miércoles, 1 de octubre de 2025

Juliette Binoche estrena en San Sebatián In-I I' Motion'

Juliette Binoche. (Eric Guillemain)

La actriz estrena el documental en el que debuta como directora y que repasa el proceso de creación junto con el coreógrafo Akram Khan del espectáculo de danza de 2007 que recorrió el mundo. Juliette Binoche (París, 1964) es , pero, en una ocasión dirigió. Es actriz, pero, en una ocasión, bailó. Es actriz, pero, en más de una ocasión, fue también activista. Juliette Binoche es ahora mismo más Juliette Binoche que nunca de la mano de una carrera que no admite ni definiciones ni etiquetas ni barreras. Sus últimos trabajos para la pantalla están firmados por directores como Uberto Pasolini, Tran Anh Hung  o Claire Denis. Y así ha recorrido festivales  en todo el mundo hasta protagonizar  no hace tanto el cartel del certamen francés de Cannes de la mano de la fotógrafa Brigitte Lacombe. Ahora, en San Sebastián, se presenta renovada. La actriz de siempre, la actriz desde Yo te saludo María (Jean-Luc Godard, 1984) ahora en la película que ella misma dirige y que atiende al nombre In-I In Motion.

P.- La primera pregunta es obligada. ¿Por qué? ¿De dónde surge la necesidad o inquietud de pasar al otro lado de la cámara?

R.- Prefiero pensar que voy donde la vida me lleva. No decido nunca de antemano lo que voy a hacer. La vida es más misteriosa y sorprendente  que eso. No soy funcionaria, sino actriz. Es más, ¿quién ha dicho que vaya a ser actriz el resto de mi vida? No lo sé; todo es posible. Mientras hacía el espectáculo, en más de una ocasión pensé en hacer una película. Dio la casualidad, en Nueva York, de que Robert Redford estaba entre el público, vio la función y me insistió en que tenía que filmarlo. Le dije que sí, que lo estaba pensando. Y era verdad, pero no tenía ni idea de cómo hacerlo. Nos quedaba un mes de funciones. Regresábamos a París y fue entonces cuando le pedí a mi hermana que filmara las últimas siete funciones. Hicimos 100 en total y giramos por todas partes. Luego guardé esas cintas en un cajón. Las cintas permanecieron ahí 15 años. Hace dos, un productor quiso conocerme y me pregunto si tenía algún proyecto. Le contesté que lo único que tenía era una serie de grabaciones que, en verdad, no sabía lo que tenían. No las había vuelto a ver.

P.- Pero en la película, la parte más sorprendente es todo lo que se refiere a la creación misma, los ensayos.

R.- Sí, eso también lo teníamos, pero como material mismo  de trabajo. En total puedo calcular que disponía de 170 horas de rock and roll. Así que le dije al productor  que bastaría con comprar un equipo de edición y contratar a un montador. Eso sí, trabajaríamos en mi casa. Y eso hice durante dos años. (...)

P.- ¿De que diría que trata la película? ¿De la creación, del descubrimiento del amor?

R.- De la esperanza, de la esperanza en el arte, de la posibilidad de hacer algo nuevo.

P.- La película acaba por ser una obra sobre el proceso mismo de creación. ¿Cuánto difiere crear en una disciplina que le puede resultar ajena como la danza y crear en el cine?

R.-Crear como actriz, como bailarina o como meteoróloga, es siempre crear. es un proceso de escucha que debe compartirse. Es siempre un trabajo de hacer concesiones a la vez que eres capaz de expresar tus deseos con la suficiente claridad para que se te entienda se te escuche, se te acepte... En eso consiste experimentar...

P.- ¿Cuánto de su propia vida hay en el espectáculo?

R.- Todo esta vinculado tanto a mi experiencia vital como a la de Akran. Él fue  atacado en una mezquita. Y yo me enamoré de un chico de 14 años al que apenas conocía y deseé vivir con él. Eso me pasó y fui atracad y estrangulada... Todo eso me pasó.

P.- ¿De qué diría que trata la película? ¿De la creación, del descubrimiento del amor?

R.- De la esperanza, de la esperanza en el arte, de la posibilidad de hacer algo nuevo.

Luis Martínez. San Sebastián. El mundo, 18 de septiembre de 2025.

martes, 30 de septiembre de 2025

"Desenfocado" La magia del arte que se esfuma

Los Nenúfares de Monet en la exposición Desenfocado. Otra visión del arte.
Si usted va a París, acérquese a Los Nenúfares de Monet que descansan desde hace un siglo en el Museo de la Orangerie. No tienen pérdida, son unos paneles descomunales y curvados instalados también en una sala también curva. Son la estrella del museo. Claude Monet se pasó prácticamente 30 años pintando solo eso, nenúfares, hasta su muerte en 1927. Los de la Orangerie son el cúlmen del ciclo. El pintor André Masson llamó a esta sala "la Capilla Sixtina del impresionismo", lo que es mucho llamar. Bien. Acérquese. Contémplelos de cerca. Aparque el móvil. Y mire. ¡Pero...! En efecto, no ve nada. Mejor dicho, nada concreto. Verá manchas, Colores, Espacios, Texturas. Aléjese poco a poco. Todo irá cobrando forma. Lo que era pintura abstracta va haciéndose paisaje, flor, agua, reflejo, vegetación. Lo que estaba difuminado y desenfocado se hace real, aunque exigirá de usted una atención extraña, difusa, una mirada ambiciosa que abarque, primero, la parte, y después, el todo. La experiencia merece la pena. Estamos ante una pintura figurativa. Una de las tres o cuatro obras maestras del impresionismo, que, con perdón de Goya, fue la primera abstracción, o el primer esqueje de lo que acabaría siendo la abstracción. Solo que, ay, estamos a finales del XIX y principios del XX... Monet quiso pintar esos nenúfares así, Dans le flou. Une autre vision de l'art de 1945 à nos jours (Desenfocados. Otra visión del arte desde 1945 a nuestros días) se tituló la magnifica exposición que cerró las puertas de L'Orangerie el pasado 18 de agosto y que llegará a CaixaForum Madrid  a partir del 17 de septiembre  y a Caixa Forum Barcelona el 20 de mayo de 2026 bajo el título acortado de Desenfocado. Otra visión del arte. 

En efecto, mucho tiene que ver el espíritu de esta exposición con el lugar  en el que se celebró primero, incrustado en pleno parque de las Tullerías de París y hogar de Los nenúfares (Les nymphéas). No en vano esta incansable serie de pinturas al óleo introdujo al concepto de lo borroso en el arte, de lo desenfocado, lo difuminado y lo impreciso como elementos expresivos. Esta muestra explora cómo este fenómeno supuso una nueva forma de representar y comprender el mundo para artistas posteriores. Críticos y expertos de la época achacaron a un defecto ocular de Claude Monet aquella forma de pintar. No sabían, y si lo sabían quizá les pareció demasiado temerario reconocerlo, que el maestro de Giverny estaba abriendo nuevos caminos de expresión plástica. Lo que no quiere decir, ni mucho menos, que fuera el primero en echar mano del difuminado: unos 400 años antes, un tal Leonardo da Vinci había expedido la partida de nacimiento  de la técnica del sfumato, humo (del italiano fumo, humo), que utilizaría en obras maestras como La Gioconda o La Virgen de las rocas rebajando la intensidad de su paleta y difuminando los contornos para dar a sus pinturas un aspecto borroso, casi etéreo, enigmático, lejos de lo concreto y en ocasiones casi fantasmagórico.

La exposición supone todo un tratado en imágenes (y en los textos del excelente catálogo) de esa nueva huella esencial en la historia del arte. También una reflexión , no exenta de mensaje político, acerca de la dictadura de la certidumbre y la mala prensa de conceptos como el error y la duda en las sociedades de hoy. "La idea de esta exposición nace del hecho de que hay un concepto que la crítica clásica nunca mencionaba cuando se refería a Los nenúfares,  es el de lo difuminado, lo impreciso, que además tiene claras ramificaciones en lo social, lo histórico y lo político a partir de 1945 y el final  de la II Guerra Mundial", explicaba en una de las salas de la Orangerie Claire Bernardi, directora del museo parisiense y comisaria de la muestra junto con Émilia Philippot. En su opinión, la idea germinal del proyecto, una coproducción del centro que dirige y de la Fundación La Caixa, era "cómo numerosos artistas del arte moderno y contemporáneo, en un momento dado, se plantean dudas  y las expresan  a través de estas obras,  y más concretamente  a través  de estas obras difuminadas... en una visión no exenta de significación política, ya que actúan por oposición  al exceso de certidumbres que la política quiere ofrecer cada día". Todo esto tiene mucho que ver, sostenía la comisaria, "con cuestiones como la investigación  científica  y con algunas materias de absoluta actualidad, como de la inteligencia artificial"...

Borja Hermoso. El País Semanal, 20 de septiembre de 2025.

lunes, 29 de septiembre de 2025

"Los domingos"Concha de Oro en San Sebastián

Los domingos, de Alauda Ruíz de Azúa, conquistó ayer la Concha de Oro de la 73ª edición del festival de San Sebastián. Desde su primera proyección, esta película sobre la fe religiosa  infundió fe en la capacidad del cine en reflejar complejidades. Y confirmó a Ruiz de Azúa, tras el filme Cinco lobitos y la serie Querer, como asombrosa analista de los conflictos familiares gracias, entre otras virtudes, a su capacidad de retratar problemáticas y duras conversaciones  y tormentosas sobremesas.

