Las autoridades francesas harán todo lo posible, código penal en mano, para evitar filtraciones de resultados electorales y las compañías de sondeos contribuirán al silencio no ofreciendo sus datos a la prensa internacional, que estaba dispuesta a adelantarlos antes de que cerrasen los colegios. La Comisión de Sondeos que controla las actividades de los institutos demoscópicos, las metió ayer en el redil y se sumó a la fiscalía de París, que el jueves amenazó con la policía judicial y multas de hasta 75.000 euros a quienes violoran el embargo sobre el veredicto de las urnas. Los medios que avancen las estimaciones de voto serán denunciados por la Comisión de Sondeos, ante la que las principales compañías de encuestas "se han comprometido a no comunicarlas a los medios extranjeros que anunciaron su intención de violar la ley francesa", según señaló la propia Comisión. Ahora que las fuentes han sido obligadas al mutismo, cabe suponer que no habrá filtraciones serias, si bien los internautas buscan medios alternativos de hacer pasar mensajes. Como no pueden identificar a los candidatos por su nombre, hablarán de Hungría para referirse a Nicolas Sarkozy, de origen magiar, de los Países Bajos para aludir a Hollande o del Tomate Maduro para citar a Jean-Luc Mélenchon.
Miguel Mora/ Ricardo Martínez Rituerto.París. El País, sábado 21 de abril de 2012.
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