En "Annette" se hizo en vivo, lo que significaba que el sonido del canto podía cambiar con cada movimiento del cuerpo. Tuve que entrenar para cantar mientras me movía; corriendo, caminando, agachándome. No puedes imaginar lo difícil que fue...

-La película también hace referencia a las presiones de la fama. ¿Le afectan?

-Lo cierto es que la fama construye tu confianza , pero también puede destruirte, especialmente cuando no tienes suficiente amor por ti mismo...Eso puede destruirte aún más, y es el motivo por el que hemos visto a tantas celebridades caer.

-Marion Cotillard no es solo una actriz. En el último festival de Cannes estrenó como productora el documental Bigger than Us.

-Sí. Me interesa la lucha civil, el medio ambiente, el futuro de la sociedad. Es parte de mi educación. Mi abuela y mis padres siempre han sido un ejemplo para mí...

María Estévez. Los Ángeles. Colpisa. La voz de Galicia , jueves, 26 de agosto del 2021

domingo, 29 de agosto de 2021

Leer y tejer inicia una nueva etapa

Una buena noticia para los lectores de este blog. A partir de septiembre leer y tejer cuenta con un nuevo colaborador, Jordan Bequin, un joven profesor en un Collège de la banlieue de París. Fue assitant de francés en el Instituto Eduardo Pondal de Santiago de Compostela en el curso 2014-2015. Inicia su colaboración publicando dos artículos en este mes de septiembre. Con ellos abre una nueva etiqueta del blog que se titulará: ¿Cómo lo ven en Francia? Con su presencia el objetivo del blog de ofrecer esas miradas cruzadas entre los dos países será más completo y espero que tan eficaz  y gratificante como el trabajo que llevamos acabo juntos en las clases del curso 2014-15. 

Bienvenido a leer y tejer

En esta nueva etapa seguiremos contando con la fiel y estimable colaboración de Maite Miñambres que, desde su origen, ilustra este blog con acierto y buen gusto, selecciona y publica las imágenes que acompañan a los textos.

Gracias a los dos.

Carmen Glez Teixeira, 29 de agosto de 2021

Aquellos veranos de Biarritz

Ahora que comienza la recta final del verano y para terminar la serie de algunos de mis viajes por Francia voy a cerrarla con los recuerdos  de aquellos veranos en Biarritz, casi siempre en las últimas semanas de agosto cuando los veraneantes empezaban a marchar. Veranos íntimamente ligados a nuestros amigos Annie y Jean-Pierre Dupouy. Diez años después de mi paso por el lycée Camille Jullian de Burdeos como assistante de español, nos reencontramos por primera vez en Biarritz. Nos acogieron, abriéndonos las puertas de  Le Petit Poucet, una villa en la parte alta de la ciudad, no lejos del faro que domina la costa y desde donde tantas veces esperamos ver aparecer el Rayo verde al atardecer.

Playa de Chambre d' Amour

En esa primera visita nos mostraron los lugares emblemáticos de la ciudad que mira al mar. Aquel pueblecito marinero del que Eugenia Montijo se enamoró; para ella Napoleón III hizo construir le Grand Palais y decidió  el éxito del lugar que se convirtió en cita obligada de la realeza europea, alcanzando su esplendor en la Belle Époque. Hoy aún sigue viviendo en parte de esa imagen del  pasado que unida al auge del golf, la talasoterapia y sobre todo del surf hacen de ella un lugar irreconocible en verano tomado por los turistas que duplican su población.  Sus playas de grandes olas, le Rocher de la Vierge, la Chambre d'Amour, están entre los viejos recuerdos de ese viaje, en Pascua de 1980. Pero también La Rhune, la montaña adosada al Altantico y primera de las cimas pirenaicas, todo un simbolo de la  vieja vida pastoral vasca, o los pueblecitos de postal de Ainhoa y Espelette una visita a Arcangues, su iglesia  de estilo vasco, con galerías y policromías; junto a ella, el cementerio donde se encuentra la tumba de Luis Mariano.

Biarritz, por su situación, se convirtió durante unos años en parada obligada en los viajes de verano a Francia con nuestros hijos. Cuando los niños crecieron, atravesaba, con frecuencia sola, las tierras castellanas; 12 horas en tren, de Galicia a Hendaya, donde me esperaban los Dupouy. Con ellos el espacio de Biarritz se fue abriendo poco a poco: de Biarritz a Bayonne, por el norte. Toda la cornisa vasca, hacia el sur: Bidart, Guéthary, Saint-Jean-de-Luz, Ciboure, Hendaya y Biritau. Frecuentes paseos y recorridos también  por el interior como el día que pasamos en Saint-Jean- Pied-de Port, donde confluyen todos los caminos franceses para venir a Compostela. Como unos peregrinos más, terminamos la jornada en Roncesvalles, el punto de partida español. A caballo siempre entre los dos países como nos gustaba vivir.

Algunos de estos lugares evocan recuerdos intactos en mi memoria.  Itxassou, cerca del Pas-de-Roland, un pueblecito encantador con su plaza,  su iglesia, su frontón; y en particular su restaurant du Chêne por el magnifico roble que luce en el jardín, donde celebramos mi cincuenta cumpleaños y  años después los setenta de Jean-Pierre. La pequeña pero gran  librería Bookstore en el centro de Biarrtiz. un sitio que me encantaba explorar  porque en su aparente desorden siempre me regalaba sorpresas. Allí descubrí a Christian Bobin con uno de sus primeros libros, La Part Manquante/ La parte que nos falta. ¿Y què decir de Bayonne? Su magia me la hicieron descubrir La Gran Ilusión y Bayona bajo los porches, dos de los libros de Miguel Sánchez-Ostiz.

En el jardín de la casa de Biarritz, un viejo plátano, frente a la fachada, en las largas tardes de verano, hacía las veces de discreto testigo de la amistad que se afianzaba entre la profesora de español en Francia y la de francés en España y sus respectivos maridos.. Bajo su sombra, en las horas silenciosas de la siesta, después del café seguido de un petit armagnac, hecho por Jean-Pierre, la lectura de los periódicos daba paso a la tertulia. Nos gustaba comentar las noticias del día; nunca faltaban las locales del Sud Ouest así como Le Monde y el País. Lo mismo hacíamos con los libros que nos intercambiábamos. De ellos recuerdo  La defaîte de la pensée/La derrota del pensamiento de Alain Finkielkraut ese libro premonitorio que tan bien supo ver  lo que estaba por venir. Recuerdo sobre todo los libros de Semprún el gran favorito de nosotras, las dos amigas. La escritura o la vida, Adiós luz de verano.

Biriatou

Sin ti, querida Annie, ya nada es igual en Biarritz. Si en algo la vida ha sido generosa conmigo, aunque me haya arrebatado prematuramente mis seres más queridos, lo ha sido con los amigos, los buenos amigos que me ha ofrecido.  El tiempo de vida, con frecuencia, no entiende de planes ni de deseos,  cuando dice  "se acabó", se acabó. Nosotras, que tantas cosas compartimos, no pudimos cumplir uno de nuestros proyectos. No fuimos a Biriatou. Ese lugar que para Semprún simbolizaba su doble identidad franco-española, su vista dominando, abarcando los dos países. Ese "double je" / "doble yo" que también sentíamos las dos. Siempre que al pasar la frontera, veo la indicación Biriatou, desvío de camiones, querida Annie, pienso en ti,  y en que debo subir, en nombre de las dos, algún día, a Biriatou.

Carmen Glez. Teixeira, 29 de agosto de 2021

sábado, 28 de agosto de 2021

La isla que prendó a Baudelaire

Jardín botánico de Pamplemousses

No es extraño que el poeta mauriciano Malcolm de Chazal, fallecido hace ahora 40 años, escribiera; "El futuro está delante de nosotros y el pasado detrás, pero a nuestros dos lados ¿qué clase de tiempo se encuentra?" Algo de esa envolvente incógnita, entre aperturismo y detención, mansedumbre y voluptuosidad en la isla donde nació  y vivió quien también subrayó; "La luz jamás es sucia salvo en la mirada del hombre" y enarboló esta palpable greguería sobre su paisaje; "Los colores rosados son los dientes de leche del sol".

Mark Twain, que pergeñó su Diario de Adán y Eva (1906) tras pisar estas tierras insulares sentenció: "Primero se creó Mauricio y luego a su semejanza se creó el paraíso". Como él muchos escritores viajeros han dado fe de su fascinación ante tanta concentración de belleza en un espacio tan reducido y recóndito, en pleno Océano Índico. Así, Darwin, Conrad, o Lewis Carroll, entre otros, han dejado testimonio del mismo vergel que inspiró a Baudelaire, en su viaje de 1845, aquellos frondosos versos iniciales: "Este país perfumado que el sol acaricia", surcado por "palmeras de donde llueve a los ojos la pereza...".

