La côte des Basques vive su gran ola. Con 15 playas de cinco estrellas, es el sitio de moda para maratonianas sesiones de surf y largas noches de lucir cuerpo en el club Blue Cargo. Entre el 25 y el 30 de agosto reúne a los mejores surfistas de Europa. El sol no tarda en secar la pintura del spray. Unas rociadas más y listo. Adam ha customizado con su graffitti buena parte de un bunker de la II Guerra Mundial que se asoma al Atlántico en la playa de La Madrague, en Anglet, costa del País Vasco francés o Côte des Basques en lengua vrenácula.La topera bélica, gris y semi-hundida en la arena, luce ahora vanguardista con el crítpico y multicolor logotipo del veinteañero, su firma de tipografía imposible."Soy de Melbourne y me vine aquí por el surf. He encontrado trabajo de diseñador en la fábrica de Quiksilver. No se si pintar aquí está prohibido o no", explica el rubio despreocupadamente mientras agita el bote. Cuando caiga la tarde y a la marea le plazca, Adam se subirá a la tabla en este mar francés que pareciera la extensión europea de las playas de Malibú, Santa Bárbara, Santa Cruz o San Diego. Hay quien rebautizó a parte de este litoral como "la pequeña California", como si aquella arena del Pacífico se extendiera geográficamente y a escala en 30 kilómetros en esta esquina del mar Cantábrico. En 15 playas categorizadas como cinco estrellas para la práctica del surf proliferan tiendas, restaurantes, cafés con vistas, bistrós y tapas, voley playa por doquier, campamentos, escuelas, fábricas de material, diseñadores, fotógrafos, shapers que afilan tablas....La côte des Basques vive su gran ola. Palpita. Está en boga. Los rouleaux u olas simétricas que se suceden con su cresta de espuma han configurado una meca mundial donde peregrinar. Con distinción....
Javier Caballero. El Mundo.Fuera de serie. 23 de agosto de 2015
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