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Karin Viard |
Hay actrices a las que les sienta muy bien ser malas. El patrón oro de todas ellas es, como saben, Mae West, pero Karin Viard no le anda a la zaga. A un lado su vis cómica (recuperen 21 noches con Pattie ), lo que cuenta es su facilidad para hacer daño. Pero con gracia. Que duele lo mismo pero dura más. Los hermanos Foenkinos dan la vuelta al relato tradicional de los celos. La protagonista de esta aventura demente tiene celos, pero los padece de forma universal. Todo le irrita, todo le molesta, todo le ofende. No solo le hiere la insultante juventud de su hija. Tampoco aguanta ni la competencia de su colega de trabajo, ni la felicidad de su ex ni, apurando, la lejana posibilidad de no estar ella misma permanentemente amargada. Y así. Digamos que la película cuando se queda en simple retrato de la crisis de los 50 (¿o eran los 40?) y se acerca a los sublime en cuanto nos quedamos a solas con una Karin Viard tan genial en su poder destructivo que ríete tú del mismísimo Thanos.
L.m. El Mundo, 1 de junio de 2018
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