CORCUBIÓN |
A mi regreso de vacaciones encuentro en mi casillero de la sala de profesores un pequeño cuaderno de poemas escritos por mi amigo y colega Miguel Vázquez Freire, profesor de Filosofía, con el que he compartido y sigo compartiendo tantas cosas. El conjunto de poemas lleva por título :Paisaxes de Nós/ Paisajes nuestros y el cuaderno es el nº 1 de la colección Cadernos de Néboa/Cuadernos de Niebla. Son nueve poemas acompañados de nueve dibujos de Alvaro de la Vega , editados por Aflera Producciones, Sl, Pinto (Madrid), 2011. Si de los nueve poemas, todos hermosos, delicados, traigo aquí El Xaldón , a mis lugares no comunes, es porque evoca ese momento de la infancia en el que eramos capaces de ver en el lugar más común su magia. Y también porque en el alma de Miguel aún hay infancia.
O Xaldón El Xaldón
daquela eu non sabía
que o eucalipto chegaría a ser
a árbore ladroa
daquela o eucalipto era
o máis fermoso arrecendo
da primavera
anticipando o amarelecer
das flores das toxeiras
daquela as chuvias eran sabias
e os fríos poucos
(en toda a miña infancia
só un inverno coñocín a neve)
o monte inzábase de regatos
e había un coro de rás
cantando en cada charco
daquela eu non sabía
o nome exacto das árbores
nin das flores que rebentaban
entre as matogueiras
por non coñocer ignoraba
o nome mesmo dos lugares
(a Oliveira
San Pedro de Redonda
Vilar de San Roque
Amarela
Amarelle )
canta palabra negada
canta música perdida
daquela eu era un neno
e apenas sabía dicir
o nome só dun lugar
que me chamaba desde o alto
o Xaldón!
onde medraba unha ducia de eucaliptos
de piñeiros rodeada
e no seu centro eu e todos os nenos
pensábamos que había algo máxico
imos ao Xaldón !
e xogabamos
ata que no máxico centro
se apousentaba a sombra
aviso da inminencia
do sono do sol
oh, os solpores do Xaldón!
Miguel V.Freire |
entonces yo no sabía
que el eucalipto llegaría a ser
el árbol ladrón
entonces el eucalipto era
el más hermoso perfume
de la primavera
anticipando el amarillear
de las flores de los tojales
entonces las lluvias eran sabias
y los fríos pocos
(en toda mi infancia
sólo un invierno conocí la nieve)
el monte se llenaba de arroyos
y había un coro de ranas
cantando en cada charco
entonces yo no sabía
el nombre exacto de los árboles
ni de las flores que reventaban
entre los matorrales
por no conocer ignoraba
el nombre mismo de los lugares
a Oliveira
San Pedro de Redonda
Vilar de San Roque
Amarela
Amarelle)
cuanta palabra negada
cuanta música perdida
entonces yo era un niño
y apenas sabía decir
el nombre sólo de un lugar
que me llamaba desde el alto
¡ el Xaldón!
donde crecía una docena de eucaliptos
de pinos rodeada
y en su centro yo y todos los niños
pensábamos que había algo mágico
¡vamos al Xaldón!
y jugábamos
hasta que en el mágico centro
se aposentaba la sombra
aviso de la inminencia
del sueño del sol
¡oh, los atardeceres del Xaldón!
Traducción C.G.T.
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