El detonante de Los domingos se sitúa en una chica de 17 años, de familia de clase media-alta bilbaína y educada en un colegio religioso, que anuncia a quienes le rodean que quiere ser monja y recluirse en un convento de clausura. Sus parientes reaccionan de muy distintas maneras, proyectando en ellas sus propios miedos y opiniones que van desde respetar su libre albedrío de manera torticera a advertirla del posible adoctrinamiento: ¿Secta o religión? ¿Fe o manipulación?.

El triunfo de Alauda Ruiz de Azúa (Barakaldo, 47 años), construido desde una historia que conoció en su juventud, es mayor, porque no solo se llevó la Concha de Oro, el premio más importante del festival. También ganó la sección Zinemira, dedicada al cine vasco, y se hizo con otros tres galardones oficiosos: El Signis del jurado eclesiástico, el Fipresci que otorga la crítica internacional, y el Feroz, de la asociación de informadores cinematográficos. Cinco de cinco... 

Gregorio Belinchón. San Sebastián. El País, domingo 28 de septiembre de 2025.

domingo, 28 de septiembre de 2025

Marina Van Zuylen "Nos pasamos la vida actuando para otros"

Marina Van Zuylen

Vivimos pendientes de los demás. La profesora estadounidense de literatura  ofrece un antídoto: olvidar estas exigencias  y fijarnos en lo que pasa inadvertido. La académica y escritora Marina Van Zuylen (Boston, 1958), doctora en Literatura Comparada por Harvard dejó atrás Columbia para volcarse en un proyecto poco común: el programa Clemente de Bard Collège, que ofrece cursos gratuitos de humanidades que luego se transforman  en créditos universitarios. Durante 25 años enseñó allí  de forma voluntaria, hasta que un filántropo decidió financiar la iniciativa y convertir su compromiso en una cátedra. Es una muestra clara de que la prioridad de Van Zuleyen no es el reconocimiento. En sus investigaciones rescata conceptos como la fatiga, el aburrimiento, la distracción, la diferencia y el término medio como formas legítimas de conocimiento y resistencia frente al rendimiento. Un pensamiento refrescante que recoge en sus dos últimos libros: A favor de la distracción (Elba, 2019) y Elogio de las virtudes minúsculas (Siruela, 2025).

La conversación se desarrolla a lo largo de cinco horas en su casa, en el corazón de Upper West Side, uno de los barrios residenciales  más intelectuales  y emblemáticos de Nueva York. Van Zuylen recorre aspectos filosóficos y curiosidades de su vida  (pese a vivir hasta los 19 años en Francia solo tiene la nacionalidad estadounidense) y otros temas al hilo de su último libro. En todo momento muestra una simpatía desbordante, a lo que su hijo se refiere  como "hospitalidad agresiva" y que concuerda  con las reseñas de muchos de sus alumnos, que la describen como la mejor profesora  que han tenido en su carrera.

Pregunta.- Un tema recurrente  en sus libros es la cultura de la autoexigencia.

Respuesta.- Me decidí a escribir Elogio de las virtudes minúsculas porque muchos de mis compañeros catedráticos en las universidades más importantes de los EE UU, seguían estando insatisfechos pese a haber llegado muy lejos en sus carreras. Es un tema que me inquieta. Con esa mentalidad, uno nunca se siente suficiente y se vive en un permanente estado de alerta.

P.- En el libro cuenta que, por una resonancia mal hecha, su neurólogo creyó que le faltaba parte del cerebro. Y cómo eso le alivió.

R.- Pensé que había conseguido muchas cosas sin esa parte del cerebro, lo que me hizo estar orgullosa de mí, al tiempo que esa ausencia servía para justificar mis fracasos. Aunque luego otro médico me explicó que mi cerebro era perfectamente normal y que el problema había sido que la resonancia estaba mal hecha. La experiencia me hizo reflexionar sobre las expectativas  que nos imponemos  y la tiranía de los méritos, que puede arruinar la vida de muchas personas. Nos pasamos al vida actuando para otros.

P.- Y sin embargo, según usted, la virtud radica en no necesitar la validación externa

R.- Siempre es agradable que reconozcan lo que hacemos pero creo que lo valioso es hacer algo sin buscar ningún crédito. Mi interacción más pura con un ser humano  fue con un vecino que sufría alzhéimer. Todas nuestras conservaciones eran olvidadas  inmediatamente, pero por un momento mientras me hablaba, abandonaba ese vacío en el que él no existía. Y es el perfecto ejemplo de hacer algo significativo sin sentirse virtuoso, porque era algo que se reducía meramente a nosotros  dos y al momento en que sucedía; después yo desaparecía. Y a desaparecer se refería la filósofa Simone Weil cuando iba a trabajar a la fábrica y quería existir, sin existir. Hay momentos que no tiene nada que ver con el prestigio o los prejuicios. Ni siquiera se debería llamar altruismo.

P.- Reivindica la importancia de escuchar los silencios, de fijarse en aquello  que suele pasar  desapercibido.

R.- Escribo sobre la importancia de darse cuenta de algo . Recuerdo ser una niña, estar sola en un parque y escuchar cómo una madre le decía su hija: "Ve a jugar con esa niña que está sola". Sobre la importancia de la bondad. Mi referencia es Chéjov porque casi todos sus personajes son secundarios. Uno de mis favoritos es Astroj  (el doctor alcohólico de Tío Vania), que planta arbolitos sin que nadie lo vea "por el futuro, porque en algún momento ayudarán al bosque de Rusia". Mi libro trata de visibilizar a aquellos virtuosos que se han sentido invisibles a lo largo de toda la vida. Por ejemplo, menciono a la criada de El laberinto de la soledad , de Octavio Paz, cuando llama a la puerta y dice: "No es nadie, señor, soy yo". También me gusta mucho un filósofo francés que me cambio la vida: Édouard Glissant, que habla del derecho a la opacidad, de que no hay necesidad de revelarse a nadie. Puedes guardarte las cosas para ti mismo, incluso el éxito, porque si sientes la necesidad de compartirlo con todo el mundo, en el fondo estás demostrando que lo has deseado  intensamente durante mucho tiempo.

P.- Su manera de llegar al éxito puede considerarse atípica.

R.- Nunca he competido, nunca creí que conseguiría un buen trabajo. Es cierto que conseguí tener éxito de una forma transversal. Mi tesis doctoral La dificultad como principio estético, giraba en torno a novelas del siglo XIX que no aspiraban a ser éxitos comerciales. He escrito sobre Melville, Flaubert... escritores que no aspiraban a complacer al público. También escribí sobre la monomanía, sobre los celos, la hipocondría y otros aspectos que han destruido parte de mi vida y definitivamente  mi primer matrimonio. A muchas personas les interesó que hablara de mis fracasos en lugar de presumir de mis éxitos y me invitaron a enseñar en Harvard, en Columbia University, en Princeton...

Ana Vidal Egea. Ideas. El País, domingo 7 de septiembre de 2025.

sábado, 27 de septiembre de 2025

La ría de Vigo dice adiós a la flota de La Solitaire du Figaro Paprec

Salida de Vigo de La Solitaire. (Foto: Yanka Soto)

La flota de La Solitaire du Figaro Paprec navega rumbo a la ciudad normanda de Saint-Vaast-la-Hougue. La tercera y definitiva etapa arrancó desde Vigo a las 17,13 horas. Por delante, los regatistas tienen 612 millas náuticas, lo que equivale a 1.133 kilómetros. Algunos de los patrones seguían ayer bajo la tensión de la segunda etapa, que terminó el viernes por la noche en Vigo, pero en la dársena de Portocultura la concentración era palpable. Uno a uno fueron largando amarras y despidiéndose  del público vigués para dirigirse a la línea de salida, situada frente a Punta Lagoa.

Las 32 embarcaciones que participan en la competición fueron empujadas por un viento de alrededor de diez nudos. El británico Oliver Hill fue el primero en llegar a la baliza de Rodeira, la intensidad del aire aumentó mientras los barcos tomaban la boya a toda velocidad. Hill comandó la flota al pasar por el siguiente punto del recorrido, el Muelle de Trasatlánticos. Tras pasar Borneira y Punto Subrido, frente a Cabo Home, los barcos se alejaron definitivamente por la boca norte de la ría, dejando atrás a los numerosos espectadores para adentrarse en alta mar.

Desde los primeros compases de la etapa,quedó claro que sería más difícil y con unas condiciones más duras que la anterior. El "modo solitario" se activó y los regatistas pasaron a la acción con un viento del norte de veinte nudos, que se espera  que se intensifique con el paso de las horas, además de que tendrán que lidiar con olas que pueden alcanzar los tres metros.

Próximamente, la flota de La Solitaire du Figaro deberá tomar la decisión  de si virar hacia el noroeste y encontrarse directamente con el temporal o navegar hacia Fisterra a lo largo de la costa gallega, ya que está menos expuesta al viento fuerte. Al llegar a cabo Fisterra, ya liberados de cualquier tipo de obstáculo, los participantes no tendrán más remedio que continuar durante 350 millas en dirección al norte, sufriendo al viento y al mar en contra, antes de llegar a Pointe de Raz, que se encuentra en la costa de la Bretaña francesa. Está previsto que las primeras embarcaciones comiencen a llegar el miércoles por la mañana.

