Gracias a nuestro chófer Secundino y a Sandra, su mujer, que nos acompañaron en el viaje anterior a París y que están ahora de nuevo con nosotros, hemos recuperado el ordenador. Esta pareja de chóferes son unas joyas que debían de ir incluídos en cualquier proyecto de viaje escolar o intercambio. Con su ayuda solucionamos los problemas de infraestructura que van surgiendo. Ayer mismo, al regresar de Bordeaux estábamos cansadas, sin muchas ganas de ir al centro a tomar algo. Salieron ellos para volver con unas pizzas que compartimos en el salon de nuestro pavillon. Estamos alojados en un Centre d'accueil, Cap Landes, muy nuevo que imita un village landés. Con Mathilde l'assistante y los chóferes formamos un buen equipo. También el profesor Vincent Guichenuy y su colaboradora Elizabeth Vaquero son muy competentes y amables. Otra de las razones que han contribuido a que, por ahora , todo vaya como la seda, es la edad de los alumnos, entre 13 y 14 años, todavía coservan algo dificil de definir, una mezcla de candor y de curiosidad que posiblemente pronto desaparecerán , cuando entren de lleno en la adolescencia.
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