Andreï Makine |
El escritor abrió su discurso en la Academia evocando los lazos históricos entre Francia y Rusia su país de origen, haciendo en paralelo el elogio de su predecesora la escritora argelina Assia Djebar con la que comparte esa atracción poderosa que ejerce la lengua francesa sobre los escritores francófonos. Una lengua aprendida, trabajada, estudiada hasta en las menores finezas estilísticas. El escritor se pregunta qué representa esta lengua para los que no la han oído en su cuna. "¿Una conquista?, ¿Una apropiación? ¿Una apertura intelectual? O al contrario, ¿una maldición que relega nuestra lengua de origen a un dialecto ?" Assia Djebar se reconoce entre esos dos polos: "El francés es mi lengua madrastra"... y al mismo tiempo "una lengua de emancipación, un habla liberadora. Ella que conocía a Saussure, Jakobson, Barthes y Chomsky sabía que por encima de los mestizajes lingüísticos el objetivo del escritor era hacer coincidir el pensamiento con las cosas del mundo par ir más allá del mundo visible lleno de odio, de mentiras y polémicas. Situó la biografía de la escritora dentro de las relaciones entre los dos países, sus estudios en París y su carrera universitaria, su militancia en el FLN. Sin embargo las diferencias en las vidas de los dos escritores fueron enormes:"Ningún telón de acero impidió a Assia Djebar, la brillante estudiante argelina, cruzar el Mediterráneo, venir a París a estudiar, en el lycée Fénelon primero y a continuación en la Escuela normal superior. Ninguna presión ideológica ordenó, en Francia, las elecciones que debía hacer para perseverar en sus estudios. Ninguna censura le impuso cualquier index librorum prohibitorum."
En realidad el discurso fue la ocasión para el escritor de hablar sobre la relaciones Francia Rusia. Pedro I el Grande con su visita a los académicos en 1717. La zarina Catalina II, Fonvizine y les Lettres de France, Voltaire, Pouchkine y Tolstói, Chéjov y Dostoïevski van desfilando bajo la cúpula de la Academia. Pero también, la batalla de Moscú, la guerra de Crimea, la Ucrania de hoy y Kiev . Cierra su discurso con el homenaje a un resistente, Jean Claude-Servan Schreiber y con una mención a de Gaulle. El texto del nuevo académico fue calificado por la prensa como "un plaidoyer"/ una defensa de Rusia "humiliée". Una petición, un ruego de un mejor entendimiento entre los dos países. Un discurso con un subtexto de fuerte contenido político.
Dominique Fernández, autor del Dictionnaire amoureux de la Russie, respondió a su vez con una alegato en favor del pueblo ruso, secundando el punto de vista de Makine. "Vuestra obra es un canto de amor a la Rusia humillada" concluye revisando sus libros desde el primero publicado en Francia , tres años después de su llegada, La fille d'un héros de l'Union Soviétique, hasta el último, de este otoño, L'Archipel d'une autre vie. Un amor compartido con el amor a la lengua francesa. Así como cuando Pedro I el Grande, en el curso de su memorable viaje a París subyugó con su encanto a los franceses, "en usted, señor, que encarna tan bien a su patria, reconocemos el encanto ruso".
Carmen Glez Teixeira
De este autor me he leído "la vida de un hombre desconocido". Brutal. Ahora me he pedido para reyes el libro de "entre el cielo y la tierra". La verdad es uqe su estilo atrapa
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