Francia ha colocado una nueva generación de firmas en el mercado global bajo el paraguas "lujo asequible". Zadig&Voltaire destaca. Frente a las casas de costura históricas, a mediados de los noventa surgió en Francia un grupo nuevo de firmas de moda que optó por seguir una línea de negocio común con productos protegidos bajo el paraguas de lujo francés pero con una política de precios medios. Su objetivo, cosechar un nuevo segmento de consumidores que no querían comprar en marcas de precios populares ni podían acceder al prêt-à porter de las maisons de precios exclusivos. La propuesta cuajó entre las consumidoras galas y entre 2000 y 2010, estas etiquetas iniciaron una expansión global que sigue creciendo. Buena imagen, producto fácil de vestir, con calidad y precios medios son sus señas. Sandro, Maje, Comptoir de Cotonniers o Isabel Marant son algunas de las más significativas aunque quizá la que más destaca es Zadig&Voltaire, nacida en 1997 y ahora con más de 150 tiendas en 20 países, incluída España, donde entró en 2005. El año pasado la firma facturó 200 millones de euros, un crecimiento del 30% respecto a 2010. "Hay una corriente de nuevas marcas francesas con propuestas más frescas, menos rígidas, pero nosotros fuímos los primeros y otras compañías nos han robado la fórmula", mantiene Thierry Gillier, fundador y propietario de esta empresa con una plantilla de 1000 empleados en Europa.
Gervasio Pérez. Magazine/El Mundo, domingo 4 de de marzo de 2012
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