La capital de Mauricio ofrece el atractivo de sus animadas calles, mercados pintorescos y templos hindúes. Parapetada por los picos más altos, como el Le Pouce o el Pieter Both, que superan los 800 metros de altitud, Port Louis muestra en su orientación marítima una peculiar aleación cultural y arquitectónica, donde se dan la mano, por ejemplo, el auténtico barrio chino, el vistoso mercado central, la mezquita de Jummah (una joya del siglo XIX con la puerta esculpida en teca maciza) o el conjunto colonial de la Ciudadela, la Casa del Gobierno, la plaza de Armas y el edificio de Correos, desde donde se emitió a mediados del XIX, uno de los primeros sellos postales del planeta, el Blue-Mauritius, con un fondo marino junto al busto de la reina Victoria.

A las afueras, en el elegante y empinado barrio residencial de Moka, se halla la maison Eureka, una emblemática casa colonial de Mauricio. Construida a comienzos del siglo XIX, la mansión se convirtió a partir de 1986 en un atractivo museo con joyas de mobiliario de medio mundo -un armario de mógano francés, una mesa de tamarindo traída de la India, vajillas con emblemas británicos, porcelana japonesa o un gong chino- custodiadas por sus 109 puertas. Más al norte y hacia el interior de Mauricio, se encuentra el célebre jardín botánico de Pamplemousses del siglo XVIII, uno de los más importantes en plantas del subtrópico del mundo. Salpicado por bellas lagunas, junto a la totémica teca y diversos árboles-elefante se concentran alcanforeros, palmas -botella, lotus, ficus, nenúfares gigantes. Un lugar propicio para que Baudelaire inspirara en él su emblemático poema A una dama criolla, cuando la entrevió y prendado, la persiguió a hurtadillas "bajo un dosel de árboles todo perfumado".

Antonio Puente. El Viajero, El País, sábado 21 de agosto de 2021

viernes, 27 de agosto de 2021

Josephine Baker entra en el Panteón francés

Josephine Baker fue pionera en muchas cosas durante su vida y, 46 años después de su muerte en París, la icónica artista de music hall francoestadounidense, activista de los derechos civiles y miembro de la Resistencia sigue abriendo caminos: según adelantó ayer la prensa francesa, Baker ingresará el 30 de noviembre en el Panteón, donde Francia honra "a los grandes hombres". Será así la primera negra y solo la sexta mujer cuyos restos reposen en esta antigua iglesia cristiana de París reconvertida en gran templo laico que honra a algunas de las máximas personalidades francesas que han contribuido a la construcción del país desde su Revolución hasta hoy.

El diario Le Parisien que adelantó la noticia, asegura que el presidente Emmanuel Macron, anunció su decisión de aceptar la entrada de Baker en el Panteón el pasado 21 de julio. "Es un sí", dijo a una pequeña delegación que había impulsado una petición en este sentido y que en 2019 recopiló casi 40.000 firmas. El expediente de Baker llegó al Elíseo en junio. Sólo unas semanas más tarde, Macron dio su visto bueno y lo anunció en un encuentro en el palacio presidencial en el que, según el diario parisino, se encontraban, entre otros, el escritor Pascal Bruckner, el cantante Laurent Voulzy, el ensayista Laurent Kupferman, la empresaria Jennifer Guesdon y Brian Bouillon-Baker, uno de los 12 hijos adoptivos de la artista.

La decisión de que Barker entre en el Panteón no es anodina en un momento de "fracturas" en el país y a menos de un año de las elecciones presidenciales en las que la extrema derecha amenaza con volver a situarse en la final, señala Le Parisien. "Es un mensaje muy fuerte de universalismo", declaró Kupferman, que lanzó la campaña de firmas , al rotativo. 

"Josephine Baker encarna todo aquello que necesitamos en estos momentos, es decir, lo que nos puede unir. Ella es la prueba de que en la República francesa  todo es posible. Que  existe la igualdad de oportunidades. Y que además de los derechos  tenemos también deberes", agregó. La panteonización de Baker "simboliza la imagen de una Francia que no es racista, contrariamente a lo que dicen algunos grupúsculos mediáticos" acotó Pascal Bruckner en declaraciones a la agencia France Presse. "Baker es una verdadera antirracista, una verdadera antifascista".

La petición promovida para panteonizar a la Venus Negra, uno de sus apelativos de la época, destacaba que Baker fue una "artista, primera estrella internacional negra, musa de cubistas, resistente durante la Segunda Guerra Mundial en el ejército francés, activista junto a Martín Lutero King por los derechos civiles en los Estados Unidos y en Francia con la Lica (Liga internacional contra el antisemitismo, la actual Licra)". Además, destacó Jennifer Guesdon, otra de las impulsoras del reconocimiento, fue una "mujer muy contemporánea: se casó varias veces, no tuvo hijos, pero decidió adoptar a 12 niños. Era un icono libre, también bisexual y masón", declaró a Le Parisien. 

Baker, que falleció el 12 de abril de 1975, está enterrada en Mónaco, desde donde será trasladada hasta el Panteón. Es la segunda mujer que logra este honor bajo el mandato de Macron, que también decidió la inhumación en el templo de otro gran referente del feminismo francés, la exministra y superviviente de Auschwitz Simone Veil, en 2018.

Silvia Ayuso. París. RV. El País, lunes 23 de agosto de 2021 

jueves, 26 de agosto de 2021

Tiros, disparos y pistoletazos

Un par de ensayos del mexicano Christopher Domínguez Michael y la española Belén Gopegui remiten desde el título a La cartuja de Parma (1839), la bellísima novela de Stendhal. Me refiero a Tiros en el concierto. Literatura mejicana del siglo V (1997) y Un pistoletazo en medio de un concierto. Acerca de escribir de política en una novela (2008). Ambos libros son brillantes y del todo recomendables, aunque el cometido de estas líneas no es comentar sus contenidos, sino admitir la simetría de los títulos inspirados en distintas traducciones de una misma novela.

Así, en el capítulo XXIII de La cartuja de Parma, mientras Bruno le informa a la duquesa Sanseverina del fallecimiento del príncipe, el omnisciente narrador se permite la siguiente reflexión: "La politique dans une oeuvre littéraire, c'est un coup de pistolet au milieu d'un concert, quelque chose de grossier et auquel pourtant il n'est pas possible de refuser son attention". La primera traducción al español del libro la realizó Manuel G. Morente en 1917 para la benemérita editorial Calleja y aquel pasaje quedó así: "La política en una obra literaria, es como un pistoletazo en medio de un concierto, es una grosería a la que, sin embargo, no se puede negar atención". La frase es tan sencilla y su mensaje tan plástico que podemos concentrarnos en las diferentes versiones de la afirmación principal interpretadas por los mejores traductores de Stendhal  al español.

Así, a vuelapluma tenemos: "En una obra literaria, la política es como un pistoletazo en medio de un concierto"(Joseph Farran y Mayoral); "La política en una obra literaria viene a ser lo que un tiro en un concierto"(Manuel Machado); "Hablar de política en una obra literaria, es como  disparar un pistoletazo en medio de un concierto sublime" (Augusto Escarpizo); "La política en medio de una obra literaria es como un disparo en medio de un concierto" (Antonio Vilanova); "La política en una obra literaria es un pistoletazo en medio de un concierto" (Consuelo Berges), y "La política, en una obra literaria, es como un disparo en mitad de un concierto" (Carlos Pujol). Como se puede apreciar, el estrépito es el mismo, peo gracias a los títulos de sus libros, podemos intuir que Christopher Domínguez Michael leyó La cartuja de Parma en la traducción de Machado -que no circuló en España hasta que Espuela de Plata y Belén Gopegui en la de Consuelo Berges- porque además incluyó la cita literal como epígrafe de su ensayo.

El asunto no es baladí, porque estaríamos quitándole importancia al trabajo de los traductores literarios, noble especialidad que deseo reivindicar en estos tiempos de dispensadores macarrónicos premunidos de inteligencia artificial. Y si una frase tan sencilla consiente tiros, disparos y pistoletazos, reconozcamos la enorme dificultad de traducir ensayo, poesía o narración. ¿Tanto hay que afinar para traducir? Rafael Accorinti -traductor del inglés al español- ha reflexionado al respecto para explicar la diferencia que existe entre traducir  The Sound and the Fury (1929), de William Faulkner, como "El sonido y la furia o "El ruido y la furia", así como por qué A Room of One's Own (1929), de Virginia Wolf, sería más apropiado traducirlo como "Un cuarto propio" en lugar de "Una habitación propia". El título que la escritora Remedios Zafra eligió para su ensayo Un cuarto propio conectado:(Ciber)espacio y (auto)gestión del yo respalda la traducción de Berges y la reflexión de Accorinti

Fernando Iwasaki. El País Semanal, sábado 14 de junio de 2021


miércoles, 25 de agosto de 2021

La ruta marítima es el primero de los caminos.

