domingo, 9 de agosto de 2015

Ecos de Provenza en Compostela

Algunos lectores me preguntan el porqué del nombre del blog y aunque ya lo he explicado en uno de los  primeros artículos del año 2011, estas líneas que empiezo hoy son un buen ejemplo de lo que persigo cuando escribo. Todo empieza con mi afición a leer, desde muy niña, que debo a mi madre; primero fueron los libros y más tarde, periódicos, los que, con tanta fruición, leía mi marido. Con esas lecturas y mi gusto por el relato, el paso siguiente es escribir textos que, como cuando tejemos un chal,  vayan creando una malla entre el blog y sus seguidores, mis amigos de siempre y los que se van incorporando.... Esa era la idea inicial, a medida que escribo he descubierto el placer de tejer ideas, lugares, personas  que se relacionan entre los textos configurando un tapiz, el del mundo en que me muevo.  A mi vuelta de Provenza, me esperaban una pila de periódicos y revistas atrasadas. Y así tirando de los hilos que fueron apareciendo, empecé a tejer... 
En L'OBS, del 2 al 8 de julio, encuentro el siguiente titular:  Avignon, actrices, filósofos, novelistas. Están todos sur le pont.  Retengo dos nombres: Isabelle Huppert y Alain Badiou. Ella leerá extractos de Sade, seleccionados por Raphaël Enthoven,  en los que encarna a las dos criaturas del escritor, Justine y Juliette. Alain Badiou, el filósofo revolucionario, por su parte, ha escrito de nuevo La República de Platón, dándole un fuerte tinte rojo. Una versión donde todo está chamboulé/patas arriba según el crítico de L'OBS. Y ahí descubro  que está representación tiene lugar todos los días del festival, salvo los lunes, en el jardín Ceccano y caigo en la cuenta que sin buscarlo hemos asistido al ensayo de la pieza, en nuestro primer paseo por Avignon. Cruzamos ese jardín, poco antes de la hora indicada y nos detuvimos unos momentos ante un grupo que ensayaba una pieza a instancias de un exigente director. Al día siguiente, más o menos a la misma hora, aguardé a mis compañeras de viaje, en el mismo jardín, rodeada de maletas, dejábamos Avignon, con la secreta esperanza de ver a los actores vestidos de negro, recitando en coro textos subversivos, escritos en pancartas circulares con las que se cubren el rostro. No aparecieron, era lunes. Todo encaja. 

Alex de Vicente firma en el País, en su edición digital del 13 de julio El vicio y la virtud según Huppert . El artículo es un logrado relato de la noche del 9 de julio en la Cour d'honneur des Papes en la que el verdadero protagonista fue el mistral que soplaba huracanado. Durante hora y media Isabelle Huppert sostuvo un cuerpo a cuerpo con el viento empeñado en hacer volar los textos que sujetaba firmemente con una mano, con la otra la melena, el micro, y por si fuera poco, al mismo tiempo, su pie izquierdo mantenía a raya su vestido rojo de Dior . Ella no se dejó vencer y llegó hasta el final aunque el vendaval se llevase por los aires su buen hacer y los textos del marqués que no se pudieron escuchar bien. Esa misma noche, 9 de julio, estábamos en Arlés. Y si soplaba el mistral, con nosotras fue benigno, agradable frente al calor. Ahora que sabemos la jugarreta que le gastó a la actriz, tenemos una duda sobre un pequeño incidente que tuvimos al llegar a Avignon. No encontramos el bono de reserva del hotel que debía estar junto al resto de la documentación del viaje, incidente resuelto al momento gracias a un correo electrónico. ¿Se lo llevó el mistral que al parecer se divierte maltratando a las damas que pasan por Avignon? Cuidado con la ciudad, ya Petrarca decía: "Cuando no es ventosa es venenosa".
El tercer cabo suelto lo anuda el profesor Alonso Montero, presidente de la Real Academia Gallega que firma una columna en la Voz de Galicia del viernes 17 de Julio, titulada Cen anos de Mistral/Cien años de Mistral  con la que completa mi respuesta a la pregunta que surgió en Arlés: ¿quién es ese Mistral? En ella  recuerda que se cumplieron en marzo cien años de la muerte del poeta provenzal (1830-1914), Premio Nobel de literatura en 1904 compartido con el español Jose de Echegaray. Se sorprende el profesor de la poca atención que se le ha dedicado a este gran poeta desde Galicia, sin traducir todavía Mireio, editado por primera vez en 1859, cuatro años antes de Cantares Gallegos. Rosalía de Castro, según su biógrafo Gacía Martí fue invitada en 1867 por los poetas provenzales a los Juegos Florales de Tolosa. Y Mistral envía un telegrama de adhesión al homenaje  que se le tributó en 1913 a Manuel Murguía según consta en el Boletín  nº 73 de la Real Academia. Habrá que esperar a Manuel María para que un poeta gallego reconozca el papel de Mistral en el renacer de su lengua al que dedica un poema Homenaxe a Federico Mistral en el libro Remol, 1970. El mismo compromiso con su lengua y con su tierra que el de Rosalía, Lamas, Curros y Pondal con la nuestra.

 Con los hilos incorporados en la labor el viaje matiza su color; el azar también tejió, llevándonos de la mano al jardín de Ceccano, nuestro paseo en off acabó siendo intello,  espectadoras, sin saberlo, de la versión Badiou de la obra de Platón.

Carmen.Glez Teixeira

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