viernes, 23 de diciembre de 2011

Collioure. La tumba de Machado

                                                                                   
                                                                                        Para Irene que pensó en mí en Collioure

Hace apenas dos años leí en El PAIS, una columna de Almudena Grandes (23-2-2009) en la que con un tono airado hablaba de este lugar como un “sitio espantoso”, “una tumba pequeña, indigna, pobre, ajena y sobre todo fría, muy fría”. Tuve que leerlo varias veces. No lo entendía, ya que mi percepción de ese lugar que no conozco, que nunca he visitado, era radicalmente distinta. Yo que he vivido y vivo con frecuencia por procuración he hablado frecuentemente sobre ese lugar al que siempre he deseado ir y espero poder hacerlo algún día. En uno de los boletines de la Asociación de Profesores de Francés de Galicia, creo que en el nº 3, en el artículo “Chemin Faisant” le dediqué unas líneas .Una de mis colegas, entonces vicepresidenta de la Asociación lo visitó ese mismo verano. En agosto de 2008 estuvo mi hija. Las dos me hablaron del encanto del pequeño cementerio, de la calma del lugar, de esa tumba cubierta de flores, de macetas, de placas que evocan sobre todo el paso de numerosos grupos de alumnos de instituto. No olvidemos que Machado fue profesor de francés gran parte de su vida. Mi hija lamentó que no hubiese un recuerdo del centro donde trabajo. Las dos sonreímos convencidas de que Machado debe encontrarse bien en tal compañía.  Todo parece en consonancia con los deseos del escritor. El mismo escribió los versos que figuran en el epitafio:”Y cuando llegue el día del último viaje, y esté al partir la nave que nunca ha de tornar, me encontrareis a bordo ligero de equipaje, casi desnudo como los hijos de la mar.
 Hace unas semanas, a finales de septiembre hablé por teléfono con Marie Claude Bardet, otro de mis valiosos contactos en Francia, profesora de Historia en Tours, después de haberlo sido 20 años en el Lycée Français de Madrid. Y de nuevo el azar se asoma con su media sonrisa: Marie Claude y su marido se iban ese mismo día a Collioure de vacaciones buscando el sol y el calor del sur. Precisamente ese día, que bien de mañana me había puesto a escribir sobre ese lugar. Le pedí que preguntase en el ayuntamiento el  procedimiento a seguir para instalar una placa conmemorativa más en su tumba, también cómo conseguir los dos escritos aparecidos en el País, la columna de Almudena Grandes así como la respuesta del Alcalde de Collioure unos días después. Enseguida recibí sus respuestas. Para la colocación de la placa, además de solicitar el permiso del Ayuntamiento es indispensable acudir en peregrinaje al lugar. Lo propondré a la Asociación para la próxima Asamblea General. Sería un modo de no aplazar por más tiempo el viaje. En cuanto a los textos, me envió una copia de cada uno de ellos, si el tema les interesa, pueden conseguirlos en la hemeroteca del País, en las siguientes fechas: “PARA ANTONIO” Almudena Grandes (23-2-2009). La tumba de Antonio de Antonio Machado. Michel Moly(Alcalde de Collioure)- (Francia-03-03-2009).Y juzguen ustedes mismos.
Este verano, en Biarritz, le comentaba mi deseo, aún sin cumplir, de ir a Collioure, a mi amiga Annie Dupouy de la que tantas veces les hablo, ya que tenemos una gran complicidad y entendimiento. Yo la considero mi maestra más aún ahora que me falta mi marido. Percibí que sin pretenderlo, había tocado la sensibilidad de mi amiga en un punto especialmente sensible. Con lágrimas en los ojos y la voz quebrada me contó su visita también reciente a la tumba de Machado acompañada de un grupo de amigos que no entendieron hasta qué punto estaba conmovida. Me contó cómo rompió a llorar junto a la tumba. Me contó cómo sintió que el país que ella tanto ama, España, se unía sobre la losa de piedra machadiana: Vascos, catalanes, gallegos, de todas partes, dejaban sus ofrendas reconociéndose en su figura, en su recuerdo, por encima de las diferencias que nos empeñamos en sembrar. Oyéndola, las lágrimas resbalaban en mi piel, conmovida a mi vez, ante ella, una francesa emocionada viendo el milagro logrado por Machado.
C.G.T.
Lunes 29 de noviembre de 2011

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