Ruta Xacobea del mar de Arousa y  rio Ulla

La ruta marítima es el primero de los caminos, sin translación no hay Camino. En un contexto en que el que proliferan los aspirantes a ser reconocidos como caminos de peregrinación a Santiago, la Fundación Ruta Xacobea do Mar de Arousa e Ulla está dando un nuevo impulso, el enésimo, al recorrido marítimo que reproduce el viaje del Ápostol hasta Compostela abriendo nuevas vías de colaboración con entidades como la mancomunidad Barbanza Arousa. Javier Sánchez-Agustino que hace 11 años tomó el relevo de su padre al frente de la fundación, está empeñado en seguir sumando esfuerzos.

-En su día dijo que asumió la presidencia de la fundación para dar continuidad a los proyectos que su padre dejó inacabados, ¿ha cumplido su objetivo?

-Creo que sí- Hemos hecho un esfuerzo importante en la promoción de la ruta recogiendo proyectos que estaban en marcha e iniciando unos nuevos. Encima de la mesa estaba la edición de una guía literaria de la ría de Arousa y el Ulla que se realizó, y otra guía con toda la información sobre los cruceiros de la ruta. También fueron naciendo otros proyectos colaterales, como la señalización de las sendas en las márgenes  norte y sur de la ría que acompañan al Camino por tierra, o el sellado de las cartillas náuticas al que acaba de unirse la mancomunidad de Barbanza. También se reacuñó la moneda Adro Vello del siglo XII, la primera de curso legal que representa la barca apostólica y que constituye un elemento simbólico trascendental para nuestra ruta.

-El convenio con Barbanza Arousa llegs tras unos años en los que da la impresión de que la fundación ha estado menos presente en la zona norte de la ría.

-Esto va por ciclos. Los ayuntamientos se renuevan cada cada cuatro años y las prioridades cambian. Lo que intentamos desde la Fundación Mar de Arousa es sumar esfuerzos por un objetivo común, que es promocionar la "traslatio" y todo el territorio. Ahora hay una sensibilización muy importante y hemos encontrado una colaboración y una apuesta decidida. Pero dentro de la fundación el compromiso de todos los concellos es total desde 1965. Este es un camino muy singular, tenemos una joya que debemos cuidar y mimar.

-¿Cuál es la importancia del remonte del Ulla en las rutas jacobeas?

-La ruta marítima es el primero de los caminos, sin traslación del Apóstol Santiago no hay Camino de Santiago, no conoceríamos las otras vías de peregrinación...

Marta Gómez. Ribeira . La Voz de Galicia, domingo 8 de agosto de 2021

martes, 24 de agosto de 2021

La piscina con pedigrí: de Matisse a Joan Didon

The Swimming Pool en el MoMA

"Me voy a hacer mi propia piscina". Estas palabras pronunció Matisse al volver de una piscina de Cannes y sufrir un "sol abrasador". Aquel día de 1952 se había levantado diciendo: "Quiero ver gente buceando". Lydia Delectorskaya, su mano derecha y modelo, lo llevó a su piscina favorita, pero al pintor no debió gustarle la experiencia. Matisse quería su piscina y tuvo su piscina. La construyó con papel y figuras recortadas, sus famosos cut-outs. Pidió a Delectorskaya que rodeará con un papel blanco la pared de una habitación de su casa del Hotel Regina de Niza; sobre ella iba cortando y pegando figuras de nadadores, criaturas acuáticas y esos bañistas que se había empeñado en ver. Esta obra se llama The Swimming Pool, está custodiada en el MoMA y se exhibe en contadas ocasiones. Cuando esto ocurra hay que ir a verla: es una rareza.

Todas las piscinas diseñadas o dibujadas por artistas lo son. Lo extraño es que no haya más. Una piscina es un lienzo en blanco o en azul que pocas veces se usa como tal. Ahora que los millonarios construyen mansiones con spas privados  y salas para Zoom sería la ocasión de encargar a artistas piscinas de autor. Aquí queda la idea. Para inspirar lanzamos un ejemplo cercano. Se trata de El Martinete, una propiedad marbellí que perteneció a Antonio El Bailador y que cuenta con una piscina del mismísimo Picasso. El pintor no se metió dentro a pintarla. La historia comenzó en el 80 cumpleaños de Picasso; en aquella fiesta Antonio bailó ante él  y el pintor, arrebatado, dibujó un retrato suyo y se lo regaló. Años más tarde el bailarín decidió trasladarlo al suelo de su piscina. Esta piscina, otra rareza reúne un mito dentro de otro mito. Quizás por eso una imagen de ella fue la publicación que más likes recibió en el Instagram de la revista AD en todo 2020...

Si David Hockney es el gran pintor de piscinas del siglo XX. Chever fue su escritor. Joan Didion es otra ideóloga piscinera. Su cita más popular dice: "Una piscina es agua hecha disponible y útil y, como tal, es infinitamente relajante para el ojo occidental". Para esta escritora de Sacramento una piscina es orden y deseo  y aquí va otra de sus frases célebres: "Siempre he querido una piscina y nunca he tenido una". Y una más: "El agua es importante para quien no la tiene, como el control". Su obsesión por el agua permea gran parte de su obra. Es curioso: en Google no hay imágenes de ella dentro de una piscina. Es fácil imaginarla en su bordillo, vestida, observando, fumando en silencio...

Anabel Vázquez. RV. El País, lunes 23 de agosto de 2021

lunes, 23 de agosto de 2021

Annette. Cuento de canciones, risas y tormento

Denis Lavant desplazándose por las calles a un paso del descoyuntamiento y al ritmo del Modern Love de David Bowie, en la prodigiosa Mala sangre (1986), el festín de fuegos artificiales con el Danubio azul de Johan Strauss de fondo, y Lavant y Juliette Binoche, ebrios de pasión, en Los amantes del Pont-Neuf (1991); la apoteosis de los acordeones comandada también por Lavant y de intensidad creciente, en forma de trávelin eclesial tras el entreacto de la suicida Holy Motors (2012). Las películas de Leo Carax siempre han explotado en forma de descargas musicales de amplio impacto. Así que tiene todo el sentido que haya acabado con un musical: el formidable Annette, cuento de canciones, risas y tormentos a cerca del amor y la muerte, la creación y la desolación, el ego y el martirio, la envidia y la valentía, la pasión y los malos tratos, la paternidad familiar y la paternidad artística. Y lo ha hecho de la mano de Sparks.

Los hermanos Ron y Russell Mael, miembros de Sparks, son los autores de la idea de la película y los compositores de las canciones. Carax no se conforma con ilustrar los temas en las imágenes. Añade una pátina de excentricidad e innovación, de gusto estético y de coraje. Es Annette una obra sin apenas texto que no se parece a (casi) nada. Quizá en su concepto pueda entroncar con ciertas óperas rock, sobre todo con Tommy (The who/ Ken Russell) y The Wall (Pink Floyd/Alan Parker). Pero transciende a ambas porque su sello está anclado en las particularidades del musical clásico.

Adam Driver y Marion Cotillard, sus `protagonistas, hacen una majestuosa faena física y vocal. El resto lo pone el maravilloso trabajo de inventiva, arte y técnica con la bebé, y con las dos niñas, que forman parte ya de la historia del cine.

Una voz en off invita en el primer minuto a contener la respiración ante lo que viene. Signo de confianza en la obra de unos creadores que, según esa voz, pueden pecar de vanidosos. Quizá lo sean, pero hay razones para su seguridad como artistas. Su filme, premio a la mejor dirección en Cannes, es una conquista.

