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Campanile de Gonesse |
Decididamente algo hay en París contra nosotro . Después de un día en Disneyland, sin comentarios, saben lo que es eso, el chófer no encuentra nuestra ruta habitual al hotel cortada por obras, sin ningún aviso ni indicación de alternativas. Vueltas y más vueltas por la periiferia hasta que consigue llegar una hora más tarde de lo previsto. Son las 11 de la noche y cuando me dispongo a responder a las llamadas que no he podido atender durante el día, aparece mi colega con la noticia de que un chico tiene un dedo de un pie completamente violeta. Un equipo de socorro de un hospital cercano aparece inmediatemente en un coche medicalizado; trás una primera observación in situ, en la ambulancia , acaban de salir con el chico y con mi colega al hospital. Mientras espero, escribo. Como sigamos así conoceremos la atención al ciudadano de cerca, el primer día la comisaría de los Inválidos, ayer el hospital Hôtel-Dieu, hoy otro, por ahora sin nombre....El grupo de alumnos sigue con pasión los acontecimientos. Nuestro hotel está instalado en un campo verde. Es una especie de bungalov grande todo en madera, de tres alturas, los pasillos son balcones exteriores igual que una escalera de caracol que los comunica , una mezcla de Le Corbusier proletario y corrala española. Imaginen a los chicos todos en el balcón, sin hacer caso de mis avisos desde el campo,. despidiendo a la pequeña ambulancia. Así son las noches de Gonesse, lugar del Campanile. Un nuevo susto sin importancia, ni siquiera una fractura, estan a punto de llegar---
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