jueves, 3 de mayo de 2012

Les solidarités mystérieuses

/Les solidarités mystérieuses, Pascal Quignard, Gallimard, 2011, no se ha publicado todavía en España. Es un libro sobre el misterio de las relaciones humanas, relaciones poderosas, casi incomprensibles que se tejen en torno a una figura central, Clara.
Para asistir a una boda, Clara Methuen vuelve al pueblo de la Clarté, cerca de Dinard, en Bretagne, donde nació y pasó su infancia. Reencuentra a su profesora de piano, Mme Landon. Decide dejar París, donde vivía, y su trabajo de traductora para instalarse en Bretaña. Su hermano Paul vendrá a reunirse con ella...
El relato de la historia se presenta desde diversos puntos de vista. En la primera parte descubrimos a Clara. Simon, su amigo de la infancia, el hombre de su vida. Paul, su hermano. Juliette, su hija, toman la palabra sucesivamente, cada uno focalizando a Clara desde una luz distinta. En la última parte, la quinta: Voix sur lande, son todas las voces de las relaciones que se tejen en la novela en torno a Clara las que completan su retrato.
Desde el principio asistimos a la unión que existe ente Claire y el paisaje, una unión que por sí sola justificaría el título de la novela: una solidaridad misteriosa. Amaba este paisaje, el aire, el granito, el mar. Sentía una necesidad de reconocer todo lo que había vivido, todo lo que había aprendido del mundo aquí. Una adecuación tan perfecta con el lugar que a lo largo de los paseos interminables y de los meses, de las horas pasadas acurrucada, inmóvil frente al mar, se irá reforzando hasta que se produce una auténtica fusión de tal modo que la angustia enfermiza, sus recuerdos tristes desparecen. Pero no es este apego visceral al territorio, ni el amor pasional que une y desune a Clara y a Simón, ni el de su hija Julieta a la que abandonó hace veinte años y que trata de reencontrarla. La más fuerte, la más misteriosa de las solidaridades es la que une a Clara y Paul, los dos hermanos.  Casi al final del libro toma la palabra Jean, el amigo de Paul, trata de explicar lo que une a los dos hermanos. Paul tenía 4 años y Clara 9 cuando sus padres murieron. Aunque crecieron separados siempre guardaron el contacto.”No era amor, el sentimiento que reinaba entre ellos dos. Tampoco era una especie de perdón automático. Era una solidaridad misteriosa.....Una complicidad descubierta a lo largo de los años....Era incluso una fidelidad que se les había impuesto  y que a medida que el tiempo pasaba, tenía como particularidad desarmar el amor propio, suspender toda critica, no suscitar nunca la menor irritación de uno hacia el otro.” P.186. Jean cree que los hermanos si no se odian se aman mejor que los enamorados. Son más constantes y más seguros. Tienen los mismos recuerdos, asisten a las primeras pasiones, las primeras heridas que son las más fuertes porque no se sabe que existen, porque no se sabe cómo defenderse. Escuchemos a Paul: “La amaba, me intimidaba, me impresionaba. Era mayor que yo. Era una chica. Me daba un poco de miedo. Co frecuencia me decía a mí mismo : Tal vez no has entendido bien.”P.218.
Una novela profundamente meditativa, llena de misterio que sondea continuamente el enigma del ser humano, nacer para morir y mientras, escoger entre vivir, amar, envejecer o escapar del ciclo, ausentarse, huir . Con la música siempre al fondo: el ruido del mar, el recuerdo de las lecciones de piano de Clara en casa de Mme Landon, el concierto que organiza Jean en la iglesia de La Clarté, Bach, Hidden,UnsukCin. Musical también por la estructura de la novela con la que Pascal Quignard construye una polifonía, con las voces que salen del silencio para narrar la vida de Clara y su misterio.Todo en un lugar propicio a la meditación, en Bretaña, entre ciel et mer, entre el cielo y el mar.
C.G.T.


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