J.O. Revista V. El País, viernes 20 de agosto de 2021

domingo, 22 de agosto de 2021

Edgar Morin. El filósofo humanista

Edgar Morin

Ser apreciado después de muerto no certifica el valor de un autor porque "el tribunal de la posteridad no es justo", afirmaba en una reciente entrevista en la radio cultural pública francesa Edgar Morin (París, 100 años). En el mismo programa el filósofo y sociólogo se declaraba convencido de que su obra no ha ejercido hasta ahora una influencia profunda. Un juicio que contrasta con los reconocimientos públicos de toda clase que ha recibido. Morin -creador del concepto de pensamiento complejo, el estudio de las distintas dimensiones de la realidad- por su centésimo cumpleaños el pasado 8 de julio. Suplementos especiales en prensa, audiencia en el palacio del Elíseo y un sinfín de felicitaciones, en sintonía con una vida de éxito profesional y social. Ahí está la larga lista de doctorados honoris causa, los premios, las condecoraciones y la difusión de su obra, más de 40 libros en los que ha analizado los problemas de la educación y el conocimiento, además de reflexionar sobre su propia vida.

Lo cierto, sin embargo, es que, muchos no lo han entendido todavía, reconoce su amigo, el profesor de la Universidad de Valladolid Emilio Roger Ciruana, autor de una de las primeras tesis doctorales sobre Morin, parte de la cual se publicó en 1998 como libro (Edgar Morin, Introducción al pensamiento complejo). "Su epistemología general es una disposición mental, una forma de abordar la realidad. Cuando hablamos de complejidad hablamos de que esa mirada que lanzamos al mundo debe ser multidisciplinar, multirreferencial", cuenta por teléfono Roger. "Los dos aspectos que aprecio más de su obra", señala por correo electrónico Nuccio Ordine, profesor de la Universidad de Calabria y amigo también de Morin, "son el tema de la incertidumbre (el saber convivir con lo imprevisible, con el fracaso, con lo inesperado, conceptos cuya importancia hemos comprendido bien durante la pandemia) y el de la enseñanza. Las relaciones entre escuela/universidad y vida; entre saber y construcción de un mundo mejor: la educación al servicio de la sociedad y no del mercado". 

Ordine, que se ha mantenido en contacto con Morin durante la pandemia "mediante aperitivos visuales y videollamadas", destaca también entre sus cualidades, "el entusiasmo que transmite a sus interlocutores y su sencillez, que hace mucho más fácil y auténtico el diálogo con los demás. Edgar vive como piensa: para él no hay separación entre filosofía y forma de vivir". Emilio Roger coincide con esta apreciación. "Lo mejor de Edgar es él. Es lo que llamamos una buena persona. Dicho coloquialmente, un tipo legal"...

Lola Galán. Ideas. El País, domingo 1 de agosto de 2021

sábado, 21 de agosto de 2021

Napoleón, carretera y mármol

Estatua ecuestre de Napoleón en Laffrey

Un viaje entre la Costa Azul y París por la ruta que el emperador emprendió en marzo de 1815 para reconquistar fugazmente el poder tras su exilio en la isla de Elba, a los 200 años de su muerte. No hay que insistir mucho para que un francés se ponga a hablar de Napoleón Bonaparte. En la barra de Chez François, una taberna a las afueras de Laffrey, un pueblo de medio millar de habitantes en los Alpes, la discusión se enciende rápido. "Es un dictador", sentencia Michel-Joseph, jubilado de la compañía telefónica. Alain, quien trabajó en la construcción sonríe: "Déjalo tranquilo. Sólo mató a veinte millones de personas". Y subraya: "Solo". En realidad la cifra es muy inferior . El tercero, Michel, asiste callado al diálogo. Después hablan del presidente Macron: otro "dictador", dicen. En las elecciones presidenciales de 2022, Alain y Michel votarán a Marine Le Pen, candidata de la extrema derecha; Michel Joseph, no. "Soy de izquierdas", afirma. Ni hablar de vacunarse contra la covid-19, no se fían: en eso, los tres coinciden.

Al cruzar la puerta, un camino conduce a una pradera. Sobre un promontorio, se eleva una estatua ecuestre, protegida por una valla y vigilada por cámaras. Es Napoleón, el emperador de los franceses. El hombre que conquistó Europa y la perdió, el que dejó un reguero de sangre , pero también de leyes y decretos que crearon las administraciones modernas.

Este es un viaje de casi 900 kilómetros tras los pasos de lo que la mitología napoleónica llama el vuelo del águila: el desembarco en la costa mediterránea, el 1 de marzo de 1815, después de 300 días de exilio en la isla de Elba, y la prodigiosa reconquista del poder en París el 20 de ese mismo mes. "La invasión de un país por un solo hombre", resumiría Chateaubriand. Thierry Lenz, historiador y director de la Fundación Napoleón, dice: "Hay algo de milagro, aunque no dejó nada al azar en los preparativos". Él iba a caballo y muchos de sus soldados -un millar al principio, más a medida que se acercaban a la capital- a pie; los enviados de El País viajan en automóvil. Ellos tardaron 20 días; nosotros cuatro. Él se desplazó por una Francia preindustrial con comunicaciones precarias; nosotros atravesamos un país que intenta superar una pandemia: campo y ciudad, montaña y llano, la Francia vacía y la superpoblada. 

Napoleón ausente y a la vez presente durante el trayecto. Legendario y remoto, pero en la Francia de 2021 nunca está muy lejos. Héroe, criminal. Ensalzado 200 años después de su muerte, pero nunca seguro de su lugar en la historia. "Aquí llega el emperador", anuncia una mujer sentada en una terraza del paseo marítimo de Golfe-Juan, pueblo turístico entre Niza y Cannes donde empieza el periplo. Por delante acaba de pasar un tipo vestido de época: el bicornio, la casa y las medallas...

Marc Bassets. Revista V. El País, lunes 2 de agosto de 2021

viernes, 20 de agosto de 2021

Laurent Garnier: Off the record

Laurent Garnier
A Laurent Garnier (Boulogne-Billancourt, Francia, 55 años) la música le quitaba el sueño. Literalmente, en 1988, pasaba los días en el servicio militar y las noches en los clubes para formarse como pinchadiscos. Lo recuerda con nostalgia en una videollamada con este diario y también con el documental Laurent Garnier: Off the record, estrenado la semana pasada en la 11ª edición del Atlàndida  Mallorca Film Fest y que se podrá ver en los espacios del festival hasta el 26 de agosto, y en la plataforma Filmin a partir de otoño. Lo más duro entonces podría parecer la incompatibilidad diaria, pero para él lo peor fue que para hacer el servicio militar había tenido que regresar a Francia después de pasar una temporada en el Reino Unido, donde había vivido el estallido del tecno: "Allí había raves (fiestas clandestinas en las que suena música electrónica) con decenas de miles de personas por todo el país, mientras que en Francia no había ni un solo club que pusiera música de ese estilo. El país era y sigue siendo muy rockero y desde el primer día nos vieron como el enemigo. Lo más difícil fue hacer entender a la gente que no era una moda inglesa ni exclusivamente para gais, ni tampoco era una fase ni estaba relacionado con las drogas".

A sus 55 años el productor tiene el mismo aire de ensoñación que aquel joven insomne devoto de aquellos sonidos, luces y emociones. Consiguió, junto a sus compañeros, que no les trataran como tipos raros, que entendieran esa nueva corriente que iba a ser un fenómeno. Tanto que 2017 llegó a ser distinguido como caballero de la Legión de Honor francesa.

Antes de ponerse frente al público, ya fuera reducido o numeroso, se creó su propio escenario: su habitación como rememora en el documental. "Ser dj, tocar frente a un público y compartir la música era mi sueño". Y lo cumplió. "Nuestro trabajo es observar la sala, saber la hora, qué día es y qué hora es, entender el sistema de sonido y el estado de ánimo de la gente e intentar encontrar el momento en que los vas a atrapar con un disco y los vas a llevar al cielo. Eso cada noche, y de manera diferente", señala...

Claudia Vila Galán. Madrid. El País, martes 3 de agosto de 2021

jueves, 19 de agosto de 2021

Los manuscritos perdidos de Céline, 77 años después

Louis F. Céline

Cuando el 17 de junio de 1944 Louis Ferdinand Céline huía con salvoconducto alemán hacia el exilio que le llevaría primero a Alemania y posteriormente a Dinamarca, era muy consciente de que en su piso de la rue Girardon de París dejaba manuscritos, muebles y demás pertenencias . Su mujer, Lucette Destouches, apenas tuvo tiempo de retirar las últimas piezas de oro en el Crédit Lyonnais, mientras él confiaba algunos papeles a su secretaria. Se embarcaron en un tren que partía de la Gare de l' Est hacia Baden Baden.

