El Instituto Francés muestra ocho piezas inspiradas en el universo del novelista francés. Escritor portentoso y desmesurado Honoré de Balzac ha espoleado la imaginación de muchos artistas, de Rodin a Derain, Picasso y Giacometti, pero la mayoría lo retrataron a él y prestaron menos atención a su obra descomunal y, menos aún a su biografía. Eduardo Arroyo (Madrid 1937) ha puesto precisamente sus ojos en estas dos facetas con una colección de obras que pueden contemplarse hasta el 28 de marzo en el Instituto Francés de Madrid. La muestra, denominada Arroyo et Balzac, se compone de ocho retratos del novelista, realizados con diversas técnicas, ocho representaciones imaginarias de las dependencias donde transcurrió su vida y trece personajes destacados entre los más de 5.000 que pueblan La comedia humana, que quiso ser el espejo en el camino -que diría su correligionario Stendhal- que reflejara con pelos y señales la sociedad francesa de su tiempo. Eduardo Arroyo indica que la figura en sí de Balzac, oronda y "tremendamente pictórica", es un formidable modelo para un artista, por no hablar de su vida tan extraña y literaria que lo hace un personaje "cada vez más legendario". El pintor madrileño, que residió en Francia desde 1958 hasta el retorno de la democracia a nuestro país, encuentra en esta recreación el pretexto para rememorar sus propios recuerdos de París y se vale -ya que no de paleta y pinceles- de fotografía, tijeras y pegamento para conformar algo que también puede considerarse "un libro de artista", como ha escrito Yves Gagneux, director de la parisina Maison de Balzac....
P.Unamuno. El Mundo, miércoles 18 de febrero de 2015
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