lunes, 12 de diciembre de 2022

No hay realismo sin imaginación

Imagen de Tori et Lokita
"Tori y Lokita". Los hermanos Dardenne, comprometidos con los desheredados y los invisibles, regresan a su mejor cine tras la decepción que nos trajo su anterior filme, El joven Ahmed. Tori y Lokita nos devuelve al momento más vigoroso de los creadores de Rosetta -la primera aparición de una maravillosa Émilie Dequenne- El hijo, El niño de la bicicleta, El silencio de Lorna o Dos días, una noche. El amor de los cineastas belgas por los perdedores -niños, adolescentes, parados o inmigrantes- se prolonga en estos dos jóvenes africanos apátridas, perdidos en la jungla de la civilización del bienestar. Su hogar es la amistad, la hermandad y la solidaridad, selladas cuando se conocieron en un terrible viaje donde la chica adolescente salvó la vida del niño.

Lokita, de 16 años y Tori, de 11, se buscan la vida en Lieja, sin otra ayuda que su indisoluble vínculo, esperando los papeles que legalicen su situación; haciéndose pasar por hermanos, a merced de la burocracia y de las mafias que los explotan. "No hay realismo sin imaginación", dijo alguien que no conseguimos recordar y de eso encontramos mucho aquí, con todos los pequeños detalles tiernos y duros de la vida cotidiana de la pequeña pareja -¡esa canción que cantan ingenuamente en el karaoke, que no es otra cosa que la crónica de su propia existencia!-, expuestos con la sabiduría y la paciencia del que sabe mirar y escuchar. La intimidad de la miseria es puro lirismo  en las pequeñas cosas de la supervivencia diaria de estos niños.

Los Dardenne han encontrado oro puro en los dos chicos debutantes del filme. Pero la película no sería nada sin la mano maestra y firme de los directores, dignos herederos del Bresson de Mouchette, el Ken Loach de Kes, el Pialat de A nuestros amores, el Truffaut de Los 400 golpes, el Rossellini de Alemania año cero...

A pesar de un final aparentemente despiadado, la sensación agridulce de esta película nos acompañará mucho tiempo. Estamos ante una obra de utilidad y belleza  infinitas.

Eduardo Galán Blanco. La Voz de Galicia,, sábado, 12 de noviembre de 2022.

No hay comentarios:

Publicar un comentario