El 25 de agosto se produjo la liberación de París y el General De Gaulle dicto su famoso discurso en el Hotel de Ville: "¡París ultrajado! ¡ París roto! ¡París martirizado! ¡París liberado!". Los resistentes tuvieron por fin vía libre para ir a la caza de los colaboracionistas. Los famosos épurateurs (se conoce como Épuration leégale a los juicios realizados en Francia después de la liberación contra todos aquellos que colaboraron con la ocupación alemana) entraron en acción. Fue en esos días cuando alguien irrumpió en el piso de la rue Girardon y se llevó las obras que había dejado el escritor en un armario, entre las que se encontraban novelas como Casse-Pipe o Mort à crédit y otros tantos centenares de páginas. 77 años después, ese conjunto literario de leyenda ha aparecido en París, en uno de los hallazgos literarios más interesantes en lo que llevamos de siglo. 

Prueba de que jamás olvidó esos papeles es la cantidad de veces que el mismo Céline se encargó de repetirlo. En su obra De un castillo a otro, escribió : "No me han dejado nada, ni un pañuelo, ni una silla, ni un manuscrito". En una carta de 1950 a su amigo Pierre Monnier anotó: "Hay que decir bien claro que si Casse-Pipe está incompleta es porque los ladrones han tirado todo el final en los cubos de basura de la Avenue Junot". Y, días antes de su muerte, en Rigodon, su último y póstumo libro, escribió: "Ya me han quitado bastante, ya me han desvalijado bastante, todo se lo han llevado, eh, quiero que me lo devuelvan"...

El diario francés Le Monde ha revelado este descubrimiento siguiendo su rastro desde la Liberación  hasta hoy, sacando a la luz el capítulo que faltaba de una de las biografías más intensas, controvertidas y estudiadas del siglo XX. Él médico y escritor Louis Ferdinand Auguste Destouches (Courbevoie, 1894-París, 1961) es considerado uno de los autores literarios más influyentes del pasado siglo, dueño de un estilo transgresor, coloquial auténtico y reconocible. No en vano es, tras Marcel Proust, el escritor más traducido y leído de la literatura francesa del siglo XX. Genio para unos por la revolución que supuso el empleo de un lenguaje y un francés provocador, incisivo, nihilista y agresivo nunca leído hasta ese momento, y desleal y conspirador deleznable para otros, al reconocerse abiertamente antisemita y simpatizante nazi. Héroe de guerra para unos por su lucha como voluntario en la Primera Guerra Mundial, traidor colaboracionista para otros por sus repetidos panfletos contra los judíos durante y después de la Segunda Guerra Mundial...

Use Lahoz. París. El País, sábado 7 de agosto de 2021 

miércoles, 18 de agosto de 2021

"El Camino es como la vida, cuesta"

Julio se despide con buenas cifras de llegada de peregrinos. Después de la recesión del último año, en julio hubo 33.382, muchos de ellos en las semanas cercanas a la festividad del Apóstol, aunque terminadas las fiestas, muchos caminantes siguen alcanzando la Catedral estos días. 

La Plaza del Obradoiro estaba ayer rebosante de ellos, animados por el buen tiempo que acompañó la mañana. Sacha Pajot es francés y llegó desde Burdeos tras dos meses andando. No puede contener su felicidad: "La experiencia ha sido mágica, aún mejor de lo que me esperaba". Joven, en forma, subraya que "hacer el Camino ha sido una buena experiencia para mi cuerpo y para mi cabeza". Es la primera vez que lo hace, pero no descarta repetir. Por lo pronto, su objetivo es ir a Fisterra y valora volver a casa por el Camino del Norte: "Aún no sé, todo es posible".

Son muchos los peregrinos que deciden comenzar la peregrinación en Sarria para obtener la compostela. Es el caso de dos profesoras de Valencia, Marta Fernández y Sara Bordes. Califican la experiencia como "impresionante, sobre todo por la humanidad y por las buenas historias de la gente". Llegaron a Santiago emocionadas, con un nudo en la garganta: "Coincidimos con un niño de ocho años y su madre y fue realmente motivador, además de emotivo, encontrarlos al final del recorrido". Decidieron hacer el Camino "para pensar, para encontrarnos, para hacer algo diferente" y el buen tiempo las acompañó durante todo el trayecto.

Una familia proveniente de Madrid lleva haciendo el Camino 9 años. Comenzaron en 2012 cuando sus hijos tenían 3 y 5 años... Susana, la madre, resume así la enseñanza que quiere inculcarles a sus hijos : "La vida es como el camino, a veces cuesta, pero también hay tiempo para disfrutar"...

Lucía Ortigueira. Santiago. La Voz de Galicia, martes 3 de agosto de 2021

martes, 17 de agosto de 2021

Mujeres.Entre Renoir y Sorolla

Hasta el 17 de octubre, el Museo de Pontevedra exhibe la muestra Mujeres. Entre Renoir y Sorolla, con la que completa su programación estival y que aspira a ser uno de los principales reclamos culturales de Galicia de cara a los próximos meses.

La muestra está conformada por medio centenar de obras, en su mayoría cuadros procedentes de la Fundación Fran Daurel y firmadas por artistas de la talla de Renoir, Casas, Hugué, Gargallo, Palencia, Rusiñol o el propio Sorolla- Todas ellas tienen el común denominador de que ponen a la mujer en el primer plano como protagonista "en los turbulentos años de transición entre los siglos XIX y XX, cuando el ámbito de lo femenino se convierte en uno de los asuntos más tratados por la modernidad".

A este respecto, el director del Museo de Pontevedra, José Manuel Rey, destacó que se trata de artistas "cuyas obras muestran, además de la visión más tradicional y convencional, la llegada de la identidad femenina a otros ámbitos más novedosos". De este modo el visitante se traslada a una época en la que se producen una serie de transformaciones sociales que también repercutirán en la mujer y que las piezas seleccionadas coinciden en plasmar de una manera natural.

A este respecto, la comisaria de la muestra, Helena Alonso, señala que la exposición se estructura abordando diferentes ámbitos del espectro femenino, de tal modo que el primero se centra en el aspecto intelectual y que se percibe en que el tema de la mujer como lectora sea uno de los más plasmados por los autores de la época. Esta situación es reflejo del hecho de que que, tal y como precisó Helena Alonso, a finales del XIX el índice de alfabetización femenina se triplique.

Pero Mujeres. Entre Renoir y Sorolla también se adentra en la intimidad de las mujeres a través de tres obras centradas en el desnudo femenino. Así, junto a trabajos de Masriera y Benjamín Palencia, los visitantes pueden contemplar, Desnudo en el diván amarillo, un cuadro considerado insólito en la producción de Sorolla, toda vez que su esposa no permitía que las modelos posasen sin ropa para el pintor valenciano por lo que se sospecha que la protagonista sea la propia mujer de Sorolla.

De igual modo, la exposición muestra el interior doméstico de los hogares de la época, toda vez que, en palabras de Helena Alonso, "es el lugar donde muchos artistas seguían situando la representación del ámbito femenino". Y todo ello, a pesar de los cambios sociales que se percibían  y que se muestran en la sección titulada La conquista del espacio exterior, en la que se muestran algunas pinceladas de cómo la mujer va conquistando su espacio propio en la ciudad, en el mundo de la cultura, en las playas...Una idea que está representada en Dos amigas de Antonio Utrillo, que muestra a dos jóvenes paseando por la calle de noche.

Uno de los aspectos más curiosos de esta muestra es la posibilidad de disfrutar de una playlist de Spotify con autores de la época.

López Penide. Pontevedra. La Voz de Galicia, 16 de agosto de 2021

lunes, 16 de agosto de 2021

Chris Marker, el tiempo como espiral

Chris Marker nació y murió un 29 de julio. Sincronía que recuerda la de esa misteriosa escena con la que se abre y se cierra La jetée (1962), atrapándonos en un bucle temporal que hoy forma parte de la historia del cine y de una de las filmografías más originales del siglo XX. No en vano cuesta tanto etiquetarla como sucede con su propio autor, al que la filmoteca de Cataluña dedica un programa doble con motivo de su centenario en el que podrá verse una selección de sus documentales, ensayos, diarios fílmicos y programas televisados, así como otros materiales en formato expositivo, como sus primeras fotografías de viaje o la colección de guías Petite Planète, de la que fue redactor jefe.

Marker, que debe su apellido a los rotuladores permanentes, difícilmente se dejaba fotografiar y rara vez aceptaba entrevistas. Una la concedió en el videojuego Second Life, fiel a su sentido del humor y a su costumbre de operar bajo diferentes logins (Kosinski, Sandor Krasma, Hayao Yamaneko), como quien suma varias vidas. Quizás por eso le fascinaban tanto los gatos. Esta elusividad fue su pasaporte, lo que le permitió transitar libremente de un lugar a otro, en función de sus inquietudes, que por escrito podrían agruparse en tres o cuatro bloques, aunque él las viviera simultáneamente.