A partir de ahí, tendrán que idear un plan para afrontar la difícil remontada por el complicado canal de la Mancha y la aproximación final de la meta, que, si todo sigue el curso esperado por las previsiones meteorológicas, será con vientos relativamente flojos.

A la salida de la ría de Vigo, la 56.ª edición de La Solitaire du Figaro Paprec tiene como líder de la clasificación general de Alexis Loison (quien se llevó el triunfo en la primera etapa), cuyo colchón con la segunda, Charlotte Yven,  es relativamente cómodo. Ambos regatistas mantienen una buena distancia con respecto a sus perseguidores, aunque la longitud de la etapa permite que cualquiera  de los dos  pueda sufrir algún contratiempo que trunque sus aspiraciones en la tabla.

Por su parte Hugo Cardon, ganador de la etapa en Vigo, intentará repetir el resultado, aunque deberá obtener una mayor ventaja para poder llevarse la competición.

Antes de que la flota pariera en dirección a Normandía, Charlotte Yven (segunda en la clasificación general) y Hugo Cardon (vencedor de la anterior etapa) se mostraron contentos con su paso por la ciudad olívica. La francesa apuntó que están compitiendo en la última regata del año, por lo que es muy importante disfrutarla. "He conseguido descansar bien, aprovechar al máximo el tiempo en esta parada en Vigo. Estamos muy bien  rodeados: los preparadores se han encargado de todo el barco y nuestra cocinera nos ha atendido muy bien", señaló la participante. 

viernes, 26 de septiembre de 2025

Las criaturas marinas de Sagarminaga Atelier bucean en la tienda de Hermès de Barcelona.

El calamar en el jardín de la tienda de Hermès en Barcelona.
(Foto: Javier Dardo/Hermès)

Un fondo hecho de posidonias hecho con carrizo de Mallorca entre las que se ocultan peces de porcelana, una corbata que repta como una anguila, bolsos como tesoros hundidos, bajo la vigilancia de una enorme  nacra negra, grandes hojas de esparto tejido teñido de verde  y un enorme calamar que flota sobre la escena. Al otro lado de la entrada, quienes custodian las joyas de cuero y seda sumergidas son una estrella de mar de esparto y metal brillante y un pez espada, el primero, articulado y mecanizado, que parece invitar a entrar, tras ellos pegada a una columna e invitando al misterio, se observa una enorme estrella de mar azul verdosa. Aquí y allá, en los personajes de la escena  hay delicados destalles de seda y cuero  junto con la rudeza doméstica de la cestería. En todos explican una historia que invita al posible cliente, al visitante o al simple paseante a la inmersión.

No es un parque de atracciones, es la tienda de Hermès en el señorial Paseo de Gràcia de Barcelona y lo que describimos es la propuesta para este 2025 de su anual Escaparate de Artista. Este año se ha encargado de diseñarlo y ejecutarlo  el bilbaíno Sagarminaga Atelier, un grupo de seis personas dirigido por Gabriela Sagarminaga. Y el escaparate es solo la entrada a esta aventura acuática que empezó hace varios meses y se podrá disfrutar hasta el 29 de noviembre.

"Cuando recibimos el encargo de Hermès fue una gran sorpresa y un reto, un enorme reto, porque es una marca muy emblemática  y cuya historia está siempre redefinida  por gente con una capacidad creativa muy elevada", explica Sagarminaga a la puerta del establecimiento, el día de la inauguración, con un entusiasmo contenido. "Partíamos del tema del año de Hermès, que es el dibujo. De hecho , la marca nos captó con la idea de que nosotros dibujamos con fibras, y através del trazo muy lineal de las fibras modulamos y creamos dibujos en tres dimensiones".

"El encargo fue una gran sorpresa  y un reto, un enorme reto, porque es una marca muy emblemática". Gabriela Sagarminaga. Diseñadora

La diseñadora se refiere a que en su estudio trabajan principalmente con fibras naturales: esparto, pita carrizo... con los que hacen trabajos a medida. Esta querencia a la tradición y a la artesanía no está reñida  con el uso de tecnología avanzada, como técnicas de corte numérico y de teñido avanzadas que les permiten ir más allá de la cestería al uso y proponer obras de arte que finalmente les han puesto en la mira de firmas como Hermès.

Luego está el proceso creativo, que en el caso del escaparate  de artista Sagarminaga explica en varias frases: "Partiendo de la idea del dibujo, pensamos en lo que hace único al universo Hermès y luego también a esa tienda y en qué puntos tenemos en común:  la artesanía, el respeto a los materiales  y el proceso de creación , la creatividad y la narración de las historias. Y luego nos centramos en el entorno de Barcelona: el modernismo, Gaudí, el ser una de las principales capitales del Mediterráneo, la luz, los bohemios, poetas, pintores y creadores que han vivido aquí y, más recientemente, los diseñadores, todo su peso histórico y cultural. Y vemos que el modernismo nos conecta mucho con la naturaleza y la idea del todo, para crear cosas con una visión contemporánea".

La diseñadora se centra a partir de aquí en lo más físico, "la tienda que es muy profunda y para nosotros simboliza como un tránsito, la metáfora de ir del mar a la montaña".Así concibieron la instalación como un paseo, guiado por los peces, desde el fondo del mar hacia la playa, de la oscuridad, desde la posidinia "una planta endémica del Mediterráneo, la planta colectiva más grande  de la que se tiene constancia, la arquitecta del mar, porque sin ella  no existe nada más", hasta la estrella de mar del jardín, "que ha salido del agua y se ha quedado encajada en uno de los escalones".

Por el camino, en los pasillos de la tienda, entre las propuestas de bolsos, relojes, cinturones, baúles, corbatas, pañuelos, moda y accesorios de equitación, todo el despliegue de exquisiteces de Hermès, al visitante le van guiando otro pez espada, un banco  de salpas, unasa morenas y un pasillo de corales, en una transición de colores progresivamente más claros. Y en el jardín le recibirán la citada estrella de mar y un enorme calamar de aspecto más bonachón que el de la entrada, varado entre los macetones, que sugiere que quizás haya que interpretar todo el recorrido en otra clave.

"La propuesta fue una gran oportunidad, porque Hermès est el 'top' de las marcas  y tiene una entidad que no es efímera" Gabriela Sagarminaga. Diseñadora.

Para este proyecto desarrollado en solo dos meses y medio, Sagarminaga ha creado un sistema de colorimetría nuevo,  adaptado a los tonos que encontraron en la tienda y a las condiciones de luz de cada zona: no son las mismas en la entrada que en el pasillo de transición o junto a la gran cristalera que da paso al patio trasero. 

Sagarminaga reconoce que antes de recibir el encargo no había oído hablar nunca de los escaparates de artista de Hermès, pero cuando le hicieron la propuesta le pareció "una gran oportunidad porque Hermès tiene una historia a la que vuelve y que reinterpreta, me pareció una oportunidad para decir algo, para dibujar una historia". ( ...)

Este trabajo les ha dejado una serie de aprendizajes. "Ha sido una especie de inmersión. Técnicamente podría decir  varias cosas, pero yo hablaría más  de una sensación general como de elevarnos para hacer un trabajo mejor en calidad,  en su conjunto a volúmenes, en cuanto a su expresividad... Al final ha sido una sensación más global, más que cosas puntuales"

Javier Dardo. Cortesía Hermès. Rafael Lozano . Barcelona. La Vanguardia, 20-9-2025.

jueves, 25 de septiembre de 2025

Pierre Mabille, explorador de mundos fantásticos

Retrato de Pirre Mabille

El sello gerundense Atalanta publica en castellano la antología de literatura sobre lo maravilloso que confeccionó el médico francés, Pierre Mabille (Reims, 1904-París, 1952). Era médico, pero no uno cualquiera. Además de un facultativo comprometido con los avances de la ciencia  y con el paciente -trabajó, por ejemplo para mejorar la sanidad de Haití, donde también ahondó en la investigación de las culturas animistas y el vudú-,  era un hombre fascinado  por el universo de los mitos, las leyendas, la belleza, la tradición y los "poderes ignorados por el ser humano y aspectos desconocidos de la naturaleza", como él mismo explicaba en el prólogo de su libro El espejo de lo maravilloso (1940), que el sello Atalanta trajo recientemente al castellano.

Esta publicación es la más feliz concreción en su condición de explorador de mundos fantásticos, de gran sabedor e indagador, un verdadero proyecto de trazar un mapa sobre el territorio de lo maravilloso en literatura -una aspiración inalcanzable por definición-, no solo entre los autores más relevantes de Occidente, también en culturas alejadas  de lo europeo, en cuentos y textos indios, tibetanos, armenios, árabes, mesopotámicos, finlandeses, australianos, egipcios subsaharianos...

Apunta Mabille que merveille (maravilla) deriva de la raíz miror ("cosas susceptibles o dignas de mirarse"), en torno a la que ha proliferado  una extraña familia que acoge mirer (mirar), se mirer (reflejarse), admirer (admirar), miracle (milagro), mirage (espejismo) y miroir (espejo). Es esta última palabra la que condicionará, incluso guiará, su hermosísimo viaje: "La búsqueda de la definición de lo maravilloso -incide- nos conduce al espejo, el instrumento mágico más banal y extraordinario de todos". Y más adelante añade: "Gracias al espejo hemos podido escapar de los confines que nos encierran, hemos podido transformar nuestro sentimiento de la existencia en una representación: nos hemos descubierto a nosotros mismos. Nuestra esperanza es que se produzca el fenómeno inverso con respecto a los objetos". 

