Nicolás Sarkozy y François Hollande midieron el domingo sus fuerzas en dos mitínes multitudinarios celebrados en París y en Vincennes.A sólo una semana de la primera cita con las urnas, el 22 de abril, los candidatos mejor situados en estas elecciones a la Presidencia de la República Francesa parecen pensar ya en la segunda vuelta, el 6 de mayo, donde previsiblemente se enfrentarán para captar al votante de centro. En su discurso, el jefe de Estado saliente sorprendió con una propuesta a favor de la implicación del Banco Central Europeo en las políticas de crecimiento económico y se reivindicó como continuador del legado de de Gaulle y los valores de la Francia eterna. Mientras, su rival socialista dijo encarnar el espíritu de regeneración y llamó a la unidad de la izquierda para volver a conquistar 17 años después el Elíseo. Para Sarkozy Francia debe recuperar los antiguos valores que la crisis ha lesionado para "tomar las riendas de su destino", ser autónoma y no depender de las imposiciones de los mercados. El candidato quiere devolver a Francia la hegemonía para que lidere Europa junto con Berlín, espejo en el que "debe mirarse".Para Hollande el valor del país que aspira a dirigir , reside en su diversidad. El candidato socialista quiere construir una Francia "solidaria y generosa" que integre a la población"más allá de su origen, del color de su piel, de su lengua o su religión".
Juan Manuel Bellver, París, El Mundo, lunes 16 de abril de 2012.
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