Así estaría el que documenta diversas luchas políticas  y reflexiones sobre ellas, convencido del poder transformador del cine. El que viaja de un confín a otro atraído por la belleza y sus contrastes, ya sea crítica o poéticamente...Ahora bien, lo que dio una unidad a su obra fue una incasable reflexión sobre las imágenes y el cómo configuran nuestra experiencia. En este sentido viene a cuento lo que dijo Jean-Luc Godard al afirmar que el cine nunca ha sido un buen historiador, pero quizás él fue quien más hizo por solucionar esto, cuestionando retrospectivamente el significado de muchos acontecimientos según el modo en que quedaron registrados en metrajes o fotografías de distinta procedencia y que el propio Marker se divertía ensamblando (...)

En estos tiempos medio amnésicos y en los que corren tantos bulos, las sospechas de Marker respecto  a cómo articulamos ciertos relatos en función de lo que retenemos  de su imágenes vuelven a ser muy pertinentes, e incluso nos hacen de antídoto: celebremos su aniversario.

"Chris Marker: Són les sis a tota la terra..."Filmoteca de Catalunya. Barcelona. Hasta el 30 de septiembre.

Andrea Valdés. Babelia. El País, sábado 10 de julio de 2021

domingo, 15 de agosto de 2021

Gustave Flaubert, el patrón

Gustave Flaubert

Francia conmemora el bicentenario del nacimiento de Gustave Flaubert, a quien algunos escritores (no sólo novelistas, ni sólo franceses) consideran su patrón. No creo que en otros lugares de Europa celebren el acontecimiento, porque los europeos poseemos una moneda única, pero no un único sistema cultural, y en países como España, donde el patriotismo no se puede expresar políticamente, a menudo se expresa culturalmente. Sea como sea, pregúntenme a mí si Flaubert es mi patrón, y yo que soy bastante bueno formulando preguntas, pero muy malo dando respuestas, les daré no una, sino dos: ambas son afirmativas, aunque una es larga y la otra corta.

La larga es mi primera novela que se titula El móvil y constituye una furiosa declaración de amor a Flaubert protagonizada por un novelista a quien el furioso amor por Flaubert conduce al delirio y el crimen. La respuesta breve podría ser la siguiente : Flaubert es después de Cervantes, el novelista más decisivo de la historia de la novela moderna: Flaubert la revoluciona y la sofistica. La novela nace con Cervantes como un género degenerado, gozosamente bastardo, sin nobleza; es decir, sine nobilitate; es decir, snob. Por eso dos siglos y medio después de publicado el Quijote, Flaubert no sólo se propone dotar a la prosa de la misma perfección estética que la poesía, sino sobre todo elevar la novela al mismo estatus que aquélla posee desde la Antigüedad: de ahí que las novelas de Flaubert posean una conciencia de sí mismas, una geometría y una obsesiva deliberación que, antes de él sólo buscaba la poesía; para Flaubert la novela es forma, igual que la poesía: en una novela una buena historia bien contada es una buena historia, pero una una buena historia mal contada es una mala historia.(...) La novela se convierte después de Flaubert en un género irreversiblemente flaubertiano, como prueba el simple hecho de que sus mejores discípulos -Joyce, Kafka, Proust, Faulkner- fueron también los mejores novelistas de la primera mitad del siglo XX a secas. Flaubert fue autor de una obra cicatera, pero incomparable; sus cuatro grandes novelas -Madame Bovary, Salammbô, La educación sentimental y Bouvard y Pécuchet (esta última inacabada)- son cimas inapelables del género, y en los 24 años que median entre la primera y la última su autor recorre un tránsito de siglos: Madame Bovary lleva a la perfección la novela realista; Bouvard y Pécuchet la desintegra, abriendo las puertas al siglo XX...

En un ensayo titulado Flaubert y su destino ejemplar, Borges afirma que el novelista francés fue "el primer Adán de una especie nueva: la del hombre de letras como sacerdote, como asceta y casi como mártir". Mucho me temo que, en este tiempo nuestro, tan descreído, esos tres personajes se antojen remotos, por no decir irrisorios; pero todos los escritores sabemos en secreto que es casi imposible que un escritor que no tenga algo de sacerdote y de asceta -tal vez incluso de mártir- sea un escritor de verdad. Esa es quizá la razón fundamental por la que Flaubert sigue siendo nuestro patrón.

Javier Cercas. El País Semanal, 1 de agosto de 2021 

sábado, 14 de agosto de 2021

Saint- Tropez

El barrio de La Ponche

La vista desde la terraza de La Ponche, el hotelito en el barrio de pescadores de Saint-Tropez  que frecuentaban las estrellas del cine y la literatura, ha cambiado poco. Las montañas a la otra orilla del golfo, los veleros y como decía la escritora Françoise Sagan, "el único elemento estable del pueblo: el agua azul, el agua lisa". Sí, ahora se ven más construcciones en la costa que en las fotografías  de la época y algún yate interrumpe la calma del Mare Nostrum. Pero La Ponche -este rincón del pueblo que Brigitte Bardot hizo célebre cuando en 1956 protagonizó Y Dios creó la mujer- parece inmune al paso del tiempo.

"Mire, ahí nací yo", dice Simone Duckstein señalando el edificio que en aquel año de 1943, todavía no era un hotel, sino un bar regentado por sus padres. Sentada en la terraza, Duckstein habla del Saint-Tropez de antes, del de ahora. Ella estuvo aquí desde el principio. A todos los vio pasar. A Picasso y a Boris Vian, el trompetista-poeta que convenció a los padres de Simone  para abrir una pequeña boîte de jazz que tras la II Guerra Mundial se convertiría en una sucursal en la Costa Azul de Saint-Germain-des-Près, el barrio existencialista de París. A Simone de Beauvoir  y a Jean-Paul Sartre. A sus amigas: Sagan, la autora de Buenos días, tristeza, y Bardot o B.B., recluida desde hace años en sus casas, La Madrague y La Garrigue, cerca de aquí, pero indiscutible emperatriz de Saint-Tropez. Y a tantos otros: Romy Schneider, Catherine Deneuve, !José Luis de Villalonga¡... No cita tantos nombres por vanidad. Realmente fueron el paisaje de su vida. Pocas personas vieron tan de cerca y desde una atalaya como esta -la terraza de La Ponche- los dramas y alegrías, las transformaciones profundas  y lo que nunca cambia en la vida de uno de los destinos veraniegos más exclusivos. 

"Es un pueblo de verdad, con sus tradiciones. Y a la vez todo el mundo está aquí", resume Siomone Dckstein. Hay algo telúrico en Saint-Tropez, hay algo en el suelo", añade. Materia, magia... La historia de Saint-Tropez podría dividirse, como la era cristiana, en un antes de Brigitte Bardot y un después de Brigitte Bardot (a. B.B. o d. B.B.). El año cero es el del estreno de Y Dios creó a la mujer, la historia de una mujer libre y moderna que revoluciona un pueblo costero que se debatía entre mantener la tradición de la pesca o abrirse al turismo. Uno de los pretendientes de la protagonista quiere construir un casino. Otro se resiste a venderle los terrenos. No hubo un casino en Saint-Tropez -para ello hay que desplazarse a Saint-Maxime en la otra orilla o a Cannes, o a Niza- pero el éxito mundial de la película, dirigida por el esposo de B. B., removió los cimientos del plácido puerto, hasta entonces un refugio de artistas, intelectuales, actores de Hollywood y burgueses parisienses (...)

Nadie escribió tan bien del viejo Saint-Tropez  como Françoise Sagan, quien tenía habitación en La Ponche. Por entonces ya había trasladado sus cuarteles a Normandía, pero le gustaba venir a pasar  unos días fuera de temporada a la Costa Azul. Solía sentarse en la terraza con vistas al mar, la misma donde ahora Simone Duckstein  desgrana sus recuerdos. Ella, que también ha escrito varios libros sobre el hotel y el pueblo, vendió La Ponche el año pasado. No tiene hijos y quería asegurarse de que el establecimiento le sobreviviría...

Marc Bassets. El País Semanal, 1 de agosto de 2021 

viernes, 13 de agosto de 2021

La faena de Angélica Liddell sacude Aviñón

Angélica Liddell
No era una plaza fácil, pero Angélica Liddell se presentó sin banderillero, esquivó casi todas las cornadas y logró salir por la puerta grande. La directora española estrenó en Aviñón su nuevo espectáculo, Liebestod , esa "muerte de amor" con la que Wagner tituló el final de su ópera Tristan e Isolda, que Liddell también hace sonar en esta obra inclasificable, una historia de sus raíces y sus abismos que juró que se inspiraba en la biografía de Juan Belmonte que firmó Manuel Chaves Nogales. Esperar algo parecido a un biopic del torero era conocer mal la evolución reciente de la dramaturgia  de Liddell, cada vez más compleja y hasta ininteligible, que hace caso omiso a las reglas aristotélicas y los consensos sociales, e incluso se nutre del rechazo ajeno, con el antagonismo como sempiterna postura estética y moral.

