lunes, 9 de diciembre de 2024

Emilia Pérez. Un delirio con momentos de talento

Imagino al constatar la insistencia en las series y en el cine de temáticas agotadoras alrededor de violaciones, sexualidades diversas, pederastias, transexuales, violencia emocional, que cualquier productor con sentido del negocio, incluso los que no militan fervorosamente en la cultura woke, y también las asociaciones para proyectos artísticos, son todo oídos y donan su bendición a proyectos  que se muevan en esa reconocible onda. Bueno, ocurre con todas las modas, aunque algunas sean duraderas y otras efímeras. Pero que disfruten de su época de gloria. Y que los especializados en argumentos tan requeridos sean más listos que los tontos.

Emilia Pérez navega sin pudor en el delirio, aunque como siempre en el cine de Jacques Audiard existe un punto muy sofisticado y su eterno afán por sorprender o desasosegar al espectador. Tampoco ha perdido el talento que a mí me ha deslumbrado en algunas ocasiones, como en la carcelaria Un profeta y en ese wéstern tan extraño como fascinante titulado Los hermanos Sisters.

En esta ocasión me quedo pasmado desde el arranque. O sea, que no continúo destripando el argumento, a pesar de mi enfermiza afición a ello. ¿Y cómo se desarrolla guion tan insólito? Pues con los personajes cantando y bailando. Y me pregunto estupefacto cuáles han sido las imaginativas y excesivas sustancias que ha ingerido el creador para que se le ocurra este argumento. Y sobre todo, que gran parte de su lenguaje sea cantarín y danzante.

Partiendo de la base de que no me creo nada por tener un espíritu tan prosaico y lineal, reconozco que está rodada con audacia y afán de originalidad, sino también que me mantiene entretenido, que en algunos momentos posee cierto encanto. Audiard, como siempre se lo quiere montar de transgresor, y parece que no ha tenido suerte en México. Cuentan que allí se han mosqueado cantidad por la imagen que un francés ofrece de este país: que si el narcotráfico, que si la violencia, que si lo de siempre. Parece ser que no han valorado el muy revolucionario cambio se sexo en un personaje que encarnaba el machismo supremo.

Nominarán al Oscar de interpretación femenina a la premiada en Cannes Karla Sofía Gascón. No es lo que más me impresiona  en esta exótica película. Sí me gusta y mucho, Zoe Saldaña, a la que desconocía por no frecuentar el universo de Marvel ni el de Avatar, en los cuales ella reina. Y me enamoró la entonces muy joven Selena Gómez  cuando la descubrí en Dia de lluvia en Nueva York, aquella película tan bonita de Woody Allen. Y me pregunto cuál será la próxima ocurrencia de Jacques Audiard. Es difícil que supere este delirio.

Carlos Boyero. El País, jueves 6 de diciembre de 2024.

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