No es de extrañar que tanto André Breton (que firma  un elogio del autor al inicio del libro) como el editor  Jacobo Siruela se hayan visto seducidos  por esta antología.

"Los reflejos y los ecos  -insiste Mabille- conducen al centro del inconsciente, a los orígenes del sueño, al lugar donde el deseo alcanza  a expresarse de manera confusa". Parece obvio así el criterio  que llevó a Mabille a elegir la Alicia de A través del espejo, de Lewis Carroll, para inaugurar  una selección en la que están presentes creadores como Rimbaud, William Blake, Goethe, Shakespeare, Ovidio, Kafka, Charles R. Maturin, Platón, Julien Gracq, Char, Erskine, Caldwell, Jarry, Poe, Apuleyo... pero también menos conocidos. 

En fin, una gran aventura que propone Pierre Mabille más allá de la distinción  que André Breton subraya  entre lo fantástico - "casi siempre en el orden de la ficción intrascendente"- y lo maravilloso, que defiende y ensalza por su capacidad para iluminar "el extremo más alejado del movimiento vital" y comprender "todo el ámbito de las emociones".

H. J. P. La Voz de Galicia, lunes 25 de agosto de 2025.

miércoles, 24 de septiembre de 2025

La Filóloga francesa que ha dedicado su vida al leonés

Jacnick Le Men. ( J.R. Vega)
Jacnick Le Men, comparada con María Moliner, recoge en su diccionario más de 20.000 palabras específicas de la región. Su palabra favorita es la primera que incorporó: abregancias o pregancias, las cadenas de hierro que sostenían el pote sobre el fuego. Para todas las demás, más de 20.000 palabras, el trabajo duraría 20 años hasta completar el Léxico del leonés actual, un diccionario en seis volúmenes  con más de 5.400 páginas de una lengua que sigue viva en algunas obras de los escritores de la provincia leonesa, aunque muchas de sus palabras estén casi olvidadas, porque solo las recuerdan los mayores. O ni siquiera. La filóloga Janick Yvonne Le Men Loyer es la autora de este diccionario, por el que suelen compararla con María Moliner.

Nacida en 1950 en Minihy-Tréguier, dentro del cantón de Tréguier en la región francesa de Bretaña, Janick Le Men es hija  de peón caminero y de costurera. Fue huérfana de padre muy pronto, ya que este murió con 42 años, lo que dejó a sus cuatro hijos en una situación muy difícil. Aún así salieron adelante. Uno de sus hermanos, el poeta Yvon Le Men, ha sido distinguido con el premio Théophile-Gautier de la Academia  Francesa y el Goncourt de Poesía. Por su parte, Janick Le Men acabaría convirtiéndose en profesora, ahora jubilada de la Universidad de León y en una de las mayores expertas en el leonés, catalogada por la Unesco como lengua en peligro de desaparecer.

"El diccionario de María Moliner es genial, el mío es distinto, aunque es verdad  que el trabajo fue muy similar, sobre todo al principio. Antes de que pudiera usar un ordenador ya había rellenado 30.000 fichas", dice Le Men sobre la comparación, que siempre le da un poco de apuro con la célebre filóloga y bibliotecaria zaragozana. Para su Léxico del leonés actual "vació" de palabras, como dice, unos 300 vocabularios, además de buscarlas en ensayos y libros de cualquier género en las revistas comarcales leonesas y en todas las tesis y tesinas  que encontró sobre el tema. Y, por supuesto, añadió aportaciones realizadas por los habitantes. "Cuando la gente sabía lo que estaba haciendo, me enviaba listas de palabras que se usaban en  en sus pueblos", recuerda. La geografía leonesa es muy especial y las fronteras lingüísticas no tiene que ver con las fronteras administrativas. Así que empecé  a comparar con los vocabularios asturianos, porque León y Asturias  tienen mucho que ver. Y también con lo que es el dominio  leonés, porque cuando Ramón Menéndez Pidal habla del leonés no habla de León, sino del antiguo dominio  de León, que en la Edad Media  iba de parte de Asturias  hasta Extremadura  e incluso con enclaves en Portugal", explica Le Men. Cada palabra que recogía en León la comparaba con los diccionarios asturianos, también algunos cántabros, y con todo el occidente del dominio leonés, Zamora, Salamanca y Extremadura. Y como el Bierzo es frontera con Galicia, que es frontera con Portugal, que también comparé con diccionarios de esos territorios. Y con provincias limítrofes como Palencia, además de con comunidades como Andalucía y Canarias, porque los segadores leoneses iban a trabajar allí. Por ejemplo, la palabra feje, que significa haz de hierba, de cereales o de leña, también se encuentra en Canarias. O palabras del occidente de León que se encuentran en Huelva, como en Aracena, donde hay muchos términos relacionados con el agua que también tenemos en León".

Janick Le Men vino a España, a Oviedo, como profesora de la Alianza Francesa. Conoció a su marido, el pintor leonés Alejandro Vargas, en 1984 se trasladó a León y allí nació su hija Gaëlle. Por suerte pudo lograr una beca de la Diputación de León, por lo que el tema de la tesis debía tener relación con la provincia. "Mi director de tesis, José Ramón Morala, me dijo que por qué no hacía un diccionario  del leonés. Y acepté. No sabía en lo que me estaba metiendo", bromea.

En mayo Janick Le Men fue elegida Personaje Leonés de 2025 por el Instituto de Educación Secundaria Juan del Enzina de León, donde se le tributó un homenaje que sirvió para acercar su trabajo  a las nuevas generaciones. Actualmente, a pesar del nutrido grupo de escritores con que cuenta la provincia, las publicaciones en leonés, o ilionés, son pocas... Desde 202o el diccionario de Jannick Le Men puede consultarse en internet.

Noemí Sabugal. Ponferrada. El País, lunes 1 de septiembre de 2025.

martes, 23 de septiembre de 2025

Niki de Saint Phalle y Jean Tinguely, en el Grand Palais

Niki de Saint Phalle y Jean Tingueley en los años 90.
(Monique Jacot/ Getty Images)

En 1956 la artista francosuiza Niki de Saint Phalle conoció al escultor suizo Jean Tingueley. Cuatro años después iniciaron una historia de amor que se conjugaría a través de una multitud de proyectos creativos conjuntos. En muchos de estos les sirvió  de apoyo el conservador museístico Pontus Hulten, quien se ocupó de generar circunstancias propiciatorias en museos y exposiciones. De la colaboración cómplice de los tres trata la nueva exposición en el parisino Grand Palais realizada junto al Museo Pompidou y que toma como título, simplemente, la sucesión de los tres nombres.

Allí podemos ver las máquinas absurdas de Jean Tinguely, ligadas al nuevo realismo, movimiento francés paralelo al pop anglosajón  y de marcado sentido crítico. Los suyos son mecanismos que se mueven sin ninguna función más allá de lo estético y lo lúdico: las únicas con alguna utilidad  son irónicas "máquinas de pintar" que producen garabatos. También podemos seguir la evolución desde las primeras performances de Niki de Saint Phalle disparando globos de pintura con un fusil hacia sus figuras coloridas inocentes y grotescas, donde reaparece una y otra vez la figura de la mujer y del monstruo. Sin embargo, las salas dedican un espacio particular  a documentar las iniciativas en común: algunas de ellas son de un formato grandilocuente.

Hon -en catedral (Ella-una catedral, 1966) fue un proyecto realizado entre Niki de Saint Phalle,  Jean Tinguely y el artista sueco Per Olof Ultvedt, siguiendo la invitación de Pontus Hulten. Juntos decidieron crear una enorme figura femenina tumbada y embarazada, diseñada por Niki de Saint Phalle y en la el público podía entrar a través de la vagina. Dentro había esculturas, una galería pictórica, una sala de cine, un tobogán y un estanque con peces. Pese a que la publicidad de la exposición en el Grand Palais   permitiera imaginar una reconstrucción de este proyecto, por desgracia no es así. La gran construcción fue destruida y ahora se exponen  solo algunos fragmentos, maquetas y fotografías.

Varias películas documentan El Cíclope (1969-1994), una enorme cabeza con un solo ojo, cuya fachada de espejos refleja el bosque donde se esconde. La construcción penetrable fue erigida durante décadas en secreto por Tinguely, Saint Phalle y su amigo el creador suizo Bernhard Luginbühl. La testa magnífica parece la cúspide de un gigante enterrado, dentro de cuyo cráneo se mueven los engranajes característicos de Tinguely. Tras su muerte la obra fue terminada por Saint Phalle con la ayuda de Hulten.

En 1977 Pontus Hulten llegó a ser el primer director del Museo Pompidou.(...)Sophie Duplaix, conservadora jefe de las colecciones contemporáneas del Museo Nacional de Arte Moderno Centro Pompidou habla de cómo "Pontus Hulten compartía con Niki de Saint Phalle  y Jean Tinguely una misma mirada hacia el arte y la vida, una actitud que podría describirse  como "anarquismo alegre". Se trataba , en particular  de ofrecer al individuo un lugar en la sociedad, bajo el signo de la autonomía de pensamiento y acción. Esto se tradujo en una arte de rebelión, dirigido directamente al público, al que ofreció obras accesibles, participativas y lúdicas".