Aún así la sombra del torero poeta y suicida se ve por todas partes en esta función, acogida con una ovación en el comienzo de la 75ª edición del festival que la encumbró en 2010 con La casa de la fuerza, rompiendo con años de desprecio y marginalidad en la escena española y cuando ya estaba apunto de tirar la toalla. En la figura de Belmonte Liddell encontró un "mellizo". "Al leer el libro de Chaves Nogales, me di cuenta de que decía cosas que podría haber firmado de mi puño y letra, frases que habían rodado en mi boca como una lengua antigua. Poe ejemplo, que se torea como se es y que se torea como se ama", decía ayer en su hotelito de dos estrellas de Aviñón , en el que Liddell se aloja por decisión propia en una habitación frugal, casi como en aquellos tiempos en que acudía al festival con un falso carné de prensa y cenaba salchichas fritas en un albergue de los suburbios.

Liddell (Figueres, 55 años) nunca ha visto una corrida -como tampoco Chaves Nogales-, lo que no le impide admirarlas. "La tauromaquia va más allá de eso, pertenece al mundo de la poesía. El debate ético no me interesa. La sociedad está tan infantilizada que no es capaz de enfrentarse a la belleza del ritual. Para mí, librar al toro de lidia de la muerte es como blasfemar, es una blasfemia contra la belleza y lo sagrado", asegura. La directora protesta contra un mundo artístico obsesionado con el deber, por complacer a todos los grupos sociales". "Esa sociedad naif de lo correcto y de los derechos roza la idiocia", como dice el gran Javier Marías. Nos dirigimos hacia una sociedad prohibicionista, higiénica y puritana, sin ninguna arista. Estamos privando a lo humano de su parte negra, de su parte de noche". Ante esta "lacra", Liddell aboga por un teatro que sea "el último reducto de transgresión".

Su función da un nuevo ejemplo de ello. A las cinco de la tarde como en el llanto de Lorca por Sánchez Mejías, empieza su obra en la Ópera de Aviñón, un tinglado provisional en la periferia de la ciudad de los Papas erigido mientras se restaura su sede histórica del centro. Arranca con Liddell de negro estricto sirviéndose una copa de tinto y mutilándose las tibias, las falanges, la entrepierna. Un tic habitual en su  teatro, al que regresa ahora en este trabajo, encargado por otro enfant terrible como Milo Rau para el Teatro Nacional de Gante, y, una escarificación que traduce "los riesgos espirituales" que ella asume al salir a escena...

Liebestod lleva el subtítulo de El olor a sangre no se me quita de los ojos, frase inspirada en una cita de Francis Bacon, cuya ojerosa mirada también irrumpe en el escenario.

La obra debía estrenarse en la edición de 2020, que fue suspendida por la pandemia. Liddell no lo vivió con frustración: esta larga gestación de dos años permitió que su texto circulara por otros derroteros, que cree que han enriquecido el resultado. "Irrumpió lo que me faltaba, que era el enamoramiento. Si se hubiese estrenado un año antes, no hubiera estado recorrida por la misma fuerza. No estarían el salvajismo, la tragedia y el dolor que implica el amor.- La obra ha cambiado al 100%", asegura Liddell, que en este 2021 ha salido de un ayuno mediático en el que llevaba metida cinco años, un periodo de depresión y luto por la muerte de sus padres durante los que no concedió ninguna entrevista.

Aunque esta felicidad aparente tenga, como casi siempre en ella, un reverso amargo. "Cuando me enamoro corro peligro de muerte, como dice Emmanuel Carrère en Yoga. Lo más peligroso que puede pasarme en la vida es enamorarme", asegura Liddell, que vive esperando que la dejen, sometida al terror incesante de amar y no ser correspondida.

Mientras cuelga de los cuernos de un toro inerte al que recita frases de Cioran o perrea con sevillanas de Los Marismeños como telón de fondo. Liddell establece un paralelismo entre tauromaquia y teatro. "Por si esos imbéciles son incapaces de comprenderlo, dígales que el toreo es un ejercicio espiritual", reza su primera frase...

Álex Vicente. Aviñón. El País, sábado 10 de julio de 2021


jueves, 12 de agosto de 2021

Mira las luces, amor mío

En Mira las luces, amor mío, Annie Ernaux despliega una antropología de los hipermercados utilizando como vehículo un género literario que aquí resulta efectivo: el diario. A lo largo de sus escuetas 120 páginas asistimos a una lúcida reflexión sobre el tiempo en las grandes superficies: el consumo anula la sensación de duración, viene a decir, que "en eses lugares donde el tiempo humano no existe, suplantado por el de las cosas", va circulando la historia colectiva, dejando ver sus mutaciones económicas, familiares y sociales. En los hipermercados, los productos y las marcas se suceden a la velocidad del deseo a la vez que se establece una suerte de limbo ajeno al movimiento discursivo del reloj.  

Dentro de la tradición francesa, los precedentes más claros al libro de Ernaux serían las descripciones hiperrealistas de algunos textos de Robbe-Grillet y la sorprendente antología doméstica que llevó a cabo Georges Perec en Especies de especios. Ernaux sabe ser autocrítica con sus gustos y con los prejuicios heredados que a veces nos pueden pasar inadvertidos, configurando un relato cargado de honestidad intelectual.

En su geografía precisa de las estructuras de un supermercado, Ernaux no se olvida de indicar toda la ideología que se desliza en ellos, todo el sexismo (vinculado a los productos), así como el "papel reaccionario" que desempeñan todas las grandes superficies, donde el capital halla su imagen más fosforescente. Recordemos que Saramago las vio como las nuevas cavernas de Platón. El resultado del texto de Ernaux es un análisis distanciado y a la vez íntimo, y a la vez frío y convincente, de "la vida colectiva, sutil y específica" que se desliza en esos lugares por los que casi todos pasamos al menos una vez por semana. Ernaux nos ayuda a expresarnos mejor en todos sus matices, también en su faceta de antros de la sumisión, que, sin que nos demos cuenta, van gestionando nuestra pobreza y nuestra opulencia. 

Al final de su relato Annie Ernaux perpetra una ruptura amorosa con su hipermercado preferido, consciente de que, además de ser un zoco, es un lugar donde se está ejerciendo el control diario del consumidor.

Jesús Ferrero. Babelia. El País, sábado 17 de julio de 2021

miércoles, 11 de agosto de 2021

Instagrammers no Camiño

"La proyección internacional del Camino es brutal. Durante estos cuatro días me han escrito
seguidores que tengo en distintos puntos del mundo, lo cual es una demostración más de la imparable atracción de la Ruta en diferentes países. De hecho gente de Nueva York me escribió para preguntarme qué tal la experiencia y me comentaban que ellos ya conocían el Camino y sus encantos". La modelo, influencer y diseñadora de moda Gala González tiene1,3 millones de seguidores en Instagram, y muchos de ellos la han acompañado durante las cuatro etapas del Camino Portugués que ha completado junto a otros tres influencers gallegos: Martiño Rivas, Xurxo Carreño y Cristina Cerqueiras. Los cuatro suman cuatro millones de seguidores en la popular red social.

"Somos compañeros de profesión y lo hemos pasado muy bien juntos, han sido cuatro jornadas maravillosas. Yo ya había hecho el Camino hace unos años pero el hecho de volver a repetir la experiencia ha sido muy bonito. Además hemos comprobado que la Ruta Xacobea es una opción perfecta para pasar unos días de vacaciones, y desconectar en un entorno increíble y con una actividad ligada al deporte", valora Gala González, al tiempo que destapa que peregrinar hasta Santiago es un reto que se puede realizar a cualquier edad. "Mi padre hizo más de 100 kilómetros en menos etapas que nosotros. En este sentido, lo importante es hacerlo a tu ritmo", indicaba ayer la influencer coruñesa a este periódico, justo después de culminar el desafío Instagrammers no Camiño, una campaña organizada por la Xunta con el objetivo de promocionar los hashtags GaliciaDestinoSeguro y CamiñaAGalicia...

