El vestido de Christian Dior que lució Liz Taylor para recoger su primer Oscar. (Daniel Leal/AFP) |
Cada día a las siete de la mañana, Kerry Taylor abre su correo para leer los emails que le llegan de todos los rincones del mundo ofreciéndole ropa antigua. "La mayoría de las veces no tiene demasiado valor", explica esta británica de 62 años, propietaria de la casa de subastas que lleva su nombre. "Pero en ocasiones me encuentro con algo muy especial y salto de la cama para responder enseguida". A lo largo de sus 45 años como experta en subastas de moda, ha vendido piezas propiedad de Lady Di -como el vestido negro con el que bailó con John Travolta en la Casa Blanca en 1985-, Ava Gardner, Kate Middleton o Audrey Hepburn, además de prendas que fueron clave en la imagen de artistas como Madonna, Björk o Amy Winehouse. Medio historiadora, medio detective, tiene el don de descubrir tesoros en los lugares más insospechados. Como muestra un vestido de Christian Dior que llevó Elizabeth Taylor para recoger su Oscar a la mejor actriz en 1961, que apareció en una vieja maleta en Londres y terminó vendiéndose por unos 300.000 euros; o unos diseños de Madeleine Vionnet sin etiqueta que encontró enrollados en plástico. (...)
Kerry Taylor en su casa de subastas especializada en moda vintage. (Foto: Jonathan Player) |
Taylor creció en la granja de su padre y su primer contacto con la moda vino gracias a las películas de Hollywood en blanco y negro. Empezó a trabajar en Sotheby´s, y con apenas 21 años se convirtió en la directora y rematadora más joven de la casa de subastas. Cuando en 2003 esta firma cerró su división de moda, se vio sin trabajo siendo madre soltera de dos hijos y con una hipoteca. "Primero entré en pánico, luego le pregunté a mis exjefes si me podía quedar con el negocio que ellos no querían. Accedieron y desde entonces no he mirado atrás", cuenta. Hoy, Kerry Taylor Auctions, con sede en el sur de Londres, organiza unas seis ventas al año (aunque durante 2024 ha montado 11 en Londres y 4 en París), gestionadas por un equipo de cuatro personas, entre las que se encuentra su hijo Alex. (...)
"Es muy interesante que la reina Letizia haya elegido un balenciaga vintage para su retrato de Annie Leibovitz. Tenemos un maravilloso vestido de gala rosa de Balenciaga alta costura 1955, perfecto para quienes busquen algo digno de la realeza". Su buen ojo y la repercusión mediática de sus subastas han contribuido a la actual popularidad de la moda vintage.(...)
Taylor admite que la inestable situación económica mundial no afecta a sus ganancias, que siguen batiendo récords. "¿Puedo decir una cosa? Los ricos siempre son ricos, no importa el estado de la economía", sentencia. "A pesar de todo, seguimos representando una buena relación calidad-precio. Una chaqueta de Chanel aburrida comprada en tienda cuesta 10.000 euros, y yo vendo un traje de Chanel alta costura por 1.000. El prêt-à-porter es hoy muy aburrido y sus precios son una locura. ¡Hacen que mis ventas se vean baratas! Su espíritu comercial no le impide dar pistas para aquellos que empiezan: "Recomiendo invertir en Pierre Balmain, era muy buen diseñador y aún es asequible. También sugiero Givenchy, y las piezas menos barrocas de Saint-Laurent". ¿No le tienta construir su propia colección de moda? "Nunca pujo en contra de mis clientes, eso es tabú. Además, no hago más que trabajar y nunca voy a ningún sitio. Alguna vez me hago con algún vestido de la década de los cincuenta de una tienda vintage para llevarlo en el trabajo, pero en general me paso el día en vaqueros y botas de agua en mi jardín".
Brenda Otero. Londres. El País, lunes 9 de diciembre de 2024.
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