Por primera vez desde que se instauró la V República, en 1958, socialistas y conservadores no estarán presentes en la segunda vuelta de unas presidenciales francesas. El resultado de ayer es mucho más que un varapalo circunstancial. Significa el fin abrupto de la alternancia bipartidista sobre la que se basó el régimen fundado por Charles de Gaulle hace más de medio siglo. Alternativas como el Frente Nacional de Le Pen, en Marcha de Macron o la Francia Insumisa de Mélenchon reflejan la aparición de un mapa político inédito que pulveriza y empuja a la historia el hasta ahora indiscutido dominio de los dos partidos tradicionales. En el caso socialista, el motivo es claro. El mandato de François Hollande batió récords de impopularidad e impotencia que lo llevaron a ser el primer presidente que no optó a un segundo mandato. La elección en las primarias de Benoît Hamon, perteneciente al ala izquierdista, provocó a mayores una fractura interna que acabó con la fuga de los moderados hacia las líneas de Macron.... En el lado de los conservadores, otra escisión entre moderados y radicales llevó al partido a perder la oportunidad de mantener con vida la alternancia bipartidista.....Tras un mes de revelación en revelación, Fillon se convirtió en el primer presidenciable sobre el que pesaba una imputación por casos graves que van desde la malversación de fondos públicos al tráfico de influencias.....Tanto él como Hamon llamaron ayer a sus electores a cotar por Macron, haciendo una concesión por el centro que, de haberse producido antes, quizá podría haber salvado a sus partidos.....
A.F.Coego. París. La Voz de Galicia. Lunes, 24 de abril del 2017
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