Sin embargo, en la exposición del Grand Palais hay más documentación que participación. Las piezas de Jean Tinguely, concebidas como obras en movimiento, se muestran la mayor parte del tiempo congeladas, compensándose la quietud con imágenes de video. Los trabajos de Saint Phalle quedan aislados sin reproducir  el sentido experiencial de su obra. De este modo, la visión democratizadora y participativa de Pontus Hulten quedad lejos. Aún así, el periodo y los creadores hacen que merezca la pena la visita. Aunque sea por ver la provocadora y alegre incitación a la irreverencia que contiene el trabajo de una pareja de artistas que fueron amantes, amigos  y que , sobre todo jugaron juntos a fundir arte y vida.

Julia Ramírez Blanco. El Cultural, 12-9-2025.

lunes, 22 de septiembre de 2025

"Sirât" sigue su camino hacia el Óscar

Fotograma de Sirât.
La clarividente selección de Sirât como enviada a los Óscar es la ratificación del indefectible punto de ruptura  que la película ya marcó en Cannes. Cualquier otra decisión en nuestra candidatura hubiera sido una defección por parte de la Academia. Un retardatario paso atrás. Sirât - y en menor medida Romería- vinieron a jubilar en la Croisette de modo ostentoso al viejo cine español. ¿Qué otra opción cabal se podía tomar este miércoles que la de situar a la película de Oliver Laxe -que ha roto el tablero- como cabeza de puente de esa quiebra con el pasado? De este cambio de guardia generacional. Hay un radicalismo jacobino  en la decapitación artística que Sirât ejecuta sin voluntariedad: la de los Garci, Fernando Trueba, Amenábar, ganadores en su día de un Óscar que ya es ceniza: la de los León de Aranoa, Coixet, Bollaín o incluso J. Bayona, frecuentes seleccionados de cartón para estas lides de Hollywood, fenecidos todos ante la irrupción bárbara  de Oliver Laxe.

La percutante sacudida que recorre la carretera no asfaltada en ninguna dirección, la que surcan los aventureros de Sirât, nómadas que persiguen las raves y encuentran la guerra -la inminente y la soterrada y colonial de nuestros antepasados- solo conoce un camino: el que va de aquí a los desfiladeros de la  shortlist que a mediados de diciembre dejará solo 15 películas en juego por el Óscar. El metabolismo visceral de Sirât se presiente blindado para seguir avanti. Al fin y al cabo, qué mejor vehículo que esta madre de todos los survival para ir pisando por sobre estas etapas de unos juegos de hambre minados y alcanzar la nominación el 22 de enero. ¿Quién dijo miedo? Esta patrulla perdida viene de vuelta  de otra dimensión. Y el Óscar, harto de cine sensiblero, se muere por entrar en trance en su desierto.

José Luis Losa. La Voz de Galicia, jueves 18 de septiembre de 2025.

domingo, 21 de septiembre de 2025

Sabine Verheyen:"La libertad de prensa está bajo amenaza en países de la UE"

Sabine Verheyen, vicepresidenta primera del Parlamento Europeo por los populares del PPE y ponente del Reglamento Europeo sobre la Libertad de los Medios de Comunicación que será de obligado cumplimiento en todos los Estados miembros de la UE a partir del 8 de agosto, recibió a este diario en el despacho que ocupa en la sede de la Eurocámara en Estrasburgo. Y lo hizo "decepcionada" por los "pobres argumentos" esgrimidos durante el debate celebrado el día anterior entre los eurodiputados sobre el comienzo de la aplicación de la nueva normativa, al que asistió este periódico durante un viaje financiado por la oficina española del Parlamento Europeo.  Verheyen (Aquisgrán, Alemania, 60 años) conoce bien el ecosistema mediático, sus debilidades y adversarios, desde las plataformas digitales que compiten por la publicidad  y pueden restar visibilidad a determinadas noticias hasta los gobiernos autoritarios empeñados en amordazar el periodismo libre. La defensa de este oficio y de la pluralidad de los medios es el objetivo del Reglamento Europeo, sintetizado como EMFA en sus siglas en inglés. Verheyen insistió en  que ha llegado el momento de aplicar la normativa y no de empezar a adaptar la legislación.

Pregunta.- El último debate en el Parlamento Europeo sobre la EMFA le provocó "desolación". ¿Cree que los ciudadanos entenderán el significado de lo que está en juego con esta legislación si ni siquiera muchos de los eurodiputados parecen no haberla leído?

Respuesta.- Partimos además de un ecosistema complejo. Mi impresión durante este debate parlamentario, especialmente desde la ultraderecha, es que predomina una narrativa sobre esta legislación  según la cual se pretende censurar opiniones y acabar con la libertad de expresión. Nada de eso forma parte de la normativa. Ese relato considera a los periodistas como mentirosos mientras pone en valor a las redes sociales como baluarte de veracidad. Esta legislación defiende tanto la independencia frente a injerencias políticas como la propia diversidad del ecosistema mediático. Las distintas maneras de informarte se integran en los derechos fundamentales de cualquier democracia.

P.-¿Ese ecosistema mediático diverso y libre de injerencias que usted defiende será posible en los estados de la UE una vez que esta normativa sea aplicable?

R.- Creo que puede ser posible. Y es necesario para consolidar la democracia. Los periodistas siempre reciben influencia de los propietarios de los medios donde trabajan. Por eso la transparencia es obligada. Si, como prevé la EMFA, sabemos quienes son los dueños quizá sea más sencillo conocer los intereses que hay detrás.

P.- Pero hay países como España que van con retraso en la adaptación de las normas que prevé esta ley. ¿Qué Estados son los más lentos en esta labor?

R.- España no es de lo que va más tarde entre la lista de los Veintisiete, donde hay algunos que directamente bloquean su aplicación. Hungría mantiene una oposición frontal; Malta no ha hecho nada hasta ahora por adaptar sus preceptos. Grecia no hizo mucho hasta hace unas semanas, cuando empezaron a recibir presión por parte de la Comisión Europea... Entre los países que más han avanzado en la futura aplicación de la EMFA están Dinamarca y Suecia.

P.- España es uno de los países donde su cumplimiento no será efectivo en su totalidad a partir de agosto y podrán entrar en juego los tribunales.

R.- Antes llegará una carta de la Comisión Europea a los países que incumplen. Desde el grupo de trabajo sobre la ley presionamos a la Comisión para que actúe  contra los Estados infractores. Todos se comprometieron a cumplir esta normativa. Y la libertad de prensa esta bajo amenaza en muchos países de la UE.

P.-¿Dónde localiza la raíz de esta amenaza?

R.- Tenemos una sociedad cada vez más polarizada. Mucha gente se ha acostumbrado a busca el refrendo de sus propias opiniones en las redes sociales. Ya no existe un debate de ideas contrapuestas. La discusión hoy acaba al nivel de una taberna a favor o en contra, sin matices ni puntos de encuentro pese a la discrepancia. Y los medios que cada vez cuentan con menos recursos porque la publicidad se traslada a las redes sociales, también polarizan más las posiciones. Uno de los artículos  de la EMFA  es el 18, que refuerza a los medios frente a las plataformas cuando estas bloquean sus contenidos. Aspiramos a que no puedan ser robados ni bloqueados externamente.

Quino Petit. Estrasburgo. El País. jueves 31 de julio de 2025.

sábado, 20 de septiembre de 2025

San Pancrazio, Jardín universal

Isola Grande en Ascona (Suiza)

Visita a Isola Grande, en Ascona (Suiza), donde Antoinette  de Saint Léger fundó a finales del XIX un paraíso privado con especies de los cinco continentes. Apasionada por los jardines y de espíritu hedonista, Antoinette de Saint-Léger fue una figura fascinante que, además de incentivar la creación artística apoyando  a escritores como James Joyce o Herman Hesse, transformó las dos pequeñas islas de Brissago en un destacado centro cultural y botánico. Nació en 1856 en San Petersburgo. Su madre, Wilhelmine Bayer estaba vinculada a la aristocracia rusa y se especuló con que fuera hija ilegítima del zar Alejandro II. Dominaba siete idiomas y tocaba el piano como le indicaba su profesor, un tal Franz Liszt. Como tenía problemas respiratorios la llevaron al golfo de Nápoles para curarse. Los aires de la libertad debieron de sentarle de maravilla porque vivió hasta los 92. Probado el mediterráneo, ya no quiso volver a Rusia. Se casó tres veces, cada vez mejor. El tercer elegido fue Richard Fleming-Saint Léger, heredero de títulos nobiliarios y de una considerable fortuna. Gracias a él devino baronesa  y adquirió en 1885 las dos islas Brissago en el lago Maggiore, en Ascona, la Suiza italiana. Cuando fundó la compra de su lugar en el mundo, mandó levantar en la Isola Grande de San Pancrazio una casa lo más espaciosa posible para no estar a solas con su marido y se propuso dar rienda suelta al sueño de su vida: reunir plantas de los cinco continentes, viajar sin moverse, proteger especies  y convertir una isla mínima en un magnífico jardín subtropical.

Entre 1886 y 1914 en esta isla de 2,5 hectáreas reinaron la creatividad y la celebración cultural. A su casa vinieron a escribir  Rilke y un Joyce en pleno proceso narrativo del Ulises. Tantas cosas compartió con la baronesa que se dice  que aquella personalidad compleja que mezclaba el genio, el mecenazgo y la emancipación  la convirtió en modelo para su personaje Circe en la novela, también llamada Bella Cohen...

