El director Jean Becker, hijo del mítico Jacques Becker, reivindica en la comedia Unos días para recordar el cine como herramienta de sanación contra todas las crisis posibles.....Su película, de hecho, es eso: básicamente, un ejercicio de reivindicación frente a todo, frente a todos los inconvenientes del mundo. Un hombre (interpretado por Gérard Lanvin) cae por azares del azar en un hospital. No recuerda lo que le ha pasado. Y así hasta descubrir que incluso en la peor de las situaciones siempre hay espacio para el mejor de los sentimientos. Es comedia, y sí, es cursi. "El dolor, de alguna manera, nos iguala a todos. En un hospital da lo mismo quién seas. Te desnudan y, seas rico o pobre, pasas a ser exactamente igual que cualquiera. Digamos que puede ser una magnífica escuela de humanización", afirma rotundo, y lo hace convencido de que cada momento exige su cine. "Cuando pensé el guión no caí en la cuenta de que, de algún modo, lo que planteaba era una reivindicación del optimismo frente a la crisis. La comedia siempre ha florecido en tiempos duros porque el cine también tiene que ser como un hospital, un sitio para sanar", concluye. "La risa", añade,"es la última barrera contra el dolor... Igual que el cine....Yo, al fin y al cabo, me considero un enfermo incurable de esa enfermedad que, desde pequeño, me contagió mi padre. Hablo del cine", claro. Y ahí lo deja.
Luis Martínez. El Cultural, 31-7-2015
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