Martín Fernández. Santiago. El Correo Gallego, lunes 12 de julio de 2021

martes, 10 de agosto de 2021

Adiós a Christian Boltanski, artista de la memoria y del olvido

Cristian Boltansy

El artista francés Christian Boltanski, que murió a los 76 años en París, veía su actividad como un combate contra el olvido y la desaparición. Sus padres -un médico nacido en Ucrania y convertido al catolicismo, y una escritora católica de Córcega- le concibieron durante la ocupación nazi mientras el progenitor vivía escondido en el subsuelo del apartamento familiar, y la madre simulaba ante las autoridades que estaban separados  y su marido había huido de la capital, Creció escuchando en la posguerra las historias del Holocausto que contaban los adultos que le rodearon, muchos de ellos supervivientes, y en una familia que durante años vivió en una sensación de peligro constante. Fue un niño que nunca llegó a adaptarse a la escuela y que algunos daban por perdido. Encontró en la pintura primero, y en las imágenes e instalaciones después,  un modo de canalizar su "trauma original", como decía él, una salvación, hasta convertirse en uno de los mayores artistas contemporáneos en Francia.

Bernard Blistène, director del museo de arte moderno en el Centro Pompidou, declaró a France Presse: "Era un hombre púdico. Estaba enfermo. Escondió las cosas tanto como pudo". "Por encima de todo amaba la transmisión entre los seres, por medio de relatos, de recuerdos. Quedará como uno de los mayores narradores de su tiempo", añadió.

Lo que a él le interesaba no eran tanto las obras de arte al uso -dejó la pintura a finales de los años setenta, después de su primera exposición en París, en pleno mayo de 1968- como "los mitos y  leyendas" o las "pequeñas parábolas ", como  decía, "una etnología de (sí) mismo". Su retrospectiva en el Pompidou, entre finales de 2019 y 2020, supuso la culminación de su singular trayectoria, su consagración como un clásico contemporáneo, y también una puerta de acceso al gran público de su mundo de imágenes huidizas, de los secretos de familia, de las sombras del pasado, de la memoria y del olvido. Aquella muestra fue además, una de las últimas grandes exposiciones en París antes de que la pandemia obligase a cerrar los museos y confinase, también, a sus artistas...

Boltanski, casado con la artista Annette Messager y hermano del sociólogo Luc Boltanski, creía que cada vida contenía un libro o una obra de arte. "Me interesa el contraste entre la importancia del individuo y su inexorable desaparición", aseguró en alguna ocasión. "Mi actividad consiste en recordar a los que desaparecen. Siempre digo que todo mayor de 60 años merecería un museo por el simple hecho de haber vivido"...

Marc Bassets. París. El País, jueves 15 de julio de 2021 

lunes, 9 de agosto de 2021

Las apariencias

Fotograma de Las apariencias
Ocurre algo curioso con determinadas películas ni buenas ni malas sino todo lo contrario, de las que apenas queda en la memoria poco más que una nebulosa sobre la trama y el tema principal: años después se pueden recordar feos detalles sobre las malas artes del director para confeccionar los personajes a golpe de capricho; particularidades injustificadas que, por separado, quizás puedan definir a una persona pero que juntas en una historia no alcanzan para la calificación compleja del ser humano, y sí para revelar a un guionista que prefiere el brochazo grueso y la calle de en medio para  ayudarse a sí mismo en sus giros narrativos.

Ocurre en Las apariencias con dos de sus personajes secundarios: los respectivos amantes de un altivo matrimonio de franceses en Viena formado por un famoso director de orquesta y la directora de una mediateca. El primero, rollo puntual de una sola noche de la esposa, al que se presenta educado y guapo, encantador y con una novela en sus manos leyendo en un bar, para luego girar hacia el loco peligroso, previo paso por un llamativo roto en un calcetín a la hora del sexo. Y la segunda, amante del marido desde hace tiempo, a la que se va afeando física y mentalmente cuando conviene, en un relato cojitranco.
Nada de esto era necesario en Las apariencias, por lo demás interesante película sobre el obcecado mantenimiento de la fachada de una burguesía mentirosa y mezquina, soberbia y clasista. El feroz retrato de esos moradores de la superioridad, en realidad tan cotillas y troleros como en cualquier parte, está muy bien interpretado por Karin Viard y Benjamin  Biolay, y resulta sugestivo por momentos, virando hacia el thriller malvado en la línea de Claude Chabrol. Si no fuera, eso sí, por los atajos narrativos de la pareja de creadores. Artimañas muy semejantes a las ejercitadas en Luces de París (2014), el hasta ahora único trabajo del director francés estrenado en España, también guionizado por Dauvillier. Allí, otro personaje imposible, un joven al que se presentaba con un libro de Italo Calvino en su bolsillo trasero para luego hundirlo al ponerlo a hacerse un porro con una de sus páginas, había permanecido en la cabeza de este crítico. Ahora son ya dos los jóvenes de películas de Fitoussi con libros en las manos que lo que revelan es la inconsistencia creativa y falta de veracidad de su autor.

Javier Ocaña. El País, viernes 16 de julio de 2021

domingo, 8 de agosto de 2021

La señora "secretario perpetuo"

Hélène Carrère d'Encausse

El despacho de Hélène  Carrère d'Encausse (París, 91 años) es pequeño y humilde, al menos en comparación con la pompa y solemnidad del edificio, el majestuoso Instituto de Francia con su augusta cúpula bajo la que se sientan las cabezas pensantes de Francia. El título que ostenta la ocupante del despacho también es majestuoso, y gramaticalmente sorprendente: el secretario perpetuo de la Academia francesa. Perpetuo: que dura para siempre. Y no la secretaria perpetua, sino el secretario perpetuo, aunque ella haya sido la primera mujer en ocupar el cargo de mayor relumbre y quizá influencia en las letras francesas.

Carrère d'Encausse se lo aclara al entrevistador. Primero, el porqué del adjetivo: el secretario de la Academia, fundada por el cardenal Richelieu en 1635, es perpetuo, dice, porque "hasta su muerte debe ejercer la función". Segundo, el porqué de la palabra que se usa para designar a los 40 miembros del cónclave: en Francia un miembro de la Academia no es un académico, es un inmortal. No es poco. "¡Los inmortales no somos nosotros!", precisa Carrère d'Encausse. "Es la lengua francesa". Y recuerda la divisa de la Academia fundada por Ridhelieu: "A la inmortalidad".

Aclarado el significado de palabras imponentes como perpetuo e inmortal, queda la manera de la que Carrère d'Encausse, historiadora de referencia de Rusia y el Imperio Soviético, se define a sí misma. Aunque ella sea mujer, es, e insiste en ser, el secretario perpetuo (género gramatical masculino) y no la secretaria perpetua (femenino). ¿Por qué?

Madame le secrétaire perpetuel -la señora secretario perpetuo, la fórmula adecuada para dirigirse a ella- sostiene que hay que distinguir entre el oficio y la función (o cargo). El oficio es inseparable de las cualidades de una persona, de su aprendizaje y evolución vital, según Carrère de Encausse y la doctrina de la Academia. Por eso no tiene problema para decir la panadera o la historiadora. Las cosas son distintas con la función...

Hélène Carrère d'Encausse es inmortal desde que en 1990 fue elegida para ocupar el sillón 14 que en siglos pasados ocuparon Pierre Corneille y Victor Hugo, y dirige con mano de hierro la Academia desde el año 2000. "La zarina", la llaman algunos. Lo que ella siente por el idioma francés es el amor profundo de quienes crecieron con otra lengua y lo adoptaron como segundo idioma. Su padre era georgiano; su madre, rusa. En casa hablaban ruso. Su nombre de nacimiento es Hélène Zourabichvili; Carrère d'Encusse es el apellido de su marido. "Hasta los cuatro años -es ella quien lo cuenta- no habla francés, escribió el hijo de Hélène Carrère d' Encausse en el libro Una novela rusa, publicada en 2007. El hijo es el célebre escritor Emmanuel Carrère, recientemente premiado con el Premio Princesa de Asturias de las Letras. 

En Una novela rusa, el hijo revelaba secretos familiares que incomodaron a la madre, y así se entiende que esta diga en la entrevista que prefiere que su hijo abandone la autoficción, la narración autobiográfica y confesional... En una entrevista con El País, en febrero, Carrère hijo comentó que en esto era totalmente distinto de Carrère madre, poco proclive a las expansiones impúdicas o sentimentales. El escritor citó la expresión inglesa never explain, never complain nunca dar explicaciones, nunca quejarse- para ilustrar la actitud de su madre. "Pues es vedad", admite Carrère d'Encausse cuando se le pregunta si está de acuerdo. Y añade:" Pero no es cosa de mi hijo, es su generación"...

Marc Bassets. París.El País, miércoles 30 de junio de 2021