Llego a la isla tras 20 minutos de travesía por el lago desde Ascona. Me recibe la especialista en botánica Ida Locatelli, que me invita a descubrir el exotismo de esta parque, con más de 1.600 especies . Vemos azaleas, rododendros, palmeras japonesas, bananos, bambús y ginkgos del Lejano Oriente. Para llegar a Sudáfrica observamos proteas, gazanias, watsonias, agapantos y colas de león. Acaricio la delicada Tillandsia usneoides, también llamada musgo español, liquen que crece en árboles  de climas tropicales y subtropicales de América. Descubro también la carambola, planta que da fruta con forma de estrella. Entre camelias y secuoyas, Ida me recuerda que, agobiada por las deudas, la baronesa vendió las islas  en 1927 al magnate alemán Max Emden, quien levantó la villa actual y unas termas al estilo romano donde acudían a bañarse desnudas  las vecinas y los vecinos de la comuna del Monte Veritá, sintiendo en la piel la conexión con la naturaleza, escapando  a la industrialización y abrazando el naturismo. Sentados en el restaurante Villa Emden, Ida señala que, tras abandonar su isla, Antoinette vivió en Ascona y en Intragna  en circunstancias económicas difíciles hasta fallecer en un asilo. "Creo que le gustaría saber que el jardín que fundó y donde se trasladaron sus restos en 1972 recibe 100.000 visitantes anuales".

Use Lahoz. El País Semanal, 5 de agosto de 2025

viernes, 19 de septiembre de 2025

La firma Heaps & Woods impulsa el trabajo artesano

Sillas diseñadas por Heaps &Woods. ( © Heaps& Woods )

Frente a la imparable digitalización e incorporación de la inteligencia artificial, el trabajo artesano experimenta, al mismo tiempo un creciente impulso, tanto para ejercerlo como para preservarlo. Ya no es una tendencia, sino una corriente global construida con sólidos mimbres: proteger, evolucionar y conectar. Aún así, a veces no es suficiente, pues muchas artesanías se han extinguido o están a punto. Louis Chagnaud (París, 35 años) y Marta Jurado  (Barcelona, 33años) lo ven cada día en su trabajo, pues los diseños de su firma  Heaps & Woods se elaboran en colaboración con artesanos de distintas partes del mundo. "Pensamos que optando por ese tipo de elaboración contribuimos a proteger esta cultura. Si no, son técnicas que se están perdiendo. Esto es algo muy importante en nuestra filosofía, ya que nos hemos encontrado con materiales y elaboraciones  con las que queríamos trabajar y no hemos podido porque se han quedado sin relevo generacional", apunta Louis. (....)

Fue Louis quien comenzó con el proyecto empresarial de Heaps & Woods en Indonesia. Marta, que había ido a visitarle  para desconectar de Barcelona, terminó iniciando allí dos proyectos: el empresarial y el personal. Había estudiado Diseño de Interiores en la escuela Eina de Barcelona, la conexión estaba servida. Tenían muy claro su propósito: colaborar con artesanos de la zona para proporcionar un servicio de mobiliario y de objetos personalizado para proyectos de interiorismo. La idea de convertir este servicio en una marca, con sus propios diseños, llegaría cinco años después, cuando ya estaban de vuelta en Europa. 

"Desafortunadamente, para algunos oficios sí que es tarde porque se han ido perdiendo. Pero también creo que la sociedad está en un punto en el que conviven los dos enfoques", expone Marta. "Por un lado, aquellos que consumen de manera robótica y poco consciente, que no se plantean ni de dónde vienen las cosas ni quién las ha hecho. Por otro, aquellos que consumen con un criterio de calidad y apego, con la idea de que las cosas les duren o que compran de segunda mano para seguir dando vida a lo que ya existe, independientemente de su poder adquisitivo".

Heaps & Woods es para el segundo tipo de personas, que adquiere con criterio y valora la manufactura artesana de calidad, ya se trate de un interiorista o un consumidor final.. Cuando decidieron  que su proyecto evolucionara a una marca, muchos de los primeros cuadernos de bocetos que llevaban años haciendo mientras desarrollaban prototipos para sus clientes. Se dieron cuenta de que tenían un universo con un estilo muy definido en el que cualidades como la calidez, la atemporalidad y las gamas de colores naturales estaban siempre presentes. Pero también las geometrías, básicas o rotundas, y diseños más locos, "un poco funky", en palabras de Marta.

"Nuestra idea es crear  piezas que sean muy especiales, que pasen de casa en casa, que se puedan heredar". En sus investigaciones, de vez en cuando se encuentran con técnicas  que son muy delicadas, laboriosas o costosas, que han intentado aplicar  al diseño del mobiliario, pero no han podido. De ahí surgió su proyecto más reciente Bisa Studio, lanzado en 2024.. Un espacio para la creación de piezas a caballo entre el arte y el diseño en el que además de sus diseños, producen los de otros creativos  a modo de comisarios.

Tachy Mora. El País Semanal, 28 de julio de 2925.

jueves, 18 de septiembre de 2025

"El amor"

A ese sentimentalismo incandescente de El cielo abierto de Nicolas Mathieu, se opone El amor la nueva novela de François Bégaudeau, que ha llegado al mismo tiempo a las librerías españolas. Mientras Mathieu se deja arrastrar por la tormenta de los afectos, Bégaudeau los contempla con una ternura genuina, pero filtrada por cierta frialdad sociológica. Uno lo vive como un huracán que arrasa con todo. El otro, como una convención cultural que hace la existencia un poco más llevadera. El autor de la extraordinaria La clase, inspirada en su experiencia como profesor en un instituto de París (y adaptada al cine por Laurent Cantet, el propio Bégaudeau como protagonista), narra aquí la deriva apacible de un matrimonio de clase media a lo largo de cinco décadas. A diferencia de Mathieu, Bégaudeau no ve el amor como una gesta. Lo describe "tal como lo vive la mayoría": sin grandes crisis ni estridencias, hecho de gestos mínimos, de un compromiso sin épica y de un pragmatismo  un poco triste, como si amar fuera un imperativo social. 

Bégaudeau opta por una narración sobria y cronológica; más sencilla pero no peor. Prefiere la claridad  a la ornamentación, siempre atento a los silencios y a las rutinas, y con un vocabulario llano que remite a la tradición del realismo francés. Su imagen del amor es coherente con su estilo: sobria, sin dramatismos, centrada en lo que permanece. Mathieu en cambio se inscribe en una escritura más fragmentada, encendida y evocadora, que se acerca por momentos al simbolismo como sugiere su cita al célebre "berro azul" de Rimbaud.

Aun así, los dos escritores cierran los libros con la misma figura: un padre enfermo y moribundo que despierta en ellos una inesperada compasión. Como si, al final, se reconciliaran con una forma de normalidad contra la que se rebelaron durante la primera mitad de sus vidas. Como si hubieran comprendido al fin que sus padres, igual que ellos, hicieron lo que pudieron. Estos dos libros, supuestas reflexiones sobre el amor, acaban hablando más bien  de la aceptación de una certeza irrebatible: que todo tiene un final.  

Álex Vicente. Babelia. El País, sábado 23 de agosto de 2025.

miércoles, 17 de septiembre de 2025

Claire Martin nos propone buscar nuestro lugar en el mundo

Chispea y hace frío en el inestable julio parisiense. Un lugar, sin embargo, claramente preferible en el tórrido verano europeo, para usar la terminología de la filósofa francesa Claire Martin (París 50 años) sobre los espacios más adecuados a nosotros. La cita con la pensadora es en su pequeño apartamento del distrito XIV de la capital francesa. Marin es autora de una decena de ensayos. El último es Estar en su lugar (Anagrama, 2024), donde desgrana la utilidad de encontrar nuestro recoveco en el mundo. Ya sea geográfico, identitario, cultural o sexual. También recorremos algunos de los elementos de sus obras, donde utiliza la filosofía y a los grandes maestros para explicar el sufrimiento o las virtudes ocultas en nuestros actos cotidianos. Empezar de nuevo, el contacto, la ruptura como motor necesario y doloroso del cambio. Qué gusto obtener respuestas sobre casi todo sin recurrir a la inteligencia artificial.

Pregunta.- Últimamente no ando muy bien con mi pareja, ¿me aconsejaría romper o darle una vuelta al asunto?

Respuesta.- Bueno, habría que ver por qué no estamos bien. A veces confundimos las razones del malestar, y el cónyuge es la primera superficie donde apoyarlo. El problema puede estar fuera y no ser responsabilidad de la relación. Además, la cuestión es ver que proyectos en común hay. los elementos que empujan a estar juntos. Pero romper siempre es muy doloroso como decisión... A veces romper con el otro es también romper con la persona que uno es con esa pareja. Sucede también  en las relaciones de amistad. Algunas se rompen brutalmente  porque ya no queremos estar en el lugar que esa amistad nos asigna. Lo mismo ocurre con la familia, con situaciones que nos infantilizan, o nos culpabilizan.

P.-¿Los cambios están sobrevalorados?

R.- Va con nuestra sociedad, obsesionada con lo nuevo. Y eso se ha acelerado. Da la impresión de que para mantener la intensidad hay que cambiar de imagen continuamente, es ese gesto del scroll. Con las parejas ocurre lo mismo. Es una ilusión, porque son cambios superficiales, relaciones muy breves sin impacto transformador. Son divertimentos, como series de televisión o ropa nueva. Pero lo otro requiere un compromiso, una inversión, algo de ti mismo.

