La Midouze a su paso por Tartas |
El jueves por la tarde, es decir, a las 2 y bajo un sol de justicia, salimos del Collège con nuestro grupo para una visita guiada de la ciudad. Nos esperaban un periodista, noticia obligada en el Sud-Ouest, y un guía local delante de l'Office de Tourisme. El guía con un gran entusiasmo, nos explicó la historia de esta pequeña ciudad que en gran parte giró en torno al río, la Midouze.Un río que fue navegable hasta principios del siglo XX. El paseo lo hicimos desde la ville basse a la ville haute. Por su posición estratégica sobre el río era una ciudad amurallada. De su patrimonio, destacan la Maison de Jeanne Albert , madre de Enrique IV en la ciudad baja, y la Iglesia Saint Jacques en la ciudad alta. Como hacía tanto calor fue muy difícil conseguir que los alumnos mantuviesen la atención. Cuando por fin desembocamos en la sala del Ayuntamiento donde el Alcade nos ofreció una recepción, fue como si llegasemos a un oasis de sombra y de frescor. El Alcade hizo su discurso en español; en él destacó las relaciones de la ciudad con España. Primero porque acogió a algunos refugiados después de la Guerra Civil y en los años sesenta a una nueva llegada de españoles, esta vez por la emigración, que se integraron en ambos casos sin problemas. Al terminar el discurso me entregó la Medalla de la Ciudad y un libro"Parlez-moi de l'Adour"del que espero hablarles en otra ocasión. Merci, M. le Maire.
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