Incluso si no hubiera una epidemia de coronavirus que tiene confinado a medio planeta y a toda Francia, la ceremonia que se celebró este Viernes Santo en Notre Dame habría sido mínima. La catedral de París abrió este viernes sus puertas para un servicio religioso solo por segunda vez desde que, el 15 de abril de 2019, un devastador incendio casi acaba con los ocho siglos de historia de este emblemático templo gótico en el corazón de la capital francesa que sigue estando, un año más tarde, muy frágil.
La ceremonia mínima, celebrada a puerta cerrada, no fue una misa propiamente dicha sino "una oración, una meditación sobre la pasión del Señor" para pensar en estos tiempos de coronavirus, "en todas las victimas, en todos los que sufren y para los que luchan por erradicar esta epidemia", especificó uno de sus participantes, el rector de la catedral, Patrick Chauvet, en entrevista telefónica la víspera con periodistas del grupo de diarios europeo LENA, incluido EL PAÍS.
El rector de Notre Dame Patrick Chauvet |
El parón de las obras a causa del confinamiento decretado por el coronavirus el 17 de marzo ha retrasado más las todavía inacabadas tareas para "estabilizar" la estructura de la catedral, sobre todo la retirada del andamiaje que había sido colocado para restaurar la aguja -destruida por el incendio- antes de la catástrofe. A causa del fuego, los andamios quedaron parcialmente reducidos a un amasijo de tubos fundidos que, con sus 500 toneladas de peso, constituyen hasta hoy una de las mayores amenazas a la seguridad de la catedral...
El confinamiento también ha vuelto a retrasar la reapertura de la explanada frente a la fachada de Notre Dame, prevista inicialmente para el 15 de abril, cuando se cumple el primer año del incendio...
Silvia Ayuso. París, 10 abril 2020
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