En vísperas de las Elecciones Francesas, encuentro un libro, buscando otro, que me hace pensar cómo nos diferenciamos españoles y franceses en la concepción de nuestro país. Composition Française. Retour sur une enfance bretonne de Mona Ozouf se publicó en Francia en 2009 en Gallimard. No está traducido en España como la mayoría de los libros de esta brillante historiadora que ocupa un lugar preeminente entre los intelectuales franceses. Sus numerosos libros y trabajos han abordado variadas cuestiones entre los que sobresalen: la escuela, la revolución francesa y la novela. Colaboradora de François Furet coordinó con él el Dictionnaire Critique de
Composition Française no es exactamente un libro de historia sino una obra que combina el relato autobiográfico y el ensayo, escrito por una historiadora. Los seis primeros capítulos responden a la vida de la autora, el último es un ensayo sobre la reflexión que la autora ha ido abriendo a lo largo del libro, las dos Francias: la una e indivisible por un lado y la de la diversidad asumida según la definición de Julien Benda:“La France est la revanche de l’abstrait sur le concret”/ Francia es la revancha de lo abstracto sobre lo concreto, frente a la de Thibaudet: “La France est un vieux pays différencié”/”Francia es un viejo país diferenciado”. Estas dos representaciones coexisten pero no en pie de igualdad. El gran acierto del libro de Mona Ozouf es haber escogido esa tensión permanente entre las dos representaciones de Francia para narrar su infancia ya que es precisamente en Bretaña donde es más evidente. Su infancia que gira en torno al hogar, la escuela y la iglesia. En el hogar reina su abuela o la identidad bretona. La escuela a la que estuvo íntimamente ligada, al ser hija de maestra, le muestra otro mundo, ajeno a los particularismos, al bretón y a la iglesia. La escuela era para la niña el lugar de la igualdad donde todas las diferencias desparecían, frente a la desigualdad que percibía en la iglesia. Tres mundos separados que aún hoy la autora encuentra dificultades para saber cómo vivirlos.
En el último capítulo que es el que da el título al libro, jugando con el doble sentido de la palabra composición: por un lado, el ejercicio escolar que más tarde se llamaría dissertation , y que al mismo tiempo evoca la idea de Francia como un todo compuesto, la autora reflexiona sobre el particularismo y el universalismo. Considera que su recorrido ha sido una victoria de la universalidad francesa sobre el particularismo bretón. Su interés por la Revolución Francesa que se convertiría en uno de sus temas de estudio viene precisamente de la admiración que profesó desde muy joven por los hombres que la pusieron en marcha y que definieron la República como “la confédération sainte d’hommes qui se reconnaissent semblables et frères” / “la santa confederación de hombres que se reconocen semejantes y hermanos”. De la Revolución a Jules Ferry, la autora analiza cómo se ha ido configurando la situación actual de Francia una e indivisible consolidada por la Tercera Républica en la que el debate sigue abierto. Abierto también para ella, que sigue planteándose preguntas ante el republicanismo integrista frente al comunitarismo. “Je ne crois ni les uns ni les autres. Ni les universalistes, parce que notre vie est tissée d’appartenances. Ni les communautaristes, parce qu’elle ne s’y résume pas”,p.258. « No creo ni a unos ni a otros. Ni a los universalistas, porque nuestra vida esta tejida de pertenencias ni a los comunitaristas porque no se resume en eso.” “C’est l’invidu qui tient la plume et se fait le narrateur de sa vie... »p.258 “Es el individuo el que sostiene la pluma y se convierte en el narrador de su vida”.
Laura Freixas en un artículo publicado en El País,”La batalla por la identidad”, el 20 de abril de 2011, presenta Composition Française como una propuesta interesante. Para Freixas, la propuesta de Ozouf es el resultado de una vida elaborando sus dos identidades. Pero no de un modo contradictorio ni complementario, sino que una contenga a la otra, ser francesa en tanto que bretona. “Podemos elegir ser españoles sin por ello ser menos catalanes; ser catalanes puede ser el contenido concreto, vivencial que damos a nuestra identidad española.” Encontrar este artículo de la escritora Laura Freixas, en la prensa española así como la reseña de Jordi Canal, hoy profesor en L’Ecole de Hautes Études en Sciences Sociales (EHESC), en El Imparcial, me han animado y ayudado a escribir estas notas.
C.G.T.
No hay comentarios:
Publicar un comentario