Iba para gimnasta, pero a los 11 años decidió cambiar las mallas por unas zapatillas de punta. Después de unos primeros meses de durisima formación en la Escuela de Danza de la Opéra de París, estuvo a punto de dejarlo."Tienes que escoger", le dijo su madre. Y ella lo hizo. Y construyó una de las carreras más notables que ha visto el mundo de la danza en estas últimas décadas. Ahora, al cumplir los 50 años -lo hizo el pasado 23 de febrero-, la bailarina francesa Sylvie Guillem (París 1965) ha decidido decir adiós a los escenarios. Lo hace cuando todavía está en la plenitud de facultades expresivas y físicas, en lo más alto de su carrera, porque como ha dicho en algunas de esas entrevistas que concede a cuentagotas, no quiere decepcionar a nadie, ya que prefiere irse cuando todavía puede hacer las cosas como ella cree que tiene que hacerlas. "Quiero acabar sintiéndome feliz con lo que hago y como siempre lo he hecho con orgullo y pasión", es su argumento. Y para decir adiós, para poder efectuar esa última reverencia ante un público que la adora, ha concebido un espectáculo que, de alguna manera parece ser una metáfora de su propia vida. Se titula Life in progress y en él Sylvie Guillem baila piezas -dos de ellas de nueva creación- de cuatro coreógrafos particularmente vinculados a su trayectoria: Akram Khan, Mats Ek, Russell Maliphant y Willian Forsythe. La gira ha arrancado este verano y ha pasado por Italia, Londres y Moscú . Por el festival Les Nuits de Fourvière de Lyon para llegar el 24 de julio al Festival Castell de Peralada, su única cita española....Hija de una profesora de gimnasia, de la que heredó su singular y espléndida estructura ósea...por las venas de Guillem corre también sangre catalana. La de sus abuelos paternos, exiliados en Francia tras la Guerra Civil...
Ana María Dávila. Lyon. El Mundo jueves 23 de julio de 2015
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