
Germaine Dulac. Invitación al viaje, 1927. (Imagen: Museo Tàpies)
Ella, junto a Louis Delluc, Marcel L'Herbier, Abel Gance o Jean Epstein, se identifica con lo que se ha denominado el impresionismo cinematográfico: la primera ola de cine de experimentación en Francia que surge después de la Primera Guerra Mundial como respuesta al cine narrativo y al modelo de Hollywood. Un grupo que entiende que el cine es un nuevo medio que abre nuevas posibilidades para el hombre contemporáneo y lo reivindica como un gran arte, capaz de del yo y del mundo interiores que ni la pintura, ni el teatro, ni los folletines decimonónicos -inspirados en el cine narrativo- pueden alcanzar. Y eso es así porque, según ellos, el cine aporta algo nuevo que le es específico, como el movimiento o el ritmo. La poesía, el alma, los aspectos móviles del mundo tan solo puede ser relevados y observados por el cine.
En la exposición se presentan tres cortos de Dulac - de producción independiente- Disque 957 (1928), Thèmes et variations (1928) y Étude cinegraphique sur un arabesque (1929) que , aunque tardíos, expresan didácticamente ese ideal de cine. Se trata de piezas con un sinfín de recursos ópticos y en las que los encuadres, los movimientos, los ritmos, los juegos de luz y de sombra y los efectos abstractos poseen una especial importancia. Hay un aspecto muy importante en este tipo de experiencias: el sustrato del simbolismo, razón por la cual el impresionismo cinematográfico motivó censuras incendiarias...
La exposición posee tres dimensiones. La primera, los cortometrajes mencionados que se exhiben en la sala y la documentación que los complementa. La segunda es el libro con sus textos teóricos que se traducen al castellano por primera vez y la tercera, el ciclo muy completo sobre en la Filmoteca de Cataluña.
Jaume Vidal Oliveras. El Cultural, 21-11-2025
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