P.- ¿El ascensor social francés se ha averiado?

R.- Sí, por razones políticas. Las decisiones políticas han destruido la malla social, educativa y cultural que era su sustento. Aquello que funcionaba en los setenta hoy funciona mal: todo se privatiza. Hay algo criminal en la destrucción de esa igualdad, que era un orgullo de Francia. Hay una regresión en el plano social, pero también moral.

P.-Usted habla en su libro la idea de estar en nuestro lugar. ¿Eso significa lo mismo que estar en el buen lugar?

R.-La pregunta es si el lugar que me asignan es en el que debo estar. ¿Como mujer tengo que asumir el rol de un machismo conservador? Se puede pensar que puedes fabricarte tu lugar, real o simbólico. A veces hay que forzar y proponer un modelo de representación que no existe.

P.-Hay una cierta angustia por no estar en el lugar en que deberíamos

R.- Es como nuestra incapacidad de ser felices, sí. Pero no hay que focalizarse en un lugar geográfico. El lugar es algo que se define por las relaciones y la actividad: qué hago, con quién lo hago, qué sentido tiene para mí y para los demás.

P.-¿Estamos más obsesionados con la sexualidad que antes?

R.- Había algo obsesivo en relacionar la sexualidad con el bienestar. Pero deberíamos preguntarnos si es tan importante. Hay épocas en que es central para construirse, pero no es lo mismo en todas. Puede haber voluntad de alargarla, pero también de retrasar el momento de entrar en la sexualidad, jóvenes que sin ser reaccionarios eligen eso. No debe acelerarse. Lo positivo son los discursos diversos con voces disonantes.

Daniel Verdú. El País, domingo10 de agosto de 2025.

martes, 16 de septiembre de 2025

El Museo del Louvre rompe sus cánones clásicos

Elías Crespin y su su obra "La onda del mediodía"
en el Museo del Louvre. (Foto:Antoine Mongodin)

El centro de arte más visitado del mundo acelera su programa para incorporar a autores vivos con obra permanente. De momento solo cinco han sido invitados a intervenir en su arquitectura. En la primavera de 2018, Elías Crespín (Caracas, 60 años) exponía una de sus obras en el Grand Palais de París, dentro de una muestra colectiva, cuando le dijeron que el entonces director del Louvre, había visto su creación y quería verle. "Quería encargarme una obra para el Louvre. Flipé, explica este venezolano afincado en París desde hace 17 años, el único artista hispánico  que tiene obra permanente en el museo más visitado del mundo.

El encargo no era para exponerlo de manera puntual, sino para quedarse en el templo del arte antiguo. Tenía que intervenir en un espacio, el que él quisiera, dentro de la arquitectura del museo. Este privilegio solo lo han tenido él y otros cuatro artistas contemporáneos más. Además de Crespin, el alemán Anselm Kiefer, el americano Cy Twombly, el francés François Morellet y el belga Tuc Tuymans. Solo tres están vivos: Kiefer, Crespin y Tuymans.

"Me dieron un pase permanente para que pudiera ir al museo cuando quisiera y explorar el espacio donde quería instalar mi obra. Parece idílico, pero es difícil porque el Louvre no es pequeño. Tenía que buscar un lugar apropiado para una obra que aún no sabía cuál era", relata Crespin. Entre los 73.000 metros cuadrados que tiene el templo parisino del arte, encontró el lugar y un año después creó La onda del mediodía: una estructura muy compleja a nivel técnico que podría resumirse en una especie de pentagrama que se va moviendo por los motores instalados en cada una de las cuerdas que están suspendidas de una bóveda. Se mueven  gracias a un algoritmo que las hace danzar. Se instaló en la escalera de Midi, una de las más emblemáticas del Museo. "El lugar me fascinó, dice el artista, cuya obra convive con clásicos  como La Gioconda o la Victoria de Samotracia.

Esta pieza forma parte de lo que el Louvre llama los "decorados perennes", los de los cinco artistas citados, que han creado piezas más propias de museos como la Tate Modern o el Centro Pompidou en París. Es un privilegio exclusivo, pues el director del museo el que los elige. El Louvre ha sido una de las instituciones  más influyentes en la definición del canon del arte occidental. Desde su apertura en 1973, heredero de las colecciones reales francesas y enriquecido por los botines artísticos de las campañas napoleónicas, se ha forjado como un templo del arte clásico con obras de las civilizaciones del Mediterráneo, la pintura europea del Renacimiento  y la escultura grecorromana. Las obras más antiguas tiene 9.000 años.

En las últimas décadas se han ido incorporando, de manera muy selectiva (cinco en 20 años), otras que dinamitan ese canon clásico y suponen una disrupción en el espacio. Este cambio no responde únicamente al afán de "modernizarse", sino a un reconocimiento de que el arte  es una red de diálogos y ecos entre épocas. Donatien Grau, consejero del programa contemporáneo del museo, explica que "en realidad esto forma parte de una tradición que tiene que ver con la identidad palaciega del Louvre, porque antes de ser museo fue palacio, pensado para ser decorado".

Antes de las intervenciones de Kiefer (2007), Twombly (2010) o Crespin (2020), el museo ya había iniciado diálogos  con creadores que desafiaban el antiguo esquema. Se remonta a Eugène Delacroix, que en 1850 recibió el encargo de pintar la composición central de la bóveda  de la galería de Apolo, y Georges Braque, que lo hizo sobre la cúpula  de la sala de Enrique II en 1953. "Hoy no son contemporáneos, pero si lo eran de esa época", recuerda Grau. (...)

Raquel Villaécija. París, el País, lunes 8 de septiembre de 2025.

lunes, 15 de septiembre de 2025

"El cuadro robado"

La base de la trama es verosímil. Por una de esas casualidades de la vida, un subastador de la prestigiosa casa parisina Scottie (nombre ficticio) recibe una carta en la que una abogada de provincias le comenta del hallazgo de una pintura, y por la que su nuevo propietario se muestra muy preocupado. Una vez realizada la inspección, resulta ser una obra desaparecida en la Alemania de 1938, en pleno expolio nazi. Es de Egon  Schiele (1890-1918 ), un grande del expresionismo austríaco. Pascal Bonitzer, reputado guionista (sobre todo colaborando con Rivette y Techiné, entre otros), filma su propio texto como una ficción  y un estudio de personajes. Esto no es más que una coartada para aflorar emociones  dispares hasta conformar un retrato humanista, que va desde el antipático experto en arte a la desconcertante becaria, pasando por la ex del primero y el accidental dueño del lienzo.

Como fondo, los opacos  entresijos del lucrativo negocio galerista, dando siempre entrada  a la condición humana, con apuntes de diferencia de clase. Si la maestría de Bonitzer no admite reparto en la construcción  del entramado dramático, el acabado visual y la narrativa elegida se ajusta a la acostumbrada elegancia del drama a la francesa. Añadamos un inteligente sazonado en torno a la impostura. Acabaremos sabiendo que el protagonista asume un poder consciente de los juegos del poder, léase si no pisas, te pisan, o mejor todavía, vales lo que tu última subasta. Otro tanto la joven  con su halo de misterio y sus reacciones desconcertantes. En medio, un tipo honesto que prefiere la compañía de sus amigos del pueblo  y su trabajo en una empresa local. Hay algo de fábula, con una moraleja final en la que todos, desprovistos ya del corsé de las apariencias y falsos intereses, se convierten en gente normal. El cuadro robado es cine a la vieja usanza, de cuando las películas entretenían y al mismo tiempo, removían conciencias y cargaban pilas.

M.A. F. La Voz de Galicia, domingo 27 de julio de 2025.

domingo, 14 de septiembre de 2025

El traslado del tapiz de Bayeux al British Museum de Londres se complica

El tapiz en su sede de  Bayeux. AP

La obra según lo acordado,  iba a salir de Francia por primera vez  en casi mil años, pero su estado de conservación, extremadamente frágil, ha suscitado polémica y agita el debate sobre el uso diplomático del patrimonio nacional. En julio Macron anunció que iba a ceder el tapiz al British Museum para que se exponga a partir de septiembre  de 2026, mientras duran las obras de rehabilitación del museo normando. Es algo que ya había anticipado en 2028. El Elíseo validó el préstamo a condición de que fuera transportado en buen estado, pero varios informes encargados  a conservadores y expertos en patrimonio desaconsejan su traslado.

Tras el cierre del Museo, el bordado milenario debía moverse igualmente y este es uno de los argumentos del Elíseo para cederlo, que al menos pueda ser admirado y no esté almacenado en una sala. Pero los conservadores advierten de que debe ser aislado y restaurado antes de de embarcarlo en cualquier viaje. "Nos hemos dado cuenta al evaluarlo, de que el tapiz  es demasiado frágil para ser trasladado a gran distancia y que toda manipulación suplementaria es un riesgo para su estado de conservación", señala Cécile  Binet, una de las conservadoras de la Dirección Regional de Asuntos Culturales de Normandía.

Lo hace en un vídeo en el que han participado otros expertos y que fue publicado por la Prefectura de Calvados (a la que pertenece Bayeux) y difundido en redes sociales en enero. La grabación ha sido eliminada  hace unas semanas, tras la confirmación de Macron de que la obra iba a ser cedida temporalmente. 

