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Camille Claudel |
Michel Desbordes (Saint-Cyr-en-Val, 1940 - Baule, 2006) fue una autora que se caracterizó por ahondar en las vidas interiores de personajes artísticos. Dotada de una escritura marcadamente poética, en El vestido azul, ofrece su visión de Camille Claudel, la escultora y amante de Auguste Rodin, renunciando a hacer una novela biográfica convencional. Más bien acota un pequeño territorio: una silla, el parque de un manicomio, una mujer que envejece, recuerda y espera. En ese escenario mínimo, donde transcurren los monótonos treinta años que Camille pasó en el sanatorio mental de Montdevergues, se concentrarán todas las sensaciones de una mente múltiple, vulnerable, abandonada a su suerte, en lucha contra el desorden de las horas y sus anotaciones obsesivas. La mujer sobre la que medita la novelista no hace otra cosa que esperar. Espera a un hombre durante treinta años. Ese hombre es Paul Claudel, su hermano: el cónsul, el embajador, el poeta, el dramaturgo famoso. El hermano que, en complicidad con la madre, dio orden de que la ingresaran en marzo de 1913, en el manicomio de Ville-Evrard, para ser trasladada, unos meses más tarde, al de Montdevergues. Nunca saldría de aquella casa de locos.
Esta es la historia de un encierro y del tiempo caótico en la mente de la mujer prisionera. El puñado de las visitas del hermano se encadena en su memoria. La narradora imagina siempre a Camille en ese parque, a la sombra de los robles, en el lugar desde el que podía ver al elegante cónsul, y más tarde embajador de Francia en Japón, aparecer con su Packard y franquear la verja. "Él la encontraba allí cuando llegaba, sentada en aquella silla delante del pabellón, inmóvil y con las manos cruzadas sobre el regazo, con aquellos vestidos grises o marrones, siempre los mismos..."...
Lourdes Ventura. El Cultural, 1 - 6 - 2018
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