Más de un millón y medio de ciudadanos y 50 jefes de Estado de todo el mundo, unidos contra la amenaza yihadista. Los ministros de Interior acuerdan reforzar los controles en las fronteras.
A las 11 de la mañana, miles de personas caminaban ya por la Plaza de la República. A la una, las estaciones de metro a cinco kilómetros del centro estaban colapsadas y de los vagones no podía subir ni bajar nadie. A las dos, decenas de parisinos marchaban por los bulevares del centro, empequeñecidos por la masiva afluencia desde las cuatro esquinas que confluyen en la plaza. Y a las tres de la tarde, cuando la marcha oficial encabezada por el Gobierno francés y dirigentes de más de 50 países empezó, más de un millón de gargantas llenaban el centro de París para llorar, honrar y recordar a sus muertos.
En realidad no fue una marcha, sino muchas juntas. Sin lema ni discursos oficiales. Sin más protagonistas que los periodistas y dibujantes de Charlie Hebdo, los policías fallecidos esta semana y los rehenes cobardemente asesinados. Sin más guía que esa idea difusa de valores republicanos que nadie acierta a definir con precisión, pero que todo el mundo tenía ayer muy claros.
Pablo R.Suances. París .Envíado especial. El Mundo., Lunes 12 de Enero de 2015
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