Francia saldrá el 11 de mayo del confinamiento estricto en el que vive desde mediados de marzo, según anunció el lunes el presidente, Emmanuel Macron. Pero los detalles de este inicio al regreso de la normalidad todavía están en el aire. Un lugar en que el retorno puede resultar especialmente complicado en las escuelas.
Sindicatos de profesores y asociaciones de padres alertaron el martes de los riesgos sanitarios que implica la decisión, si se realiza con precipitación y sin la preparación suficiente para proteger a alumnos y docentes del coronavirus. El Gobierno insistió en que la vuelta será progresiva, mientras busca fórmulas para garantizar la distancia social en las aulas, con clases reducidas, por ejemplo.
"Las cosas no ocurrirán de la noche a la mañana", ha advertido el ministro de Educación, Jean-Michel Blanquer, en una entrevista con la cadena de televisión France 2. El mensaje del Gobierno es que el 11 de mayo no es la fecha del reinicio del curso escolar, sino el primer día de una reincorporación que se desarrollará durante semanas. Las modalidades están por definir.
Blanquer debe empezar a reunirse con representantes de profesores y de alumnos. Se ha dado un plazo de 15 días para decidir cómo será esta peculiar rentrée de 12,4 millones de alumnos -de preescolar al instituto- y de unos 800.000 profesores que, en esta fecha, llevarán casi dos meses encerrados en sus casas.
Tras anunciar que a partir del 11 de mayo, se reabrirían "progresivamente" los centros educativos, Macron ha considerado esta decisión como una medida social. "Demasiados niños, sobre todo en los barrios populares y en el campo, están sin escuela y no tienen acceso a internet ni pueden recibir la misma ayuda de sus padres" ha argumentado. "En este periodo, las desigualdades de alojamiento y las desigualdades entre familias están más marcadas"...
Que el debate en Francia sobre el fin del confinamiento se haya centrado en la escuela -más que en el mundo económico- no es casualidad. La llamada educación nacional es el núcleo de este país, el gran igualador últimamente medio averiado, la institución que regula todos los ritmos de la sociedad. Y, en las circunstancias actuales, la llave sin la cual la maquinaria productiva no puede arrancar.
Marc Bassets, París, 15 de abril de 2020
No hay comentarios:
Publicar un comentario