Binet contradice, al igual que otros dos informes precedentes, lo que dijo hace dos semanas  Philippe Bélaval, consejero del Elíseo encargado de esta gestión. Él afirmó  disponer de otro estudio  reciente que niega  "que el tapiz no pueda ser transportado". La hipótesis es que se haga por camión" señaló a la agencia AFP. 

"Todos los informes públicos, y los que se han ocultado, realizados por decenas de conservadores que han evaluado la obra han señalado que no es posible su traslado sin que sufra ningún daño", explica a El País Didier Rykner, director de la revista La Tribune de l'art, que lleva meses investigando sobre el tema. Afirma haber hablado con varios de los restauradores que han participado en los informes y "todos están de acuerdo: ninguno cree que la tela  no vaya a resultar dañada si se ejecuta la operación", denuncia. Recuerda Rykner que no pueden hablar abiertamente "al haber realizado los trabajos para el Estado, pero su diagnóstico está en los documentos".

Un estudio encargado por la Dirección de Asuntos Culturales de Normandía, que vio la luz en 2020, señalaba: "Dada la fragilidad  y la excepcionalidad de la obra, creemos que es preferible manipularla lo más cerca posible del Museo de Bayeux. Por un lado, eso limitaría  los riesgos asociados a su transporte. Sabemos que el transporte de obras, incluso con una organización impecable, es un momento crítico para los objetos. Pueden ser expuestos a varias dinámicas, vibraciones y tensiones, lo que, en este caso particular, podría provocar pérdida de fibras, aumento de desgarros y roturas durante su manipulación. (...)

"Macron cree que el patrimonio nacional le pertenece y lo usa con fines diplomáticos, pero va a poner en riesgo la obra", dice Rykner. El periodista ha lanzado una petición  para pedir  el abandono del proyecto  de traslado y ya cuenta  con unas con unas 68.000 firmas.

En plena polémica, el responsable de conservación de los museos de Bayeux, Antoine Verney, gran conocedor del tapiz , defendía en Le Figaro el valor simbólico de la obra en las relaciones entre ambos países: "El tapiz ha sido concebido para ser trasladado y no nos pertenece. Es un patrimonio compartido con el Reino Unido.

Raquel Villaécija. París. El País, jueves  4 de septiembre de 2025.

sábado, 13 de septiembre de 2025

El rugido de Le Mans

En Le Mans. (Foto: James Rajjotte)

Son las once de la mañana en una  campa dentro del enorme circuito de Le Mans. Simon y Giles, dos septuagenarios ingleses repanchingados en sillas plegables se sirven un whisky solo en vaso de plástico. No es su primer trago de la mañana. Son cuñados y han llegado de Inglaterra para ver las carreras de automóviles históricos, conduciendo un Austin-Healey 300 de 1963, con puertas blancas y capó rojo, que tienen aparcado ante ellos con el maletero abierto. Dentro pueden verse una montaña de latas de cerveza de medio litro, botellas de whisky, todo tipo de piezas de repuesto y herramientas. "Vengo desde Poole con esta antigualla, uno tiene que saber repararla por lo que sea que puede pasar ", dice Simon. Junto a su vehículo hay aparcados decenas de Austin- Healey similares pero con matrícula francesa. "Nosotros nos concentramos con el club francés de Austin -Healey. Aunque digan lo contrario, te digo que son más simpáticos que los ingleses... De noche nos iremos con el club de Austin-Healey de Holanda, que son los que montan las mejores fiestas", asegura Simon. Mientras su cuñado Giles nos ofrece un whisky. Cuesta creer que vaya a llegar a la fiesta de los holandeses.

La campa donde se concentra el club francés de Austin-Healy está perimetrada por unas vallas, que las separan de las campas reservadas a otros clubs de automóviles clásicos y repletas a su vez de modelos icónicos de la historia del automóvil. Ahí están los plateados Porsche 356, los corpulentos de Tomaso Pantera con sus colores chillones. Lotus afilados y planos como cuchillos. Ferrari que parecen tener branquias de tiburón a los lados , Aston Martin de cuando James Bond era Sean Connery y tenía pelo y no podían faltar los Jaguar E-Type con sus morros infinitos y sus pequeñas cabinas, de los que parece que en cualquier momento saldrá algunos de los mitos eróticos a él asociados, como por ejemplo Don Draper.

Los asistentes pasean entre estos distintos modelos, se asoman por las ventanillas para ver el interior , preguntan todo tipo de asuntos técnicos a sus propietarios... Y sin embargo estos automóviles no son más que figurantes en este evento. Los verdaderos protagonistas son los más de 800 clásicos  que retornan del pasado para volver a competir en las 24 Horas de Le Mans, todos ellos agrupados en distintas categorías por periodos históricos  que van desde e1923  a 2005, representando así las distintas eras de esta prueba centenaria.(...)

Pese al peligro que entrañan estos viejos vehículos, el trabajo que dan y lo ruidosos que son , hay algo en ellos  que, como dice Celia Stevens, puede ser adictivo y que concita aquí a aficionados de todo tipo, coleccionistas, mecánicos, pilotos o meros espectadores que acampan dentro del propìo circuito, que se convierte durante estos días en una ciudad efímera e insomne dedicada al culto del automóvil. Quizás el que mejor supo definir ese algo que arrastra  a toda esta gente  fue Filippo Tommaso Marinetti, el poeta italiano que publicó en 1909 el Manifiesto futurista, cuyo cuarto artículo rezaba así: Afirmamos que el esplendor del mundo se ha enriquecido  con una belleza nueva: la belleza de la velocidad. Un coche de carreras con su capó adornado gon grandes tubos parecidos a serpientes de aliento explosivo... un automóvil rugiente que parece que corre sobre la metralla, es más bello que la Victoria de la Samotracia".

Jacobo Bergareche. El País Semanal, domingo 24 de agosto de 2025

viernes, 12 de septiembre de 2025

Las semillas de Dior

La villa Les Rhumbs en 2020. (Foto:  Musée Christian Dior)
Una muestra en el hogar de la infancia del modista Christian Dior, en Granville, explora la influencia en su obra de las flores que sembró su madre en el jardín. Él las transformó en siluetas de tulipanes, bordados de margaritas y fragancias que replican los aromas del campo francés.

Cuando en 1906 Madeleine Dior compró Les Rhumbs, una casa con una hectárea de terreno desértico que bordeaba el cementerio de Granville, en Bretaña, no podía imaginar que su elección cambiaría la manera de vestir de las mujeres de la segunda mitad del siglo. 

Madeleine Dior, que tuvo un hijo al que llamó Christian, dedicó muchos años de su vida a convertir  aquel espacio  con vistas al mar en un frondoso jardín. Sembró pinos, robles y cipreses que crecían "contra viento y marea", según le gustaba repetir a su hijo, el modista.

En el jardín de su madre el pequeño Christian pasó muchas horas observando y aprendiendo. "Para mis ojos de niño era como una selva virgen ", contó en sus diarios. Allí aprendí a anunciar las estaciones por el color de las hojas y la furia con la que el viento golpeaba  contra los árboles. Con su madre y los jardineros de la casa se convirtió en un experto en identificar la esencia de las flores y las bondades de la naturaleza.

En 1947 aquel jovencito cambió la historia de la moda con su primera colección, marcada por la línea Corolle con una silueta que recordaba a las flores invertidas en plena floración. Fue el hilo conductor  que dio vida a la femme  fleurs.,  Vestidas para agradar y recuperar la grandeza tras los años de austeridad de la II Guerra Mundial, esa silueta sería  bautizada como new look y simbolizaría el fin de las penurias y la vuelta de suntuosidad y el lujo.

Desde 1939, los jardines de aquella casa de la infancia de monsieur Dior son públicos y pueden visitarse. En 1997 la mansión Les Rhumbs se convirtió en el Museo Dior, que este verano ha inaugurado la exposición Dior, Enchanting Gardens y ha editado un libro  con el mismo nombre para trazar la línea que une ese jardín con las creaciones de la maison Dior.  Desde el primer desfile de 1947 hasta las creaciones de los directores creativos contemporáneos con John Galliano, Raf Simons y Maria Grazia Chiuri se puede apreciar la influencia de los jardines de Granville en la obra de la maison, explica la comisaria, Brigitte Richart, que destaca: "La línea central de la exposición que podrá visitarse  hasta el 2 de noviembre de 2025 es mostrar la continuidad de las flores y la naturaleza  como inspiración de la casa Dior".

Para la comisaria de la exposición, dos de las piezas icónicas por las que merece la pena hacer una parada en Granville son los vestidos Vilmorin y Andrieux creados por Christian Dior en 1952, un homenaje a la pasión de su madre por las flores silvestres sin pretensiones como las margaritas, y la suya propia por los catálogos coloreados de huerta y jardinería de Vilmorin-Andrieux&CIE. "Eran su lectura preferida por encima de cualquier novela, y, gracias a ellos, Dior aprendió el nombre de las semillas y los cuidados de las plantas", explica Richart. En homenaje a esos comerciantes de semillas, el modista creó dos vestidos de tarde cubiertos de flores amarillas bordadas por el couturier Rébé que fueron portada de la revista Elle en marzo de 1952, lucidos por la modelo Sylvie Hirsch y la actriz Brigitte Bardot... 

Karelia Vázquez. El País Semanal, 12 de agosto de 2025.