Francia rinde homenaje al italiano con la muestra "Corto Maltés y los secretos de la iniciación" que expone su relación con las logias masónicas. Hugo Pratt era masón. El autor de Corto Maltés formó parte de la logia Hèrmes en Venecia durante los últimos 20 años de su vida. Es más: se despidió de este mundo describiendo el rito de iniciación en unas viñetas incluidas en su álbum postrero Fort Wheeling (1995). Devoto de las sociedades secretas, los mitos y leyendas de la Vieja Europa, pespunteó toda su obra de referencias a las fraternidades. Esta faceta de su personalidad es el objeto estos días en París de una exposición que estudia la presencia de las obediencias masónicas y otras sociedades secretas en sus numerosos cómics y novelas gráficas. Con ella el Gran Oriente de Francia (GOF) persiste en su política aperturista.Hasta el 15 de julio, el Museo de la Francmasonería alberga en sus salas esta muestra que reúne por primera vez más de 40 dibujos originales de Hugo Pratt así como piezas y documentos masónicos que ilustran su interés por estas órdenes laicas. Junto a viñetas de obras que hacen referencia al tema como La fábula de Venecia, Las Helvéticas o Fort Weeling, se puede ver el delantal y el cordón masónico del autor o esa espada de venerable robada por su padre durante el saqueo de la logia Hèrmes por los fascistas de los años 20 que el hermano Pratt devolvió en 1977 al ingresar en la orden.
Juan Manuel Bellver . París. El Mundo, jueves 1 de marzo de 2012
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