El paisaje de las Landas está en plena transformación, la mer de pins se retira... Dos vendavales sucesivos, las enfermedades de los pinos que ya no se combaten como antes porque los métodos son considerados muy agresivos por los ecologistas, la ausencia de incendios son algunas de las razones por las que los pinos están desapareciendo. Lo siento. Pero no quiero caer en el tópico de que cualquier tiempo pasado fue mejor. Y para ejemplo Burdeos. Hablo de mi experiencia. Mi primera impresión sobre la ciudad en 1970 está asociada a un color, el negro. Sin embargo una ciudad luminosa nos acogió el viernes cuando llegamos de mañana. Los alumnos apreciaron la elegancia de los edificios, los paseos de los quais llenos de flores cuando nos dirgíamos a Quinconces para dejar el autobús. Una visita rápida al Musée d'Aquitaine, un picnic en los quais, les Allées de Tourny, Place de Grands Hommes, Ayuntamiento y Catedral para terminar en la place de Camille Jullian donde esperamos a los chicos mientras hacen las compras de los regalos para sus familias en rue Sainte Catherine. Pude escaparme un minuto a la Machine à lire, mi librería favorita. Y de nuevo al bus. Au revoir Bordeaux, la ciudad del vino pero también de Montaigne, de Montesquieu, de Mauriac.
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