couturier que ha logrado, en apenas 15 años cambiar la historia de la legendaria casa de maletas francesa. El verdadero protagonista de la última Fashion Week ha sido Jacobs. Primero por su espectacular desfile el pasado miércoles en el Carrousel del Louvre. Y segundo porque pocos estilistas de primera fila mundial pueden presumir de cerrar la semana de la moda parisina con la inauguración de una exhibición retrospectiva consagrada a la firma que dirije. La exposición de Les Arts Décoratifs contextualiza a Vuitton y a Jacobs en su tiempo, dedicando un piso a cada uno. En la primera planta destaca el baúl tumbona de 1891 o las primitivas maletas de compartimentos. Pero lo más fascinante es descubrir cómo las piezas de marroquinería de Vuitton van pasando de la gruesa tela rayada de 1877 a la adopción del célebre logo Monogram como estampado emblemático para la posteridad. Unos escalones más arriba se encuentra el universo colorido y rompedor de Jacobs que se ofrece en un mural de 53 bolsos con el monogram revisitado y pintarrejeado con grafitis. "Se trata de sorprender y de no repetirnos jamás, de resultar siempre imprescindibles", explica un cartel del protagonista.
Juan Manuel Bellver. París. El Mundo, domingo 11 de marzo de 2012.
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