"Nadie quiere la noche". Cinco meses de oscuridad, el Polo Norte, un viaje emocional... Entre estos vértices discurre la nueva película de Isabel Coixet. Un recorrido realizado de la mano de Juliette Binoche, la señora del cine francés. El nuevo riesgo de un camaleón que cambia con los colores del arte. Cuesta acostumbrar la vista a la oscuridad del estudio. En el interior hay un silencio intrauterino. Acolchado por el zumbido constante de los tubos de ventilación. Los técnicos hablan en susurros. Casi caminan de puntillas sobre virutas blancas. Nieve falsa. De goma. Se supone que estamos en el Polo Norte. ... De nuevo, en la piel de una bostoniana de buena familia... Apenas sonrie. Como actriz, suele mostrar una intensidad inusitada. En alguna ocasión ha dicho que cuando se lanza a interpretar otras vidas ha de tomar "un riesgo en contarlo". Si no, no merece la pena..." "Estoy experimentando esta película a un nivel muy personal. Nos encontramos al final del rodaje y siento que ya es hora de largarse de aquí. Es una historia extrema. Casi como pasar por la muerte. He dado todo lo que he podido. Emocionalmente, no puedo más. Hemos atravesado tantas capas de ir desnudándonos..." . En un momento dado, parece que se le quiebre la voz. Se explica en un inglés exquisito de la Costa Este de Estados Unidos.
Guillermo Abril. El País Semanal. Domingo, 18 de Enero de 2015.
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