viernes, 30 de enero de 2015

Monsieur le Président

Hace ahora exactamente un año una brillante periodista de El País por la que sentía una gran estima publicó una columna titulada: "Del amor", 28 de enero de 2014.

"Llevo días resistiendo la tentación de escribir sobre los líos de Hollande"..
Así inicia la periodista su columna que títula:"Del amor"  . Yo llevo un año exactamente esperando la ocasión de dar mi réplica sobre este texto. Los atentados de París contra la esencia de uno de los pilares de la República francesa, la libertad de expresión, me empujan a decidirme a hacerlo.

"Resulta incomprensible que ese garbanzo medio cocido que es Hollande tenga tanto éxito con las mujeres", expone la autora. Sorpresa, un pronto de rabia, finalmente decepción fue lo que sentí al leer esta frase. La sorpresa no la provocó el comentario  ( hombre que no responde al modelo de lo que el común entiende por apuesto y que cambia de pareja con facilidad ) que es muy manido y frecuente, pero sí que fuera ella quién lo emitiera. Si una mujer como la periodista  a la que siempre considere un referente en el combate por la igualdad, se pronuncia públicamente  con comentarios como éste,   flaco favor hace a lo que dice defender.  Ridiculizar a alguien por su físico es estúpido y mezquino.  No se escoge ser alto o bajo, gordo o flaco, rubio o moreno, aunque es cierto que hoy en día todo es mejorable o al menos así nos lo hace creer el gran negocio del culto al cuerpo. Afortunadamente la vida de cada día  desmiente que solo los guapos inspiran amor. Para no extenderme me remito al proverbio "la suerte de la fea la guapa la desea". Pienso además que la belleza no es una cuestión de pesos y medidas, pienso que es algo mucho más misterioso, difícil de definir, inaprensible. Mucho más si hablamos de amor.

 Una amiga francesa me comentó hace tiempo, mucho antes de que fuese presidente, que alguien de su entorno  le había dicho:"François Hollande tiene un charme fou. Cuando era profesor en Sciences Po se vaciaban las aulas contiguas, todos querían ver y escuchar a M. Hollande". Voilà : un hombre que conquista por  la inteligencia y por la palabra.


"Lo de Hollande solo demuestra que el poder es, en efecto, un afrodisíaco para ciertas mujeres; o sea que los feos sin poder lo tienen crudo." De nuevo otro lugar común: si una mujer se enamora  de un hombre que no es un adonis será por alguna razón oscura: por dinero o por poder.


"Luego está la inquietante sospecha de que, cuando uno anda metido en un tobogán emocional de ese calibre, no tiene la cabeza para nada más.... cabe temer que los arrechuchos sentimentales te dejen las neuronas  perjudicadas" No tenía un buen día la periodista. Ahora va a resultar  que los problemas de Hollande y sus gobiernos se deben  a su amores y no a la profunda crisis económica que se encontró cuando accedió a su cargo. Sin embargo, "su gestión de los atentados le permiten rehabilitar en parte su imagen dañada. .. Por primera vez desde el inicio de su mandato en mayo de 2012 no le queda grande el traje de jefe del Estado. Francia ha descubierto que en el palacio  del Elíseo tenía un presidente de verdad."  La Voz de Galicia, Domingo, 18 de enero de 2015.

Si quieren saber mi opinión sobre el asunto que inquieta a la periodista ( por qué nos atraen unas personas , otras no ), me remito de nuevo a la sabiduría popular:"Para gustos se pintan colores ". Voy a ponerles un ejemplo:  entre los ojos azules de Zapatero y la  camisa blanca mejor llevada de España de Pedro Sánchez, yo me quedo con Hollande y no porque aspire a ser la primera dama del Elysée.

Mes salutations les plus chaleureuses, M. Le Président.
Carmen González Teixeira

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